ACERTIJO DE POSICIÓN DE CORREDORES EN LA OLIMPIADA. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Jonás, por Juan Carlos García Domene
1. JONÁS PARA TODOS LOS PÚBLICOS
Juan Carlos García Domene
Convendrán conmigo en que ha sido un placer leer este número monográfico sobre el Libro
de Jonás. Hemos partido de una cierta ingenuidad, pero hemos llegado hasta el corazón del
mismo Evangelio de Jesucristo: la misericordia de Dios. Ofrecemos ahora algunas
sugerencias para su explotación didáctica y pastoral. La brevedad y la belleza de este librito
permite considerar algo muy importante a la hora de utilizar la Biblia en Catequesis y en
Clase de Religión: el enfoque y la presentación de un texto bíblico debe adaptarse a la edad
y las circunstancias de sus destinatarios. Teniendo en cuenta este principio educativo y
pastoral proponemos a continuación diversas pistas de lectura para presentar el libro de
Jonás teniendo en cuenta las edades de la vida.
UNA FANTÁSTICA HISTORIA PARA MENORES DE 6 AÑOS
Para la edad primera -en el tiempo de la Educación Infantil- creemos que la clave idónea
para presentar la historia de Jonás es la fantasía y la narración. En sí misma, la
interpretación fantástica es acrítica e insuficiente, pero resultará muy sugerente para los
más pequeños e incluso para los adultos en un primer acercamiento. Los niños nunca exigen
al relato que sea histórico o comprobable porque sólo esperan saborear la historia en sí
misma: su paradigma es la imaginación porque “saben leer” sin apenas conocer el
abecedario y sin acudir a la realidad. No se trata de reducir la Biblia a un libro de “cuentos
fantásticos”, pero sí de aprovechar el ingenio infantil para conseguir la familiaridad con
personajes y acontecimientos. Esto puede comprobarse en el testimonio que acompañamos
de Lázaro Amor Sevilla, un alumno de 5 años, que ha memorizado como un juego y para
siempre, parte de la historia de Jonás, gracias a Pablo, su profesor de religión.
En el currículo de Enseñanza Religiosa para Educación Infantil (0-6 años) se proponen
muchos procedimientos entre los contenidos curriculares. Especialmente destacamos lo
siguiente: Utilización de historias o cuentos en los que intervenga algún personaje bíblico o
algún santo en el diálogo espontáneo con Dios (9.3). A partir de ahí, parece coherente
utilizar y reconstruir la historia de Jonás. Pero también hallamos otras posibilidades que
serán útiles en las aulas: por ejemplo, cantar (1.4; 10.5). En nuestro caso, esto permite
utilizar cantos o poesías sobre el profeta, compuestos por otros autores, por nosotros o por
los mismos niños. Es conveniente el manejo de fotografías, relieves, imágenes religiosas
para detectar su belleza, forma, tamaño, color...” (6.4). Es de provecho llevar a clase
imágenes clásicas o contemporáneas de los personajes del libro y comentarlas, recortarlas,
construir un mural, identificar sus elementos, picar su contorno, rellenarlo, colorearlo, etc.
También es oportuno desarrollar la habilidad en la construcción de objetos y motivos
religiosos (cruces, figuras del Belén, estrellas...) con materiales diversos (6.5). Para ello, el
único límite es la creatividad y originalidad del profesorado y los recursos del medio.
También, a partir de esta obrita, podrá desarrollarse el procedimiento 6.8 que sugiere la
clasificación por colores, tamaños y formas de objetos diversos presentados en una
narración (de la vida de Jesús): ¿cómo era de grande el cetáceo? ¿y la barca? ¿cuál era el
tamaño de la ciudad de Nínive? ¿cuál es el color de la planta que dio sombra a Jonás? El
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2. currículo sugiere que se construyan frases espontáneas relativas a imágenes o símbolos
religiosos, a modo de iniciación a la oración (9,5). También se puede recurrir a una Biblia
ilustrada porque favorece la observación y desde la imagen abre el contacto con las historias
bíblicas (Procedimiento10.3.) Pero no sólo hay que cantar o mirar, recortar o pegar; también
el propio cuerpo y la expresión corporal son medio para comunicar con los elementales
contenidos bíblicos (10.5. Destreza para representar en formas diversas algunas escenas de
la vida de Jesús). El cuerpo, la plastilina, el barro, la pintura, y todo tipo de técnicas
elementales de expresión servirán para la Elaboración de imágenes-símbolos religiosos
(11.3). ¿Por qué no reconstruir de alguna manera las escenas del libro? La escenificación de
pasajes sigue siendo un recurso didáctico apropiado para los más pequeños porque también
la Biblia es para ellos.
