El pasado día 27 de Enero celebramos la Universidad Popular Cuarto Mundo sobre la Carta Social Europea, herramienta fundamental de defensa de los derechos sociales. En esta ocasión pudimos dialogar con Javier Alados (abogado) y Hontanares Arranz (trabajadora social).
Resumen Universidad Popular - Carta Social Europea - Enero 2018
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LA CARTA SOCIAL EUROPEA
UNIVERSIDAD POPULARCompartir situaciones y releer la vida
Resumen Universidad Popular Cuarto Mundo
Madrid, 27 de enero de 2018
El pasado día celebramos la Universidad Popular Cuarto Mundo sobre la Carta Social Europea, herramienta funda-
mental de defensa de los derechos sociales. En esa ocasión pudimos dialogar con Javier Alados (abogado) y Honta-
nares Arranz (trabajadora social).
LA CARTA SOCIAL EUROPEA, DERECHO DESCONOCIDO
CARTA DE LA UNIVERSIDAD POPULAR
Durante la preparación de la universidad popular se plantearon tres preguntas para ayudarnos a reflexionar:
1. ¿Qué conoces referente a la Carta Social Europea?
2. ¿Crees que los derechos de todos y todas se defienden? Si no, explica por qué y pon un ejemplo.
3. ¿En qué aspectos te sientes realmente reconocido como igual al resto de la ciudadanía?
La Carta Social Europea, como herramienta de derecho,
es una gran desconocida, no solamente por la ciudada-
nía, sino también por profesionales del mundo del dere-
cho. En la Universidad Popular aprendimos a diferenciar
derechos políticos de derechos sociales. Unos están más
protegidos, se podría decir que son gratis y que no re-
quieren de un gran presupuesto; otros hablan de cosas
que requieren inversión, dinero y que deben concretarse
a partir de un desarrollo de legislación y si no son efecti-
vos es porque, en definitiva, nadie está dispuesto a pagar
por ellos, son los derechos sociales, entre otros: vivien-
da, salud, educación, trabajo, protección social...
Destacamos la importancia de conocer nuestros dere-
chos y la Carta Social Europea. Para España, todos los
tratados que ha firmado y ratificado son de obligado
cumplimiento y sus conclusiones y decisiones de fon-
do [sentencias] pueden utilizarse ante los tribunales.
Aunque España no ha ratificado la Carta Social revisada
(1996) ni el protocolo de reclamaciones colectivas, eso
no impide que cumpla lo que sí tiene firmado y sus de-
cisiones al respecto. Además, estamos en un momento
importante porque todos los partidos políticos mediante
una moción no de ley han pedido al Gobierno su ratifi-
cación.
Descubrimos que la Carta Social Europea depende del
Consejo de Europa (47 países) y no de la Unión Europea
(28 países). También que hay dos tratados de defensa de
derechos que son el Convenio de Derechos Humanos y
la Carta Social Europea. El primero defiende los derechos
civiles y políticos; derecho a la vida, de reunión, asocia-
ción, libertad... y la Carta Social Europea reconoce los
derechos sociales: la asistencia sanitaria, disfrute de la
vivienda y la protección social...
En la Carta Social revisada, por ratificar, se incluyeron
derechos tan importantes como el derecho a la vivienda
o a la protección frente a la pobreza y exclusión social.
El protocolo de reclamaciones colectivas es importante
porque permite a asociaciones y colectivos reconocidos
llevar ante el Comité Europeo de Derechos Humanos si-
tuaciones en las que no se respetan derechos. Es un pro-
cedimiento relativamente rápido.
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Conversaciones en los barrios
PREPARACIONES DE LA UNIVERSIDAD POPULAR
*LIANCHI (Alcalá de Henares)
“Existen derechos como el derecho al trabajo y a la vi-
vienda a los que, hagamos lo que hagamos, nunca tene-
mos acceso, y otros derechos como el de la renta mínima
que nos sale caro, no en dinero, pero en tiempo. Porque
para obtenerlo no solo tienes que ‘hacer’ un papel, sino
que tienes que presentar muchos. Y no una vez y ya, sino
cada seis meses. Además, para acceder a este derecho
tienes que firmar un contrato con ellos al que te com-
prometes a cumplir lo que firmas, a hacer cursos, ir a
Madrid… Reconocemos que está bien que nos lo pidan,
porque no podemos recibir sin más, pero si es un dere-
cho, ¿por qué pedir tanto?. Hay derechos a los que, para
poder acceder, tienes que perder tu intimidad, pierdes el
control de tu vida”.
Todos somos personas, deberíamos tener los mismos
derechos, porque ser persona es más importante que
nada, existir aunque sea rodeadas de problemas, este es
el derecho que debemos exigir.
*VENTILLA (Tetuán)
La mayoría de las veces nos da igual que existan dere-
chos, porque los derechos a los que accedemos no son
suficientes, vas al paro y te dan 275 euros, con eso, ¿qué
hacemos?.
