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72
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91
Introducción
Sobre estas guías
1. Al oído del maestro
1.1 Generalidades sobre la biblioteca
1.2 Frente a la biblioteca: información e historia personal
1.3 La importancia de formar la comprensión lectora
1.4 Afinar las herramientas para el logro de una buena comprensión lectora
1.5 A cada quién la horma de su zapato… ese es el secreto. ¿Y ahora
cómo encontrarle un zapato?
2. Aula y biblioteca pública: ¿Cómo crear el vínculo?
2.1 Manejar el lenguaje como un proceso de comunicación significativa
a. El acto de leer
b. La literatura
c. Acercando los niños al proceso
2.2 Disfrutar la lectura
a. La autopista del disfrute
b. La trocha de los bostezos
c. El mágico efecto de la voz
2.3 Convertir la biblioteca pública en parte del entorno familiar y cotidiano
3. El cine: otro tipo de lenguaje
3.1 El cine desde la biblioteca
3.2 ¿Qué es la Maleta de Películas?
3.3 Pautas para realizar un cine foro
4. Al oído de los estudiantes
4.1 Atrayendo sus miradas
4.2 Ejercicios para explicárselos al oído
a. Para los primeros pasos
b. Avanzando en la ruta
c. En la biblioteca
5. Anexos
5.1 Reseñas y biografías
a. Explorar la literatura
b. Explorar el mundo
c. Biografías
5.2 Glosario
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8. 88
El Plan Sectorial de Educación 2002
– 2006, La revolución Educativa, en
desarrollodelapolíticademejoramien-
to de la calidad educativa, ha venido
impulsando estrategias para el desarro-
llo de competencias básicas en los es-
tudiantes, dentro de las que se cuenta
el uso de los medios educativos.
En ese sentido se ha articulado con la
política del Plan de Desarrollo “Hacia
un Estado Comunitario”, que determi-
na como uno de sus ejes fundamentales
en materia de seguridad democrática la
puesta en marcha de un Plan Nacional
de Lectura y Bibliotecas – PNLB –
liderado por el Ministerio de Cultura. Su
objetivo fundamental es el promover la
lectura mejorando el acceso y estimu-
lando el interés de los colombianos ha-
cia diferentes medios de difusión del
conocimiento y de la cultura.
La organización, dotación y puesta
en funcionamiento de bibliotecas pú-
blicas municipales a través del PNLB
unidas al esfuerzo realizado desde el
sector educativo para su óptimo
aprovechamiento, nos permitirán
avanzar en la generación de comuni-
dades lectoras, críticas y reflexivas,
fortalecer el capital social, y generar
mejores condiciones de equidad y
cohesión social entre las poblaciones.
Con el propósito de facilitar la articu-
lacióndeltrabajodeaulaydelquehacer
académico con el material que ofrecen
las bibliotecas públicas municipales, se
han diseñado cuatro cartillas para ser
trabajadas con los alumnos, según ran-
gos de edad: 5 a 8 años; 9 a 12; 13 a
16; 16 años en adelante.
Las cartillas contienen ideas básicas,
reflexiones, estrategias y juegos que
orientan de manera sencilla formas de
comunicación en el aula, estimulan en
los alumnos el interés por la lectura, y
propician la interacción y el desarro-
llo de competencias y saberes apo-
yándose en los recursos que ofrecen
las bibliotecas. El docente debe inter-
pretarlas como sugerencias, servirse
de ellas como fuente de inspiración, y
enriquecerlas con su experiencia, con
su creatividad y con el conocimiento
personal que tiene del entorno de su
plantel educativo y de sus alumnos.
Las cartillas contienen, además, re-
señas de algunos libros recomenda-
dos para los niños según su edad. Por
razones de espacio se reseñan sólo
algunos, pero la biblioteca pública
municipal cuenta con muchos más
que sólo esperan ser descubiertos.
Lo invitamos a aunar su esfuerzo a
estos propósitos de transformación
educativa y cultural.
Cecilia María Vélez White
Ministra de Educación Nacional
9. 99
El objetivo de estas guías es articular, a través de algunas
reflexiones, estrategias y juegos, el trabajo de aula con el ma-
terial que ofrecen las bibliotecas públicas municipales, apro-
vechándolas no solo como una valiosa herramienta para mejo-
rar la calidad de la educación de los estudiantes, sino como una
fuente de disfrute que puede enriquecer múltiples aspectos de su vida.
Esta guía que tiene en sus manos se refiere específicamente a plantear
ideas que sirvan de apoyo a maestros con alumnos entre 5 y 8 años,
para que a través de un sencillo enfoque pedagógico propicie la inter-
acción y el desarrollo de competencias, especialmente en las áreas de
lenguaje y comunicación, apoyándose para tal fin en las bibliotecas
públicas municipales. Los lineamientos curriculares y estándares bási-
cos de competencias del lenguaje, definidos por el Ministerio de Edu-
cación Nacional, atraviesan el texto, lo alimentan y se constituyen en
un soporte pedagógico y conceptual. Al final podrá encontrar un cua-
dro con dichos estándares.
