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ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 1 Moral fundamental : principios o fundamentos del actuar ético  (juzgar cuándo los actos son  buenos o malos ). Moral especial : materia y temas  concretos  en los que el hombre y la mujer han de vivir moralmente. 1600 :  separación  Dogmática y Moral: 1) para iluminar más de cerca la  conducta  de los cris- tianos; 2) para ayudar a los  sacerdotes  a  instruir y orientar a los fieles en la confesión. Unos autores  estructuran  la moral especial sobre el esquema del  De- cálogo , otros en torno a las  virtudes , otros siguiendo el esquema “ Moral de la Persona ” - “ Moral Social ”. Aquí: Decálogo y virtudes. ME 1 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 2 Tres objetivos de la Moral Especial 1 Mostrar que las exigencias morales de los Diez Mandamien- tos  no  son un  añadido  a la persona: no son impuestas por la sociedad, ni por los padres o maestros, ni por la Iglesia o sus ministros, sino que nacen de la propia vocación personal, pues el hombre es un ser moral  por naturaleza . 2 3 Enseñar que la conducta moral  posibilita  que el hombre y la mujer se comuniquen amistosamente  con Dios . Enseñar que la conducta moral es un elemento  imprescin- dible  para que exista una convivencia armoniosa  entre los hombres . Vida moral : ámbito natural en el que la persona se perfecciona a  sí misma , vive en comunión  con Dios  y logra la paz entre los  hombres . ME 2 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 3 CCE 2070 : “Los diez mandamientos pertenecen a la  revelación  de Dios. Nos enseñan al mismo tiempo la verdadera  humanidad  del hombre. Ponen de relieve los  deberes  y, por tanto, indirectamente, los  derechos  fundamentales, inherentes a la naturaleza de la perso- na humana. El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la  ley natural ”. Jesús lleva a la  perfección  la Ley antigua. Algunos cambios: condena no sólo la muerte del inocente, sino la simple  injuria  e irritación, y no sólo el adulterio, sino el  pensamiento  contra la virtud de la castidad; corrige la ley del Talión en- señando devolver  bien  por mal; condena el aborre- cimiento al enemigo enseñando a  amarlo ; etc.. ME 3 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 4 CCE 1717 : “Las  bienaventuranzas  dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la  vocación  de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección;  iluminan  las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son  promesas  para- dójicas que sostienen la  esperanza  en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las  bendiciones  y las  recompensas  ya incoadas; que- dan inauguradas en la vida de la  Virgen María  y de todos los santos”. ME 4 de 141 Los  Mandamientos  explicitan la ley natural. Las  Virtudes   capacitan  para discernir y elegir lo más acertado, y hacerlo  con satisfacción .
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 5 Reverso de una existencia cristiana Ateísmo : para el “a-teo” Dios  no existe .  No  es un fenómeno  origi- nal , sino originado: hasta el punto de que entre los datos que la pa- leontología usa para distinguir entre restos humanos o de animal, concluye que se trata de un ser humano si, junto a ellos, se encuentra algún elemento de  culto . Agnosticismo : afirma que la inteligencia humana  no  puede  demos- trar ni negar  la existencia de Dios o, simplemente, prescinden de El en su vida. Su vicio inicial: escasa confianza en la  razón . Relativismo : si todo es relativo,  no  hay respuestas definitivas. Secularismo : trata de organizar el mundo y las estructuras sociales  al margen  de Dios. Moral  cristiana : ni clericalismo ni secularismo. ME 5 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 1 Los diez mandamientos se dividen en “ dos tablas ”: los tres primeros referidos a  Dios  y los siete restantes referidos a la con- ducta de la  propia persona  y su relación con  los demás . Jesús precisa: “Amarás al Señor tu Dios  con todo el corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el  mayor  y el primer mandamiento. El segundo es  semejante  a éste: ama- rás a tu  prójimo  como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y lo Profetas” ( Mt 22, 37-40 ). ME 6 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 2 “ Dar gloria a Dios ” equivale a aceptar su grandeza y a adorarle. El hombre da gloria a Dios cuando  cree  en Él, si pone en Él toda su confianza  y si le  ama  sobre todas las cosas; es decir, cuando vive la fe, la esperanza y la caridad. El  primer mandamiento   (amar a Dios sobre todas las cosas) abarca estas tres virtudes. Es Dios mismo quien  infunde  en el alma del cristiano, en el bautismo, estas virtudes “ teologales ”. La fe, la esperanza y la caridad crean una especial  comunión de vida  con Dios y con el prójimo. ME 7 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 3 CCE 155 : “ Creer  es un acto del  entendimiento  que asiente a la verdad divina por imperio de la  voluntad  movida por Dios me- diante la  gracia ”. Deberes con la fe -  Responder  a la llamada de Dios: diálogo entre Dios que lo inicia y el hombre que responde  libremente ; -  Creer todas las   verdades que se encuentran en el Credo, con fe divina y católica los  dogmas , y firmemente las verdades propuestas  de modo definitivo  por el Magisterio; -  Conservar  la fe: enriquecerla mediante la  oración  y la recepción de los  sacramentos ; -  Ilustrar  la fe: esforzarse en enten- der lo que se cree (ni  fideísmo  -renunciar a la razón-, ni  fanatismo religioso); -  Defender  la fe; -  Comunicar  la fe: mandato de Jesús. ME 8 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 4 Pecados contra la fe -  Duda : voluntaria o involuntaria. -  Incredulidad : menosprecio de la verdad revelada. -  Herejía : cuando no solamente se defiende un error contra la fe, sino que se desobedece la advertencia de la jerarquía. -  Apostasía : el que abandona e impugna la fe que había profesado. -  Cisma : separación de la Iglesia católica y rechazo de la autoridad y obediencia al Papa. ME 9 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 5 Esperanza CCE 2090 : “Cuando  Dios  se revela y llama al hombre, éste  no  puede responder plena- mente al amor divino por sus  propias fuerzas . Debe  esperar  que Dios le dé la capacidad de devolverle el amor y de obrar conforme a los mandamientos de la caridad. La esperanza es aguardar confiadamente la  bendición  divina y la bienaventurada  visión de Dios ; es tam- bién el temor de  ofender  el amor de Dios y de provocar su castigo”. San Josemaría : “La esperanza  no me separa  de las cosas de esta tierra, sino que me acerca a esas realidades  de un modo nuevo ” ( Amigos de Dios 305 ). ME 10 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 6 Pecados  contra la esperanza: - por defecto,  desesperación ; - por exceso,  presunción . Fe y esperanza  son dos virtudes distintas, pero tienen entre sí una gran  afinidad  y  cercanía : - Tener  fe  supone también tener  confianza  en Dios y mantener la esperanza  de que se alcanzará la vida eterna; - La  esperanza  en Dios requiere la fe en Él, pues se está  seguro  de que Dios siempre es fiel a su palabra y mantiene sus promesas; - Por ello, la fe  integra  la esperanza y ésta  supone  la fe. ME 11 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 7 La  caridad  es la virtud teologal por la que se ama a  Dios , sumo bien y a los  hombres  por Dios. Los griegos distinguían entre “ éros ” (amor sensi- ble), “ filía ” (amor afectivo-sentimental) y “ agápe ” (estima y preferencia totalmente desinteresadas que pueden existir entre las personas). El término “agápe” se tradujo por “ caritas ”. Signi- fica el  amor superior : se emplea cuando se dice que “ Dios  es amor”, cuando se menciona el amor de los  esposos , y con él se designa el amor de Dios a los hombres  y el amor con que el hombre debe amar  a Dios . ME 12 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 8 La moral cristiana es la “ moral del amor ”. Sus preceptos se reducen a uno solo:  amar (a Dios y al prójimo). Col 3, 14 : la caridad “es el vínculo de la perfección ”. 1 Jn 3, 11. 18 : “El  mensaje  que habéis recibido es éste: que nos amemos unos a otros (...). Hijos, no amemos de palabra ni con la boca, sino  con obras y de verdad ”. 1 Cor 13, 13 : “Ahora perduran estas  tres  virtudes: la fe, la esperanza y la caridad; pero la más excelente de ellas es la  caridad ”. ME 13 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 9 Pecados contra el amor a Dios -  Indiferencia  (se descuida o se rechaza el amor con Dios); -  Ingratitud  (no se reconoce el amor que Dios nos tiene o no se le devuel- ve ese amor); -  Tibieza  (se trata con negli- gencia y descuido las cosas referentes a Dios); -  Acedia  (pereza espiritual: desecha el gozo de la entrega a Dios, se siente tristeza en seguirle); -  Odio a Dios  (razón última: orgullo, ocasión: suele ser el hecho de que Dios condene el peca- do y lo castigue); -  Odio al prójimo  (supone un agravio directo a Dios, se incluyen murmura- ción, crítica, etc.); -  Escándalo  (falta grave cuando por acción u omisión se induce delibe- radamente a otro a pecar). ME 14 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 10 Virtud de la  religión : “Es la virtud que postula y exige que se dé a Dios el  culto debido ” ( II-II, q. 81, a. 5 ). La  razón  para dar culto a Dios es  doble : Por parte de Dios : a  causa de su inmensa grandeza  (se manifies- ta en la creación). El culto es el reconoci- miento de la  majestad creadora divina. Por parte del hombre : el culto es la acepta- ción  agradecida  hacia esa inmensa grandeza. Lleva a constatar que nuestra existencia es don de Dios  al cual retornaremos al  final de la vida terrena. ME 15 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 11 Triple  etimología  de la palabra “ religión ”, según los autores: 1 Religare  (atar): el hombre religioso es un ser estrechamen- te  unido  (“religado”)  a Dios . 2 3 Reeligere  (re-elegir): el hombre religioso es aquel que en su existencia siempre  elige a Dios , al cual ama sobre todas las cosas. Relegere  (re-leer): la condición racional del hombre le permite  interpretar  (“leer”) las incógnitas de la existencia desde Dios . Esa triple etimología permite ver hasta qué punto la religión da sentido a la vida del hombre. ME 16 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 12 Actos de la virtud de la religión : adoración, desagravio, acción de gracias y petición. Adoración El  AT  abunda en invitaciones a que se  adore al Señor y se le dé culto. Para  Jesús , los verda- deros adoradores adorarán al Padre  en espíritu y en verdad  ( Jn 4, 23-24 ). Invita a sus discípu- los a que adoren  al Padre  ( Lc 4, 8 ), y  Él mis- mo  es adorado por sus discípulos ( Lc 5, 8-9 ). Los  Apóstoles  confiesan la gloria de Dios ( 1 P 4, 11 : “En todo sea Dios glorificado por Jesucristo. Para Él es la gloria y el poder por los siglos de los siglos”). El  Apocalipsis  reme- mora el culto a Dios y a Jesucristo en términos solemnes ( Ap 15, 3-4 ). ME 17 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 13 Desagravio Al reconocer la grandeza de Dios y adorarle, el hombre reconoce sus  pecados  y siente la necesidad de  desagraviar  por ellos. El de- sagravio por los propios pecados es una práctica generalizada en el  AT  y el  NT . Jesús  inicia su predicación con la llama- da a la  conversión  y a la  penitencia ( Mt 4, 17 ). El Bautista le presenta como “ el  cordero de Dios  que quita el pecado del mundo” ( Jn 1, 29 ). Jesús  advierte a menudo acerca de la  necesidad  de hacer penitencia. Encarga a los  Apóstoles  que “prediquen en su nombre la penitencia para la remisión de los pecados a todas la naciones” ( Lc 24, 47 ). ME 18 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 14 Acción de gracias Cuando el hombre descubre la  grandeza  de Dios, se reafirma en que todas sus cosas son un  don divino , por lo que entona un himno de acción de gracias. En el  AT  frecuentes acciones de gracias: cánticos de Moisés ( Ex 15, 1-20 ), de Débora y Baraq ( Jue 5 ), de David ( 2 Sam 22, 2-51 ), etc.. En el  NT : Magnificat, cántico de Simeón... Diversas acciones de gracias de  Jesús : resurre- cción de  Lázaro  ( Jn 11, 41 ), al Padre que “haya ocultado aquellas cosas a los sabios y prudentes y las haya revelado a los humildes” ( Lc 10,21 )... También acciones de gracias en los escritos de los  Apóstoles .  Eucaristía . ME 19 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 15 Oración de petición Mt 7, 7 : “ Pedid  y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque  quien pide recibe , quien busca halla y a quien llama se le abre”. Muchos testimonios de oración de peti- ción en el  AT  ( Abraham  a favor de Sodoma y Gomorra,  Moisés  por el pueblo, Salmos, etc.). Jesús  pide al Padre que envíe el Espíritu Santo ( Jn 14, 16 ), “que les guarde en mi nombre” ( Jn 17, 6-9 ), “que sean uno como nosotros” ( Jn 17, 11 ),  etc. . ME 20 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 16 La llamada de Dios es  individual  y la respuesta del hombre es personal . Pero se expresan también con manifestaciones  públicas : porque el hombre es un ser social por naturaleza, y por la índole propia de la religión que se manifiesta en ritos, costumbres, insti- tuciones, fiestas, etc., que atañen a la  entera sociedad . Esta dimensión  social  de la religión requiere que sea  aceptada y protegida  por el poder político. Cabe que la Constitución de una nación se decla- re “ laica ” (no reconoce oficialmente ninguna re- ligión concreta), pero la sociedad debe  acoger , favorecer  y  ayudar  a que los individuos puedan desarrollar sus  derechos , entre ellos el de dar culto a Dios también públicamente. Defender la “ libertad religiosa ”. ME 21 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 17 El  Estado laico  no profesa oficialmente ninguna religión, pero debe  favorecer  el culto  privado y público  de los ciudadanos, bien se manifieste individualmente o en grupo. El  Estado laicista  suele adoptar posturas  beligerantes e incluso  hostiles  contra los grupos religiosos, lo cual se opone a los  derechos fundamentales  de los ciudadanos. ME 22 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 18 Pecados   contra la virtud de la  religión Por defecto  ( no  se  cumplen  los preceptos relativos al culto debido a Dios): ateísmo, agnosticismo, apostasía, herejía, dudas vo- luntarias, indiferentismo, alistarse a la ma- sonería (recordado en 1983 por la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe). Por exceso  (se hace un  uso indebido  del culto divino): idolatría, superstición, adi- vinación, magia. ME 23 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 19 Para evitar el riesgo de  politeísmo  de los pueblos vecinos, Dios  prohibió  que se le representase con cualquier tipo de imagen ( Dt 4, 15-16 ). Pero desde que Dios se  encarna  y se hace hombre, tal peligro desaparece. La Iglesia admite y fomenta que los misterios cristianos se representen en imágenes. La herejía  iconoclasta  que apareció en el siglo VIII fue condenada por el  II  Concilio de  Nicea  ( 787 ), que propone que los fieles veneren las imágenes de la Trinidad, Cristo, la Virgen y los Santos. San Basilio: “el honor de la  imagen  se dirige al original ” ( De Spiritu Sancto 18, 45, PG 32, 149 ). ME 24 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 20 Ante la  majestad divina , el hombre se postra en actitud de profunda y total  adoración . Pero sólo adora el que admira, y sólo son capaces de descubrir la admiración las personas humildes  (pobres o ricos): buscan respuesta a las preguntas últimas de la existencia humana y concluyen que  sólo en Dios  se encuentra la respuesta adecuada.  Después de descubrir el camino, es preciso recorrerlo: la  humildad  debe acompañar la  obediencia . ME 25 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 7 : “No tomarás el  nombre del Señor , tu Dios, en falso, pues el Señor no dejará impune al que tome su nombre en falso” (cfr.  Dt 5, 11 ). Mt 5, 33-34 : “Habéis oído que se dijo a los an- tepasados:  No perjurarás , antes cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo os digo que  no juréis  en modo alguno”. Designar el “ nombre ” es referirse a la  persona  que lo ostenta, por lo que el nombre de “Dios” evoca la misma persona divina.  CCE 2143 : “ El  nombre de Dios  es  santo . Por eso el hombre no puede usar mal de él. Lo debe guardar en la memoria en un silencio de  adoración amorosa ”. ME 26 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 2 Dios  es sagrado e introduce al hombre en el ámbi- to de lo “ sacro ” o “ sagrado ”. Lo “sacro” caracteri- za aquellas realidades que participan de algún modo de la  santidad de Dios , en razón de que se dedican a Él “ consagrándose ” a su culto o servicio. Existen  cosas  sagradas (cálices, templos dedicados al culto divino,...) y  personas  sagradas porque se consagran al servicio de Dios y de la Iglesia. Pero la categoría de “sagrado” corresponde más directamente a los  sacramentos  y de forma singu- lar a la  Eucaristía . ME 27 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 3 Lo opuesto a “ sagrado ” es lo “ profano ” Hubo épocas en las que se “ sacralizaron ” realidades que en sí mismas son profanas. Con rigor el mundo, la ciencia, la técnica y las diversas insti- tuciones sociales son profanas. Hay épocas en las que parece que se quiere borrar todo ám- bito de lo sagrado, hasta pre- tender “ desacralizar ” todo. La “ secularización ” es  pertinente  cuando se refiere a realidades en sí mismas “ profanas ”. En cambio si se defiende una secularización absoluta, se corre el riesgo de acabar en el “ secularismo ”, el cual rechaza  toda referencia a  Dios .  Jean Guitton : “Una de las cosas importantes hoy es trabajar por la regeneración del  sentido de lo sagrado ” ( Memoria de un siglo ). ME 28 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 4 Jurar  es tomar a Dios por testigo de la verdad.  San Agustín : “jurar es devolver a Dios el derecho que tiene  a toda verdad ” ( Sermón 180 ).  Santo Tomás : “el hombre, al jurar poniendo a Dios por testi- go, confiesa la  excelencia superior de Dios  cuya verdad es infalible y su conocimiento universal. Por lo que tributa a Dios de alguna manera reverencia” ( II-II, q. 89, a. 4 ). Jesús  condenó la práctica  abusiva  del pueblo judío de su tiempo (jurar sin necesidad y sin cumplir). Juramento  asertorio  y juramento  promisorio . Válido : intención y fórmula debida.  Licitud : con justicia, con necesidad y con verdad. ME 29 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 5 Voto  es la promesa  deliberada y libre  hecha a Dios de un  bien posible y mejor que su contrario. El voto se emite  en honor a Dios  (se puede hacer bajo la inter- cesión de la Virgen o de tal santo).  Validez : que se delibere con libertad plena  acerca de lo que se promete; es necesario que el que lo emite  pueda cumplirlo  a su tiempo. Se hace voto de rea- lizar algo que en sí es óptimo. El  voto  supone un  compromiso  serio con Dios, lo cual origina la obligación grave de cumplirlo. Las promesas  son algo que se promete hacer en  honor de Dios  por haber obtenido o para alcanzar de Él alguna gracia especial. “En algunos casos, la Iglesia puede, por razones  proporcionadas , dispensar de los votos y las promesas” ( CCE 2103 ). ME 30 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 6 Pecados  contra el segundo mandamiento 1. Abusar del  nombre  de Dios; 2.  Blasfemia : injuria directa de pensamiento, palabra u obra contra Dios y los santos; 3.  Sacrilegio : profanación o lesión de una persona, cosa o lugar sagrado (especialmente grave la recepción de la  Eu- caristía  en pecado mortal); 4.  Perjurio ; 5.  Incumplimiento de los  votos . ME 31 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 8 : “Recuerda el  día del sábado , para santificarlo. Durante seis días trabajarás y harás tus tareas. Pero el día séptimo es sába- do,  en honor del Señor , tu Dios. No harás trabajo alguno” (cfr.  Dt 5, 12-13 ). Al principio los cristianos judíos guardaban el  sábado  y, al mismo tiempo, celebraban también la  Eucaristía  el “primer día de la se- mana” ( domingo ). Desde finales del siglo I hay noticias de que habían abandonado la práctica del sábado y celebraban  sólo  el domingo. ME 32 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 2 Sacrosanctum Concilium  ( Vaticano II ) y  Dies Domini  ( Juan Pablo II ) 1. El  origen  del domingo es de tradición  apostólica  y enlaza con el mismo día de la  Resurrección . 2. Es un día dedicado a que los bautizados  recuer- den su vocación , para que  den gracias  por haber sido salvados y a que se empleen en la  instrucción religiosa y en la plegaria cristiana, especialmente en la participación de la  Eucaristía . 3. Es la  fiesta primordial  del calendario cristiano, día dedicado a la piedad  y a la  alegría  cristiana. 4. Para cumplir esos objetivos, se ha de dedicar al  descanso . ME 33 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 3 CIC 1247 : “El  domingo  y las demás  fiestas de precepto  los fieles tienen  obligación  de participar en la  Misa , y se abstengan además de aquellos trabajos y actividades que impidan  dar culto a Dios , gozar de la  alegría  propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso  de la mente y del cuerpo”. Asistir a la Santa  Misa : “los que  deli- beradamente  faltan a esta obligación cometen un pecado grave” ( CCE 2181 ). Descanso : prohibición de lo que  impide dar culto a Dios, vivir la alegría cristia- na u  obstaculiza  el debido descanso de la mente y del cuerpo (cfr.  CCE 2185 ). ME 34 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 4 Mandamientos de la Iglesia Facilitan a los fieles que vivan las exigencias cristianas 1. Obligación de oír  Misa  los domingos y fiestas de precepto. 2. “Todo fiel que haya llegado al uso de razón, está obligado a confesar  fielmente sus pecados  graves  al menos una vez al año” ( CIC 989 ). 3.  Comulgar  por la Pascua de Resurrección. 4.  Ayuno  el miércoles de ceniza y el viernes santo.  Abstinencia  los viernes de cuaresma. 5.  Ayudar  a la Iglesia en sus  necesidades . ME 35 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 1 Primer mandamiento de la “ segunda tabla ”: de los siete que se concretan en el “ amor al prójimo ”. Ex 20, 12 : “ Honra a tu padre y a tu madre , para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar” (cfr.  