2. El nacimiento de Jesús
Texto:
Mateo 1:18-25: Lucas 2:1-7.
Versículo Clave:
He aquí una virgen concebirá y dará a
luz un hijo y llamarás su nombre
Emanuel, que traducido es: Dios con
nosotros (Mt. 1:23).
Jesús nació de una virgen, de la familia
del rey David y en la aldea de Belén.
3. Justificación: Se necesita comprender
que el nacimiento de Cristo inició el
cumplimiento de las promesas de Dios
de redención del mundo.
Al finalizar este estudio el alumno
podrá demostrar su conocimiento
acerca del nacimiento de Cristo por: (1)
Describir oralmente al grupo tres
beneficios que el nacimiento de Cristo
le ha traído a su vida.
4. Estudio de la Biblia
Mateo y Lucas tienen una fuente
común: Marcos, quien dependía de la
predicación de Pedro.
Marcos fue escrito después de la
muerte de Pedro y Pablo, en la
persecución de Nerón (64).
Juan es visto como más teológico y
místico que biográfico, aunque tiene
mucha historia.
5. A. Engendrado Del Espíritu Santo
(Mt. 1:18-21)
La concepción divina y el nacimiento
virginal de Cristo es una de las
doctrinas esenciales del cristianismo.
Estos hechos concuerdan con la
personalidad, el carácter y la obra de
Jesucristo.
Los versículos 1 al 17 de este capítulo
son dedicados a la genealogía de
Jesús.
6. De ese modo Mateo hace resaltar la
ascendencia davídica del Salvador.
Los judíos no hubieran tenido en
cuenta ninguna pretensión mesiánica
que no cumpliese este requisito.
De ahí el énfasis que se le da a este
aspecto en pasajes como Hechos
2:30,31; 13:23; Romanos 1:3; 1
Timoteo 2:8; Apocalipsis 22:16.
7. El versículo 16 contiene una afirmación
implícita de la concepción virginal.
El evangelista evita usar la palabra
"engendró" indicando la relación
particular con José como padre legal
pero no real.
María había concebido del Espíritu
Santo (v 18); estaba desposada con
José, pero no se habían juntado como
marido y mujer.
8. Fue, y es, la única concepción divina
que ha habido.
Adán, el primer hombre, fue creado por
Dios del polvo de la tierra, pero no
concebido en el seno de una madre.
C. S. Lewis declara que "El Hijo de
Dios se hizo hombre para capacitara
los hombres para llegar a ser hijos de
Dios".
9. Agustín dijo de Cristo que era "el que
ya Hijo de Dios vino a convertirse en
Hijo del hombre para darnos a los que
ya éramos hijos de hombres, el poder
para llegar a ser hijos de Dios".
La encarnación de Cristo, su
concepción por el Espíritu Santo, sería
un hecho único, que no sería
fácilmente aceptado por la mentalidad
humana.
10. María con su embarazo, corría un
riesgo de muerte, pues la ley de
Moisés ordenaba matar a pedradas a
todo fornicario o adúltero.
Pero el que busca a Dios y procura
agradarle, acepta la revelación, el
misterio de la encarnación, la
participación del Espíritu Santo en la
concepción, como un acto de fe.
11. Esto es lo que hizo José, cuya
reputación se vería empañada cuando
el embarazo de María se supiera.
Con todo, su carácter justo lo hizo
pensar en ella y su seguridad, no en sí
mismo y quiso dejarla en secreto.
Sin embargo, el ángel que le anunció a
María el nacimiento de Cristo también
le informó a José que el Espíritu Santo
era el originador.
12. José lo aceptó con la sencilla fe del
que se somete a la voluntad de Dios.
Esta sumisión de María y José los
evidenciaba como la pareja adecuada
para que el Salvador viniera a nacer en
su hogar.
Eran los padres adecuados porque
ejemplificaban la sumisión a Dios en
todas las cosas, aun a riesgo de la
vida.
13. Eran padres dispuestos a arriesgarse
por el que dio la vida por la humanidad.
El v. 21 da instrucción acerca del
nombre que el Hijo engendrado por el
Espíritu Santo debía tener:
JESÚS,
que significa, "el Señor es salvación".