Apreciado maestro: lo invitamos a recorrerlas con mentalidad abierta y
a que involucre recuerdos y sugerencias que posibiliten poner en prác-
tica toda su creatividad, conocimiento y entusiasmo.
Esta guía particular contiene, además de esta introducción, tres partes
principales:
La primera, llamada Al oído del maestro, consta de generalidades so-
bre la biblioteca, y algunas reflexiones acerca de su relación con el
maestro, la importancia de la comprensión lectora y cómo afinar las
herramientas para lograrlo.
10. 10
La segunda parte, titulada Aula y Biblioteca pública: ¿Cómo crear
el vínculo?, se divide en tres secciones que hemos considerado de
vital importancia y que son:
1. Manejar el lenguaje como un proceso de comunicación significativa
2. Disfrutar la lectura
3. Convertir la biblioteca pública en parte del entorno familiar y cotidiano.
En la tercera parte denominada: El cine: otro tipo de lenguaje, se
señala qué es la Maleta de Películas, de la dirección de cinematogra-
fía del Ministerio de Cultura, la cual hace parte del fondo de las bi-
bliotecas públicas municipales, y unas pautas elementales para reali-
zar con los pequeños un cine foro.
Finalmente, el capítulo cuarto, Al oído de los estudiantes, presenta
unos afiches que apelan a la comprensión de conceptos sobre la bi-
blioteca, el libro y la lectura y una serie de ejercicios para llevar a
cabo con los alumnos desde el aula o desde la misma biblioteca.
Cierran esta guía algunas reseñas; por razones de espacio son unos
pocos libros, pero la biblioteca pública municipal cuenta con un gran
fondo, totalmente maravilloso en calidad y contenido, cuyos listados
completos pueden ser suministrados por el bibliotecario, y que sólo
esperan que tanto maestros como alumnos los descubran.
10
12. 1212
1.1 ¿De dónde viene el nombre de biblioteca?
Esta es la explicación:
En la costa oriental del mar Mediterráneo existía hace más de
3.000 años una región antigua muy próspera llamada Fenicia,
cuyos habitantes tenían un extraordinario genio comercial.
Como sus principales ciudades estaban situadas en promon-
torios o islotes del mar, los fenicios se convirtieron en hábiles
marineros y mercaderes, con colonias y puertos de escala que
se extendían hasta el Atlántico, llevando a cabo un constante
intercambio de bienes con otras regiones. Biblos, una de las
principales ciudades fenicias, asentada en una tierra muy fér-
til, cultivaba en profusión el papiro, planta acuática de tallos
suaves, con hojas propicias para la escritura, las cuales co-
mercializaba permanentemente con otros pueblos.
¿Qué tiene que ver esta palabra con los libros?
El papiro que mercadeaban los habitantes de Biblos se hizo tan famoso y
necesario, que poco a poco la gente de diferentes pueblos, y especialmente
los griegos, empezaron a llamar biblos a los documentos escritos, quedando
este nombre incorporado para siempre a muchas palabras que se refieren a
los libros. Entre las palabras derivadas de ese vocablo podemos encontrar
las siguientes: bibliotecario, bibliógrafo, bibliófilo, bibliómano.
Biblioteca es, entonces, una palabra que viene de la unión del vocablo griego
biblio que quiere decir libro, y del término théke, cuyo significado es caja.
¿Desde cuándo han existido bibliotecas?
Desde tiempos remotos han existido grandes y valiosas bibliotecas que han
conservado su fama a través de los siglos. Entre ellas están las de Menfis y
Tebas, en el antiguo Egipto; la del rey asirio Asurbanipal, compuesta de
13. 1313
millares de tablillas de arcilla; la famosísima de Alejandría, que llegó a tener
hasta 700.000 volúmenes; la del emperador romano Augusto; la del Capito-
lio de Roma; la abundante y excelente biblioteca creada por el emperador
Trajano, y la Vaticana. En Grecia, en el Oriente y en Roma hubo magníficas
bibliotecas particulares. El mundo árabe dejó también un enorme legado en
las bibliotecas de Trípoli y del Cairo. En la edad Media los conventos, aba-
días y monasterios fueron los encargados de elaborar y guardar los libros.
Con la invención de la imprenta los libros se multiplicaron de tal modo, que
el número de bibliotecas que cuentan sus volúmenes por millares ha llegado
a ser muy elevado. Muchas de las bibliotecas latinoamericanas que conoce-
mos tienen su principal sustrato en libros coleccionados y organizados por
los jesuitas, los cuales sirvieron como base para la formación de bibliotecas
nacionales.
¿Qué es y para qué sirve una biblioteca?