Dt 5, 16 ). Este primer mandamiento de la segunda tabla es la práctica del amor en el ámbito de la  familia . Ello indica el  orden de la caridad  que se inicia con aquellos “prójimos” que están más “próximos”: esposos, hijos, padres, hermanos, abuelos, tíos, etc..  Por extensión , se estudia también la relación con las autoridades (maestros, gobernantes, etc.). ME 36 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 2 La familia es una institución natural . La constitución somática y psíquica del hombre y de la mujer están no sólo orientados el uno al otro, sino que tienden a formar una pareja estable. La  poligamia y el  divorcio   no  son fenómenos  originarios , sino originados. Mc 10, 5-9 : “ Al principio  de la creación los hizo Dios varón y hembra; por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y serán los dos  una sola carne . De manera que no son dos, sino una sola carne. (...) Lo que Dios unió,  no lo puede separar  el hombre”. El matrimonio es  uno e indisoluble : “uno con una y para siempre”. ME 37 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 3 La primera familia cumple el  proyecto inicial  de Dios: bendijo a Adán y Eva y les dijo: “Creced y multiplicaos” ( Gn 1, 28 ). La bendición divina iba orientada  a la  procreación . CCE 2205 : “La familia cristiana es una  comunión de personas , re- flejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad  procreadora y educativa  es reflejo de la  obra creadora de Dios . Es llamada a participar en la oración y el sacri- ficio de Cristo. La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la  caridad . La familia cristiana es evange- lizadora y misionera”. “ Iglesia doméstica ”. El matrimonio es para el hombre y la mujer una verdadera vocación. ME 38 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 4 Deberes de caridad de los esposos entre sí Deben amarse como “Cristo ama a su Iglesia”. Los esposos deben  conservar ,  fomentar y  aumentar  el  amor humano . Siempre, pero sobre todo cuando el amor humano decrece, los esposos han de recurrir al amor sobrenatural  mediante la  oración y la recepción de los  sacramentos . Pueden  pecar  contra los deberes de  caridad : -  por omisión  (si desa- tienden el cuidado del afecto mutuo), -  internamente  (cuando fo- mentan pensamientos y sentimientos contrarios a la caridad),  -  externamente  (cuando se insultan y no se respetan mutuamente). ME 39 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 5 Deberes de justicia de los esposos entre sí Primer  deber de justicia:  superar  las  dificultades  que se pueden presentar en la vida conyugal.  Obliga  a poner los medios adecuados para  custodiar  la  fidelidad  conyugal. Pecados  más frecuentes de los esposos contra la justicia: - Negarse a prestar el  débito  conyugal; - No respetar a los bienes propios  patrimoniales ; - No respetar a otros bienes  personales  (la intimidad  psicológica, la vida  religio- sa  personal, los derechos de  concien- cia  y aquellos ámbitos de  libertad  co- mo los gustos y aficiones personales, los ideales políticos y culturales, etc.). ME 40 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 6 Deberes de caridad de los padres para con los hijos Deber  fundamental :  amarlos  con amor materno-paterno-filial. Siempre, pero más en situaciones difíciles, los padres tienen la obligación de  rezar por sus hijos . Un amor sin  fortaleza  es una caricatura de amor. Por eso, los padres tienen  obligación  de  educar  a sus hijos y de  corregirlos . Por  amor  a los hijos, los padres pueden  orientar y aconsejar  la vocación  de sus hijos. Pero los padres no pueden entorpecer, más aún deben  facilitar  la respuesta generosa del hijo a la vo- cación divina,  sin  emplear la  coacción . ME 41 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 7 Deberes de justicia de los padres para con los hijos La obligación  más grave  de los padres es la de  educar  a sus hijos. Es un deber que  no pueden delegar  totalmente ni en el Estado, ni en la sociedad, ni en la escuela, ni en la parroquia. Es un derecho- deber  esencial, original, primario, insustituible e inalienable . Familiaris consortio 36 : “El amor de los pa- dres se transforma de  fuente  en  alma , y por consiguiente, en  norma , que  inspira y guía  toda acción educativa concreta,  enriqueciéndola con los valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el  fruto   más precioso del amor ”. Los padres cuentan con la gracia de Dios. ME 42 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 8 Obligaciones de los hijos para con los padres Ex 20, 12 : “ Honra  a tu padre y a tu madre...”. Muchos textos del AT  recuerdan estas obligaciones. Ejemplos: “Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre” ( Prov 6, 20 ); “Quien honra a su padre expía sus pecados, como el que atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a sus padres se regocijará en sus hijos” ( Ecles 3, 2-3 ). Ejemplo en el  NT : “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que esto es grato al Señor” ( Col 3, 20 ). El cuarto mandamiento  obliga  también a los hijos  mayores  de edad a  amarlos  y  atenderlos . ME 43 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 9 Familia y sociedad La familia es la  célula original  de la sociedad. De las buenas familias salen los  mejores ciudadanos , pues en el seno de la familia se inicia  la vida  en sociedad . Deber de los Estados  es  ayudar  a la familia para que cumpla con facilidad y éxito su  misión edu- cadora . Las “ parejas de hecho ”  desfiguran  la relación hombre-mujer, con el agravante de que se pretende  identificar  la familia, nacida del matrimonio, con este tipo artificial de convivencia marital.  Más gra- ve  cuando algunos  Estados  reconocen  jurídicamente , en igualdad de  derechos , la familia matrimonial y esas parejas de convivencia. ME 44 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 10 Deberes más urgentes de la comunidad política con las familias 1. Facilitar el ejercicio de la  libertad  para fundar un hogar, tener hijos y educarlos de acuerdo con sus  convicciones  morales y re- ligiosas; 2. Proteger la  estabilidad  del  vínculo conyugal  y de la institución familiar ; 3. Hacer posible la libertad de profesar su  fe , transmitirla , educar a sus hijos  en ella , con los medios y las insti- tuciones necesarias; 4.  Garantizar  el derecho a la  propiedad pri- vada , la libertad de iniciativa, de tener un trabajo, una vivienda y el derecho de emigrar; 5.  Legislar  de forma que se proteja la aten- ción  médica , la asistencia de las personas  mayores  y de los subsi- dios familiares; 6.  Proteger  la seguridad y la salud de los ciudadanos y de modo especial evitar los peligros de la  droga , la  pornografía , el  alcoholismo , etc.; 7.  Fomentar  las asociaciones familiares y la creación de  entidades intermedias  entre la familia y el Estado. (Cfr. CCE 2211 ). ME 45 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 1 Ya la revelación del  AT  destaca en todo momento el valor  trascendente  de la vida humana: Caín y Abel ( Gn 4, 10-11 ); hombre creado para la vida ( Sap 2, 22-23 ); Dios es la fuente de la vida ( Prov 14, 27 ); etc.. En el  NT  sobresale aún más la  valo- ración de la vida : Jesús es Verbo de la vida ( 1 Jn 1, 1 ), posee la vida desde la eternidad ( Jn 1, 4 ), es la vida ( Jn 14, 6 ), etc.. SCDF, Donum vitae int., 5 : “La vida humana es  sagrada , porque desde su inicio es fruto de la acción de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin.  Sólo Dios  es Señor de la vida desde el comienzo hasta su término;  nadie , en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de  matar  de modo directo a un  ser humano inocente ”. ME 46 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 2 Dada la importancia de la  vida , es lógico que la bioética cristiana empiece con la  defensa  de la capacidad procreadora del hombre y de la mujer. De ahí, la condena de la  esterilización . Ésta puede ser directa o indirecta, física o química, temporal o perpetua. Esterilización indirecta Es la que  sigue  de una intervención quirúrgica o de terapias químicas que  es preciso  llevar a cabo porque  peligra la salud . Para la  licitud deben concurrir  tres condiciones : 1) que el órgano produzca un daño serio  o sea una  amenaza  para el organismo; 2) que dicho daño  no  se pueda  evitar  más que mediante la extirpación o anulación de dicho órgano; 3) que la mutilación  compense  el bien que se espera alcanzar. Razón de la licitud  =  principio de totalidad : es lícito eliminar un miembro a favor de la salud de  todo  el cuerpo. ME 47 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 3 Esterilización directa Es la que tiene como objetivo  eliminar  un órgano reproductivo  con el fin  de  evitar  la generación de una  nueva vida . La esterilización directa “queda  absolutamente prohibida ,  inde- pendientemente  de la recta intención  subjetiva  de los agentes para proveer la salud o para prevenir un mal físico o psíquico que  se prevé o se teme  derivará en embarazo. Ciertamente está  más gra- vemente  prohibida la esterilización de la misma facultad que la de un acto, ya que la primera conlleva un estado de esterilidad, casi siempre irreversible. Y la  autoridad pública  no puede invocar, de ninguna manera, su necesidad para el  bien común , porque sería lesivo para la  dignidad e inviolabilidad de la persona  humana” ( SCDF, Sobre la esterilización (13.03.1975) ). ME 48 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 4 El inicio de  una nueva vida  es un misterio en el que,  junto  a los  esposos ,  Dios  interviene con la creación individual del alma. Tal grandioso ori- gen empieza a desdibujarse desde el momento en que esa acción creadora se convierte en un artificio productor de vida:  la vida se crea, no se fabrica; es una persona, no un artilugio . Donum vitae II, 1 : “La tradición de la Iglesia y la reflexión antropo- lógica reconocen en el  matrimonio  y en su  unidad indisoluble  el único  lugar digno de una procreación verdaderamente responsable”. La “ procreación artificial ” es la que se lleva a cabo separando el  ac- to  conyugal y la  fecundación . “Cuando la intervención técnica  susti- tuye  al acto conyugal, es moralmente  ilícita ” ( Donum vitae II, 6 ). ME 49 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 5 La razón por la que la moral rechaza la  fecundación artificial asistida es porque  desnaturaliza  el acto conyugal, que encierra dos realidades íntimamente relacionadas entre sí y que no pue- den separase: la significación  unitiva  y la  procreadora . Fecundación o procreación artificial  homóloga -  FIVET homóloga : técnica encaminada al logro de una concepción humana mediante la unión  in vitro  (en el  laboratorio ) de gametos de los esposos unidos en  matrimonio . -  Inseminación artificial homóloga : técnica dirigida al logro de una concepción humana mediante la  transferencia  a la vías genitales de una mujer casada del semen previamente tomado del  marido . “ Practicadas  dentro de la pareja , estas técnicas son quizá menos perjudiciales, pero no dejan de ser moralmente  reprobables .  Di- socian  el acto sexual del acto procreador” ( CCE 2377 ). ME 50 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 6 Fecundación o procreación artificial  heteróloga -  FIVET heteróloga : técnica encaminada a lograr una concepción humana a través de la unión  in vitro  de gametos extraídos de al menos un donador  diverso  de los esposos unidos en  matrimonio . -  Inseminación artificial heteróloga : técnica dirigida a obtener una concepción humana mediante la  transferencia  a las vías genitales de la mujer del semen previamente recogido de un do- nador  diverso del marido . “ La fecundación artificial  heteróloga  es contraria a la unidad del ma- trimonio, a la  dignidad  de los esposos, a la  vocación  propia de los padres  y al  derecho  de los  hijos  a ser concebidos y traídos al mun- do en el matrimonio y por el matrimonio. (...) Constituye una viola- ción del  compromiso recíproco  de los esposos y una falta grave contra aquella propiedad esencial del matrimonio que es la  unidad ” ( Donum vitae II, 2 ). ME 51 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 7 Las técnicas artificiales, además, conllevan la implantación, por seguridad, de  varios óvulos , lo cual facilita la práctica de la “ re- ducción embrionaria ”, o sea, la elimina- ción de uno o más óvulos  fecundados , y fomenta la práctica de la  congelación  de los óvulos fecundados sobrantes. Lesiones graves de la  dignidad de la vida humana . No  se considera “fecundación artificial” la ayuda médica bien sea para superar las dificultades que  impiden  que el  acto conyugal  se realice plenamente, o para que  se facilite  el encuentro del óvulo y el espermatozoide. Se trata de una asistencia técnica que vence algún obstáculo para que se alcance la  finalidad  del acto conyugal de los esposos y  sin disociar  sus aspectos unitivos y procreativos. Ayudar, sí ;  sustituir, no . ME 52 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 8 Evangelium vitae, 63 : “Una atención especial merece la valoración moral de las técnicas de diagnóstico prenatal , que permiten identificar precozmente eventuales anomalías del niño por nacer. (...) Estas técnicas son moralmente lícitas  cuando están exentas de  riesgos des- proporcionados  para el niño o la madre y están orientadas a posibilitar una  terapia  precoz o también a favorecer una serena y consciente aceptación  del niño por nacer”. Pero la menta- lidad  eugenésica  que acepta el aborto selectivo “ es  ignominiosa  y totalmente  reprobable , porque pretende  medir  el  valor de una vida humana  siguiendo sólo parámetros de ‘norma- lidad’ y de bienestar físico”. ME 53 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 9 Donum vitae I, 6 : “Las técnicas de fecundación  in vitro  pueden hacer posibles  otras formas de manipulación  biológica o genética de embriones humanos, como son: los intentos y proyectos de fecundación entre gametos  humanos y animales  y la gestación de embriones humanos en  útero de animales ; y la hipótesis y el proyecto de construcción de  úteros artificiales  para el embrión humano. Estos procedimientos son contrarios a la  dignidad  del ser humano propia del embrión y, al mismo tiempo, lesionan el  dere- cho  de la persona a ser concebida y a nacer  en  el matrimonio y  del matrimonio. También los intentos y las hipótesis de obtener un ser humano  sin conexión alguna con la sexualidad  mediante ‘fisión gemelar’, clonación, partenogénesis, deben ser considerados con- trarios a la moral en cuanto que están en contraste con la  dignidad tanto de la  procreación humana  como de la  unión conyugal ”. ME 54 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 10 a La  dignidad  de la vida da lugar a un principio  inviolable : toda vida humana debe ser respetada, lo que exige que se proteja  y  defienda  también la concebida y aún  no nacida . Ab-ortus = “privar de nacimiento”; aborior = matar. Por lo tanto  abortar significa matar  a un ser de la especie huma- na. Por rigor intelectual se ha de rechazar otra terminología falsa (ej.: “ interrupción  voluntaria del embarazo”, pues en el aborto no hay posibilidad de reanudar la vida como lo implica la palabra “interrupción”). La condena del aborto es ya una demanda  científica , dado que los avances de la medicina muestran que,  desde la concepción , el cigoto tiene su  propio código genético , de forma que constituye un individuo  distinto  de su madre. b c ME 55 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 11 Desde el inicio de la ética y de la ciencia médica, el aborto ha sido condenado. Ejemplo: el primer Código ético de la medicina, el Juramento Hipocrático  (siglo V antes de Cristo): “Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me lo soliciten; ni admi- nistraré  abortivo  a mujer alguna”. Abundantes  condenas de los Padres. Ejemplos: Didaje V, 2 : “No matarás a tu hijo  en el seno  de la madre”;  Tertuliano : “Es un  homicidio  antici- pado el impedir el nacimiento; poco importa que suprima la vida ya nacida o que se la haga desa- parecer al nacer.  Es un hombre  el que está en camino de serlo” ( Apologeticum IX, 8 ). Excomunión “latae sententiae” si se produce el aborto ( CIC 1398 ). ME 56 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 12 CCE 2268 : “El quinto mandamiento condena como  gravemente  pe- caminoso el  homicidio  directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que  clama venganza al cielo”. CCE 2297 : “El  terrorismo  que amenaza, hiere y mata sin discriminación es gravemente contrario a la  justicia  y a la  caridad ”. Es intrínsecamente perverso,  nunca justificable , aunque se trate de eludir el juicio moral justificándolo ideológica- mente.  Idem : “La  tortura , que usa de violencia física o moral, para arrancar confesiones, para castigar a los culpables, intimidar a los que se oponen, satisfacer el odio, es contraria al  respeto de la  persona  y de la  dignidad humana ”. ME 57 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 13 Para que pueda hablarse de “ legítima defensa ”, que no se opone al quinto mandamiento, aunque pueda seguirse la muerte del injusto agresor, se requieren estas condiciones: 1 ) que el agresor intente causar un mal  muy grave ;  2 ) que se trate de verdadera  agresión física  (no bastan las amenazas a no ser que se esté seguro de que son el preludio de la agresión);  3 ) que la agresión sea, en verdad,  injusta ;  4 ) para defenderse legítimamente no se requiere que el agresor actúe de modo  voluntario  (loco...); 5 ) que el agredido no tenga  otro medio  para defenderse (huir...); 6 ) que la reacción defensiva sea  inmediata  a la agresión (no ven- ganza);  7 ) debe guardar la “ moderación debida ”. ME 58 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 14 Investigación científica en ciencia medica El magisterio insiste en que debe atenderse no sólo  a las posibilidades  técnicas , sino que el científico también ha de considerar si se adecuan o no a los  principios éticos . Pío XII  ( Discurso 13.09.1952 ) asentó  tres principios  que deben regular la experimenta- ción: el interés de la  ciencia  (la ciencia y la investigación deben asentarse en el orden de los valores); el bien del  paciente  (el hombre no es dueño absoluto de su vida, por lo que no puede disponer a capricho de ella); el interés de la  comunidad  (valorar los bienes físicos y morales para el futuro de la humanidad). ME 59 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 15 La  vida  es un  don  de Dios que el hombre debe agradecer y cuidar  con esmero . Fuera de las comunes enfermedades, las causas más frecuentes que ocasionan mal a la salud son el  alcoholismo  y el uso de las  drogas . El  alcoholismo  es un pecado  grave , por cuanto  daña  la salud y disminuye o anula  las facultades intelectuales y facilita el acceso a otras experiencias  más  graves (drogadicción). Además el indi- viduo puede ser  responsable  de los daños que provoca en el estado de embriaguez. El uso de la  droga  es un pecado especialmente  grave . Disminuye o anula las facultades psíquicas, y causa en el individuo verdaderos estragos  físicos y psíquicos.  Drogodependencia .  SIDA . ME 60 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 16 CCE 2280 : “Cada cual es  responsable  de su vida  delante de Dios que se la ha dado. Él sigue siendo su soberano  Dueño . Nosotros estamos obligados a  recibirla  con gratitud y a  conservarla  para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos  administrado- res  y  no propietarios  de la vida que Dios nos ha  confiado . No disponemos de ella”. CCE 2281 : “El suicidio contradice la  inclinación natural  del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor  de sí mismo . Ofende también al amor  del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las socie- dades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obliga- dos. El suicidio es contrario al amor  del Dios vivo ”.  Suicidio, 1 ME 61 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 17 Suicidio, 2 CCE 2282 : “Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden  dismi- nuir  la responsabilidad del suicida”. CCE 2283 : “ No  se debe  desesperar  de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede ha- berles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un  arrepenti- miento salvador . La Iglesia  ora  por las personas que han atentado contra su vida”. ME 62 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 18 La  guerra  es  siempre  un  mal . “Todo ciudadano y todo gobernante están obligados  a empeñarse en  evitar  las guerras” ( CCE 2307 ). “ Mientras exista el  riesgo  de guerra y falte una autoridad internacional  competente y provista de la fuerza corres- pondiente, una vez agotados  todos  los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa ” ( Gaudium et spes 79 ). ME 63 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 19 Cuatro condiciones para una guerra defensiva  justa : “- Que el daño causa- do por el agresor a la nación o a la co- munidad de las naciones sea  duradero , grave  y  cierto ; - Que  todos  los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ine- ficaces; - Que se reúnan las condicio- nes  serias  de éxito; - Que el empleo de las armas no entrañe males y de- sórdenes  más graves  que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obli- ga a una  prudencia  extrema en la apre- ciación de esta condición” ( CCE 2309 ). ME 64 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 20 ME 65 de 141 “ La enseñanza tradicional de la Iglesia  no excluye , supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la  pena de muerte ,  si  ésta fuera el  único camino  posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas” ( CCE 2267 ). “ Pero si los medios incruentos  bastan  para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad  se limitará  a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del  bien común  y son más conformes con la  dignidad de la persona humana” ( Idem ). “ Hoy , en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen (...), los casos en los que sea absolutamente  necesario  suprimir al reo ‘suceden  muy  rara vez, si es que ya en realidad se dan algunos’ ( Evangelium vitae 56 )” ( Idem ).
