1. JUVENTUD Y SALUD: UNA
MIRADA A LA REALIDAD
IBEROAMERICANA Y
BOLIVIANA
Daniela Romero R.
Mario Yapu C.
Agosto, 2012
1
2. ÍNDICE.
RESUMEN………………………………………………………………………………………………….....4
PALABRAS CLAVES………………………………………………………………………………………..4
METODOLOGÍA……………………………………………………………………………………………...5
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………..8
1. La Juventud desde la teoría social………………………………………………………………..9
2. Pubertad, Adolescencia y Juventud: Una aproximación desde el ámbito de la Salud…….11
2.1. El Enfoque de Salud Integral y su aplicación en la Juventud…………………………....14
3. La Juventud y su Salud en la Realidad Iberoamericana………………………………………15
3.1. El Acceso a Servicios de Salud……………………………………………………………..18
4. Políticas de Salud en Iberoamérica……………………………………………………………...20
5. Juventud y Salud: El caso de la realidad boliviana…………………………………………….22
5.1. La Realidad de la Juventud en Bolivia……………………………………………………...22
5.2. Antecedentes del Estudio de la Juventud y su Salud en Bolivia. ……………………….25
6. Políticas Públicas en Salud para la Juventud en Bolivia………………………………………32
6.1. Plan Nacional para la Salud Integral de la Adolescencia y Juventud Boliviana
2009-2013……………………………………………………………………………………...33
6.2. Los Nuevos Paradigmas para la Atención en Salud de las Juventudes………………..33
6.3. Marco Legal Pro- Salud Juvenil en Bolivia.………………………………………………...35
6.4. Propuesta Sectorial para la Atención de la Salud de Adolescentes y Jóvenes
en el Marco del Modelo SAFCI (Salud Familiar Comunitaria e Intercultural)………..…38
RESULTADOS………………………………………………………………………………………………39
7. Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud 20008 y Encuesta de Demografía y
Salud 2008, un diagnóstico de la realidad de los jóvenes bolivianos en salud……………..40
7.1. Jóvenes y la Atención en los Servicios de Salud……………………………………….....41
7.2. Educación Sexual y Reproductiva para los Jóvenes……………………………………...42
7.3. Conocimiento de Métodos de Planificación Familiar……………………………………...43
7.4. Conocimiento de las Enfermedades de Transmisión Sexual……………………...........46
7.5. Planificación Familiar…………………………………………………………………………47
7.6. Embarazo Adolescente en las dos últimas décadas……………………………………...48
7.7. Percepciones sobre sexualidad……………………………………………………………..49
7.8. Violencia Sexual……………………………………………………………………………….49
7.9. Consumo de Tabaco y Cigarrillos…………………………………………………………...50
7.10. Hábitos alimenticios entre los jóvenes………………………………………………....51
8. La Juventud en Bolivia vista desde la Ley Nacional de Juventudes………………………...54
9. El Sistema de Salud en Bolivia y la participación de los jóvenes en el mismo..................57
2
3. Instituciones, Organizaciones y Grupos que trabajan con Jóvenes....................60
Financiamiento de las Organizaciones………………………………………………..61
Fuente de financiamiento para las Organizaciones de tipo gubernamental
(expresados en porcentajes)……………………………………………………………61
Fuente de financiamiento para las Organizaciones desde organismos
internacionales (expresados en porcentajes)…………………………………………62
CONCLUSIONES…………………………………………………………………………………………...62
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………………………...65
3
4. JUVENTUD Y SALUD: UNA
MIRADA A LA REALIDAD
IBEROAMERICANA Y
BOLIVIANA
RESUMEN
El presente trabajo es el resultado de un proceso de revisión documental sobre los distintos
estudios realizados a nivel Iberoamérica y Bolivia sobre la Juventud y, específicamente, su relación
con la temática de la Salud. Dicha relación, es expuesta, principalmente, desde un enfoque social
que describe la realidad de los jóvenes reflejada en necesidades y demandas particulares y, con
esto, la calidad de los servicios de salud y el acceso a los mismos mediados por la implementación
de políticas públicas respaldadas por el Estado y la Sociedad Civil en general.
PALABRAS CLAVES: Juventud, Salud, Políticas Públicas, Servicios.
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5. METODOLOGÍA.
Este trabajo llega a ser sólo un acápite del proceso de reconstrucción de un estudio aún mayor
llevado a cabo entre los años 2007 a 2009 en seis países de Sudamérica, titulado “Sociedades
sudamericanas: lo que dicen jóvenes y adultos sobre las juventudes”. Dicho estudio fue llevado a
cabo por la Universidad para la Investigación Estratégica en Bolivia (U-PIEB), el Instituto Brasilero
de Análisis Sociales y Económicos (IBASE) y el Instituto de Estudios, Formación y Asesoría en
Políticas Sociales (PÓLIS), con el apoyo del Centro de Investigación para el Desarrollo
Internacional (IDRC). Se trata de una descripción de la realidad de la juventud a partir de su
relación directa con temáticas como: Trabajo, Educación, Familia, Tecnología de Información y
Comunicación, Participación Social y Política, Identidad, estudiadas en y para cada uno de los
países. Para tal efecto se procedió con el levantamiento de información, tanto de carácter
cualitativo como cuantitativo (Grupos Focales, Grupos de Diálogo y una Encuesta Regional
denominada “Encuesta de Juventudes en Bolivia”), que tenían como objetivo principal determinar
cada una de las relaciones antes citadas a partir de las percepciones y expectativas de los jóvenes
y adultos, con el fin de proporcionar un elemento intergeneracional para el análisis. A su vez,
contiene otro tipo de variables como: sexo, auto identificación étnica, área de residencia (rural –
urbana), principalmente.
Los resultados del estudio fueron publicados solamente a nivel internacional y no así dentro de
Bolivia. De esta manera, al tener el acceso a la base de datos se decidió “reconstruir” dicho
estudio, pero, en este caso, se determinó como objetivo principal originar nuevos puntos de debate
para entender los elementos que forman parte específicamente de la identidad de la juventud
boliviana. Es así que se utilizó la base de datos ya producida en el primer estudio y a su vez se
realizó una revisión documental con el fin de actualizar y comparar datos y contenidos.
Ahora bien, el primer estudio a nivel Sudamérica no contaba con información sobre la temática de
salud, entonces, tras la primera etapa de revisión bibliográfica se vio la necesidad de analizar dicha
temática para este nuevo estudio, por la importancia que ha adquirido el enfoque de los derechos
sexuales y derechos reproductivos dentro de los estudios de juventud en la actualidad. Pero
además, también se abordan temas como drogadicción, alcoholismo, malos hábitos nutricionales,
entre otros que forman parte del desarrollo integral de la salud de los jóvenes.
En este sentido, las fuentes secundarias constituyen informes generales de estudios con bases de
datos principalmente cuantitativos, realizados por organizaciones como la CEPAL, el UNFPA y la
OIJ, así como Encuestas de Juventud en Bolivia. En el caso de las Encuestas Nacionales de
Juventud en Bolivia, éstas sirvieron como fuente principal de datos para esta parte del estudio. Las
encuestas utilizadas fueron las siguientes:
5
6. Diagnóstico de la Juventud Boliviana de José Baldivia. Dicho documento junto al
Diagnóstico Complementario sobre la Juventud Boliviana fueron realizados bajo la
supervisión del Despacho de la Primera Dama de la Nación, la Subsecretaría de Asuntos
Generacionales, el Comité Técnico Nacional para la formulación de Políticas a favor de la
Adolescencia y Juventud y el Fondo de Población de la Naciones Unidas en el año 1997.
La encuesta realizada para este diagnóstico fue estructurada por la Empresa Encuestas y
Estudios y se aplicó en las nueve ciudades capitales en el mes de Octubre de 1996 a
jóvenes con edades comprendidas entre los 13 a 24 años de edad, entrevistados en sus
domicilios.
Encuesta de Juventudes en Bolivia 2003. El Proyecto Salud Sexual y Reproductiva
Nacional (PSSRN-GTZ) llevó a cabo la Encuesta de Juventudes 2003 entre abril y junio de
ese año, con el objetivo de generar información para medir el desarrollo, conocimientos,
prácticas, aspiraciones, percepciones, etc., de los adolescentes y de los jóvenes, que sirva
para proponer y o ajustar políticas y programas en su favor, principalmente las
relacionadas a la promoción de su salud y aportar con datos para la investigación social.
Encuesta de Adolescencia y Juventud 2008. La Encuesta Nacional de Adolescencia y
Juventud (ENAJ) fue una investigación de muestreo probabilístico en la que fueron objeto
de estudio y análisis las personas con edades comprendidas entre 10 y 24 años de edad.
La cobertura geográfica de la encuesta comprende diecisiete ciudades: La Paz, El Alto,
Santa Cruz, Montero, Cochabamba, Colcapirhua, Sacaba, Quillacollo, Sucre, Tarija,
Yacuiba, Oruro, Trinidad, Riberalta, Guayaramerín, Cobija y Potosí. La encuesta fue
realizada entre los meses de noviembre y diciembre de 2008, entrevistándose 8761
adolescentes y jóvenes. El objetivo general de la ENAJ fue obtener indicadores sobre la
calidad de vida de los/as jóvenes y adolescentes, que permitan una adecuada
planificación, seguimiento y análisis de políticas públicas en las principales diecisiete
ciudades de Bolivia. Este estudio fue realizado por el fondo de Población de las Naciones
Unidas.
Encuesta Nacional de Demografía y Salud. En Bolivia se han ejecutado cinco encuestas
nacionales de demografía y salud en el marco del Programa DHS, la primera en 1989 y la
última en 2008. El Programa de Encuestas de Demografía y Salud se inició en 1984 como
Programa DHS y desde fines de 1998 se conoce como Programa MEASURE DHS. Los
objetivos de este programa son: a) proporcionar bases de datos y análisis a los organismos
ejecutivos en el campo de la población para facilitar la consideración de alternativas y la
toma de decisiones bien informadas; b) expandir la base internacional de datos en los
campos de población y salud materno-infantil; c) aportar avances en la metodología de
6
7. encuestas por muestreo; d) consolidar la capacidad técnica y los recursos para la
realización de encuestas demográficas complejas en los países participantes.
Juventud y Cohesión Social en Iberoamérica: Un modelo para armar (2008). Este
documento fue realizado por organizaciones como la CEPAL, AECID, OIJ y brinda un
panorama general de la situación de la Juventud Iberoamericana hasta el año 2008. Los
datos en los cuales se basa surgen de bases de datos provenientes de instituciones como
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Oficina de Estadística de
las Comunidades Europeas (EUROSTAT), la base de datos de la Organización Mundial de
la Salud (OMS), 2007; Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) –
División de Población de la CEPAL; y División de Población de las Naciones Unidas, como
también de las distintas Encuestas de Hogares disponibles en cada país.
