1. Los medicamentos bienes esenciales, no solo importa el dinero.
El problema existente hoy en día en cuanto al acceso medicamentos es de suma importancia y
debe ser una de las preocupaciones centrales al momento de hacer políticas farmacéuticas, ya que
son bienes sociales esenciales para la Salud de las personas, y por lo tanto cualquier modificación
en torno a estos requiere de estudios serios y profundos que garanticen un beneficio para los
pacientes sin dar espacio a errores que puedan provocar un prejuicio de cualquier índole.
Es por esto, que vemos con preocupación la insistencia del Gobierno en tratar de que se apruebe
el proyecto de ley que autoriza la venta de medicamentos que tengan la condición de venta
directa en establecimientos comerciales diferentes de la farmacia, ya que los antecedentes nos
indican que es una apuesta que acarreará diversos problemas sanitarios y económicos, con una
supuesta baja de precio poco significativa para medicamentos de venta directa (5-8% según
datos del Minecom). Creemos que es sumamente irresponsable, más aún teniendo en cuenta que
los documentos en los que se basa el ministerio de economía para impulsar este proyecto son
pobres en cuanto a su evidencia, con datos que no son aplicables al mercado farmacéutico
chileno y que han sido incorrectamente analizados.
Las consecuencias sanitarias que este proyecto puede provocar, encontramos las intoxicaciones,
las cuales son una realidad preocupante en Chile ya que según datos del CITUC los medicamentos
son el principal agente causal. Además en Chile debido a que no existen campañas sobre uso
racional de medicamentos, hay un altísimo índice de automedicación y autoprescripción, lo cual
pone en riesgo la salud haciendo no recomendable la medida de liberar la venta de medicamentos
al comercio.
Desde el punto de vista económico, a nivel mundial la tendencia es avanzar a una mayor
“regulación” del mercado farmacéutico debido al importante impacto para la población. Es aquí
donde hacemos el hincapié para evitar las irregularidades que se han ido detectando es necesario
que la farmacia se posicione como un real centro de salud al servicio de la población y no como
un minimarket donde los conceptos de venta, créditos, colusiones, promociones, incentivos
perversos son los que la rigen hoy en día. Donde lo mas importante sea la persona y la correcta
dispensación de su medicamento, donde obtenga información oportuna, veraz y sencilla sobre sus
medicamentos.
El mayor énfasis es necesario también en la fiscalización, ya que vemos que se quiere combatir la
desregulación con más desregulación, y decimos esto porque actualmente existen 4 fiscalizadores
de farmacias para toda la región metropolitana que se deben encargar de un gran número de
establecimientos, y si ya están absolutamente sobrepasados, la fiscalización será nula con la
apertura de estos nuevos puntos de venta.

2. Finalmente, quienes suscribimos este documento, llamamos al parlamento al rechazo de este
proyecto de ley que no soluciona el problema de fondo. Las políticas públicas, como lo dice su
nombre, deben buscar el bien común y dudamos de las intenciones reales que motivan la
discusión de esta medida ya que solo busca favorecer los intereses económicos de las grandes
empresas supermercadistas y laboratorios y no de los usuarios de salud.
Cristian Barrueto Sepúlveda
Presidente
Asociación Nacional Estudiantes de
Química y Farmacia
ANEQyF
Hernán Calderón
Presidente
Corporación Nacional de consumidores
y usuarios
CONADECUS
Rubén Andino
Presidente
Liga ciudadana de consumidores
Andrés Bustos
Presidente
Asociación Nacional de Defensa de los
Derechos de los Consumidores y
usuarios de la seguridad social.
ANADEUS