QUINTO MANDAMIENTO, 21 Evangelium vitae 65 : “De acuerdo con el Ma- gisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia Católica,  confir- mo  que la  eutanasia  es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación delibe- rada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural  y en la  Palabra de Dios escrita ; es transmitida por la  tradición  de la Iglesia y enseñada por el  Magisterio  ordinario univer- sal”. (Verdad enseñada como  definitiva ). La moral católica rechaza el “ ensañamiento terapéutico ”, intento de alargar la vida más de lo debido con medios  extraordinarios  o  des- proporcionados . ME 66 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 22 Dignidad del hombre y grandeza de la vida son razones por las que el cristianismo mantiene el respeto al cadáver . Además, profesa como dogma central la  resurrección de los cuerpos . Por ello, afirma que “los cuerpos de los difun- tos deben ser tratados con  respeto y caridad  en la fe y la esperanza de la resurrección.  Enterrar a los muertos es una  obra de misericordia  cor- poral” ( CCE 2300 ). “ El don gratuito de  órganos  después de la muerte es  legítimo  y puede ser meritorio” ( CCE 2301 ). “ La Iglesia permite la  incineración  cuando con ella  no   se cuestiona la fe en la  resurrección  del cuerpo” ( Idem ). ME 67 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 1 CCE 2332 : “La  sexualidad  abraza  todos  los as- pectos de la persona humana, en la  unidad  de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la  afectividad , a la capacidad de  amar  y de procrear  y, de manera más general, a la actitud para establecer  vínculos de comunión  con otro”. “ La  diferencia  y la  complementariedad  físicas, morales y espiritu- ales (del hombre y de la mujer) están orientadas a los bienes del ma- trimonio y al desarrollo de la vida familiar” ( CCE 2333 ). “Cuando el Génesis habla de ‘ayuda’ no se refiere solamente al ámbito del obrar , sino también al del  ser . Femineidad y masculinidad son entre sí  complementarios  no sólo desde el punto de vista  físico y psíqui- co , sino  ontológico ” ( Carta a las mujeres  (IV Conferencia de Pe- kín),  29.06.1995 ). ME 68 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 2 La sexualidad concierne la  totalidad  de la persona. Su estudio integro abarca, al menos, siete amplios  campos Cromosómico : ser hombre y mujer depende del número de pares de cromosomas que se integran en su constitu- ción  embrionaria . 1 2 3 Morfológico : los cuerpos masculino y femenino difieren no sólo en los genitales, sino también en otras marcadas diferencias  somáticas . Racional : no sólo nivel instintivo. Tanta es la carga racio- nal de la condición sexuada del ser humano que incluso ha hecho  ciencia  de la sexualidad. ME 69 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 3 4 5 6 7 Voluntario : por ello el hombre y la mujer son  responsa- bles  de su práctica sexual y de sus consecuencias. Afectivo-sentimental : la sexualidad humana no es pura- mente biológica, sino que hace relación muy directa al amor . Placentero : es fuente de uno de los mayores placeres del hombre y de la mujer, y no sólo de placer  sensitivo , sino también  afectivo  y  emocional . Procreador : una de las finalidades más marcada de la se- xualidad es la procreación de  nuevas vidas . ME 70 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 4 CCE 2348 : “Todo bautizado es  llamado  a la castidad”: hace relación al  amor . El  célibe  por el “reino de Dios” entrega su amor  indiviso  a Dios; la castidad del soltero antes de casarse se orienta al amor en el futuro matrimonio ; la castidad en el  matrimonio  se concreta en la vocación a la unión amorosa esponsalicia.  “ La  castidad  -no simple continencia, sino afirmación decidida de una voluntad  enamorada - es una virtud que mantiene la juventud del amor en cualquier estado de vida. Existe una castidad de los que sienten que se despierta en ellos el desarrollo de la  pubertad , una castidad de los que se preparan para  casarse , una cas- tidad de los que Dios llama al  celibato , una castidad de los que han sido escogidos por Dios para vivir en el matrimonio ” ( San Josemaría, Es Cristo que pasa, 70 ). ME 71 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 5 Para vivir la castidad, “el  dominio de sí  es una obra que dura toda la vida . Nunca se la considerará adquirida de una vez para siempre. Supone un  esfuerzo  reiterado en todas las edades de la vida. El esfuerzo requerido puede ser más  intenso  en ciertas épocas, como cuando se forma la  personalidad , durante la in- fancia y la adolescencia” ( CCE 2342 ). Para vivir la castidad es preciso educar la  pureza , lo que exige la práctica de otras virtudes íntimamente relacionadas  con la pureza, como es la templanza y la fortaleza. Asimismo, exige fomentar las disposi- ciones del  pudor  y de la  modestia . Se requiere la ayuda de los medios sobrenaturales, cuales son la oración , la devoción a la  Virgen  y la recepción de los  sacramentos . ME 72 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 6 El  matrimonio  es el estado que garantiza el sentido  pleno  de la sexualidad entre el hombre y la mujer:  sólo él  protege la do- nación plena que entraña la vida conyu- gal, y supone el compromiso de  entrega mutua, estable y exclusiva  entre un hombre y una mujer. Por eso la relación sexual  lícita  es la que tiene lugar  en  el ámbito del matrimonio. La  unidad  y la  indisolubilidad  del matrimonio es lo que justifica que la  esposa  dé al marido toda su realidad como mujer y, a su vez, el  marido  entregue a su esposa su especificidad como hom- bre. Sólo en él se justifica la entrega  amorosa y mutua  de lo que tienen como específico en su ser de varón y de mujer. ME 73 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 7 CCE 2357 : “Apoyándose en la sagrada Escritura que los presenta como depravaciones  graves , la Tradición ha declarado siempre que los actos  homosexuales  son  intrínsecamente  desordenados. Son contrarios a la  ley natural . Cierran el acto sexual al don de la vida . No proceden de una verdadera  complementariedad  afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en  ningún  caso”. CCE 2358 : “Un número apreciable de hombres y mujeres presenta tendencias homosexuales profundamente  arraigadas . Esta inclina- ción,  objetivamente  desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica  prueba . Deben ser acogidos con respeto, com- pasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de  dis- criminación  injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios  en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrifi- cio de la  cruz  del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”. ME 74 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 8 CCE 2352 : “Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afir- mado sin ninguna duda que la  masturbación  es un acto  intrínseca y  gravemente  desordenado. El uso deliberado de la facultad sexual fuera  de las relaciones conyugales normales contradice a su fina- lidad, sea cual fuere el motivo que lo determina. Así, el goce se- xual es buscado aquí  al margen  de la relación sexual requerida por el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua  entrega  y de la  procreación  humana en el contexto de un  amor verdadero ”. Idem : “Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos y para orientar la acción pastoral, ha de tenerse en cuenta la  inmadurez  afectiva, la fuerza de los  hábitos  contraídos, el estado de  angustia  u otros factores psíquicos o sociales que pue- den  atenuar  o tal vez  reducir al mínimo  la culpabilidad moral”. ME 75 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 9 La  fornicación  1) niega la relación  esencial  de la sexualidad huma- na, puesto que, por su propia naturaleza, está orientada a la intimi- dad del  matrimonio  y con un fin  procreador ; 2) es un  escándalo para la vida social y es contraria a la  dignidad  de las personas, pues se prostituyen ya que no están casados. Además, si se engendra una nueva vida, se enturbia el  origen de los hijos  nacidos de una relación no esponsalicia. La  pornografía  indica una profunda  degeneración  del valor sexual de la persona humana. “Ofende la castidad porque  desnaturaliza  la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la  dignidad  de quie- nes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganan- cia ilícita. Introduce unos a otros en la ilusión de un mundo  ficticio . Es una falta  grave . Las  autoridades  civiles deben  impedir  la pro- ducción y la distribución de material pornográfico” ( CCE 2354 ). ME 76 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 10 El  matrimonio  es una institución  natural  (se fundamenta en la naturaleza misma del hombre y de la mujer). Toda  unión estable entre  un hombre y una mujer , nacida de un  compromiso   firme e irrevocable  del amor esponsalicio (entrega y fidelidad) merece un  aprecio  y un reconocimiento  social . Esa dignidad del matri- monio natural goza en todas las  culturas  y en todos los  tiempos de general valía y consideración. El matrimonio  cristiano   añade  a esa di- gnidad una mayor excelencia: “ sacra- mento grande ” ( Ef 5, 32 ), que comunica una gracia especial para que el amor hu- mano se engrandezca con el amor  sobre- natural  y para ayudar a los cónyuges a cumplir las  obligaciones  del matrimonio. ME 77 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 11 CCE 2350 : “Los  novios  están llamados  a vivir la  castidad  en la continencia. En esta prueba han de ver un descubrimiento del mutuo  respeto , un apren- dizaje de la  fidelidad  y de la esperanza de recibirse el uno y el otro  de Dios . Reservarán para el tiempo del matrimonio las manifestaciones de ternura específicas  del amor conyugal. Deben  ayudarse  mutuamente a crecer en la castidad”. ME 78 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 12 El  amor  está en el  origen  de la unión de dos vidas para siempre. Pero la  esencia  del matrimonio está en el  vínculo  que se origina del pacto conyugal entre los esposos, no en el amor. Mediante la presencia de Cristo entre los espo- sos  cristianos , el amor  sensible  y el amor  afec- tivo  son elevados y sublimados por el amor sobrenatural , gracia especial que da el sacra- mento: los esposos están capacitados para vi- virlos en su integridad,  purificados  de los egoís- mos que siempre acompañan al querer humano. Si los esposos llegaran a  agotar  el amor  sensible  y el  afectivo , el amor  sobrenatural  (que fructifica por la  oración  y la recepción de los  sacramentos ) podrá  ayudar  a que los recuperen. ME 79 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 13 CCE 2366 : “La  fecundidad  es un don, un fin del matrimonio, pues el amor conyugal tiende naturalmente  a ser fecundo. El niño no viene de fuera a añadirse al amor mutuo de los espo- sos; brota del corazón mismo de ese don recí- proco, del que es fruto y cumplimiento”. El cristiano sabe además que los padres son  coo- peradores  con  Dios  que crea el alma del niño. Es cierto que “el matrimonio  no  es  solamente  para la procreación, sino que la naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de la prole requieren que el  amor mutuo  de los esposos mismos se manifieste ordenadamente, progrese y vaya madurando” ( Gaudium et spes 50 ). Pero tal perfección  no  se alcanza si se evi- tan los hijos sin motivos suficientes (dimensiones  unitiva y pro- creadora  del acto conyugal que el hombre no puede disociar). ME 80 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 14 Moral católica: los padres deben hacer un  juicio  práctico cuando, por serios motivos , decidan  distanciar  el nacimiento de un nuevo hijo, bien sea por un tiempo  determinado  o por un espacio  indefinido (mientras perduren las causas de esta decisión). Gaudium et spes 50 : “Con responsabilidad humana y cristiana los esposos  cumplirán su misión (...) de común acuerdo y común es- fuerzo, por formarse un  juicio recto , atendiendo tanto a su propio bien  personal  como al bien  de los hijos , ya nacidos o todavía por venir, discerniendo las circunstancias de los tiempos y del estado de vida  tanto materiales como espirituales , y, finalmente, la socie- dad temporal y de la propia Iglesia. Este juicio, en último término, deben formarlo  ante Dios   los esposos personalmente . En su modo de obrar, los esposos cristianos sean conscientes de que  no  pueden proceder  a su antojo ”. Regirse por la conciencia, según la ley divina. ME 81 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 15 La grandeza del matrimonio está sometida a todo genero de  degra- daciones  y aparece un esfuerzo por  desvirtuar  la familia y el ma- trimonio al identificar cualquier unión sexual con el matrimonio. Ejemplo de las “ parejas de hecho ”. Dos vicios corrompen la natu- raleza de la familia: el  adulterio  y la plaga del  divorcio . El  adulterio  es un pecado por dos razones: 1) tal relación sexual se realiza fuera del matrimonio entre ambos (contra la  castidad ); 2) se comete uno o dos pecados graves contra la  justicia  de una o dos personas que están casadas con los adúlteros, porque sus  derechos son violados por quienes cometen el adulterio. Graves deberes de justicia si hay un nacimien- to ilegítimo. ME 82 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 16 Argumentos complementarios sobre el  aborto  considerado ya en el quinto mandamiento: Desde el momento de la  fecundación , se inicia una vida  humana , de forma que lo concebido no es una mera masa gelatinosa ni un cúmulo de células, sino una  vida distinta  del óvulo y del espermato- zoide, que inicia un proceso biológico de intensa actividad y que está destinada a  desarrollarse  hasta la edad adulta. Este ser vive  independientemente  de la madre, la cual sólo le ofrece el  alimento . Es, pues, un individuo. Pero no cabe hablar de un  individuo de la especie humana que no sea  persona : el feto no es “algo” sino “ alguien ” (“persona” es un con- cepto  filosófico  y no biológico).  ME 83 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 17 A menudo se oye afirmar que existe  en ciertos supuestos  un “ con- flicto de derechos ”: vencería el derecho de la  madre  frente al de- recho a nacer del feto aún no nacido, por ejemplo cuando se trata de una  violación  que ocasiona un embarazo no deseado, o cuando corre  riesgo  la vida de la madre (en este caso cabría considerar al no nacido como “ injusto agresor ”). PERO  no cabe hablar de conflicto de derechos cuando se trata de la vida de una persona . La madre tiene derechos sobre el hijo, pero  no puede disponer del  derecho fundamental  a vivir  de un ser  distinto del suyo, cual es el hijo. Además,  en ningún caso  cabe hablar de “ in- justo agresor ”, dado que  el hijo es totalmente inocente . Si interven- ción médica a la mujer  absolutamente necesaria  para su vida y con- lleva la muerte del feto: puede lícitamente someterse a ella (muerte del hijo soportada, tolerada,  sufrida ,  no directamente querida ). ME 84 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 18 Humanae vitae 14 : “Debemos declarar una vez más que hay que  excluir absolutamente , como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción  directa del proceso generador ya ini- ciado, y sobre todo el  aborto  directamente queri- do y procurado, aunque sea por razones  terapeúti- cas . Hay que excluir igualmente (...) la  esteriliza- ción  directa, perpetua o temporal, tanto del hom- bre como de la mujer; queda además excluida to- da acción que, o  en previsión  del acto conyugal, o  en su realización , o  en el desarrollo  de sus con- secuencias naturales, se proponga, como  fin  o co- mo  medio , hacer  imposible  la  procreación ”. ME 85 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 19 “ Desgraciadamente, a menudo  se entiende mal  el pensamiento católico, como si la Iglesia sostuvie- se una ideología de la fecundidad a ultranza, esti- mulando a los cónyuges a procrear  sin discerni- miento  alguno  y sin proyecto ” ( Juan Pablo II, Alocución, 17.07.1994 ). Además de la  abstención , es lícita la “ continencia periódica ” y el recurso a los “ métodos naturales ” por  motivos graves . “ La Iglesia anima a las parejas a ser  generosas  y confiadas, a com- prender que la paternidad y la maternidad son un  privilegio  y que todo niño es el  testimonio del amor  existente en una pareja de uno hacia otra, por su generosidad y su apertura hacia Dios” ( Juan Pa- blo II, Discurso, 24.09.1983 ). ME 86 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 15 : “ No robarás ” (cfr.  Dt 5, 19 ). El hombre puede poseer cosas y tenerlas como suyas, por lo cual este  derecho  debe ser respetado por todos.  Robar  significa violar este derecho: tomar lo ajeno contra la voluntad de su dueño. En la predicación de  Jesús , la relación hombre- cosas recibe una nueva y más profunda interpre- tación (Sermón de las  Bienaventuranzas : uso moderado  de las cosas y  riesgo  de poseerlas). Mt 6, 10-24 : “No alleguéis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín los corroen y donde los ladrones horadan y roban (...). Nadie puede servir a dos señores (...). No podéis servir a Dios  y a las  riquezas ”. ME 87 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 2 En el  AT  muchas  leyes  evitaron que en Israel se acumulasen gran- des fortunas (la del “año sabático”, del “año jubilar”, la protección a los huérfanos y a las viudas, etc.) e incluso, después que perdieron vigencia, el espíritu que las había animado ayudó a  cortar distan- cias  entre pobres y ricos. Todos los bienes creados están al servicio de  todos  los hombres. Pero en la historia de todo tiempo y civilización aparecen grandes desigual- dades sociales e injusticias entre  ricos y pobres . Jesús enseña sobre el riesgo de las  riquezas  y el mandamiento del  amor : hizo que entre los primeros cristianos se diese una  generosa  comunicación de bienes. Los escritos de los  apóstoles  abundan en  con- denas  de la avaricia, la codicia, las injusticias, etc.. ME 88 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 3 La  justicia  es la virtud que exige que se dé a  cada uno  lo que le corresponde. El  objeto  de la justicia es el derecho (“ ius ”): porque existen derechos, es obligado que se respeten.  La justicia hace rela- ción a otro. Es una virtud de “ alteridad ”. Entraña una obliga- toriedad: origina un “ debitum ” que debe ser respetado. De lo contrario se deberá una  reparación . Para que se cometa una injusticia se re- quiere que quien la padece  no la quiera sufrir : “al que sabe y consiente no se le hace injuria”. ME 89 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 4 Justicia  conmutativa : rige las relaciones de los  individuos  entre sí. Justicia  distri- butiva : regula las relaciones de los  gober- nantes  con los  súbditos . Justicia  legal : mide las relaciones de los  súbditos  con el Gobierno  y el Estado. Justicia  social : con- sidera los derechos y deberes de los ciuda- danos en el ámbito de la convivencia  so- cial, política y económica  (su fundamento es la  dignidad de la persona  humana). ME 90 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 5 La  justicia social  cuida de que el conjunto de la vida social se dirija al bien de todos, o sea al “ bien común ”. El bien común es el conjunto de aquellas condiciones sociales que permiten al  individuo , a la  familia  y a las  sociedades intermedias la consecución de sus respectivos fines. En él se integran valores tanto  materiales  como  espirituales . Se puede distinguir el bien común  trascendente  (Dios) del  temporal  (respeto a la persona, bienestar social y desarrollo del grupo, paz). El bien común mira a  toda la persona , pero no contempla exclusivamente al individuo y a la familia ni se agota en la sociedad en que se vive, sino que abarca el bien común  entre todas las naciones . ME 91 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 6 El  cristianismo  tiene mucho que  aportar  en el campo de la justicia, dado que la moral cristiana enseña que debe ser  completada  con el ejercicio de la  caridad . “La caridad es como un generoso desor- bitarse de la justicia” ( San Josemaría, Amigos de Dios 283 ). Quien comete injusticia, además de con- fesarse del pecado cometido, está obliga- do a  restituir . Por dos razones:  1 ) la injusta retención  de lo  ajeno  con el consiguiente lucro personal;  2 ) el  daño ocasionado  al prójimo, aunque no se haya obtenido ga- nancia personal alguna. Los  colaboradores  pueden estar obligados a restituir según la diver- sa forma en que participaron en la injusticia (ordenar, encubrir, etc.). ME 92 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 7 Existen muchas  formas de apropiarse  de lo ajeno:  hurto  (sin violencia),  robo  (con violencia en cosas o personas),  apropia- ción indebida  (quedándose con lo entre- gado, ej.: depósito),  estafa  (haciéndose entregar las cosas con engaño),  malver- sación  de caudales públicos, etc.. En cuanto al  daño  ocasionado (“injusta damnificación”), puede afec- tar a los  bienes  de la persona, a su  fama  o a otras realidades a las que tiene  derecho  (ej.: ganar unas oposiciones, obtener unos justos bene- ficios, etc.). La malicia moral se mide por la magnitud objetiva del daño causado: robar a una persona rica es distinto que robar a quien se le sustrae lo necesario (ciertas cantidades siempre materia grave) . ME 93 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 8 La totalidad de los seres creados están al servicio del hombre : puede disponer de la naturaleza y de los animales para su uso y servicio. Pero  no es dueño absoluto  de los seres creados, sino sólo su  administrador . El hombre recibe de Dios  dos misiones : desarrollar y proteger la naturaleza. Desarrollar : como si Dios hubiese finalizado la creación “en bruto” y se la entregase al hombre para que la  perfeccionase . Proteger : cuidar de la creación. El hombre puede “usarla”, pero no debe “abusar”,  destruyéndola . ME 94 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 9 La condición  social  del hombre y los principios de la justicia  distri- butiva y legal  demandan que  todos los ciudadanos , cada uno en la medida justa que le corresponde,  contribuyan  al bien de la entera sociedad. Las  leyes fiscales  obligan en conciencia, siempre que sean justas, o sea: ley emitida por la  autori- dad competente ; cuya causa es  justa ; con la de- bida proporción con los  ingresos ; con fines a los que se dedique el dinero  honestos ; y con  trans- parencia  en la administración de lo recaudado. A veces, los ciudadanos “son  víctimas  de injusticias en la deducción del impuesto”, por lo que deben “ hacer valer  sus derechos y  defen- derlos ” ( Juan Pablo II, Discurso 08.11.1980 ). ME 95 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 10 Gaudium et spes 75 : “La Iglesia  alaba y estima  la labor de quie- nes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la  cosa pública y aceptan el peso de las correspondientes responsabilidades”. Juan Pablo II, Christifideles laici 42 : “Para animar  cristianamente  el orden temporal -en el sentido señalado de  servir  a la persona y a la sociedad- los fieles  laicos  de ningún modo pueden abdicar de la participación en la ‘ po- lítica ’. (...) Todos y cada uno tienen el  dere- cho  y el  deber  de participar en la política, si bien con  diversidad  y  complementariedad de formas, niveles, tareas y responsabilidades”. ME 96 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 11 Nota doctrinal de la SCDF, 24.11.2002 : “ La  libertad política   no  está ni puede estar basada en la idea  relativista  según la cual todas las concepciones sobre el bien del hombre son  igualmente  verdaderas y tienen el  mismo  valor”. Los católicos  no  pueden  ceder  al relativismo laicis- ta en cuestiones que suponen “exigencias éticas fundamentales e irrenunciables ”:  aborto ,  eutana- sia ,  familia  “fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad”, “libertad de los padres en la educación  de sus hijos”, “derecho de la  libertad religiosa ”,  paz , ... ME 97 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 16 : “No darás  falso testimonio contra tu próximo” (cfr.  Dt 5, 20 ). Lev 19, 11 : “ No mentiréis , ni os engaña- réis unos a otros”. La  mentira  y la calumnia  van con frecuencia unidas. CCE 2483 : “ Mentir  es hablar u obrar contra la verdad para inducir a error”.  