Teoría sobre Grabado en Madera para la asignatura Grabado en Relieve de Grado en Bellas Artes de CES Felipe II. Impartido por Macarena Moreno. Curso 2011-2012.

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ASIGNATURA: GRABADO EN RELIEVE
PROFESORA: MACARENA MORENO MORENO
GRABADO EN MADERA
El grabado en madera se empezó a cultivar en Europa a
partir del siglo XIV, en un principio para producir estampas
sueltas, sobre todo estampas religiosas, también juegos de
naipes. Se utilizaron maderas duras cortadas a la fibra y la
técnica, al igual que otras labores en madera recibía el nombre
de entalladura.
Esta técnica se desarrollaría hasta dar lugar a la imprenta
–estampación de textos mediante el empleo de tipos móviles-.
Las entalladuras se utilizan también, desde este momento, para
la ilustración de libros. En muchas ocasiones estas primeras
estampas se coloreaban a mano, para imitar las antiguas
miniaturas de los códices manuscritos.
A finales del siglo XVIII el grabador inglés Thomas
Bewick (1753 – 1838) inventa la xilografía al cortar el taco de
madera en sentido perpendicular a la fibra, lo cual
proporcionaba una superficie mucho más dura y permitía
grabar la madera con mayor finura, utilizando las herramientas
propias del grabado en metal: los buriles.
El grabado en madera procede de China, donde se
practicaba desde el siglo IX, desde allí irradió al resto del
mundo civilizado. El desarrollo de la técnica en Japón, siguió
una evolución distinta a la vivida en Europa y a mediados del
siglo XVIII , el grabado en madera y la estampación a color
alcanzará su máximo esplendor . Destacan de modo especial los
grandes grabadores japoneses Hiroshige y Hokusai y sus series
Cien vistas de Edo (Hiroshige) y Treinta y seis vistas del monts Fuji
(Hokusai). A esta última serie pertenece la conocidísima ola que
se ha convertido en un icono internacional de la cultura
japonesa. La estampa japonesa fue una industria
importantísima en Japón. Los talleres rivalizaban en perfección

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técnica y se producían grabados de un gran número de
planchas.
La producción de una estampa japonesa era
esencialmente un trabajo de equipo, que agrupaba –aparte del
editor que encargaba la obra- al propio artista y a varios
grabadores en madera y estampadores, cada uno de los cuales
estaba especializado en una parte muy concreta del proceso. En
primer lugar, el artista hacía un claro dibujo lineal con pincel y
tinta negra sobre papel transparente, que luego se pegaba boca
abajo sobre el taco de madera y se le encargaba al grabador más
veterano, para que lo tallara. Una vez terminado este grabado
se le entregaba al estampador para que hiciera una serie de
estampas en negro, también sobre papel transparente, que se
devolvían al artista, para que este indicara en cada una de ellas
la zona de color que se debía estampar. Entonces se pegaban a
los otros tacos las pruebas marcadas y se grababan. Cuando
estaban todos los tacos grabados se llevaban a los estampadores
que trabajaban en cadena: cada uno se ocupaba de entintar y
estampar un color y le pasaba la hoja al siguiente. Los colores
eran al agua y se aplicaban a pincel. No utilizaban prensa, sino
una especie de muñequilla llamada barén. Los registros estaban
grabados en los propios tacos con lo que se aseguraban una
gran exactitud en la disposición de los colores. Por este
procedimiento se imprimían miles de estampas a finales del
siglo XIX.
Cuando se conoció en Europa la estampa japonesa,
gracias a las exposiciones universales -en especial la Exposición
Universal de París, celebrada en 1867- causó gran sensación
entre los artistas europeos, quienes inmediatamente adoptaron
parte de sus rasgos más característicos: colores planos, dibujo
de contorno en negro, composiciones en diagonal,...). La
estampa japonesa influyó poderosamente en el desarrollo y

