1. Cantamos
Hoy comienza una nueva era
Las lanzas se convierten en podaderas,
Y las armas en arados,
y los oprimidos son liberados
Presentación 2: “Adviento”
Libremente cada uno expresamos nuestras
acciones de gracias y nuestras peticiones.
Pero esto no es nada más que el envoltorio o el papel de regalo de
un contenido que la iglesia propone a todos los cristianos para
prepararnos a la Navidad. Con esta forma estética, Dios quiere
entrar en tu corazón y disponerlo a reconocer a Jesús presente en
nuestro mundo, en las personas que tienes a tu lado, y, sobre todo,
presente en lo más hondo de cada corazón.
¡Buen camino de Adviento!
Rezamos todos… PADRENUESTRO
2. Camino a Belén
- ORACIÓN PARROQUIAL DICIEMBRE 2010 - MANÁ -
Los cristianos preparamos la navidad durante cuatro
semanas que forman el tiempo llamado adviento.
Al igual que se prepara la casa para recibir a un invitado
muy especial y celebrar su estancia con nosotros,
preparemos nuestra alma para recibir a Cristo y celebrar
con Él su presencia entre nosotros.
La decisión de Dios de hacerse
cercano y de habitar entre
nosotros es una noticia
insospechada. Ningún dios ha
obrado como el Dios anunciado
por Jesús de Nazaret.
En estos días que anteceden es
muy característico pensar: ¿cómo vamos a celebrar la
Noche Buena y el día de Navidad? ¿con quien vamos a
disfrutar estas fiestas? ¿qué vamos a regalar?
Y si bien todo esto es importante no tiene sentido si no
consideramos que Jesús es el festejado a quien tenemos
que acompañar y agasajar en este día. Él desea que le
demos lo más preciado que tenemos, prepararemos ese
regalo que el Niño Jesús quiere, tomemos conciencia de lo
que vamos a celebrar y de su preparación espiritual.
Adviento es el tiempo de trabajar el corazón para ponerlo
en sintonía con Dios mismo.
Cantamos
Preparad el camino al Señor
y escuchad la palabra de Dios. (bis)
3. Lectura del evangelio (Lc 7, 19-23)
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a decir al Señor:
«¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?». Llegando
donde Él aquellos hombres, dijeron: «Juan el Bautista nos ha enviado
a decirte: ‘¿Eres tú el que ha de venir o
debemos esperar a otro?’».
En aquel momento curó a muchos de sus
enfermedades y dolencias, y de malos espíritus,
y dio vista a muchos ciegos. Y les respondió:
«Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído:
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos
quedan limpios, los sordos oyen, los muertos
resucitan, se anuncia a los pobres la Buena
Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle
escándalo en mí!».
REFLEXÍON SOBRE LA LECTURA
Jesús vino a traernos a todos una gran esperanza. Él es el
mensajero de Dios que nos enseña a ser personas
verdaderamente humanas. Él es la curación, la
recuperación, la paz.
Él es “evangelio”, la Buena Noticia, que Dios tiene para
comunicar. Pero a veces, Él puede convertirse en ocasión
de caída, en obstáculo. Cuando nos aferramos a nuestro
egoísmo, su llamada al amor es difícil de oír. Cuando la
vergüenza o la culpa son muy fuertes, su llamada a la
conversión parece un insulto.
¡Feliz la persona que le acoge con corazón
libre!
5. EL SUEÑO DE MARÍA
Tuve un sueño, José.... no lo pude comprender, realmente no, pero
creo que se trataba del nacimiento de nuestro Hijo; creo que si era
acerca de eso.
La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de
anticipación. Decoraban las casas y compraban ropa nueva. Salían
de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos.
Era muy peculiar, ya que todos los regalos
no eran para nuestro Hijo. Los envolvían
con hermosos papeles y los ataban con
preciosos moños, todo lo colocaban
debajo de un árbol.
Si, un árbol, José, dentro de una casa.
Esta gente estaba decorando el árbol
también. Las ramas llenas de esferas y
adornos que brillaban. Había una figura
en lo alto del árbol.. me parecía ver una
estrella o un ángel, oh! Era verdaderamente hermoso.
Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados
por los regalos; se los intercambiaban unos con otros José, pero, no
quedó alguno para nuestro Hijo.
Sabes, creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca mencionaron su
nombre; ¿no te parece extraño que la gente se meta en tantos
problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera
conocen?.
Tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado en la
celebración, hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan
hermoso José y todo mundo feliz; pero yo sentí enormes ganas de
llorar.
Que tristeza para Jesús no querer ser deseado en su propia fiesta de
cumpleaños. Estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero que
terrible José, si esto hubiera sido realidad…