7
8. INTRODUCCIÓN.
Diversos estudios realizados por organizaciones como la OIJ (Organización Iberoamericana de
Juventud), el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) y la CEPAL (Comisión
Económica para América Latina y el Caribe) sobre juventud dedican un acápite especial a la salud,
lo abordan en general desde el punto de vista de los “derechos a la salud” (OIJ, 2007) y se
focalizan en temas de mortalidad infantil, salud materna y embarazo precoz, enfermedades
transmisibles como el VIH/SIDA, drogas, alcoholismo, tabaquismo, etc. (ver: los objetivos del
Milenio). Toman en cuenta aspectos éticos, sociales, técnicos y políticos. Si bien la mortalidad
juvenil ha disminuido en los últimos años sigue siendo un tema de preocupación de los jóvenes las
enfermedades de transmisión sexual. Desde los años 80, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) ha promovido encuestas sobre la salud, en particular impulsada por el Año Internacional de
la Juventud de 1985. Sin embargo, estos estudios no llegan a integrar los abordajes de las ciencias
sociales como la sociología y antropología de la salud. Lo más evidente son los debates sobre las
políticas de la salud. Por eso, en este capítulo propondremos un enfoque integrado de la salud bio-
psico-social y no simplemente asociado al aspecto biológico ni sexual. Ha de incluir un análisis de
las representaciones de salud desde los propios jóvenes, así como las condiciones sociales,
culturales y económicas.
Para empezar, se realizará una revisión general de los distintos conceptos, elaborados desde la
teoría social, con respecto a la juventud, para luego hacer énfasis en la relación juventud – salud.
8
9. 1. La Juventud desde la teoría social.
“La juventud no es más que una palabra”.
P. Bourdieu (1990).
En su artículo titulado “La juventud no es más que una palabra”, Pierre Bourdieu afirma que: la
juventud es sólo una construcción social utilizada para definir un periodo etáreo que debería
cumplir con determinadas expectativas sociales contemporáneas, pero que no está caracterizado
como un actor social que tenga connotaciones referidas a convertirse en un tema de políticas
públicas y el devenir social y político. (Murillo, Mario, en “La Juventud en la Constitución Política del
1
Estado”, 2005 ).
Como dice Murillo, la noción de “juventud” es muchas veces solamente un concepto imaginario que
se refiere a la expresión simbólica de un grupo social, que tiene que ver con las características de
una sociedad determinada, mas allá de una conceptualización de un grupo social en términos de
constituirse en un actor social que pueda promover temas referidos al ámbito de la política o al
ámbito social. Así, no se concreta una identidad propia en términos de autoría social que logre una
acción preponderante en fenómenos profundos de una determinada sociedad. No se es ni niño ni
adulto y tal ambigüedad le resta o, incluso, le quita la importancia debida.
La adolescencia y la juventud son edades sociales construidas socioculturalmente. Su emergencia data de finales del siglo
XVIII y son fundamentales en su construcción los discursos “expertos” de la psicología y la sociología, así como las
condiciones económicas en torno a la industrialización en los países europeos. Durante lo recorrido del siglo XX esta
condición se ha extendido a todos los países del hemisferio occidental. (…) Ahora bien, lo anterior nos da cuenta de
definiciones elaboradas por determinadas disciplinas de las Ciencias Sociales. Según esto, las condiciones de adolescencia
y juventud serían, al parecer, definiciones elaboradas por sistemas de saber o disciplinas académicas y científicas. Sin duda
alguna, para muchos nos es difícil aceptar la idea de que la condición de adolescencia y juventud serían única y
exclusivamente elaboraciones discursivas, ya que más allá del mundo de las ideas, éstas se encuentran materializadas en
sujetos y cuerpos concretos. De otro lado, la sociología caracteriza a la juventud mediante una moratoria social, la cual es
definida como una dependencia económica, la incorporación obligatoria en el sistema educativo y un ocio socialmente
aceptado. (OIJ, 2011: 16-17).
2
A partir de la amplia gama de intentos de acercamiento teórico al fenómeno juvenil, Andrés Zaratti
en su trabajo de grado titulado “La cultural política en los jóvenes universitarios de la ciudad de La
Paz”, plantea distintas concepciones sobre el tema juvenil, clasificando a la juventud como: una
1
Murillo presenta un trabajo de análisis de los distintos factores que mueven el tema de la juventud, y al “joven” como
un actor social, capaz de liderizar el desarrollo y los cambios en la esfera política y social del país. En este sentido, en una
primera parte, realiza una descripción de los distintos conceptos, desde la teoría social, que son utilizados para
identificar a dicho actor y su verdadera influencia.
2
Andrés Zaratti en su trabajo de grado en el año 2001, realiza un análisis y descripción de los elementos que conforman
la cultura política de jóvenes universitarios en la ciudad de La Paz.
9
10. etapa de maduración, una categoría etárea, un fenómeno cultural, una construcción social y una
generación.
Entendida como una categoría etárea se origina en una conceptualización referida a la edad. Bajo
dicha conceptualización existe una variedad de interpretaciones y determinaciones de los rangos
de edad que engloba la juventud. Por ejemplo, La Naciones Unidas los define como sujetos,
hombres y mujeres, entre los 15 y 24 años, en el caso de algunos países iberoamericanos se los
define entre los 12 y 29 años, en los países latinoamericanos desde los 7 a 18 años, en el caso
específico de Bolivia, partir de la Ley Nacional de Juventud se define como jóvenes a los sujetos
de entre los 15 y 28 años. Por su parte, la CEPAL, los enmarca en el rango de edad de 15 a 29
años y; el UNFPA en el rango de 10 a 24 años, pero clasificando en el mismo a grupos de pre
adolescentes, adolescentes y jóvenes. Este criterio suele ser utilizado como categoría social,
debido a su facilidad operativa y equiparabilidad. Sin embargo, también tiene sus desventajas al no
poder concretarse plenamente un rango específico de edad.
Por otra parte, el nivel de adquisición de responsabilidades y roles sociales en relación a la edad
varía de acuerdo a los diferentes contextos sociales presentes; además, la existencia de una serie
de fenómenos y grupos que comparten características o rasgos específicos de la juventud muchas
veces no tienen que ver o corresponden a un grupo etáreo determinado.
A su vez, se suele entender la juventud como una etapa de maduración social y biológica que tiene
como resultado el desarrollo de un sujeto social pleno, en función con el cumplimiento cabal de sus
derechos y deberes dentro de su sociedad. Es así que la juventud es vista como una etapa de
aprendizaje de la vida social partiendo de una postura bio-psico-social que conlleva cambios
psicológicos, hormonales, sociales y políticos que determinan la finalización de la niñez y el inicio
de la adolescencia y posteriormente la juventud, como también el inicio de la vida como actor
3
social en tanto adulto . Esto estaría relacionado específicamente a la relación de la juventud con
temáticas de salud.
La juventud, como una construcción social, parte de un intento de entender a la misma como una
construcción socio-cultural, históricamente definida, que determina el periodo previo a la
incorporación total al mundo adulto. Se puede afirmar que lo se entiende por joven depende de una
serie de fenómenos cambiantes que hacen que su entendimiento por parte del sentido común vaya
fluctuando en función de las variables estructurales que repercuten en las representaciones
sociales que los actores tiene de este grupo social. (Murillo, 2005).
En el sentido de generación, la juventud es un grupo social determinado que rompe con
determinados patrones sociales y culturales de los grupos que lo anteceden. Tiene que ver,
3
Mario Murrillo en “La juventud y la Constitución Política del Estado”, 2005. Pág. 16.
10
11. además, con la determinación de ciertos factores que construyen identificaciones colectivas en
función de la época histórica y en diferenciaciones con coyunturas anteriores o actores
4
específicos .
Otra postura determina a la juventud como un fenómeno cultural partiendo de la construcción de
una identidad o un conjunto de identidades Así, la problemática de la identidad surge de la idea de
poder distinguirse y ser distinguidos a partir de la construcción de valores en relación a una cultura
determinada, en el primer caso, y su relación con los demás en el segundo.
Como se ha visto, la idea de juventud está determinada por distintos factores que procuran llegar a
una caracterización más o menos estable. Lo que importa, al final, es tomar una posición clara de
lo que se entiende por juventud a partir de lo que se quiera hacer al respecto.
En este caso, como ya se dijo, se la estudiará desde un enfoque bio-psico-social que la caracteriza
como una etapa de cambios y nuevas necesidades en el proceso de preservación de su salud.
2. Pubertad, Adolescencia y Juventud: Una aproximación desde el ámbito de la Salud.
Una de las paradojas de la juventud es su robustez en salud y su exposición a riesgos vitales. Sin
duda, los jóvenes constituyen el grupo de edad y la etapa del ciclo de vida con menor incidencia de
enfermedades y mayor plenitud en el desarrollo físico. En la juventud las capacidades se
encuentran en pleno proceso de maduración. No por nada a lo largo de siglos la literatura ha
exaltado la vitalidad juvenil.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2008.
La etapa “joven” y sus características en cuanto a su estado físico se inician con la adolescencia al
producirse cambios que terminan estableciéndose hasta lograr determinada madurez, con un límite
de edad poco concreto, pues tiende a variar por factores nutricionales, genéticos, ambientales,
principalmente. En la mayoría de los casos tales condiciones de nutrición y alimentación, por
ejemplo, también estaría relacionadas con pautas culturales, pues revisten productos al alcance de
los grupos culturales y la forma de utilización de los mismos, incluso en determinadas etapas de
desarrollo. Es así que se suele decir que tal etapa empieza de los 12 a 14 años con la llegada de la
denominada pubertad. Por otro lado, el desarrollo óptimo de dichas funciones se alcanza y
concreta también influido por varios factores, como ser el número de experiencias que pueden
acelerar o postergar dicho proceso.
4
Ibídem.
11
12. Desde un punto de vista psicológico, la adolescencia es entendida como una etapa de cambios
psicológicos y hormonales. Así estos cambios hormonales influyen directamente en los
psicológicos llevando al joven a cuestionarse e intentar adaptarse a los primeros, produciendo
determinadas conductas como producto de los segundos.