“El Señor le dijo a Jonás que le dijera a todo el mundo que fuera bueno. Y le dio
miedo y se fue en un barco. Yo me voy en el barco y el Señor no me encontrará. Y se
fue, pero como el Señor está en todas partes y lo ve todo, y hubo una tormenta y se
tiró al agua y se calmó todo. Y vino una ballena grande y se lo tragó. Y estuvo tres
días en la boca de la ballena y tres noches. Y comió pescado, y también hizo otra
cosa: le rezó al Señor. Y el Señor le dijo a la ballena: ballena, vomita a Jonás y déjalo
en la orilla de la playa. Y luego Jonás hizo lo que le dijo el Señor, y se fue al pueblo
que le dijo el Señor. Y lo hizo, y ya está.”
Lázaro Amor Sevilla, 5 años
[Incluir aquí el dibujo de Lázaro]
LA VERDADERA HISTORIA DE JONÁS: DE 6 A 14 AÑOS
Superada la primera infancia la tarea es conseguir una síntesis de fe. Durante la Educación
Primaria y en la preadolescencia conviene presenta los datos con realismo y fidelidad, pero
sin entrar en polémica. Es el momento de sentar las bases para llegar, más adelante, a los
aprendizajes complejos. Es ocasión para datar la fecha de composición del libro, conocer su
trama, su lenguaje, sus secuencias y escenas y sus posibles interpretaciones. Es tiempo de
presentar una equilibrada información sobre Nínive, Tarsis, Asiria o la pesca en la
antigüedad y para una debida relación fe-vida según la edad y expectativas de niños y
preadolescentes. Es hora del sumario de datos elementales que se fijan para siempre al
bagaje cultural. Algo aprendido a los 10 o 12 años difícilmente se olvidará.
¿Cuáles son los contenidos elementales que debe conocer un estudiante sobre el libro de
Jonás? Remitimos al guión de trabajo que propusimos en el nº 30 de Reseña Bíblica cuando
abordamos el libro de Daniel. Aquí comenzaríamos por clarificar el género literario del libro
y su carácter histórico o narrativo, la fecha de redacción y el contexto social, histórico y
religioso del libro. Se trata de sintetizar el argumento y resumen de sus contenidos
principales: mensaje, ideas y estructura de la obra. En este caso no pueden ser descuidadas
las claves histórico-sociales, geográficas y culturales ni mucho menos las teológico-bíblicas e
histórico-salvíficas. Todo el libro está cargado de simbolismos que será preciso clarificar y
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3. todo él destila una espiritualidad que poco a poco se abre camino en el antiguo testamento
y encuentra su culmen en Jesús. Para responder a estas cuestiones servirán de gran ayuda
los artículos de Ariel Álvarez, Cristóbal Sevilla, Roberto Tadiello, Guido Antoniotti y Miguel
Pérez del presente número de Reseña Bíblica.
¿Por qué no confeccionar un mapa con Tarsis, Israel, Nínive? ¿Por qué no recuperar las
condiciones del comercio marítimo? Es importantísimo descubrir la verdadera trama del
libro a partir del politeísmo y las muchas religiones que aparecen en el libro: las creencias de
los marineros, de los ninivitas, y las dos concepciones religiosas internas en el judaísmo
representadas por el profeta y el mismo Dios. Entre el simbolismo destaca el papel de
animales (el cetáceo obedece a Dios y los ganados de Nínive también se convierten) y el de
las plantas. En esta fase de la vida conviene resumir lo más logrado de la exégesis bíblica y
sintetizarlo armónicamente para que los alumnos y alumnas lo conozcan y lo fijen. Ya no es
la estrategia fundamental el juego, sino el inicio en la investigación y las grandes preguntas.
¿Quién es el autor? ¿Por qué se escribió? ¿Cómo se entendió su mensaje antes de Jesús?
¿Qué se pensaba del libro en su tiempo y cómo se ha comprendido a lo largo de la historia
del judaísmo y del cristianismo? Es momento para las cuestiones objetivas que ayuden a un
conocimiento cultural y religioso del texto bíblico.
RESOLVER DILEMAS: EL JONÁS ADOLESCENTE (14-18 AÑOS)
En la adolescencia y en la juventud prácticamente todo entra en crisis: el cuerpo, la
afectividad, las relaciones personales y la fe. Surge entonces, con firmeza implacable, la
autoconciencia personal y la cuestión vocacional. Parece que los chavales sólo pueden
pensar en sus cosas y en ellos mismos y ahí les ayudará mirar a personajes que también
superaron sus crisis y su egocentrismo. La adolescencia es el momento adecuado para
clarificar dilemas morales, para sentar las bases de la personalidad adulta y para “decidir”
las señas de identidad del futuro. Jonás revela un dramático dilema en su vida de profeta,
un dilema no resuelto por él, sino por el mismo Dios. Debidamente planteado, este libro
servirá de espejo para muchas situaciones personales.