CCE 2508 : “La  mentira  consiste en decir algo falso con intención de engañar al prójimo”. El hombre debe  amar  la  verdad , expresarla, defenderla y comunicar- la. “Todo hombre,  por naturaleza , desea conocer la verdad” ( Aristó- teles, Metafísica I, 1, 980b ). La verdad es propia del ser inteligente. ME 98 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 2 La  verdad  hace relación a la misma persona de Jesús . Evangelio de  San Juan : “Yo soy el Ca- mino, la Verdad y la Vida” ( 14, 6 ), “lleno de gracia y de verdad” ( 1, 14 ), “si permanecéis en mi palabra, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” ( 8, 31-32 ), “santifícalos en la ver- dad: tu palabra es la verdad” ( 17, 17 ), “cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad” ( 16, 13 )... CCE 2468 : “La verdad como  rectitud  de la acción y de la palabra humana, tiene por nombre  veracidad , sinceridad o franqueza. La verdad o veracidad es la virtud que consiste en  mostrarse  veraz en los propios actos y en  decir  verdad en sus palabras,  evitando  la du- plicidad, la simulación y la hipocresía”. ME 99 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 3 San Agustín, Sobre la mentira IV : “la mentira consiste en decir  falsedad  con intención de  engañar ”. Por lo tanto impli- ca:  1 ) decir lo contrario de lo que se pien- sa,  2 ) decirlo con intención de engañar. Se distinguen tres clases de mentira: la  jocosa  ( broma  o pasatiempo), la  oficiosa  (para obtener un  beneficio  propio o a favor de un tercero), y la  dañosa  (si se persigue  hacer daño  a alguien). La primera  no  es pecado, la segunda es casi siempre pecado  venial , la tercera es pecado  mortal cuando se lesiona gravemente la caridad o la justicia. ME 100 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 4 En la mentira se contienen numerosos males: - encierra una  ofensa directa contra la verdad ; -  induce al error  a quien se le dice, el cual tiene  derecho  a no ser engañado; - lesiona el  fundamento  de la comunicación de los hombres entre sí; - fomenta (y en ocasiones tiene en ellas su origen) la  vanidad  y la soberbia ; - quien miente pierde la  reputación  y la  fama ; - lesiona la  caridad  en el trato con el prójimo; - puede faltar a la  justicia , cuando se miente en perjuicio de otro; - es funesta para la convivencia, puesto que crea  desconfianza  en las  relaciones sociales . ME 101 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 5 Una frase puede tener un  doble sentido : “le digo que no lo sé” suele significar una contestación negativa, pero, en absoluto, puede significar también “te digo las palabras siguientes: ‘que no lo sé’”. Una  restricción mental  es una especie de estas fra- ses que consiste en trasladar  con la mente  una expresión o fra- se a un sentido  distinto  del que se desprende de la significación obvia  de las palabras. La restricción  puramente  mental (cuando es del todo  imposible descubrir el sentido verdadero)  no es lícita . Ej.:decir “he visto París” pensando interiormente “en fotografía”. La restricción  latamente  mental (cuando el verdadero sentido  puede descubrirse) puede ser  lícita  con justa y proporcionada causa. Ej.: pa- ra guardar un  secreto , o decir: “el señor no está en casa” cuando está, puesto que se puede entender el sentido verdadero (en el contexto). ME 102 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 6 Secreto  es el conocimiento de una verdad que debe mantenerse oculta. Puede ser  prometido  (debe guardarse en virtud de una promesa, expresa o implícita como el secreto profesional) o  na- tural  (deriva de la ley natural). El  secreto profesional  es también de derecho natural  y frecuentemente no guardarlo lesiona la  justicia  porque proviene de un compromiso tácito. Caso del médico o del sacerdote a quien se le hace una confidencia fuera de la confesión. En caso de  confesión : “ sigilo sacramental ”. Se puede pecar usando el secreto para  provecho  propio o ajeno. Casos en los ámbitos de la  compraventa ,  industria ,  investigación , etc.. ME 103 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 7 CCE 2491 : “Los  secretos profesionales  -que obligan, por ejemplo, a políticos, militares, médicos, juristas- o las  confidencias  hechas bajo  secreto  deben ser  guardados , salvo los casos excepcionales en los que el no revelarlos podría causar al que los ha confiado, al que los ha recibido o a un tercero daños  muy graves  y evitables únicamente  mediante la divulgación de la verdad. Las informa- ciones privadas perjudiciales al prójimo, aunque no hayan sido confiadas bajo secreto, no deben ser divulgadas sin una razón grave y proporcionada ”. CCE 2490 : “El secreto del  sacramento  de la Reconciliación es sagrado y no puede ser revelado  bajo ningún pretexto . El  sigilo sacramental  es  inviolable ; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y  por ningún motivo ”. ME 104 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 8 a Además de los pecados de mentira y de faltas cometidas por revelación indebida del secreto, también se puede  faltar a la veracidad  si se cometen otras acciones, cuales son, por ejemplo, la  calumnia , el  juicio temerario , la  sospecha , la maledicencia , el  falso testimonio  y el  perjurio . CCE 2487 : “Toda falta cometida contra la justicia y la  ver- dad  entraña el  deber de reparación , aunque su autor haya sido perdonado. Cuando es  imposible  reparar un daño  pú- blicamente , es preciso hacerlo  en secreto ; si el que ha su- frido un perjuicio no puede ser indemnizado directamente, es preciso darle satisfacción moralmente, en nombre de la caridad. Este deber de reparación se refiere también a las faltas cometidas  contra la reputación  del prójimo”. b ME 105 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 9 Medios de comunicación social (Vaticano II,  Inter mirifica ), 1 Valor moral : El  recto  uso de tales medios es absolutamente necesario. Este uso no es ajeno a la moral. Los usuarios deben formar un  recta conciencia  sobre tal uso, de modo que la información que reciben contribuya al  bien común y al mayor  progreso  de toda la sociedad humana. Tal información debe ser objetivamente  verdadera  y, salvada la  justicia  y la  cari- dad ,  íntegra . Ha de ser también  honesta  y conveniente moral- mente. La  primacía  del orden moral objetivo ha de ser aceptada por todos. Cuidar  atentamente  como tratar los temas relacionados con el  mal : evitar que produzca  mayor daño  que utilidad a las almas. ME 106 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 10 Medios de comunicación social (Vaticano II,  Inter mirifica ), 2 Deberes de los usuarios : 1) hacer una “ recta elección ” de publi- caciones, cadenas televisivas, programas de radio o televisión, etc.; 2) evitar lo que puede ser causa u ocasión de  daño espiritual  para ellos o para otros; 3) atender al  mal ejemplo  que pueden ocasionar la lectura o apoyo a ciertos medios; 4) favorecer las  buenas pro- ducciones  y oponerse a las malas; 5) no contribuir  económica- mente  a empresas que tan sólo persigan el lucro en la utilización de estos medios; 6) todos, pero especialmente los  jóvenes , deben ser  moderados  y disciplinados en el uso de estos medios; 7) man- tener una  actitud crítica  para formar un recto juicio; 8) los  padres tienen la obligación de vigilar cuidadosamente que los hijos hagan un  uso adecuado  de estos medios. ME 107 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 11 Medios de comunicación social (Vaticano II,  Inter mirifica ), 3 Agentes  de los mass medias: periodistas, escritores, actores, productores, realizadores, críticos, vendedores, etc., deben tratar las cuestiones económicas, políticas o artísticas de modo que  no produzcan daño al bien común . Las  autoridades : deben defender y tutelar la verdadera y justa  libertad  que necesita la sociedad, y emitir  leyes  para que del uso de estos medios  no se siga daño  a las costum- bres y al progreso de la sociedad. Católicos : que utilicen esos medios para el  apostolado  y se adelanten a las malas iniciativas. Sacerdotes, religiosos y laicos han de poseer la debida  pericia  en estos medios y po- der dirigirlos a los  fines  del apostolado. ME 108 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 12 El cristiano no sólo debe expresar la verdad y proclamarla, sino que tam- bién debe  defenderla , en ocasiones hasta la muerte. Los cristianos de todos los tiempos, cuando se vieron forzados a confesar la verdad en Jesucristo, lo hicieron incluso  ofreciendo su vida . Jn 18, 37 : “Yo he venido al mundo para dar  testimonio de la  verdad ”. El  martirio  es como el  sello  y el resello de la  verdad  de lo que se cree y se practica. ME 109 de 141
NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 1 Los  dos últimos  mandamientos se fijan en el  in- terior  del hombre. Suponen un  avance  en la ex- posición de los deberes morales.  Mt 15, 19 : “del corazón proceden los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios y las blasfemias”. Condenan los malos  pensamientos y deseos  contra las virtudes de la  castidad  y de la  pobreza . Pero, indirectamente, se contem- plan también los  pecados internos  contra las  demás virtudes , especialmente contra la caridad y la humildad, como son el odio y el rencor, la envidia y el afán de venganza. ME 110 de 141
NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 2 Dt 5, 21 : “No desearás la mujer de tu prójimo” (cfr.  Ex 20, 17 ). Mt 5, 27 : “Habéis oído que se dijo a los antiguos: No adulterarás. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer  deseándola , ya adulteró  en su corazón ”. El “limpio de corazón” goza de una espe- cial aptitud para  descubrir a Dios  y sabe valorar el  sentido real  de la sexualidad humana. Noveno mandamiento CCE 2519 : “A los  limpios de corazón  se les prome- te que  verán a Dios  cara a cara y que serán semejan- tes a Él. La pureza de corazón es el preámbulo de la visión. Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios, recibir al otro como un ‘prójimo’; nos permite considerar el  cuerpo humano , el nuestro y el del prójimo, como  templo del Espíritu Santo , una manifestación de la  belleza divina ”. ME 111 de 141
NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 3 Décimo mandamiento Dt 5, 21 : “No desearás su casa, ni su campo, ni su servio ni su sierva, ni su buey ni su asno, ni nada de lo que pertenezca a tu prójimo” (cfr.  Ex 20-17 ). Jesús enseña la  disposición interior que ha de tener el creyente en relación a estos bienes: “ No os inquietéis  por vuestra vida, por lo que habéis de co- mer o beber, ni por vuestro cuerpo, por lo que habéis de vestir” ( Mt 6, 25 ). Mt 6, 32-34 : “Los gentiles  se afanan  por todo eso; pero bien sabe vuestro  Padre celestial  que de todo eso tenéis necesidad. Buscad primero el  reino de Dios y su justicia , y todo eso se os dará por añadidura. No os inquietéis, pues, por el mañana”. ME 112 de 141
NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 4 En el hecho de elevar la moral al ámbito de los  pensamien- tos  y de los  deseos  se descubre la  grandeza  de la moral cristiana, que responde a la totalidad de la persona. Un pensamiento o un deseo  no sólo  se inicia en la  inte- ligencia  y en el  corazón , sino que se manifiesta en gestos perceptibles : necesidad del  dominio de sí  para no exterio- rizar el enfado, el orgullo, la envidia o la pereza en actos externos de ira, impaciencia, orgullo, envidia o pereza. Los  pecados internos  no son sólo producto de la  imagina- ción , sino que en ellos intervienen también el entendimien- to, la voluntad y la memoria. Por ello son graves si se  con- siente  y se trata de una  materia  grave: hay que  combatir- los . Es fácil  acostumbrarse  de ellos y no darles la  impor- tancia  ética que tienen. a b c ME 113 de 141
NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 5 El hombre está  herido  por el pecado original, lo que da lugar a la  lucha entre el “espíritu” y la “carne”. Para que los malos pensamientos y deseos sean  pecados , se requie- re que sean consentidos por la  voluntad . Mientras no haya consen- timiento, no cabe hablar de pecado:  sentir no es consentir . Con la enseñanza del origen  interior  del mal y del bien moral, Jesús eliminó la tentación de quedarse en una  moral externa , de lo que se ve, o de aprecio o negativa social. Suprime el  fariseísmo . ME 114 de 141
NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 6 El cultivo del  interior  (inteligencia y corazón)  rescata  al hombre y a la mujer de su egoísmo y los  enriquece : Respecto a la virtud de la  pureza : en la vida matrimonial, los esposos  que viven la castidad conyugal  no sólo  evitan los peca- dos  externos  e  internos  contra la castidad (“no desear la mujer de tu prójimo”), sino que, al mismo tiempo, no buscan en ex- clusiva sus  propias satisfacciones . Respecto a la virtud de la  pobreza : “A los ricos de este mundo encárgales que  no  sean  altivos  ni pongan su  confianza  en la in- certidumbre de las riquezas, sino  en Dios , que abundantemente nos provee de todo para que lo disfrutemos, practicando el bien, enriqueciéndonos de buenas obras, siendo  liberales y dadivosos y atesorando para el futuro, con que alcanzar la  verdadera vida ” ( 1 Tim 6, 17-19 ). ME 115 de 141
NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 7 Los pecados externos  añaden  a la malicia interior la  ejecución  de la acción y los malos  efectos  y el  escándalo  que pueden seguirse de ellos. La primera batalla de la moralidad tiene lugar en el  corazón . El logro de la  propia perfección  depende del cumplimiento  amoroso  de los manda- mientos. Asimismo, éste  colma  las ansias de  felicidad  escritas en el corazón mismo del hombre. La  santidad  del individuo produce un  bien extraordinario  en la  Iglesia , Pueblo de Dios, y repercute en la  entera sociedad . ME 116 de 141
VIRTUDES, 1 Para Aristóteles no es suficiente la idea de bien, sino que es preciso que el hombre  practique la idea de bien. La ética no es una simple teoría, sino que es una  ciencia práctica . El hombre  bueno  es el hombre  virtuoso , o sea, aquel que  habitualmente  actúa con rectitud ética. Estudiamos ya las tres virtudes  teologales  (fe, esperanza y caridad) al considerar el  primer  mandamiento. De las cuatro virtudes  cardi- nales , ya vimos la  justicia  al estudiar el  séptimo  mandamiento. Nos queda por estudiar la  prudencia , la  fortaleza  y la  templanza . ME 117 de 141
VIRTUDES, 2 Las virtudes son  perfecciones de la persona . Les pertenece esen- cialmente el concepto de “ hábito ”, es decir, la  disposición  cons- tante y firme para hacer el bien. La virtud es un “ hábito operativo bueno ”. Las virtudes posibilitan obrar el bien  con más facilidad . Lo contrario de la virtud es el  vicio : “ hábito operativo malo ”. División  de las virtudes estudiada en Moral Fundamental: naturales, cardi- nales y teologales. La denominación de “ cardinales ” nace del término lati- no “ cardo ” (quicio), porque son como el gozne o el quicio sobre el cual gira la vida moral. Además, en torno a ellas se aúnan  otras  virtudes. ME 118 de 141
VIRTUDES, 3 Prudencia  es el hábito que posibilita a la razón juzgar rectamente y determinar  aquello que se debe hacer. No es una virtud negativa o pa- siva, sino  activa : no es prudente el que no ac- túa, el que no hace nada, sino el que hace lo que  debe  hacer. Es la “ regla recta de la acción ” (“recta ratio agibilium”:  S. Th. II-II, q. 47, a. 2 ). Orienta y dirige  las demás virtudes (“auriga virtutum”): les indica qué, cuándo y cómo  se debe o no actuar. La persona prudente, antes de actuar, pondera los pros y los contra que conlleva aquella acción, elección u omisión. Pero tal “ ponderación ”  intelectual   no  es  sufi- ciente , sino que la prudencia aporta también a la  voluntad  la fuerza y el coraje para llevar a término lo que se debe hacer. ME 119 de 141
VIRTUDES, 4 Pertenece a la esencia de la  prudencia : 1) formar un  juicio  adecua- do sobre lo que es mejor entre las diversas opciones; 2) una vez formado el juicio recto, entra en acción el  ejercicio de la libertad . Dado que se trata de tomar  decisiones  sobre lo que es prudente hacer u omitir, la conciencia cristiana debe recurrir a la práctica de la  oración  y acudir a la acción del  Espíritu Santo  (don de  consejo ). Para formar el  juicio correcto  y para  decidir  llevarlo a término, frecuentemente será preciso  pedir consejo . Para el hábito de la prudencia se requieren tres cosas: juzgar rectamente, decidir y pedir consejo. ME 120 de 141
VIRTUDES, 5 La  prudencia  ha de estar de acuerdo con los juicios morales que for- mula la  conciencia . Con la luz que le aporta la conciencia, la pruden- cia perfecciona el  entendimiento  porque le ofrece no sólo los crite- rios de verdad y de error, sino  de bien y de mal  ético. Perfecciona también la  voluntad  comunicándole qué es lo que se ha de elegir. A su vez la prudencia  ayuda  a la conciencia a formar rectos juicios y aplicarlos.  CCE 1806 : “ Es la prudencia quien  guía  directamente el jui- cio de  conciencia . El hombre prudente decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta virtud  aplicamos  sin error los  principios morales a los casos  particulares  y superamos las dudas  sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar”. ME 121 de 141
VIRTUDES, 6 La prudencia no es (1) El simple  no hacer : se trata de una virtud  activa . Quien no ejerce sus derechos, por ejemplo, es “imprudente”. Actuar  precipitadamente : no basta la “buena voluntad”. Se requiere conocer las  circunstancias  que concurren y las  consecuencias  que se seguirán, y considerar los medios  necesarios para llevar la acción a la práctica. Esperar  para no correr riesgos: hay momentos y materias en los que es preciso actuar  de inmediato , “aquí y ahora”. Optar por lo  más fácil  o  menos   arriesgado . a b c d ME 122 de 141
VIRTUDES, 7 La prudencia no es (2) No actuar por  miedo  a equivocarse. El recurso al “ exagerado realismo ”: el que tiene a la vista sólo las  dificultades  sin considerar otros factores como, por ejemplo, los imperativos de la caridad o de la justicia o el cumplimiento costoso de la voluntad de Dios. La falsa “ prudencia de la carne ”: la que no tiene en con- sideración datos  sobrenaturales  que son necesarios para el  creyente  si quiere emitir un juicio verdadero y tomar la decisión adecuada, como son apoyarse en la  ayuda divina  y confiar en la  Providencia . Confundirla con la  astucia  o la  picardía  o la  timidez . e f g h ME 123 de 141
VIRTUDES, 8 La prudencia exige  valentía : la falsa prudencia es el recurso de los que quisieran llegar tarde siempre a los momentos de peligro. En el comportamiento individual  y en la convivencia  social  no es raro identificar prudencia con  pereza  o  cobardía , y no prudencia con  veracidad  y  valentía . Si no hay prudencia , no hay posibilidad de que haya  virtud moral : ni justicia, ni fortaleza, ni tem- planza. Las  injusticias sociales  tienen su origen en la falta de prudencia de los gobernantes para  diagnosticar  lo justo y llevarlo a la  práctica . ME 124 de 141
VIRTUDES, 9 Determinarse por el bien no siempre es tarea fácil: de ahí la importancia de la  fortaleza  para llevar a término lo resuelto por la voluntad prudente. Las virtudes de la prudencia y de la fortaleza  se coposibilitan mutuamente . La  fortaleza  es la virtud cardinal que potencia la voluntad para que se decida por el  bien difícil con el fin de alcanzarlo, empleando para ello todas las fuerzas , incluso con riesgo de la pro- pia vida corporal. Fortaleza natural  = firmeza de  carácter  y energía de la  voluntad . Fortaleza virtud  = origen en el auxilio de la  gracia  para sobrelle- var las dificultades. ME 125 de 141
VIRTUDES, 10 La fortaleza equivale al imperativo cristiano de  cumplir en todo , también en lo arduo,  la voluntad de Dios . Debe superar el desor- den en la naturaleza humana, debido al  pecado original . Las di- ficultades pueden ser  internas  o  externas . El cristiano fuerte no sufre “por sufrir”: la disposición a  morir antes que renegar de la fe supone el ejercicio  máximo  de la virtud de la fortaleza; pero “el soportar la muerte  no  es laudable  en sí mismo , sino sólo en la medida en que se  ordena al bien ” ( S. Th. II-II, q. 124, a. 3 ). ME 126 de 141
VIRTUDES, 11 Martirio  es el acto de la virtud de la fortaleza  por el cual, para testificar la fe, se sufre voluntariamente la  muerte . Se requiere que esta muerte se produz- ca  por odio a la fe . Los mártires cristianos han dado siempre el  testimonio público  de que  lo absoluto es Dios  y la  vida eterna , por lo que todo lo demás, incluso la existencia terrestre, es relativo y  subordinado  a alcanzar la salvación eterna. El que sobrevalora la vida  placentera   no entiende  la virtud de la fortaleza. ME 127 de 141
VIRTUDES, 12 No es fácil que en la vida de los cristianos se les presente la ocasión de  hacer grandes cosas  por Dios, pero a diario pueden vivir la  for- taleza  en las circunstancias  normales y cotidianas  de su vida. San Josemaría, Amigos de Dios 7 : “Ciertamen- te se trata de un objetivo  elevado y arduo . Pero no me perdéis de vista que  el santo no nace : se forja en el continuo juego de la gracia divina y de la  correspondencia humana. (...) Si deseas portarte como un cristiano consecuente (...), has de poner un cuidado extremo en los  detalles más nimios , por- que la santidad que Nuestro Señor te exige se al- canza cumpliendo con amor de Dios el trabajo, las obligaciones de cada día, que casi siempre se com- ponen de realidades  menudas ”. ME 128 de 141
VIRTUDES, 13 La fortaleza del audaz toma la iniciativa cuando es  necesario  por- que  lo exige el bien  que está amenazado. La verdadera fortaleza está más en la  resistencia  que en el ataque. El  miedo  y el  temor  que acompañan a la acción decisiva y fuerte para afrontar el riesgo e incluso la muerte,  no se oponen a la fortaleza. Fuerte  no  es el que  no teme , sino quien, a pesar del miedo, se mantiene  firme  en la defensa del bien, aunque en el empeño tenga que exponer su vida. ME 129 de 141
VIRTUDES, 14 Virtudes derivadas y unidas a la fortaleza, 1 Si se refieren a la actitud y disposición para cometer  grandes empresas: -  Magnanimidad : inclina a la persona a acometer, en el ejercicio de cualquier de las virtudes, grandes obras, dignas de honor y de aprecio . El magnánimo practica también la caridad, la honradez, la veracidad, la sinceri- dad, la justicia, etc..  Pecados  por exceso: presunción, ambición y vanagloria; por defecto: pusilanimidad. -  Magnificencia : dispone a llevar a cabo grandes obras y no fáciles de ejecutar, sin que sea obstáculo para rea- lizarlas las dificultades, incluida la  cuantía económica . Pecados  por exceso: despilfarro; por defecto: tacañería. ME 130 de 141
VIRTUDES, 15 Virtudes derivadas y unidas a la fortaleza, 2 Si se trata de superar las dificultades que se levantan ante los males presentes: -  Paciencia : el paciente  soporta , sin tristeza pero con fortaleza y constancia, las dificultades físicas o morales que le aquejan.  Peca- dos : impaciencia y su opuesto, dureza de corazón. -  Longanimidad : da  ánimos  para persistir en lograr algo bueno, pero que parece inalcanzable.  Pecado : “poquedad de ánimo” (no se aspira a alcanzar una virtud o la santidad por lo lejano que se presenta). ME 131 de 141
VIRTUDES, 16 Virtudes derivadas y unidas a la fortaleza, 3 En el caso de que las dificultades sean duraderas o per- manentes: -  Perseverancia : virtud de  permanecer en el bien , a pe- sar de que se alarga la consecución de aquello a lo que se aspira y para lo cual se lucha, bien sea para adquirir una virtud o para desarraigar un vicio. -  Constancia : tiene por objeto  robustecer la voluntad para que no desfallezca en el empeño por resistir en la práctica moral  a pesar de las dificultades. -  Pecados  contra estas dos virtudes parecidas: por exceso, terquedad; por defecto, inconstancia. ME 132 de 141
VIRTUDES, 17 Pecados contra la virtud de la fortaleza: Cobardía : pecado por defecto. Puede incluirse el llamado “ respeto humano ”. Es pecado mortal o venial  según sea grave o leve  la materia que se omite en el ejercicio de la fortaleza debida. Impasibilidad : se deja de actuar por  indiferencia , por  despecho  o  vanidad . Es pecado mortal o ve- nial según el grado de  obligación  o de la  materia que impone la acción, aunque sea costosa. Temeridad : pecado por exceso. Se actúa  sin contar  con el peligro o los riesgos que entraña la acción. Gravedad según la  magnitud del riesgo  al que se expone quien así actúa. ME 133 de 141
VIRTUDES, 18 Templanza natural : dominio del  gusto  y del  tacto  que impone la razón , de forma que el hombre y la mujer se guíen por la mode- ración y  no sean esclavos  de los placeres sensibles. Se puede practicar por  motivos  bien diversos. Templanza cristiana : virtud cardinal que  orienta y modera  la tendencia a los placeres sensibles para que la persona se man- tenga dentro de los  límites que le señala la fe . San Agustín  concreta la templanza en “ la entrega de un amor entero ” ( De las cos- tumbres de la Iglesia I ): se precisa domi- nar y orientar las pasiones y los instintos (aspecto  positivo  de la templanza). ME 134 de 141
VIRTUDES, 19 Las  pasiones  en sí mismas  no son malas : suponen una riqueza de la psicología del hombre y de la mujer. La más fundamental es el amor , que culmina en el placer y el gozo del bien poseído. El  pecado original  introdujo en el hombre un  dese- quilibrio  que afecta a la relación entre la razón, la voluntad y las pasiones. “Pertenece a la perfección del bien moral o humano el que las pasiones estén reguladas por la razón ” ( CCE 1767 ). La  tendencia natural  hacia el placer que se obtiene en la  comida ,  bebida  y  deleite sexual  es la forma de manifestarse de las fuerzas naturales  más poten- tes  que actúan en la  conservación   del hombre . ME 135 de 141
VIRTUDES, 20 San Pablo castiga su  cuerpo  y lo  domina  para ser fiel al Evangelio y salvarse ( 1 Cor, 9 27 ). También alienta a Timoteo para que predique a los cristianos esta misma  ascesis  ( 2 Tim 4, 1-8 ). Estímulo fundamental para vivir la templanza: el  amor a Dios .  Gracia  de Dios y entrega  amorosa del hombre a Dios suponen el  dominio de las pasiones . CCE 2015 : “El camino de la perfección pasa por la  cruz . No hay santidad sin renuncia y sin  combate espiritual . El progreso espi- ritual implica la  ascesis  y la mortificación que conducen gradual- mente a vivir en  la paz y el gozo  de las bienaventuranzas”. “Todo lo  útil  y lo  honesto  es deleitable, pero lo  deleitable  no siempre es útil ni honesto” ( S. Th. II-II, q. 145, a. 3 ). ME 136 de 141
VIRTUDES, 21 Pecado por exceso contra la templanza: la intemperancia Relativo al  exceso  en la comida y la bebida, en el afán desordenado de poseer y en lo relativo a la vida sexual: - Placer del  comer y beber : anexo al deber de conservar la vida. Por ello es  lícito .  Pero  la concupiscencia puede suscitar un  desorden , de forma que uno conscientemente se extralimite en la medida a causa del placer producido por los alimentos. “La gula contraría al amor de Dios , fin último amable sobre todas las cosas” ( S. Th. II-II, q. 148, a. 2, ad 2 ); -  Las cosas son buenas :  poseerlas y usarlas  es honesto.  Pero  el  desorden  que lleva a poner en los bienes el corazón con pasión, hace al hombre  esclavo de las riquezas . Llega a fomen- tar la avaricia o a emplear medios injustos para adquirirlos; - Place- res  sexuales : sexto mandamiento. Los pecados en este ámbito  redu- cen al hombre  al puro instinto como los animales, ofuscan la  inte- ligencia  y embotan la  voluntad . ME 137 de 141
VIRTUDES, 22 Pecado por defecto contra la templanza: la insensibilidad Es el  rechazo total del placer , incluso de los placeres necesarios para la conservación del individuo o de la especie, por un afán de puritanismo o con el deseo de  no mezclarse  con lo que, des- pectivamente, se considera  un mal . Los  placeres sensibles  en el triple campo de comida-bebida, posesión de cosas y sexualidad están de acuerdo con la “ recta razón ”. Pero se puede renunciar a ellos por muchos motivos nobles , como la  salud , o aumentar la fuerza fí- sica, o por  valores más altos  como la mortifi- cación, vivir la pobreza, la dedicación a Dios (celibato apostólico, virginidad consagrada...), etc.. ME 138 de 141
VIRTUDES, 23 Humildad : modera el apetito desordenado de la propia excelencia  (vicio opuesto: la  soberbia , origen y causa de todos los pecados). Modestia : inclina al hombre a comportarse en todas sus manifestaciones internas y externas dentro de los límites  propios a su estado y po- sición social. Hace referencia especialmente al cuerpo  y al  adorno  del mismo. Mansedumbre : modera el  carácter  según la recta razón (vicios opuestos:  iracundia ,  indignación desmedida ...).  Clemencia : incli- na al superior a  mitigar el castigo  que debe imponer al culpable (vi- cio opuesto por exceso:  crueldad ; por defecto:  excesiva blandura ). Virtudes anexas a la templanza  (derivan de ella y la acompañan): ME 139 de 141
VIRTUDES, 24 La  mortificación  ayuda al individuo a lograr el  dominio  de las pasiones , y a encontrar  equilibrio psíquico . Incluye la abstinen- cia de ciertos gustos  en sí mismo lícitos , lo que facilita que se pro- grese y se alcance otras etapas en la  lucha ascética . Con la mortificación se logra también la  so- briedad , la cual permite mantenerse en la medida de lo verdaderamente útil y conve- niente, y se adquiere mayor  sensibilidad para los  valores del espíritu . Vivir  sobrenaturalmente  es el mejor medio para  dominar y orientar  las pasiones. ME 140 de 141
VIRTUDES, 25 El hombre debe  valorar  el sentido de los  placeres sensibles  que son buenos en sí mismos, y al mismo tiempo, percibir la  superioridad que encierran los  placeres espiri- tuales . Aquellos pueden  degradar- le , éstos le  perfeccionan  siempre; aquellos, si se exageran, producen dolor , éstos culminan en la  felicidad . ME 141 de 141

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Moral especial total

  • 1. ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 1 Moral fundamental : principios o fundamentos del actuar ético (juzgar cuándo los actos son buenos o malos ). Moral especial : materia y temas concretos en los que el hombre y la mujer han de vivir moralmente. 1600 : separación Dogmática y Moral: 1) para iluminar más de cerca la conducta de los cris- tianos; 2) para ayudar a los sacerdotes a instruir y orientar a los fieles en la confesión. Unos autores estructuran la moral especial sobre el esquema del De- cálogo , otros en torno a las virtudes , otros siguiendo el esquema “ Moral de la Persona ” - “ Moral Social ”. Aquí: Decálogo y virtudes. ME 1 de 141
  • 2. ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 2 Tres objetivos de la Moral Especial 1 Mostrar que las exigencias morales de los Diez Mandamien- tos no son un añadido a la persona: no son impuestas por la sociedad, ni por los padres o maestros, ni por la Iglesia o sus ministros, sino que nacen de la propia vocación personal, pues el hombre es un ser moral por naturaleza . 2 3 Enseñar que la conducta moral posibilita que el hombre y la mujer se comuniquen amistosamente con Dios . Enseñar que la conducta moral es un elemento imprescin- dible para que exista una convivencia armoniosa entre los hombres . Vida moral : ámbito natural en el que la persona se perfecciona a sí misma , vive en comunión con Dios y logra la paz entre los hombres . ME 2 de 141
  • 3. ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 3 CCE 2070 : “Los diez mandamientos pertenecen a la revelación de Dios. Nos enseñan al mismo tiempo la verdadera humanidad del hombre. Ponen de relieve los deberes y, por tanto, indirectamente, los derechos fundamentales, inherentes a la naturaleza de la perso- na humana. El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural ”. Jesús lleva a la perfección la Ley antigua. Algunos cambios: condena no sólo la muerte del inocente, sino la simple injuria e irritación, y no sólo el adulterio, sino el pensamiento contra la virtud de la castidad; corrige la ley del Talión en- señando devolver bien por mal; condena el aborre- cimiento al enemigo enseñando a amarlo ; etc.. ME 3 de 141
  • 4. ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 4 CCE 1717 : “Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas para- dójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; que- dan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos”. ME 4 de 141 Los Mandamientos explicitan la ley natural. Las Virtudes capacitan para discernir y elegir lo más acertado, y hacerlo con satisfacción .