El edificio, espacio o sala donde se
guardan libros, y que es llamado bi-
blioteca, sirve para guardar, cuidar y
conservar los libros y es además un
lugar privilegiado para la formación de
lectores. Contiene, en forma organi-
zada, el saber elaborado por la huma-
nidad para que pueda ser utilizado fá-
cilmente, y cumple una labor de ser-
vicio incalculable al poner al alcance
de la comunidad todas las fuentes de
información en las áreas del conoci-
miento. Es además un lugar de en-
cuentro, un sitio particular donde el
pensamiento y la creatividad sirven de
lazo de unión, placer y gratuidad.
Hoy en día, con el desarrollo de la
ciencia y la tecnología, la biblioteca
es un lugar mucho más dinámico que
responde a las necesidades de la in-
formación de los tiempos modernos.
Se han desarrollado técnicas nuevas
de procesamiento como los
microprocesadores, llamados tam-
bién microchips, los cuales permiten
transmitir rápidamente información,
y los discos duros que pueden igual-
mente almacenar montones de datos
y ganar así espacio dentro de la
biblioteca.
La biblioteca moderna es inconcebi-
ble sin computadoras, películas, cin-
tas de audio y videos y otros, elemen-
tos que complementan el fondo edi-
torial. Desarrolla diversas actividades
a través del préstamo domiciliario,
exposiciones, conferencias, encuen-
tros de autor, audiciones, proyección
de películas y videos, cine foros, di-
versas actividades. Cumple un papel
mucho más interactivo y dinámico
que las bibliotecas del pasado, las
cuales se limitaban a ser guardianas
de los libros, a organizarlos y clasifi-
carlos sin preocuparse mucho por los
requerimientos del lector.
14. 1414
La biblioteca es hoy en día sitio de
encuentro y comunicación, un lugar
vivo y dinámico, portador de infor-
mación, conocimiento y desarrollo,
factores fundamentales para los
requerimientos de la sociedad actual.
Se concibe entonces, no simplemente
como punto de atención a los que
OTRA VOZ
La biblioteca funciona como un espacio de laboratorio de ciu-
dadanía. El trabajo colectivo y el bien común son herramien-
tas para transmitir normas de respeto y solidaridad, que pro-
picien situaciones en donde las reglas sociales se vivan
cotidianamente.
Irene Vasco, La Literatura como punto de Encuentro,
en «Selección de libros infantiles y juveniles Comfenalco
Antioquia».
la visitan, sino como un espacio
democrático, que se preocupa por
realizar proyectos con y hacia los
usuarios trabajando en beneficio
de ellos; es un apoyo integral para
la comunidad educativa, que
debe convertir a la biblioteca y al
bibliotecario en cómplices y alia-
dos.
Datos importantes sobre las bibliotecas nacionales
Las bibliotecas públicas más grandes que hay en Colombia son la Biblioteca
Nacional, que desde 1777 custodia el patrimonio bibliográfico de la nación,
y la Biblioteca Luis Ángel Arango; tienen su sede principal en Bogotá, pero
su catálogo se puede consultar por internet en las siguientes direcciones:
www.bibliotecanacional.gov.co y www.lablaa.org
En la mayoría de las ciudades capitales hay una biblioteca departamental,
pero desafortunadamente no todos los municipios tienen una biblioteca pú-
blica acorde con las necesidades de información de su comunidad; por ello,
el Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas, del Ministerio de Cultura, ha en-
tregado 350 dotaciones para bibliotecas públicas con una colección de 2.300
volúmenes, maletas de cine, computador y equipos de audio y video en dife-
rentes regiones del país, para un total de 550 bibliotecas entregadas en el
2005.
15. 1515
Para empezar a navegar por la biblioteca e inducir a sus alumnos a que jun-
tos realicen ese viaje maravilloso, es necesario que primero usted mismo se
sitúe frente a ciertas realidades, pues la manera como asumimos nuestra
relación con la biblioteca y la lectura, determina en gran parte lo que hace-
mos en el aula. Para ello hágase la siguiente entrevista (esta es un requisito
previo fundamental para llevar a cabo cualquier trabajo) y obtenga su propia
información:
¿Conoce muy bien alguna biblioteca?
¿Piensa que una biblioteca puede ayudarlo en su labor docente?
¿Considera que las bibliotecas son útiles? ¿Por qué?
¿Cuándo fue la última vez que visitó una biblioteca?
¿Cuál fue el último libro que leyó y hace cuánto?
¿Conoce la biblioteca del municipio?
Un poco de historia personal: la lectura y
la escritura, experiencias de vida
Rastree su historia personal con la lectura;
una mirada a sus vivencias infantiles le ayu-
dará a reconstruir experiencias valiosas,
aplicables no solo a los requerimientos de
sus alumnos sino también a sus prácticas
pedagógicas.
¿Recuerda el cuento, canto, arrullo, ron-
da… que más le gustaba de pequeño?