“Los dilemas son pequeñas historias en las que se plantea un conflicto o disyuntiva entre
valores. El conflicto puede resolverse de varias maneras igualmente factibles y defendibles.
Los alumnos deben pensar cuál es la solución óptima y fundamentar su decisión en
razonamientos moral y lógicamente válidos” (Ortega, Mínguez y Gil, 1996, Valores y
educación, Ariel, p. 21). Pretendemos presentar el libro de Jonás como un dilema moral que
ha de resolver su protagonista. Aprovechando su lectura, los adolescentes entenderán que
cualquier decisión supone riesgos, renuncias y la única oportunidad de crecer como
personas.
Desarrollo
1. Lectura comprensiva conjunta del libro de Jonás. Su brevedad permitirá leerlo
incluso en más de una ocasión en la sesión de trabajo.
2. Presentación de las claves morales del dilema de Jonás:
2.1 Obedecer a Dios ya que es creyente o desobedecerlo siendo infiel a su fe
2.2 Abrirse al deseo de Dios de “salvar a los ninivitas” (antiguos opresores) o
limitar los beneficios de la salvación religiosa sólo a los judíos.
2.3. Dejarse llevar por el miedo y la comodidad o “hacer su arriesgado oficio
3
4. de profeta”
3. Aclaración de los términos del dilema y de sus argumentaciones previas.
4. Señalar los valores en conflicto: tolerancia-identidad / particularismo-
universalidad / comodidad/compromiso
Toma de posiciones
1. Posición individual
2. Posición del grupo
3. Argumentos y razonamientos
UN PROGRAMA PARA NUESTRO TIEMPO: FAVORECER LA TOLERANCIA
En la vida adulta, una vez conocidos y asimilados los anteriores niveles de lectura,
puede hacerse hincapié en el mensaje nuevo que aporta esta obra: la salvación de Dios es
para todos y supera el particularismo judío. El texto llama, desde el corazón de Dios, a la
tolerancia de los otros -gentiles y pecadores- actitud bien distinta a otras tradiciones del
Antiguo Testamento. La actualidad del mensaje de este libro es grande porque la situación
posterior al 11 de septiembre requiere repensar la religión (las religiones) desde el respeto y
reconocimiento y no desde el enfrentamiento. Aunque el profeta se enfade de la grandeza
de Dios, acaba por brillar su amor universal y su oferta salvífica para todas las naciones.
El año 1995 fue declarado por la UNESCO Año en Favor de la Tolerancia. De sus
proposiciones oficiales resaltamos el siguiente párrafo. Nuestro objetivo es descubrir la
convergencia que hay entre muchos textos bíblicos y la sensibilidad contemporánea.
Después de leer el texto, descubrir en Jonás actitudes etnocéntricas o frases racistas,
comportamientos nacionalistas excluyentes o xenófobos y especialmente describir el
particularismo religioso del “antiprofeta” Jonás. No debemos olvidar que en la parábola de
Jonás el protagonista reúne en su persona la posición más recalcitrante de la tradición
veterotestamentaria. Así quedará bien claro, que el libro de Jonás no sólo trata una cuestión
personal sino una delicada y urgente cuestión social e interreligiosa.
“Algunas de las actitudes colectivas que se quieren combatir resueltamente con el Año
Internacional de la Tolerancia son: el racismo, o la creencia de que algunas razas son
superiores a las otras, valoración que por lo general se hace, con arreglo a los criterios
“pseudocientíficos” de la raza supuestamente superior; el etnocentrismo, o aspiración
de un grupo étnico a crear una identidad nacional única y acabar con el idioma y la
cultura de los demás grupos étnicos; el nacionalismo extremo, o la creencia de que una
nación es superior y tiene más derechos que las demás, fenómeno a menudo asociado a
con el de la xenofobia, esto es, el hecho de sentir temor y aversión por los extranjeros,
unido al sentimiento de que estos “forasteros” son culpables de los problemas
económicos de la sociedad, como el desempleo o por último, la hostilidad religiosa que
da poder o favorece a las personas cuyo credo está oficialmente considerado la única
interpretación auténtica de la verdad religiosa o espiritual” (Proposiciones preliminares.
1995)
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5. EL SIGNO DE JONÁS (“SÓLO PARA ADULTOS”)
Por último, y también para la vida adulta, cabe una tarea que podríamos denominar
“metabíblica”, es decir, profundizar en la Biblia desde la propia Biblia. Una vez conocido el
estilo fantástico, el mensaje objetivo, la clarificación del dilema moral y el mensaje de
tolerancia y universalidad del libro, resulta oportuno entrar en la interpretación que el
mismo Jesús hace sobre Jonás y su “famoso” signo. Es el momento de comprender en toda
su hondura los pasajes alusivos a Jonás en Mateo y Lucas y las referencias veladas de
Marcos y Juan.