  • 5. ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 5 Reverso de una existencia cristiana Ateísmo : para el “a-teo” Dios no existe . No es un fenómeno origi- nal , sino originado: hasta el punto de que entre los datos que la pa- leontología usa para distinguir entre restos humanos o de animal, concluye que se trata de un ser humano si, junto a ellos, se encuentra algún elemento de culto . Agnosticismo : afirma que la inteligencia humana no puede demos- trar ni negar la existencia de Dios o, simplemente, prescinden de El en su vida. Su vicio inicial: escasa confianza en la razón . Relativismo : si todo es relativo, no hay respuestas definitivas. Secularismo : trata de organizar el mundo y las estructuras sociales al margen de Dios. Moral cristiana : ni clericalismo ni secularismo. ME 5 de 141
  • 6. PRIMER MANDAMIENTO, 1 Los diez mandamientos se dividen en “ dos tablas ”: los tres primeros referidos a Dios y los siete restantes referidos a la con- ducta de la propia persona y su relación con los demás . Jesús precisa: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: ama- rás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y lo Profetas” ( Mt 22, 37-40 ). ME 6 de 141
  • 7. PRIMER MANDAMIENTO, 2 “ Dar gloria a Dios ” equivale a aceptar su grandeza y a adorarle. El hombre da gloria a Dios cuando cree en Él, si pone en Él toda su confianza y si le ama sobre todas las cosas; es decir, cuando vive la fe, la esperanza y la caridad. El primer mandamiento (amar a Dios sobre todas las cosas) abarca estas tres virtudes. Es Dios mismo quien infunde en el alma del cristiano, en el bautismo, estas virtudes “ teologales ”. La fe, la esperanza y la caridad crean una especial comunión de vida con Dios y con el prójimo. ME 7 de 141
  • 8. PRIMER MANDAMIENTO, 3 CCE 155 : “ Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios me- diante la gracia ”. Deberes con la fe - Responder a la llamada de Dios: diálogo entre Dios que lo inicia y el hombre que responde libremente ; - Creer todas las verdades que se encuentran en el Credo, con fe divina y católica los dogmas , y firmemente las verdades propuestas de modo definitivo por el Magisterio; - Conservar la fe: enriquecerla mediante la oración y la recepción de los sacramentos ; - Ilustrar la fe: esforzarse en enten- der lo que se cree (ni fideísmo -renunciar a la razón-, ni fanatismo religioso); - Defender la fe; - Comunicar la fe: mandato de Jesús. ME 8 de 141
  • 9. PRIMER MANDAMIENTO, 4 Pecados contra la fe - Duda : voluntaria o involuntaria. - Incredulidad : menosprecio de la verdad revelada. - Herejía : cuando no solamente se defiende un error contra la fe, sino que se desobedece la advertencia de la jerarquía. - Apostasía : el que abandona e impugna la fe que había profesado. - Cisma : separación de la Iglesia católica y rechazo de la autoridad y obediencia al Papa. ME 9 de 141
  • 10. PRIMER MANDAMIENTO, 5 Esperanza CCE 2090 : “Cuando Dios se revela y llama al hombre, éste no puede responder plena- mente al amor divino por sus propias fuerzas . Debe esperar que Dios le dé la capacidad de devolverle el amor y de obrar conforme a los mandamientos de la caridad. La esperanza es aguardar confiadamente la bendición divina y la bienaventurada visión de Dios ; es tam- bién el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo”. San Josemaría : “La esperanza no me separa de las cosas de esta tierra, sino que me acerca a esas realidades de un modo nuevo ” ( Amigos de Dios 305 ). ME 10 de 141
  • 11. PRIMER MANDAMIENTO, 6 Pecados contra la esperanza: - por defecto, desesperación ; - por exceso, presunción . Fe y esperanza son dos virtudes distintas, pero tienen entre sí una gran afinidad y cercanía : - Tener fe supone también tener confianza en Dios y mantener la esperanza de que se alcanzará la vida eterna; - La esperanza en Dios requiere la fe en Él, pues se está seguro de que Dios siempre es fiel a su palabra y mantiene sus promesas; - Por ello, la fe integra la esperanza y ésta supone la fe. ME 11 de 141
  • 12. PRIMER MANDAMIENTO, 7 La caridad es la virtud teologal por la que se ama a Dios , sumo bien y a los hombres por Dios. Los griegos distinguían entre “ éros ” (amor sensi- ble), “ filía ” (amor afectivo-sentimental) y “ agápe ” (estima y preferencia totalmente desinteresadas que pueden existir entre las personas). El término “agápe” se tradujo por “ caritas ”. Signi- fica el amor superior : se emplea cuando se dice que “ Dios es amor”, cuando se menciona el amor de los esposos , y con él se designa el amor de Dios a los hombres y el amor con que el hombre debe amar a Dios . ME 12 de 141
  • 13. PRIMER MANDAMIENTO, 8 La moral cristiana es la “ moral del amor ”. Sus preceptos se reducen a uno solo: amar (a Dios y al prójimo). Col 3, 14 : la caridad “es el vínculo de la perfección ”. 1 Jn 3, 11. 18 : “El mensaje que habéis recibido es éste: que nos amemos unos a otros (...). Hijos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obras y de verdad ”. 1 Cor 13, 13 : “Ahora perduran estas tres virtudes: la fe, la esperanza y la caridad; pero la más excelente de ellas es la caridad ”. ME 13 de 141
  • 14. PRIMER MANDAMIENTO, 9 Pecados contra el amor a Dios - Indiferencia (se descuida o se rechaza el amor con Dios); - Ingratitud (no se reconoce el amor que Dios nos tiene o no se le devuel- ve ese amor); - Tibieza (se trata con negli- gencia y descuido las cosas referentes a Dios); - Acedia (pereza espiritual: desecha el gozo de la entrega a Dios, se siente tristeza en seguirle); - Odio a Dios (razón última: orgullo, ocasión: suele ser el hecho de que Dios condene el peca- do y lo castigue); - Odio al prójimo (supone un agravio directo a Dios, se incluyen murmura- ción, crítica, etc.); - Escándalo (falta grave cuando por acción u omisión se induce delibe- radamente a otro a pecar). ME 14 de 141
  • 15. PRIMER MANDAMIENTO, 10 Virtud de la religión : “Es la virtud que postula y exige que se dé a Dios el culto debido ” ( II-II, q. 81, a. 5 ). La razón para dar culto a Dios es doble : Por parte de Dios : a causa de su inmensa grandeza (se manifies- ta en la creación). El culto es el reconoci- miento de la majestad creadora divina. Por parte del hombre : el culto es la acepta- ción agradecida hacia esa inmensa grandeza. Lleva a constatar que nuestra existencia es don de Dios al cual retornaremos al final de la vida terrena. ME 15 de 141
  • 16. PRIMER MANDAMIENTO, 11 Triple etimología de la palabra “ religión ”, según los autores: 1 Religare (atar): el hombre religioso es un ser estrechamen- te unido (“religado”) a Dios . 2 3 Reeligere (re-elegir): el hombre religioso es aquel que en su existencia siempre elige a Dios , al cual ama sobre todas las cosas. Relegere (re-leer): la condición racional del hombre le permite interpretar (“leer”) las incógnitas de la existencia desde Dios . Esa triple etimología permite ver hasta qué punto la religión da sentido a la vida del hombre. ME 16 de 141
  • 17. PRIMER MANDAMIENTO, 12 Actos de la virtud de la religión : adoración, desagravio, acción de gracias y petición. Adoración El AT abunda en invitaciones a que se adore al Señor y se le dé culto. Para Jesús , los verda- deros adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad ( Jn 4, 23-24 ). Invita a sus discípu- los a que adoren al Padre ( Lc 4, 8 ), y Él mis- mo es adorado por sus discípulos ( Lc 5, 8-9 ). Los Apóstoles confiesan la gloria de Dios ( 1 P 4, 11 : “En todo sea Dios glorificado por Jesucristo. Para Él es la gloria y el poder por los siglos de los siglos”). El Apocalipsis reme- mora el culto a Dios y a Jesucristo en términos solemnes ( Ap 15, 3-4 ). ME 17 de 141
  • 18. PRIMER MANDAMIENTO, 13 Desagravio Al reconocer la grandeza de Dios y adorarle, el hombre reconoce sus pecados y siente la necesidad de desagraviar por ellos. El de- sagravio por los propios pecados es una práctica generalizada en el AT y el NT . Jesús inicia su predicación con la llama- da a la conversión y a la penitencia ( Mt 4, 17 ). El Bautista le presenta como “ el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” ( Jn 1, 29 ). Jesús advierte a menudo acerca de la necesidad de hacer penitencia. Encarga a los Apóstoles que “prediquen en su nombre la penitencia para la remisión de los pecados a todas la naciones” ( Lc 24, 47 ). ME 18 de 141
  • 19. PRIMER MANDAMIENTO, 14 Acción de gracias Cuando el hombre descubre la grandeza de Dios, se reafirma en que todas sus cosas son un don divino , por lo que entona un himno de acción de gracias. En el AT frecuentes acciones de gracias: cánticos de Moisés ( Ex 15, 1-20 ), de Débora y Baraq ( Jue 5 ), de David ( 2 Sam 22, 2-51 ), etc.. En el NT : Magnificat, cántico de Simeón... Diversas acciones de gracias de Jesús : resurre- cción de Lázaro ( Jn 11, 41 ), al Padre que “haya ocultado aquellas cosas a los sabios y prudentes y las haya revelado a los humildes” ( Lc 10,21 )... También acciones de gracias en los escritos de los Apóstoles . Eucaristía . ME 19 de 141
  • 20. PRIMER MANDAMIENTO, 15 Oración de petición Mt 7, 7 : “ Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque quien pide recibe , quien busca halla y a quien llama se le abre”. Muchos testimonios de oración de peti- ción en el AT ( Abraham a favor de Sodoma y Gomorra, Moisés por el pueblo, Salmos, etc.). Jesús pide al Padre que envíe el Espíritu Santo ( Jn 14, 16 ), “que les guarde en mi nombre” ( Jn 17, 6-9 ), “que sean uno como nosotros” ( Jn 17, 11 ), etc. . ME 20 de 141
  • 21. PRIMER MANDAMIENTO, 16 La llamada de Dios es individual y la respuesta del hombre es personal . Pero se expresan también con manifestaciones públicas : porque el hombre es un ser social por naturaleza, y por la índole propia de la religión que se manifiesta en ritos, costumbres, insti- tuciones, fiestas, etc., que atañen a la entera sociedad . Esta dimensión social de la religión requiere que sea aceptada y protegida por el poder político. Cabe que la Constitución de una nación se decla- re “ laica ” (no reconoce oficialmente ninguna re- ligión concreta), pero la sociedad debe acoger , favorecer y ayudar a que los individuos puedan desarrollar sus derechos , entre ellos el de dar culto a Dios también públicamente. Defender la “ libertad religiosa ”. ME 21 de 141
  • 22. PRIMER MANDAMIENTO, 17 El Estado laico no profesa oficialmente ninguna religión, pero debe favorecer el culto privado y público de los ciudadanos, bien se manifieste individualmente o en grupo. El Estado laicista suele adoptar posturas beligerantes e incluso hostiles contra los grupos religiosos, lo cual se opone a los derechos fundamentales de los ciudadanos. ME 22 de 141
  • 23. PRIMER MANDAMIENTO, 18 Pecados contra la virtud de la religión Por defecto ( no se cumplen los preceptos relativos al culto debido a Dios): ateísmo, agnosticismo, apostasía, herejía, dudas vo- luntarias, indiferentismo, alistarse a la ma- sonería (recordado en 1983 por la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe). Por exceso (se hace un uso indebido del culto divino): idolatría, superstición, adi- vinación, magia. ME 23 de 141
  • 24. PRIMER MANDAMIENTO, 19 Para evitar el riesgo de politeísmo de los pueblos vecinos, Dios prohibió que se le representase con cualquier tipo de imagen ( Dt 4, 15-16 ). Pero desde que Dios se encarna y se hace hombre, tal peligro desaparece. La Iglesia admite y fomenta que los misterios cristianos se representen en imágenes. La herejía iconoclasta que apareció en el siglo VIII fue condenada por el II Concilio de Nicea ( 787 ), que propone que los fieles veneren las imágenes de la Trinidad, Cristo, la Virgen y los Santos. San Basilio: “el honor de la imagen se dirige al original ” ( De Spiritu Sancto 18, 45, PG 32, 149 ). ME 24 de 141
  • 25. PRIMER MANDAMIENTO, 20 Ante la majestad divina , el hombre se postra en actitud de profunda y total adoración . Pero sólo adora el que admira, y sólo son capaces de descubrir la admiración las personas humildes (pobres o ricos): buscan respuesta a las preguntas últimas de la existencia humana y concluyen que sólo en Dios se encuentra la respuesta adecuada. Después de descubrir el camino, es preciso recorrerlo: la humildad debe acompañar la obediencia . ME 25 de 141
  • 26. SEGUNDO MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 7 : “No tomarás el nombre del Señor , tu Dios, en falso, pues el Señor no dejará impune al que tome su nombre en falso” (cfr. Dt 5, 11 ). Mt 5, 33-34 : “Habéis oído que se dijo a los an- tepasados: No perjurarás , antes cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno”. Designar el “ nombre ” es referirse a la persona que lo ostenta, por lo que el nombre de “Dios” evoca la misma persona divina. CCE 2143 : “ El nombre de Dios es santo . Por eso el hombre no puede usar mal de él. Lo debe guardar en la memoria en un silencio de adoración amorosa ”. ME 26 de 141
  • 27. SEGUNDO MANDAMIENTO, 2 Dios es sagrado e introduce al hombre en el ámbi- to de lo “ sacro ” o “ sagrado ”. Lo “sacro” caracteri- za aquellas realidades que participan de algún modo de la santidad de Dios , en razón de que se dedican a Él “ consagrándose ” a su culto o servicio. Existen cosas sagradas (cálices, templos dedicados al culto divino,...) y personas sagradas porque se consagran al servicio de Dios y de la Iglesia. Pero la categoría de “sagrado” corresponde más directamente a los sacramentos y de forma singu- lar a la Eucaristía . ME 27 de 141
  • 28. SEGUNDO MANDAMIENTO, 3 Lo opuesto a “ sagrado ” es lo “ profano ” Hubo épocas en las que se “ sacralizaron ” realidades que en sí mismas son profanas. Con rigor el mundo, la ciencia, la técnica y las diversas insti- tuciones sociales son profanas. Hay épocas en las que parece que se quiere borrar todo ám- bito de lo sagrado, hasta pre- tender “ desacralizar ” todo. La “ secularización ” es pertinente cuando se refiere a realidades en sí mismas “ profanas ”. En cambio si se defiende una secularización absoluta, se corre el riesgo de acabar en el “ secularismo ”, el cual rechaza toda referencia a Dios . Jean Guitton : “Una de las cosas importantes hoy es trabajar por la regeneración del sentido de lo sagrado ” ( Memoria de un siglo ). ME 28 de 141
  • 29. SEGUNDO MANDAMIENTO, 4 Jurar es tomar a Dios por testigo de la verdad. San Agustín : “jurar es devolver a Dios el derecho que tiene a toda verdad ” ( Sermón 180 ). Santo Tomás : “el hombre, al jurar poniendo a Dios por testi- go, confiesa la excelencia superior de Dios cuya verdad es infalible y su conocimiento universal. Por lo que tributa a Dios de alguna manera reverencia” ( II-II, q. 89, a. 4 ). Jesús condenó la práctica abusiva del pueblo judío de su tiempo (jurar sin necesidad y sin cumplir). Juramento asertorio y juramento promisorio . Válido : intención y fórmula debida. Licitud : con justicia, con necesidad y con verdad. ME 29 de 141
  • 30. SEGUNDO MANDAMIENTO, 5 Voto es la promesa deliberada y libre hecha a Dios de un bien posible y mejor que su contrario. El voto se emite en honor a Dios (se puede hacer bajo la inter- cesión de la Virgen o de tal santo). Validez : que se delibere con libertad plena acerca de lo que se promete; es necesario que el que lo emite pueda cumplirlo a su tiempo. Se hace voto de rea- lizar algo que en sí es óptimo. El voto supone un compromiso serio con Dios, lo cual origina la obligación grave de cumplirlo. Las promesas son algo que se promete hacer en honor de Dios por haber obtenido o para alcanzar de Él alguna gracia especial. “En algunos casos, la Iglesia puede, por razones proporcionadas , dispensar de los votos y las promesas” ( CCE 2103 ). ME 30 de 141
  • 31. SEGUNDO MANDAMIENTO, 6 Pecados contra el segundo mandamiento 1. Abusar del nombre de Dios; 2. Blasfemia : injuria directa de pensamiento, palabra u obra contra Dios y los santos; 3. Sacrilegio : profanación o lesión de una persona, cosa o lugar sagrado (especialmente grave la recepción de la Eu- caristía en pecado mortal); 4. Perjurio ; 5. Incumplimiento de los votos . ME 31 de 141
  • 32. TERCER MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 8 : “Recuerda el día del sábado , para santificarlo. Durante seis días trabajarás y harás tus tareas. Pero el día séptimo es sába- do, en honor del Señor , tu Dios. No harás trabajo alguno” (cfr. Dt 5, 12-13 ). Al principio los cristianos judíos guardaban el sábado y, al mismo tiempo, celebraban también la Eucaristía el “primer día de la se- mana” ( domingo ). Desde finales del siglo I hay noticias de que habían abandonado la práctica del sábado y celebraban sólo el domingo. ME 32 de 141
  • 33. TERCER MANDAMIENTO, 2 Sacrosanctum Concilium ( Vaticano II ) y Dies Domini ( Juan Pablo II ) 1. El origen del domingo es de tradición apostólica y enlaza con el mismo día de la Resurrección . 2. Es un día dedicado a que los bautizados recuer- den su vocación , para que den gracias por haber sido salvados y a que se empleen en la instrucción religiosa y en la plegaria cristiana, especialmente en la participación de la Eucaristía . 3. Es la fiesta primordial del calendario cristiano, día dedicado a la piedad y a la alegría cristiana. 4. Para cumplir esos objetivos, se ha de dedicar al descanso . ME 33 de 141
  • 34. TERCER MANDAMIENTO, 3 CIC 1247 : “El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa , y se abstengan además de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios , gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo”. Asistir a la Santa Misa : “los que deli- beradamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave” ( CCE 2181 ). Descanso : prohibición de lo que impide dar culto a Dios, vivir la alegría cristia- na u obstaculiza el debido descanso de la mente y del cuerpo (cfr. CCE 2185 ). ME 34 de 141
  • 35. TERCER MANDAMIENTO, 4 Mandamientos de la Iglesia Facilitan a los fieles que vivan las exigencias cristianas 1. Obligación de oír Misa los domingos y fiestas de precepto. 2. “Todo fiel que haya llegado al uso de razón, está obligado a confesar fielmente sus pecados graves al menos una vez al año” ( CIC 989 ). 3. Comulgar por la Pascua de Resurrección. 4. Ayuno el miércoles de ceniza y el viernes santo. Abstinencia los viernes de cuaresma. 5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades . ME 35 de 141
  • 36. CUARTO MANDAMIENTO, 1 Primer mandamiento de la “ segunda tabla ”: de los siete que se concretan en el “ amor al prójimo ”. Ex 20, 12 : “ Honra a tu padre y a tu madre , para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar” (cfr. Dt 5, 16 ). Este primer mandamiento de la segunda tabla es la práctica del amor en el ámbito de la familia . Ello indica el orden de la caridad que se inicia con aquellos “prójimos” que están más “próximos”: esposos, hijos, padres, hermanos, abuelos, tíos, etc.. Por extensión , se estudia también la relación con las autoridades (maestros, gobernantes, etc.). ME 36 de 141
  • 37. CUARTO MANDAMIENTO, 2 La familia es una institución natural . La constitución somática y psíquica del hombre y de la mujer están no sólo orientados el uno al otro, sino que tienden a formar una pareja estable. La poligamia y el divorcio no son fenómenos originarios , sino originados. Mc 10, 5-9 : “ Al principio de la creación los hizo Dios varón y hembra; por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y serán los dos una sola carne . De manera que no son dos, sino una sola carne. (...) Lo que Dios unió, no lo puede separar el hombre”. El matrimonio es uno e indisoluble : “uno con una y para siempre”. ME 37 de 141
