(ene.2011) La travesía del navegante legendario por la mar de la vida en un viaje reiterado y siempre nuevo que nos hace reflexionar sobre nuestro viaje personal en nuestra propia barca de la vida.
Texto, fotos y producción original: Carlos Rangel
2. Cada vez que el navegante
levanta el ancla de su barca
emprende una nueva aventura
en los infinitos mares de la vida
y su corazón late de prisa
sin saber si es por zozobra
o por exaltación.
3. Siempre será
una hazaña diferente,
siempre en aguas diferentes,
con retos diferentes
que aunque
siempre se repiten
siempre tiene
rostros diferentes
en circunstancias diferentes.
4. Su único objetivo
es lograr traspasar
las fronteras de lo conocido,
atravesar la bruma
y acariciar al sol
para regresar a casa
con su premio de oro,
tras haber salido triunfante
de los escollos de su travesía.
5. El navegante
ha salido
de muchos puertos,
ha surcado
muchos mares,
ha conocido
muchos dilemas,
ha cedido
a muchas tentaciones,
ha sabido sortear
muchos obstáculos
y ha llegado
a lugares insospechados.
6. Y aún así, sigue
improvisando su vida
y cada viaje
parece el primero
como si fuera
un navegante inexperto
que sube a su barca
por vez primera,
aprendiendo
lo que no sabe
que ya sabe,
disfrutando la brisa
con inocencia.
7. Pero el navegante
no viaja solo.
En su barca
le acompañan expertos
en los mares, expertos
en los cielos, expertos
en las tierras, expertos
en la existencia,
e incontables brazos
se ofrecen voluntarios
para apoyarlo en el gran reto:
navegar su barca, su vida.
8. A veces el mar
es apacible y dulce,
a veces encuentra
feroces tormentas,
a veces aparecen
rocas gigantescas que
detienen el andar de su barca
y parecieran moverse
al intentar esquivarlas,
sin darse cuenta
que han sido creadas
por sus miedos,
sus enojos, sus tristezas,
sólo por sentirse solo…
9. Y descubre que
basta observarlas,
reconocerlas,
amarlas,
para que las rocas solas
desaparezcan,
liberando las aguas
para continuar su viaje.
10. Y salen al encuentro
del navegante
encantadoras tentaciones
con disfraz de dulzura
que intentan atraparlo
con engaños…
Mas sólo cuando escucha
a sus sabios consejeros
puede darse cuenta
que las energías opuestas
sólo siendo genuinas
se complementan.
11. Y como todos los navegantes
de todos los mares
también encuentra
en su travesía
el seductor canto
de las sirenas
que apelan a sus instintos
para hipnotizarlo
y evitar
que olvide el objetivo
por el que ha emprendido
su viaje.
12. Y al final,
a veces sin saber ni cómo,
a veces con toda conciencia,
siempre regresa a casa…
Unas veces maltrecho,
otras veces victorioso,
pero siempre,
siempre regresa…