¿Recuerda quién le enseñó a leer y a es-
cribir?
¿Quién lo llevó al mundo de los libros?
¿Recuerda qué libro lo marcó de ado-
lescente?
¿Por qué llegó a ese libro?
¿Qué libros prefiere?
¿Qué libro recomendaría?
1.2 Situándose frente a la biblioteca.
16. 1616
Seguramente la pregunta de ¿para qué le sirve la biblioteca pública a un
maestro?, se le ha venido a usted muchas veces a la cabeza. También evaluar
cuál ha sido su historia personal como docente, en relación con la biblioteca,
ayuda a elaborar un plan pedagógico, o dicho metafóricamente una «bitácora
de navegación» y centrar unos objetivos, que dinamicen su labor en el aula,
apoyándose en las posibilidades de la biblioteca.
En las preguntas que siguen a continuación, de pronto va a descubrir
respuestas correctas que parten de su propia experiencia y podrá constatar
que la biblioteca es un centro privilegiado de recursos didácticos y un ele-
mento indispensable para llevar a cabo una educación auténtica.
Usted piensa que…
1. ¿Los niños deben memorizar lo que el maestro tiene escrito en unos apun-
tes y que les dicta mirando por la ventana mientras ellos copian en los
cuadernos?
2. ¿Lo mejor es poner un tema y entregar un libro para que los alumnos lo
resuman en tres o cuatro páginas?
3. ¿Lo indicado es inventarse un proyecto y darles tiempo para que vayan a
la biblioteca y busquen los libros para desarrollarlo?
4. ¿Lo ideal es que para investigar en la biblioteca el estudiante identifique
un asunto y que se demore todo el año con el mismo tema para evaluarlo
rigurosamente?
5. ¿La biblioteca es el lugar perfecto para mandar castigados a los que no
dejan dar clase...?
OTRA VOZ
«La formación de lectores implica la formación de sujetos
autónomos, darle a otros la capacidad para conocer, participar, decidir
qué libros leen o no leen, arraigarse, imaginar distanciarse, sobrelle-
var la soledad y vincularse con otros. Es darle poder a las personas
para determinar su propia vida».
Daniel Goldin.
17. 1717
Si contestó afirmativamente...
1. La biblioteca es un reto, atrévase a experimentar los nuevos caminos que
le propone esta guía.
2. Buen comienzo… siga leyendo, que a usted este libro le interesa.
3. ¡Usted debe ser el ídolo de sus alumnos!
4. No olvide que la biblioteca contiene infinitas posibilidades de temas para
investigar.
5. La biblioteca es el lugar perfecto para expandir el intelecto y la imagina-
ción y vivenciar el afecto.
TENGA SIEMPRE EN CUENTA
La biblioteca es portadora de servicios útiles que el maestro
puede y debe aprovechar cuando participa en la elaboración de
un PEI institucional y, en sus pautas pedagógicas. En ella en-
cuentra materiales diversos adecuados a las necesidades de
educación y comunicación del mundo moderno, además de
exposiciones, conferencias, música, animaciones de lectura,
talleres, etc. Anímese a «colonizarla», apropiándose, junto con
sus alumnos, de los diferentes servicios que ofrece y conviér-
tala en una especie de refugio afectivo, emocional y social.
1.3 La importancia de formar la comprensión lectora
La lectura es un instrumento privilegiado que permite desarrollar en el ser
humano sus capacidades y adquirir una actitud reflexiva y crítica frente a la
información y el conocimiento. Formar la comprensión lectora, es decir, for-
mar lectores que se apropien de la lectura de manera correcta, significa en-
tonces no solamente educar para encontrar la información correcta o «leer
entre líneas». En el sentido más amplio significa formar ciudadanos capaces
18. 18
de comprender el mundo y asumirlo, llevándolos a descubrir nuevos sentidos
que propician la convivencia y el respeto, pilares para la construcción de un
mundo mejor.
Si usted utiliza dos o tres horas de la semana para motivar la lectura de sus
alumnos en la biblioteca, está formando lectores, contribuyendo de manera
concreta y eficaz a que los niños descubran, disfruten y utilicen el infinito
universo significativo de los libros y ayudándolos a alcanzar no sólo los
estándares de lenguaje definidos por el Ministerio de Educación, sino los de
otras áreas del conocimiento.
La lectura debe ser la principal herramienta para aprender y la actividad fun-
damental para estudiar, y en la biblioteca puede iniciarlos en todo tipo de
lectura. Como a leer sólo se aprende leyendo, piense entonces en el viejo
graffiti de los sesenta: lo importante no es andar regalando pescados sino
enseñarle a la gente a pescar… la lectura viene siendo la caña para lograr
estudiantes autónomos, capaces de adquirir y producir conocimientos de
manera independiente.