  • 38. CUARTO MANDAMIENTO, 3 La primera familia cumple el proyecto inicial de Dios: bendijo a Adán y Eva y les dijo: “Creced y multiplicaos” ( Gn 1, 28 ). La bendición divina iba orientada a la procreación . CCE 2205 : “La familia cristiana es una comunión de personas , re- flejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra creadora de Dios . Es llamada a participar en la oración y el sacri- ficio de Cristo. La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la caridad . La familia cristiana es evange- lizadora y misionera”. “ Iglesia doméstica ”. El matrimonio es para el hombre y la mujer una verdadera vocación. ME 38 de 141
  • 39. CUARTO MANDAMIENTO, 4 Deberes de caridad de los esposos entre sí Deben amarse como “Cristo ama a su Iglesia”. Los esposos deben conservar , fomentar y aumentar el amor humano . Siempre, pero sobre todo cuando el amor humano decrece, los esposos han de recurrir al amor sobrenatural mediante la oración y la recepción de los sacramentos . Pueden pecar contra los deberes de caridad : - por omisión (si desa- tienden el cuidado del afecto mutuo), - internamente (cuando fo- mentan pensamientos y sentimientos contrarios a la caridad), - externamente (cuando se insultan y no se respetan mutuamente). ME 39 de 141
  • 40. CUARTO MANDAMIENTO, 5 Deberes de justicia de los esposos entre sí Primer deber de justicia: superar las dificultades que se pueden presentar en la vida conyugal. Obliga a poner los medios adecuados para custodiar la fidelidad conyugal. Pecados más frecuentes de los esposos contra la justicia: - Negarse a prestar el débito conyugal; - No respetar a los bienes propios patrimoniales ; - No respetar a otros bienes personales (la intimidad psicológica, la vida religio- sa personal, los derechos de concien- cia y aquellos ámbitos de libertad co- mo los gustos y aficiones personales, los ideales políticos y culturales, etc.). ME 40 de 141
  • 41. CUARTO MANDAMIENTO, 6 Deberes de caridad de los padres para con los hijos Deber fundamental : amarlos con amor materno-paterno-filial. Siempre, pero más en situaciones difíciles, los padres tienen la obligación de rezar por sus hijos . Un amor sin fortaleza es una caricatura de amor. Por eso, los padres tienen obligación de educar a sus hijos y de corregirlos . Por amor a los hijos, los padres pueden orientar y aconsejar la vocación de sus hijos. Pero los padres no pueden entorpecer, más aún deben facilitar la respuesta generosa del hijo a la vo- cación divina, sin emplear la coacción . ME 41 de 141
  • 42. CUARTO MANDAMIENTO, 7 Deberes de justicia de los padres para con los hijos La obligación más grave de los padres es la de educar a sus hijos. Es un deber que no pueden delegar totalmente ni en el Estado, ni en la sociedad, ni en la escuela, ni en la parroquia. Es un derecho- deber esencial, original, primario, insustituible e inalienable . Familiaris consortio 36 : “El amor de los pa- dres se transforma de fuente en alma , y por consiguiente, en norma , que inspira y guía toda acción educativa concreta, enriqueciéndola con los valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el fruto más precioso del amor ”. Los padres cuentan con la gracia de Dios. ME 42 de 141
  • 43. CUARTO MANDAMIENTO, 8 Obligaciones de los hijos para con los padres Ex 20, 12 : “ Honra a tu padre y a tu madre...”. Muchos textos del AT recuerdan estas obligaciones. Ejemplos: “Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre” ( Prov 6, 20 ); “Quien honra a su padre expía sus pecados, como el que atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a sus padres se regocijará en sus hijos” ( Ecles 3, 2-3 ). Ejemplo en el NT : “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que esto es grato al Señor” ( Col 3, 20 ). El cuarto mandamiento obliga también a los hijos mayores de edad a amarlos y atenderlos . ME 43 de 141
  • 44. CUARTO MANDAMIENTO, 9 Familia y sociedad La familia es la célula original de la sociedad. De las buenas familias salen los mejores ciudadanos , pues en el seno de la familia se inicia la vida en sociedad . Deber de los Estados es ayudar a la familia para que cumpla con facilidad y éxito su misión edu- cadora . Las “ parejas de hecho ” desfiguran la relación hombre-mujer, con el agravante de que se pretende identificar la familia, nacida del matrimonio, con este tipo artificial de convivencia marital. Más gra- ve cuando algunos Estados reconocen jurídicamente , en igualdad de derechos , la familia matrimonial y esas parejas de convivencia. ME 44 de 141
  • 45. CUARTO MANDAMIENTO, 10 Deberes más urgentes de la comunidad política con las familias 1. Facilitar el ejercicio de la libertad para fundar un hogar, tener hijos y educarlos de acuerdo con sus convicciones morales y re- ligiosas; 2. Proteger la estabilidad del vínculo conyugal y de la institución familiar ; 3. Hacer posible la libertad de profesar su fe , transmitirla , educar a sus hijos en ella , con los medios y las insti- tuciones necesarias; 4. Garantizar el derecho a la propiedad pri- vada , la libertad de iniciativa, de tener un trabajo, una vivienda y el derecho de emigrar; 5. Legislar de forma que se proteja la aten- ción médica , la asistencia de las personas mayores y de los subsi- dios familiares; 6. Proteger la seguridad y la salud de los ciudadanos y de modo especial evitar los peligros de la droga , la pornografía , el alcoholismo , etc.; 7. Fomentar las asociaciones familiares y la creación de entidades intermedias entre la familia y el Estado. (Cfr. CCE 2211 ). ME 45 de 141
  • 46. QUINTO MANDAMIENTO, 1 Ya la revelación del AT destaca en todo momento el valor trascendente de la vida humana: Caín y Abel ( Gn 4, 10-11 ); hombre creado para la vida ( Sap 2, 22-23 ); Dios es la fuente de la vida ( Prov 14, 27 ); etc.. En el NT sobresale aún más la valo- ración de la vida : Jesús es Verbo de la vida ( 1 Jn 1, 1 ), posee la vida desde la eternidad ( Jn 1, 4 ), es la vida ( Jn 14, 6 ), etc.. SCDF, Donum vitae int., 5 : “La vida humana es sagrada , porque desde su inicio es fruto de la acción de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde el comienzo hasta su término; nadie , en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente ”. ME 46 de 141
  • 47. QUINTO MANDAMIENTO, 2 Dada la importancia de la vida , es lógico que la bioética cristiana empiece con la defensa de la capacidad procreadora del hombre y de la mujer. De ahí, la condena de la esterilización . Ésta puede ser directa o indirecta, física o química, temporal o perpetua. Esterilización indirecta Es la que sigue de una intervención quirúrgica o de terapias químicas que es preciso llevar a cabo porque peligra la salud . Para la licitud deben concurrir tres condiciones : 1) que el órgano produzca un daño serio o sea una amenaza para el organismo; 2) que dicho daño no se pueda evitar más que mediante la extirpación o anulación de dicho órgano; 3) que la mutilación compense el bien que se espera alcanzar. Razón de la licitud = principio de totalidad : es lícito eliminar un miembro a favor de la salud de todo el cuerpo. ME 47 de 141
  • 48. QUINTO MANDAMIENTO, 3 Esterilización directa Es la que tiene como objetivo eliminar un órgano reproductivo con el fin de evitar la generación de una nueva vida . La esterilización directa “queda absolutamente prohibida , inde- pendientemente de la recta intención subjetiva de los agentes para proveer la salud o para prevenir un mal físico o psíquico que se prevé o se teme derivará en embarazo. Ciertamente está más gra- vemente prohibida la esterilización de la misma facultad que la de un acto, ya que la primera conlleva un estado de esterilidad, casi siempre irreversible. Y la autoridad pública no puede invocar, de ninguna manera, su necesidad para el bien común , porque sería lesivo para la dignidad e inviolabilidad de la persona humana” ( SCDF, Sobre la esterilización (13.03.1975) ). ME 48 de 141
  • 49. QUINTO MANDAMIENTO, 4 El inicio de una nueva vida es un misterio en el que, junto a los esposos , Dios interviene con la creación individual del alma. Tal grandioso ori- gen empieza a desdibujarse desde el momento en que esa acción creadora se convierte en un artificio productor de vida: la vida se crea, no se fabrica; es una persona, no un artilugio . Donum vitae II, 1 : “La tradición de la Iglesia y la reflexión antropo- lógica reconocen en el matrimonio y en su unidad indisoluble el único lugar digno de una procreación verdaderamente responsable”. La “ procreación artificial ” es la que se lleva a cabo separando el ac- to conyugal y la fecundación . “Cuando la intervención técnica susti- tuye al acto conyugal, es moralmente ilícita ” ( Donum vitae II, 6 ). ME 49 de 141
  • 50. QUINTO MANDAMIENTO, 5 La razón por la que la moral rechaza la fecundación artificial asistida es porque desnaturaliza el acto conyugal, que encierra dos realidades íntimamente relacionadas entre sí y que no pue- den separase: la significación unitiva y la procreadora . Fecundación o procreación artificial homóloga - FIVET homóloga : técnica encaminada al logro de una concepción humana mediante la unión in vitro (en el laboratorio ) de gametos de los esposos unidos en matrimonio . - Inseminación artificial homóloga : técnica dirigida al logro de una concepción humana mediante la transferencia a la vías genitales de una mujer casada del semen previamente tomado del marido . “ Practicadas dentro de la pareja , estas técnicas son quizá menos perjudiciales, pero no dejan de ser moralmente reprobables . Di- socian el acto sexual del acto procreador” ( CCE 2377 ). ME 50 de 141
  • 51. QUINTO MANDAMIENTO, 6 Fecundación o procreación artificial heteróloga - FIVET heteróloga : técnica encaminada a lograr una concepción humana a través de la unión in vitro de gametos extraídos de al menos un donador diverso de los esposos unidos en matrimonio . - Inseminación artificial heteróloga : técnica dirigida a obtener una concepción humana mediante la transferencia a las vías genitales de la mujer del semen previamente recogido de un do- nador diverso del marido . “ La fecundación artificial heteróloga es contraria a la unidad del ma- trimonio, a la dignidad de los esposos, a la vocación propia de los padres y al derecho de los hijos a ser concebidos y traídos al mun- do en el matrimonio y por el matrimonio. (...) Constituye una viola- ción del compromiso recíproco de los esposos y una falta grave contra aquella propiedad esencial del matrimonio que es la unidad ” ( Donum vitae II, 2 ). ME 51 de 141
  • 52. QUINTO MANDAMIENTO, 7 Las técnicas artificiales, además, conllevan la implantación, por seguridad, de varios óvulos , lo cual facilita la práctica de la “ re- ducción embrionaria ”, o sea, la elimina- ción de uno o más óvulos fecundados , y fomenta la práctica de la congelación de los óvulos fecundados sobrantes. Lesiones graves de la dignidad de la vida humana . No se considera “fecundación artificial” la ayuda médica bien sea para superar las dificultades que impiden que el acto conyugal se realice plenamente, o para que se facilite el encuentro del óvulo y el espermatozoide. Se trata de una asistencia técnica que vence algún obstáculo para que se alcance la finalidad del acto conyugal de los esposos y sin disociar sus aspectos unitivos y procreativos. Ayudar, sí ; sustituir, no . ME 52 de 141
  • 53. QUINTO MANDAMIENTO, 8 Evangelium vitae, 63 : “Una atención especial merece la valoración moral de las técnicas de diagnóstico prenatal , que permiten identificar precozmente eventuales anomalías del niño por nacer. (...) Estas técnicas son moralmente lícitas cuando están exentas de riesgos des- proporcionados para el niño o la madre y están orientadas a posibilitar una terapia precoz o también a favorecer una serena y consciente aceptación del niño por nacer”. Pero la menta- lidad eugenésica que acepta el aborto selectivo “ es ignominiosa y totalmente reprobable , porque pretende medir el valor de una vida humana siguiendo sólo parámetros de ‘norma- lidad’ y de bienestar físico”. ME 53 de 141
  • 54. QUINTO MANDAMIENTO, 9 Donum vitae I, 6 : “Las técnicas de fecundación in vitro pueden hacer posibles otras formas de manipulación biológica o genética de embriones humanos, como son: los intentos y proyectos de fecundación entre gametos humanos y animales y la gestación de embriones humanos en útero de animales ; y la hipótesis y el proyecto de construcción de úteros artificiales para el embrión humano. Estos procedimientos son contrarios a la dignidad del ser humano propia del embrión y, al mismo tiempo, lesionan el dere- cho de la persona a ser concebida y a nacer en el matrimonio y del matrimonio. También los intentos y las hipótesis de obtener un ser humano sin conexión alguna con la sexualidad mediante ‘fisión gemelar’, clonación, partenogénesis, deben ser considerados con- trarios a la moral en cuanto que están en contraste con la dignidad tanto de la procreación humana como de la unión conyugal ”. ME 54 de 141
  • 55. QUINTO MANDAMIENTO, 10 a La dignidad de la vida da lugar a un principio inviolable : toda vida humana debe ser respetada, lo que exige que se proteja y defienda también la concebida y aún no nacida . Ab-ortus = “privar de nacimiento”; aborior = matar. Por lo tanto abortar significa matar a un ser de la especie huma- na. Por rigor intelectual se ha de rechazar otra terminología falsa (ej.: “ interrupción voluntaria del embarazo”, pues en el aborto no hay posibilidad de reanudar la vida como lo implica la palabra “interrupción”). La condena del aborto es ya una demanda científica , dado que los avances de la medicina muestran que, desde la concepción , el cigoto tiene su propio código genético , de forma que constituye un individuo distinto de su madre. b c ME 55 de 141
  • 56. QUINTO MANDAMIENTO, 11 Desde el inicio de la ética y de la ciencia médica, el aborto ha sido condenado. Ejemplo: el primer Código ético de la medicina, el Juramento Hipocrático (siglo V antes de Cristo): “Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me lo soliciten; ni admi- nistraré abortivo a mujer alguna”. Abundantes condenas de los Padres. Ejemplos: Didaje V, 2 : “No matarás a tu hijo en el seno de la madre”; Tertuliano : “Es un homicidio antici- pado el impedir el nacimiento; poco importa que suprima la vida ya nacida o que se la haga desa- parecer al nacer. Es un hombre el que está en camino de serlo” ( Apologeticum IX, 8 ). Excomunión “latae sententiae” si se produce el aborto ( CIC 1398 ). ME 56 de 141
  • 57. QUINTO MANDAMIENTO, 12 CCE 2268 : “El quinto mandamiento condena como gravemente pe- caminoso el homicidio directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama venganza al cielo”. CCE 2297 : “El terrorismo que amenaza, hiere y mata sin discriminación es gravemente contrario a la justicia y a la caridad ”. Es intrínsecamente perverso, nunca justificable , aunque se trate de eludir el juicio moral justificándolo ideológica- mente. Idem : “La tortura , que usa de violencia física o moral, para arrancar confesiones, para castigar a los culpables, intimidar a los que se oponen, satisfacer el odio, es contraria al respeto de la persona y de la dignidad humana ”. ME 57 de 141
  • 58. QUINTO MANDAMIENTO, 13 Para que pueda hablarse de “ legítima defensa ”, que no se opone al quinto mandamiento, aunque pueda seguirse la muerte del injusto agresor, se requieren estas condiciones: 1 ) que el agresor intente causar un mal muy grave ; 2 ) que se trate de verdadera agresión física (no bastan las amenazas a no ser que se esté seguro de que son el preludio de la agresión); 3 ) que la agresión sea, en verdad, injusta ; 4 ) para defenderse legítimamente no se requiere que el agresor actúe de modo voluntario (loco...); 5 ) que el agredido no tenga otro medio para defenderse (huir...); 6 ) que la reacción defensiva sea inmediata a la agresión (no ven- ganza); 7 ) debe guardar la “ moderación debida ”. ME 58 de 141
  • 59. QUINTO MANDAMIENTO, 14 Investigación científica en ciencia medica El magisterio insiste en que debe atenderse no sólo a las posibilidades técnicas , sino que el científico también ha de considerar si se adecuan o no a los principios éticos . Pío XII ( Discurso 13.09.1952 ) asentó tres principios que deben regular la experimenta- ción: el interés de la ciencia (la ciencia y la investigación deben asentarse en el orden de los valores); el bien del paciente (el hombre no es dueño absoluto de su vida, por lo que no puede disponer a capricho de ella); el interés de la comunidad (valorar los bienes físicos y morales para el futuro de la humanidad). ME 59 de 141
  • 60. QUINTO MANDAMIENTO, 15 La vida es un don de Dios que el hombre debe agradecer y cuidar con esmero . Fuera de las comunes enfermedades, las causas más frecuentes que ocasionan mal a la salud son el alcoholismo y el uso de las drogas . El alcoholismo es un pecado grave , por cuanto daña la salud y disminuye o anula las facultades intelectuales y facilita el acceso a otras experiencias más graves (drogadicción). Además el indi- viduo puede ser responsable de los daños que provoca en el estado de embriaguez. El uso de la droga es un pecado especialmente grave . Disminuye o anula las facultades psíquicas, y causa en el individuo verdaderos estragos físicos y psíquicos. Drogodependencia . SIDA . ME 60 de 141
  • 61. QUINTO MANDAMIENTO, 16 CCE 2280 : “Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. Él sigue siendo su soberano Dueño . Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administrado- res y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado . No disponemos de ella”. CCE 2281 : “El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo . Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las socie- dades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obliga- dos. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo ”. Suicidio, 1 ME 61 de 141
  • 62. QUINTO MANDAMIENTO, 17 Suicidio, 2 CCE 2282 : “Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden dismi- nuir la responsabilidad del suicida”. CCE 2283 : “ No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede ha- berles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un arrepenti- miento salvador . La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida”. ME 62 de 141
  • 63. QUINTO MANDAMIENTO, 18 La guerra es siempre un mal . “Todo ciudadano y todo gobernante están obligados a empeñarse en evitar las guerras” ( CCE 2307 ). “ Mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de la fuerza corres- pondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa ” ( Gaudium et spes 79 ). ME 63 de 141
  • 64. QUINTO MANDAMIENTO, 19 Cuatro condiciones para una guerra defensiva justa : “- Que el daño causa- do por el agresor a la nación o a la co- munidad de las naciones sea duradero , grave y cierto ; - Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ine- ficaces; - Que se reúnan las condicio- nes serias de éxito; - Que el empleo de las armas no entrañe males y de- sórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obli- ga a una prudencia extrema en la apre- ciación de esta condición” ( CCE 2309 ). ME 64 de 141
  • 65. QUINTO MANDAMIENTO, 20 ME 65 de 141 “ La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye , supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte , si ésta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas” ( CCE 2267 ). “ Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana” ( Idem ). “ Hoy , en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen (...), los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo ‘suceden muy rara vez, si es que ya en realidad se dan algunos’ ( Evangelium vitae 56 )” ( Idem ).
