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                                                                                       Neumología




                                                                Clínica
                                                                                           Clínica
                                                                                            Segunda Edición




                                                                Manual de Neumología
                                               Abril 2009
                                               COD ESDCRE0008




Cubierta manual neumologia clinica NM.indd 1                                                                  20/4/09 10:24:04
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                          Clínica
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         Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro pueden reproducirse
         o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias,
         grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación,
         sin el previo permiso escrito del editor.

         © NEUMOMADRID. Príncipe de Vergara, 112. 28002 Madrid


         Edita: ERGON. C/ Arboleda, 1. 28220 Majadahonda (Madrid).


         ISBN: 978-84-8473-754-4
         Depósito Legal: M-18790-2009
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                                                     Manual de
                      Neumología
                          Clínica
                                                      Segunda Edición



                                             Editores:
                                      Javier de Miguel Díez
                                   Rodolfo Álvarez-Sala Walther
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                         Índice de autores




                 Carlos Almonacid Sánchez
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara
                 Carlos José Álvarez Martínez
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
                 María Dolores Álvaro Álvarez
                   Servicio de Neumología. Hospital de Móstoles. Madrid
                 Rodolfo Álvarez-Sala Walther
                   Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid
                 José Luis Álvarez-Sala Walther
                    Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid
                 Julio Ancochea Bermúdez
                     Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
                 Javier Aspa Marco
                     Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
                 María Isabel Barrio Gómez de Agüero
                   Sección de Neumología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Madrid
                 María Jesús Buendía García
                   Servicio de Neumología. Hospital Infanta Leonor. Madrid
                 Paloma Caballero Sánchez-Robles
                    Servicio de Radiología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
                 Myriam Calle Rubio
                   Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid
                 Luis Callol Sánchez
                    Dirección de Sanidad. Ejército del Aire. Madrid
                 Felipe Canseco González
                     Servicio de Neumología. Hospital Príncipe de Asturias. Madrid
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         Álvaro Casanova Espinosa
            Servicio de Neumología. Hospital del Henares. Madrid
         María Jesús Chillón Martín
           Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
           Madrid
         Carolina Cisneros Serrano
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
         Prudencio Díaz-Agero Álvarez
            Servicio de Cirugía Torácica. Hospital Universitario La Paz. Madrid
         María Josefa Díaz de Atauri y Rodríguez de los Ríos
           Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
         Salvador Díaz Lobato
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
         José Ramón Donado Uña
            Servicio de Neumología. Hospital de Fuenlabrada. Madrid
         José María Echave-Sustaeta
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
         Jaime Fernández Bujarrabal Villoslada
            Servicio de Neumología. Hospital Canto Blanco. Madrid
         Javier Flandes Aldeyturriaga
             Servicio de Neumología. Hospital Fundación Jiménez Díaz. Madrid
         Susana Flórez Martín
            Servicio de Neumología. Hospital Severo Ochoa. Madrid
         Cristina López García-Gallo
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid
         José Luis García-Satué
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Getafe. Madrid
         Francisco García Río
         Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid
         José Gallardo Carrasco
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara
         Javier Ignacio Gaudó Navarro.
             Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
         Rosa Girón Moreno
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
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                 Luis Gómez Carrera
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid
                 María Jesús Gómez Nebreda
                   Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Universidad Complutense.
                   Madrid
                 Javier Gómez de Terreros Sánchez
                     Servicio de Neumología. Hospital Central de la Defensa. Madrid
                 Federico González Aragoneses
                    Servicio de Cirugía Torácica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
                    Madrid
                 Fulgencio González Garrido
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
                 Nicolás González Mangado
                    Servicio de Neumología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid
                 José Ignacio de Granda Orive
                    Servicio de Neumología. Hospital General de la Defensa. Madrid
                 Mercedes Izquierdo Patrón
                   Servicio de Neumología. Fundación Hospital de Alcorcón. Madrid
                 Beatriz Jara Chinarro
                    Servicio de Neumología. Hospital Infanta Cristina. Madrid
                 José Javier Jareño Esteban
                    Servicio de Neumología. Hospital General de la Defensa. Madrid
                 David Jiménez de Castro
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
                 Carlos Andrés Jiménez Ruiz
                    Unidad Especializada en Tabaquismo. Comunidad de Madrid. Madrid
                 María Antonia Juretschke Moragues
                   Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Getafe. Madrid
                 María Jesús Linares Asensio
                   Servicio de Neumología. Hospital Fundación Alcorcón. Madrid
                 Antolín López Viña
                    Servicio de Neumología, Hospital Universitario de Puerta de Hierro. Madrid
                 Ángel López Encuentra
                    Servicio Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
                 Pilar de Lucas Ramos
                     Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
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         Luis Máiz Carro
            Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

         José Luis Martín de Nicolás Serrahima
            Servicio Cirugía Torácica. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid

         Sagrario Mayoralas Alises
            Servicio de Neumología. Hospital Moncloa. Madrid

         Javier de Miguel Díez
             Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
             Madrid

         Nicolás Moreno Mata
            Servicio de Cirugía Torácica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
            Madrid

         Ignacio Muguruza Trueba
            Servicio de Cirugía Torácica. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

         Pilar Navío Martín
             Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

         Asunción Nieto Barbero
            Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid

         Bárbara Steen
            Servicio de Neumología. Hospital Fundación Alcorcón. Madrid

         Alicia de Pablo Gafas
             Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid

         Germán Peces-Barba Romero
            Servicio de Neumología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid

         Esteban Pérez Rodríguez
            Serviciode Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

         María Asunción Perpiñá Ferri
           Servicio de Neumología. Hospital Severo Ochoa. Madrid

         Concepción Prados Sánchez
           Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid

         Luis Puente Maestu
            Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid

         Yat-Wah Pun Tam
             Servicio de Cirugía Torácica. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
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                 Olga Rajas Naranjo
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
                 María Teresa Ramírez Prieto
                   Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
                 Ángela Ramos Pinedo
                    Servicio de Neumología. Fundación Hospital de Alcorcón. Madrid
                 Pilar Resano Barrio
                     Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara
                 José Miguel Rodríguez González-Moro
                    Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
                 Juan Luis Rodríguez Hermosa
                    Servicio de Neumología. Hospital Clínico de San Carlos. Madrid
                 María Jesús Rodríguez Nieto
                   Servicio de Neumología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid
                 Adolfo Sequeiros González
                    Servicio de Neumología Pediátrica. Hospital Infantil Niño Jesús. Madrid
                 José Antonio Serrano Iglesias
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Getafe. Madrid
                 Carlos María Simón Adiego
                    Servicio de Cirugía Torácica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
                    Madrid
                 Segismundo Solano Reina
                    Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
                 Antonio Sueiro Bendito
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
                 Piedad Ussetti Gil
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid
                 Carlos Villasante Fernández-Montes
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid
                 Victoria Villena Garrido
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
                 Enrique Zamora García
                    Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
                 José Julio Zapatero Gaviria
                    Servicio de Cirugía Torácica. Fundación Jiménez Díaz. Madrid
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                            Índice general




                 1.     Semiología respiratoria
                        L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco,
                        J. Gómez de Terreros Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

                 2.     Técnicas de imagen
                        P. Caballero Sánchez-Robles, M.D. Álvaro Álvarez, P. Díaz-Agero Álvarez,
                        R. Álvarez-Sala Walther . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

                 3.     Exploración funcional respiratoria
                        L. Puente Maestu, F. García Río, G. Peces-Barba, N. González Mangado . . . . . . . . . . . 41

                 4.     Broncoscopia
                        A. de Pablo Gafas, J.L. García-Satué, J. Flandes Aldeyturriaga, P. Navío Martín . . . . . . 57

                 5.     Tabaquismo
                        S. Solano Reina, J.I. de Granda Orive, C.A. Jiménez Ruiz, S. Florez Martín . . . . . . . . . 73

                 6.     Insuficiencia respiratoria crónica
                        Mª J. Rodríguez Nieto, P. Resano Barrio, J.M. Rodríguez González-Moro,
                        P. de Lucas Ramos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

                 7.     Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
                        J. de Miguel Díez, M. J. Chillón Martín, M. J. Buendía García,
                        J.M. Echave-Sustaeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
                 8.     Asma
                        C. Cisneros Serrano, A. López Viña, M.T. Ramírez Prieto, C. Almonacid Sánchez . . . 117
                 9.     Síndrome de apnea-hipopnea del sueño
                        S. Díaz Lobato, S. Mayoralas Alises, E. Zamora, M.J. Díaz de Atauri . . . . . . . . . . . . . . . 133
                 10. Enfermedades pulmonares intersticiales. Conceptos generales
                     y clasificación
                        J.J. Jareño Esteban, M.J. Linares Asensio, J.I. Gaudo Navarro, A. Sueiro Bendito . . . . 149
                 11. Neumonía
                        C.J. Álvarez Martínez, Á. Casanova Espinosa, J.R. Donado Uña,
                        Mª.A. Perpiñá Ferri . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
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         12. Tuberculosis
                 J. Gallardo Carrasco, Á. Ramos Pinedo, B. Jara Chinarro, J. Ancochea Bermúdez . . . 193
         13. Infecciones respiratorias en el paciente inmunosuprimido
                 O. Rajas Naranjo, J. Aspa Marco, P. Usetti Gil, C. García-Gallo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
         14. Fibrosis quística
                 L. Máiz Carro, R. Girón Moreno, M.I. Barrio Gómez de Agüero,
                 A. Sequeiros González, . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
         15. Bronquiectasias no-fibrosis quística
                 C. Prados Sánchez, Mª.A. Juretschke Moragues, J.A. Serrano Iglesias,
                 C. Villasante Fernández-Montes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
         16. Nódulo pulmonar solitario
                 J.L. Rodríguez Hermosa, M. Calle Rubio, M.J. Gómez Nebreda,
                 J.L. Álvarez-Sala Walther . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
         17. Carcinoma broncogénico
                 A. López Encuentra, L. Callol Sánchez, J.L. Martín de Nicolás Serrahima,
                 N. Moreno Mata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
         18. Enfermedades de la pleura
                 V. Villena Garrido, E. Pérez Rodríguez, B. Steen, Y-W Pun . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
         19. Enfermedad tromboembolica venosa
                 F. González Garrido, D. Jiménez de Castro, M. Izquierdo Patron,
                 A. Nieto Barbero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
         20. Patología mediastínica
                 F. González Aragoneses, I. Muguruza Trueba, C.M. Simón Adiego,
                 J.J. Zapatero Gaviria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
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                  Capítulo 1                 Semiología respiratoria
                                             L. Gómez Carrera, J. Fernández Bujarrabal,
                                             F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez
                                             Hospital Universitario La Paz. Madrid




                 RESUMEN                                            mación lógica al diagnóstico de las enfer-
                     El diagnóstico de las enfermedades del         medades del aparato respiratorio. En gene-
                 aparato respiratorio, se inicia, como en cual-     ral, un paciente acude a la consulta del neu-
                 quier otra especialidad, por una historia clí-     mólogo por tener síntomas respiratorios o
                 nica seguida por un examen físico. Los pa-         presentar alguna alteración en una radio-
                 cientes suelen acudir a la consulta del neu-       grafía del tórax. El proceso diagnóstico se
                 mólogo por tener síntomas respiratorios o          debe iniciar con una meticulosa y detallada
                 presentar alguna alteración en una radio-          anamnesis que recogerá los antecedentes
                 grafía del tórax. Los síntomas más frecuen-        personales y familiares del enfermo y los sín-
                 tes son la tos, con o sin expectoración, la dis-   tomas que refiere el paciente de forma sub-
                 nea, el dolor torácico y la hemoptisis. No hay     jetiva. Además, se debe realizar una com-
                 que olvidar nunca en la anamnesis recoger          pleta exploración física del paciente para
                 los antecedentes personales y familiares del       descubrir todos los posibles signos objetivos
                 enfermo, que nos pueden dar datos impor-           de enfermedad respiratoria.
                 tantes para orientar el diagnóstico. Final-             Anamnesis y exploración física son las
                 mente, siempre se debe realizar una com-           claves que dirigirán el proceso diagnóstico
                 pleta exploración física del paciente para         con un uso racional de las diferentes prue-
                 descubrir todos los posibles signos objetivos      bas diagnósticas disponibles.
                 de enfermedad respiratoria.
                     Anamnesis y exploración física son las         ANAMNESIS (TABLA I)
                 claves que dirigirán el proceso diagnóstico        Antecedentes personales
                 con un uso racional de las diferentes prue-            En la historia clínica siempre se deben
                 bas diagnósticas disponibles.                      recoger los antecedentes familiares, ya que
                                                                    nos pueden orientar hacia algunas enfer-
                 SEMIOLOGÍA CLÍNICA                                 medades genéticas (fibrosis quística, défi-
                      Como en cualquier otra especialidad,          cit de alfa-1-antitripsisna…) o con un com-
                 una historia clínica detallada y un examen         ponente familiar (atopia, asma) o incluso
                 físico cuidadoso son la base de una aproxi-        en determinadas enfermedades infeccio-