Llamamos adultos no a los de más edad, sino a los de mayor conocimiento bíblico. Si se
conoce bien el libro de Jonás y se tiene información abundante sobre los evangelios y la
mentalidad judía se apreciará el alcance de las palabras de Jesús cuando remite al signo de
Jonás y se niega a hacer los “prodigios” solicitados por los fariseos y letrados o por la gente.
Después de leer la aportación del padre Vincent Mora y teniendo en cuenta sus
indicaciones, proponemos un acercamiento directo a los textos entrando en la complejidad
de los mismos.
En primer lugar, sugerimos consultar una sinopsis y trabajar con el texto bilingüe o al menos
con el texto castellano. Así se apreciarán sus variantes, sus paralelos, el texto base o de
referencia, los duplicados y las características redaccionales de cada evangelista quedando
patentes la unidad de mensaje y los acentos propios. Si son alumnos, bastará fotocopiar un
par de páginas para que la sesión de trabajo sea abundante en frutos. Se trata de leer
sinópticamente Mt 16, 1-4; 12, 38-42 junto a Mc 8, 11-13 y Lc 11, 16. 29-32; 12, 54-56; 9,18.
La obra de José Cervantes publicada en 1999 por Verbo Divino es imprescindible para
trabajar en esta dirección.
En segundo lugar, ya en clave teológica, recomendamos volver simultáneamente a la
historia de la reina del Saba, aquella pagana que hizo un largo viaje para apreciar la
sabiduría de Salomón (1 Reyes 10) junto al libro de Jonás. En ambas tradiciones rezuma la
corriente universalista, pero minoritaria, de la religión judía que adquirirá la plenitud en las
palabras de Jesucristo. Jesús contrapone a los ninivitas que sí se convierten con la señal de
Jonás y a la reina del Sur, verdadera peregrina de la fe, a “esa generación malvada y
perversa”. Ahora los extranjeros, como en otros lugares los pobres y marginados
(samaritanos, mujeres, niños, etc. ) responden prontamente a la señal definitiva que Dios ha
enviado.
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6. EL SIGNO DE JONÁS (“SÓLO PARA ADULTOS”)
Por último, y también para la vida adulta, cabe una tarea que podríamos denominar
“metabíblica”, es decir, profundizar en la Biblia desde la propia Biblia. Una vez conocido el
estilo fantástico, el mensaje objetivo, la clarificación del dilema moral y el mensaje de
tolerancia y universalidad del libro, resulta oportuno entrar en la interpretación que el
mismo Jesús hace sobre Jonás y su “famoso” signo. Es el momento de comprender en toda
su hondura los pasajes alusivos a Jonás en Mateo y Lucas y las referencias veladas de
Marcos y Juan.
Llamamos adultos no a los de más edad, sino a los de mayor conocimiento bíblico. Si se
conoce bien el libro de Jonás y se tiene información abundante sobre los evangelios y la
mentalidad judía se apreciará el alcance de las palabras de Jesús cuando remite al signo de
Jonás y se niega a hacer los “prodigios” solicitados por los fariseos y letrados o por la gente.
Después de leer la aportación del padre Vincent Mora y teniendo en cuenta sus
indicaciones, proponemos un acercamiento directo a los textos entrando en la complejidad
de los mismos.
En primer lugar, sugerimos consultar una sinopsis y trabajar con el texto bilingüe o al menos
con el texto castellano. Así se apreciarán sus variantes, sus paralelos, el texto base o de
referencia, los duplicados y las características redaccionales de cada evangelista quedando
patentes la unidad de mensaje y los acentos propios. Si son alumnos, bastará fotocopiar un
par de páginas para que la sesión de trabajo sea abundante en frutos. Se trata de leer
sinópticamente Mt 16, 1-4; 12, 38-42 junto a Mc 8, 11-13 y Lc 11, 16. 29-32; 12, 54-56; 9,18.
La obra de José Cervantes publicada en 1999 por Verbo Divino es imprescindible para
trabajar en esta dirección.
En segundo lugar, ya en clave teológica, recomendamos volver simultáneamente a la
historia de la reina del Saba, aquella pagana que hizo un largo viaje para apreciar la
sabiduría de Salomón (1 Reyes 10) junto al libro de Jonás. En ambas tradiciones rezuma la
corriente universalista, pero minoritaria, de la religión judía que adquirirá la plenitud en las
palabras de Jesucristo. Jesús contrapone a los ninivitas que sí se convierten con la señal de
Jonás y a la reina del Sur, verdadera peregrina de la fe, a “esa generación malvada y
perversa”. Ahora los extranjeros, como en otros lugares los pobres y marginados
(samaritanos, mujeres, niños, etc. ) responden prontamente a la señal definitiva que Dios ha
enviado.
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