Por favor, no se preocupe si sus alumnos parecen disfrutar demasiado cuan-
do leen, ni empiece a sospechar que están perdiendo tiempo cuando van a la
biblioteca, de todas maneras están aprendiendo… y las cosas importantes
también pueden ser agradables.
18
OTRA VOZ
Me dejaron vagabundear por la biblioteca y me lancé al asalto
de la sabiduría humana. Es lo que me hizo. (…). Nunca he ara-
ñado la tierra ni buscado nidos, no he hecho herbarios ni tirado
piedras a los pájaros. Pero los libros fueron mis pájaros y mis
nidos, mis animales domésticos, mi establo y mi campo; la
biblioteca era el mundo atrapado en un espejo; tenía el espesor
infinito, la variedad, la imprevisibilidad.
Jean Paul Sartre, Las palabras.
19. 19
1.4 Afinar las herramientas para el logro de una buena
comprensión lectora
19
Hay muchas maneras de afinar he-
rramientas para acercar a sus alum-
nos a la lectura, pero sin lugar a du-
das una manera es fascinarlos con el
encanto. ¿Recuerda ese cuento don-
de un flautista toca una dulcísima
melodía una y otra vez, insistente-
mente, para atraer a los niños de la
ciudad de Hamelín, los cuales arre-
batados por aquel sonido maravi-
lloso van tras los pasos del músico
formando una gran hilera? Bueno,
pues esa es la idea, necesitamos que
desempolve todo su poder de seduc-
ción y empiece a tocar la flauta. Cau-
tive a sus alumnos, condúzcalos a la
biblioteca y encántelos con las letras.
Le garantizamos que a la vez que
contribuye a su desarrollo intelec-
tual y emocional, y les deja una
huella imborrable en sus corazones
y cerebros, forma ciudadanos ínte-
gros que contribuirán al logro de un
mejor país.
1.5 A cada quién la horma de su zapato… ese es el secreto
Para seducir a sus estudiantes con la lectura y encontrar para ellos en la
biblioteca un libro que los conquiste, es necesario conocer sus gustos e inte-
reses y saber qué nivel de lectura tienen. En esto, por la diversidad de posi-
bilidades que ofrecen, juegan un papel importantísimo las bibliotecas públi-
cas municipales.
¿Cómo saber la horma?
Parta de presupuestos fundamentales que son aptos para cualquier edad:
1. Nadie, por decisión propia, lee lo que no le agrada…
2. No hay lecturas buenas y lecturas malas.
3. Sólo se lee bien lo que a uno le gusta, le interesa o necesita; por lo tanto,
un buen lector debe saber escoger.
4. El material de lectura que la biblioteca municipal ofrece es tan variado
que para encontrar lo indicado sólo es necesario decidirse a buscarlo.
5. En la variedad está el placer, y no a todo el mundo encuentra placer en
la literatura. Hay gente que detesta la ficción y prefiere libros de infor-
mación sobre diversos temas: astronomía, computadores, prehistoria,
arqueología…
20. 20
¿Y ahora cómo encontrarle un zapato?
Por fortuna, las bibliotecas públicas municipales poseen una excelente co-
lección con libros seductores para todas las edades, gustos y necesidades
que usted puede utilizar en clase. Por razones de espacio, en estas «hormas»
o gustos que nombramos a continuación, sólo explicitamos algunos libros de
la colección que consideramos pueden ayudarlo a desencadenar disfrute y
comprensión en los niños entre 5 y 8 años. Sabemos que, como toda
selección, es incompleta y que se hace necesaria su propia mirada para
complementarla.
Las estanterías de la biblioteca pública municipal están llenas de muchas
obras pertinentes, así que no se limite usted, ni limite a sus alumnos en la
escogencia. Su labor es encauzar a los niños permitiéndoles ciertas liberta-
des que ellos gozarán y agradecerán. Verá cómo el resultado final es que
ellos encuentran su propia horma en ciertos libros con los que se sienten
cómodos y satisfechos.
20
Para los lectores de imágenes:
• Mi primer libro de arte, varios, Molino
• Libro de imágenes, Beck, Ian, Juventud
• Voces en el parque, Browne, Anthony, Fondo de Cultura Económica.
Para los poéticos:
• Bichonanzas y adiviplantas, Zambrano, Alicia, Panamericana
• Canciones para mirar, Walsh, María Elena, Alfaguara
• Los meses del año son, Ruiz, Clarisa, Panamericana
Irene Vasco* nos recomienda los libros que a continuación presentamos,
adecuados a diferentes “hormas”:
*Bibliotecaria y promotora de lectura.
21. 21
Para los veterinarios:
• Quiero a los animales, Mcdonnell, Flora, Fondo de Cultura
Económica.
