Durante el periodo imperial de Roma, los ciudadanos practicaban una religión politeísta, es decir, creían en varios dioses. Se creía que sus dioses eran inmortales y cada uno de ellos portaba características, aptitudes y comportamientos parecidos a la de los humanos, considerándolos como unos habitantes mas de la naturaleza. El culto y veneración alrededor de varias provincias romanas, fue posible gracias a la construcción de templos y esculturas de los dioses.
El culto a una religión diferente a la establecida estaba prohibida y condenada. Los cristianos, por ejemplo fueron perseguidos y asesinados a lo largo de las provincias romanas, por esta razón todo culto hacia su dios era practicado a escondidas. Sin embargo, con su amplio crecimiento en el siglo IV, el Cristianismo paso a ser considerada la religión oficial del Imperio Romano.
Con este cambio tan drástico, los romanos dejaron de lado parte de su filosofía, la cual apuntaba al hombre y su forma de vida. Dicha filosofía estaba relacionada al conjunto de saberes: teorías, matemáticas y ciencias que tenían el propósito de explicar el porqué de la vida y el cosmos, dándole lugar a los grandes filósofos y pensadores. Así, los cristianos comenzaron a difundir su educación, cultura y lo que ellos conocían como “La palabra de Dios”, su religión.
El cristianismo, consistía en el reconocimiento de un solo Dios como fundador y figura central del “todo”. Los seguidores de esta religión creían que Jesús era el hijo único de Dios, (según lo profetizado en la biblia) con el fin de que el muera por los pecados de todos y después resucite. El pueblo cristiano se dedicaba a para bolar y difundir su religión con la esperanza de que la fe de cada uno sea convertida en un milagro.
A pesar de las diferencias y cambios culturales entre los romanos y los cristianos, algunas leyes y creencias se mantuvieron vigentes. Por ejemplo, el hecho de que la mujer era incapaz de tener poder sobre el hombre o que cada religión tenia un representante supremo con alto cargo religioso y político.
2. Durante el periodo imperial de Roma, los ciudadanos practicaban
una religión politeísta, es decir, creían en varios dioses. Se creía que sus
dioses eran inmortales y cada uno de ellos portaba características,
aptitudes y comportamientos parecidos a la de los humanos,
considerándolos como unos habitantes mas de la naturaleza. El culto
y veneración alrededor de varias provincias romanas, fue posible
gracias a la construcción de templos y esculturas de los dioses.
El culto a una religión diferente a la establecida estaba prohibida y
condenada. Los cristianos, por ejemplo fueron perseguidos y
asesinados a lo largo de las provincias romanas, por esta razón todo
culto hacia su dios era practicado a escondidas. Sin embargo, con su
amplio crecimiento en el siglo IV, el Cristianismo paso a ser
considerada la religión oficial del Imperio Romano.
3. Con este cambio tan drástico, los romanos dejaron de lado parte de
su filosofía, la cual apuntaba al hombre y su forma de vida. Dicha
filosofía estaba relacionada al conjunto de saberes: teorías,
matemáticas y ciencias que tenían el propósito de explicar el porqué
de la vida y el cosmos, dándole lugar a los grandes filósofos y
pensadores. Así, los cristianos comenzaron a difundir su educación,
cultura y lo que ellos conocían como “La palabra de Dios”, su
religión.
El cristianismo, consistía en el reconocimiento de un solo Dios como
fundador y figura central del “todo”. Los seguidores de esta religión
creían que Jesús era el hijo único de Dios, (según lo profetizado en la
biblia) con el fin de que el muera por los pecados de todos y después
resucite. El pueblo cristiano se dedicaba a para bolar y difundir su
religión con la esperanza de que la fe de cada uno sea convertida
en un milagro.
4. A pesar de las diferencias y cambios culturales entre los
romanos y los cristianos, algunas leyes y creencias se
mantuvieron vigentes. Por ejemplo, el hecho de que la
mujer era incapaz de tener poder sobre el hombre o que
cada religión tenia un representante supremo con alto
cargo religioso y político.
5. Agora: L caída del Imperio Romano
Una película ambientada a finales del siglo IV, cuando el Imperio
Romano comenzaba a decaer. Todo sucede en Alejandría, una
provincia de Egipto. En donde se encontraba la biblioteca mas grande
conocida por ser un símbolo cultural y religioso.
Esta película nos muestra a la virtuosa, inteligente y sabia filosofa
Hipatia, quien se dedicaba al estudio de los planetas y a transmitir
conocimientos a sus discípulos, a pesar de su papel desempeñado
como mujer ante una sociedad en donde se le consideraba menos
que al hombre. Ella se ve envuelta en una serie de eventos
desafortunados, con el conflicto entre los romanos y cristianos, ya que
la practica de una religión distinta a la establecida por el Imperio
Romano estaba prohibida.
6. Tras aceptar la fe cristiana, varios de sus discípulos consiguen altos
cargos políticos. Pero Hipatia, al no aceptar la fe cristiana y al poder
imponer sus creencias, sabiduría y descubrimientos, es buscada por un
grupo de hombres cristianos enviados por el patriarca para matarla.
Esta película nos muestra la destrucción de la biblioteca de Alejandría,
los enfrentamientos religiosos entre pueblos distintos y como el
cristianismo afecto una filosofía casi impecable y el descubrimiento de
cosas nuevas.