1. La Ciudad de los Lobos Blancos
(Guyana Francesa: Amazonia siglo XXI)
Operación: las lágrimas de los Wayanas
no es más que la mía, sí; pero bien mía que es. Yo pido, ¿qué
pido?, necesito, nada más ni nada menos, el poder abrazar por un tiempo, una
simple y cojonuda sensación. Sí, ni me lo digan, con tanto hambre por ahí, tanta
miseria por acá y yo rogando el abrazo de una sensación, ¿de lo más descarado
no cierto?, ¡qué se le va a hacer!, ya se los dije antes, cada uno su cruz. Tan sólo
desensillar, dejar la mochila andrajosa, guardarla en un armario, o enterrarla o
quemar la puta mochila como la hamaca de la joven wayana suicidada; aquella
que había elegido su última estación.
Lo que sea para sentir que después de una eternidad, esta serie de
conchisumadres misiones han por fin concluido. Quiero arribar, quiero mi
puerto, quiero vivir un instante como si existiera un destino para mis pasos, un
mes, un día; lo que dure; pero sentir más no sea por un santiamén que
finalmente estoy apoyando un pie, de preferencia el mío, en tierra firme. .
Observo como mi cuerpo, mi carcasa treintañera queda tirada en algún
desierto de la sala de embarque. Asumo y confirmo que ya había muerto en otras
guerras anteriores, en otras vidas pasadas, en otras tribus lejanas, en otros
karmas que hacen a lo que soy, guerrillero del siglo XXI sin guerrilla.
Mejor tirar este manojo de hojas, estas memorias de misión, total ya no me
pertenecen, acabo de morir. Presento mi ticket, mi pasaporte, me adentro en la
manga aeropuertaria,
Me vuelvo a morir una vez más, de eso parecía tratarse la cosa, mi vida,
una sucesión de misiones de reencarnaciones y resurrecciones, algunas veces

2. nacía samurái, otras Ronín,...otras shaman, a veces negro, a veces blanco, otras
amarillo… pero por siempre lobo.
A be kava (The End)