Una vez señalados los tipos de cambios que se producen en esta etapa denominada adolescencia
y, posteriormente juventud, pero, principalmente, con el fin de lograr un entendimiento real de las
necesidades de los jóvenes en materia de salud, a continuación se realizará una breve
caracterización de dichos cambios:
La edad de inicio varía considerablemente, ya que influyen factores genéticos, ambientales y nutricionales. (…). En los
niños el proceso suele iniciarse entre los 11 a 15 años; algunos podrán haber terminado su crecimiento y alcanzado la talla
final, cuando en otros aún no ha comenzado, sin que esto indique anormalidad alguna. En las niñas, el inicio del desarrollo
físico se presenta más temprano con una diferencia de dos años en relación con los niños; aquellas que inician su pubertad
a menor edad alcanzarán pronto su estatura adulta y probablemente, al final, tendrán menor talla que quienes la iniciaron
más tarde. (Monroy, 2002: 6).
El primer signo de que la pubertad se ha iniciado será el aumento del tamaño testicular (…) La voz infantil pasa a hacerse
grave y profunda ala desarrollarse la laringe (…). Es de hacer notar la influencia del estado nutricional y del ejercicio físico
para que los cambios puberales inicien y progresen. Todos los procesos en el desarrollo sexual suelen repercutir sobre el
área emocional del adolescente, unos en forma positiva, llenándolo de orgullo y satisfacción, y otros en forma negativa,
causándole inseguridad (…). (Monroy, 2002: 7).
El primer sangrado menstrual es un evento tardío en el proceso pubescente de la niña, pero conlleva tanta importancia en el
contexto social que se le considera el momento en que la niña pasa a ser “mujer”. (Monroy, 2002: 7).
Todos estos cambios, como señala Monroy, se producen bajo un estricto control hormonal. La
señal para empezar la secuencia de hechos la realiza el cerebro, así el hipotálamo va a madurar
para que se inicien dichos procesos. Desde el nacimiento ya circulan pequeñas cantidades de
hormonas sexuales que parecen inhibir la producción de hormonas liberadoras de gonadotropinas,
que son originadas en el hipotálamo prepuberal. Pero a partir de la etapa puberal éstas se
incrementan.
La madurez sexual se alcanza después de establecerse complicados procesos de interacción por estimulación y liberación
hormonal de los diversos componentes del eje hipotálamo-hipófisis-gónadas-suprarrenales, y será sólo entonces cuando el
individuo esté capacitado para procrear. (Monroy, 2002: 9).
Es en estas circunstancias que el joven empieza a adquirir ciertas percepciones de las nuevas
potencialidades a partir de su creciente independencia en el proceso de su maduración (tanto física
como psicológica). Se presenta la necesidad de la búsqueda de una pareja, la iniciación de una
vida sexual activa o la conformación de una familia. Ahora, en el caso de no estar lo
suficientemente informado y preparado puede producir conductas de riesgo y problemas como: un
12
13. embarazo no deseado, contagiarse de una enfermedad de transmisión sexual o ser víctima de
violencia sexual, llegando así a truncar su desarrollo pleno.
Por otro lado, su resistencia a ciertas sustancias alcohólicas suele ser mayor y, por lo tanto, puede
iniciar su consumo debido a un deseo de experimentación influido, principalmente, además que
ciertas pautas socio-culturales condicionadas o establecidas dentro de su sociedad o grupo social
hacen más accesible y permitido dicho consumo.
También su iniciación en el consumo de bebidas alcohólicas puede tener también un orden
psicológico, como estados de depresión, euforia, entre otros, originados a partir de las nuevas
experiencias, roles, situaciones en las que se envuelto y su capacidad de afrontarlas. Es ahí donde
el consumo de alcohol y/o drogas constituye una válvula de escape, lo cual como ya se dijo,
estaría influenciado por las pautas culturales. Por ejemplo, un joven ya es considerado mayor de
edad a partir de los 18 a 21 años (dependiendo la sociedad, en el caso de Bolivia a los 18 años), lo
cual le posibilita a tener acceso a tales productos, aunque esto no quiere decir que el alcoholismo y
la drogadicción no se inicien antes de lograr la mayoría de edad. También respondería a
circunstancias y contextos determinados que alientan su consumo, tales como la marginación, la
pobreza, antecedentes de padres alcohólicos o drogadictos, malas influencias o el descuido de los
padres, sólo por citar algunas.
La accesibilidad de los jóvenes a las bebidas alcohólicas es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su
venta a menores. La edad media de inicio en el consumo de alcohol entre los escolares, según los datos de la Encuesta
sobre Drogas a la Población Escolar 1998 (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas), es de 13.6 años,
y la edad media de inicio de consumo semanal se sitúa en los 14.9 años, (…) La creencia más compartida entre los
diferentes grupos de adolescentes y jóvenes, tiene que ver con la asociación, según su opinión, entre el consumo de
alcohol y las "consecuencias positivas" que este proporciona. Entre estas destacan, según ellos indican, una potenciación
de la actividad psico-física (alegría, euforia, superación de la timidez y retraimiento, mejoría del estado de ánimo, etc.),
posibilidad de diversión e integración dentro del grupo de amigos donde la mayoría consumen. En la medida que el
alcohol proporciona a los jóvenes una serie de efectos o consecuencias positivas, y el joven los interpreta como un
beneficio, dichos efectos se convierten en motivos de consumo. (…). Esta consideración positiva hacia el alcohol,
hace que se considere al mismo como una droga socialmente aceptada y de amplia difusión, lo que hace que los
adolescentes, en un amplio porcentaje, no valoren el alcohol como una droga y no consideren su consumo como
puerta de entrada hacia la adicción a otras drogas, sin embargo hay varios estudios que demuestran todo lo
contrario y según los cuales es muy poco frecuente el uso de cocaína o heroína, sin haber consumido anteriormente
tabaco, alcohol o cannabis. (Cancillería de Sanidad de Valencia, España, 2000).
Un tercer elemento que debe tomarse en cuenta dentro de la salud de los jóvenes es su nutrición.
En una etapa de desarrollo pleno, con mayor actividad y nuevos roles y retos, el joven precisa de
una buena alimentación, pues es fundamental para su desarrollo físico, intelectual y psicológico,
posibilitándole el ejercicio diversas habilidades y un óptimo desempeño. Sin embargo, muchas
veces dicha alimentación integral responde a ciertos hábitos individuales, familiares, culturales o a
13
14. la disponibilidad económica que permita acceder a una dieta completa. Entonces, al no lograrse la
satisfacción de sus necesidades alimenticias y nutricionales básicas, se presenta otro obstáculo
para el desarrollo pleno de este grupo etario. En cuanto a los hábitos individuales, no se debe dejar
de lado el hecho de que muchos jóvenes en la actualidad deciden no ingerir la cantidad de
alimentos necesaria por el hecho de conservar una figura delgada bajo la concepción de belleza
que se demanda en estos tiempos, llevando a los jóvenes, principalmente mujeres, a caer en
enfermedades como la anorexia y bulimia. Por el otro lado, la gran oferta actual de comida rápida,
también denominada comida chatarra, es de gran preferencia por una gran parte de jóvenes que
llegan a ingerirla, muchas veces diariamente, trayéndoles como consecuencia enfermedades
gástricas, hepáticas, obesidad, entre otras.
Para los adolescentes y jóvenes de ambos sexos el porcentaje de grasa corporal y de masa muscular es más importante
por la imagen que tiene de sí mismos de su fisiología. El deseo de modificar sus dimensiones corporales lleva a muchos
jóvenes a consumir dietas desequilibradas que tiene consecuencias negativas. Así, las mujeres restringen la cantidad de
alimentos que consumen debido al aumento que acompaña el desarrollo de sus características sexuales secundarias, y los
varones, a veces, utilizan suplementos nutricionales creyendo que con ellos pueden lograr el aspecto muscular de los
adultos. (Requejo y Ortega, 2002).
La etapa entre la adolescencia y la vida adulta se caracteriza principalmente por adquirir más autonomía. Los jóvenes cada
vez son más autónomos a edades más tempranas y uno de los aspectos de esta autonomía es la alimentación: cada vez
deciden más qué comer. Y no tan sólo deciden qué comer, sino también dónde, cómo y cuándo quieren comer. (Castells,
M, 2007).
Esta especie de caos alimentario puede conllevar algunos desarreglos en la alimentación. Esto, unido a una oferta excesiva
de alimentos, acompañada de un bombardeo publicitario exhaustivo, y sumándole el culto al cuerpo excesivo (que ya se da
en niños de 8-9 años), hace que la alimentación en esta etapa no sea todo lo correcta que debiera ser, siendo los
adolescentes especialmente vulnerables y fáciles de influir. (Castells, M, 2007).
2.1. El Enfoque de Salud Integral y su aplicación en la Juventud.
La integridad de la salud es un concepto de armonía y “normalidad” que forma parte de lo social, lo
psicológico y lo biológico en los individuos, familias y sociedades. Luchas interrelaciones son
responsables de la presencia de factores de protección y de riesgo y en su conjunto producen
como resultado la salud integral.
Serrano, C., 2002
La salud integral se refiere al estado de normalidad y plenitud al que aspiran todas las personas en
las distintas etapas de vida. Y es justamente bajo este concepto que se origina la respuesta a
todas las necesidades psico-sociales, biológicas y ecológicas de la salud de los individuos, familias
y sociedades de acuerdo con su edad, periodo del ciclo vital y nivel de cultura, así como bienestar
14
15. social y desarrollo. Además, un enfoque integral engloba la manera en la que se percibe a sujetos
y grupos en cuanto a las características, condiciones y necesidades que orientan sus acciones,
tomando en cuenta su pasado, presente y futuro, como también sus contextos y las oportunidades
de salud, bienestar y desarrollo.
En este sentido, dicho enfoque aplicado al caso de la juventud asegura el éxito en la preservación
de la salud de los adolescentes y jóvenes a partir de una toma de conciencia y aplicación por parte
de los Sistemas de Salud del mismo, mediante la promoción de conocimientos, actitudes y
ejecución de determinadas conductas por parte del personal de salud y otros sectores.
La manera más efectiva de ampliar la cobertura y mejorar la calidad de los servicios es involucrar al joven como agente de
promoción de su salud y la de sus compañeros de su misma edad. (Serrano, 2002: 1).
Entonces, la situación de la salud integral de los jóvenes y las posibilidades de mejorarla
dependerán mayoritariamente de factores determinantes como: la forma en la que los países,
sociedades y/o líderes conciban a la gente joven en términos de su potencial humano,
garantizándoles: salud integral, bienestar y desarrollo humano, reconociendo a la adolescencia
como una fase heterogénea, percibiendo la fuerza de los factores psicológicos en la adquisición de
un estilo de vida, además de la importancia de las diferencias de género, cultura, educación,
economía, accesibilidad, condiciones de pobreza, entre otras.