                                                                                                               13
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         TABLA 1. Anamnesis.                                     disnea, hemoptisis y dolor torácico. Muchos
                                                                 pacientes también acuden a la consulta del
          A. Antecedentes familiares                             neumólogo refiriendo síntomas relaciona-
             - Enfermedades hereditarias                         dos con el sueño, como ronquido, apneas
             - Enfermedades infecciosas
                                                                 nocturnas y somnolencia durante el día.
             - Atopia y asma
                                                                 Muchas veces, además de síntomas propios
          B. Antecedentes personales                             de aparato respiratorio, pueden aparecer
             - Alergias medicamentosas y a otros                 síntomas generales, como fiebre, anorexia,
                alergenos
             - Intervenciones quirúrgicas y otras
                                                                 pérdida de peso y también otros síntomas
                enfermedades                                     que, aunque no sean propiamente respi-
             - Hábitos tóxicos                                   ratorios, pueden tener importancia en mu-
                - Tabaco                                         chas enfermedades respiratorias (edemas,
                - Alcohol                                        disfonía…).
                - Drogas                                             Siempre hay que dar a los pacientes la
             - Historia laboral                                  posibilidad de que nos cuenten cualquier
             - Características de la vivienda
             - Contacto con animales
                                                                 otro síntoma que hayan notado y es obli-
             - Fármacos                                          gatorio, por tanto, realizar una anamnesis
             - Vacunación BCG                                    por aparatos.
          C. Síntomas
             - Síntomas respiratorios                            To s
             - Síntomas generales                                    La tos es uno de los mecanismos de de-
             - Otros síntomas                                    fensa del aparato respiratorio dirigido a
                                                                 proteger contra la inhalación de sustancias
                                                                 y partículas nocivas y liberar las vías respi-
                                                                 ratorias del exceso de secreciones. En ge-
         sas en las que ha podido existir un conta-              neral es un acto reflejo, aunque también
         gio familiar (TBC).                                     puede ser voluntario. Consiste en una brus-
             También es imprescindible conocer los               ca expulsión de aire a gran velocidad des-
         antecedentes personales del enfermo. Siem-              de la región subglótica hasta el exterior de
         pre se debe preguntar por los hábitos tó-               la boca, acompañada de un sonido carac-
         xicos, fundamentalmente por el consumo                  terístico(1). Esta espiración brusca de aire
         de tabaco, intentando conocer la duración               se produce en dos fases, una inicial con-
         del hábito y el número de cigarrillos fu-               tra glotis cerrada (fase compresiva) segui-
         mados, pero también el consumo de alco-                 da de la apertura de la glotis y la conti-
         hol y otras drogas. La historia laboral es              nuación de la espiración (fase expulsiva)(2).
         también clave en algunas enfermedades de                Para que la tos sea efectiva se requiere una
         origen profesional. Conocer las caracterís-             glotis funcionante, una correcta permea-
         ticas de la vivienda habitual y el posible con-         bilidad de las vías aéreas y una inspiración
         tacto con animales también es importante.               y espiración normales(3). La tos se conside-
         Asimismo, se debe preguntar por viajes re-              ra patológica si es excesiva, no apropiada o
         alizados recientemente. También se debe                 si produce expectoración.
         conocer la sensibilidad a medicamentos u                    La tos es uno de los síntomas más fre-
         otros alergenos.                                        cuentes de las enfermedades respiratorias;
                                                                 puede aparecer en una gran variedad de pro-
         Síntomas respiratorios                                  cesos, por lo que es un síntoma inespecífi-
            Los síntomas más frecuentes de enfer-                co(4). Pero nunca debe infravalorarse la tos,
         medad respiratoria son tos, expectoración,              aunque sea el síntoma único de consulta(5,6).
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                 Además, la tos pude ser causa de numero-         se suele asociar a goteo postnatal, asma o
                 sas complicaciones(4) que incluyen altera-       fallo ventricular izquierdo, mientras que la
                 ciones cardiovasculares (arritmias, despla-      tos matutina aparece más frecuentemen-
                 zamientos catéteres intravasculares), neu-       te en bronquiectasias y bronquitis cróni-
                 rológicas (síncopes, cefaleas, embolismos        ca(5).
                 aéreos cerebrales), musculoesqueléticas              Siempre hay que investigar síntomas
                 (fracturas costales, rotura fibras muscula-      asociados: la fiebre puede deberse a neu-
                 res), gastrointestinales (perforación esofá-     monía o tuberculosis; si aparece ronque-
                 gica) e incluso respiratorias (neumome-          ra hay que pensar en procesos laríngeos; si
                 diastino, pneumotórax, enfisema subcutá-         aparece con la ingesta nos hará pensar en
                 neo, pneumoperitoneo)(2).                        posibles aspiraciones; si se acompaña de he-
                     Sobre el síntoma de la tos siempre hay       moptisis hay que descartar cáncer de pul-
                 que investigar su evolución en el tiempo, si     món y tuberculosis(10).
                 es productiva o no y las características de la       En un 20% de los casos no se puede en-
                 expectoración, los factores que la provocan      contrar ninguna causa de tos y entonces se
                 y su asociación con otros síntomas.              clasifica la tos como idiopática.
                     Clínicamente es útil clasificar la tos en
                 aguda o crónica. Se considera tos aguda          Expectoración
                 aquella que tiene una duración menor a               La expectoración es el material que se
                 tres semanas(7). La causa más frecuente de       expulsa por la boca, desde el tracto respi-
                 tos aguda son las infecciones respiratorias,     ratorio inferior, por medio de la tos. Mu-
                 generalmente víricas, del tracto respirato-      chas veces esta material puede mezclarse
                 rio superior, pero también se asocia a otras     con la saliva y debe diferenciarse también
                 infecciones más graves, como neumonías,          de la expulsión de contenido gástrico. Mu-
                 e incluso potencialmente mortales, como          chas veces los pacientes no son capaces de
                 la enfermedad tromboembólica y el edema          expulsarlo y lo degluten, dando por tanto
                 pulmonar(6,8). Tos crónica es la que dura        la impresión de que no tienen expectora-
                 más de tres semanas(7). Su etiología pue-        ción.
                 de ser muy variada, aunque en la mayor par-          Se deben recoger datos sobre su inicio,
                 te de los casos suele deberse a bronquitis       duración, cantidad y distribución horaria y
                 crónica, asma, goteo retronasal o reflujo        también sobre su color, su olor y consis-
                 gastroesofágico, que pueden ser la causa         tencia, y sobre cualquier contenido sólido
                 de más del 90% de los casos de tos crónica.      que pueda incluir(1,7).
                 Además, en muchas ocasiones la tos es pro-           En general no es frecuente que se ex-
                 ducida por una combinación de dos o in-          pectoren más de 50 ml al día. Cantidades
                 cluso tres etiologías(9). Otras causas de tos    mayores se pueden ver en bronquiectasias,
                 crónica son las bronquiectasias, en las que      fibrosis quística y algunos abscesos pulmo-
                 se asocia abundante expectoración, fár-          nares. El carcinoma bronquioloalveolar
                 macos, como los inhibidores de la enzima         también produce ocasionalmente una ex-
                 de conversión de la angiotensina, enfer-         pectoración muy copiosa.
                 medades parenquimatosas pulmonares,                  Es muy importante el aspecto macros-
                 cuerpos extraños en la vía aérea y la tos psi-   cópico del esputo. El esputo, de aspecto
                 cógena, que siempre debe ser un diagnós-         mucoso tiene un color incoloro o blanco,
                 tico de exclusión(8).                            con una consistencia gelatinosa y general-
                     El ritmo de tos a lo largo del día a veces   mente está producido por fenómenos irri-
                 también puede dar pistas sobre la posible        tativos de las vías aéreas, bronquitis cróni-
                 etiología, la tos de predominio nocturno         ca o infecciones víricas; raramente es una
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         manifestación del carcinoma bronquiolo-                   Los mecanismos patogénicos que ope-
         alveolar.                                             ran en la disnea son multifactoriales y ac-
             El esputo purulento que tiene un color            túan en diferente grado en las distintas en-
         verde, amarillo o a veces marrón es expre-            fermedades que producen disnea. Estos me-
         sión de un proceso inflamatorio. El color             canismos patogénicos (Tabla 2) se pueden
         verde, provocado por el pigmento verdo-               resumir en: sensación de esfuerzo respira-
         peroxidasa, indica presencia de pus, gene-            torio, desequilibrio entre trabajo respira-
         ralmente por una infección bacteriana. El             torio y ventilación, estimulación de los me-
         esputo amarillento puede deberse al pus,              canorreceptores y activación de los qui-
         pero también a una alta concentración de              miorreceptores(12).
         eosinófilos en casos de asma. El color ma-                La evaluación clínica de la disnea es, a
         rrón aparece también en infecciones, tí-              veces, un problema difícil debido a su ca-
         picamente en las producidas por hongos(7).            rácter subjetivo, a la falta de correlación
             El esputo con aspecto herrumbroso, por            entre el síntoma y la gravedad del proce-
         contenido en sangre modificada, aparece               so que la desencadena y a los múltiples
         en neumonías neumocócicas y ocasional-                procesos que la pueden causar. Es im-
         mente en el edema de pulmón. A veces el               prescindible conocer la forma de presen-
         esputo tiene color negro por contener car-            tación (aguda, subaguda, crónica) e ins-
         bón, como sucede en los mineros del car-              tauración (brusca, progresiva), la fre-
         bón, y en fumadores puede tener una co-               cuencia e intensidad de la misma, los fac-
         loración grisácea.                                    tores precipitantes y la posición corporal
             El esputo puede contener secreciones              en que se manifiesta(5).
         tan viscosas y espesas que formen tapones                 La disnea aguda, que aparece en el
         e incluso moldes bronquiales, como suce-              transcurso de minutos a horas, suele de-
         de en algunos casos de asma y aspergilosis            berse a un número limitado de patología
         broncopulmonar alérgica. Ocasionalmen-                (Tabla 3) y puede necesitar asistencia mé-
         te pueden aparecer sustancias sólidas en el           dica urgente y a menudo requiere hospi-
         esputo que incluyen cuerpos extraños, ma-             talización. La disnea que se desarrolla en
         terial tumoral necrosado o material calci-            horas o en unos pocos días puede deber-
         ficado (adenopatías calcificadas que ero-             se a neumonía, asma, derrame pleural, in-
         sionan la pared bronquial, la atraviesan y            suficiencia cardiaca o atelectasia(7). La dis-
         llegan a la luz).                                     nea crónica tiene un número de causas mu-
             El olor fétido del esputo debe hacer sos-         cho más amplio (Tabla 4). Las más fre-
         pechar infección por gérmenes anaerobios,             cuentes son: enfermedad pulmonar obs-
         generalmente en bronquiectasias, absce-               tructiva crónica, asma, enfermedad pul-
         so pulmonar o empiema.                                monar intersticial y cardiopatía(14).
                                                                   Es importante conocer también si la dis-
         Disnea                                                nea tiene variaciones a lo largo del día ya
             Es uno de los síntomas más frecuentes             que nos puede orientar hacia ciertas pa-
         en la consulta del neumólogo. Se define               tologías. La disnea que ocurre durante la
         como una sensación subjetiva de dificultad            noche, sobre todo si se escuchan sibilan-
         en la respiración(11), que engloba una am-            cias, suele deberse a asma, también en el
         plia variedad de sensaciones experimen-               reflujo gastroesofágico puede ser causa de
         tadas por los pacientes. Al ser una expe-             disnea nocturna. Si aparece en horario de
         riencia subjetiva, en su desarrollo se impli-         trabajo podremos pensar en asma de ori-
         can no sólo factores orgánicos, sino tam-             gen ocupacional y si lo hace tras el ejerci-
         bién emocionales.                                     cio consideraremos el asma de esfuerzo.
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                 Semiología respiratoria                                                                    17



                 TABLA 2. Mecanismos patogénicos de la               La relación de la disnea con la posición
                 disnea.                                         del cuerpo también es un dato a valorar. La
                                                                 ortopnea, que es la disnea que aparece en
                  • Sensación de esfuerzo respiratorio           decúbito, suele deberse a fallo ventricular
                  • Desequilibrio entre trabajo respiratorio y   izquierdo y a disfunción diafragmática. La
                    el volumen ventilatorio
                                                                 platipnea, disnea que aparece en posición
                  • Estimulación de mecanorreceptores
                  • Activación de quimiorreceptores              erguida y mejora con el decúbito, es ca-
                                                                 racterística de la cirrosis hepática con shunt
                                                                 arteriovenoso pulmonar y de los shunt in-
                                                                 terauriculares(15). La trepopnea, disnea que
                 TABLA 3. Causas más frecuentes de disnea
                                                                 aparece al adoptar una determinada posi-
                 aguda.
                                                                 ción lateral, se suele deber a enfermedades
                  •   Respiratorias                              pleuropulmonares unilaterales.
                  •   Asma                                           También hay que tener en cuenta otros
                  •   Neumonía                                   síntomas que aparecen de forma conco-
                  •   Neumotórax
                                                                 mitante a la disnea. Así, la fiebre nos debe
                  •   Tromboembolismo pulmonar
                  •   Edema pulmonar no cardiogénico             hacer pensar en una infección respiratoria;
                  •   Aspiración de cuerpo extraño               si se acompaña de dolor torácico de apa-
                  •   Atelectasia                                rición brusca pensaremos en neumotórax
                  •   Traumatismo torácico                       o tromboembolismo pulmonar. El aumen-
                  •   No respiratorias                           to de la tos y la expectoración acompañan
                  •   Edema agudo de pulmón                      a la disnea en la exacerbación de la enfer-
                  •   Ansiedad con hiperventilación
                                                                 medad pulmonar obstructiva crónica.
                  •   Acidosis metabólica
                  •   Hemorragia aguda extrapulmonar                 Es importante cuantificar la disnea de
                                                                 los enfermos como aproximación a la gra-
                                                                 vedad del proceso y también para evaluar
                 TABLA 4. Causas más frecuentes de disnea
                                                                 la evolución y la respuesta al tratamiento.
                 crónica.                                        Para ello se han diseñado, a lo largo del
                                                                 tiempo, varios sistemas de cuantificación y
                  •     Respiratorias                            diversos cuestionarios que intentan evaluar
                        - Enfermedad pulmonar obstructiva        la gravedad de la disnea.
                           crónica
                        - Asma                                       Para evaluar la disnea frente a un es-
                        - Enfermedad pulmonar                    fuerzo determinado el método más sen-
                           alveolointersticial difusa            cillo es la escala analógica visual, que con-
                        - Bronquiectasias                        siste en una línea que puede variar entre
                        - Neoplasias                             10 y 30 cm, en los que sus extremos re-
                        - Derrame pleural crónico                presentan los límites de sensación de dis-
                        - Fibrosis pleural                       nea; así, un extremo representa “ninguna
                        - Hipertensión pulmonar
                        - Tromboembolismo pulmonar crónico       disnea” y el otro extremo de la línea, la
                        - Alteraciones de la pared torácica      “máxima disnea”; el enfermo debe elegir
                                                                 un punto de la línea que represente su dis-
                  •     No respiratorias                         nea. Otra herramienta que también valo-
                        - Insuficiencia cardiaca
                        - Obesidad                               ra la disnea frente al esfuerzo es la escala
                        - Disfunción tiroidea                    de Borg (16), que fue modificada poste-
                        - Anemia                                 riormente por Burdon(17); cuantifica la dis-
                        - Neuropatías                            nea de 1 a 10, pero aporta 12 categorías
                        - Ansiedad/depresión                     numéricas que son descritas verbalmen-
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         te (Tabla 5). Tanto la escala analógica vi-            TABLA 5. Escala de Borg modificada.
         sual como la de Borg tienen buena repro-
         ducibilidad, aunque en la práctica clínica               Puntuación          Intensidad de la disnea
         habitual se suele usar más la escala de Borg.                   0                     Nada
             Pero la disnea, no sólo se debe cuanti-                    0,5               Muy, muy ligera
         ficar al realizar un esfuerzo determinado,                                     (apenas apreciable)
         sino que también es muy útil definir el efec-                   1                  Muy ligera
         to de la disnea sobre las actividades de la                     2                    Ligera
         vida diaria. Para ello se han diseñado di-                      3                  Moderada
         ferentes escalas y cuestionarios, entre ellos                   4                 Algo intensa
                                                                         5                   Intensa
         están el “índice de disnea basal” y el “índi-                   6
         ce de transición de la disnea”, ambos de-                       7                   Muy intensa
         sarrollados por Mahler(18). El índice de dis-                   8
         nea basal valora una escala multidimen-                         9      Muy, muy intensa (casi máxima)
         sional, que contiene 3 subescalas: magni-                      10                 Máxima
         tud de la tarea, magnitud del esfuerzo y al-
         teración funcional. Cada una se valora de
         0 a 4, y se valora la suma total; cuanto más           TABLA 6. Escala de disnea modificada de la
         baja es la puntuación mayor es la intensi-             MRC.
         dad de la disnea. Se pude completar la va-               0:    No disnea, salvo esfuerzo máximo
         loración con el índice de transición de la               1:    Disnea al correr en llano o subir una
         disnea, que analiza los cambios en la dis-                     cuesta ligera
         nea que experimenta el paciente a lo largo               2:    El paciente tiene que andar mas
         del tiempo. Ambos tienen una reproduci-                        despacio que las personas de su edad
         bilidad y validez aceptables(19). Pero en la                   o tiene que parar si camina a su
         práctica clínica diaria el más usado es la es-                 propio paso
                                                                  3:    Tiene que parar tras caminar unos
         cala de disnea modificada de la British Me-                    100 metros o unos minutos en llano
         dical Research Council (Tabla 6), que utiliza            4:    Disnea al lavarse o vestirse, no puede
         una graduación de la disnea en 5 grados se-                    salir de su casa
         gún el grado de actividad que produzca la
         disnea. La ATS también ha propuesto una
         escala similar. Ambas son ampliamente
         aceptadas y empleadas, tanto en la prácti-             hematemesis, sangrado de oro o nasofa-
         ca clínica como en investigación(19).                  ringe o incluso de una gingivorragia. En
                                                                muchas ocasiones será necesario un exa-
         Hemoptisis                                             men otorrinolaringológico en el estudio de
             Es la expulsión de sangre por la boca,             la hemoptisis(20). La diferenciación con la
         procedente del tracto respiratorio inferior;           hemoptisis en general es fácil (Tabla 7). La
         en general se acompaña de tos. Es uno de               sangre procedente del sistema respiratorio
         los síntomas más alarmantes, tanto para el             suele provocar tos, es de color rojo brillante,
         paciente como para el médico, porque pue-              tiene un aspecto espumoso, el esputo tie-
         de indicar una patología subyacente grave.             ne un pH alcalino y contiene macrófagos
             Hay veces en que es difícil diferenciar            cargados de hemosiderina. La hemateme-
         la hemoptisis de la expulsión de sangre por            sis se asocia a síntomas digestivos y vómitos,
         la boca de otro origen que no sea el trac-             es de color rojo oscuro o negra y nunca es
         to respiratorio inferior, y así siempre hay            espumosa, suele estar mezclada con res-
         que hacer el diagnóstico diferencial con la            tos alimenticios y su pH es ácido(4).
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                 Semiología respiratoria                                                                          19



                 TABLA 7. Diagnóstico diferencial entre hemoptisis y hematemesis.
                                             Hemoptisis                          Hematemesis

                  Síntomas asociados         Tos, disnea                         Náuseas, vómitos, melenas
                  Aspecto                    Sangre roja brillante, espumosa     Rojo oscuro, marrón, negra,
                                                                                 en posos de café
                  pH                         Alcalino                            Ácido
                  Mezclada con               Esputos, moco                       Alimentos
                                             Macrófagos
                  Anemia                     Rara                                Frecuente
                  Antecedentes               Enfermedad respiratoria             Enfermedad gastrointestinal
                                                                                 Hepatopatía


