2. Si regresas o no, a mí, algún día,
ya resulta anecdótico, indiferente...
Este sentimiento ha calado
profundamente:
¡Imposible no extrañarte!
¡Imposible dejar de amarte...
de esta dulce manera... así!
Me resigno estrenando estrategia,
si tanto anhelo no ha servido,
quizás a través de este olvido
regreses a mí algún día.
Aceptando mi destino con entereza,
maldiciendo esta mi suerte,
me resigno hoy a perderte...
¡Sé que nunca volverás!
Ya no quedan hechizos de luna llena,
se acabaron las pociones mágicas,
ya no sirven los rezos ni las lágrimas
ni hay deseos que te hagan regresar.