Una vez realizada la revisión de los conceptos generales de salud con respecto a los jóvenes y
llegando así a una compresión más cabal de la situación y necesidades de la juventud en este
ámbito, se pasará a describir la forma en la que los Estados han estudiado, entendido y
administrado este tipo de problemática en la actualidad.
3. La Juventud y su Salud en la Realidad Iberoamericana.
Los jóvenes constituyen el grupo de edad y la etapa del ciclo de vida con menor incidencia de
enfermedades y mayor plenitud en el desarrollo físico. Pero si los jóvenes constituyen un grupo de
edad –15 a 29 años– “endógenamente” más sano, lo es también el de mayor exposición a riesgos
exógenos.
Organización Iberoamericana de Juventud, 2008.
La conservación de una salud plena e integral depende de la importancia que se le brinde a las
necesidades de determinado sujeto o grupo, pues esto conduce a la estructuración de estrategias
para lograr satisfacer dichas necesidades. Es decir, que el desarrollo pleno de la salud de los
15
16. jóvenes depende de la manera en la que los mismos están catalogados y, por lo tanto, se toma en
cuenta sus necesidades sanitarias creando políticas públicas que las satisfagan.
Es así que, a partir del estudio realizado por la Organización Internacional de Juventud (OIJ) junto
a otras instituciones internacionales (CEPAL, AECID, entre otras) en el año 2008, se pueden
determinar algunas características y factores que identifican la realidad de la salud de los jóvenes
iberoamericanos en los últimos años:
El principal problema de la salud de la juventud iberoamericana, como no podía ser de otro modo,
es la propagación de situaciones y conductas de riesgo.
En el caso específico de las mujeres, la maternidad adolescente, sobre todo la no deseada,
constituye en América Latina un asunto de salud pública de importancia, estrechamente ligado a la
falta de conocimiento, respeto y promoción de derechos reproductivos de las jóvenes, la exclusión
social y la reproducción intergeneracional de la pobreza. La persistencia de altas tasas de
embarazo y maternidad adolescentes se atribuye a la combinación de un inicio cada vez más
temprano de la sexualidad activa en los y las jóvenes y a la falta de uso de métodos
anticonceptivos.
Los riesgos de maternidad adolescente no deseada tienden a concentrarse entre las adolescentes
con menores recursos, pues se inician más temprano y registran niveles de protección
anticonceptiva muy inferiores. Además de la segregación socioeconómica en riesgos y uso efectivo
de derechos, son las mujeres quienes más padecen esta situación y las consecuencias del
embarazo no deseado, pues, por una parte, los hombres tienden a eludir tales consecuencias, y
por otra, se espera que la mujer se haga cargo exclusivamente de la prevención del embarazo.
Además, son las mujeres adolescentes, sexualmente activas, quienes se ven estigmatizadas y
descalificadas y, peor aún, parte importante del embarazo adolescente se origina en la violencia, la
manipulación o el abuso sexual, muchas veces cometidos por adultos.
Ahora bien, en el caso de la mortalidad de jóvenes por causas transmisibles, las diferencias por
países son mucho menores que con otro tipo de causas, principalmente externas. Chile, Costa
Rica y Cuba están muy cerca de España, lo que se explica por el alto desarrollo en coberturas de
salud pública que estos países latinoamericanos han ido forjando en un largo período de tiempo;
mientras que en Portugal se observa mayor mortalidad en ambos sexos por estas causas,
ubicándose en el promedio latinoamericano. En general, también en estas causas la mortalidad
masculina supera a la femenina, pero en niveles que van de 1,1 a 2,8 veces, mientras que en las
causas externas la duplica con creces.
En América Latina, entre los y las jóvenes, mientras el conocimiento sobre protección
anticonceptiva es casi universal –lo que no significa que sea un conocimiento sólido, sino
solamente una identificación de métodos–, el uso es mucho más restringido. La región está muy
16
17. por detrás de los niveles de uso entre adolescentes que se observan en los países desarrollados.
Tal combinación explica la elevada fecundidad adolescente en la región y el contraste con la baja
fecundidad temprana de los países desarrollados. Las jóvenes con bajos niveles educativos,
escasos recursos económicos y aquellas que residen en las áreas rurales son las que
generalmente carecen de oportunidades, medios y motivaciones fuertes para regular su
5
fecundidad .
En cuanto al consumo de drogas, la juventud es el grupo de edad con mayor prevalencia, tanto de
drogas legales como ilegales. A esto se vincula el hecho de que los jóvenes se encuentran en una
fase etaria de mayor experimentación vital y disposición a explorar con el propio cuerpo, tienen
menos responsabilidades laborales y familiares que actúen como mecanismos de auto inhibición,
cuentan con más tiempo para la recreación festiva o más disposición a ella y, a veces, usan el
consumo de droga como parte de los rituales de pertenencia y de pasaje entre sus grupos de
pares. El consumo de drogas también suele relacionarse con riesgos de morbilidad y mortalidad
entre los jóvenes pues dicho consumo, al ser mayor en la juventud que en otros grupos de edad,
puede generar daños para la salud y entrañar conductas de riesgo. Si bien las adicciones pueden
ser transversales y padecidas por jóvenes de distintos niveles socioeconómicos, los más
vulnerables son aquellos que no cuentan con redes de protección oportunas, sea en el nivel
familiar, comunitario o de acceso a servicios de salud. Así, la drogodependencia en condiciones de
bajos ingresos, accesos restringidos a prestaciones sanitarias, redes sociales desprovistas de
recursos e información adecuada, y entornos más expuestos a la violencia y la desafiliación
institucional, es doblemente problemática: por la adicción y por lo que entraña en su contexto
social. Además, no es de extrañar que los mayores problemas vinculados a las drogas se
concentren en zonas urbano–marginales, con altos índices de jóvenes que no estudian ni trabajan,
falta de acceso a servicios de salud y ausencia de capital social. Y es justamente allí donde el
consumo entre jóvenes está más ligado a la desesperanza y a la debilidad de los mecanismos de
6
autorregulación .
En el caso de Bolivia, es el país que registra la menor prevalencia de marihuana con relación al
resto de los países, con un 5,4% hasta el 2008. De esta manera, se observa que en algunos
países se consume más cocaína que pasta base, como es el caso de España, Portugal, Chile y la
Argentina, mientras que en Bolivia ocurre lo contrario. Esto podría explicarse, según la OIJ, porque
el país es productor de hoja de coca y la producción de la pasta base no requiere gran inversión
económica ni técnica; por tanto, en Bolivia la droga llegaría a encontrarse accesible a la población.
5
CEPAL, 2008.
6
Ibídem.
17
18. En el caso de la temática de la nutrición y alimentación juvenil, los datos más sobresalientes se
encuentran en informes o estudios pilotos nacionales realizados en cada país de la región. Por su
parte, la Organización Panamericana de Salud también se ha encargado de realizar estudios sobre
nutrición pero enfocados en mayor medida a niños y madres gestantes. Dándole una vez más
mayor importancia a temas de reproducción y enfermedades de transmisión sexual en el caso de
los jóvenes. Una de las estrategias más sobresalientes que ha adoptado la OPS para
Latinoamérica y el Caribe es la promoción de las Escuela Promotoras de Salud. Establecimientos
que se encargan de la difusión de hábitos saludables para la población en general.
Los factores de riesgo a la salud de los jóvenes –el uso de alcohol y otras drogas, la desprotección
en la actividad sexual, la exposición a agresiones y accidentes– presentan grandes desafíos
respecto del tipo de políticas, pues van más allá de los esquemas sectoriales convencionales, y
reclaman enfoques sistémicos y con énfasis en la prevención de riesgos. Muchas veces la
conducta de riesgo a la salud está estrechamente ligada a otros problemas en la vida de los
adolescentes y jóvenes, incluyendo la violencia y descomposición del hogar, la socialización
temprana en la violencia, la pobreza y falta de oportunidades, la segregación territorial, el
7
machismo y la falta de información o confianza en materias de sexualidad .
3.1. El Acceso a Servicios de Salud.
Actualmente, el acceso a servicios de salud en muchas zonas del mundo es insuficiente, puesto
que pueblos y jóvenes indígenas y afrodescendientes están sufriendo debido al alarmante
deterioro de las condiciones de salud de sus comunidades:
(…) El acceso insuficiente y limitado a los servicios sanitarios, la falta de planteamientos de atención de la salud
culturalmente adecuados, la carencia de clínicas que ofrezcan servicios de extensión en zonas apartadas y el
empeoramiento de la calidad del aire, el agua y la tierra a causa de un desarrollo industrial descontrolado, son sólo pocos
factores que contribuyen a este deterioro. (…) La Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes norma sobre
esta materia, estableciendo en su artículo 25 que los Estados deben reconocer el derecho de los jóvenes a una salud
integral y de calidad, incluyendo la atención primaria gratuita, la educación preventiva, la nutrición, la atención y el cuidado
especializado de la salud juvenil, la promoción de la salud sexual y reproductiva, la investigación de los problemas de salud
que se presentan en la edad juvenil, la información y prevención contra el alcoholismo, el tabaquismo y el uso indebido de
drogas. (OIJ, 2005). (Del Pololo, López y Acuña, 2009: 83).
Según el estudio realizado por la Organización Iberoamericana de Juventud y dirigido por Del
8
Pololo, López y Acuña en 2009 , se observa que la falta de adecuación cultural de los servicios de
7
Ibídem.
8
“Juventud indígena y afrodescendiente en América Latina: inequidades socio demográficas y desafíos de políticas”, es el
título del libro que presenta la OIJ (organización Iberoamericana de Juventud) a cargo de Fabiana del Pololo, Mariana
18
19. salud es uno de los obstáculos que dificulta aún más el acceso a los servicios de planificación
familiar, por ejemplo, limitando las decisiones reproductivas e impactando en el bienestar de las
jóvenes madres y sus hijos, produciendo que la maternidad sea sistemáticamente más elevada
entre las muchachas indígenas de los diferentes subgrupos etarios. Se debe destacar, sin
embargo, que en el caso del Estado Plurinacional de Bolivia, Ecuador y Honduras, sea algo menor
entre las indígenas de 15 a 17 años que entre las no indígenas, dato que se constata, en el caso
de Bolivia, por la nueva política del Gobierno de añadir nuevos componentes culturales a la salud,
con el fin de englobar todas las tradiciones de los pueblos originarios, indígenas y campesinos para
la satisfacción plena de las necesidades de toda la población.
Entonces, además de proveer un nivel básico de atención a la salud de este grupo, incluyendo la
promoción de comportamientos y entornos saludables, es necesario hacer un mayor esfuerzo por
contar con buenos diagnósticos sobre la salud de los jóvenes e involucrarlos para que puedan ser
protagonistas en constatar y abordar sus problemas desde sus propias creencias, tradiciones y
demás patrones culturales.