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evolución de las primeras vanguardias del arte europeo (ver
Henry Riviere, Mary Cassat, Van Gogh, etc.)
EL GRABADO EN MADERA
A la hora de grabar en la madera debemos tener en cuenta
una serie de circunstancias que no estaban presentes cuando
grabábamos en linóleo.
En primer lugar, que la madera presenta una estructura
muy diferente a la del linóleo, el linóleo es un material
compacto pero flexible y uniforme, se hace con polvo de corcho
y aceite de linaza; la madera es un material natural, producto
de la acumulación de las células leñosas de distintas especies
vegetales durante su crecimiento. Por tanto, variará su
consistencia según la especie de procedencia. Como regla
general, las maderas procedentes de especies de crecimiento
lento son más duras que las procedentes de especies de
crecimiento rápido.
En segundo lugar, la veta de la madera –la orientación de
sus células- condiciona nuestro trabajo con las gubias, que
debemos dirigir siempre en la dirección de la fibra, para que la
madera no se astille. Cuando queramos grabar en sentido
perpendicular a la fibra, usaremos el cuchillo de talla o el cutter,
haciendo la labor de talla y contratalla que describíamos en el
ejercicio anterior.
Las maderas se pueden grabar también con otras
herramientas, como por ejemplo minitaladros (de los
empleados en modelismo), a los que se puede dotar de
distintas puntas intercambiables, tornos de dentista,

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pirograbadores, o cualquier otro objeto o herramienta que deje
una huella en la superficie de la madera.
Por otra parte, debemos saber que es posible jugar con la
veta de la madera para que esté presente como textura en
nuestras estampas. Si queremos que la textura de la madera sea
mínima debemos lijar muy bien la madera con una lija fina
antes de comenzar a grabarla. Si por el contrario, queremos que
la textura de la madera sea muy evidente, podemos cepillar la
madera con cepillos de alambres en la dirección de la veta.
Se pueden emplear toda clase de maderas para grabado,
pero para facilitar la estampación en los tórculos conviene que
utilicemos las planchas de contrachapado que venden en el
economato de materiales. Tienen un lado chapado en madera
de haya (dura) y el otro en madera de ocume (blanda), el
interior es de DM, lo cual simplifica el trabajo con las gubias.
Éstas deberán estar muy bien afiladas.
ESTAMPACIÓN
La estampación de un grabado en madera es muy similar
a la estampación de un grabado en linóleo.
Únicamente recomendar el empleo de guías, tanto para
proporcionar un apoyo al rodillo a la hora de entintar, como
para el tórculo, lo que ayudará a conseguir unas estampas más
limpias.
Recordar también la necesidad de limpiar perfectamente todo el
material: tórculos, mármoles y rodillos antes de abandonar el
aula.

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A la hora de estampar en el tórculo, tened la precaución
de colocar un papel de seda entre la manta y vuestro trabajo
para que no se ensucie ni la manta ni vuestra estampa.
También podemos estampar manualmente con una
cuchara.
PRECISIONES LINGÜÍSTICAS
Resulta incorrecto llamar a nuestros grabados en madera
xilografías, si no están tallados en tacos de madera cortados a
contrafibra.
La página web de la Galería Nela Alberca ofrece un diccionario
de términos relativos al mundo de la estampación, de allí copio
una larga cita sobre la confusión existente en la actualidad en
torno al término xilografía:
Entalladura
Durante los siglos XV a XVII recibía el nombre de entallador el
artesano de la madera, quien, entre otros oficios grababa en madera a
la fibra.
Sobre una tabla de madera cortada del tronco en el sentido de las vetas
y preparada para dotarla de un formato manejable – taco - , actúa el
grabador provisto de los instrumentos tradicionales de carpintería
(cuchillas, gubias, escoplos) . Con tales instrumentos da varios cortes
sobre la superficie del taco. Si estos cortes convergen en la base
(acción de tallas y contratallas), saltará el trozo de madera que queda
entre ellos. De este modo el artista va rebajando la madera en
determinadas zonas. En definitiva, la entalladura es una modalidad de
grabado que consiste en vaciar (cavar) la superficie que debe salir en
blanco en la estampa y dejar en relieve las zonas correspondientes a la
imagen.
Hasta finales del siglo XVIII todas las técnicas empleadas para tallar

