Las aguas subterráneas se forman por la infiltración de agua de lluvia a través de rocas permeables en zonas con clima lluvioso y vegetación. Estas aguas sedimentan en grutas formando estalagmitas y estalactitas a lo largo de miles de años, y también forman columnas y toba caliza. La erosión de las aguas subterráneas ocurre lentamente por acción mecánica o química y puede generar simas.