A José le correspondía poner nombre a
su primogénito (Lc. 1:62.63), por la
instrucción de Dios mismo.
14. Para el hebreo el nombre era algo más
que un apelativo, el nombre estaba
ligado a las circunstancias del que lo
llevaba (Gn. 25:26:32:27. 28).
El nombre que se le da al hijo de María
lleva una tremenda carga significativa y
apunta a la cruz que deberá llevar para
salvar a los hombres
15. B. Llamarás Su Nombre Dios con
Nosotros (Mt. 1:22-25)
El nacimiento del Hijo de Dios es, por
donde quiera que se le mire milagroso
"Todo esto aconteció para que se
cumpliese lo dicho por el Señor por
medio del profeta" (v. 22).
El nacimiento de Cristo no fue un
hecho intempestivo, sino en el
cumplimiento del tiempo (Gá. 4:4.5).
16. Había sido profetizado; podía ser
comprobado por medio de las
Escrituras.
Lo dicho por el profeta, como lo cita
Mateo, era:
He aquí, una virgen concebirá y dará a
luz un hijo, y llamarás su nombre
Emanuel (v. 23).
17. En la misma profecía de Isaías 7:14
resalta el hecho de la virginidad de
María al tiempo de la concepción y al
tiempo del nacimiento.
El hacer notar este hecho no exalta a
María a la altura del Hijo de Dios que
traería en su seno: exalta el poder de
Dios para hacer concebir a una virgen.
María. como mortal, no podía dar a luz
al Eterno.
18. Ella era solamente el vaso escogido
por el cual el eterno entraría a la tierra.
Cristo ya existía siempre ha existido,
antes de que María misma naciese (Jn.
1:1.2: 8:58: 17:5: Fil. 2:5-8. Mi. 5:2; He. 10:5-7).
María por tanto, no es la madre de
Dios, sino del cuerpo de Jesús el que
podía morir, y murió, por los pecadores.
19. Emanuel (v. 23). Aquí no se habla del
nombre propio del Hilo de Dios, sino de
un título en relación con su naturaleza
y situación entre la humanidad: Dios
con nosotros.
En Romanos 9:5 es indudable el
propósito de Pablo de llamar Dios a
Cristo: De quienes son los patriarcas. Y de
los cuales, según la carne, vino Cristo, el
cual es Dios sobre todas las cosas, bendito
por los siglos. Amén.
20. Dios con nosotros significa, además,
que el Hilo de Dios asumió la
humanidad en su personalidad y es
así, Dios y hombre en una sola
persona (Jn. 1:14).
Su humanidad es, por lo tanto, la obra
de Dios y no el desarrollo del germen
de la raza humana.
De esa manera no heredó la naturaleza
corrupta de los hilos de Adán.
21. El profeta subraya que el Mesías será
efectivamente Dios con nosotros, no
sólo por su misión divina sino porque
es Dios hecho hombre.
En el anuncio del ángel a María (Lc.
1:35) se habla del Santo Ser que
nacerá y que será llamado Hijo de
Dios.
Se alude a la esencia misma de la
Deidad en la humanidad de Jesús.
22. Pablo habla de Cristo como el retrato
de Dios y en quien habita toda la
plenitud de la divinidad (Col. 1:15-20; 2:9).
Cristo es Dios; Tomás dudaba de Su
resurrección porque no lo había visto
resucitado, cuando el Señor apareció y
le mostró sus manos y su costado dijo:
¡Señor mío, y Dios mío! (Jn. 20:28).
Cristo es Dios con nosotros; las
palabras de Tomás enseñan que ese
Dios ha de ser nuestro Dios y nuestro
23. Los vv. 24 y 25 resaltan la obediencia
de José; cuando despertó del sueño
tenía su problema resuelto y
perplejidad superada, al aceptar que el
sueño contenía la palabra de Dios.
Llegó a esa convicción y obró; hizo las
dos cosas que se le ordenaban:
- recibió a María como esposa,
- le puso el nombre que le había sido
indicado por Dios en el sueño.
24. Dios necesitó una mujer que estuviera
lista a sufrir el oprobio y un hombre
que estuviera dispuesto a recibir una
revelación y que no diera lugar a
recelos y sospechas poco gratos para
cualquier hombre, y los halló.