  • 66. QUINTO MANDAMIENTO, 21 Evangelium vitae 65 : “De acuerdo con el Ma- gisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia Católica, confir- mo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación delibe- rada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita ; es transmitida por la tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario univer- sal”. (Verdad enseñada como definitiva ). La moral católica rechaza el “ ensañamiento terapéutico ”, intento de alargar la vida más de lo debido con medios extraordinarios o des- proporcionados . ME 66 de 141
  • 67. QUINTO MANDAMIENTO, 22 Dignidad del hombre y grandeza de la vida son razones por las que el cristianismo mantiene el respeto al cadáver . Además, profesa como dogma central la resurrección de los cuerpos . Por ello, afirma que “los cuerpos de los difun- tos deben ser tratados con respeto y caridad en la fe y la esperanza de la resurrección. Enterrar a los muertos es una obra de misericordia cor- poral” ( CCE 2300 ). “ El don gratuito de órganos después de la muerte es legítimo y puede ser meritorio” ( CCE 2301 ). “ La Iglesia permite la incineración cuando con ella no se cuestiona la fe en la resurrección del cuerpo” ( Idem ). ME 67 de 141
  • 68. SEXTO MANDAMIENTO, 1 CCE 2332 : “La sexualidad abraza todos los as- pectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad , a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la actitud para establecer vínculos de comunión con otro”. “ La diferencia y la complementariedad físicas, morales y espiritu- ales (del hombre y de la mujer) están orientadas a los bienes del ma- trimonio y al desarrollo de la vida familiar” ( CCE 2333 ). “Cuando el Génesis habla de ‘ayuda’ no se refiere solamente al ámbito del obrar , sino también al del ser . Femineidad y masculinidad son entre sí complementarios no sólo desde el punto de vista físico y psíqui- co , sino ontológico ” ( Carta a las mujeres (IV Conferencia de Pe- kín), 29.06.1995 ). ME 68 de 141
  • 69. SEXTO MANDAMIENTO, 2 La sexualidad concierne la totalidad de la persona. Su estudio integro abarca, al menos, siete amplios campos Cromosómico : ser hombre y mujer depende del número de pares de cromosomas que se integran en su constitu- ción embrionaria . 1 2 3 Morfológico : los cuerpos masculino y femenino difieren no sólo en los genitales, sino también en otras marcadas diferencias somáticas . Racional : no sólo nivel instintivo. Tanta es la carga racio- nal de la condición sexuada del ser humano que incluso ha hecho ciencia de la sexualidad. ME 69 de 141
  • 70. SEXTO MANDAMIENTO, 3 4 5 6 7 Voluntario : por ello el hombre y la mujer son responsa- bles de su práctica sexual y de sus consecuencias. Afectivo-sentimental : la sexualidad humana no es pura- mente biológica, sino que hace relación muy directa al amor . Placentero : es fuente de uno de los mayores placeres del hombre y de la mujer, y no sólo de placer sensitivo , sino también afectivo y emocional . Procreador : una de las finalidades más marcada de la se- xualidad es la procreación de nuevas vidas . ME 70 de 141
  • 71. SEXTO MANDAMIENTO, 4 CCE 2348 : “Todo bautizado es llamado a la castidad”: hace relación al amor . El célibe por el “reino de Dios” entrega su amor indiviso a Dios; la castidad del soltero antes de casarse se orienta al amor en el futuro matrimonio ; la castidad en el matrimonio se concreta en la vocación a la unión amorosa esponsalicia. “ La castidad -no simple continencia, sino afirmación decidida de una voluntad enamorada - es una virtud que mantiene la juventud del amor en cualquier estado de vida. Existe una castidad de los que sienten que se despierta en ellos el desarrollo de la pubertad , una castidad de los que se preparan para casarse , una cas- tidad de los que Dios llama al celibato , una castidad de los que han sido escogidos por Dios para vivir en el matrimonio ” ( San Josemaría, Es Cristo que pasa, 70 ). ME 71 de 141
  • 72. SEXTO MANDAMIENTO, 5 Para vivir la castidad, “el dominio de sí es una obra que dura toda la vida . Nunca se la considerará adquirida de una vez para siempre. Supone un esfuerzo reiterado en todas las edades de la vida. El esfuerzo requerido puede ser más intenso en ciertas épocas, como cuando se forma la personalidad , durante la in- fancia y la adolescencia” ( CCE 2342 ). Para vivir la castidad es preciso educar la pureza , lo que exige la práctica de otras virtudes íntimamente relacionadas con la pureza, como es la templanza y la fortaleza. Asimismo, exige fomentar las disposi- ciones del pudor y de la modestia . Se requiere la ayuda de los medios sobrenaturales, cuales son la oración , la devoción a la Virgen y la recepción de los sacramentos . ME 72 de 141
  • 73. SEXTO MANDAMIENTO, 6 El matrimonio es el estado que garantiza el sentido pleno de la sexualidad entre el hombre y la mujer: sólo él protege la do- nación plena que entraña la vida conyu- gal, y supone el compromiso de entrega mutua, estable y exclusiva entre un hombre y una mujer. Por eso la relación sexual lícita es la que tiene lugar en el ámbito del matrimonio. La unidad y la indisolubilidad del matrimonio es lo que justifica que la esposa dé al marido toda su realidad como mujer y, a su vez, el marido entregue a su esposa su especificidad como hom- bre. Sólo en él se justifica la entrega amorosa y mutua de lo que tienen como específico en su ser de varón y de mujer. ME 73 de 141
  • 74. SEXTO MANDAMIENTO, 7 CCE 2357 : “Apoyándose en la sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves , la Tradición ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural . Cierran el acto sexual al don de la vida . No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso”. CCE 2358 : “Un número apreciable de hombres y mujeres presenta tendencias homosexuales profundamente arraigadas . Esta inclina- ción, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba . Deben ser acogidos con respeto, com- pasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de dis- criminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrifi- cio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”. ME 74 de 141
  • 75. SEXTO MANDAMIENTO, 8 CCE 2352 : “Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afir- mado sin ninguna duda que la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado. El uso deliberado de la facultad sexual fuera de las relaciones conyugales normales contradice a su fina- lidad, sea cual fuere el motivo que lo determina. Así, el goce se- xual es buscado aquí al margen de la relación sexual requerida por el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua entrega y de la procreación humana en el contexto de un amor verdadero ”. Idem : “Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos y para orientar la acción pastoral, ha de tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales que pue- den atenuar o tal vez reducir al mínimo la culpabilidad moral”. ME 75 de 141
  • 76. SEXTO MANDAMIENTO, 9 La fornicación 1) niega la relación esencial de la sexualidad huma- na, puesto que, por su propia naturaleza, está orientada a la intimi- dad del matrimonio y con un fin procreador ; 2) es un escándalo para la vida social y es contraria a la dignidad de las personas, pues se prostituyen ya que no están casados. Además, si se engendra una nueva vida, se enturbia el origen de los hijos nacidos de una relación no esponsalicia. La pornografía indica una profunda degeneración del valor sexual de la persona humana. “Ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quie- nes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganan- cia ilícita. Introduce unos a otros en la ilusión de un mundo ficticio . Es una falta grave . Las autoridades civiles deben impedir la pro- ducción y la distribución de material pornográfico” ( CCE 2354 ). ME 76 de 141
  • 77. SEXTO MANDAMIENTO, 10 El matrimonio es una institución natural (se fundamenta en la naturaleza misma del hombre y de la mujer). Toda unión estable entre un hombre y una mujer , nacida de un compromiso firme e irrevocable del amor esponsalicio (entrega y fidelidad) merece un aprecio y un reconocimiento social . Esa dignidad del matri- monio natural goza en todas las culturas y en todos los tiempos de general valía y consideración. El matrimonio cristiano añade a esa di- gnidad una mayor excelencia: “ sacra- mento grande ” ( Ef 5, 32 ), que comunica una gracia especial para que el amor hu- mano se engrandezca con el amor sobre- natural y para ayudar a los cónyuges a cumplir las obligaciones del matrimonio. ME 77 de 141
  • 78. SEXTO MANDAMIENTO, 11 CCE 2350 : “Los novios están llamados a vivir la castidad en la continencia. En esta prueba han de ver un descubrimiento del mutuo respeto , un apren- dizaje de la fidelidad y de la esperanza de recibirse el uno y el otro de Dios . Reservarán para el tiempo del matrimonio las manifestaciones de ternura específicas del amor conyugal. Deben ayudarse mutuamente a crecer en la castidad”. ME 78 de 141
  • 79. SEXTO MANDAMIENTO, 12 El amor está en el origen de la unión de dos vidas para siempre. Pero la esencia del matrimonio está en el vínculo que se origina del pacto conyugal entre los esposos, no en el amor. Mediante la presencia de Cristo entre los espo- sos cristianos , el amor sensible y el amor afec- tivo son elevados y sublimados por el amor sobrenatural , gracia especial que da el sacra- mento: los esposos están capacitados para vi- virlos en su integridad, purificados de los egoís- mos que siempre acompañan al querer humano. Si los esposos llegaran a agotar el amor sensible y el afectivo , el amor sobrenatural (que fructifica por la oración y la recepción de los sacramentos ) podrá ayudar a que los recuperen. ME 79 de 141
  • 80. SEXTO MANDAMIENTO, 13 CCE 2366 : “La fecundidad es un don, un fin del matrimonio, pues el amor conyugal tiende naturalmente a ser fecundo. El niño no viene de fuera a añadirse al amor mutuo de los espo- sos; brota del corazón mismo de ese don recí- proco, del que es fruto y cumplimiento”. El cristiano sabe además que los padres son coo- peradores con Dios que crea el alma del niño. Es cierto que “el matrimonio no es solamente para la procreación, sino que la naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de la prole requieren que el amor mutuo de los esposos mismos se manifieste ordenadamente, progrese y vaya madurando” ( Gaudium et spes 50 ). Pero tal perfección no se alcanza si se evi- tan los hijos sin motivos suficientes (dimensiones unitiva y pro- creadora del acto conyugal que el hombre no puede disociar). ME 80 de 141
  • 81. SEXTO MANDAMIENTO, 14 Moral católica: los padres deben hacer un juicio práctico cuando, por serios motivos , decidan distanciar el nacimiento de un nuevo hijo, bien sea por un tiempo determinado o por un espacio indefinido (mientras perduren las causas de esta decisión). Gaudium et spes 50 : “Con responsabilidad humana y cristiana los esposos cumplirán su misión (...) de común acuerdo y común es- fuerzo, por formarse un juicio recto , atendiendo tanto a su propio bien personal como al bien de los hijos , ya nacidos o todavía por venir, discerniendo las circunstancias de los tiempos y del estado de vida tanto materiales como espirituales , y, finalmente, la socie- dad temporal y de la propia Iglesia. Este juicio, en último término, deben formarlo ante Dios los esposos personalmente . En su modo de obrar, los esposos cristianos sean conscientes de que no pueden proceder a su antojo ”. Regirse por la conciencia, según la ley divina. ME 81 de 141
  • 82. SEXTO MANDAMIENTO, 15 La grandeza del matrimonio está sometida a todo genero de degra- daciones y aparece un esfuerzo por desvirtuar la familia y el ma- trimonio al identificar cualquier unión sexual con el matrimonio. Ejemplo de las “ parejas de hecho ”. Dos vicios corrompen la natu- raleza de la familia: el adulterio y la plaga del divorcio . El adulterio es un pecado por dos razones: 1) tal relación sexual se realiza fuera del matrimonio entre ambos (contra la castidad ); 2) se comete uno o dos pecados graves contra la justicia de una o dos personas que están casadas con los adúlteros, porque sus derechos son violados por quienes cometen el adulterio. Graves deberes de justicia si hay un nacimien- to ilegítimo. ME 82 de 141
  • 83. SEXTO MANDAMIENTO, 16 Argumentos complementarios sobre el aborto considerado ya en el quinto mandamiento: Desde el momento de la fecundación , se inicia una vida humana , de forma que lo concebido no es una mera masa gelatinosa ni un cúmulo de células, sino una vida distinta del óvulo y del espermato- zoide, que inicia un proceso biológico de intensa actividad y que está destinada a desarrollarse hasta la edad adulta. Este ser vive independientemente de la madre, la cual sólo le ofrece el alimento . Es, pues, un individuo. Pero no cabe hablar de un individuo de la especie humana que no sea persona : el feto no es “algo” sino “ alguien ” (“persona” es un con- cepto filosófico y no biológico). ME 83 de 141
  • 84. SEXTO MANDAMIENTO, 17 A menudo se oye afirmar que existe en ciertos supuestos un “ con- flicto de derechos ”: vencería el derecho de la madre frente al de- recho a nacer del feto aún no nacido, por ejemplo cuando se trata de una violación que ocasiona un embarazo no deseado, o cuando corre riesgo la vida de la madre (en este caso cabría considerar al no nacido como “ injusto agresor ”). PERO no cabe hablar de conflicto de derechos cuando se trata de la vida de una persona . La madre tiene derechos sobre el hijo, pero no puede disponer del derecho fundamental a vivir de un ser distinto del suyo, cual es el hijo. Además, en ningún caso cabe hablar de “ in- justo agresor ”, dado que el hijo es totalmente inocente . Si interven- ción médica a la mujer absolutamente necesaria para su vida y con- lleva la muerte del feto: puede lícitamente someterse a ella (muerte del hijo soportada, tolerada, sufrida , no directamente querida ). ME 84 de 141
  • 85. SEXTO MANDAMIENTO, 18 Humanae vitae 14 : “Debemos declarar una vez más que hay que excluir absolutamente , como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción directa del proceso generador ya ini- ciado, y sobre todo el aborto directamente queri- do y procurado, aunque sea por razones terapeúti- cas . Hay que excluir igualmente (...) la esteriliza- ción directa, perpetua o temporal, tanto del hom- bre como de la mujer; queda además excluida to- da acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización , o en el desarrollo de sus con- secuencias naturales, se proponga, como fin o co- mo medio , hacer imposible la procreación ”. ME 85 de 141
  • 86. SEXTO MANDAMIENTO, 19 “ Desgraciadamente, a menudo se entiende mal el pensamiento católico, como si la Iglesia sostuvie- se una ideología de la fecundidad a ultranza, esti- mulando a los cónyuges a procrear sin discerni- miento alguno y sin proyecto ” ( Juan Pablo II, Alocución, 17.07.1994 ). Además de la abstención , es lícita la “ continencia periódica ” y el recurso a los “ métodos naturales ” por motivos graves . “ La Iglesia anima a las parejas a ser generosas y confiadas, a com- prender que la paternidad y la maternidad son un privilegio y que todo niño es el testimonio del amor existente en una pareja de uno hacia otra, por su generosidad y su apertura hacia Dios” ( Juan Pa- blo II, Discurso, 24.09.1983 ). ME 86 de 141
  • 87. SEPTIMO MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 15 : “ No robarás ” (cfr. Dt 5, 19 ). El hombre puede poseer cosas y tenerlas como suyas, por lo cual este derecho debe ser respetado por todos. Robar significa violar este derecho: tomar lo ajeno contra la voluntad de su dueño. En la predicación de Jesús , la relación hombre- cosas recibe una nueva y más profunda interpre- tación (Sermón de las Bienaventuranzas : uso moderado de las cosas y riesgo de poseerlas). Mt 6, 10-24 : “No alleguéis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín los corroen y donde los ladrones horadan y roban (...). Nadie puede servir a dos señores (...). No podéis servir a Dios y a las riquezas ”. ME 87 de 141
  • 88. SEPTIMO MANDAMIENTO, 2 En el AT muchas leyes evitaron que en Israel se acumulasen gran- des fortunas (la del “año sabático”, del “año jubilar”, la protección a los huérfanos y a las viudas, etc.) e incluso, después que perdieron vigencia, el espíritu que las había animado ayudó a cortar distan- cias entre pobres y ricos. Todos los bienes creados están al servicio de todos los hombres. Pero en la historia de todo tiempo y civilización aparecen grandes desigual- dades sociales e injusticias entre ricos y pobres . Jesús enseña sobre el riesgo de las riquezas y el mandamiento del amor : hizo que entre los primeros cristianos se diese una generosa comunicación de bienes. Los escritos de los apóstoles abundan en con- denas de la avaricia, la codicia, las injusticias, etc.. ME 88 de 141
  • 89. SEPTIMO MANDAMIENTO, 3 La justicia es la virtud que exige que se dé a cada uno lo que le corresponde. El objeto de la justicia es el derecho (“ ius ”): porque existen derechos, es obligado que se respeten. La justicia hace rela- ción a otro. Es una virtud de “ alteridad ”. Entraña una obliga- toriedad: origina un “ debitum ” que debe ser respetado. De lo contrario se deberá una reparación . Para que se cometa una injusticia se re- quiere que quien la padece no la quiera sufrir : “al que sabe y consiente no se le hace injuria”. ME 89 de 141
  • 90. SEPTIMO MANDAMIENTO, 4 Justicia conmutativa : rige las relaciones de los individuos entre sí. Justicia distri- butiva : regula las relaciones de los gober- nantes con los súbditos . Justicia legal : mide las relaciones de los súbditos con el Gobierno y el Estado. Justicia social : con- sidera los derechos y deberes de los ciuda- danos en el ámbito de la convivencia so- cial, política y económica (su fundamento es la dignidad de la persona humana). ME 90 de 141
  • 91. SEPTIMO MANDAMIENTO, 5 La justicia social cuida de que el conjunto de la vida social se dirija al bien de todos, o sea al “ bien común ”. El bien común es el conjunto de aquellas condiciones sociales que permiten al individuo , a la familia y a las sociedades intermedias la consecución de sus respectivos fines. En él se integran valores tanto materiales como espirituales . Se puede distinguir el bien común trascendente (Dios) del temporal (respeto a la persona, bienestar social y desarrollo del grupo, paz). El bien común mira a toda la persona , pero no contempla exclusivamente al individuo y a la familia ni se agota en la sociedad en que se vive, sino que abarca el bien común entre todas las naciones . ME 91 de 141
  • 92. SEPTIMO MANDAMIENTO, 6 El cristianismo tiene mucho que aportar en el campo de la justicia, dado que la moral cristiana enseña que debe ser completada con el ejercicio de la caridad . “La caridad es como un generoso desor- bitarse de la justicia” ( San Josemaría, Amigos de Dios 283 ). Quien comete injusticia, además de con- fesarse del pecado cometido, está obliga- do a restituir . Por dos razones: 1 ) la injusta retención de lo ajeno con el consiguiente lucro personal; 2 ) el daño ocasionado al prójimo, aunque no se haya obtenido ga- nancia personal alguna. Los colaboradores pueden estar obligados a restituir según la diver- sa forma en que participaron en la injusticia (ordenar, encubrir, etc.). ME 92 de 141
  • 93. SEPTIMO MANDAMIENTO, 7 Existen muchas formas de apropiarse de lo ajeno: hurto (sin violencia), robo (con violencia en cosas o personas), apropia- ción indebida (quedándose con lo entre- gado, ej.: depósito), estafa (haciéndose entregar las cosas con engaño), malver- sación de caudales públicos, etc.. En cuanto al daño ocasionado (“injusta damnificación”), puede afec- tar a los bienes de la persona, a su fama o a otras realidades a las que tiene derecho (ej.: ganar unas oposiciones, obtener unos justos bene- ficios, etc.). La malicia moral se mide por la magnitud objetiva del daño causado: robar a una persona rica es distinto que robar a quien se le sustrae lo necesario (ciertas cantidades siempre materia grave) . ME 93 de 141
  • 94. SEPTIMO MANDAMIENTO, 8 La totalidad de los seres creados están al servicio del hombre : puede disponer de la naturaleza y de los animales para su uso y servicio. Pero no es dueño absoluto de los seres creados, sino sólo su administrador . El hombre recibe de Dios dos misiones : desarrollar y proteger la naturaleza. Desarrollar : como si Dios hubiese finalizado la creación “en bruto” y se la entregase al hombre para que la perfeccionase . Proteger : cuidar de la creación. El hombre puede “usarla”, pero no debe “abusar”, destruyéndola . ME 94 de 141
  • 95. SEPTIMO MANDAMIENTO, 9 La condición social del hombre y los principios de la justicia distri- butiva y legal demandan que todos los ciudadanos , cada uno en la medida justa que le corresponde, contribuyan al bien de la entera sociedad. Las leyes fiscales obligan en conciencia, siempre que sean justas, o sea: ley emitida por la autori- dad competente ; cuya causa es justa ; con la de- bida proporción con los ingresos ; con fines a los que se dedique el dinero honestos ; y con trans- parencia en la administración de lo recaudado. A veces, los ciudadanos “son víctimas de injusticias en la deducción del impuesto”, por lo que deben “ hacer valer sus derechos y defen- derlos ” ( Juan Pablo II, Discurso 08.11.1980 ). ME 95 de 141
  • 96. SEPTIMO MANDAMIENTO, 10 Gaudium et spes 75 : “La Iglesia alaba y estima la labor de quie- nes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa pública y aceptan el peso de las correspondientes responsabilidades”. Juan Pablo II, Christifideles laici 42 : “Para animar cristianamente el orden temporal -en el sentido señalado de servir a la persona y a la sociedad- los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la ‘ po- lítica ’. (...) Todos y cada uno tienen el dere- cho y el deber de participar en la política, si bien con diversidad y complementariedad de formas, niveles, tareas y responsabilidades”. ME 96 de 141
  • 97. SEPTIMO MANDAMIENTO, 11 Nota doctrinal de la SCDF, 24.11.2002 : “ La libertad política no está ni puede estar basada en la idea relativista según la cual todas las concepciones sobre el bien del hombre son igualmente verdaderas y tienen el mismo valor”. Los católicos no pueden ceder al relativismo laicis- ta en cuestiones que suponen “exigencias éticas fundamentales e irrenunciables ”: aborto , eutana- sia , familia “fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad”, “libertad de los padres en la educación de sus hijos”, “derecho de la libertad religiosa ”, paz , ... ME 97 de 141
  • 98. OCTAVO MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 16 : “No darás falso testimonio contra tu próximo” (cfr. Dt 5, 20 ). Lev 19, 11 : “ No mentiréis , ni os engaña- réis unos a otros”. La mentira y la calumnia van con frecuencia unidas. CCE 2483 : “ Mentir es hablar u obrar contra la verdad para inducir a error”. CCE 2508 : “La mentira consiste en decir algo falso con intención de engañar al prójimo”. El hombre debe amar la verdad , expresarla, defenderla y comunicar- la. “Todo hombre, por naturaleza , desea conocer la verdad” ( Aristó- teles, Metafísica I, 1, 980b ). La verdad es propia del ser inteligente. ME 98 de 141
  • 99. OCTAVO MANDAMIENTO, 2 La verdad hace relación a la misma persona de Jesús . Evangelio de San Juan : “Yo soy el Ca- mino, la Verdad y la Vida” ( 14, 6 ), “lleno de gracia y de verdad” ( 1, 14 ), “si permanecéis en mi palabra, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” ( 8, 31-32 ), “santifícalos en la ver- dad: tu palabra es la verdad” ( 17, 17 ), “cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad” ( 16, 13 )... CCE 2468 : “La verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana, tiene por nombre veracidad , sinceridad o franqueza. La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse veraz en los propios actos y en decir verdad en sus palabras, evitando la du- plicidad, la simulación y la hipocresía”. ME 99 de 141
  • 100. OCTAVO MANDAMIENTO, 3 San Agustín, Sobre la mentira IV : “la mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar ”. Por lo tanto impli- ca: 1 ) decir lo contrario de lo que se pien- sa, 2 ) decirlo con intención de engañar. Se distinguen tres clases de mentira: la jocosa ( broma o pasatiempo), la oficiosa (para obtener un beneficio propio o a favor de un tercero), y la dañosa (si se persigue hacer daño a alguien). La primera no es pecado, la segunda es casi siempre pecado venial , la tercera es pecado mortal cuando se lesiona gravemente la caridad o la justicia. ME 100 de 141
  • 101. OCTAVO MANDAMIENTO, 4 En la mentira se contienen numerosos males: - encierra una ofensa directa contra la verdad ; - induce al error a quien se le dice, el cual tiene derecho a no ser engañado; - lesiona el fundamento de la comunicación de los hombres entre sí; - fomenta (y en ocasiones tiene en ellas su origen) la vanidad y la soberbia ; - quien miente pierde la reputación y la fama ; - lesiona la caridad en el trato con el prójimo; - puede faltar a la justicia , cuando se miente en perjuicio de otro; - es funesta para la convivencia, puesto que crea desconfianza en las relaciones sociales . ME 101 de 141
  • 102. OCTAVO MANDAMIENTO, 5 Una frase puede tener un doble sentido : “le digo que no lo sé” suele significar una contestación negativa, pero, en absoluto, puede significar también “te digo las palabras siguientes: ‘que no lo sé’”. Una restricción mental es una especie de estas fra- ses que consiste en trasladar con la mente una expresión o fra- se a un sentido distinto del que se desprende de la significación obvia de las palabras. La restricción puramente mental (cuando es del todo imposible descubrir el sentido verdadero) no es lícita . Ej.:decir “he visto París” pensando interiormente “en fotografía”. La restricción latamente mental (cuando el verdadero sentido puede descubrirse) puede ser lícita con justa y proporcionada causa. Ej.: pa- ra guardar un secreto , o decir: “el señor no está en casa” cuando está, puesto que se puede entender el sentido verdadero (en el contexto). ME 102 de 141