La salud de los jóvenes de hoy es clave para el desarrollo productivo de toda la sociedad en el corto y mediano plazo. Pero
no es solo cuestión de reducir la mortalidad y morbilidad evitables a fin de optimizar el desarrollo del capital humano entre
los jóvenes. También es un imperativo ético promover la salud en una generación que se encuentra en el umbral más alto
de sus capacidades, tanto en desarrollo cognitivo como físico. Traducir estas capacidades en mayor plenitud de vida marca
una disposición más positiva por parte de los jóvenes frente al futuro y hacia la sociedad en que viven, lo que fortalece la
dimensión subjetiva en la ecuación que vincula la juventud a la cohesión social. (CEPAL, 2008).
Los jóvenes siguen teniendo un acceso limitado a los servicios de salud, además que habita en
ellos la idea de la invulnerabilidad de su salud, lo cual les hace no asistir de manera periódica a
realizarse controles. Los jóvenes iberoamericanos que se ven más asediados por la reproducción
de conductas de riesgo necesitan de los centros y servicios de salud una atención más cálida,
compresiva y receptiva, además de una mayor información que les permita realizar las consultas
necesarias para auto-conservar su salud.
Una vez descritos los principales problemas de la juventud en Iberoamérica, a continuación se hará
una revisión por los documentos y cuerpos legislativos más importantes que resumen políticas
públicas y acciones específicas desarrolladas para afrontar los mismos.
López y Mario Acuña. En dicha publicación los autores caracterizan la realidad de los jóvenes afrodescendientes e
indígenas de Latinoamérica, dejando notar las grandes desigualdades que existen aún entre los jóvenes del área rural y
el área urbana y las distintas etnias que corresponden a todos los pueblos de la América Latina.
19
20. 4. Políticas de Salud en Iberoamérica.
Las organizaciones antes nombradas encargadas del estudio de las problemáticas juveniles en
Iberoamérica han desarrollo políticas públicas, marcos legislativos y estrategias comunes en la
actualidad para todos los Estados Miembros de la región con respecto a los derechos de los
jóvenes en todos los ámbitos de su vida. Entre estos se encuentran, por supuesto, principios y
derechos relacionados con la salud y los servicios de calidad.
Uno de los documentos más importantes es la Convención Iberoamericana de los Derechos de la
Juventud pues resume los principios más fundamentales para el desarrollo pleno de los derechos
de los jóvenes iberoamericanos:
En octubre de 2005 se reunieron en la ciudad española de Badajoz los delegados plenipotenciarios
de los Estados Miembros de la Organización Iberoamericana de Juventud, con el propósito de
adoptar y suscribir la Convención iberoamericana de Derechos de los Jóvenes que consta de 44
artículos (…). (OIJ, 2005).
En el caso específico de la salud, este documento contiene los siguientes artículos:
1. Los Estados Parte reconocen que el derecho a la educación también comprende a la educación
sexual como fuente de desarrollo personal, afectividad y expresión comunicativa, así como la
información relativa a la reproducción y sus consecuencias.
2. La educación sexual se impartirá en todos los niveles educativos y fomentará una conducta
responsable en el ejercicio de la sexualidad, orientada a su plena aceptación e identidad, así como,
a la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, el VIH (Sida), los embarazos no
deseados o violencia sexual.
3. Los Estados Parte reconocen la importante función y responsabilidad que corresponde a la familia en
la educación sexual de los jóvenes.
4. Los Estados Parte adoptarán e implementarán políticas de educación sexual, estableciendo planes y
programas que aseguren la información y el pleno y responsable ejercicio de este derecho.
(Capítulo III. Artículo 23. Derecho a la Educación Sexual, Convención Iberoamericana de Derechos de
los Jóvenes, 2005).
10. Los Estados Parte reconocen el derecho de los jóvenes a una salud integral y de calidad.
11. Este derecho incluye la atención primaria gratuita, la educación preventiva, la nutrición, la atención y
cuidado especializado de la salud juvenil, la promoción de la salud sexual y reproductiva, la
investigación de los problemas de salud que se presentan en la edad juvenil, la información y
prevención contra el alcoholismo, el tabaquismo y el uso indebido de drogas.
12. Tienen igualmente derecho a confidencialidad y al respeto del personal de los servicios de salud, en
particular, en lo relativo a su salud sexual y reproductiva.
13. Los Estados Parte velarán por la plena efectividad de este derecho adoptando e implementando
políticas y programas de salud integral, específicamente orientados a la prevención de
20
21. enfermedades, promoción de la salud y estilos de vida saludables entre los jóvenes. Se potenciarán
las políticas de erradicación del tráfico y consumo de drogas nocivas para la salud.
(Artículo 25. Derecho a la Salud, Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, 2005).
Las políticas públicas y programas de salud dirigidos a jóvenes están relacionados con educación
sexual, prevención del embarazo, atención gratuita, integral y de calidad en los servicios de salud,
la prevención del alcoholismo, tabaquismo y el uso indebido de drogas, además de la promoción
de los hábitos saludables (por ejemplo: la nutrición).
En este sentido es que la mayor parte de los cuerpos legislativos y las políticas públicas en
general, responden a estos indicadores: sexualidad, consumo de sustancias alucinógenas y
buenos hábitos alimenticios. La principal respuesta en todos los casos: una mejor y mayor
educación e información para disminuir las conductas de riesgo, como también una mejor atención
en los servicios de salud, una atención diferenciada que responda a las necesidades específicas
de este grupo para que en la búsqueda para preservar su salud el joven se sienta familiarizado,
comprendido y satisfecho.
En cuanto a la temática juvenil y su derecho a la salud en la Constituciones Políticas de
Latinoamérica se encuentra que la salud, al igual que el empleo y la educación, es un derecho de
los jóvenes que se refiere a la necesidad de su protección. No existe una singularización de la
temática juvenil al respecto y las connotaciones constitucionales son aplicables a todos los
ciudadanos de los países iberoamericanos. Es así, que pocas son las Constituciones que reservan
un trato especial y diferenciado a la salud del joven. En el caso de Brasil, por ejemplo, su
Constitución singulariza al niño y al adolescente, para garantizarle este tipo de derechos, así como
derechos a la vida, la educación, la cultura y otros. El Ecuador, por su parte, también dispone en
sus artículos 47,49 y 50 un régimen especial para niños y adolescentes. Pero es la Constitución de
Portugal la única que contiene la disposición más amplia en este aspecto pues alude a la juventud
como sujeto de un derecho a la salud que está protegido y que tanto el Estado como la Sociedad
deben defender. (Murillo, 2005).
Por último, al tratar el tema de las Leyes de Juventud en Iberoamérica, se encuentra que la
legislación en juventud existente en los países es muy dispersa, con problemas de organicidad y
9
se caracteriza más bien por su fragmentación, fragilidad y una marcada inestabilidad” . Este
problema surge justamente de la falta de especificidad que tiene el tema juvenil en las
Constituciones de los países. Y es que a diferencia de lo que pasa con los derechos del niño y el
9
Cita extraída del texto de Enrique Bernales “Situación actual de la Legislación Iberoamericana en materia de juventud y
adolescencia”, OIJ, Madrid, 2001.
21
22. adolescente, donde la mayoría de los países han incorporado derechos relacionados en una
legislación ordinaria consistente, en el caso de los jóvenes, hasta el 2005, sólo cuatro países
contaban con una Ley de juventud: Colombia, Honduras, Portugal y Venezuela; y sólo seis
tendrían marcos legales que se refieran a las organizaciones juveniles: Colombia, Costa Rica,
Cuba, Chile, España y Portugal. En el caso de Bolivia, si bien existe un Proyecto de Ley de
Juventud constituido el año 2010, aún no ha sido aprobado.
A continuación, se presentan los resultados obtenidos a partir de la comparación y contribución de
las distintas Encuestas de Juventud en Bolivia sobre la realidad actual de los y las jóvenes, sus
necesidades, demandas y su percepción sobre los servicios de salud.
5. Juventud y Salud: El caso de la realidad boliviana.
Lo que existe mayormente son políticas pequeñas, muchas veces poco o nada articuladas, y que
se encuentran relacionadas al apoyo de la cooperación internacional. Así, el tema de la juventud
parece no estar entendido como una política nacional sino más bien como una serie de esfuerzos
limitados y dispersos, que no están logrando transversalizar la temática en el ámbito público.
Mario Murillo A, 2005.
5.1. La Realidad de la Juventud en Bolivia.
10
Bolivia tiene una población mayoritariamente joven ya que hasta el 2003, el 58,6% tiene entre 0 y
24 años de edad (13,4% de adolescentes y 11,4% de jóvenes). Hasta el 2010, según datos del
Instituto Nacional de Estadística, la población entre los 18 a 29 años es del 21%.
11
En la temática de salud, según la Encuesta de Juventudes del 2003 , el 63% de adolescentes y
jóvenes (13 a 24 años de edad) señala necesitar de algún tipo de atención o control médico de su
salud, principalmente las mujeres (67%) y los jóvenes (69%). Se puede establecer una brecha de
10
Encuesta de Juventudes en Bolivia 2003.
11
La Encuesta de Juventudes en Bolivia 2003, llevada adelante por el Viceministerio de la Juventud, niñez y la Tercera
Edad junto a la cooperación del Ministerio Británico para el Desarrollo Internacional y el aporte técnico de la GTZ-
Cooperación Técnica Alemana, constituye un importante instrumento para el diseño de políticas publicas dirigidas a la
adolescencia y a la juventud, en el ámbito nacional, departamental y local, toda vez que los resultados obtenidos la
realidad acerca de la población adolescente y joven del país. De igual forma, este estudio es una importante experiencia
de investigación y diagnostico desde el punto de vista metodológico y de la innovación.
22
23. 23 puntos porcentuales en la demanda no satisfecha de los servicios (las necesidades de atención
de salud y las que recibió atención), registrándose la brecha más alta en los jóvenes varones con
30 puntos porcentuales (los más insatisfechos) y la más baja en los preadolescentes varones de
13 puntos porcentuales (los más satisfechos con la atención de su salud).
Tomando en cuenta estos datos y con el fin de entender sus causas y contextos se pasará a
analizar la situación en la que se encuentra al juventud como grupo social vista desde su influencia
demográfica, socioeconómica y político-social en Bolivia.
