En la enseñanza por competencias, la primera competencia a aprender es saber quiénes somos.
Saberlo no solo nos ayudará a conocernos a nosotros mismos, sino que también despejará el
camino para conocer a los demás.
CONÓCETE A TI MISMO CESAR ESPINOZA WONG 1 ABRIL 2022 (1).pdf
1. CONÓCETE A TI MISMO
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Mag. César A. Espinoza Wong
1 de abril del 2022
"La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos
los grupos étnicos y religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las
Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz."
Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 26
“Al salir de clases todos corríamos para ir a un terreno cercado y abandonado, trepábamos las
paredes y con piedras armábamos una canchita de fulbito donde por mucho tiempo jugábamos
nuestro partidito de fútbol. Al llegar setiembre las cosas cambiaban para llegar rápido al barrio
y empezar la guerra de las cometas; hacía mi cometa con caña sacuara y puntas afiladas para
cortar el papel de la competencia. Ya entrada la adolescencia, dejé la pelota y las luchas de
cometas para esperar a mis sobrinas (que tienen mi edad) a la salida del colegio y poder ver a
sus amigas. Tiempos pasados donde los juguetes que usé tenían mucho que ver con los
acabados que yo les daba con mis manos, el filo al trompo, ponerle la cuerda al bolero y
barnizarlo personalizadamente, el nudo que sostenía la sacuara de la cometa, el filo del run
run. Ahora tengo hijos y veo que no usan el trompo ni el bolero que les compré, los cuales son
tan bonitos que yo hubiera matado para tenerlos. Y ni hablar de ir a conseguir caña y hacer la
cometa, eso no va con ellos y sus juegos computarizados”
PABLO, Cuentos cortos
César A. Espinoza Wong
Miércoles, 29 de diciembre de 2010
Los alumnos de los primeros años de Universidad son Centennial, unos nativos neodigitales que
usan poco los mensajes de texto y mas se comunican por voz y video, son creativos,
multipantallas y multitareas. La naturalidad que tienen en el manejo de la tecnología digital y el
acceso a redes sociales, sitios web, motores de busqueda, realidad virtual, inteligencia artificial,
drives en ciberespacio, aulas virtuales, impresoras 3D, plataformas de envío por correo, y dentro
de pronto el metaverso, les abre ventanas de oportunidad adicionales. El manejo informático
responsable es valioso, los Centennials tienen una reputación digital que cuidar. Ellos son
jovenes leales, autocríticos, decididos, pensadores libres, responsables y muy compasivos, que
gustan del autoaprendizaje por YouTube. En manada son algo competitivos, curiosos, originales
y aventureros pero evitando muy claramente riesgos innecesarios. Anhelan la Graduación
Universitaria y evitan las deudas por lo que el consumo de sustancias no es de su predilección,
sin embargo podemos encontrarlos aislados, solos y algunas veces excluidos. El mundo debe
redefinirse para contenerlos, ellos necesitan de ambientes éticos donde la alegría de pertenecer
les dé tranquilidad y facilidades de movimiento, su independencia es fundamental en el trabajo
y éste debe parecerle lleno de experiencias emocionantes, debe permitirle ver su futuro, su
comunidad. Comunidad que ayude a hacer avanzar al mundo.
Aristóteles en su Metafísica decía “Todos los hombres desean, por naturaleza, saber” y los
Centennials lo demuestran a cada momento, son apasionadamente curiosos, alegres por
descubrir y anhelantes de darle un sentido social a su hallazgo.
2. En la enseñanza por competencias, la primera competencia a aprender es saber quiénes somos.
Saberlo no solo nos ayudará a conocernos a nosotros mismos, sino que también despejará el
camino para conocer a los demás.
“Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la
naturaleza, que, si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás
hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes
encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre,
conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.
Inscripción en la sala donde se hallaba la sibila
Los Centennials, al no aceptar por completo los formatos en que la información de las materias
tradicionales está empaquetada, obligan al docente a estructurar la materia en proyectos
temáticos donde los alumnos se apropian del proceso de aprendizaje. En esta nueva realidad, el
aula y el libro han sido desplazados por espacios virtuales que pretenden acercar el aula a la
realidad, más versátil e informada a la fecha.
Actualmente abrimos información fragmentada en nuestros accesorios informáticos. La
información es importante porque consume tiempo y nuestra atención; y al habituarnos a su
múltiple origen, fragmentación, significado y consecuencias de su ejecución, se nos hace más
difícil pensar de forma compleja y leer grandes volumenes de texto como en la escuela
tradicional.
Muchos valores debemos conservar: el valor del trabajo duro, el amor al conocimiento, la
disciplina diaria, el respeto a todos, el sentimiento de grupo. Los avances tecnológicos no
conseguirán diluir la tradición y vigencia de estos valores.
“La nueva educación debe ser fuente de adquisición de competencias que
permiten no sólo adquirir conocimientos, sino también modificarlos,
adaptarlos, actualizarlos y ponerlos al servicio de la sociedad”.
Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (OEI)
¿Cómo enseñar a los Centennials a que trabajen con fe y ciencia? Tal vez enseñándoles a
repensar nuestras vidas que no son vanas sino valiosísimas e irrepetibles, profundizando en los
misterios de la vida humana, el valor que tienen sus semejantes y el ambiente, dándoles tiempo
para reflexionar, abriéndole espacios para ser genuinos. Profundizar en la vida humana es lo que
podemos ofrecer como educadores, proporcionándoles los saberes que necesitarán para
desarrollarse como ciudadanos sanos, y terminar de formar por completo su personalidad.
Si seguimos en el camino de la información fragmentada, no habrá razón para prohibir un libro,
porque nadie querrá leerlo y más bien, ante tanta información digital, las personas quedarían
ahogadas en un mar de pasividad e indiferencia, con algo de egoísmo “por no compartir” e
irrelevancia. Educar sin estas herramientas del pasado, los libros, es un reto que la Educación
Universitaria aún no aborda con seriedad. Amar la búsqueda digital y desatender el valor de la
información cierta que hay en los libros puede arruinarnos.
El acercamiento del aula a la realidad significa la renovación didáctica de la práctica docente,
nuevas formas de enseñar y evaluar, reingeniería. Los alumnos esperan que la Universidad le
enseñen cómo aprender, y no solo qué aprender. La Universidad por su parte, fomenta que los
3. propios alumnos fijen metas, objetivos, resuelvan problemas y completen su aprendizaje
impulsándolos a mejorar su autorregulación, el “saber ser” para “saber hacer”, el “Saber saber”
y éste, para la acción. “El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lampara por encender”, decía
Plutarco.
Así mismo, ellos se reagrupan basándose en la forma en que aprenden, sus preferencias de
estilos de trabajo y disponibilidad de tiempo para el estudio. Teniendo la cualidad de tener una
fácil adaptabilidad a contextos laborales, los Centennials pueden llegar a ser muy pragmáticos e
integradores de las distintas generaciones con que interactúan.
Por último, es evidente que hoy en día, la Universidad sabe que es importante incorporar
prácticas tempranas de aprendizaje de campo, en un contexto de multidisciplinariedad y
complejidad, para lo cual es relevante darle al estudiante las competencias que le permitan
gestionar exitosamente con instituciones y actores sociales reales de su comunidad, en un
ambiente ético de aprendizaje, protegido por la Universidad, posibilitando su futura
empleabilidad.