La hojitade los niños
Año XIX • nº 1.387 • 10 de diciembre de 2017
¡La buena noticia para todos! • Domingo 2º de Adviento
CRUCIGRAMA NUMÉRICO
Mensaje de La Palabra de Dios para hoy
En este segundo domingo de Adviento, se nos invita a preparar el camino para el naci-
miento de Jesús, para que lo podamos reconocer. Muchos vieron a María embarazada,
otros le cerraron la puerta cuando buscaba un lugar para que naciera su hijo, y multi-
tudes escucharon y vieron a Jesús cuando iba por los caminos curando y anunciando
el amor de Dios. Sólo los de corazón abierto, dispuestos a amar, lo reconocieron.
11 1 10 1 5
14 3 8 4 9 15 1
13 1 2 3 16
8 3 7 10 10
1 17 3 6 3
13 1 2 7 10
7 5 12 9 6 9 4
8 5 3 2 4 1
E
R
A
O
C
I
L
S
B
P
N
T
Y
G
Z
U
Reemplazá cada número por
la letra correspondiente pa-
ra leer una frase que dijo
Juan el Bautista. Para ay-
darte, podés colocar los re-
sultados de las cuentas en la
grilla de la izquierda.
E = Meses del año con 31 días.
R = Mes en que celebramos el día de la bandera.
A = Mes en que celebramos el día de la Memoria.
O = E -R
C = R + E
I = A x A
L = I + O
S = L : (A - O)
B = C + O
P = A x (B - L)
N = B -P
T = C - I
Y = S + R
G = T x T
Z = G - (Y : Y)
U = G : N
La Biblia, el libro de la Palabra de Dios
Las lecturas de la misa del domingo
Primera Lectura: Isaías 40, 1-5. 9-11
onsuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios! Hablen al co-
razón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se
ha cumplido, que su culpa está pagada, que ha recibido de la mano del
Señor doble castigo por todos sus pecados. Una voz proclama: ¡Preparen
en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para
nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas;
que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies! En-
tonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque
ha hablado la boca del Señor. Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noti-
cia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala
sin temor, di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está su Dios!». Ya llega el Señor con poder y
su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo
precede. Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su
pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.
¡C
Evangelio: Marcos 1, 1-8
omienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Co-
mo está escrito en el libro del profeta Isaías: "Mira, yo envío a
mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Una voz grita en
el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos". Así se
presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para
el perdón de los pecados. Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén
acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Juan
estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con
langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: «Detrás de mí vendrá el que es más
poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa
de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el
Espíritu Santo».
C
Cuentan que hace muchísimos años, unos sabios
de Oriente vieron una estrella en el cielo que les
era desconocida. Siempre miraban hacia el cielo
para dibujar mapas del firmamento y, les asom-
bró que de un día para el otro apareciera una de
gran intensidad. Pero mayor fue su fascinación
cuando les pareció que se movía. Al principio,
creyeron que veían mal,
pero después de unos días,
reconocieron que se des-
plazaba en el cielo y, lo que
era más increíble, parecía
que los esperaba. Decidie-
ron organizar un viaje con
camellos, carpas, comidas,
elementos para observar
el cielo y para dibujar la
trayectoria de la estrella.
Una noche, se pusieron
en camino. Avanzaban en
la oscuridad y se detenían
durante el día. Las mejores noches fueron las de
luna nueva, donde las estrellas parecían brillar
más. Pasaron muchas noches hasta que la estre-
lla se detuvo en una región de un país extranjero,
sobre un pequeño pueblo que no figuraba en sus
mapas. A medida que se acercaban veían que
la estrella estaba sobre un pequeño pesebre en
las afueras del pueblo. Les pareció que era muy
tarde para entrar. Entonces descendieron de los
camellos, armaron las carpas y, por primera vez
en mucho tiempo, durmieron por la noche.
A la mañana, tomaron unos regalos y fueron ha-
cia el pesebre. Golpearon las manos, y salió un
joven que les preguntó si querían algo, si esta-
ban perdidos.
—No, vinimos hasta aquí guiados por esa estre-
lla –dijo uno de ellos señalando el cielo.
El joven los dejó pasar y, al entrar, vieron un
pequeño niño envuelto en pañales, en brazos de
su madre, una joven de apenas 15 años. Cayeron
de rodillas porque algo en su interior les ayudó
a reconocer que estaban siendo testigos de una
manifestación de Dios.
Esa noche, la estrella ya
no estaba en el cielo. Y en
el campamento, los sabios
encendieron un fuego y
compartieron lo que ha-
bían visto, oído y sentido.
No se podían explicar por
qué solo ellos habían visto
la estrella, cómo podía ser
que hubiera brillado sólo
para ellos.
Por la mañana, con la luz
del día, decidieron empren-
der la vuelta, y comenzaron el largo trayecto ha-
cia el hogar. Tenían mucha tranquilidad, mucha
paz y aprovechaban ese regreso para rumiar
lo que habían vivido. Pensaron que sería bue-
no detenerse en los pueblos que cruzaban para
aprender diferentes costumbres y comparar sus
propios mapas con los locales. Grande fue el
asombro al ver que la estrella estaba incluida en
muchos mapas de los diferentes sabios que se
encontraban. Pero también estaba dibujada en
los platos y vasijas que se vendían en las ferias.
Era evidente que muchos habían visto la estrella,
y no sólo ellos. Sin embargo, fueron los únicos
que habían tomado el camino, dejando lo que
tenían y se habían puesto en movimiento.
El cuento
De corazón abierto
de María Inés Casalá y aportes de Andrés Pisano Casalá • Dibujo de Hania Kollenberger
Si querés contactar a la autora, podés escribirle a: inescasala@gmail.com
El color del Adviento
En cada tiempo litúrgico, el sa-
cerdote se reviste con casulla y
estola de diferentes colores.
En este tiempo de Adviento, las
vestiduras son moradas (como en
Cuaresma) y significan espera,
penitencia.
Curiosidades de la Hojita
por Gladys y Margarita Pérez
Las Melli
Para pensar y
conversar después
de leer el relato
Los que no están encerrados en sí
mismos, descubren el significado
de lo que los rodea. Es un gran de-
safío estar atentos a lo que sucede
dentro de nosotros y lo que sucede
en el mundo.
Los pastores visitan a Jesús
Los pastores, los más pobres de la región,
reconocieron que ese pequeño niño
era el Salvador.
Vamos pastorcillos,
vamos a Belén,
/que en Belén acaba Jesús de nacer./ (bis)
Vamos pastorcillos,
vamos a Belén,
/que Dios ha nacido para nuestro bien./ (bis)
Pobre, humilde‚
nace nuestro Redentor,
/temblando de frío, por el pecador./ (bis)
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La hojita de los niños. Semanario religioso infantil de uso litúrgico. No reemplaza el uso de los leccionarios.
Nihil Obstat: Conferencia Episcopal Argentina. Imprimatur: Arquidiócesis de Buenos Aires. Edita: Sociedad de San Pablo.
Propietario Sociedad de San Pablo (Paulinos). Registro Nacional de la Propiedad Intelectual: nº 5291558 del 31/5/16
Dirección: P. Fernando Teseyra. Redactora: Inés Casalá. Diagramación: Alfredo Repetto
Dibujos: Hania Kollenberger (cuento). Gladys y Margarita «Las Melli» Pérez.
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