2. Un trastorno de la
personalidad es un patrón
permanente e inflexible de
experiencia interna y de
comportamiento que se
aparta acusadamente de las
expectativas de la cultura del
sujeto, tiene su origen en la
adolescencia o inicio de la
edad adulta, es estable a lo
largo del tiempo y comporta
malestar o perjuicios para el
sujeto y los que están a su
alrededor.
Los trastornos de la
personalidad se caracterizan
por patrones de percepción,
reacción y relación que son
relativamente fijos, inflexibles
y socialmente desadaptados,
incluyendo una variedad de
situaciones.
3. Los trastornos de la personalidad incluyen los siguientes tipos:
paranoide, esquizoide, esquizotípico, histriónico, narcisista,
antisocial, límite, evitador, dependiente, obsesivo-compulsivo y
pasivo-agresivo. El trastorno de identidad disociativo,
anteriormente llamado trastorno de personalidad múltiple, es un
trastorno completamente diferente.
5. Estos individuos son el ejemplo perfecto de que los
trastornos de la personalidad no implican
necesariamente un sufrimiento personal, basta con
provocarlo en el entorno. Efectivamente, los
antisociales apenas sufren -sobre todo, a medida
que tienen este trastorno más desarrollado,
pudiendo llegar al extremo de la psicopatía-, pero
son auténticos especialistas en provocar dolor,
preocupaciones y padecimiento en los demás.er
7. Las personas con este problema son enormemente
desconfiadas, siempre piensan que los demás, incluyendo
seres queridos (que cada vez son menos porque huyen
despavoridos), están en su contra. Esto implica que
interpreten injustificadamente ofensas, burlas, menosprecios,
infidelidades, etc. ante la duda sobre una intención ajena, un
paranoide escogerá la opción más desfavorable, es decir,
aquella que suponga un ataque del otro.
9. Los narcisistas son personas que no
aparecen demasiado por las consultas
pero sí están bastante presentes en la
vida pública, sobre todo en los medios de
comunicación. Todos podremos pensar en
artistas, cantantes, actores, intelectuales
o presentadores de televisión, por
ejemplo, a los que se les ha subido el ego
en exceso. Una cosa es pensar que
alguien despunta en algo concreto (por
ejemplo, un futbolista en la práctica del
fútbol) y otra muy diferente es deducir de
este hecho que la persona ya es más
importante que otras.
11. La personalidad obsesivo-compulsiva o
anancástica se distingue por su extrema
rigidez, por estar continuamente
sometida a horarios, planificaciones y
normas no pudiendo salirse de las
mismas y sintiéndose muy mal si no se
adapta a ellas
12. HISTRIÓNICO
La gran finalidad de una persona histriónica es
no pasar inadvertida, causar sensación allá por
donde vaya. Depende en exceso de
experimentar la vivencia de ser importante,
pareciendo entonces que pueda tener una
sólida autoestima, aunque esto no es así en
tanto necesita reafirmarla con sus demandas
constantes de atención. Es como los niños que
se portan mal o que hacen "actuaciones"
cantando o bailando con el único fin de atraer
la atención de los adultos.
13. ESQUIZOIDE
Los esquizoides son individuos que viven
tranquilos en su soledad, que desean
fervientemente el aislamiento. No es que se
hayan distanciado de los demás por timidez
o por problemas para relacionarse, sino que
verdaderamente no tienen interés en
conocer gente, en intimar, en disfrutar de
compañía. Suelen dedicarse a trabajos en los
que pueden estar solos el mayor tiempo
posible: por ejemplo, científicos,
informáticos, bibliotecarios, etc.