Un depósito de acero inoxidable calorifugado se usa principalmente en la industria alimentaria para aislar térmicamente los productos en su interior de la temperatura exterior, mientras que un molinillo de martillos de acero de carbono se usa en procesos de molturación fina y gruesa de materiales blandos, frágiles o semiduros. El acero de carbono se emplea comúnmente en la construcción civil y mecánica.