Como señala Murillo, existen tres principales paradojas que se dan en el desarrollo y participación
real de los jóvenes como grupo y actores sociales dentro de las decisiones políticas,
administrativas y el desarrollo en el país; como también en cuanto a las oportunidades de
participación en dichas decisiones a partir de la defensa de sus derechos:
Gran importancia demográfica por un lado, pero poca participación en las decisiones
importantes del país por otro. Las personas que tienen entre 18 y 30 años presentan un
23% del total de la población boliviana. Entonces, la paradoja surge en su importancia
demográfica en tanto grupo social y, sin embargo, la juventud no ha formando parte de las
principales decisiones nacionales relacionadas con la política y la economía.
También tienen una gran importancia socioeconómica pero su participación en los
lineamientos productivos y económicos es baja. En Bolivia, los jóvenes ocupan el 34% de
la ocupación laboral del país. A pesar de esta influencia en la economía nacional y los
fenómenos laborales, los jóvenes no han participado directamente en el diseño de las
políticas económicas, ni tampoco ocupan puestos sociales que les permitan ubicarse en
espacios productivos y económicos que puedan brindarles posibilidades de desarrollo
plenas y amplias.
A su vez, los jóvenes poseen una alta importancia política y baja participación en los en los
espacios dirigenciales políticos que llegan a definir directamente los designios del país. Si
bien los jóvenes son los principales agentes de movilización social, activismo político y
defienden derechos universales y específicos a nivel de procesos institucionales, no tienen
el liderazgo político necesario, aun conformando el 30% dentro del patrón electoral (18 a
30 años) y, con esto, una gran importancia participativa y política.
Por su parte, la participación de los jóvenes en la Asamblea Constituyente y todo el proceso de
estructuración de la Constitución Política del Estado reviste gran importancia debido a que este
23
24. grupo es uno de los principales receptores de los resultados que devienen de este proceso político,
sin embargo, una vez más dicha participación sólo parece ser simbólica.
Los jóvenes han buscado y aún buscan espacios para hacerse más visibles y defender sus
derechos, sin embargo sin la aprobación de la Ley Nacional de Juventudes, acompañada de
prácticamente la invisibilidad de la juventud en la Constitución Política del Estado, les imposibilita a
generar espacios reales y formales de participación. Aún existe un vacío legal y, posiblemente,
más que vacío, una falta de aplicación real de los marcos legislativos existentes. Entonces, aún se
puede ver que persiste una importancia reducida de los jóvenes como grupo social desde el
Estado pero también desde la sociedad civil.
Lo que existe mayormente son políticas pequeñas, muchas veces poco o nada articuladas, y que
se encuentran relacionadas al apoyo de la cooperación internacional. Así, el tema de la juventud
parece no estar entendido como una política nacional sino más bien como una serie de esfuerzos
limitados y dispersos, que no están logrando transversalizar la temática en el ámbito público.
En el caso específico de la salud, puede advertirse un mayor interés por parte de los organismos
no gubernamentales, quienes son los que más se han preocupado por apoyar y estudiar temas
como sexualidad, respeto a los derechos sexuales y los derechos reproductivos, la prevención
embarazo adolescente y no deseado, educación sexual y prevención del alcoholismo y
drogadicción. Pero, en algunos casos, como el UNFPA, existe una coordinación directa con el
Gobierno para la realización de estos trabajos, puesto que son justamente estas dos entidades las
que han apoyado la creación del Proyecto de Ley de Juventud en Bolivia.
En este sentido, el tema de sexualidad es por el momento el más tratado a nivel institucional,
considerando un buen número de instituciones que se dedican a esto.
Sin embargo, aún se lucha por lograr una mayor calidad en los servicios que tendrían como
objetivo principal la atención diferenciada para adolescentes y jóvenes a partir de la mejor
capacitación del personal, una mayor cobertura y acceso, además de una suficiente provisión de
suministros. La educación es otro de los aspectos más resaltantes que persiguen las políticas en
salud en Bolivia e Iberoamérica. Lograr que los adolescentes y jóvenes estén más informados y
tengan una buena educación en cuanto a su sexualidad y los perjuicios y efectos de determinadas
conductas de riesgo y, esto, tiene directa relación con el papel que desempeñan tanto los
profesores como la familia, mayormente los padres. Dejar de lado los prejuicios y ser claros en
cuanto a aspectos fundamentales de la vida de los jóvenes es un elemento muy importante para
brindarles la oportunidad de tomar decisiones más planeadas y seguras.
24
25. 5.2. Antecedentes del Estudio de la Juventud y su Salud en Bolivia.
A partir de los estudios realizados y descritos por José Baldivia en el libro “Diagnóstico de la
Juventud Boliviana” en 1997 y la Encuesta de Juventudes en Bolivia de 2003 se realizará una
descripción de la realidad de las condiciones de salud de los jóvenes bolivianos, tomando en
cuenta que ambos documentos constituyen los principales antecedentes de estudios sobre
juventud realizados en Bolivia.
Desde los años noventa, como señala Baldivia (1997), el Marco Normativo del sector es el Código
de Salud, el mismo que establece el derecho de los bolivianos a ser atendidos en cualquier
servicio, público o privado en caso de emergencia. En el caso de la población joven (aunque sin
focalizarse en ella) se establece el programa de Salud de la Mujer y el Niño y programas de salud
12
mental .
Por su parte, el Código del Menor establece que las madres menores recibirán atención gratuita en los centros estatales.
Asimismo, la salud familiar es ofrecida a la madre, al niño, a los escolares y adolescentes en todas las prestaciones que
requieran. (Baldivia, 1997: 81).
La conceptualización del proceso de salud-enfermedad y el modelo sanitario mismo, el cuál inició
su proceso de cambio en 1996, son los responsables de una atención poco eficiente y desligada
de las necesidades de la mayoría de los usuarios. Estos buscan privilegiar la atención primaria en
salud pero ella se encuentra mal equipada, entonces pierde en la lucha presupuestaria ante la
capacidad de presión de los hospitales y en los hechos se reduce a un servicio de segunda
categoría. El 60% de la capacidad pública instalada permanece ociosa, especialmente en cuanto a
13
los recursos humanos .
La cobertura es sumamente baja, como señala el propio Baldivia. Pero además de que en general
la cobertura es baja en todos los tramos de edad, lo es marcadamente en la fase en que los
jóvenes, entre los 20 a 24 años, están lanzados a la búsqueda de empleo y carecen del beneficio
de cobertura de sus mayores.
Tomando en cuenta que lo anterior proviene de una encuesta realizada en 1997, después de seis
años, en el 2003, la Encuesta de Juventudes en Bolivia, nos muestran la siguiente realidad:
El 98,9% de los adolescentes y jóvenes que requieren de atención en su salud, es atendido por personal de los servicios de
salud, el 93,1% atendido por médicos y 5,8% por enfermeras o auxiliares de enfermería. El 0,6% recibió atención de
12
El estudio de José Baldivia U. “Diagnostico de la Juventud Boliviana”, fue publicado en 1997 y describe a partir de sus
resultados las características más relevantes de la realidad de la juventud de aquella época. Tomando temas desde
educación, salud, trabajo como también cuestiones más subjetivas como valores sociales, familiares entre otros.
13
Ibídem.
25
26. farmacéuticos, 0,3% por curanderos o médicos tradicionales y 0,2% por responsables o promotores populares de salud.
(Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera Edad, 2003: 134).
En el caso del área rural una parte importante de la atención en salud está a cargo de las ONG’s,
quienes, en muchos casos, administran distritos enteros mediante convenios con la Secretaría
Nacional de Salud. Generalmente estas instituciones ya practicaban la atención gratuita a las
madres y a los niños y son en gran medida co-artífices de la reducción de la mortalidad materna e
infantil desde los años noventa e incluso antes.
Por otra parte, la carencia de una orientación específica a la atención de la salud de los jóvenes, en especial de los
adolescentes, así como las largas esperas y la actitud de los prestadores de servicios, ha hecho que aquellos sean
particularmente reacios a la visita médica, debido a que sus problemas son tanto orgánicos como pisco-sociales pero no
suelen ser considerados así. Además, a los adolescentes les intimida compartir secciones con adultos y les irrita ser
atendidos en salas pediátricas. Finalmente, no suele respetarse la confidencialidad que requiere. (Baldivia, 1997: 86).
Por ejemplo, en el tema de sexualidad, planificación familiar y prevención de enfermedades de
transmisión sexual se tiene que:
En toda la problemática de las enfermedades de transmisión sexual, parece haber una directa correlación entre una
enfermedad conocida: el SIDA, su prevención: condones, la asistencia médica en caso de enfermedad y la comunicación
con la pareja. Definitivamente, el SIDA es un fenómeno contemporáneo a los adolescentes y jóvenes y en gran medida todo
lo que conocen de enfermedades de transmisión sexual se centra en ella. (Baldivia, 1997: 107).
El conocimiento parcial de los métodos anticonceptivos y el desconocimiento suficiente de las enfermedades de transmisión
sexual y su prevención ciertamente hablan de las deficiencias del sistema educativo y de información de la sociedad
boliviana, pero también son consecuencia de la aparente castidad de los jóvenes. Ello explica por qué, en medio de
semejante nivel de desinformación, no hacen estragos las enfermedades. (Baldivia, 1997: 109).
Para el 2003, la realidad es la siguiente:
El 72,3% de los adolescentes y jóvenes recibió educación sexual y reproductiva principalmente en su establecimiento
educativo, 72,8% en el caso de las mujeres y 71,9% en hombres. El 8,8% de los adolescentes y jóvenes recibió esa
información de personal médico o promotores de salud, apenas 8,9% en su casa, ya sea de sus padres o hermanos, 2,8%
en establecimientos militares o policiales, porcentaje aparentemente bajo pero significativo, los adolescentes y jóvenes
recién reciben esa educación o de manera seria, entre sus 17 a 19 años de edad, al momento de prestas su servicio pre-
militar o militar a una edad mayor cuando se enrolan al ejercito o a la policía, y por lo tanto la familia y el sistema educativo
escolar no están asumiendo su rol orientador en este tema. (Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera
Edad, 2003: 49).
Así, entre los temas relacionados a la salud sexual y reproductiva aprendidos por los adolescentes
y jóvenes el VIH/SIDA fue abordado en la educación recibida del 72,2% de los adolescentes y
jóvenes, seguido de “Relaciones sexuales entre hombres y mujeres” /68,4%)., “Los peligros de las
relaciones sexuales” (63,6%), “El funcionamiento del aparato reproductivo”/62,5%), “Infecciones de
26
27. transmisión sexual” (61,2%), “El aborto” (57,1%), “Planificación familiar” (52,2%) y “La procreación”
14
(46,4%). La incidencia de un tema u otro tema recibido por mujeres u hombres no es significativa .