• Los dinosaurios son diferentes, Brandenberg, Aliki, Juventud
• La leche, de la vaca al envase, Brandenberg, Aliki, Juventud
21
Para los curiosos:
• Preguntas al amor, 5-8 años, Dumont, Virginie, Lóguez
• Mi primer libro de ciencias, Granstrom, Brita, Everest
• Cómo se hace un libro, Brandenberg, Aliki, Juventud
Para los aventureros:
• ¿A qué sabe la luna?, Grejniec, Michael, Kalandraka
• El expreso polar, Van Allsburg, Chris, Ekaré
• Hansel y Gretel, Hermanos Grimm, Panamericana
Para pasear por Colombia:
• Antología de poesía colombiana para niños, Robledo, Beatriz
Helena, Alfaguara
• Cuentos de Pombo, Pombo, Rafael, Panamericana
• Ni era vaca ni era caballo, Jusayu, Miguel Ángel, Ekaré
• Ronda que ronda la ronda, Jiménez, Olga Lucía, Panamericana
Para soñar:
• Tragasueños, Ende, Michael, Juventud
• Willy sueña, Browne, Anthony, Fondo de Cultura Económica
• Historias de ratones, Lobel, Arnold, Alfaguara
22. 22
Para reírse:
• El topo que quería saber quién se hizo eso en su cabeza,
Holzwarth, Werner, Alfaguara
• Batacazos, Silverstein, Shel, Ediciones B
• No, no fui yo, da Coll, Ivar
22
Para sentir miedo:
• Donde viven los monstruos, Sendak, Maurice, Alfaguara
• Ada nunca tiene miedo, Cordove, Isabel, Ediciones S. M.
• Sapo tiene miedo, Velthuijs, Max, Ekaré
Para jugar:
• El libro de Antón Pirulero, Andricaín, Sergio, Panamericana
• Chumba la cachumba, Cotte, Carlos, Ekaré
• Trabalenguas, Chericián, David, Panamericana
Para ponerse en el lugar del otro:
• La tarea según Natacha, Pescetti, Luis, Alfaguara
• I de india, Prodeepta, Das, Intermón Oxfam
• Los niños no quieren la guerra, Battut, Eric, Juventud
• Niña bonita, Machado, Ana María, Ekaré
Para llorar:
• Ani y la anciana, Miles, Miska, Fondo de Cultura Económica.
• Yo siempre te querré, Wilhelm, Hans, Juventud
• Las cabritas de Martín, López Narváez, Concha, Fondo de Cultura
Económica.
• Flon Flon y Musina, Elzbieta, Ediciones S.M.
23. 23
Para recordar los viejos tiempos:
• Aladino y la lámpara maravillosa, Varios, Ediciones SM
• La ratita presumida, Parreño, José Antonio, Kalandraka
• El sastrecillo valiente, Couto, Xoan, Kalandraka
23
Para hacer teatro:
• Pluft el fantasmita, Machado, Ana María, Everest
• Máscaras, caretas y antifaces, González Ramos, José, Grao
• Dulcita y el burrito, Reyes, Carlos José, Panamericana
¡No se dé por vencido!, muchos caminos conducen a Roma. Pero tenga en
cuenta al momento de elegir los libros:
• Calidad literaria, editorial y de ilustración excelente.
• Que ofrezcan múltiples niveles de interpretación.
• Contengan temas y lenguajes que respondan a los intereses de los lectores
y a las necesidades de los proyectos educativos.
• Sean ricos en ideas y sugerencias.
Antes de comenzar un trabajo de aula en la biblioteca, recuerde:
Dedicar previamente un tiempo a cada estudiante para establecer cuál es su
nivel de disfrute y comprensión de los textos, cómo está desarrollando su
proceso de escritura, y en qué medida escuchar y hablar, corresponden a
actos comunicación significativa acordes con su edad. En el caso de los más
pequeños, a los cuales va dirigida esta
guía, una manera de averiguarlo pue-
de ser leerles un cuento sencillo para
ver si:
• Comprenden la idea principal y el vo-
cabulario
• Disfrutan esta clase de historias.
• Distinguen el protagonista.
• Pueden hablar sobre sus preferencias.
24. 24
OTRA VOZ
Al respecto de la necesidad de evaluar las capacidades de com-
prensión lectora, Felipe Garrido, en su texto Formación de lecto-
res: escuela, biblioteca pública y biblioteca escolar, dice:
«Entiendo por ‘lectores’ – y la escritura va siempre implícita–, gente
que emprende una actividad voluntaria cuyo propósito es com-
prender, dar significado al texto por la necesidad y por el gusto de
hacerlo, pues sin comprensión no hay forma de mantener vivo el
interés, sin comprensión no hay lectura».
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Una vez hecho un análisis particular
de sus alumnos, vaya a la biblioteca
pública municipal, conozca y fami-
liarícese con los textos que ahí se
encuentran, y evalúe por cuenta propia
los que considere más apropiados
para sus alumnos. Si eventualmente
algunos libros le parecen largos o
difíciles para el nivel lector de sus
estudiantes, no los descarte automá-
ticamente; verifique la posibilidad de
hacer lecturas de imágenes y desarro-
llar en ellos el sentido estético.