                      Es indispensable cuantificar la hemopti-         berculosis. Hasta en un 5-15% de los ca-
                 sis por su valor pronóstico, ya que va a con-         sos no se consigue dilucidar su etiología y
                 dicionar la actitud que vayamos a tomar fren-         se la considera hemoptisis criptogenética(23).
                 te a ella. Según diferentes criterios se con-              La forma de aparición de la hemopti-
                 sidera hemoptisis masiva si el sangrado es su-        sis, junto con otros síntomas asociados, nos
                 perior a 400-600 ml en 24 horas o mayor de            puede orientar hacia el diagnóstico. Las he-
                 150 ml/hora. Sin embargo, dependiendo de              moptisis recurrentes a lo largo de años se
                 otras circunstancias el peligro de la hemop-          suelen asociar a patologías benignas. El an-
                 tisis puede ser muy alto a pesar de existir un        tecedente de infecciones respiratorias re-
                 sangrado menor. Por este motivo actual-               petidas y expectoración purulenta nos debe
                 mente se prefiere el término de hemopti-              hacer sospechar bronquiectasias. La aso-
                 sis amenazante(22), que define aquella he-            ciación con dolor torácico brusco y disnea
                 moptisis que pude poner en peligro la vida            sugiere un tromboembolismo pulmonar.
                 del enfermo, cualquiera que sea su cuantía,           La existencia de telangiectasias orienta ha-
                 y que exige tomar medidas terapéuticas ur-            cia una enfermedad de Rendu-Osler. La
                 gentes para salvar la vida del paciente. Por          aparición de un síndrome constitucional
                 tanto la definición de hemoptisis amena-              nos obliga a pensar en una neoplasia. Tam-
                 zante, no sólo tiene en cuenta el volumen o           bién debemos pensar en cáncer de pulmón
                 velocidad de la hemoptisis, sino también la           en el caso de pacientes fumadores, mayo-
                 repercusión respiratoria y hemodinámica               res de 40 años y con sangrado recurren-
                 que tenga en el paciente, que va a depender           te(25). Una historia previa de contacto pue-
                 de su reserva cardiocirculatoria y funda-             de sugerir la tuberculosis como causa. Es
                 mentalmente de la situación previa de su ca-          importante preguntar siempre por el con-
                 pacidad funcional respiratoria.                       sumo de anticoagulantes o fármacos an-
                      Las etiologías de la hemoptisis son muy          tiagregantes plaquetarios, que pueden ser
                 numerosas. La frecuencia de los diferentes            causa de hemoptisis.
                 procesos causantes de hemoptisis ha ido va-
                 riando a lo largo del tiempo, y también pue-          Dolor torácico
                 de ser distinta según la localización geo-               El dolor torácico es una de las causas
                 gráfica(23). En nuestro medio las causas más          más frecuentes de consulta tanto en aten-
                 frecuentes son la bronquitis crónica, el cán-         ción primaria como en especializada y en
                 cer de pulmón, las bronquiectasias y la tu-           servicios de urgencias. Dado que es un sín-
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         20                               L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez



         toma muy subjetivo, a veces es difícil valo-            TABLA 8. Datos que deben recogerse en la
         rar su intensidad y calidad. Además, puede              anamnesis del dolor torácico.
         no existir relación entre la intensidad del
                                                                   •    Cronología
         dolor y la gravedad de la patología causante;                  - Modo de aparición
         el dolor torácico pude reflejar una pato-                      - Duración
         logía banal o ser expresión de una enfer-                      - Evolución
         medad muy grave con riesgo de muerte.                     •    Área de localización e irradiación
         Por lo tanto, cualquier dolor torácico debe               •    Intensidad
         ser estudiado y, sobre todo, si el enfermo                •    Calidad
                                                                   •    Factores desencadenantes
         presenta signos de gravead, debe conse-
                                                                   •    Factores que lo modifican
         guirse identificar de forma urgente las cau-              •    Relación con la postura
         sas de dolor torácico potencialmente mor-                 •    Síntomas acompañantes
         tales como el infarto de miocardio o el                   •    Antecedentes personales
         aneurisma disecante de aorta.                                  - Tabaquismo
              Como en cualquier otro síntoma, una                       - Hipercolesterolemia
         adecuada anamnesis es de extraordinario                        - Hipertensión arterial
         valor en el dolor torácico. En la tabla 8 se
         describen los aspectos que debe abarcar el
         interrogatorio a un enfermo con dolor to-               ma brusca y acompañado de disnea nos
         racico.                                                 debe hacer pensar en un neumotórax. Si
              El dolor torácico puede estar originado            además aparece taquicardia, hipotensión,
         en la pleura, las estructuras mediastínicas             hipoxemia o hipocapnia sospecharemos un
         o la pared torácica(4). Las causas de dolor             tromboembolismo pulmonar.
         torácico son muchas y variadas(25) y las po-                El dolor pericárdico es de localización
         demos clasificar en causas de etiología pleu-           retroesternal, a veces es parecido al de ori-
         ropulmonar o no pleuropulmonar (Tabla                   gen coronario, otras veces se asemeja más
         9). En un mismo paciente pueden coinci-                 al pleurítico, suele mejorar al inclinarse ha-
         dir varias causas de dolor. Algunas caracte-            cia delante. Puede acompañarse de roce
         rísticas del dolor pueden llevar a una apro-            pericárdico a la auscultación.
         ximación diagnóstica bastante ajustada en                   En la cardiopatía isquémica el dolor de
         bastantes casos.                                        la angina es retroesternal, de características
              El dolor de origen traqueobronquial, que           opresivas, con gran sensación de angustia y
         aparece en las traqueobronquitis tiene loca-            de muerte inminente; se acompaña de cor-
         lización retroesternal con irradación hacia             tejo vegetativo con náuseas y sudoración; se
         ambos hemitórax, aumenta con la tos y la ins-           puede irradiar al cuello, espalda y brazos.
         piración profunda y se acompaña de tos.                 Suele ceder con el reposo y con los nitritos
              El dolor de origen pleurítico tiene su             sublinguales. El dolor del infarto de mio-
         origen en la pleura parietal. Aumenta con               cardio es más intenso, su duración es más
         la tos, la inspiración profunda y los movi-             prolongada, de más de treinta minutos, y no
         mientos del tórax, se localiza en la zona de            suele ceder con los nitritos ni con el reposo.
         la pleura afectada(26) y se pude irradiar a                 El dolor producido por la disección aór-
         hombros, cuello y brazos si está afectada la            tica es de instauración brusca, desgarran-
         pleura mediastínica, y al hombro homola-                te, y puede ir migrando en relación con
         teral o abdomen si está afectada la pleura              el avance de la disección.
         diafragmática(27). Si la etiología es infecciosa            El dolor de etiología esofágica, a veces,
         se puede acompañar de fiebre y tos con ex-              es muy difícil de diferenciar del isquémico,
         pectoración purulenta. Su aparición de for-             sobre todo el debido a espasmo esofágico,
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                 Semiología respiratoria                                                                     21



                 TABLA 9. Causas de dolor torácico.

                  •     Causas pleuropulmonares                      -   Aneurisma de aorta
                        - Enfermedades infecciosas                   -   Pericarditis
                        - Neumonía                                   -   Patología digestiva
                        - Absceso pulmonar                           -   Cólico biliar
                        - Traqueobronquitis aguda                    -   Pancretitis
                        - Bronquiectasias infectadas                 -   Rotura esofágica
                        - Pleuritis                                  -   Hernia de esófago
                        - Mediastinitis                              -   Esofagitis
                        - Enfermedades vasculares                    -   Úlcera péptica
                        - Tromboembolismo pulmonar                   -   Enfermedades osteomusculares
                        - Hipertensión pulmonar                      -   Neuritis
                        - Neumotórax                                 -   Fracturas costales
                        - Neumomediastino                            -   Fracturas vertebrales
                        - Tumores broncopulmonares                   -   Contusiones
                        - Tumores pleurales                          -   Espondilosis cervical
                        - Traumatismos torácicos                     -   Metástasis vertebrales
                                                                     -   Enfermedades de mama
                  •     Causas no pleuropulmonares                   -   Mastitis
                        - Patología cardiovascular                   -   Carcinoma de mama
                        - Cardiopatía isquémica: angina,             -   Dolor psicógeno
                           infarto de miocardio



                 que también es retroesternal, opresivo y         sonalidades neuróticas o hipocondríacas.
                 con irradiación a espalda, brazos y abdo-        Suele producir un dolor muy variable e im-
                 men. Puede desaparecer con nitritos y an-        preciso y muchas veces se asocia a síntomas
                 tiácidos. Otros tipos de dolor de origen eso-    de ansiedad, como la hiperventilación.
                 fágico suele ser más fácil de diferenciar, va-
                 rían con la ingesta, se suelen irradiar al ab-   EXPLORACIÓN FÍSICA
                 domen y pueden existir antecedentes de           Exploración del tórax
                 clínica de reflujo gastroesofágico.                  Aunque se confía cada vez más en las
                     El dolor de origen musculoesquelético        pruebas radiográficas y fisiológicas en el es-
                 suele ser fácil de diagnosticar. Puede tener     tudio de la patología pulmonar, la explo-
                 un carácter sordo o definirse como pin-          ración física sigue siendo una parte inte-
                 chazos. Su localización es variable y pude       gral e imprescindible de la evaluación clí-
                 tener irradiación intercostal o en profun-       nica de los enfermos respiratorios. A pesar
                 didad. Aumenta con los movimientos de tó-        de sus limitaciones, un buen examen físico
                 rax, con la respiración y con la presión so-     aporta información que puede ser com-
                 bre la zona afectada. Mejora con el reposo       plementaria a la de las radiografías, prue-
                 y el calor local. A veces hay antecedente de     bas funcionales o análisis, y en algunas cir-
                 traumatismo y suele ser sensible a analgési-     cunstancias la exploración física puede ser
                 cos y antiinflamatorios. El síndrome de Tiet-    el único instrumento disponible para la eva-
                 ze está producido por una costocondritis y       luación del paciente.
                 se puede observar enrojecimiento e hiper-            En la exploración siempre se deben
                 sensibilidad a la palpación de la zona.          comparar los dos hemitórax, cada zona del
                     El dolor psicógeno es, siempre, un diag-     tórax debe ser comparada con la misma re-
                 nóstico de exclusión. Suele darse en per-        gión del otro lado tanto para la inspección,
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         22                               L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez



         como para la palpación, percusión y aus-                racoabdominales durante la inspiración
         cultación(4).                                           puede ser un signo de fracaso respirato-
                                                                 rio grave.
         Inspección
              La inspección del paciente comienza en             Palpación
         el mismo momento en que entra en la con-                    Con esta exploración podemos corro-
         sulta. Podemos valorar su actitud, postura,             borar hallazgos descubiertos durante la ins-
         si en ese momento está recibiendo oxige-                pección, y así se pueden notar asimetrías
         noterapia, su capacidad de movimiento,                  en la expansión del tórax y pérdidas de vo-
         si está gordo o delgado. Mientras realiza-              lumen de algún hemotórax. Además, es útil
         mos la entrevista podemos observar su fre-              para valorar edema o enfisema subcutáneo.
         cuencia respiratoria, si tiene cianosis, anor-          En el dolor torácico, la palpación de la zona
         malidades en la forma de los dedos o en su              dolorosa puede aportar información valiosa
         coloración, uñas amarillas por el tabaco,               sobre la naturaleza del dolor.
         uñas de arlequín en el que ha dejado de fu-                 Siempre se deben explorar las axilas,
         mar, etc. Hay que fijarse también en si hay             hueco supraclavicular y cuello en búsque-
         disfonía, dificultad para el habla o estridor           da de posibles adenomegalias.
         audible.                                                    Aunque la palpación es menos sensible
              Se debe medir la frecuencia respirato-             que la auscultación para valorar la trans-
         ria: se denomina taquipnea cuando la fre-               misión de las vibraciones vocales puede ser
         cuencia es superior a 20 respiraciones por              útil explorar el frémito táctil colocando la
         minuto, bradipnea si es inferior a 12 por               palma de la mano de forma simétrica en
         minuto. También se debe observar si exis-               ambos lados del tórax mientras el pacien-
         ten alteraciones en el patrón respiratorio,             te dice “treinta y tres”. Están aumentadas
         como la respiración de Cheyne-Stokes en                 las vibraciones en caso de condensación y
         que, tras un período de apnea, se produ-                disminuidas en el derrame pleural, atelec-
         cen respiraciones que van aumentando pro-               tasia o fibrotórax(4).
         gresivamente de amplitud y frecuencia y
         luego disminuyen progresivamente hasta                  Percusión
         otro episodio de apnea. La respiración de                   La percusión puede proporcionar va-
         Kussmaul, típica de la acidosis respiratoria,           liosa información sobre la presencia de po-
         se caracteriza por ser una respiración de               sible patología pulmonar. Permite evaluar
         gran amplitud y de alta frecuencia. En la               el sonido que se produce en estructuras si-
         respiración de Biot alternan ciclos de fre-             tuadas hasta unos 5 cm por debajo de la
         cuencia y amplitud variables con períodos               zona percutida. La percusión siempre debe
         de apnea, y es característica de lesiones neu-          realizarse de forma que comparemos áre-
         rológicas bulboprotuberanciales(1).                     as idénticas de cada lado del tórax(4).
              Se debe inspeccionar la anatomía de la                 El sonido producido por la percusión
         caja torácica en busca de alteraciones: cifo-           en un pulmón normal es de tono bajo, se-
         sis o escoliosis, pectus excavatum o carinatum.         mejante a un tambor (sonido claro pulmo-
         Hay que observar si existen dismetrías en la            nar). En caso de derrame pleural, neumo-
         expansión de la caja torácica o pérdida de              nía, fibrosis extensa y en las áreas hepática
         volumen de algún hemotórax. La depre-                   y cardiaca la resonancia está disminuida,
         sión intercostal y subcostal, llamada signo             produciendo un sonido mate. Si aumenta
         de Hoover, es típica de los enfermos con                la cantidad de aire en el tórax (enfisema,
         enfermedad pulmonar obstructiva grave(4).               bullas, neumotórax) la resonancia aumen-
         La descoordinación de los movimientos to-               ta y se produce un sonido timpánico(1).
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                 Semiología respiratoria                                                                      23



                     La percusión auscultatoria se realiza aus-    fermedad neuromuscular puede hacer di-
                 cultando el tórax por detrás mientras se          fícil oír los ruidos respiratorios. También
                 percute el manubrio del esternón. Permi-          la obstrucción de un bronquio, la dismi-
                 te localizar masas pulmonares y detectar de-      nución de la elasticidad pulmonar o la li-
                 rrames pleurales(28).                             mitación crónica al flujo aéreo puede pro-
                                                                   ducir ruidos respiratorios muy débiles. Otra
                 Auscultación                                      causa de disminución del ruido respirato-
                      La auscultación es una exploración           rio estaría en la dificultad de transmisión
                 esencial en las enfermedades pulmonares.          de éste por aumento de la grasa subcutá-
                 Mediante esta técnica debemos reconocer           nea, derrame pleural, neumotórax.
                 ruido respiratorios normales o su ausencia,           La diferencia en la transmisión de los
                 la transmisión de los sonidos de la voz y rui-    sonidos de la voz también puede propor-
                 dos respiratorios adventicios.                    cionar datos sobre anomalías patológicas.
                      Los ruidos respiratorios están produ-        En condiciones normales la voz tranquila
                 cidos por el flujo turbulento del aire al pa-     se transmite como un sonido suave, de tono
                 sar por las distintas estructuras del árbol       bajo, confuso y poco inteligible. En caso de
                 respiratorio. La calidad de los ruidos res-       consolidación o atelectasia la transmisión
                 piratorios varía de una región a otra del tó-     de la voz se torna más clara, y se percibe
                 rax(4). El ruido normal de la fase inspira-       fuerte y clara, a lo que se denomina bron-
                 toria se origina en los bronquios lobares y       cofonía. La pectoriloquia áfona consiste en
                 segmentarios, mientras que el componen-           la percepción nítida e inteligible de la vos
                 te espiratorio tiene su origen en zonas más       susurrada y es un signo de consolidación,
                 proximales, de mayor tamaño(29). El soni-         como la respiración bronquial y la bron-
                 do que se oye sobre la zona esternal y pa-        cofonía. Se denomina egofonía a una for-
                 raesternal alta tiene un tono alto, se oye cla-   ma especial de transmisión, en la que se
                 ramente durante la espiración, que dura           produce un cambio en el timbre de la emi-
                 más que la inspiración (sonido bronquial).        sión de la voz, dándole una calidad nasal o
                 En las axilas, y sobre todo en las bases, el      de balido. Aparece cuando un derrame
                 ruido es más suave y menos agudo, como            pleural separa una consolidación o en el
                 un susurro, se oye durante la inspiración y       borde superior de un gran derrame pleu-
                 al comienzo de la espiración (murmullo ve-        ral(1).
                 sicular). Entre los omóplatos y debajo de             Los ruidos anormales adventicios se su-
                 las clavículas el ruido tiene características     perponen a los ruidos normales. Los que
                 de los dos anteriores, es un sonido suave de      son discontinuos se denominan crepitan-
                 tono intermedio y que se oye en las dos fa-       tes y los continuos, sibilantes, que si son de
                 ses de la respiración (sonido broncovesi-         tono más bajo se conocen como roncus.
                 cular)(4,5). Si en una zona se ausculta un rui-       Los crepitantes se producen por la aper-
                 do con unas características distintas a las       tura de vías aéreas que previamente esta-
                 que le corresponderían se considera pa-           ban cerradas y en otras ocasiones por el bur-
                 tológico. Así, en caso de consolidación o         bujeo del aire al pasar a través de secrecio-
                 atelectasia el sonido vesicular cambia a          nes(5). Los crepitantes finos se producen a
                 bronquial, ya que el tejido consolidado con-      medida que el aire entra en la unidad aci-
                 duce los sonidos respiratorios de los bron-       nar. Suelen aparecer en la inspiración más
                 quios adyacentes. En otros casos lo que exis-     que en la espiración. Son persistentes y sue-
                 te es una disminución o abolición del mur-        len estar agrupados, no se modifican con
                 mullo vesicular normal. Una respiración           la tos. Aparecen en el edema pulmonar,
                 superficial por cansancio, debilidad o en-        la neumonía y la fibrosis intersticial. Los
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         24                             L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez



         crepitantes gruesos son más graves, bur-              nosis central es el resultado de un incre-
         bujeantes y se transmiten bien a la pared             mento de hemoglobina reducida por una
         torácica y a la boca, y cambian con la tos.           saturación inadecuada de la sangre arterial.
         Son el resultado de la acumulación de se-             Su patogenia se relaciona con el desarro-
         creciones o líquido en los bronquios. Otro            llo de hipoxemia, por lo que su etiología
         tipo de crepitantes es el que aparece en los          más frecuente es la patología pulmonar,
         casos de inflamación pleural por el des-              aunque también aparece en casos de car-
         plazamiento de la pleura parietal sobre la            diopatías con derivación de derecha a iz-
         visceral. Es un ruido que se compara con              quierda y en las grandes fístulas arteriove-
         el frote de dos trozos de cuero. Se escucha           nosas pulmonares.
         tanto en la inspiración como en la espira-                En la cianosis periférica el incremento
         ción y desaparece al mantener la respira-             de hemoglobina reducida se encuentra en
         ción y no se modifica con la tos. En casos            la sangre venosa por una excesiva elimi-
         de neumotórax izquierdo puede oírse un                nación de oxígeno en los tejidos adyacen-
         ruido sincrónico con el latido cardiaco que           tes debido a un enlentecimiento del flujo
         puede detectar pequeños neumotórax no                 sanguíneo en los capilares o a un aumen-
         visibles por radiografía.                             to del consumo de oxígeno por las células.
             Los ruidos adventicios continuos (sibi-           Se puede apreciar en situaciones de shock
         lancias y roncus) indican obstrucción de              y en la insuficiencia cardiaca y aparece en
         la vía aérea. Las sibilancias tienen un ca-           el síndrome de Raynaud de forma paro-
         rácter musical con un tono definido. Se-              xística(4).
         gún los casos pueden auscultarse durante                  La cianosis central se puede apreciar
         la inspiración, la espiración o durante todo          tanto en la piel, que está caliente, como en
         el ciclo respiratorio. Los roncus tienen un           mucosas y los lechos ungueales son de co-
         tono más bajo. Una forma particular de so-            lor azul oscuro. En la cianosis periférica
         nido adventicio continuo es el estridor, que          la piel suele estar fría y los lechos de las uñas
         se produce por una obstrucción de la la-              lívidos.
         ringe o la tráquea. Tiene una calidad agu-
         da, fuerte, de tono constante, general-               Acropaquías y osteoartropatía
         mente se oye durante la inspiración, pero             hipertrófica
         puede ser también espiratorio o durante               Acropaquías o “dedos en palillo
         todo el ciclo.                                        de tambor”
                                                                   Se denomina “dedos en palillo de tam-
         CIANOSIS                                              bor” a una anomalía que se produce por
             Se denomina cianosis a la coloración              edema de los tejidos blandos en las por-
         azulada de la piel y mucosas causada por              ciones distales de los dedos de las manos
         una excesiva concetración de hemoglobi-               y los pies que hace que lleguen a tener una
         na reducida en sangre. Para que sea apre-             forma caracterizada por(4): 1) aumento del
         ciable se necesita alcanzar una concentra-            volumen del extremo distal de los dedos;
         ción de hemoglobina reducida superior a               2) ángulo entre la uña y la piel proximal de
         5 g/dl(4), por lo que en casos de anemia se-          más de 180 grados; 3) aspecto esponjoso
         vera no llega a producirse y es más eviden-           del lecho ungueal y eitema periungueal y;
         te en pacientes con policitemia. Su obser-            4) aumento de la curvatura de la uña (uña
         vación exige luz diurna y es prácticamente            en vidrio de reloj). Son asintomáticos y la
         inapreciable con luz fluorescente.                    mayoría de los pacientes no se han dado
             Se clasifica en central y periférica, se-         cuenta del cambio producido. En general
         gún su mecanismo fisiopatogénico. La cia-             son bilaterales y simétricos. Aparecen fre-
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                 Semiología respiratoria                                                                              25



                 cuentemente en la fibrosis pulmonar, fi-           7. Earis J. Clinical assessment. En: Gibson GJ,
                 brosis quística, tuberculosis avanzada, el             Geddes DM, Costabel U, Sterk PJ, Corrin B.
                                                                        Respiratory Medicine. Saunders. 2003. Págs.
                 cáncer de pulmón y las cardiopatías con-               255-71.
                 génitas cianóticas.
                                                                    8. Mcgarvey L, MacMahon J. Cough. En: Gibson
                                                                        GJ, Geddes DM, Costabel U, Sterk PJ, Corrin
                 Osteoartropatía hipertrófica                           B. Respiratory Medicine. Saunders. 2003. Págs.
                      Es una lesión localizada en el periostio          272-7.
                 de las falanges y las porciones distales de        9. Diego Damiá A, Plaza Moral V, Garrigues Gil
                 brazos y piernas. Produce dolor y moles-               V, Izquierdo Alonso JL, López Viña A, Mullol
                 tias articulares, con artralgia con edema y            Miret J, Pereira Vega A. Tos crónica. Arch
                                                                        Bronconeumol 2002; 37: 316-24.
                 rigidez en dedos, muñecas, rodillas o to-
                                                                    10. Díaz de Atauri MJ. Semiología Clínica. En: Vi-
                 billos. Radiográficamente se caracteriza               llasante C. Enfermedades Respiratorias. Aula
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                 los huesos largos. Su etiología más fre-           11. American Thoracic Society. Dyspnea. Mecha-
                 cuente son las neoplasias pulmonares, so-              nism, assessment, and management: a con-
                 bre todo primarias, y unas pocas metastá-              sensus statement. Am J Respir Crit Care Med
                 sicas.                                                 1999; 95: 539-47.
                      Existen algunos casos idiopáticos, no         12. De Miguel Díez J, Nieto Barbero MA, Rodri-
                 relacionados con ninguna enfermedad,                   guez Hermosa JL, Calle Rubio M, Álvrez-Sala
                                                                        Walter JL. Disnea. En: Villasante C. Enferme-
                 que se denominan paquidermoperiosto-                   dades Respiratorias. Grupo Aula Médica SL.
                 sis.                                                   Madrid 2002.
                                                                    14. Pratter MR, Curley FJ, Dubois J et al. Cause
                 BIBLIOGRAFÍA                                           and evaluation of chronic dyspnea in a pul-
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         26                                   L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez



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                  Capítulo 2                Técnicas de imagen
                                            1P. Caballero Sánchez-Robles, 2M.D. Álvaro Álvarez,
                                            3P. Díaz-Agero Álvarez, 4R. Álvarez-Sala Walther

                                            Servicio de Radiología1. Hospital de La Princesa. Madrid.
                                            Servicio de Neumología del Hospital de Móstoles2. Madrid.
                                            Servicio de Neumología4 y de Cirugía Torácica3. Hospital
                                            Universitario La Paz. Madrid




                 LA RADIOLOGÍA CONVENCIONAL                        vas técnicas diagnósticas ofrecen un diag-
                     La radiografía de tórax es una prueba         nóstico más fiable y seguro. Entre ellas se
                 básica para el estudio de los pacientes con       encuentra la proyección lordótica, que tie-
                 patología torácica. Es fundamental para es-       ne como objetivo desplazar las clavículas
                 tablecer un diagnóstico, para el segui-           y así evitar su superposición en los vérti-
                 miento de distintos procesos, así como            ces pulmonares. Es útil para valorar la pa-
                 prueba inicial antes de indicar otras téc-        tología visible en los vértices pulmonares y
                 nicas más caras y complejas, como son la          para el análisis de las lesiones del lóbulo
                 tomografía computarizada, la ecografía y          medio.
                 la resonancia, entre otras. La exploración            La fluoroscopia se limita casi exclusiva-
                 rutinaria de radiografía de tórax incluye         mente a la valoración de la motilidad del
                 dos proyecciones, postero-anterior y late-        diafragma. Las radiografías en espiración
                 ral izquierda en bipedestación. En la pro-        pueden ser eficaces para evaluar áreas de
                 yección postero-anterior el 43% del área          atrapamiento aéreo pulmonar y para vi-
                 pulmonar y un 26% del volumen se ocul-            sualizar mejor pequeños neumotórax.
                 tan por las distintas estructuras superpues-
                 tas, de ello la importancia de completar          LA ECOGRAFÍA TORÁCICA
                 el estudio con la radiografía lateral y evitar,        Los ultrasonidos han demostrado una
                 de esta forma, posibles errores diagnósti-        gran utilidad en diferentes patologías del
                 cos(1). En niños y adultos muy jóvenes, po-       tórax, fundamentalmente para la patología
                 dría obviarse la proyección lateral con el        de la pleura, de la pared torácica, en algu-
                 fin de reducir la dosis de radiación, que-        nas masas pulmonares y mediastínicas y en
                 dando su realización supeditada a la indi-        las lesiones endobronquiales. Su aplicación
                 cación del radiólogo responsable.                 se justifica por el bajo coste de esta explo-
                     En ocasiones, pueden emplearse otras          ración, su facilidad de uso, su poca agresi-
                 proyecciones especiales con el fin de acla-       vidad y por la ausencia de radiaciones io-
                 rar imágenes dudosas. Fueron muy emple-           nizantes. Estas aplicaciones cobran especial
                 adas hace años, pero actualmente se limi-         importancia en la edad pediátrica por su
                 tan a casos muy puntuales, ya que las nue-        fácil aplicación y la ausencia de radiación.

                                                                                                             27
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         28                    P. Caballero Sánchez-Robles, M.D. Álvaro Álvarez, P. Díaz-Agero Álvarez, R. Álvarez-Sala Walther



         Algunas técnicas intervencionistas en el tó-              como colecciones inicialmente anecoicas
         rax se guían con ecografía(1).                            en el momento agudo, para posteriormente
              En la patología pleural la ecografía ayu-            hacerse más ecogénicas y con contenido
         da al diagnóstico y al intervencionismo en                heterogéneo en su interior. En el caso de
         el caso de derrames, engrosamientos y tu-                 los abscesos podría detectarse, asimismo,
         mores pleurales y, en especial, en pacien-                una colección hipoecogénica con conteni-
         tes encamados cuando se precisa a la ca-                  do más o menos abigarrado en su interior.
         becera del paciente. Es práctica en la de-                Las lesiones tumorales sólidas se aprecian
         tección del derrame pleural en los casos en               como lesiones hipoecoicas. Las calcifica-
         los que la radiografía convencional pueda                 ciones aparecen como imágenes hipere-
         presentar dudas, en pacientes clínicamen-                 cogénicas que producen una sombra pos-
         te inestables y para la localización de de-               terior(5).
         rrames encapsulados o de pequeña cuan-                         Dentro de la patología del pulmón y del
         tía. La guía mediante ultrasonidos para efec-             mediastino la ecografía se limita a lesiones
         tuar estas punciones reduce las complica-                 en contacto con la pared torácica. Su im-
         ciones yatrogénicas.                                      portancia radica fundamentalmente en la ca-
              Las técnicas intervencionistas, como                 pacidad de discernir entre lesiones sólidas o
         son, por ejemplo, la aspiración de derra-                 líquidas y a la posibilidad de ser pinchadas
         mes o colecciones y la colocación de tubos                con control de ultrasonidos de forma sen-
         de drenaje pleural, en muchas ocasiones se                cilla y fiable, obteniéndose material para ci-
         dirigen mediante ecografía(2-4). En el caso               tología o para estudio histológico. La eco-
         de punciones o biopsias de las masas pleu-                grafía también puede ser útil para el segui-
         rales guiadas por sonografía se han de-                   miento evolutivo de las masas, en especial en
         mostrado escasas complicaciones.                          niños para evitar las radiaciones ionizantes(1).
              El aspecto de la cavidad pleural puede                    En los últimos años la endo-ultrasono-
         orientar en cuanto a su etiología, de esta                grafía aplicada a la fibrobroncoscopia se ha
         forma un derrame anecogénico, sin con-                    empleado para el estudio citológico o his-
         tenido en su interior (negro), o bien es-                 tológico de lesiones o masas endobron-
         casamente hipoecogénico, puede corres-                    quiales o de las adenopatías del mediasti-
         ponder a trasudado o exudado. En otras                    no, en especial las paratraqueales y subca-
         ocasiones cuando en el interior de la cavi-               rinales. En este sentido, tiene una impor-
         dad aparece contenido más ecogénico                       tante aplicación a la hora del estudio de ex-
         (blanco), con tabiques y aspecto hetero-                  tensión del carcinoma de pulmón para la
         géneo, ello es indicativo de un exudado o                 biopsia de adenopatías(6).
         empiema. La presencia de tabicaciones en
         el interior puede ser una indicación para                 LA TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA
         colocar un drenaje o introducir agentes fi-                   La tomografía computarizada (TC) es
         brinolíticos. En los casos de hemotórax pue-              una técnica que emplea los rayos X para ob-
         den detectarse extensas zonas hiperecogé-                 tener información de un territorio del cuer-
         nicas (blancas) dentro del derrame o un                   po, almacena la información, y se reprodu-
         nivel de distintas ecogenicidades (Fig. 1).               cen las imágenes posteriormente con posi-
              En cuanto a la patología de la pared to-             bilidad de hacer reconstrucciones en múl-
         rácica, tanto de las partes blandas como del              tiples planos del espacio. De esta forma, se
         hueso, pueden estudiarse y biopsiarse tam-                pueden conseguir diferentes estudios. Los
         bién con el apoyo de la sonografía(3,5). Se               estudios de TC habituales aportan imágenes
         ha descrito como de gran utilidad en los                  con una ventana para ver las estructuras del
         hematomas de la pared, que aparecerían                    mediastino y otra para el parénquima pul-
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                 Técnicas de imagen                                                                               29



                                                                   A


                                                                   B
                                                                                             C




                 FIGURA 1. A). Radiografía de tórax de una paciente de 75 años que presenta dolor pleurítico
                 derecho después de un intento de canalización de una vía venosa subclavia derecha. Se detecta una
                 veladura casi completa del hemitórax derecho. B) Inicialmente se practicó una ecografía que de-
                 mostró abundante derrame pleural derecho con contenido ecogénico, heterogéneo compatible
                 con hemotórax. C). La TC mostró hallazgos similares a la ecografía: abundante derrame pleural
                 con áreas hiperdensas que corresponden a sangre reciente en el interior de la cavidad pleural.


