Joan Miró nació en 1893 y desde muy joven supo que quería ser pintor. Al principio pintaba escenas realistas de la vida cotidiana, pero gradualmente cambió su estilo hacia el surrealismo, incorporando colores más vivos y símbolos, incluyendo símbolos catalanes. A lo largo de su carrera, sus cuadros se volvieron más simples, con menos colores y símbolos, y era más difícil ponerles títulos. Miró continuó trabajando hasta su muerte en 1983.