  • 103. OCTAVO MANDAMIENTO, 6 Secreto es el conocimiento de una verdad que debe mantenerse oculta. Puede ser prometido (debe guardarse en virtud de una promesa, expresa o implícita como el secreto profesional) o na- tural (deriva de la ley natural). El secreto profesional es también de derecho natural y frecuentemente no guardarlo lesiona la justicia porque proviene de un compromiso tácito. Caso del médico o del sacerdote a quien se le hace una confidencia fuera de la confesión. En caso de confesión : “ sigilo sacramental ”. Se puede pecar usando el secreto para provecho propio o ajeno. Casos en los ámbitos de la compraventa , industria , investigación , etc.. ME 103 de 141
  • 104. OCTAVO MANDAMIENTO, 7 CCE 2491 : “Los secretos profesionales -que obligan, por ejemplo, a políticos, militares, médicos, juristas- o las confidencias hechas bajo secreto deben ser guardados , salvo los casos excepcionales en los que el no revelarlos podría causar al que los ha confiado, al que los ha recibido o a un tercero daños muy graves y evitables únicamente mediante la divulgación de la verdad. Las informa- ciones privadas perjudiciales al prójimo, aunque no hayan sido confiadas bajo secreto, no deben ser divulgadas sin una razón grave y proporcionada ”. CCE 2490 : “El secreto del sacramento de la Reconciliación es sagrado y no puede ser revelado bajo ningún pretexto . El sigilo sacramental es inviolable ; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo ”. ME 104 de 141
  • 105. OCTAVO MANDAMIENTO, 8 a Además de los pecados de mentira y de faltas cometidas por revelación indebida del secreto, también se puede faltar a la veracidad si se cometen otras acciones, cuales son, por ejemplo, la calumnia , el juicio temerario , la sospecha , la maledicencia , el falso testimonio y el perjurio . CCE 2487 : “Toda falta cometida contra la justicia y la ver- dad entraña el deber de reparación , aunque su autor haya sido perdonado. Cuando es imposible reparar un daño pú- blicamente , es preciso hacerlo en secreto ; si el que ha su- frido un perjuicio no puede ser indemnizado directamente, es preciso darle satisfacción moralmente, en nombre de la caridad. Este deber de reparación se refiere también a las faltas cometidas contra la reputación del prójimo”. b ME 105 de 141
  • 106. OCTAVO MANDAMIENTO, 9 Medios de comunicación social (Vaticano II, Inter mirifica ), 1 Valor moral : El recto uso de tales medios es absolutamente necesario. Este uso no es ajeno a la moral. Los usuarios deben formar un recta conciencia sobre tal uso, de modo que la información que reciben contribuya al bien común y al mayor progreso de toda la sociedad humana. Tal información debe ser objetivamente verdadera y, salvada la justicia y la cari- dad , íntegra . Ha de ser también honesta y conveniente moral- mente. La primacía del orden moral objetivo ha de ser aceptada por todos. Cuidar atentamente como tratar los temas relacionados con el mal : evitar que produzca mayor daño que utilidad a las almas. ME 106 de 141
  • 107. OCTAVO MANDAMIENTO, 10 Medios de comunicación social (Vaticano II, Inter mirifica ), 2 Deberes de los usuarios : 1) hacer una “ recta elección ” de publi- caciones, cadenas televisivas, programas de radio o televisión, etc.; 2) evitar lo que puede ser causa u ocasión de daño espiritual para ellos o para otros; 3) atender al mal ejemplo que pueden ocasionar la lectura o apoyo a ciertos medios; 4) favorecer las buenas pro- ducciones y oponerse a las malas; 5) no contribuir económica- mente a empresas que tan sólo persigan el lucro en la utilización de estos medios; 6) todos, pero especialmente los jóvenes , deben ser moderados y disciplinados en el uso de estos medios; 7) man- tener una actitud crítica para formar un recto juicio; 8) los padres tienen la obligación de vigilar cuidadosamente que los hijos hagan un uso adecuado de estos medios. ME 107 de 141
  • 108. OCTAVO MANDAMIENTO, 11 Medios de comunicación social (Vaticano II, Inter mirifica ), 3 Agentes de los mass medias: periodistas, escritores, actores, productores, realizadores, críticos, vendedores, etc., deben tratar las cuestiones económicas, políticas o artísticas de modo que no produzcan daño al bien común . Las autoridades : deben defender y tutelar la verdadera y justa libertad que necesita la sociedad, y emitir leyes para que del uso de estos medios no se siga daño a las costum- bres y al progreso de la sociedad. Católicos : que utilicen esos medios para el apostolado y se adelanten a las malas iniciativas. Sacerdotes, religiosos y laicos han de poseer la debida pericia en estos medios y po- der dirigirlos a los fines del apostolado. ME 108 de 141
  • 109. OCTAVO MANDAMIENTO, 12 El cristiano no sólo debe expresar la verdad y proclamarla, sino que tam- bién debe defenderla , en ocasiones hasta la muerte. Los cristianos de todos los tiempos, cuando se vieron forzados a confesar la verdad en Jesucristo, lo hicieron incluso ofreciendo su vida . Jn 18, 37 : “Yo he venido al mundo para dar testimonio de la verdad ”. El martirio es como el sello y el resello de la verdad de lo que se cree y se practica. ME 109 de 141
  • 110. NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 1 Los dos últimos mandamientos se fijan en el in- terior del hombre. Suponen un avance en la ex- posición de los deberes morales. Mt 15, 19 : “del corazón proceden los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios y las blasfemias”. Condenan los malos pensamientos y deseos contra las virtudes de la castidad y de la pobreza . Pero, indirectamente, se contem- plan también los pecados internos contra las demás virtudes , especialmente contra la caridad y la humildad, como son el odio y el rencor, la envidia y el afán de venganza. ME 110 de 141
  • 111. NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 2 Dt 5, 21 : “No desearás la mujer de tu prójimo” (cfr. Ex 20, 17 ). Mt 5, 27 : “Habéis oído que se dijo a los antiguos: No adulterarás. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola , ya adulteró en su corazón ”. El “limpio de corazón” goza de una espe- cial aptitud para descubrir a Dios y sabe valorar el sentido real de la sexualidad humana. Noveno mandamiento CCE 2519 : “A los limpios de corazón se les prome- te que verán a Dios cara a cara y que serán semejan- tes a Él. La pureza de corazón es el preámbulo de la visión. Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios, recibir al otro como un ‘prójimo’; nos permite considerar el cuerpo humano , el nuestro y el del prójimo, como templo del Espíritu Santo , una manifestación de la belleza divina ”. ME 111 de 141
  • 112. NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 3 Décimo mandamiento Dt 5, 21 : “No desearás su casa, ni su campo, ni su servio ni su sierva, ni su buey ni su asno, ni nada de lo que pertenezca a tu prójimo” (cfr. Ex 20-17 ). Jesús enseña la disposición interior que ha de tener el creyente en relación a estos bienes: “ No os inquietéis por vuestra vida, por lo que habéis de co- mer o beber, ni por vuestro cuerpo, por lo que habéis de vestir” ( Mt 6, 25 ). Mt 6, 32-34 : “Los gentiles se afanan por todo eso; pero bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso tenéis necesidad. Buscad primero el reino de Dios y su justicia , y todo eso se os dará por añadidura. No os inquietéis, pues, por el mañana”. ME 112 de 141
  • 113. NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 4 En el hecho de elevar la moral al ámbito de los pensamien- tos y de los deseos se descubre la grandeza de la moral cristiana, que responde a la totalidad de la persona. Un pensamiento o un deseo no sólo se inicia en la inte- ligencia y en el corazón , sino que se manifiesta en gestos perceptibles : necesidad del dominio de sí para no exterio- rizar el enfado, el orgullo, la envidia o la pereza en actos externos de ira, impaciencia, orgullo, envidia o pereza. Los pecados internos no son sólo producto de la imagina- ción , sino que en ellos intervienen también el entendimien- to, la voluntad y la memoria. Por ello son graves si se con- siente y se trata de una materia grave: hay que combatir- los . Es fácil acostumbrarse de ellos y no darles la impor- tancia ética que tienen. a b c ME 113 de 141
  • 114. NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 5 El hombre está herido por el pecado original, lo que da lugar a la lucha entre el “espíritu” y la “carne”. Para que los malos pensamientos y deseos sean pecados , se requie- re que sean consentidos por la voluntad . Mientras no haya consen- timiento, no cabe hablar de pecado: sentir no es consentir . Con la enseñanza del origen interior del mal y del bien moral, Jesús eliminó la tentación de quedarse en una moral externa , de lo que se ve, o de aprecio o negativa social. Suprime el fariseísmo . ME 114 de 141
  • 115. NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 6 El cultivo del interior (inteligencia y corazón) rescata al hombre y a la mujer de su egoísmo y los enriquece : Respecto a la virtud de la pureza : en la vida matrimonial, los esposos que viven la castidad conyugal no sólo evitan los peca- dos externos e internos contra la castidad (“no desear la mujer de tu prójimo”), sino que, al mismo tiempo, no buscan en ex- clusiva sus propias satisfacciones . Respecto a la virtud de la pobreza : “A los ricos de este mundo encárgales que no sean altivos ni pongan su confianza en la in- certidumbre de las riquezas, sino en Dios , que abundantemente nos provee de todo para que lo disfrutemos, practicando el bien, enriqueciéndonos de buenas obras, siendo liberales y dadivosos y atesorando para el futuro, con que alcanzar la verdadera vida ” ( 1 Tim 6, 17-19 ). ME 115 de 141
  • 116. NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO, 7 Los pecados externos añaden a la malicia interior la ejecución de la acción y los malos efectos y el escándalo que pueden seguirse de ellos. La primera batalla de la moralidad tiene lugar en el corazón . El logro de la propia perfección depende del cumplimiento amoroso de los manda- mientos. Asimismo, éste colma las ansias de felicidad escritas en el corazón mismo del hombre. La santidad del individuo produce un bien extraordinario en la Iglesia , Pueblo de Dios, y repercute en la entera sociedad . ME 116 de 141
  • 117. VIRTUDES, 1 Para Aristóteles no es suficiente la idea de bien, sino que es preciso que el hombre practique la idea de bien. La ética no es una simple teoría, sino que es una ciencia práctica . El hombre bueno es el hombre virtuoso , o sea, aquel que habitualmente actúa con rectitud ética. Estudiamos ya las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) al considerar el primer mandamiento. De las cuatro virtudes cardi- nales , ya vimos la justicia al estudiar el séptimo mandamiento. Nos queda por estudiar la prudencia , la fortaleza y la templanza . ME 117 de 141
  • 118. VIRTUDES, 2 Las virtudes son perfecciones de la persona . Les pertenece esen- cialmente el concepto de “ hábito ”, es decir, la disposición cons- tante y firme para hacer el bien. La virtud es un “ hábito operativo bueno ”. Las virtudes posibilitan obrar el bien con más facilidad . Lo contrario de la virtud es el vicio : “ hábito operativo malo ”. División de las virtudes estudiada en Moral Fundamental: naturales, cardi- nales y teologales. La denominación de “ cardinales ” nace del término lati- no “ cardo ” (quicio), porque son como el gozne o el quicio sobre el cual gira la vida moral. Además, en torno a ellas se aúnan otras virtudes. ME 118 de 141
  • 119. VIRTUDES, 3 Prudencia es el hábito que posibilita a la razón juzgar rectamente y determinar aquello que se debe hacer. No es una virtud negativa o pa- siva, sino activa : no es prudente el que no ac- túa, el que no hace nada, sino el que hace lo que debe hacer. Es la “ regla recta de la acción ” (“recta ratio agibilium”: S. Th. II-II, q. 47, a. 2 ). Orienta y dirige las demás virtudes (“auriga virtutum”): les indica qué, cuándo y cómo se debe o no actuar. La persona prudente, antes de actuar, pondera los pros y los contra que conlleva aquella acción, elección u omisión. Pero tal “ ponderación ” intelectual no es sufi- ciente , sino que la prudencia aporta también a la voluntad la fuerza y el coraje para llevar a término lo que se debe hacer. ME 119 de 141
  • 120. VIRTUDES, 4 Pertenece a la esencia de la prudencia : 1) formar un juicio adecua- do sobre lo que es mejor entre las diversas opciones; 2) una vez formado el juicio recto, entra en acción el ejercicio de la libertad . Dado que se trata de tomar decisiones sobre lo que es prudente hacer u omitir, la conciencia cristiana debe recurrir a la práctica de la oración y acudir a la acción del Espíritu Santo (don de consejo ). Para formar el juicio correcto y para decidir llevarlo a término, frecuentemente será preciso pedir consejo . Para el hábito de la prudencia se requieren tres cosas: juzgar rectamente, decidir y pedir consejo. ME 120 de 141
  • 121. VIRTUDES, 5 La prudencia ha de estar de acuerdo con los juicios morales que for- mula la conciencia . Con la luz que le aporta la conciencia, la pruden- cia perfecciona el entendimiento porque le ofrece no sólo los crite- rios de verdad y de error, sino de bien y de mal ético. Perfecciona también la voluntad comunicándole qué es lo que se ha de elegir. A su vez la prudencia ayuda a la conciencia a formar rectos juicios y aplicarlos. CCE 1806 : “ Es la prudencia quien guía directamente el jui- cio de conciencia . El hombre prudente decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta virtud aplicamos sin error los principios morales a los casos particulares y superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar”. ME 121 de 141
  • 122. VIRTUDES, 6 La prudencia no es (1) El simple no hacer : se trata de una virtud activa . Quien no ejerce sus derechos, por ejemplo, es “imprudente”. Actuar precipitadamente : no basta la “buena voluntad”. Se requiere conocer las circunstancias que concurren y las consecuencias que se seguirán, y considerar los medios necesarios para llevar la acción a la práctica. Esperar para no correr riesgos: hay momentos y materias en los que es preciso actuar de inmediato , “aquí y ahora”. Optar por lo más fácil o menos arriesgado . a b c d ME 122 de 141
  • 123. VIRTUDES, 7 La prudencia no es (2) No actuar por miedo a equivocarse. El recurso al “ exagerado realismo ”: el que tiene a la vista sólo las dificultades sin considerar otros factores como, por ejemplo, los imperativos de la caridad o de la justicia o el cumplimiento costoso de la voluntad de Dios. La falsa “ prudencia de la carne ”: la que no tiene en con- sideración datos sobrenaturales que son necesarios para el creyente si quiere emitir un juicio verdadero y tomar la decisión adecuada, como son apoyarse en la ayuda divina y confiar en la Providencia . Confundirla con la astucia o la picardía o la timidez . e f g h ME 123 de 141
  • 124. VIRTUDES, 8 La prudencia exige valentía : la falsa prudencia es el recurso de los que quisieran llegar tarde siempre a los momentos de peligro. En el comportamiento individual y en la convivencia social no es raro identificar prudencia con pereza o cobardía , y no prudencia con veracidad y valentía . Si no hay prudencia , no hay posibilidad de que haya virtud moral : ni justicia, ni fortaleza, ni tem- planza. Las injusticias sociales tienen su origen en la falta de prudencia de los gobernantes para diagnosticar lo justo y llevarlo a la práctica . ME 124 de 141
  • 125. VIRTUDES, 9 Determinarse por el bien no siempre es tarea fácil: de ahí la importancia de la fortaleza para llevar a término lo resuelto por la voluntad prudente. Las virtudes de la prudencia y de la fortaleza se coposibilitan mutuamente . La fortaleza es la virtud cardinal que potencia la voluntad para que se decida por el bien difícil con el fin de alcanzarlo, empleando para ello todas las fuerzas , incluso con riesgo de la pro- pia vida corporal. Fortaleza natural = firmeza de carácter y energía de la voluntad . Fortaleza virtud = origen en el auxilio de la gracia para sobrelle- var las dificultades. ME 125 de 141
  • 126. VIRTUDES, 10 La fortaleza equivale al imperativo cristiano de cumplir en todo , también en lo arduo, la voluntad de Dios . Debe superar el desor- den en la naturaleza humana, debido al pecado original . Las di- ficultades pueden ser internas o externas . El cristiano fuerte no sufre “por sufrir”: la disposición a morir antes que renegar de la fe supone el ejercicio máximo de la virtud de la fortaleza; pero “el soportar la muerte no es laudable en sí mismo , sino sólo en la medida en que se ordena al bien ” ( S. Th. II-II, q. 124, a. 3 ). ME 126 de 141
  • 127. VIRTUDES, 11 Martirio es el acto de la virtud de la fortaleza por el cual, para testificar la fe, se sufre voluntariamente la muerte . Se requiere que esta muerte se produz- ca por odio a la fe . Los mártires cristianos han dado siempre el testimonio público de que lo absoluto es Dios y la vida eterna , por lo que todo lo demás, incluso la existencia terrestre, es relativo y subordinado a alcanzar la salvación eterna. El que sobrevalora la vida placentera no entiende la virtud de la fortaleza. ME 127 de 141
  • 128. VIRTUDES, 12 No es fácil que en la vida de los cristianos se les presente la ocasión de hacer grandes cosas por Dios, pero a diario pueden vivir la for- taleza en las circunstancias normales y cotidianas de su vida. San Josemaría, Amigos de Dios 7 : “Ciertamen- te se trata de un objetivo elevado y arduo . Pero no me perdéis de vista que el santo no nace : se forja en el continuo juego de la gracia divina y de la correspondencia humana. (...) Si deseas portarte como un cristiano consecuente (...), has de poner un cuidado extremo en los detalles más nimios , por- que la santidad que Nuestro Señor te exige se al- canza cumpliendo con amor de Dios el trabajo, las obligaciones de cada día, que casi siempre se com- ponen de realidades menudas ”. ME 128 de 141
  • 129. VIRTUDES, 13 La fortaleza del audaz toma la iniciativa cuando es necesario por- que lo exige el bien que está amenazado. La verdadera fortaleza está más en la resistencia que en el ataque. El miedo y el temor que acompañan a la acción decisiva y fuerte para afrontar el riesgo e incluso la muerte, no se oponen a la fortaleza. Fuerte no es el que no teme , sino quien, a pesar del miedo, se mantiene firme en la defensa del bien, aunque en el empeño tenga que exponer su vida. ME 129 de 141
  • 130. VIRTUDES, 14 Virtudes derivadas y unidas a la fortaleza, 1 Si se refieren a la actitud y disposición para cometer grandes empresas: - Magnanimidad : inclina a la persona a acometer, en el ejercicio de cualquier de las virtudes, grandes obras, dignas de honor y de aprecio . El magnánimo practica también la caridad, la honradez, la veracidad, la sinceri- dad, la justicia, etc.. Pecados por exceso: presunción, ambición y vanagloria; por defecto: pusilanimidad. - Magnificencia : dispone a llevar a cabo grandes obras y no fáciles de ejecutar, sin que sea obstáculo para rea- lizarlas las dificultades, incluida la cuantía económica . Pecados por exceso: despilfarro; por defecto: tacañería. ME 130 de 141
  • 131. VIRTUDES, 15 Virtudes derivadas y unidas a la fortaleza, 2 Si se trata de superar las dificultades que se levantan ante los males presentes: - Paciencia : el paciente soporta , sin tristeza pero con fortaleza y constancia, las dificultades físicas o morales que le aquejan. Peca- dos : impaciencia y su opuesto, dureza de corazón. - Longanimidad : da ánimos para persistir en lograr algo bueno, pero que parece inalcanzable. Pecado : “poquedad de ánimo” (no se aspira a alcanzar una virtud o la santidad por lo lejano que se presenta). ME 131 de 141
  • 132. VIRTUDES, 16 Virtudes derivadas y unidas a la fortaleza, 3 En el caso de que las dificultades sean duraderas o per- manentes: - Perseverancia : virtud de permanecer en el bien , a pe- sar de que se alarga la consecución de aquello a lo que se aspira y para lo cual se lucha, bien sea para adquirir una virtud o para desarraigar un vicio. - Constancia : tiene por objeto robustecer la voluntad para que no desfallezca en el empeño por resistir en la práctica moral a pesar de las dificultades. - Pecados contra estas dos virtudes parecidas: por exceso, terquedad; por defecto, inconstancia. ME 132 de 141
  • 133. VIRTUDES, 17 Pecados contra la virtud de la fortaleza: Cobardía : pecado por defecto. Puede incluirse el llamado “ respeto humano ”. Es pecado mortal o venial según sea grave o leve la materia que se omite en el ejercicio de la fortaleza debida. Impasibilidad : se deja de actuar por indiferencia , por despecho o vanidad . Es pecado mortal o ve- nial según el grado de obligación o de la materia que impone la acción, aunque sea costosa. Temeridad : pecado por exceso. Se actúa sin contar con el peligro o los riesgos que entraña la acción. Gravedad según la magnitud del riesgo al que se expone quien así actúa. ME 133 de 141
  • 134. VIRTUDES, 18 Templanza natural : dominio del gusto y del tacto que impone la razón , de forma que el hombre y la mujer se guíen por la mode- ración y no sean esclavos de los placeres sensibles. Se puede practicar por motivos bien diversos. Templanza cristiana : virtud cardinal que orienta y modera la tendencia a los placeres sensibles para que la persona se man- tenga dentro de los límites que le señala la fe . San Agustín concreta la templanza en “ la entrega de un amor entero ” ( De las cos- tumbres de la Iglesia I ): se precisa domi- nar y orientar las pasiones y los instintos (aspecto positivo de la templanza). ME 134 de 141
  • 135. VIRTUDES, 19 Las pasiones en sí mismas no son malas : suponen una riqueza de la psicología del hombre y de la mujer. La más fundamental es el amor , que culmina en el placer y el gozo del bien poseído. El pecado original introdujo en el hombre un dese- quilibrio que afecta a la relación entre la razón, la voluntad y las pasiones. “Pertenece a la perfección del bien moral o humano el que las pasiones estén reguladas por la razón ” ( CCE 1767 ). La tendencia natural hacia el placer que se obtiene en la comida , bebida y deleite sexual es la forma de manifestarse de las fuerzas naturales más poten- tes que actúan en la conservación del hombre . ME 135 de 141
  • 136. VIRTUDES, 20 San Pablo castiga su cuerpo y lo domina para ser fiel al Evangelio y salvarse ( 1 Cor, 9 27 ). También alienta a Timoteo para que predique a los cristianos esta misma ascesis ( 2 Tim 4, 1-8 ). Estímulo fundamental para vivir la templanza: el amor a Dios . Gracia de Dios y entrega amorosa del hombre a Dios suponen el dominio de las pasiones . CCE 2015 : “El camino de la perfección pasa por la cruz . No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual . El progreso espi- ritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradual- mente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas”. “Todo lo útil y lo honesto es deleitable, pero lo deleitable no siempre es útil ni honesto” ( S. Th. II-II, q. 145, a. 3 ). ME 136 de 141
  • 137. VIRTUDES, 21 Pecado por exceso contra la templanza: la intemperancia Relativo al exceso en la comida y la bebida, en el afán desordenado de poseer y en lo relativo a la vida sexual: - Placer del comer y beber : anexo al deber de conservar la vida. Por ello es lícito . Pero la concupiscencia puede suscitar un desorden , de forma que uno conscientemente se extralimite en la medida a causa del placer producido por los alimentos. “La gula contraría al amor de Dios , fin último amable sobre todas las cosas” ( S. Th. II-II, q. 148, a. 2, ad 2 ); - Las cosas son buenas : poseerlas y usarlas es honesto. Pero el desorden que lleva a poner en los bienes el corazón con pasión, hace al hombre esclavo de las riquezas . Llega a fomen- tar la avaricia o a emplear medios injustos para adquirirlos; - Place- res sexuales : sexto mandamiento. Los pecados en este ámbito redu- cen al hombre al puro instinto como los animales, ofuscan la inte- ligencia y embotan la voluntad . ME 137 de 141
  • 138. VIRTUDES, 22 Pecado por defecto contra la templanza: la insensibilidad Es el rechazo total del placer , incluso de los placeres necesarios para la conservación del individuo o de la especie, por un afán de puritanismo o con el deseo de no mezclarse con lo que, des- pectivamente, se considera un mal . Los placeres sensibles en el triple campo de comida-bebida, posesión de cosas y sexualidad están de acuerdo con la “ recta razón ”. Pero se puede renunciar a ellos por muchos motivos nobles , como la salud , o aumentar la fuerza fí- sica, o por valores más altos como la mortifi- cación, vivir la pobreza, la dedicación a Dios (celibato apostólico, virginidad consagrada...), etc.. ME 138 de 141
  • 139. VIRTUDES, 23 Humildad : modera el apetito desordenado de la propia excelencia (vicio opuesto: la soberbia , origen y causa de todos los pecados). Modestia : inclina al hombre a comportarse en todas sus manifestaciones internas y externas dentro de los límites propios a su estado y po- sición social. Hace referencia especialmente al cuerpo y al adorno del mismo. Mansedumbre : modera el carácter según la recta razón (vicios opuestos: iracundia , indignación desmedida ...). Clemencia : incli- na al superior a mitigar el castigo que debe imponer al culpable (vi- cio opuesto por exceso: crueldad ; por defecto: excesiva blandura ). Virtudes anexas a la templanza (derivan de ella y la acompañan): ME 139 de 141
  • 140. VIRTUDES, 24 La mortificación ayuda al individuo a lograr el dominio de las pasiones , y a encontrar equilibrio psíquico . Incluye la abstinen- cia de ciertos gustos en sí mismo lícitos , lo que facilita que se pro- grese y se alcance otras etapas en la lucha ascética . Con la mortificación se logra también la so- briedad , la cual permite mantenerse en la medida de lo verdaderamente útil y conve- niente, y se adquiere mayor sensibilidad para los valores del espíritu . Vivir sobrenaturalmente es el mejor medio para dominar y orientar las pasiones. ME 140 de 141
  • 141. VIRTUDES, 25 El hombre debe valorar el sentido de los placeres sensibles que son buenos en sí mismos, y al mismo tiempo, percibir la superioridad que encierran los placeres espiri- tuales . Aquellos pueden degradar- le , éstos le perfeccionan siempre; aquellos, si se exageran, producen dolor , éstos culminan en la felicidad . ME 141 de 141