                 monar, aunque pueden hacerse otro tipo                que se ven aislados y sin conexión con los
                 de imágenes que explicamos a continua-                vasos.
                 ción.                                                     En la proyección de mínima intensidad
                     La TC de alta resolución (TCAR) hace              (MINIMIP) se representan las estructuras
                 cortes muy finos de 1-2 mm de grosor y con            que tienen intensidad mínima, es decir, el
                 un intervalo de 10-20 mm entre cada cor-              aire (la vía aérea, cavitaciones, áreas de en-
                 te. Se usa fundamentalmente para detectar             fisema...).
                 alteraciones del parénquima pulmonar,                     También es posible hacer broncoscopia
                 como son los pequeños nódulos, las bron-              virtual para analizar de forma no invasiva
                 quiectasias o la patología intersticial.              la luz y la pared de la tráquea y parte pro-
                     Las reconstrucciones multiplanares lo-            ximal del árbol bronquial.
                 gran ver simultáneamente cortes axiales,                  La TC sirve, además, en muchos cen-
                 coronales sagitales y oblicuos (Fig. 2). La           tros como guía para practicar punciones
                 superficie sombreada tridimensional es una            o biopsias torácicas percutáneas.
                 técnica de reconstrucción volumétrica que                 Los equipos de TC se han ido perfec-
                 consiste en identificar la superficie de la es-       cionando durante los últimos años, siendo
                 tructura anatómica que se quiera recons-              ya muchas las indicaciones de esta prueba
                 truir para individualizarla y separarla del           diagnóstica que se ha hecho imprescindi-
                 resto.                                                ble para el manejo de múltiples patologías.
                     En la proyección de máxima intensidad             A continuación resumiremos las indica-
                 (MIP) la imagen resultante representa                 ciones más habituales en nuestra práctica
                 aquellas estructuras que poseen mayor den-            diaria dentro de la patología respiratoria.
                 sidad que las adyacentes e ignora el resto.
                 En el pulmón es muy útil para ver vasos pul-          Detección de nódulos pulmonares
                 monares sin necesidad de contraste gracias                La TC tiene una mayor sensibilidad que
                 a la gran diferencia de densidad entre és-            la radiografía de tórax para identificar los
                 tos y el parénquima pulmonar. También es              nódulos pulmonares de pequeño tamaño,
                 muy rentable para ver pequeños nódulos                por lo que puede estar indicada para bus-
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  • 1. Manual de Neumología Clínica Clínica Segunda Edición Manual de Neumología Abril 2009 COD ESDCRE0008 Cubierta manual neumologia clinica NM.indd 1 20/4/09 10:24:04
  • 2. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 1 Manual de Neumología Clínica Segunda Edición
  • 3. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 2 Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro pueden reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin el previo permiso escrito del editor. © NEUMOMADRID. Príncipe de Vergara, 112. 28002 Madrid Edita: ERGON. C/ Arboleda, 1. 28220 Majadahonda (Madrid). ISBN: 978-84-8473-754-4 Depósito Legal: M-18790-2009
  • 4. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 3 Manual de Neumología Clínica Segunda Edición Editores: Javier de Miguel Díez Rodolfo Álvarez-Sala Walther
  • 5. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 4
  • 6. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 5 Índice de autores Carlos Almonacid Sánchez Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara Carlos José Álvarez Martínez Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid María Dolores Álvaro Álvarez Servicio de Neumología. Hospital de Móstoles. Madrid Rodolfo Álvarez-Sala Walther Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid José Luis Álvarez-Sala Walther Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid Julio Ancochea Bermúdez Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid Javier Aspa Marco Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid María Isabel Barrio Gómez de Agüero Sección de Neumología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Madrid María Jesús Buendía García Servicio de Neumología. Hospital Infanta Leonor. Madrid Paloma Caballero Sánchez-Robles Servicio de Radiología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid Myriam Calle Rubio Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid Luis Callol Sánchez Dirección de Sanidad. Ejército del Aire. Madrid Felipe Canseco González Servicio de Neumología. Hospital Príncipe de Asturias. Madrid
  • 7. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 6 Álvaro Casanova Espinosa Servicio de Neumología. Hospital del Henares. Madrid María Jesús Chillón Martín Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Carolina Cisneros Serrano Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid Prudencio Díaz-Agero Álvarez Servicio de Cirugía Torácica. Hospital Universitario La Paz. Madrid María Josefa Díaz de Atauri y Rodríguez de los Ríos Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Salvador Díaz Lobato Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid José Ramón Donado Uña Servicio de Neumología. Hospital de Fuenlabrada. Madrid José María Echave-Sustaeta Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Jaime Fernández Bujarrabal Villoslada Servicio de Neumología. Hospital Canto Blanco. Madrid Javier Flandes Aldeyturriaga Servicio de Neumología. Hospital Fundación Jiménez Díaz. Madrid Susana Flórez Martín Servicio de Neumología. Hospital Severo Ochoa. Madrid Cristina López García-Gallo Servicio de Neumología. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid José Luis García-Satué Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Getafe. Madrid Francisco García Río Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid José Gallardo Carrasco Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara Javier Ignacio Gaudó Navarro. Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid Rosa Girón Moreno Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
  • 8. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 7 Luis Gómez Carrera Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid María Jesús Gómez Nebreda Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Universidad Complutense. Madrid Javier Gómez de Terreros Sánchez Servicio de Neumología. Hospital Central de la Defensa. Madrid Federico González Aragoneses Servicio de Cirugía Torácica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Fulgencio González Garrido Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Nicolás González Mangado Servicio de Neumología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid José Ignacio de Granda Orive Servicio de Neumología. Hospital General de la Defensa. Madrid Mercedes Izquierdo Patrón Servicio de Neumología. Fundación Hospital de Alcorcón. Madrid Beatriz Jara Chinarro Servicio de Neumología. Hospital Infanta Cristina. Madrid José Javier Jareño Esteban Servicio de Neumología. Hospital General de la Defensa. Madrid David Jiménez de Castro Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid Carlos Andrés Jiménez Ruiz Unidad Especializada en Tabaquismo. Comunidad de Madrid. Madrid María Antonia Juretschke Moragues Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Getafe. Madrid María Jesús Linares Asensio Servicio de Neumología. Hospital Fundación Alcorcón. Madrid Antolín López Viña Servicio de Neumología, Hospital Universitario de Puerta de Hierro. Madrid Ángel López Encuentra Servicio Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Pilar de Lucas Ramos Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
  • 9. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 8 Luis Máiz Carro Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid José Luis Martín de Nicolás Serrahima Servicio Cirugía Torácica. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Sagrario Mayoralas Alises Servicio de Neumología. Hospital Moncloa. Madrid Javier de Miguel Díez Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Nicolás Moreno Mata Servicio de Cirugía Torácica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Ignacio Muguruza Trueba Servicio de Cirugía Torácica. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid Pilar Navío Martín Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid Asunción Nieto Barbero Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid Bárbara Steen Servicio de Neumología. Hospital Fundación Alcorcón. Madrid Alicia de Pablo Gafas Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Germán Peces-Barba Romero Servicio de Neumología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid Esteban Pérez Rodríguez Serviciode Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid María Asunción Perpiñá Ferri Servicio de Neumología. Hospital Severo Ochoa. Madrid Concepción Prados Sánchez Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid Luis Puente Maestu Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Yat-Wah Pun Tam Servicio de Cirugía Torácica. Hospital Universitario La Princesa. Madrid
  • 10. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 9 Olga Rajas Naranjo Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid María Teresa Ramírez Prieto Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid Ángela Ramos Pinedo Servicio de Neumología. Fundación Hospital de Alcorcón. Madrid Pilar Resano Barrio Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara José Miguel Rodríguez González-Moro Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Juan Luis Rodríguez Hermosa Servicio de Neumología. Hospital Clínico de San Carlos. Madrid María Jesús Rodríguez Nieto Servicio de Neumología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid Adolfo Sequeiros González Servicio de Neumología Pediátrica. Hospital Infantil Niño Jesús. Madrid José Antonio Serrano Iglesias Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Getafe. Madrid Carlos María Simón Adiego Servicio de Cirugía Torácica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Segismundo Solano Reina Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Antonio Sueiro Bendito Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid Piedad Ussetti Gil Servicio de Neumología. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid Carlos Villasante Fernández-Montes Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Paz. Madrid Victoria Villena Garrido Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Enrique Zamora García Servicio de Neumología. Hospital Universitario La Princesa. Madrid José Julio Zapatero Gaviria Servicio de Cirugía Torácica. Fundación Jiménez Díaz. Madrid
  • 11. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 10
  • 12. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 11 Índice general 1. Semiología respiratoria L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 2. Técnicas de imagen P. Caballero Sánchez-Robles, M.D. Álvaro Álvarez, P. Díaz-Agero Álvarez, R. Álvarez-Sala Walther . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 3. Exploración funcional respiratoria L. Puente Maestu, F. García Río, G. Peces-Barba, N. González Mangado . . . . . . . . . . . 41 4. Broncoscopia A. de Pablo Gafas, J.L. García-Satué, J. Flandes Aldeyturriaga, P. Navío Martín . . . . . . 57 5. Tabaquismo S. Solano Reina, J.I. de Granda Orive, C.A. Jiménez Ruiz, S. Florez Martín . . . . . . . . . 73 6. Insuficiencia respiratoria crónica Mª J. Rodríguez Nieto, P. Resano Barrio, J.M. Rodríguez González-Moro, P. de Lucas Ramos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 7. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica J. de Miguel Díez, M. J. Chillón Martín, M. J. Buendía García, J.M. Echave-Sustaeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 8. Asma C. Cisneros Serrano, A. López Viña, M.T. Ramírez Prieto, C. Almonacid Sánchez . . . 117 9. Síndrome de apnea-hipopnea del sueño S. Díaz Lobato, S. Mayoralas Alises, E. Zamora, M.J. Díaz de Atauri . . . . . . . . . . . . . . . 133 10. Enfermedades pulmonares intersticiales. Conceptos generales y clasificación J.J. Jareño Esteban, M.J. Linares Asensio, J.I. Gaudo Navarro, A. Sueiro Bendito . . . . 149 11. Neumonía C.J. Álvarez Martínez, Á. Casanova Espinosa, J.R. Donado Uña, Mª.A. Perpiñá Ferri . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
  • 13. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 12 12. Tuberculosis J. Gallardo Carrasco, Á. Ramos Pinedo, B. Jara Chinarro, J. Ancochea Bermúdez . . . 193 13. Infecciones respiratorias en el paciente inmunosuprimido O. Rajas Naranjo, J. Aspa Marco, P. Usetti Gil, C. García-Gallo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 14. Fibrosis quística L. Máiz Carro, R. Girón Moreno, M.I. Barrio Gómez de Agüero, A. Sequeiros González, . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 15. Bronquiectasias no-fibrosis quística C. Prados Sánchez, Mª.A. Juretschke Moragues, J.A. Serrano Iglesias, C. Villasante Fernández-Montes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 16. Nódulo pulmonar solitario J.L. Rodríguez Hermosa, M. Calle Rubio, M.J. Gómez Nebreda, J.L. Álvarez-Sala Walther . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 17. Carcinoma broncogénico A. López Encuentra, L. Callol Sánchez, J.L. Martín de Nicolás Serrahima, N. Moreno Mata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 18. Enfermedades de la pleura V. Villena Garrido, E. Pérez Rodríguez, B. Steen, Y-W Pun . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287 19. Enfermedad tromboembolica venosa F. González Garrido, D. Jiménez de Castro, M. Izquierdo Patron, A. Nieto Barbero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301 20. Patología mediastínica F. González Aragoneses, I. Muguruza Trueba, C.M. Simón Adiego, J.J. Zapatero Gaviria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
  • 14. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 13 Capítulo 1 Semiología respiratoria L. Gómez Carrera, J. Fernández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez Hospital Universitario La Paz. Madrid RESUMEN mación lógica al diagnóstico de las enfer- El diagnóstico de las enfermedades del medades del aparato respiratorio. En gene- aparato respiratorio, se inicia, como en cual- ral, un paciente acude a la consulta del neu- quier otra especialidad, por una historia clí- mólogo por tener síntomas respiratorios o nica seguida por un examen físico. Los pa- presentar alguna alteración en una radio- cientes suelen acudir a la consulta del neu- grafía del tórax. El proceso diagnóstico se mólogo por tener síntomas respiratorios o debe iniciar con una meticulosa y detallada presentar alguna alteración en una radio- anamnesis que recogerá los antecedentes grafía del tórax. Los síntomas más frecuen- personales y familiares del enfermo y los sín- tes son la tos, con o sin expectoración, la dis- tomas que refiere el paciente de forma sub- nea, el dolor torácico y la hemoptisis. No hay jetiva. Además, se debe realizar una com- que olvidar nunca en la anamnesis recoger pleta exploración física del paciente para los antecedentes personales y familiares del descubrir todos los posibles signos objetivos enfermo, que nos pueden dar datos impor- de enfermedad respiratoria. tantes para orientar el diagnóstico. Final- Anamnesis y exploración física son las mente, siempre se debe realizar una com- claves que dirigirán el proceso diagnóstico pleta exploración física del paciente para con un uso racional de las diferentes prue- descubrir todos los posibles signos objetivos bas diagnósticas disponibles. de enfermedad respiratoria. Anamnesis y exploración física son las ANAMNESIS (TABLA I) claves que dirigirán el proceso diagnóstico Antecedentes personales con un uso racional de las diferentes prue- En la historia clínica siempre se deben bas diagnósticas disponibles. recoger los antecedentes familiares, ya que nos pueden orientar hacia algunas enfer- SEMIOLOGÍA CLÍNICA medades genéticas (fibrosis quística, défi- Como en cualquier otra especialidad, cit de alfa-1-antitripsisna…) o con un com- una historia clínica detallada y un examen ponente familiar (atopia, asma) o incluso físico cuidadoso son la base de una aproxi- en determinadas enfermedades infeccio- 13
