Juan Pablo 11, in memoriam: Un largo e intenso pontificado
1. RJ`ZONES TEOLOGi^ DEL SI®LO XX
78 PAI.ABRA -Abi.il 2020
Tras un brevi'simo Juan Pablo 1, sereno,
sencillo y jovial, pero consciente de la se-
riedad de los problemas y farto de §alud,
llegó Juan Pab]o 11, sano y deporti§ta, con
buen humor y aplomo, mucha fe y una pie-
dad que le salía natural.
-TEXTo]uanl.uisLorda
La sensación de que todo en la lglesia tenía
que ir i)ara abajo fue 1o i]rimero que quebró
aquella frase del discmso inaugural del Pon-
tiñca.do.` "No tengáis miedo, abrid lcus puertas
a Cristo" (22-X-1978). La llamada no fiie muy
a.dvertida ni comprendida entonces. pero
resultó un purito de inflexión en la tenden-
cia. a la baja de la época posconciliar y abrió
un horizonte de esperanza yjuventud, que
se desarrollaría en los siguientes 26 años de
pontificado. La frase se convertin'a en el lema
del pontificado, como subraya el himno Non
abbic!fe poura, que Marco Frisina compuso
paralabeatificación.
Con esas i)alabras, un tanto solemnes y
poéticas, como a él le gustaba, juan Pablo
1[ se dirigía, en primer lugar, a los sistemas
políticos y económicos, especialmente a las
sociedades marxistas, pero también a las li-
berales, para pedirles que acogieran el men-
saje de Cristo. Era el programa del pontifica-
do: no tener miedci a prciponer la salvación
de Cristo, el Evangelio, a todos los hombres.
Tener claro cuál es su valor y, por tanto, cuál
eslamisióndelalglesia,supuntofuerteysu
justificación en el mundo modemo También
era lajustificación de su proi)ia rmsión en el
mundo, la del Papa, que no es solo un resto
venerable de épocas pi.etéritas que atrae el
turismo a Roma, 1o mismo que los Museos
vaticanos o el Foro romano. Juan Pablo 11
se sentía depositario de una misión, la de la.
lglesia con su mensaje para todos los pue-
blos,yconlarenovaciónylaugenciaquele
había dado el Concilio Vaticano 11. Le acom-
pañaba en[onces una convicción y una salud
que submyaban su propuesta. Después, fue
perdiendo salud, pero no perdió cc>nvicción.
]uan Pablo 11 fue elegido Papa el 15 de octu-
bre de i978, con 58 años. Estaba en plenitud
de facultades, fuerte, simpático y decidido.
Venía de una Polonia que estaba entonces
muy sepamda del resto de Europa por e] te-
1ón de acero. y bajo un claro y severo domj-
nio comunista Quizá por eso no estaba en la
2. Juan Pablo 11, i.n memori.am
Sorpresa en la elección
lista de "papables". Recuerdo que, cuando el
cardenal Felici pronunció su nombre en la
plaza de Sm Pedro, nadie sabía quién era y
su foto no estaba en los periódicos. Además,
comointentópronunciarwojtylaconacento
polaco.conla1"bariadaqueesuna"u",nose
podíareconocerelnombreenlasli§tas.Ami
lado, alguien comentó que debía ser swahi-
li y buscó entre los cardenales aíricanos. La
elección fue una sorpresa total y cada paso
posterior una nueva. sorpresa, los gestos, los
temas, el estilo. la§ propuestas. En casi 26
años no paró y no dejó parar.
Ouién era
Aunquenoestabaentrelosfávoritos,eraco-
nocidoporloscardenaleselectoresyalgunos
sehabíanfijadoenél.Habíabrilladoenelre-
cientesínodo§obrelaevangelizaciónycate-
quesis.Habiaayudadoaredactar]aencíclica
HtJmanaetri£ae,delPapaPabloVl(1968),yla
había defendido en distintas conferencias
por todo el mundo. Y había predicado los
ejercicios espintuales a Pablo Vl poco antes
(i975). Se habla de la i)romoción que le hizo
el entonces cardenal de Viena, Franz Kónig.
Sin duda, tenía un perñl jntet.esante. Había
participado en la confección de Gciudi.t¿m et
spes del Concilio Vaticano 11 (1962-1964), a
pesardeserunodelosobisposmásjóvenes.
Tenía una fuerte fomación e inclinación
intelectual, pc)r ser profesor de ética en Lu-
blin, y haber promovido varias revistas de
pensamlento cristiano y personalista. Pero
también era pastor en una situación dificil
y habia impulsado la pastoral de Cracovia,
en medio de un régimen comunista. Los
más enterados conocían su intervención en
cuestiones dificiles de la lglesia en Roma. Se
sabía mover en público. No em nada tímido.
Además, se le veían dotes naturales de sim-
patia, decisión y capacidad de diálogo. Tenía
unaasombrosacapacidadparalosidiomas.
Podíadia]ogarenfi.ancés,inglés,alemán,es-
pañol e italiano, además de su polaco natal.
