Un fantasma iba a una escuela de sustos pero era muy malo asustando a otros, daba tan poco miedo que los niños pequeños parecían más aterradores. A pesar de suspender dos veces la prueba final, los profesores lo aprobaron por lástima. Más tarde, cuando intentó asustar a alguien, fue él quien se asustó al descubrir que sólo lo habían aprobado por compasión.