1. Ruben Cantafio
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Don Quixote y su nuevo amor "La Santiago" : Historia
novelada de un muy loco sueño!
A todos nos parecía complicado, rebuscado, difícil de entender, no entendimos como siendo
mujer, y siendo tan hermosa, la habían sus padres llamado “ La Santiago”. No entendimos como
le habían puesto nombre de hombre. Si era tan hermosa. Si era tan fabulosa. Quizás por la
fortaleza que demostraría en el tiempo. Así los hechos y la historia lo confirma. Pasó el tiempo.
Mucho tiempo. Pero llegamos a saber, que termino arruinada, usada, vejada. Fueron muchos los
que de ella abusaron, le vivieron, le quitaron todo. Sobre todo su vitalidad. Esa por la cual al nacer
y en su vida fue reconocida. La verdad era inexplicable. Casi no entendimos cómo había podido
sucederle eso. Le quitaron todo, le sacaron las vísceras.La verdad si no estaba muerta, era
inservible. ya nadie se acordaba de ella.
Don Quixote des valens, quien había sido bautizado como el Hidalgo juan des valens, siempre ,
andaba por allí, buscando oportunidades de rescatar a una bella doncella. Andaba por el mundo,
ese difícil y sofocante mundo que nos rodea, buscando siempre ir adelante. No era tonto, era un
ágil joven de negocios, que con sus sueños intentaba cada día ir por más en la vida, quizás para
demostrarle al mundo, que él tenía su propio peso. EL no era lo que era por su apellido, sino por lo
que él mismo había logrado. Su familia siempre le había ayudado y tenía extrema confianza en su
criterio de aventura. Pero él luchaba, desde muy adentro de sus entrañas en lograr hacerle
entender al mundo, que él era lo que es, por su propio peso y no por lo que tenía a cuestas.La
verdad el no soñaba con ella. Ni siquiera la buscaba ,no la pensaba. Simplemente en su recorrido
habitual la encontro alli, tirada , inerte, desahuciada. ya no tenía nada, no era interesante, ya que
había perdido todo. A nadie le importaba ya.
Solo el y sus sueños las veían como hermosa, como posible. Solo el vio la oportunidad. El contaba
con su inspiración y su sueño. Con lo que tenía a mano … decidió rescatarla. Someterla a una
delicada y detallada sesión quirúrgica a fin de lograr que reviviera. Ya incluso le habían dado los
santos oleos,señal de que era imposible que se salvará.
El Quixote se acompaña en esta aventura de muchos y muchas “Sanchopanzas” diferentes. Un
tal armando, que era un reconocido médico, conocedor de las circunstancia de ese difícil mundo,
que sabía muy bien lo que le había pasado a La Santiago y que sabía, lo que jamás se debía de
volver a hacer para que la misma llegara a esa situación de nuevo. Sus Sanchopanzas de
siempre, Saverio , quien con su tenacidad cotidiana, sus miles de escalones arriba y abajo dentro
de La Santiago , supervisaba a detalle, milimétrico, el proceso de reconstrucción a la que fue
sometida. No era una simple cirugía plástica de rejuvenecimiento. Se decidió, cambiarle piel,
venas, nervios y hasta el mismísimo cerebro. Es que no se quería tener lo que fue, se quería tener
un modelo de gestión diferente, novedoso. Que fuese mejor e insuperable.
El Sancho Panza, José Rafael, quien manejaba, lo que se necesitaba para echarla adelante.
Sabía Dónde estaban los recursos, como buscarlos. Era un ágil mercader, que con equilibrio, y los
pies siempre bien puestos en el piso tenía la responsabilidad de aterrizar los sueños de los
demás. Sus No, tenían un valor inmenso. Es que eran muchos y él siempre con su sabia palabra y
sabio consejo, daba su opinión, que siempre estaba apegada al suelo, a la realidad.
Tenía una Sancho Panza, Verushka, que con cotidianidad y encanto, lo apoyaba en todo. No
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había horario, no había en ella un NO, siempre había en ella, un gesto, una palabra de aliento, de
… te ayudo en lo que necesites!. Su nueva Sancho Panza, la mas nueva, era Mayte, quien tenía la
responsabilidad de pelear con la carroña que rodeaba a La Santiago, que aun queria sacarle mas,
esa que la asfixió de tal manera que acabó con ella. Pero además de crear la arquitectura legal,
una enredada novela de documentos que protegían la aventura pero que creaba las bases sólidas
para que nunca jamás esta aventura termina mal.
Era una aventura, pero se intenta, con esfuerzo, con esmero, con horas de dedicación, con horas
de sueño desveladas. No era fácil, pero se intentó, con todo el corazón, con todo el ahínco.
El viernes pasado, el Quixote, me invitó a ir a verla. En un momento, con el respeto y el cariño que
le guardo, le dije , después de ver a “ La Santiago”: Si antes pensaba que estabas loco, hoy creo
que estas RELOCO. Es que solo alguien no muy cuerdo puede ver las oportunidades en un país
donde el riesgo es cotidiano, donde el riesgo es certeza, donde el riesgo es cambiante, y cambia
más rápido que nuestra capacidad de adaptarnos. Esta tan RELOCO, que les sembró a este
maravilloso mundo de gente que le rodea de su sueño , y les hizo pensar que era posible.
La vi. Estaba allí, fui hasta ella, me maravillo, todo lo que vi, Es que no se le dio una pinturita. No
fue que se le llevó a su buena situación anterior. La Santiago es ahora otra, con mas capacidad,
con mucho mas fortaleza, con mucho más que buscar en la vida. Se le garantizo el éxito desde lo
más profundo de su ser.
Me le acerque, le agarre su mano, calurosa. Sentí su piel, viva. En una forma tenue, bajita su voz,
me dijo al oído, despacio, aún convaleciente: Estoy de vuelta!
Saben uds la falta que nos hace al país nacional, instituciones como La Santiago?
Simplemente esta alli, es verdad, es ahora indetenible, y estoy seguro será un icono del mundo de
la medicina en nuestro país. Les aplaudo desde lo más profundo de mi ser, en mi acostumbrado
silencio.
Soy sortario, un gran sortario, por poder estar al lado de este sueño, al lado de tan maravillosa
gente, que con tesón, con certeza y con esmero ha logrado revivir, rehacer, reacomodar esta
institución, en un pais tan dificil como es nuestra desangrada Venezuela. Queda gente que
imagina el éxito a diario, que echa pa' lante a diario, que construye oportunidades, pero que por
sobre todo, construye un país!
Salud!
Ruben Cantafio
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