  • 15. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 14 14 L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez TABLA 1. Anamnesis. disnea, hemoptisis y dolor torácico. Muchos pacientes también acuden a la consulta del A. Antecedentes familiares neumólogo refiriendo síntomas relaciona- - Enfermedades hereditarias dos con el sueño, como ronquido, apneas - Enfermedades infecciosas nocturnas y somnolencia durante el día. - Atopia y asma Muchas veces, además de síntomas propios B. Antecedentes personales de aparato respiratorio, pueden aparecer - Alergias medicamentosas y a otros síntomas generales, como fiebre, anorexia, alergenos - Intervenciones quirúrgicas y otras pérdida de peso y también otros síntomas enfermedades que, aunque no sean propiamente respi- - Hábitos tóxicos ratorios, pueden tener importancia en mu- - Tabaco chas enfermedades respiratorias (edemas, - Alcohol disfonía…). - Drogas Siempre hay que dar a los pacientes la - Historia laboral posibilidad de que nos cuenten cualquier - Características de la vivienda - Contacto con animales otro síntoma que hayan notado y es obli- - Fármacos gatorio, por tanto, realizar una anamnesis - Vacunación BCG por aparatos. C. Síntomas - Síntomas respiratorios To s - Síntomas generales La tos es uno de los mecanismos de de- - Otros síntomas fensa del aparato respiratorio dirigido a proteger contra la inhalación de sustancias y partículas nocivas y liberar las vías respi- ratorias del exceso de secreciones. En ge- sas en las que ha podido existir un conta- neral es un acto reflejo, aunque también gio familiar (TBC). puede ser voluntario. Consiste en una brus- También es imprescindible conocer los ca expulsión de aire a gran velocidad des- antecedentes personales del enfermo. Siem- de la región subglótica hasta el exterior de pre se debe preguntar por los hábitos tó- la boca, acompañada de un sonido carac- xicos, fundamentalmente por el consumo terístico(1). Esta espiración brusca de aire de tabaco, intentando conocer la duración se produce en dos fases, una inicial con- del hábito y el número de cigarrillos fu- tra glotis cerrada (fase compresiva) segui- mados, pero también el consumo de alco- da de la apertura de la glotis y la conti- hol y otras drogas. La historia laboral es nuación de la espiración (fase expulsiva)(2). también clave en algunas enfermedades de Para que la tos sea efectiva se requiere una origen profesional. Conocer las caracterís- glotis funcionante, una correcta permea- ticas de la vivienda habitual y el posible con- bilidad de las vías aéreas y una inspiración tacto con animales también es importante. y espiración normales(3). La tos se conside- Asimismo, se debe preguntar por viajes re- ra patológica si es excesiva, no apropiada o alizados recientemente. También se debe si produce expectoración. conocer la sensibilidad a medicamentos u La tos es uno de los síntomas más fre- otros alergenos. cuentes de las enfermedades respiratorias; puede aparecer en una gran variedad de pro- Síntomas respiratorios cesos, por lo que es un síntoma inespecífi- Los síntomas más frecuentes de enfer- co(4). Pero nunca debe infravalorarse la tos, medad respiratoria son tos, expectoración, aunque sea el síntoma único de consulta(5,6).
  • 16. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 15 Semiología respiratoria 15 Además, la tos pude ser causa de numero- se suele asociar a goteo postnatal, asma o sas complicaciones(4) que incluyen altera- fallo ventricular izquierdo, mientras que la ciones cardiovasculares (arritmias, despla- tos matutina aparece más frecuentemen- zamientos catéteres intravasculares), neu- te en bronquiectasias y bronquitis cróni- rológicas (síncopes, cefaleas, embolismos ca(5). aéreos cerebrales), musculoesqueléticas Siempre hay que investigar síntomas (fracturas costales, rotura fibras muscula- asociados: la fiebre puede deberse a neu- res), gastrointestinales (perforación esofá- monía o tuberculosis; si aparece ronque- gica) e incluso respiratorias (neumome- ra hay que pensar en procesos laríngeos; si diastino, pneumotórax, enfisema subcutá- aparece con la ingesta nos hará pensar en neo, pneumoperitoneo)(2). posibles aspiraciones; si se acompaña de he- Sobre el síntoma de la tos siempre hay moptisis hay que descartar cáncer de pul- que investigar su evolución en el tiempo, si món y tuberculosis(10). es productiva o no y las características de la En un 20% de los casos no se puede en- expectoración, los factores que la provocan contrar ninguna causa de tos y entonces se y su asociación con otros síntomas. clasifica la tos como idiopática. Clínicamente es útil clasificar la tos en aguda o crónica. Se considera tos aguda Expectoración aquella que tiene una duración menor a La expectoración es el material que se tres semanas(7). La causa más frecuente de expulsa por la boca, desde el tracto respi- tos aguda son las infecciones respiratorias, ratorio inferior, por medio de la tos. Mu- generalmente víricas, del tracto respirato- chas veces esta material puede mezclarse rio superior, pero también se asocia a otras con la saliva y debe diferenciarse también infecciones más graves, como neumonías, de la expulsión de contenido gástrico. Mu- e incluso potencialmente mortales, como chas veces los pacientes no son capaces de la enfermedad tromboembólica y el edema expulsarlo y lo degluten, dando por tanto pulmonar(6,8). Tos crónica es la que dura la impresión de que no tienen expectora- más de tres semanas(7). Su etiología pue- ción. de ser muy variada, aunque en la mayor par- Se deben recoger datos sobre su inicio, te de los casos suele deberse a bronquitis duración, cantidad y distribución horaria y crónica, asma, goteo retronasal o reflujo también sobre su color, su olor y consis- gastroesofágico, que pueden ser la causa tencia, y sobre cualquier contenido sólido de más del 90% de los casos de tos crónica. que pueda incluir(1,7). Además, en muchas ocasiones la tos es pro- En general no es frecuente que se ex- ducida por una combinación de dos o in- pectoren más de 50 ml al día. Cantidades cluso tres etiologías(9). Otras causas de tos mayores se pueden ver en bronquiectasias, crónica son las bronquiectasias, en las que fibrosis quística y algunos abscesos pulmo- se asocia abundante expectoración, fár- nares. El carcinoma bronquioloalveolar macos, como los inhibidores de la enzima también produce ocasionalmente una ex- de conversión de la angiotensina, enfer- pectoración muy copiosa. medades parenquimatosas pulmonares, Es muy importante el aspecto macros- cuerpos extraños en la vía aérea y la tos psi- cópico del esputo. El esputo, de aspecto cógena, que siempre debe ser un diagnós- mucoso tiene un color incoloro o blanco, tico de exclusión(8). con una consistencia gelatinosa y general- El ritmo de tos a lo largo del día a veces mente está producido por fenómenos irri- también puede dar pistas sobre la posible tativos de las vías aéreas, bronquitis cróni- etiología, la tos de predominio nocturno ca o infecciones víricas; raramente es una
  • 17. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 16 16 L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez manifestación del carcinoma bronquiolo- Los mecanismos patogénicos que ope- alveolar. ran en la disnea son multifactoriales y ac- El esputo purulento que tiene un color túan en diferente grado en las distintas en- verde, amarillo o a veces marrón es expre- fermedades que producen disnea. Estos me- sión de un proceso inflamatorio. El color canismos patogénicos (Tabla 2) se pueden verde, provocado por el pigmento verdo- resumir en: sensación de esfuerzo respira- peroxidasa, indica presencia de pus, gene- torio, desequilibrio entre trabajo respira- ralmente por una infección bacteriana. El torio y ventilación, estimulación de los me- esputo amarillento puede deberse al pus, canorreceptores y activación de los qui- pero también a una alta concentración de miorreceptores(12). eosinófilos en casos de asma. El color ma- La evaluación clínica de la disnea es, a rrón aparece también en infecciones, tí- veces, un problema difícil debido a su ca- picamente en las producidas por hongos(7). rácter subjetivo, a la falta de correlación El esputo con aspecto herrumbroso, por entre el síntoma y la gravedad del proce- contenido en sangre modificada, aparece so que la desencadena y a los múltiples en neumonías neumocócicas y ocasional- procesos que la pueden causar. Es im- mente en el edema de pulmón. A veces el prescindible conocer la forma de presen- esputo tiene color negro por contener car- tación (aguda, subaguda, crónica) e ins- bón, como sucede en los mineros del car- tauración (brusca, progresiva), la fre- bón, y en fumadores puede tener una co- cuencia e intensidad de la misma, los fac- loración grisácea. tores precipitantes y la posición corporal El esputo puede contener secreciones en que se manifiesta(5). tan viscosas y espesas que formen tapones La disnea aguda, que aparece en el e incluso moldes bronquiales, como suce- transcurso de minutos a horas, suele de- de en algunos casos de asma y aspergilosis berse a un número limitado de patología broncopulmonar alérgica. Ocasionalmen- (Tabla 3) y puede necesitar asistencia mé- te pueden aparecer sustancias sólidas en el dica urgente y a menudo requiere hospi- esputo que incluyen cuerpos extraños, ma- talización. La disnea que se desarrolla en terial tumoral necrosado o material calci- horas o en unos pocos días puede deber- ficado (adenopatías calcificadas que ero- se a neumonía, asma, derrame pleural, in- sionan la pared bronquial, la atraviesan y suficiencia cardiaca o atelectasia(7). La dis- llegan a la luz). nea crónica tiene un número de causas mu- El olor fétido del esputo debe hacer sos- cho más amplio (Tabla 4). Las más fre- pechar infección por gérmenes anaerobios, cuentes son: enfermedad pulmonar obs- generalmente en bronquiectasias, absce- tructiva crónica, asma, enfermedad pul- so pulmonar o empiema. monar intersticial y cardiopatía(14). Es importante conocer también si la dis- Disnea nea tiene variaciones a lo largo del día ya Es uno de los síntomas más frecuentes que nos puede orientar hacia ciertas pa- en la consulta del neumólogo. Se define tologías. La disnea que ocurre durante la como una sensación subjetiva de dificultad noche, sobre todo si se escuchan sibilan- en la respiración(11), que engloba una am- cias, suele deberse a asma, también en el plia variedad de sensaciones experimen- reflujo gastroesofágico puede ser causa de tadas por los pacientes. Al ser una expe- disnea nocturna. Si aparece en horario de riencia subjetiva, en su desarrollo se impli- trabajo podremos pensar en asma de ori- can no sólo factores orgánicos, sino tam- gen ocupacional y si lo hace tras el ejerci- bién emocionales. cio consideraremos el asma de esfuerzo.
  • 18. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 17 Semiología respiratoria 17 TABLA 2. Mecanismos patogénicos de la La relación de la disnea con la posición disnea. del cuerpo también es un dato a valorar. La ortopnea, que es la disnea que aparece en • Sensación de esfuerzo respiratorio decúbito, suele deberse a fallo ventricular • Desequilibrio entre trabajo respiratorio y izquierdo y a disfunción diafragmática. La el volumen ventilatorio platipnea, disnea que aparece en posición • Estimulación de mecanorreceptores • Activación de quimiorreceptores erguida y mejora con el decúbito, es ca- racterística de la cirrosis hepática con shunt arteriovenoso pulmonar y de los shunt in- terauriculares(15). La trepopnea, disnea que TABLA 3. Causas más frecuentes de disnea aparece al adoptar una determinada posi- aguda. ción lateral, se suele deber a enfermedades • Respiratorias pleuropulmonares unilaterales. • Asma También hay que tener en cuenta otros • Neumonía síntomas que aparecen de forma conco- • Neumotórax mitante a la disnea. Así, la fiebre nos debe • Tromboembolismo pulmonar • Edema pulmonar no cardiogénico hacer pensar en una infección respiratoria; • Aspiración de cuerpo extraño si se acompaña de dolor torácico de apa- • Atelectasia rición brusca pensaremos en neumotórax • Traumatismo torácico o tromboembolismo pulmonar. El aumen- • No respiratorias to de la tos y la expectoración acompañan • Edema agudo de pulmón a la disnea en la exacerbación de la enfer- • Ansiedad con hiperventilación medad pulmonar obstructiva crónica. • Acidosis metabólica • Hemorragia aguda extrapulmonar Es importante cuantificar la disnea de los enfermos como aproximación a la gra- vedad del proceso y también para evaluar TABLA 4. Causas más frecuentes de disnea la evolución y la respuesta al tratamiento. crónica. Para ello se han diseñado, a lo largo del tiempo, varios sistemas de cuantificación y • Respiratorias diversos cuestionarios que intentan evaluar - Enfermedad pulmonar obstructiva la gravedad de la disnea. crónica - Asma Para evaluar la disnea frente a un es- - Enfermedad pulmonar fuerzo determinado el método más sen- alveolointersticial difusa cillo es la escala analógica visual, que con- - Bronquiectasias siste en una línea que puede variar entre - Neoplasias 10 y 30 cm, en los que sus extremos re- - Derrame pleural crónico presentan los límites de sensación de dis- - Fibrosis pleural nea; así, un extremo representa “ninguna - Hipertensión pulmonar - Tromboembolismo pulmonar crónico disnea” y el otro extremo de la línea, la - Alteraciones de la pared torácica “máxima disnea”; el enfermo debe elegir un punto de la línea que represente su dis- • No respiratorias nea. Otra herramienta que también valo- - Insuficiencia cardiaca - Obesidad ra la disnea frente al esfuerzo es la escala - Disfunción tiroidea de Borg (16), que fue modificada poste- - Anemia riormente por Burdon(17); cuantifica la dis- - Neuropatías nea de 1 a 10, pero aporta 12 categorías - Ansiedad/depresión numéricas que son descritas verbalmen-
  • 19. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 18 18 L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez te (Tabla 5). Tanto la escala analógica vi- TABLA 5. Escala de Borg modificada. sual como la de Borg tienen buena repro- ducibilidad, aunque en la práctica clínica Puntuación Intensidad de la disnea habitual se suele usar más la escala de Borg. 0 Nada Pero la disnea, no sólo se debe cuanti- 0,5 Muy, muy ligera ficar al realizar un esfuerzo determinado, (apenas apreciable) sino que también es muy útil definir el efec- 1 Muy ligera to de la disnea sobre las actividades de la 2 Ligera vida diaria. Para ello se han diseñado di- 3 Moderada ferentes escalas y cuestionarios, entre ellos 4 Algo intensa 5 Intensa están el “índice de disnea basal” y el “índi- 6 ce de transición de la disnea”, ambos de- 7 Muy intensa sarrollados por Mahler(18). El índice de dis- 8 nea basal valora una escala multidimen- 9 Muy, muy intensa (casi máxima) sional, que contiene 3 subescalas: magni- 10 Máxima tud de la tarea, magnitud del esfuerzo y al- teración funcional. Cada una se valora de 0 a 4, y se valora la suma total; cuanto más TABLA 6. Escala de disnea modificada de la baja es la puntuación mayor es la intensi- MRC. dad de la disnea. Se pude completar la va- 0: No disnea, salvo esfuerzo máximo loración con el índice de transición de la 1: Disnea al correr en llano o subir una disnea, que analiza los cambios en la dis- cuesta ligera nea que experimenta el paciente a lo largo 2: El paciente tiene que andar mas del tiempo. Ambos tienen una reproduci- despacio que las personas de su edad bilidad y validez aceptables(19). Pero en la o tiene que parar si camina a su práctica clínica diaria el más usado es la es- propio paso 3: Tiene que parar tras caminar unos cala de disnea modificada de la British Me- 100 metros o unos minutos en llano dical Research Council (Tabla 6), que utiliza 4: Disnea al lavarse o vestirse, no puede una graduación de la disnea en 5 grados se- salir de su casa gún el grado de actividad que produzca la disnea. La ATS también ha propuesto una escala similar. Ambas son ampliamente aceptadas y empleadas, tanto en la prácti- hematemesis, sangrado de oro o nasofa- ca clínica como en investigación(19). ringe o incluso de una gingivorragia. En muchas ocasiones será necesario un exa- Hemoptisis men otorrinolaringológico en el estudio de Es la expulsión de sangre por la boca, la hemoptisis(20). La diferenciación con la procedente del tracto respiratorio inferior; hemoptisis en general es fácil (Tabla 7). La en general se acompaña de tos. Es uno de sangre procedente del sistema respiratorio los síntomas más alarmantes, tanto para el suele provocar tos, es de color rojo brillante, paciente como para el médico, porque pue- tiene un aspecto espumoso, el esputo tie- de indicar una patología subyacente grave. ne un pH alcalino y contiene macrófagos Hay veces en que es difícil diferenciar cargados de hemosiderina. La hemateme- la hemoptisis de la expulsión de sangre por sis se asocia a síntomas digestivos y vómitos, la boca de otro origen que no sea el trac- es de color rojo oscuro o negra y nunca es to respiratorio inferior, y así siempre hay espumosa, suele estar mezclada con res- que hacer el diagnóstico diferencial con la tos alimenticios y su pH es ácido(4).