Por otra parte, en el caso de la mortalidad materno–infantil, el Estado Plurinacional de Bolivia
presenta las cifras más alarmantes. Para las jóvenes indígenas de las zonas urbanas que tienen
entre 0 y 3 años de estudio fallecieron 15 hijos por cada 100 nacidos vivos, posiblemente una gran
mayoría en edades tempranas, según el estudio realizado en 2009 por la OIJ (Organización
15
Iberoamericana de Juventud) . En el ámbito rural la situación es preocupante, pues un 18% de los
hijos de estas muchachas ha muerto. Si bien estos valores disminuyen al aumentar los años de
estudio de las jóvenes madres, continúan siendo de los más altos de la región. La brecha con el
resto de las muchachas no es tan amplia porque se trata de un país con una alta mortalidad infantil
16
y en la niñez .
La mortalidad materna en Bolivia está en 390 por cada 100.000 nacidos vivos para el periodo 1989-1994, lo que implica que
cada año mueren entre 1000 y 1.200 mujeres por problemas relacionados con el embarazo. (Baldivia, 1997: 83).
En el caso de la Encuesta de Juventudes 2003, no se encuentran datos disponibles sobre este
tema.
En cuanto a las enfermedades de transmisión sexual se tiene que los jóvenes de las ciudades
troncales la desinformación sobre enfermedades de transmisión sexual todas las respuestas que
brindan los entrevistados en relación con las mismas parecen estar articuladas con el SIDA, que es
la que más conocen gracias al “bombardeo de los medios de comunicación y las campañas de
prevención realizadas, como señala Baldivia.
Para el 2003, un 74,1% de los adolescentes y jóvenes de 13 a 24 años de edad conoce sobre
métodos de planificación familiar, 75,6% de las mujeres y 72,5% de los hombres; 45,9% de ellos
respondió afirmativamente de manera espontanea y 28,2% lo hizo luego de darles una explicación;
en el caso de las mujeres la respuesta afirmativa de manera espontánea fue más alta que la de los
17
hombres, 49,3% y 42,2% respectivamente .
El 90,0% de los adolescentes y jóvenes que tienen entre 13 a 24 años ha escuchado hablar sobre la transmisión sexual
(ITS); 90,5% de los hombres y 89,5% de las mujeres. (…). El 81,6% de los adolescentes y jóvenes respondió que habían
escuchado sobre las ITS de manera espontanea, mientras que 8,4% dio su respuesta afirmativa pero requirieron una
14
Encuesta de Juventudes en Bolivia 2003.
15
Estudio realizado por De Pololo, López y Acuña “Juventud indígena y afrodescendiente en América Latina: inequidades
socio demográficas y desafíos de políticas” en 2009.
16
Ibídem.
17
Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera Edad, 2003. Encuesta de Juventudes en Bolivia 2003.
27
28. explicación adicional para esa respuesta, sumando ambos tipos de respuesta el porcentaje ya comentado de 90,0%.
(Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera Edad, 2003: 58).
El nivel de instrucción del tutor condiciona el conocimiento sobre las enfermedades venéreas o
ITS, puesto que conocen sobre el tema 96,3% de los adolescentes y jóvenes con tutores cuyo nivel
de instrucción es la educación superior o técnica (94,3% de respuesta espontanea y 2,0% con
ayuda), mientras que es porcentaje para éstos con tutores sin instrucción escolar es de 84,7%
18
(71,8% respuesta espontanea más 12,9% con ayuda) .
19
En el caso del porcentaje de jóvenes con infecciones de transmisión sexual se tiene para el 2003 :
El 98,3% de los adolescentes y jóvenes de 13 a 24 años de edad señala que nunca tuvo una enfermedad venérea o ITS,
98,7% de las mujeres y 97,9% de los hombres, por lo tanto la incidencia de esta enfermedad en este grupo poblacional
sería de 1,6%, 2,1% en los hombres y 1,2% en las mujeres. (…) La incidencia mayor se presenta en los jóvenes ya que el
2,5% señala haber tenido una infección de ese tipo; 3,1% de los hombres. (Viceministerio de la Juventud, Niñez y
Tercera Edad, 2003: 149).
El 1,6% de adolescentes y jóvenes que tuvieron ITS ha recurrido en 76,6% de los casos a los servicios de salud para
resolver ese problema de salud, 69,6% acudió a médicos y 7,0% a los establecimientos de salud, el 1,5% acudió a una
farmacia para curar la infección y 21,8% resolvió el problema en su medio, recurriendo a familiares o amigos/as (13,3%) o
curándose solo o sola o auto recentándose (8,5%). (Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera Edad,
2003: 150).
En cuanto a planificación familiar, estos son los resultados son los siguientes:
En cuanto al uso, de los adolescentes inciden muy poco en el bajo nivel general de recurrencia a los métodos, pues el 83%
de los varones y el 97% de las mujeres declaran no haber utilizado ninguno. Los jóvenes que usaron o usan algún método
anticonceptivo lo utilizaron por primera vez a los 17,4 años en promedio, con excepción de las mujeres que lo hicieron casi
a los 20 años. (Baldivia, 1997).
Considerando que a) los jóvenes de las ciudades troncales carecen de suficiente información sobre
los métodos, b) que pocos los utilizan, c) que cuando lo utilizan es a edades relativamente tardías
(al finalizar la adolescencia), d) que tiene relaciones principalmente con el enamorado o
enamorada permanente y e) que la nupcialidad es temprana, Baldivia, concluye que en Bolivia las
relaciones sexuales de los jóvenes conducen con relativa frecuencia al embarazo y al matrimonio,
dando lugar a compromisos poco solidificados en decisiones responsables.
En el mismo sentido, los datos de la Encuesta de Juventudes en Bolivia, presenta los siguientes
datos:
18
Ibídem.
19
No se tienen datos disponibles en el diagnóstico de Baldivia para este tema.
28
29. El 68,6% de los adolescentes y jóvenes de los once municipios investigados nunca utilizó un método de planificación
familiar, 31,3% sí lo hizo; existe un 0,02% que no contesta. En la categoría de análisis de Género se observa una
significativa mayor proporción de mujeres que no utilizaron nunca uno de esos métodos (77,0%) frente a la de los hombres
(59,2%). (Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera Edad, 2003: 142).
Por nivel de instrucción del tutor también se observa un cierto patrón que señala que cuanto más
alto es el nivel de instrucción del tutor, los adolescentes o jóvenes a su cargo utilizan por primera
vez un método de planificación familiar antes que los que tienen tutores con más bajo nivel
educativo: adolescentes y jóvenes con tutores con educación superior y técnica o cuarto de
secundaria utilizan por primera vez uno de estos métodos a una edad promedio de 17,9 años de
edad (17 años y casi once meses de edad) y adolescentes y jóvenes cuyos tutores no tienen
ningún nivel de instrucción, utilizan por primera vez algún método de planificación familiar o
20
protección a la edad promedio de 19,4 años de edad (19 años y casi cinco meses de edad).
Entonces se concluye que la falta de información y el uso efectivo de los métodos anticonceptivos
entre los jóvenes bolivianos aún constituyen un problema pendiente y de gran importancia.
Por otra parte, en Bolivia existe un alto porcentaje de la población que consume alcohol
frecuentemente (el 42%) y obviamente la juventud tiene una importante incidencia en ese universo,
aunque, en lo que se refiere a alucinógenos, marihuana, pasta base y cocaína, los niveles son más
bien niveles bajos.
(…) los adolescentes y jóvenes señalan mayoritariamente entre los principales problemas de la juventud a la drogadicción y
el alcoholismo. Se percibe un mayor énfasis en el señalamiento de la drogadicción como problema entre los estratos altos,
en los adolescentes y en la ciudad de Santa Cruz. (…). Por otro lado, se suman la falta de trabajo, las dificultades
económicas y las pocas oportunidades para estudiar en tanto problemas mencionados que tienen una raíz socioeconómica
común, se tiene que la mención a este tipo de dificultades fue hecha en el 86% de los casos. Es decir, la precariedad de
ingresos de los jóvenes y sus familias, es el problema central. (Baldivia, 1997: 151).
El consumo de drogas, bebidas alcohólicas y tabaco es un problema que se origina en pautas
culturales, pues esta relacionados a expectativas o ideas más o menos colectivas de la sociedad o
grupo social que, sumado al deseo de experimentación, incitan a los jóvenes a iniciarse en esta
actividad bajo el pretexto de que ya están en edad para adquirir ciertas conductas. Así lo
demuestra la Encuesta de Juventudes del 2003, donde:
La curiosidad de tener experiencias nuevas o señalar que son cosas de la edad, son las razones que llevó a consumir
drogas por primera vez al 64,6% de adolescentes y jóvenes de 13 a 24 años de edad, el 16,6% señala que consumió
drogas obligado por las circunstancias ya que lo obligaron o presionaron sus amigos y/o amigas o estaba en un mal
ambiente, el 8,5% dice que esa primera vez que consumió atravesaba por un mal momento, enfrentaba problemas o estaba
deprimido o deprimida y el 10,2% restante mencionó otras razones. (…) Del total de la población adolescente y joven de
los once municipios investigados, 12, 0% señala que consume tabaco y por lo tanto 88,0% no lo consume. El 18,5% de los
20
Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera Edad, 2003. Encuesta de Juventudes en Bolivia 2003.
29
30. hombres de este grupo poblacional fuma cigarrillo de tabaco, porcentaje que en el caso de mujeres es menor (5,9%). El
21,5% de los jóvenes y el 8,6% de los adolescentes consumen tabaco actualmente. El 34,0% de los varones de 19 a 24
años de edad (juventud) señala que fuma cigarrillo. (Viceministerio de la Juventud, Niñez y Tercera Edad,
2003: 172).
Una vez más, no existen datos o estudios que profundicen en la temática nutricional de la juventud,
en este caso, tampoco en Bolivia. Como ya se advirtió las temáticas predominantes tiene que ver
con la salud sexual y reproductiva y el consumo de bebidas alcohólicas y drogas.
Sin embargo, existen pequeños estudios piloto realizados en la localidad de Calama, en el
21
departamento de La Paz, realizados en el año 2003 . El trabajo describe la siguiente realidad:
Bolivia, si bien es uno de los países más pobres de la región, está ingresando rápidamente en la etapa de la transición
nutricional. Por ello en el año 2003, se ha llevado a cabo una encuesta exploratoria de tipo piloto sobre el estado nutricional
y el consumo de alimentos en una muestra de adolescentes del área rural circundante a la capital de La Paz. Para ello se
eligió a la localidad de Calama que está situada a 250 km noreste de la ciudad de La Paz, en la región subtropical de Los
Yungas. (F. J. A. Pérez-Cueto, M. J. Almanza-López, J. D. Pérez-Cueto y M. E. Eulert, 2003).