¥ le encantaba
Un largo e intenso poiitificado
Desdeelprincipio,fueunasorpresadeestflo
y de iniciativas. El estilo le salía de dentro.
Los Papas cambian su nombre para expre-
sar la nueva condición que adquieren. Karol
Wojtyla cambió de nombre, pero asumió su
misión, sin dejar de ser él mismo. Al contra-
rio, estaba seguro -lo escribió- de que había
sidoelegidoparaquedesarrollaraloqueUe-
inba dentro. ¿Qué Papa se hubiera animado
a escribir libros tan personales §obre su vida
ypensa"en`ocomo..Cruzandoelumbralde
ki esperanza; Don y Trristerio., Levammos, ua-
mos: y Memoria e identidcid, además de las
Fmsías?
No eian ociirrencias personales. I.e había
tocado virir en su came muchas encrucija-
das de la lglesia en la. historia. Le había toca-
dovivirbajolosr6gi'menestotalitariosnaziy
comunista, le había tocado explicar a los jó-
veneslamoraldelalglesia,e§pecialmentela.
moralsexua].ylehabíatocadobuscarcami-
nosdelaconcienciapersonalensuenseñan-
za universitaria de ética y moral. Además,
le había tocado defender Humanae t/itae, de
una manera que implicaba luna idea de la
sexualidad y del ser humano, una antropo-
logíacristiana.
Su aplomo, basado en fuertes convicciones
y experiencias de fe, resul[ó inmensamente
Para seguir leyendo
Cruzando
e' umbr¿l
de La ®peranza
Juan Pablo 11
224 páginas
FTáza&jaiTés,igg4
Juan Pablo 11
112 páginas
B_A5ji5F
Teología del
cuerpo Noks. i-iv)
Juan Pablo 11
Palabra, 2017
valioso en un momento de incertidumbres.
Entró a todas las cuestiones dificiles, una
trasotra,conumpacienciayunatenacidad
verdaderamenteaLsombt.osasypropiasdesu
carácter. ¥, al mismo tiempo, con una cai.ac-
terística holgura. No era un hombTe tenso.
Se daba tiempo para estudiar y hacer estu-
diarlosasuntosylegustabadialogarlos.Esto
podía dilatarlos, i)ero llegaron a puerto uno
trasotro.BastapensarenelCatecismodela
lglesiaCatólica.Cuandosepropuso,muchos
pensaronqueeraunatareaimi]osible.
No tenía miedo a las cuestiones espinosas.
Se enfrentó con muchas de ellas, muy coTis-
ciente de su misión. Reunió a los obispos de
paísesqueatravesabanmomentosdificileso
a.lascongTegacionesconproblemas.[n[eTu-
noenlasgrandescuestionesinternacionales
ymultiplicólaactividaddiplomática.delva-
ticanoenprodelapazylosderechoshuma-
nos. Eso. en paralelo con una gran cantidad
de iniciativa§ doctrinales, de constantes via-
jes y de visitas a ]as parroqiLias de Roma y a
]asdiócesisitaJianas.Porquetambiénejercía
de obispo de Roma y primado de ltalia.
Fue un cl aro protagonista en la disolución
delcomunismoenelEstedeEUTopa.Aquello
fue tan milagroso como la caída de los mu-
ros de]ericó, aunque también supuso una
consciente e intensa actividad diplomatica
y un apoyo moral decidido y explícito a sus
connacionales del sindicado soji.dcmdad. Un
apoyo que no era emocional y oportunista,
sino basado en los principios de la justicia
social y en la dignidad de las personas. Y le
valió un atentado que le hizo claramente par-
tícipe de la cmz.
ProclamóunayotraVezlcx5principiosmc)-
i.ales y §us aplicaciones prácticas (defensa
de la vida y la familia. doctrina social, pro-
hibición de la gueTTa), fueran o no política-
mente correctas. Se opuso decididamente
a la guerra del Golfo. Dio la cara ante el ré-
gimen sandinista o el de Castro, y encauzó
lateologíadelaliberación.Hizoinvestigara
fondo el caso Galileo. Para preparar el cam-
bio de milenio, quiso purificar la memoria
histórica y pidió perdón por los fallos de la
lglesia. y los pecados de los cristianos. Quiso
ummayortransparencíaenlosasuntosva-
tLcanos.ImpulsódesdeeLprincipioeldiálogo
ecuménicoconlosprotestantesyortodoxos.
V tuvo gestos inéditos con los judíos, a los
que apreciaba sinceramente; y también con
P^SA A PACINA SO 3
Abrii 2020 - PALABRA 79
3. JIAZONES
i> VIENE DE PÁGIN A 79
los representantes de otras religiones, a los
quereuniópararezarjuntos.
Un estilo y una conciencia
Tanto como su ánimo, l]amaba la a[ención su
desenvoltura. Cualquier autoridad conscien-
te siente el peso de su oficio. Por eso, necesita.
tamt)ién guardar distancias. Juan Pablo 11 no
Este era el programa del pontificado: no
tener miedo a proponer la salvación de
Cristo, el Evangelio, a todos los hombres.