  • 20. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 19 Semiología respiratoria 19 TABLA 7. Diagnóstico diferencial entre hemoptisis y hematemesis. Hemoptisis Hematemesis Síntomas asociados Tos, disnea Náuseas, vómitos, melenas Aspecto Sangre roja brillante, espumosa Rojo oscuro, marrón, negra, en posos de café pH Alcalino Ácido Mezclada con Esputos, moco Alimentos Macrófagos Anemia Rara Frecuente Antecedentes Enfermedad respiratoria Enfermedad gastrointestinal Hepatopatía Es indispensable cuantificar la hemopti- berculosis. Hasta en un 5-15% de los ca- sis por su valor pronóstico, ya que va a con- sos no se consigue dilucidar su etiología y dicionar la actitud que vayamos a tomar fren- se la considera hemoptisis criptogenética(23). te a ella. Según diferentes criterios se con- La forma de aparición de la hemopti- sidera hemoptisis masiva si el sangrado es su- sis, junto con otros síntomas asociados, nos perior a 400-600 ml en 24 horas o mayor de puede orientar hacia el diagnóstico. Las he- 150 ml/hora. Sin embargo, dependiendo de moptisis recurrentes a lo largo de años se otras circunstancias el peligro de la hemop- suelen asociar a patologías benignas. El an- tisis puede ser muy alto a pesar de existir un tecedente de infecciones respiratorias re- sangrado menor. Por este motivo actual- petidas y expectoración purulenta nos debe mente se prefiere el término de hemopti- hacer sospechar bronquiectasias. La aso- sis amenazante(22), que define aquella he- ciación con dolor torácico brusco y disnea moptisis que pude poner en peligro la vida sugiere un tromboembolismo pulmonar. del enfermo, cualquiera que sea su cuantía, La existencia de telangiectasias orienta ha- y que exige tomar medidas terapéuticas ur- cia una enfermedad de Rendu-Osler. La gentes para salvar la vida del paciente. Por aparición de un síndrome constitucional tanto la definición de hemoptisis amena- nos obliga a pensar en una neoplasia. Tam- zante, no sólo tiene en cuenta el volumen o bién debemos pensar en cáncer de pulmón velocidad de la hemoptisis, sino también la en el caso de pacientes fumadores, mayo- repercusión respiratoria y hemodinámica res de 40 años y con sangrado recurren- que tenga en el paciente, que va a depender te(25). Una historia previa de contacto pue- de su reserva cardiocirculatoria y funda- de sugerir la tuberculosis como causa. Es mentalmente de la situación previa de su ca- importante preguntar siempre por el con- pacidad funcional respiratoria. sumo de anticoagulantes o fármacos an- Las etiologías de la hemoptisis son muy tiagregantes plaquetarios, que pueden ser numerosas. La frecuencia de los diferentes causa de hemoptisis. procesos causantes de hemoptisis ha ido va- riando a lo largo del tiempo, y también pue- Dolor torácico de ser distinta según la localización geo- El dolor torácico es una de las causas gráfica(23). En nuestro medio las causas más más frecuentes de consulta tanto en aten- frecuentes son la bronquitis crónica, el cán- ción primaria como en especializada y en cer de pulmón, las bronquiectasias y la tu- servicios de urgencias. Dado que es un sín-
  • 21. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 20 20 L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez toma muy subjetivo, a veces es difícil valo- TABLA 8. Datos que deben recogerse en la rar su intensidad y calidad. Además, puede anamnesis del dolor torácico. no existir relación entre la intensidad del • Cronología dolor y la gravedad de la patología causante; - Modo de aparición el dolor torácico pude reflejar una pato- - Duración logía banal o ser expresión de una enfer- - Evolución medad muy grave con riesgo de muerte. • Área de localización e irradiación Por lo tanto, cualquier dolor torácico debe • Intensidad ser estudiado y, sobre todo, si el enfermo • Calidad • Factores desencadenantes presenta signos de gravead, debe conse- • Factores que lo modifican guirse identificar de forma urgente las cau- • Relación con la postura sas de dolor torácico potencialmente mor- • Síntomas acompañantes tales como el infarto de miocardio o el • Antecedentes personales aneurisma disecante de aorta. - Tabaquismo Como en cualquier otro síntoma, una - Hipercolesterolemia adecuada anamnesis es de extraordinario - Hipertensión arterial valor en el dolor torácico. En la tabla 8 se describen los aspectos que debe abarcar el interrogatorio a un enfermo con dolor to- ma brusca y acompañado de disnea nos racico. debe hacer pensar en un neumotórax. Si El dolor torácico puede estar originado además aparece taquicardia, hipotensión, en la pleura, las estructuras mediastínicas hipoxemia o hipocapnia sospecharemos un o la pared torácica(4). Las causas de dolor tromboembolismo pulmonar. torácico son muchas y variadas(25) y las po- El dolor pericárdico es de localización demos clasificar en causas de etiología pleu- retroesternal, a veces es parecido al de ori- ropulmonar o no pleuropulmonar (Tabla gen coronario, otras veces se asemeja más 9). En un mismo paciente pueden coinci- al pleurítico, suele mejorar al inclinarse ha- dir varias causas de dolor. Algunas caracte- cia delante. Puede acompañarse de roce rísticas del dolor pueden llevar a una apro- pericárdico a la auscultación. ximación diagnóstica bastante ajustada en En la cardiopatía isquémica el dolor de bastantes casos. la angina es retroesternal, de características El dolor de origen traqueobronquial, que opresivas, con gran sensación de angustia y aparece en las traqueobronquitis tiene loca- de muerte inminente; se acompaña de cor- lización retroesternal con irradación hacia tejo vegetativo con náuseas y sudoración; se ambos hemitórax, aumenta con la tos y la ins- puede irradiar al cuello, espalda y brazos. piración profunda y se acompaña de tos. Suele ceder con el reposo y con los nitritos El dolor de origen pleurítico tiene su sublinguales. El dolor del infarto de mio- origen en la pleura parietal. Aumenta con cardio es más intenso, su duración es más la tos, la inspiración profunda y los movi- prolongada, de más de treinta minutos, y no mientos del tórax, se localiza en la zona de suele ceder con los nitritos ni con el reposo. la pleura afectada(26) y se pude irradiar a El dolor producido por la disección aór- hombros, cuello y brazos si está afectada la tica es de instauración brusca, desgarran- pleura mediastínica, y al hombro homola- te, y puede ir migrando en relación con teral o abdomen si está afectada la pleura el avance de la disección. diafragmática(27). Si la etiología es infecciosa El dolor de etiología esofágica, a veces, se puede acompañar de fiebre y tos con ex- es muy difícil de diferenciar del isquémico, pectoración purulenta. Su aparición de for- sobre todo el debido a espasmo esofágico,
  • 22. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 21 Semiología respiratoria 21 TABLA 9. Causas de dolor torácico. • Causas pleuropulmonares - Aneurisma de aorta - Enfermedades infecciosas - Pericarditis - Neumonía - Patología digestiva - Absceso pulmonar - Cólico biliar - Traqueobronquitis aguda - Pancretitis - Bronquiectasias infectadas - Rotura esofágica - Pleuritis - Hernia de esófago - Mediastinitis - Esofagitis - Enfermedades vasculares - Úlcera péptica - Tromboembolismo pulmonar - Enfermedades osteomusculares - Hipertensión pulmonar - Neuritis - Neumotórax - Fracturas costales - Neumomediastino - Fracturas vertebrales - Tumores broncopulmonares - Contusiones - Tumores pleurales - Espondilosis cervical - Traumatismos torácicos - Metástasis vertebrales - Enfermedades de mama • Causas no pleuropulmonares - Mastitis - Patología cardiovascular - Carcinoma de mama - Cardiopatía isquémica: angina, - Dolor psicógeno infarto de miocardio que también es retroesternal, opresivo y sonalidades neuróticas o hipocondríacas. con irradiación a espalda, brazos y abdo- Suele producir un dolor muy variable e im- men. Puede desaparecer con nitritos y an- preciso y muchas veces se asocia a síntomas tiácidos. Otros tipos de dolor de origen eso- de ansiedad, como la hiperventilación. fágico suele ser más fácil de diferenciar, va- rían con la ingesta, se suelen irradiar al ab- EXPLORACIÓN FÍSICA domen y pueden existir antecedentes de Exploración del tórax clínica de reflujo gastroesofágico. Aunque se confía cada vez más en las El dolor de origen musculoesquelético pruebas radiográficas y fisiológicas en el es- suele ser fácil de diagnosticar. Puede tener tudio de la patología pulmonar, la explo- un carácter sordo o definirse como pin- ración física sigue siendo una parte inte- chazos. Su localización es variable y pude gral e imprescindible de la evaluación clí- tener irradiación intercostal o en profun- nica de los enfermos respiratorios. A pesar didad. Aumenta con los movimientos de tó- de sus limitaciones, un buen examen físico rax, con la respiración y con la presión so- aporta información que puede ser com- bre la zona afectada. Mejora con el reposo plementaria a la de las radiografías, prue- y el calor local. A veces hay antecedente de bas funcionales o análisis, y en algunas cir- traumatismo y suele ser sensible a analgési- cunstancias la exploración física puede ser cos y antiinflamatorios. El síndrome de Tiet- el único instrumento disponible para la eva- ze está producido por una costocondritis y luación del paciente. se puede observar enrojecimiento e hiper- En la exploración siempre se deben sensibilidad a la palpación de la zona. comparar los dos hemitórax, cada zona del El dolor psicógeno es, siempre, un diag- tórax debe ser comparada con la misma re- nóstico de exclusión. Suele darse en per- gión del otro lado tanto para la inspección,
  • 23. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 22 22 L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez como para la palpación, percusión y aus- racoabdominales durante la inspiración cultación(4). puede ser un signo de fracaso respirato- rio grave. Inspección La inspección del paciente comienza en Palpación el mismo momento en que entra en la con- Con esta exploración podemos corro- sulta. Podemos valorar su actitud, postura, borar hallazgos descubiertos durante la ins- si en ese momento está recibiendo oxige- pección, y así se pueden notar asimetrías noterapia, su capacidad de movimiento, en la expansión del tórax y pérdidas de vo- si está gordo o delgado. Mientras realiza- lumen de algún hemotórax. Además, es útil mos la entrevista podemos observar su fre- para valorar edema o enfisema subcutáneo. cuencia respiratoria, si tiene cianosis, anor- En el dolor torácico, la palpación de la zona malidades en la forma de los dedos o en su dolorosa puede aportar información valiosa coloración, uñas amarillas por el tabaco, sobre la naturaleza del dolor. uñas de arlequín en el que ha dejado de fu- Siempre se deben explorar las axilas, mar, etc. Hay que fijarse también en si hay hueco supraclavicular y cuello en búsque- disfonía, dificultad para el habla o estridor da de posibles adenomegalias. audible. Aunque la palpación es menos sensible Se debe medir la frecuencia respirato- que la auscultación para valorar la trans- ria: se denomina taquipnea cuando la fre- misión de las vibraciones vocales puede ser cuencia es superior a 20 respiraciones por útil explorar el frémito táctil colocando la minuto, bradipnea si es inferior a 12 por palma de la mano de forma simétrica en minuto. También se debe observar si exis- ambos lados del tórax mientras el pacien- ten alteraciones en el patrón respiratorio, te dice “treinta y tres”. Están aumentadas como la respiración de Cheyne-Stokes en las vibraciones en caso de condensación y que, tras un período de apnea, se produ- disminuidas en el derrame pleural, atelec- cen respiraciones que van aumentando pro- tasia o fibrotórax(4). gresivamente de amplitud y frecuencia y luego disminuyen progresivamente hasta Percusión otro episodio de apnea. La respiración de La percusión puede proporcionar va- Kussmaul, típica de la acidosis respiratoria, liosa información sobre la presencia de po- se caracteriza por ser una respiración de sible patología pulmonar. Permite evaluar gran amplitud y de alta frecuencia. En la el sonido que se produce en estructuras si- respiración de Biot alternan ciclos de fre- tuadas hasta unos 5 cm por debajo de la cuencia y amplitud variables con períodos zona percutida. La percusión siempre debe de apnea, y es característica de lesiones neu- realizarse de forma que comparemos áre- rológicas bulboprotuberanciales(1). as idénticas de cada lado del tórax(4). Se debe inspeccionar la anatomía de la El sonido producido por la percusión caja torácica en busca de alteraciones: cifo- en un pulmón normal es de tono bajo, se- sis o escoliosis, pectus excavatum o carinatum. mejante a un tambor (sonido claro pulmo- Hay que observar si existen dismetrías en la nar). En caso de derrame pleural, neumo- expansión de la caja torácica o pérdida de nía, fibrosis extensa y en las áreas hepática volumen de algún hemotórax. La depre- y cardiaca la resonancia está disminuida, sión intercostal y subcostal, llamada signo produciendo un sonido mate. Si aumenta de Hoover, es típica de los enfermos con la cantidad de aire en el tórax (enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva grave(4). bullas, neumotórax) la resonancia aumen- La descoordinación de los movimientos to- ta y se produce un sonido timpánico(1).
  • 24. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 23 Semiología respiratoria 23 La percusión auscultatoria se realiza aus- fermedad neuromuscular puede hacer di- cultando el tórax por detrás mientras se fícil oír los ruidos respiratorios. También percute el manubrio del esternón. Permi- la obstrucción de un bronquio, la dismi- te localizar masas pulmonares y detectar de- nución de la elasticidad pulmonar o la li- rrames pleurales(28). mitación crónica al flujo aéreo puede pro- ducir ruidos respiratorios muy débiles. Otra Auscultación causa de disminución del ruido respirato- La auscultación es una exploración rio estaría en la dificultad de transmisión esencial en las enfermedades pulmonares. de éste por aumento de la grasa subcutá- Mediante esta técnica debemos reconocer nea, derrame pleural, neumotórax. ruido respiratorios normales o su ausencia, La diferencia en la transmisión de los la transmisión de los sonidos de la voz y rui- sonidos de la voz también puede propor- dos respiratorios adventicios. cionar datos sobre anomalías patológicas. Los ruidos respiratorios están produ- En condiciones normales la voz tranquila cidos por el flujo turbulento del aire al pa- se transmite como un sonido suave, de tono sar por las distintas estructuras del árbol bajo, confuso y poco inteligible. En caso de respiratorio. La calidad de los ruidos res- consolidación o atelectasia la transmisión piratorios varía de una región a otra del tó- de la voz se torna más clara, y se percibe rax(4). El ruido normal de la fase inspira- fuerte y clara, a lo que se denomina bron- toria se origina en los bronquios lobares y cofonía. La pectoriloquia áfona consiste en segmentarios, mientras que el componen- la percepción nítida e inteligible de la vos te espiratorio tiene su origen en zonas más susurrada y es un signo de consolidación, proximales, de mayor tamaño(29). El soni- como la respiración bronquial y la bron- do que se oye sobre la zona esternal y pa- cofonía. Se denomina egofonía a una for- raesternal alta tiene un tono alto, se oye cla- ma especial de transmisión, en la que se ramente durante la espiración, que dura produce un cambio en el timbre de la emi- más que la inspiración (sonido bronquial). sión de la voz, dándole una calidad nasal o En las axilas, y sobre todo en las bases, el de balido. Aparece cuando un derrame ruido es más suave y menos agudo, como pleural separa una consolidación o en el un susurro, se oye durante la inspiración y borde superior de un gran derrame pleu- al comienzo de la espiración (murmullo ve- ral(1). sicular). Entre los omóplatos y debajo de Los ruidos anormales adventicios se su- las clavículas el ruido tiene características perponen a los ruidos normales. Los que de los dos anteriores, es un sonido suave de son discontinuos se denominan crepitan- tono intermedio y que se oye en las dos fa- tes y los continuos, sibilantes, que si son de ses de la respiración (sonido broncovesi- tono más bajo se conocen como roncus. cular)(4,5). Si en una zona se ausculta un rui- Los crepitantes se producen por la aper- do con unas características distintas a las tura de vías aéreas que previamente esta- que le corresponderían se considera pa- ban cerradas y en otras ocasiones por el bur- tológico. Así, en caso de consolidación o bujeo del aire al pasar a través de secrecio- atelectasia el sonido vesicular cambia a nes(5). Los crepitantes finos se producen a bronquial, ya que el tejido consolidado con- medida que el aire entra en la unidad aci- duce los sonidos respiratorios de los bron- nar. Suelen aparecer en la inspiración más quios adyacentes. En otros casos lo que exis- que en la espiración. Son persistentes y sue- te es una disminución o abolición del mur- len estar agrupados, no se modifican con mullo vesicular normal. Una respiración la tos. Aparecen en el edema pulmonar, superficial por cansancio, debilidad o en- la neumonía y la fibrosis intersticial. Los
