1. DÍGALE A LA MUJER QUE SE LIBERE,
QUE LEVANTE LA FRENTE,
QUE SE SACUDA EL YUGO,
QUE HAGA VOLAR EN TRIZAS LAS MIRADAS
MORBOSAS QUE LA ACECHAN.
Y DÍGALE QUE GRITE
QUE YA NO LA AMEDRENTAN LOS IMPÚDICOS
QUE LA CRUCIFICARON SOBRE UN LECHO,
Y LA HAN ESCLAVIZADO A LA CRIANZA,
A LAS NOCHES LLORANDO SOLEDAD,
AL SILENCIO, A LA PENA, AL MANOSEO.
DÍGALE A LA MUJER QUE SE LIBERE,
QUE ROMPA LAS CADENAS,
QUE RECLAME, QUE ARAÑE,
QUE ESTALLE CONTRA EL MUNDO
CUANDO QUIERAN VIOLAR SU LIBERTAD.
DÍGALE A LA MUJER QUE SE LIBERE,
QUE YA NADIE ES SU DUEÑO,
QUE ELLA SOLA ES LA REINA DE SI MISMA,
QUE NACIÓ PARA ESO.