El documento resume la historia de Daniel en la corte de Darío el Medo en Babilonia. Los gobernadores intentaron acusar a Daniel pero no pudieron encontrar ninguna falta en él. Luego idearon una trampa para Daniel al convencer al rey de prohibir la oración a cualquier dios excepto al rey durante 30 días, sabiendo que Daniel continuaría orando a Dios. A pesar de esta prohibición, Daniel siguió orando y fue arrojado a la fosa de los leones pero Dios lo protegió. Al día siguiente, el rey se alegró al ver a Daniel
3. Un hombre perfecto. Daniel 6:1-5.
Un hombre perseguido. Daniel 6:6-9.
Un hombre de oración. Daniel 6:10.
Un hombre protegido. Daniel 6:11-23.
Un hombre vindicado. Daniel 6:24-28.
Daniel, tercero en el reino de Babilonia, fue nombrado uno de los tres
gobernadores bajo el gobierno de Darío el Medo, en Babilonia.
Con más de ochenta años, seguía siendo tan fiel a Dios como lo era
setenta años antes, cuando fue llevado cautivo a Babilonia (Daniel 1).
4. “Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel
en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él
era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él” (Daniel 6:4)
Darío observó la fidelidad de Daniel, y pensó
en ponerlo sobre todo el reino.
Esto despertó en los gobernadores el
terrible pecado de los celos (antiguo pecado
que provocó la caída de Lucifer), pues
anhelaban el cargo propuesto para Daniel.
Decidieron atacarle en su propia
fidelidad. Estaban seguros de que,
ante la prueba, preferiría ser fiel a
la ley de Dios antes que a la ley
del imperio.
Cuando investigaron sobre el proceder de Daniel, los
gobernadores observaron que era buen administrador,
íntegro, diligente, insobornable,
confiable, honrado, fiel y leal,
sin vicio alguno.
5. Para una mayor eficiencia, el rey había
descentralizado la Administración nombrando 120
sátrapas. Existía el riesgo de que alguno de ellos
pudiese usar este poder para conspirar contra el rey.
Se propuso una medida para asegurarse la lealtad
de sus dirigentes: durante un periodo de tiempo
determinado todas las peticiones tendrían que
pasar directamente por el rey.
Añadir las peticiones a los dioses era tanto un guiño
a la vanidad del rey (que no estaba acostumbrado a
ser representante de la divinidad), como un ataque
directo contra Daniel.
Una vez ratificada, la ley era inmutable. Daniel
estaba condenado… y los leones tendrían su cena.
6. Daniel no hizo ningún intento de ocultar sus
hábitos de oración, a pesar del decreto real.
Simplemente, continuó con su costumbre de orar
mirando hacia Jerusalén (2Cr. 6:20-40).
La adoración es el punto central en el conflicto
entre el bien y el mal. ¿A quién adoraremos y
cómo vamos a hacerlo?
Cuando la lealtad a Dios y la lealtad al estado
entren en conflicto, ¿qué haremos?
Nuestra decisión en ese momento dependerá de
nuestra actitud ahora.
¿Oro a Dios cada día? ¿Acostumbro a apartar el
sábado para adorar a Dios? ¿Cómo es mi relación
diaria con Jesús?
7. “Cuando el rey oyó el asunto,
le pesó en gran manera, y
resolvió librar a Daniel; y
hasta la puesta del sol trabajó
para librarle” (Daniel 6:14)
Los gobernadores presentaron a Daniel como un extranjero
cautivo que desobedecía abiertamente las órdenes del rey,
sin hacer mención alguna a sus grandes cualidades.
Pero esta vez el rey no cayó en la trampa. Distinguió
con claridad las intenciones de sus gobernadores.
Durante todo el día trató de proteger a Daniel y librarlo
de la muerte, pero sin conseguirlo (Juan 19:12).
La fidelidad y ejemplo de
Daniel ahondó tanto en el
espíritu del rey, que
exclamó: “El Dios tuyo, a
quien tú continuamente
sirves, él te libre” (v. 16).
9. Tras una noche de insomnio, Darío
acudió con las primeras luces de día ante
el foso. ¿Estaría Daniel aún vivo?
Daniel había pagado su “crimen” según
establecía el decreto. Entonces, Darío se
volvió contra los verdaderos criminales
(celosos, mentirosos y traicioneros).
Su rápida muerte contrastaba con la
milagrosa protección de Daniel.
Darío vindicó a Daniel y lo ratificó en su
puesto, donde se desempeñó hasta, al
menos, el tercer año de Ciro.
También vindicó al Dios de Daniel, como
una anticipación a la vindicación final,
cuando toda rodilla se doble ante el Rey
de reyes.
10. “Aunque sus pasiones [de Daniel] eran similares
a las nuestras, la pluma inspirada nos lo
presenta con un carácter sin mancha. Su vida es
un ejemplo vivo de que se puede llegar a ser un
hombre íntegro, aun en esta vida, si se hace de
Dios la fuente de nuestra fuerza y se aprovechan
sabiamente las ocasiones y los privilegios que
estén a nuestro alcance… [Daniel] Sentía la
necesidad de alimentar su alma con la oración y
cada mañana suplicaba sinceramente ante Dios.
Nada lo habría privado de este privilegio, ni
siquiera la amenaza del foso de los leones
impidió que continuara orando…”
11. “Daniel amaba, temía y obedecía a Dios. Y aun
así no huyó del mundo para evitar su
influencia corruptora. La providencia de Dios
lo puso en el mundo, aunque no era del mundo.
Rodeado de todas las tentaciones y las
fascinaciones de la vida cortesana, conservó la
integridad de su alma, con una adherencia a los
principios que era firme como una roca. Hizo
de Dios su fuerza y él no lo olvidó en el
momento de mayor necesidad”
E.G.W. (Testimonios para la iglesia, tomo 4, pg. 562)
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Libro del
PROFETA
DANIEL