Para defender los derechos tenemos que conocerlos,
pero ni los sabemos ni los conocemos. Las leyes siem-
pre miran por los intereses de unos cuantos y además
no podemos reclamar las injusticias que crean, solo las
acatamos; nos sentimos manipuladas y además, siempre
asumimos las injusticias en silencio.
Cuando hablamos de derechos tenemos la impresión
de que todo evoluciona, menos nosotros, que siempre
nos quedamos atrás.Casi es imposible defender los dere-
chos, muchas veces por cansancio, por tener que luchar
por ellos una y otra vez, y por desconocimiento. Siempre
lo primero que recibes es un no. Y te piden tanto que
siempre te quedas con la cara de ¿qué hago?. Por ese no
que recibes una y otra vez al final desistes y piensas que
de todas formas salir del agujero no vas a salir, así es que
te conformas con ir viviendo.
Además utilizan los derechos para ponernos unos en
contra de otros, generan envidias y parece que la que
tienes que aprender eres tú, en vez de todas esas perso-
nas cuyo trabajo en realidad es defendernos.
Es triste que solo nos reconozcamos como ciudadanos a
la hora de pagar, ahí si que somos como todos.
*DILIGENCIA (Vallecas)
Todos los derechos se pueden defender, pero al no lo-
grarlo es como si nos los estuvieran quitando. Los dere-
chos ya existen, lo que pasa es que no se respetan, sobre
todo los derechos de algunas personas.
A veces te tratan de manera diferente por lo que eres.
Pero la pregunta es si ese trato diferente es por los dere-
chos o porque las personas nos vemos diferentes unas a
otras. Por esta situación, defender tus derechos sin en-
fadarte puede ser muy diferente para ti o para la per-
sona que tienes enfrente, pierdes los papeles, y exiges
tus derechos desde el nerviosismo y así gritas y acabas
perdiendo los pocos derechos que tienes.
Lo peor es que no logramos unirnos para hacer que los
derechos sean de verdad derechos.
*Café Encuentro (Sede ATD Cuarto Mundo)
Es difícil defender los derechos, entre otras cosas por-
que los profesionales que tienen que apoyar para que se
cumplan los derechos y no lo logran quieren desligarse
del sistema institucional, entonces ¿cumplen con su de-
ber?, ¿o más bien demuestran que no son lo que debe-
rían ser?.
Todo son trabas para exigir nuestros derechos, cada vez
más, y estamos cansados de tener que denunciar y lu-
char por ellos, porque el gran problema es la situación
que estamos viviendo y estamos cansados de tener que
vivirla, con lo cual tendemos a pensar que “todo es una
mierda y que, nosotros, pobrecitos, no podemos hacer
nada”.
Se nos está quitando la esperanza y olvidamos que cada
ser humano tiene la capacidad de hacer grandes cosas y
que si nos unimos con otras personas somos todavía más
inteligentes y más fuertes. Quizás ahora la lucha es cono-
cer nuestros derechos, si no los conocemos no podemos
reclamarlos.
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En asamblea plenaria y a través del diálogo que siguió a
la presentación pudimos escuchar diferentes testimonios
de situaciones de defensa de nuestros derechos: para
que no se nos expulsara de una vivienda reconociendo
que la ocupación era la única solución encontrada; para
que se nos reconociera el derecho a la asistencia sanita-
ria de un bebé recién nacido; para que se nos permitiera
empadronar a alguien en una vivienda; para lograr hacer
valer que alguien tiene derecho a un realojo porque la
persona había vivido durante varios años en la vivienda
siendo niña o restituir una indemnización por desempleo
por no sellar dentro de plazo.
Quedó de manifiesto que en la mayoría de las ocasiones
es nuestro propio empeño, determinación y resistencia
lo que nos permite defender nuestros derechos. Nues-
tra capacidad para continuar luchando frente a comen-
tarios como no, frente al estás fuera de plazo, no es en
este departamento, no has traído los papeles, de todas
formas no tienes derecho.
En segundo lugar destacamos la importancia de acceder
a la información. Mariángeles decía: “Falta información
por parte de la administración. (…) Te tenían que infor-
mar en primer lugar, si tienen la posibilidad de ayudarte,
en vez de decirte ‘no por esto, no por esto otro’. Es otra
manera de ver las cosas, informarnos primero y luego ya,
que nos digan, ‘están vulnerando tus derechos pero pue-
de usted poner una reclamación allí’. Este es el trabajo
que deberían hacer para el pueblo y no el trabajo que
están haciendo ahora para el Gobierno”.
En los ejemplos que se pusieron fue decisiva la interven-
ción de terceras personas que nos informan: un familiar,
una prima, un sindicato, la asociación del barrio, una abo-
gada... Pero además, no solamente se trata de informar,
sino de luchar y defenderse para que te reconozcan un
derecho o, al menos, para no perder lo poco que tienes.
En términos de derechos y a la hora de entender cómo
poder utilizar la Carta Social Europea o cualquier otro ins-
trumento, hay que tener en cuenta que estamos frente a
una situación de extrema pobreza y que hay cansancio,
desesperación, sufrimiento, y muchos derechos violados.
