2. Se denomina Artrosis u Osteoartritis (OA) a un
grupo heterogéneo de padecimientos
articulares que se caracterizan primariamente
por deterioro y pérdida de cartílago hialino
articular, alteraciones del hueso subcondral y
variados compromisos de tejidos blandos que
incluye a la membrana sinovial.
Estos cambios reflejan el desbalance entre el
daño tisular y la capacidad de reparación y
suelen ocurrir gradualmente en el tiempo.
Los criterios clínicos para el diagnóstico
definitivo de artrosis incluyen la historia
clínica, el examen físico y cambios
radiológicos, todos los cuales pueden aparecer
tardíamente respecto del momento en que
ocurren los cambios histopatológicos
Sintomas:
› dolor oligoarticular
› rigidez al inicio de movimientos,
› limitación de la movilidad y pérdida de
función.
› No hay compromiso sistémico
3. Es la enfermedad articular más frecuente. Su
frecuencia va aumentando con la edad y en
los mayores de 60 años se estima que más del
80% presenta alteraciones radiológicas de OA
en al menos una articulación.
En la articulación temporo-mandibular la
prevalencia aumenta con la edad y a partir
de los 65 años es universal.
Estudios realizados mediante autopsias
revelan que entre un 22% y un 40% de la
población presentan OA, que en muchas
ocasiones no habían dado síntomas (10) y
distintos estudios apoyan que las mujeres (6:1)
tienen mayor prevalencia de OA que los
hombres, y pueden verse afectadas una o
ambas articulaciones temporomandibulares
(ATMs) simultáneamente.
4. Estos pacientes pueden presentar dolor y por esto una
disminución en la apertura bucal.
La severidad de la artrosis en manos se correlaciona con
disminución de la habilidad funcional, por lo que estos
pacientes pueden no ser capaces de tener una higiene oral
adecuada por lo que podrían presentar acumulo de placa y
cálculos que incrementa la probabilidad de caries y
enfermedad periodontal.
Ciertos medicamentos como los AINES usados en el
tratamiento de la Artrosis pueden suprimir el sistema inmune
afectando potencialmente los tejidos de la cavidad oral al
retardar el tiempo de sanación de los tejidos, aumentando el
tiempo de sangrado, y propensión a infecciones fúngicas.
La limitación de la movilidad en extremidades inferiores hacen
difícil el desplazamiento de estos pacientes, por lo que estos
pacientes visitan menos al dentista que pacientes que no
presentan la enfermedad
5. Las instrucciones y consejos para estos pacientes
incluyen:
› el descanso del sistema musculoesquelético a través
de una limitación voluntaria de la función
mandibular (se le indica al paciente que restrinja los
movimientos a los límites en los que no le producen
dolor, pero se fomentan los ejercicios musculares
pasivos dentro de los límites indoloros para mantener
la función de la articulación y músculos).
› Modificación de la función (restricciones en la
dieta, se recomienda una dieta no dura, evitar la
masticación fuerte y unilateral, se le indica al
paciente que debe manejar el bolo alimenticio
hacia una masticación multidireccional, evitar
comer goma de mazcar, los bostezos amplios y el
cantar).
› Concientización del hábito (evitar el apretar o
rechinar los dientes, el empuje lingual, las posturas
incorrectas al dormir y el morder objetos)
6. El objetivo será aliviar el dolor y mejorar la función
articular; se considerarán el empleo de fármacos, la
descarga articular, la adaptación del modo de vida
del paciente a su enfermedad, la dieta, el reposo y
el ejercicio, evitando la sobrecarga de la
articulación así como las indicaciones del
tratamiento quirúrgico.
Se evitarán la inmovilización prolongada, las
escaleras y correr.
Es recomendable efectuar pausas cortas de reposo
escalonadas a lo largo del día, corregir la obesidad y
el uso de un bastón en las artrosis de los miembros
inferiores. El calor local puede ser de ayuda como
norma general.
7. El tratamiento farmacológico es meramente
sintomático.
Analgésicos: paracetamol y, cuando no sea
suficiente, se utilizarán antiinflamatorios no
esteroidales (AINE), a dosis menores que las
empleadas en la artritis reumatoidea.
No está probada la utilidad de los llamados
fármacos condroprotectores.
Las inyecciones intraarticulares de corticoides
están indicadas únicamente en los brotes
agudos de la enfermedad, siempre que no se
apliquen más de 1 o 2 al año en una
articulación.
La cirugía está indicada cuando el dolor y la
alteración de la función articular se acentúan, a
pesar del tratamiento médico.
Tratamiento oclusal como ferulas
oclusales, ajuste oclusal