Ponga luego en contacto a sus peque-
ños lectores con la mayor cantidad
de libros posibles para que se fami-
liaricen con ellos. Si el salón de cla-
ses no cuenta con una buena mues-
tra de libros de literatura infantil,
haga un préstamo de la biblioteca por
varios días de los que usted conside-
ra que pueden encantarles. Escója-
les libros de toda clase: informativos,
con poemas, fábulas, cantos, dibujos,
álbumes de imágenes, cuentos, y ayú-
delos a que los miren, los disfruten y
los relacionen con su propia vida.
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TENGA SIEMPRE EN CUENTA
• Acercarse usted primero a los libros para poder orientarlos mejor.
• Presentarles, en esta primera etapa, libros con palabras fáciles
de entender, con muchas ilustraciones para relacionar y con
relatos cortos.
• Asegurarse de que las ilustraciones complementan o amplían
el sentido del texto.
• Leer con el niño el texto que él construyó, y transcribírselo, es
decir, escribir debajo del texto del niño lo que él expresó.
• Planear el trabajo de manera que todas las actividades que se
desarrollen despierten el interés de los niños y los lleve a cons-
truir sobre lo leído; por ejemplo: dramatizaciones, juegos de pa-
labras, rimas, canciones, coplas, de manera oral y escrita.
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En el niño la expectativa de alcanzar
resultados determina el esfuerzo que
va a invertir en la realización del tra-
bajo. Por lo tanto, si un alumno tiene
éxito en las tareas que ejecuta, si ob-
serva que sus compañeros son capa-
ces de hacerlo y si recibe razones que
lo convenzan para actuar, sentirá que
puede realizar una labor e invertirá
mayores esfuerzos en ese propósito.
Las metas moderadamente difíciles
y susceptibles de ser alcanzadas a
corto plazo son las que promoverán
la motivación y la persistencia en la
lectura. El hecho de que el niño vaya
poco a poco comprendiendo las ideas
escritas, se convierte en el mayor ali-
ciente para querer descubrir, e inten-
tar aprender a leer textos cada vez
más complejos.
Recuerde que los niños en estas pri-
meras etapas del desarrollo de la es-
critura pasan por los rayones, el
garabateo, el silabeo, que son expre-
siones de su pensamiento plenas de
significado. Así que aunque usted la
perciba como un «intento de escritu-
ra» difícil de descifrar, para el niño es
escritura con sentido y significado, y
el mejor estímulo que para estos ca-
sos puede darle, es leer juntos el texto
que él pequeño construyó, y transcri-
bírselo, es decir, escribir debajo del
texto del niño lo que él expresó.
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El desarrollo de las habilidades de lectura y de escritura está estrechamente
relacionado: los niños aprenden a escribir si leen, pero también aprenden a
leer si escriben, y este proceso se convierte, casi en forma simultánea, en un
reto y en una conquista. Si el maestro los orienta adecuadamente, les está
entregando el más grande tesoro intelectual que puede proporcionarles: el
amor por la lectura y la escritura, la comprensión gradual de que estas son
expresiones de lo que se piensa y se siente, y de que a través de ellas se puede
conocer el mundo.
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Tener en cuenta algunas características de los niños pequeños es
importante. Por eso aquí le damos unas pautas adicionales de las
características más sobresalientes de los niños entre los 5 y los 8
años que pueden ayudarlo a hacerlos sentir bien con la lectura:
• Les llama la atención todo aquello que les es familiar, y están
cómodos viendo u oyendo cosas que traten de temas cercanos y
de rutina, como comidas, ir al colegio, vida familiar, hermanos,
animales, juguetes.
• Les gustan los juegos de palabras con pequeños retos que pueden
ir superando: trabalenguas, adivinanzas, retahílas, coplas, ron-
das.
• A medida que se van acercando a los 7 y 8 años, se estimulan con
situaciones más complejas.
• Son inquietos y su estilo de lectura no es igual a la de un adulto:
ellos no se quedan inmóviles para leer y buscan sitios diferentes
a una silla.
• Cualquier cosa les llama la atención, por lo tanto su tiempo de
concentración es corto, así que no se ofusque de ver que aunque
están contentos con un libro o con la lectura, quieran pasar a otro
tipo de actividad. Para no aburrirlos más bien bríndeles la posibili-
dad de hacer otras cosas por las que ellos muestren interés.
• Su curiosidad es infinita y sorprende, y… lo más importante:
• Necesitan de mucho afecto y apoyo para lograr el desarrollo máxi-
mo de sus capacidades.
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En el conocimiento que tiene de sus alumnos radica gran parte del éxito en
su educación, pues si usted como pedagogo es consciente de su manera de
ser particular y conoce sus habilidades, puede orientar mejor la formación.