Este trabajo constituye un esfuerzo por conocer el estado en el que se encuentra la nutrición de los
jóvenes en Bolivia, sin embargo encuentra sus limitaciones al referirse a un diagnóstico de una
sola región como también área del país: la región subtropical y el área rural, tomando en cuenta
que Bolivia cuenta con diversas zonas geográficas y que, por su parte, la realidad campo-ciudad
conlleva a grandes diferenciaciones, aunque en algunos casos, puede brindar pautas interesantes.
Sin embargo, constituye un esfuerzo importante y una pauta para estudios posteriores.
Los objetivos de la encuesta piloto fueron 1) identificar los niveles de sobrepeso o bajo peso en
adolescentes del área rural, y compararlos con los niveles en la ciudad capital, y 2) registrar
algunas características d) las dietas tradicionales bolivianas en poblaciones aisladas y con poco o
22
raro contacto con la urbe paceña .
21
En 2003 se llevó a cabo una encuesta piloto en el área rural del Departamento de La Paz, Bolivia, con la finalidad de
establecer los patrones de la dieta de un grupo de estudiantes de secundaria con escaso contacto con las zonas urbanas.
El estudio consistió en una encuesta de consumo de alimentos (recordatorio de 24 horas), medidas antropométricas y la
información sociodemográfica. Se encontró una prevalencia de 9% de sobrepeso en la muestra, siendo esta mayor en las
mujeres (25%). No se observaron diferencias significativas entre varones y mujeres en el aporte de nutrientes por parte
de la dieta. La ingesta de energía fue repartida entre las cinco comidas regulares: 22 % en el desayuno, 20% en el recreo,
24% en el almuerzo, 12% a la hora del té, y 22% en la cena. Se compararon asimismo las características antropométricas
de los varones de Calama con varones de la ciudad de La Paz, habiéndose hallado que las diferencias son solamente
significativas con respecto a los niños en colegios privados. La información proporcionada en el presente estudio puede
ser utilizada para fines de elaboración de políticas nutricionales en Bolivia.
22
Ibídem.
30
31. Así, los principales resultados fueron:
En la muestra estudiada, casi todos los estudiantes reportaron consumir regularmente el desayuno. La mediana del aporte
calórico del desayuno en esta muestra fue de 461 kcal (Rango intercuartiles 334-431 kcal). Estos niveles se hallan por
encima de de los reportados para el área rural de España donde el aporte calórico del desayuno es de 353 kcal, sin
embargo, la proporción de la energía provista por el desayuno es de similar magnitud. (F. J. A. Pérez-Cueto, M. J.
Almanza-López, J. D. Pérez-Cueto y M. E. Eulert, 2003).
Recreo: Este rubro presenta las comidas preparadas y consumidas fuera del hogar. Los alimentos consumidos durante el
recreo escolar constituyen en promedio el 20% (± 11,3) de la ingesta calórica diaria de estos adolescentes. En la mayoría
de los casos, se trata de productos altamente calóricos. (F. J. A. Pérez-Cueto, M. J. Almanza-López, J. D.
Pérez-Cueto y M. E. Eulert, 2003).
Almuerzo: También consumido fuera del hogar, constituye en promedio el 24% (± 11,5) de la ingesta calórica diaria de los
adolescentes calameños. En la mayoría de los casos, el almuerzo incluye una sopa y un segundo plato con carne. En
consecuencia, el 44% de la ingesta calórica de los adolescentes encuestados proviene de alimentos preparados y
consumidos fuera del hogar. (F. J. A. Pérez-Cueto, M. J. Almanza-López, J. D. Pérez-Cueto y M. E.
Eulert, 2003).
Llama la atención que prácticamente la mitad de la ingesta calórica provenga de alimentos
consumidos fuera del hogar, lo cual se debe naturalmente a las distancias entre el centro escolar y
las viviendas que impiden a los niños regresar a casa para el almuerzo o el recreo. Al mismo
tiempo, este hecho permite observar casi sin interferencias el impacto de los alimentos consumidos
fuera del hogar, una característica de la transición nutricional, en la dieta de estos adolescentes del
área rural. Con la excepción de uno de los participantes, todos reportaron recibir un pequeño
monto de dinero de sus padres para los gastos de recreo y almuerzo. En efecto, el uso primario de
este dinero para el 80% de los participantes es la compra de alimentos en los recreos y el
23
almuerzo; el uso secundario del dinero es compra de material escolar y diversión .
La hora del té típicamente boliviana, es una pequeña comida entre las 4 y las 5 de la tarde, proporciona en promedio 12%
(± 9) del total de kilocalorías diarias. En Calama, el té consiste en una bebida caliente (té o café), frutas y/o pan. (F. J. A.
Pérez-Cueto, M. J. Almanza-López, J. D. Pérez-Cueto y M. E. Eulert, 2003).
Cena: Consumida en el hogar al final del día representa en promedio el 22% (± 9) de la ingesta diaria de energía. Está
compuesto por un plato de sopa (a base de fideo, papas, arroz, verduras, hueso y un pedazo de carne), seguido de un
segundo plato que incluye una carne (pollo, cerdo de monte o res) acompañada de una ensalada de verduras y de papa y/o
arroz y/o fideo. Solamente 6 de los entrevistados (14%) reportaron haber consumido leche de alguna manera, ya sea como
bebida, con cacao o chocolate, o como parte del arroz con leche. (F. J. A. Pérez-Cueto, M. J. Almanza-López, J.
D. Pérez-Cueto y M. E. Eulert, 2003).
Desde el punto de vista de la salud pública nutricional, si bien Bolivia está ingresando en etapas
más avanzadas de la transición nutricional, el presente estudio sugiere que si se toman las
23
Ibídem.
31
32. acciones adecuadas a la brevedad posible, se podrá evitar o frenar el incremento en casos de
enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la dieta y el estilo de vida. Para fines de
políticas de salud, el presente estudio proporciona evidencia del hecho que Bolivia ha pasado de
un cuadro epidemiológico en el que la desnutrición es el único problema, a un cuadro más
complejo en el cual el sobrepeso y la desnutrición crónica coexisten en la misma población.
Asimismo, los resultados del presente estudio podrán ser utilizados para la elaboración de
instrumentos a utilizar para la promoción de una alimentación equilibrada en base a los productos
24
tradicionales bolivianos .
6. Políticas Públicas en Salud para la Juventud en Bolivia.
Las principales políticas públicas referidas a la salud de los jóvenes tienen que ver con el tema de
derechos sexuales y derechos reproductivos, esto, debido a la importancia que ha cobrado este
tema para las distintas organizaciones e instituciones en la actualidad.
De esta manera, se describirá a continuación una de las políticas que contiene los elementos más
importantes en cuanto a beneficios para la salud los jóvenes, el Plan Nacional para la Salud
Integral de la Adolescencia y Juventud Boliviana. Sin embargo, cabe resaltar que no es la única,
puesto que la Ley General de Salud, llega a contener artículos relacionados específicamente con
los jóvenes y representa uno de los cuerpos legislativos más importantes en materia de salud en
Bolivia. Por su parte el Anteproyecto de Ley Nacional de Juventud también contempla aspectos
relacionados a la preservación de la salud, pero aún no ha sido aprobada. Es así, que primero se
analizará dicho Plan de forma más detallada para luego hacer una descripción breve de otros
documentos del marco legislativo nacional.
6.1. Plan Nacional para la Salud Integral de la Adolescencia y Juventud Boliviana
2009-2013.
“La salud de los y las adolescentes y jóvenes, constituye un desafío impostergable para el
Gobierno del presidente Evo Morales Ayma y el Ministerio de Salud y Deportes que deben
asegurar que ellos y ellas alcancen su pleno potencial y puedan contribuir a un futuro saludable.
(…). En ese entendido, el Ministerio de Salud y Deportes, presenta el documento “Plan Nacional
para la Salud Integral de la Adolescencia y Juventud Boliviana 2009-2013” como marco de
referencia para la formulación de programas que atiendan la salud integral de adolescentes y
24
Ibídem.
32
33. jóvenes, cuyas necesidades de salud y del vivir bien es preciso satisfacer con premura”. (Plan
Nacional para la Salud Integral de la Adolescencia y Juventud Boliviana 2009-2013: 5).
Este Plan resume los distintos enfoques bajo los cuales se está tratando la temática juvenil
específicamente en el área de salud en Bolivia. Estos paradigmas están relacionados con los
derechos para ejercer una ciudadanía plena, toman en cuenta a los jóvenes como actores
estratégicos del desarrollo del país, defienden el desarrollo humano integral y la promoción de la
salud, así como la promoción de los derechos y necesidades socio-económicas.
6.2. Los Nuevos Paradigmas para la Atención en Salud de las Juventudes.
La fase juvenil concentra extremos etáreos en estadios definidos por consenso que se distinguen
en adolescencia y juventud; empero puede utilizarse el término juventudes para definir a estos
grupos sociales que tiene diferencias y singularidades, pero también similitudes, y que construyen
su pluralidad y diversidad en distintos espacios sociales y les permite manejar códigos propios y
25
compartir intereses y expectativas .
Como señala el Plan Nacional para la Salud Integral de la Adolescencia y Juventud Boliviana
existen cuatro paradigmas principales para desarrollar el estudio de las temáticas relacionadas con
la juventud, éstos son:
Enfoque de Derechos. Originado en la idea de que el desarrollo juvenil no puede transitar
aislado del desarrollo democrático de la sociedad, donde la misma consiste en el
fortalecimiento de la ciudadanía a partir de la consagración de derechos, siendo así
considerados como objetos de derecho, pues la relación con el Estado justamente se basa
en que éste garantice el ejercicio de tales derechos.
Enfoque de Actor Estratégico del Desarrollo Nacional. Este enfoque busca que las
juventudes sean el eje central de las estrategias de desarrollo como protagonistas en los
espacios de la sociedad donde puedan ser aprovechadas sus potencialidades y
capacidades.
Enfoque del Desarrollo Humano Integral y de Promoción de la Salud. Este enfoque
entrelaza el ambiente familiar y el ambiente socio-económico y cultural los jóvenes. Fue
planteada por la OPS en 2001 y sugiere un cambio de paradigma como una estrategia que
prevenga problemas a futuro a partir del planteamiento de un proceso continuo por medio
25
Fragmento de Klaudio Duarte Quapper que se encuentra en la primera parte del documento del Plan Nacional para la
Salud Integral de la Adolescencia y Juventud 2008-2013.
33