Tener claro cuál es §u valor y, por tanto,
cuál es la misión de la lglesia, su punto
fuerte y §u justificación en el mundo mo-
dorno,
D.n) un testimoriio constento y natuml de
piedadydefo.Tbdos[evieronhablarcon
fe en la doctrina de la Úles.B, con fe tam-
bién en [os dc€umentos dol Conci[ioi on
los que w#ó ol camino de b lglosia que él
t®ní® qLie seguir. Teiiía una doctrina que
había madurado a fondo.
oo FAIABRA -Abril 2020
JU^H P^BLO 11, IH MEHORl^WI
descansaba de su oficio. Lo llevaba siempre
puesto. Lo ejerció día a día, delante de todo el
mundo. De manera habitual, tuvo inütados
a su Misa matutina y a su mesa, desayuno,
comida y cena, además de múltiples audien-
cias. Buscó constantemente encontrarse con
lagenteyconfrecuenciasesaltabaelproto-
colo, con toda naturalidad. No era un hom-
t)re de cuna y no le atraía el papeleo. Esto lo
confiabaasussubordinados.¥porallí,quizá,
se le escaparon a]gunas cosas.
Estaba convencido de que su misión era
transmitir el Evangelio como lo que es, un
testimonio personal, y de que debía hacerlo
unidoatodalalglesia.Deahí,laimportancia
de los viajes y convocatorias, que, al princi-
pio, pareci`an una anécdota y, sin embargo,
constituyenunadelasclavesdelpontificado.
Reuniómillonesdepersonaspararezar,para
escuchar el Evangelio o para celebrar la Eu-
canstía. Algunas concentraciones fueron las
rnayores registradas en la historia humana.
Pero lo más importante es que esto fue un
ejercicioprivilegiadcidesuministeriopapaly
produjounvisibleimpactodeunidadyreno-
vación en toda la 19lesia en una. época dificil.
Se cumplió ante todos los ojos el principio
dequelaEucaristíaconstiuyelalglesia.Tras
tantas divisiones e incertidumbres, la lglesia
se reunió en todos los continentes. alrededor
del sucesor de Pedro para manifestar su fe,
celebrar el misterio de Cristo y aumentar su
unidad en la carida.d. Muchísimos obispos y
sacerdotes recupei.aron allí la esperanza, la
alegn'a y las ganas de trabajar. Hay testimo-
nios son innumerables, además de suscitar
una oleada de vocaciones sacerdotales.
Un hombre de fo
Diountestimonioconstanteynaturaldepíe-
dad y de fe. Todos le úeron hablar con fe en
la doctrina de la lglesia, con fe también en los
documentos del Concilio, en los que veía el
cammo de la lglesia que él tenía que seguir.
Teni'a uiia doctrina que había madurado a
fondo, con su mente de intelectual i]reocu-
pado,desdequeeraprofesordeuniversidad,
por establecer un diálogo evangelizador con
elmundomodemo.Ytambiénunaexperien-
ciapastoralyunaclarapreocupaciónporlos
jóvenesysusinquíetudes.Desdealh'desarro-
llóconcieiizudamenteladoctrinamatrimo-
nial y social cristiana. Y las relacíones entre
la fe y la razón.
Se le vío rezar, continuamente, año tras año.
Lo comprobaron especia]mente, ]os que vi-
vían cerca de él, en las distintas etapas de su
vida, que dejaron un test]monio unánime y
un srifin de anécdotas. Cuando tantas veces
1ovieronenlacapillaenlasnochesdeaque-
l]os viajes agotadores. Antes que nada, el Pa-
pa ]uan I>ablo 11 gobemó la lglesia rezando.
No fue un gestor de los asuntos eclesiásticos.
No buscó la eficacia en el despacho, sino en
la capilla. Se le vio celebrar con intensidad
y concentración la Eucaristía en Roma, en
privado y en público. Le vieron millones de
creyentesensusviajesyporlatelevisión.Es-
pecialmente,ensusgozososencuentroscon
cientosdemilesdejóvenesdetodoelmundo.
Se le vio también acudir i)ersonalmente
con su caracteristico aplomo y conciencia
de fe a los foros intemacionales y también
al diálogo con las gi.andes autoridades del
mundo, para proponer la fe de Jesucristo,
con la conúcción de que es salvadora para
todos los hombres y todas las culturas. Se le
viooponerseatodaslasguerrasyatodaslas
violencias,ydefenderlavidahumanadeliní-
cio al fin, y la. dignidad humana en todas las
circunstancias. Todo esto ha sido his[oria, y
se hízo a la vista de todos.
Dejó una ncttable cantidad de documen-
tos, que cubren todos los aspectos de la vida
de la lglesia. Dejó un Catecismo, que es una
piedra miliar en su historia. Y el Código de
Derecho Canónico renovado. Dejó muchos
escritos personales luminosos. Y, sobre to-
do, la impronta personal de un hombre de
fe y de oración. Y cumplió la misión que él
mismo creía haber asumido, con su concien-
cia providencial, de entrar con la lglesia en
el tercer milenio, "cruzando el umbral de la.
esperanza". 1