Este es otro milagro de Dios.
25. C. No Había Lugar En El Mesón
(Lc. 2:1-7)
El nacimiento del Mesías fue un
maravilloso milagro no sólo por el
hecho en sí, sino por las circunstancias
excepcionales que lo rodearon.
Dios se encargó de que la profecía de
Miqueas 5:2 se cumpliese exactamente
y en el tiempo apropiado.
26. Dios dirige aun los corazones de los reyes
y gobernantes hacia donde Él quiere.
El señaló el tiempo en que Augusto había
de expedir el edicto de empadronamiento
y dispuso que se ejecutara de tal manera
que María tuviera que estar en Belén.
En Roma los censos eran periódicos y se
ejecutaban con un doble propósito:
ajustar e imponer tributos y actualizar la
disponibilidad de reclutas para los
ejércitos.
27. Los vv. 1-5 demuestran la soberanía de
Dios en todo.
Cuando Augusto César, primer
emperador romano expidió un decreto
para que todo el mundo fuese
empadronado, la providencia de Aquel
que lo gobierna todo se manifiesta en
este hecho sencillo.
28. Siendo Herodes un rey vasallo de
Roma, debió cumplir el decreto.
Había un carácter revoltoso de los
judíos contra toda acción que
ofendiese sus ideas nacionalistas por
aparentar sujeción o esclavitud a un
gobierno extranjero.
Herodes tuvo que hacer el censo al
modo judaico, haciendo que acudiesen
a la ciudad de su familia y tribu.
29. Los hebreos guardaban el censo para
conservar el registro familiar y
genealógico; los romanos tenían la
costumbre de empadronar en el lugar
de residencia, pero no los judíos.
Por ese motivo, aunque José y María
vivían en Nazaret de Galilea, alrededor
de 100 km. de Belén, debieron hacer
ese recorrido en cumplimiento de la
profecía.
30. El emperador, Cirenio, y aun Herodes,
eran instrumentos en las manos de
Dios, facilitando los designios eternos
del Rey de reyes (Ec. 5:8).
Ni se imaginaban que estaban
ayudando a sentar las bases del reino
divino ante el cual los imperios se
doblarían un día.
Así, Dios mostró una vez más las
señales del Mesías en Cristo.
31. Cristo era descendiente de David, de
que había de tomar el trono del pueblo
de Dios, en el sentido espiritual (1 Cr.
17:11-14; Lc. 1:32).
Los que conocían estas profecías las
interpretaban de manera material, por
lo que el Mesías que esperaban era un
rey en la esfera política y poderoso y
rico en cosas materiales.
32. Sin embargo, Dios, al encarnarse, vino
a nacer en la condición más pobre.
José y María llegaron a Belén, y allí se
cumplieron los días de su dar a luz, sin
tener todavía un alojamiento para
pasar la noche.
No hubo lugar para ellos en el mesón,
no por que el mesonero rechazara al
Mesías por motivos personales.
33. No había lugar por la cantidad de gente
que había llegado para cumplir el
edicto de empadronamiento.
Pero a la vez, la situación muestra a un
Dios que,
y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz (Fil. 2:8).
Cristo vino a la tierra a vivir en las
mismas circunstancias en que el
hombre.
34. Aplicación
En el evento del nacimiento de Jesús
se dio una confluencia de muchos
factores o circunstancias y situaciones.
Dios guió una gama de factores para
darse cuenta de la necesidad de Cristo
y le abra su corazón.
Cada redimido debe sentirse feliz por el
privilegio de ser un creyente en
Jesucristo.
35. Se debe pensar en que muchos no han
hecho una decisión por el Señor Jesús.
El nacimiento de Cristo fue una grata
nueva que los ángeles dieron a los
pastores.
El nacimiento de Cristo en el hombre
es la gran noticia que cada cristiano
tiene que compartir.
36. Contexto y Lecturas Diarias
Lunes: Lucas 1:26-38.
Martes: Lucas 2:1-7.
Miércoles: Lucas 2:8-20.
Jueves: Mateo 2:1-12.
Viernes: 1 Juan 1:1-4.
Sábado: Colosenses 1:15-20.