  • 25. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 24 24 L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez crepitantes gruesos son más graves, bur- nosis central es el resultado de un incre- bujeantes y se transmiten bien a la pared mento de hemoglobina reducida por una torácica y a la boca, y cambian con la tos. saturación inadecuada de la sangre arterial. Son el resultado de la acumulación de se- Su patogenia se relaciona con el desarro- creciones o líquido en los bronquios. Otro llo de hipoxemia, por lo que su etiología tipo de crepitantes es el que aparece en los más frecuente es la patología pulmonar, casos de inflamación pleural por el des- aunque también aparece en casos de car- plazamiento de la pleura parietal sobre la diopatías con derivación de derecha a iz- visceral. Es un ruido que se compara con quierda y en las grandes fístulas arteriove- el frote de dos trozos de cuero. Se escucha nosas pulmonares. tanto en la inspiración como en la espira- En la cianosis periférica el incremento ción y desaparece al mantener la respira- de hemoglobina reducida se encuentra en ción y no se modifica con la tos. En casos la sangre venosa por una excesiva elimi- de neumotórax izquierdo puede oírse un nación de oxígeno en los tejidos adyacen- ruido sincrónico con el latido cardiaco que tes debido a un enlentecimiento del flujo puede detectar pequeños neumotórax no sanguíneo en los capilares o a un aumen- visibles por radiografía. to del consumo de oxígeno por las células. Los ruidos adventicios continuos (sibi- Se puede apreciar en situaciones de shock lancias y roncus) indican obstrucción de y en la insuficiencia cardiaca y aparece en la vía aérea. Las sibilancias tienen un ca- el síndrome de Raynaud de forma paro- rácter musical con un tono definido. Se- xística(4). gún los casos pueden auscultarse durante La cianosis central se puede apreciar la inspiración, la espiración o durante todo tanto en la piel, que está caliente, como en el ciclo respiratorio. Los roncus tienen un mucosas y los lechos ungueales son de co- tono más bajo. Una forma particular de so- lor azul oscuro. En la cianosis periférica nido adventicio continuo es el estridor, que la piel suele estar fría y los lechos de las uñas se produce por una obstrucción de la la- lívidos. ringe o la tráquea. Tiene una calidad agu- da, fuerte, de tono constante, general- Acropaquías y osteoartropatía mente se oye durante la inspiración, pero hipertrófica puede ser también espiratorio o durante Acropaquías o “dedos en palillo todo el ciclo. de tambor” Se denomina “dedos en palillo de tam- CIANOSIS bor” a una anomalía que se produce por Se denomina cianosis a la coloración edema de los tejidos blandos en las por- azulada de la piel y mucosas causada por ciones distales de los dedos de las manos una excesiva concetración de hemoglobi- y los pies que hace que lleguen a tener una na reducida en sangre. Para que sea apre- forma caracterizada por(4): 1) aumento del ciable se necesita alcanzar una concentra- volumen del extremo distal de los dedos; ción de hemoglobina reducida superior a 2) ángulo entre la uña y la piel proximal de 5 g/dl(4), por lo que en casos de anemia se- más de 180 grados; 3) aspecto esponjoso vera no llega a producirse y es más eviden- del lecho ungueal y eitema periungueal y; te en pacientes con policitemia. Su obser- 4) aumento de la curvatura de la uña (uña vación exige luz diurna y es prácticamente en vidrio de reloj). Son asintomáticos y la inapreciable con luz fluorescente. mayoría de los pacientes no se han dado Se clasifica en central y periférica, se- cuenta del cambio producido. En general gún su mecanismo fisiopatogénico. La cia- son bilaterales y simétricos. Aparecen fre-
  • 26. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 25 Semiología respiratoria 25 cuentemente en la fibrosis pulmonar, fi- 7. Earis J. Clinical assessment. En: Gibson GJ, brosis quística, tuberculosis avanzada, el Geddes DM, Costabel U, Sterk PJ, Corrin B. Respiratory Medicine. Saunders. 2003. Págs. cáncer de pulmón y las cardiopatías con- 255-71. génitas cianóticas. 8. Mcgarvey L, MacMahon J. Cough. En: Gibson GJ, Geddes DM, Costabel U, Sterk PJ, Corrin Osteoartropatía hipertrófica B. Respiratory Medicine. Saunders. 2003. Págs. Es una lesión localizada en el periostio 272-7. de las falanges y las porciones distales de 9. Diego Damiá A, Plaza Moral V, Garrigues Gil brazos y piernas. Produce dolor y moles- V, Izquierdo Alonso JL, López Viña A, Mullol tias articulares, con artralgia con edema y Miret J, Pereira Vega A. Tos crónica. Arch Bronconeumol 2002; 37: 316-24. rigidez en dedos, muñecas, rodillas o to- 10. Díaz de Atauri MJ. Semiología Clínica. En: Vi- billos. Radiográficamente se caracteriza llasante C. Enfermedades Respiratorias. Aula por neoformación ósea subperióstica en Medica Ediciones. Madrid 2002. Pag 57-65. los huesos largos. Su etiología más fre- 11. American Thoracic Society. Dyspnea. Mecha- cuente son las neoplasias pulmonares, so- nism, assessment, and management: a con- bre todo primarias, y unas pocas metastá- sensus statement. Am J Respir Crit Care Med sicas. 1999; 95: 539-47. Existen algunos casos idiopáticos, no 12. De Miguel Díez J, Nieto Barbero MA, Rodri- relacionados con ninguna enfermedad, guez Hermosa JL, Calle Rubio M, Álvrez-Sala Walter JL. Disnea. En: Villasante C. Enferme- que se denominan paquidermoperiosto- dades Respiratorias. Grupo Aula Médica SL. sis. Madrid 2002. 14. Pratter MR, Curley FJ, Dubois J et al. Cause BIBLIOGRAFÍA and evaluation of chronic dyspnea in a pul- 1. Suárez Pinilla FJ, Conget López F, Orcastegui monary disease clinic. Arch Intern Med 1989; Candial JL, Gómez Gómez R. Semiología Clí- 149: 2277-82. nica. En: Caminero Luna JA, Fernández Fau 15. Stulbarg MS, Adams L. Dyspnea. En: Murray JF, L, editores. Manual de Neumología y Cirugía Nadel JA (Eds.): Textbook of respyratory me- Torácica. Editores Médicos, S.A. Madrid 1998. dicine. WB Saunders., Filadelfia, 2000: 541-52. Págs. 141-58. 16. Borg G. Subjetive effort and physical activities. 2. Irwin RS, Widdicombe J. Cough. In: Murray Scand J Rehab Med 1978; 6: 108-13. JF, Nadel JA. Textbook of respiratory medeci- 17. Burdom JGW, Juniper EF, Killian KJ, Hargre- ne.W.B. Saunders Company. Philadelphia ave FE, Campbell EJM. The perception of 1994. Págs. 529-44. brethlessness in asthma. Am Rev Respir Dis 3. McCool FD, Leite DE. Pathophysiology of 1982; 126: 825-8. cough. Clin Chest Med 1987; 8: 189-95. 18. Mahler DA, Weinberg DH, Wells CK, Feinstein 4. Fraser RS, Müller L, Colman N, Paré PD. AR. The measurement of dyspnea: contents, Anamnesis y examen físico. En: Fraser- Paré, interobserver agreement, and physiologic co- ed. Diagnóstico de las Enfermedades del Tó- rrelates of two new clinical indexes. Chest rax. Editorial Médica Panamericana. Buenos 1984; 85: 751-8. Aires 2002. Págs. 378-403. 19. Perpiñá Tordera M, Martínez Francés M. Fi- 5. Acochea Bermúdez J. Valoración Clínica. siopatología y medición de la disnea en la en- Anamnesis y examen clínico. En: Martín Es- fermedad pulmonar obstructiva crónica. Im- cribano P, Ramos Seisdedos G, Sanchís Aldas portancia de la rehabilitación respiratoria. En: J, eds. Medicina Respiratoria. Grupo Aula Mé- Güel Rous R, de Lucas Ramos, P (Eds.). Tra- dica, S.L. Madrid 2006. Págs. 85-96. tado de rehabilitación respiratoria. SEPAR. 6. Irwin RS, Curley FJ, French CL. Chronic Grupo Ars XXI de Comunicación, S.L. Bar- Cough. The spectrum and frecuency of cau- celona 2005; 87-104. ses, key components of the diagnosis evalua- 20. Calle Rubio M, Rodríguez Hermosa JL, Nieto tion and autcome of specific therapy. Am Rev Barbero MA, De Migule Díez J, Álvarez-Sala Respir Dis 1990; 141: 640-7. Walter JL. Hemoptisis. En: Villasante C (Ed).
  • 27. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 26 26 L. Gómez Carrera, J. Férnández Bujarrabal, F. Canseco, J. Gómez de Terreros Sánchez Enfermedades Respiratorias. Aula Medica Edi- 25. Schneider RR, Seckler SG. Evaluation of acu- ciones. Madrid 2002. Pag 153-60. te chest pain. Med Clin North Am. 1981; 65: 21. Navarro Obrer I, Crescencio Pérez C, Muñoz 53-60. Esteban C, Marín Pardo J. Hemoptisis. En: Ca- 26. Shah PL. Chest Pain. En: Gibson GJ, Geddes minero Luna JA, Fernández Fau L, editores. DM, Costabel U, Sterk PJ, Corrin B. Respira- Manual de Neumología y Cirugía Torácica. Edi- tory Medicine. Saunders. 2003. Págs. 291-6. tores Médicos, S.A. Madrid 1998. págs. 485-503. 27. Casas Maldonado F, Gallardo Medina M, Con- 22. Roig Cutillas J, Llorente Fernández JL, Orte- de Valero A, Morente Campos J. Dolor Torá- ga Morales FJ, et al. Manejo de la hemoptisis cico. En: Caminero Luna JA, Fernández Fau amenazante. Arch Bronconeumol 1997; 33: L, editores. Manual de Neumología y Cirugía 31-40. Torácica. Editores Médicos, S.A. Madrid 1998. 23. Pearson MG, Corless J. Haemoptysis. En: Gib- Págs 505-22. son GJ, Geddes DM, Costabel U, Sterk PJ, Co- 28. Guarino JR, Guarnin JC. Auscultatory percu- rrin B. Respiratory Medicine. Saunders. 2003. sion: A simple method to detect pleural efu- Págs. 278-283. sión. J Gen Intern Med 1994; 9: 71-77. 24. Poe RH, Israel RH, Martin MG, et al. Utility of 29. Pasterkamp H, Kraman SS, Wodicka GR. Sta- fiberoptic bronchoscopy in patients with he- te of the art: Respiratory sound: Advances be- moptysis and nonlocalizing chest roetgeno- yond the stethodscope. Am J Respire Crit Care grams. Chest 1988; 93: 68-71. Med 1997; 156: 974-87.
  • 28. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 27 Capítulo 2 Técnicas de imagen 1P. Caballero Sánchez-Robles, 2M.D. Álvaro Álvarez, 3P. Díaz-Agero Álvarez, 4R. Álvarez-Sala Walther Servicio de Radiología1. Hospital de La Princesa. Madrid. Servicio de Neumología del Hospital de Móstoles2. Madrid. Servicio de Neumología4 y de Cirugía Torácica3. Hospital Universitario La Paz. Madrid LA RADIOLOGÍA CONVENCIONAL vas técnicas diagnósticas ofrecen un diag- La radiografía de tórax es una prueba nóstico más fiable y seguro. Entre ellas se básica para el estudio de los pacientes con encuentra la proyección lordótica, que tie- patología torácica. Es fundamental para es- ne como objetivo desplazar las clavículas tablecer un diagnóstico, para el segui- y así evitar su superposición en los vérti- miento de distintos procesos, así como ces pulmonares. Es útil para valorar la pa- prueba inicial antes de indicar otras téc- tología visible en los vértices pulmonares y nicas más caras y complejas, como son la para el análisis de las lesiones del lóbulo tomografía computarizada, la ecografía y medio. la resonancia, entre otras. La exploración La fluoroscopia se limita casi exclusiva- rutinaria de radiografía de tórax incluye mente a la valoración de la motilidad del dos proyecciones, postero-anterior y late- diafragma. Las radiografías en espiración ral izquierda en bipedestación. En la pro- pueden ser eficaces para evaluar áreas de yección postero-anterior el 43% del área atrapamiento aéreo pulmonar y para vi- pulmonar y un 26% del volumen se ocul- sualizar mejor pequeños neumotórax. tan por las distintas estructuras superpues- tas, de ello la importancia de completar LA ECOGRAFÍA TORÁCICA el estudio con la radiografía lateral y evitar, Los ultrasonidos han demostrado una de esta forma, posibles errores diagnósti- gran utilidad en diferentes patologías del cos(1). En niños y adultos muy jóvenes, po- tórax, fundamentalmente para la patología dría obviarse la proyección lateral con el de la pleura, de la pared torácica, en algu- fin de reducir la dosis de radiación, que- nas masas pulmonares y mediastínicas y en dando su realización supeditada a la indi- las lesiones endobronquiales. Su aplicación cación del radiólogo responsable. se justifica por el bajo coste de esta explo- En ocasiones, pueden emplearse otras ración, su facilidad de uso, su poca agresi- proyecciones especiales con el fin de acla- vidad y por la ausencia de radiaciones io- rar imágenes dudosas. Fueron muy emple- nizantes. Estas aplicaciones cobran especial adas hace años, pero actualmente se limi- importancia en la edad pediátrica por su tan a casos muy puntuales, ya que las nue- fácil aplicación y la ausencia de radiación. 27
  • 29. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 28 28 P. Caballero Sánchez-Robles, M.D. Álvaro Álvarez, P. Díaz-Agero Álvarez, R. Álvarez-Sala Walther Algunas técnicas intervencionistas en el tó- como colecciones inicialmente anecoicas rax se guían con ecografía(1). en el momento agudo, para posteriormente En la patología pleural la ecografía ayu- hacerse más ecogénicas y con contenido da al diagnóstico y al intervencionismo en heterogéneo en su interior. En el caso de el caso de derrames, engrosamientos y tu- los abscesos podría detectarse, asimismo, mores pleurales y, en especial, en pacien- una colección hipoecogénica con conteni- tes encamados cuando se precisa a la ca- do más o menos abigarrado en su interior. becera del paciente. Es práctica en la de- Las lesiones tumorales sólidas se aprecian tección del derrame pleural en los casos en como lesiones hipoecoicas. Las calcifica- los que la radiografía convencional pueda ciones aparecen como imágenes hipere- presentar dudas, en pacientes clínicamen- cogénicas que producen una sombra pos- te inestables y para la localización de de- terior(5). rrames encapsulados o de pequeña cuan- Dentro de la patología del pulmón y del tía. La guía mediante ultrasonidos para efec- mediastino la ecografía se limita a lesiones tuar estas punciones reduce las complica- en contacto con la pared torácica. Su im- ciones yatrogénicas. portancia radica fundamentalmente en la ca- Las técnicas intervencionistas, como pacidad de discernir entre lesiones sólidas o son, por ejemplo, la aspiración de derra- líquidas y a la posibilidad de ser pinchadas mes o colecciones y la colocación de tubos con control de ultrasonidos de forma sen- de drenaje pleural, en muchas ocasiones se cilla y fiable, obteniéndose material para ci- dirigen mediante ecografía(2-4). En el caso tología o para estudio histológico. La eco- de punciones o biopsias de las masas pleu- grafía también puede ser útil para el segui- rales guiadas por sonografía se han de- miento evolutivo de las masas, en especial en mostrado escasas complicaciones. niños para evitar las radiaciones ionizantes(1). El aspecto de la cavidad pleural puede En los últimos años la endo-ultrasono- orientar en cuanto a su etiología, de esta grafía aplicada a la fibrobroncoscopia se ha forma un derrame anecogénico, sin con- empleado para el estudio citológico o his- tenido en su interior (negro), o bien es- tológico de lesiones o masas endobron- casamente hipoecogénico, puede corres- quiales o de las adenopatías del mediasti- ponder a trasudado o exudado. En otras no, en especial las paratraqueales y subca- ocasiones cuando en el interior de la cavi- rinales. En este sentido, tiene una impor- dad aparece contenido más ecogénico tante aplicación a la hora del estudio de ex- (blanco), con tabiques y aspecto hetero- tensión del carcinoma de pulmón para la géneo, ello es indicativo de un exudado o biopsia de adenopatías(6). empiema. La presencia de tabicaciones en el interior puede ser una indicación para LA TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA colocar un drenaje o introducir agentes fi- La tomografía computarizada (TC) es brinolíticos. En los casos de hemotórax pue- una técnica que emplea los rayos X para ob- den detectarse extensas zonas hiperecogé- tener información de un territorio del cuer- nicas (blancas) dentro del derrame o un po, almacena la información, y se reprodu- nivel de distintas ecogenicidades (Fig. 1). cen las imágenes posteriormente con posi- En cuanto a la patología de la pared to- bilidad de hacer reconstrucciones en múl- rácica, tanto de las partes blandas como del tiples planos del espacio. De esta forma, se hueso, pueden estudiarse y biopsiarse tam- pueden conseguir diferentes estudios. Los bién con el apoyo de la sonografía(3,5). Se estudios de TC habituales aportan imágenes ha descrito como de gran utilidad en los con una ventana para ver las estructuras del hematomas de la pared, que aparecerían mediastino y otra para el parénquima pul-
  • 30. aaPrimeras-140 12/5/09 16:04 Página 29 Técnicas de imagen 29 A B C FIGURA 1. A). Radiografía de tórax de una paciente de 75 años que presenta dolor pleurítico derecho después de un intento de canalización de una vía venosa subclavia derecha. Se detecta una veladura casi completa del hemitórax derecho. B) Inicialmente se practicó una ecografía que de- mostró abundante derrame pleural derecho con contenido ecogénico, heterogéneo compatible con hemotórax. C). La TC mostró hallazgos similares a la ecografía: abundante derrame pleural con áreas hiperdensas que corresponden a sangre reciente en el interior de la cavidad pleural. monar, aunque pueden hacerse otro tipo que se ven aislados y sin conexión con los de imágenes que explicamos a continua- vasos. ción. En la proyección de mínima intensidad La TC de alta resolución (TCAR) hace (MINIMIP) se representan las estructuras cortes muy finos de 1-2 mm de grosor y con que tienen intensidad mínima, es decir, el un intervalo de 10-20 mm entre cada cor- aire (la vía aérea, cavitaciones, áreas de en- te. Se usa fundamentalmente para detectar fisema...). alteraciones del parénquima pulmonar, También es posible hacer broncoscopia como son los pequeños nódulos, las bron- virtual para analizar de forma no invasiva quiectasias o la patología intersticial. la luz y la pared de la tráquea y parte pro- Las reconstrucciones multiplanares lo- ximal del árbol bronquial. gran ver simultáneamente cortes axiales, La TC sirve, además, en muchos cen- coronales sagitales y oblicuos (Fig. 2). La tros como guía para practicar punciones superficie sombreada tridimensional es una o biopsias torácicas percutáneas. técnica de reconstrucción volumétrica que Los equipos de TC se han ido perfec- consiste en identificar la superficie de la es- cionando durante los últimos años, siendo tructura anatómica que se quiera recons- ya muchas las indicaciones de esta prueba truir para individualizarla y separarla del diagnóstica que se ha hecho imprescindi- resto. ble para el manejo de múltiples patologías. En la proyección de máxima intensidad A continuación resumiremos las indica- (MIP) la imagen resultante representa ciones más habituales en nuestra práctica aquellas estructuras que poseen mayor den- diaria dentro de la patología respiratoria. sidad que las adyacentes e ignora el resto. En el pulmón es muy útil para ver vasos pul- Detección de nódulos pulmonares monares sin necesidad de contraste gracias La TC tiene una mayor sensibilidad que a la gran diferencia de densidad entre és- la radiografía de tórax para identificar los tos y el parénquima pulmonar. También es nódulos pulmonares de pequeño tamaño, muy rentable para ver pequeños nódulos por lo que puede estar indicada para bus-