Ponerse en los zapatos de sus alumnos lo ayuda no solo a desarrollar con
ellos una mejor forma de comunicación, sino que le permite saber como
perciben el mundo, que sienten y esperan de la vida.
A continuación hay una serie de preguntas que usted puede utilizar para tal
fin, pero piense en otras posibilidades de acuerdo a los perfiles que quiere
obtener, y lleve si le es posible una especie de diario de cada uno de los
pequeños para ayudarse en la evaluación.
Pregunte al niño:
¿Cuál es su actividad preferida?
¿Qué lo pone triste?
¿Qué lo hace feliz?
¿Qué lo enoja?
¿Qué le da miedo?
¿Para qué se siente bueno? (Contar cuentos, recitar, jugar fútbol, pintar, etc.)
¿Para qué es poco hábil?
¿Qué quiere ser cuando sea grande?
¿Cuál es su personaje preferido?
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Punto de apoyo
Si usted encuentra entre sus alumnos ciertas características no contempladas
en esta guía, las cuales considera importantes de tener en cuenta, anótelas.
AVISO IMPORTANTE
Comparta con sus pequeños alumnos todo el tiempo que le sea
posible para conocer sus fortalezas y sus debilidades, sus gustos
e intereses, y establezca una relación afectiva cordial y cercana.
Involucre en esta estrategia a los padres de familia para que ellos
también le ayuden en el proceso.
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Cómo afinar las herramientas para una buena comprensión lectora
Aprender a leer no significa solamente
saber decodificar unos signos. Adqui-
rir una buena comprensión lectora es
un proceso que dura muchos años, y
como la práctica de cualquier instru-
mento musical o de cualquier depor-
te, requiere afinar destrezas. Estas
destrezas sólo se afinan mediante un
trabajo constante y sistemático con
diferentes tipos de textos, por lo que
requieren la actividad intelectual del
lector. La simple lectura lúdica y pa-
siva no es suficiente; como cualquier
otra actividad es necesaria la prácti-
ca y la relación de saberes.
Por supuesto que una de las princi-
pales acciones, como ya lo dijimos,
es encantar a los niños con la lectu-
ra y rodearlos a los de buenos libros.
Libros con historias divertidas y
emocionantes que los distraiga y les
haga sentir que leer es una práctica
que se puede disfrutar, y que de esa
manera podemos apropiarnos del
mundo.
Y si tenemos libros en el aula
¿cómo vamos a organizarlos?
Si cuenta con la fortuna de tener libros a su alcance en el sa-
lón, o con la posibilidad de tomarlos prestados por unos días,
tendrá una gran ventaja, ya que para orientar al niño sobre sus
preferencias de lectura, el pequeño debe de tener también a
mano la posibilidad de mirar el texto y comprobar si visual-
mente le llama la atención y le agrada. El aula le proporciona
al niño confianza y tiempo para explorar los libros con
tranquilidad; poco a poco esta misma familiaridad se debe lograr
con la biblioteca.
Sugerimos a continuación una manera de organizar con los
niños los textos que se tengan a la mano, invitándolos a asu-
mir el papel de un bibliotecario; si los pequeños asumen ofi-
cios a través de juegos simbólicos, se ejercitan para asumir
con responsabilidad roles futuros.
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Las cajas de los libros interesantes
Con la participación de los alumnos, acondicione unas cajas de car-
tón, madera o del material que tenga a disposición; píntelas de colores
y dibújeles o pégueles una ilustración que corresponda a diversas ca-
tegorías, por ejemplo:
• Personas
• Animales
• Cosas
Tambiénpuedehacerloporgéneros
(cuentos, fábulas, coplas, adivinan-
zas) u otro sistema de clasificación
que resulte interesante.
Estas cajas pueden colocarse en
el piso o a una altura cómoda, de
fácil acceso, para que los niños se
acerquen a ellas con confianza y escojan,
entre el material que contiene cada una, lo
que quieren leer o mirar.
Si las cajas se organizaron por categorías como personas, animales o
cosas: en la caja que dice PERSONAS deposite los libros que se re-
fieren a la familia o a personajes y protagonistas humanos; en la de
ANIMALES, historias, versos, fábulas o poemas referentes a los ani-
males; y en la de COSAS, los cuentos referentes a objetos.
Los niños también pueden elaborar otras cajas como la de frutas, de
minerales, juguetes, colores, etc. Y si no hay suficientes libros sobre
cada ítem, usted puede pedirles que dibujen o recorten algo que haga
referencia a la caja, inventen una historia sobre el dibujo o la ilustración
que han pintado o recortado y lo depositen en ella.
Esta es una manera de involucrar activamente a sus alumnos en con-
figurar el material requerido por la clase, hacerlos sentir como pequeños
bibliotecarios y llevarlos a que, catalogando el material bajo diversas ca-
tegorías, den rienda suelta a su imaginación y formas de expresión.