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una madera eran de entalladura y no de xilografía, procedimiento muy
distinto de aquel. Durero y su taller, por poner un ejemplo conocido,
no practicaron la xilografía, sin embargo nadie discute su
extraordinaria destreza como grabadores en madera. Todavía hoy, y
quizá más que nunca, existe una confusión generalizada que tiende a
unificar el grabado en madera bajo la común denominación de
xilografía, No todo el grabado en madera actual se obtiene a partir de
la técnica de xilografía ya que muchas de las estampas
contemporáneas provienen de tacos trabajados a fibra (el caso de los
expresionistas alemanes es suficientemente significativo al respecto).
La reivindicación del término entalladura no es arbitraria, ni responde
a un afán purista fuera de lugar. No se trata tampoco de rechazar la
palabra xilografía por que fuera inventada cuatro siglos más tarde de
la técnica a la que erróneamente se aplica. Simplemente, la xilografía
es un procedimiento muy distinto de la entalladura, aún a pesar de
tratarse en ambos casos, de grabado en madera. La resistencia a
aceptar este hecho contrasta con la claridad con que se pone de
manifiesto en el vocabulario de otros países de larga tradición en el
ámbito del arte gráfico. Los anglosajones, por ejemplo, diferencian
claramente ambos procedimientos mediante dos vocablos: wood cut
(madera cortada, es decir entalladura) y wood engraving (madera
grabada, o sea, xilografía). Su equivalente en francés sería taille
d’épargne o gravure sur vois de fil y gravure sus vois de bout.
También el idioma alemán distingue entre holzschnitt y holzstich. Por
otra parte la palabra entalladura no es exclusiva del español, sin ir más
lejos, la voz italiana intaglio procede de la misma raíz y su significado
es análogo.
No obstante, el uso del término plantea ciertos problemas que es justo
evidenciar. En primer lugar, aunque el diccionario de autoridades
define claramente entalladura como “ La obra abierta con el buril o
cincel en madera, piedra o bronce, cortando sutilmente y cavando las
líneas para formar las imágenes o letras que se quieran”, en otros
diccionarios y fuentes de época el significado no se reduce al ámbito
del grabado sino que, por el contrario, se amplia a otros trabajos de
carpintería. Por ejemplo, Sebastián de Covarrubias (Tesoro de la
lengua castellana o española, Madrid, 1611) define al entallador como

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“El que hace figuras de bulto que cortando la madera va formando la
figura”. Así pues, en la mayor parte de los documentos antiguos la
entalladura va a asociada genéricamente a la escultura en madera y,
con mucha frecuencia a la talla de retablos. Evidentemente, esta
vinculación artesanal con el oficio de carpintero no corresponde a la
consideración que el grabador actual tiene de su arte. De manera que
entalladura, además de ser una palabra en desuso, no designa la
técnica empleada por el grabador en madera contemporánea. Del
mismo modo como resulta anacrónico aplicar talla dulce al grabado
calcográfico de las dos últimas centurias, así resulta, también, utilizar
el de entalladura.
A efectos de catalogación se recomienda, pues, el empleo de
entalladura en aquellas estampas obtenidas de tacos grabados
fechadas con anterioridad al siglo XIX y la expresión grabado en
madera a la fibra, para las de los siglos XIX y XX
(http://www.nelaalberca.com/dicc_termino.asp?id_t=42)
Resumiendo, según los historiadores:
− Xilografía: Grabado en madera a contrafibra
− Entalladura: Grabado en madera a fibra (S. XV-XVIII)
− Grabado en madera a fibra: S. XIX, XX y XXI
Luego observareis que entre los propios artistas y el mercado de la
obra gráfica esta definición no se cumple, en mucho casos por
desconocimiento.