El esfuerzo de hacer efectivos los derechos
Manuela Cortéz Fernández
Asamblea plenaria realizada en el Club de Amigos de la Unesco Madrid, CAUM
ASAMBLEA PLENARIA
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Manuela lo dejaba claro con un ejemplo: “Estuvimos en
el juicio, vino Dani y la abogada. Hablamos los dos con
ella y le partí el corazón, era una chica muy simpática.
Luchó con nosotros contra los cinco abogados, porque
fueron cinco abogados. Preguntaban cosas que jamás
había [imaginado] que se pudieran preguntar, en esos
momentos pues lo pasas mal, porque te mandan salir y
ya van dos meses sin cobrar la renta mínima. Y dicen que
es “de patada” (okupación). No es patada, es cuestión
de necesidad por tus hijos, porque si los dejas en la calle,
¿qué te hacen?; te los quitan. Pides derecho a una vivien-
da y yo no tengo derecho a vivienda por que perdí una,
¿entonces qué soy?, ¿un perro en la calle?, ¿no?. Pues si
veo algo vacío me tengo que meter, no en una, en cua-
renta; no por mí, por mis hijos”.
Ante esta realidad, es evidente la importancia de la in-
formación y de los apoyos para hacer efectivos los de-
rechos. Los ponentes aprovecharon para presentar va-
rias iniciativas posibles. Por un lado la posibilidad real de
recurrir ante los juzgados algunas violaciones de la Carta,
como por ejemplo tener una renta mínima por debajo
del umbral de pobreza. Se trata de algo posible y que con
el apoyo de Cuarto Mundo, Marea Básica y otras orga-
nizaciones ya se está llevando a cabo, se invita a que las
personas, a nivel individual, exijan que se cumplan sus-
derechos.
Por otro lado se informó de que Cuarto Mundo, con el
apoyo de juristas y abogados comprometidos, ha puesto
en marcha una Oficina Jurídica para ir un paso más allá
y establecer estrategias de actuación ante los tribunales
que faciliten que las personas puedan restablecer efecti-
vamente sus derechos.
Por último, una intervención nos recordó que lo que
quieren las personas en situación de pobreza no es una
rebaja en las ambiciones, migajas, como el aumento de
la renta mínima, sino una verdadera ambición de dere-
chos para salir del círculo de pobreza, Toni decía:
“Yo ya estoy cansado de escuchar ‘es que vamos a exigir
que nos suban la renta mínima’, pero si yo lo que quiero
es dejar de cobrar la renta mínima, lo que quiero es tra-
bajar. Muchas veces (…) nos vemos obligados a exigir que
nos suban la renta mínima porque no nos da para vivir.
[Yo lo que quiero saber es si se puede exigir que] creen al-
ternativas para que accedamos al mercado laboral. Fun-
damentalmente porque yo quiero contribuir con nuestra
sociedad, yo quiero en un futuro dejar de cobrar la renta
mínima. (...) ¿Esto se puede denunciar?, para que ayun-
tamientos, empresas, multinacionales, servicios sociales,
el Estado, se hagan partícipe de todo esto para crear la-
zos con estas empresas para que nos den oportunidades
y que seamos autosuficientes. (...) Porque claro, es muy
fácil muchas veces decir, son okupas, viven de la renta
mínima...(...) Entonces muchas veces no nos queda otra
salida que reclamar derechos que no se cumplen... (…)
Para mí, algo fundamental que tendría que haber es que
todas las personas podamos acceder a un trabajo, y si
nos tienen que dar cuatro horas de formación y otras
cuatro laborales, pues que nos las den, porque va a ser
una salida para que esta cadena que tenemos de pobre-
za se rompa por algún lado. Porque es que si no, no se
va a romper nunca. Al final, ¿qué pasa?; vives muy mal,
tus hijos al final, (...) el día de mañana los recuerdos que
van a tener(...) va a ser empezar siempre de cero cuando
te echan de una vivienda, hoy cenar y mañana no comer,
es un trauma tanto para los niños como para las familias.
(...) Porque si no hacemos esto a duras penas vamos a
poder sobrevivir, a duras penas vamos a poder estudiar,
a duras penas vamos a recibir formación, a duras penas
vamos a salir de este círculo vicioso de la necesidad, de la
okupación, de que nuestros niños vayan mal alimentados
al colegio, vayan con las zapatillas rotas. (…) Yo quiero ser
autosuficiente para comprar una vivienda o para alquilar
una vivienda y dejar la okupación, porque no somos oku-
pas, somos personas sin hogar, porque no somos pobres,
somos personas con falta de oportunidades”.
Por último y al hilo de esta pregunta, se leyeron varios
artículos de la Carta Social Europea que recogían perfec-
tamente la ambición a una vida digna y responsable que
se había manifestado. Al hacerlo se constató que si estos
artículos existen desde el año 96, es evidente que si des-
de entonces ningún gobierno (Aznar, Zapatero o Rajoy)
los ha ratificado es porque vivimos en un Estado que
no facilita que los derechos se cumplan, por lo tanto
se puede concluir en que estamos ante un Estado ‘an-
tisocial’.
Dani García Blanco, Carmen Nieves