1. INSTITUTO UNIVERSITARIO PEDAGÓGICO
MONSEÑOR RAFAEL ARIAS BLANCO
SAN FELIPE – YARACUY
BARRERAS Y CUALIDADES PARA LA TOMA DE DECISIONES
PARTICIPANTES:
BORGES NORAIZA
RODRÍGUEZ MARILI
PEREZ WILFREDO
LEON OMAR
OCHOA ISANGEL
MENDOZA ROSMARI
DEBORAH VANESA
INTEGRAL D4
SAN FELIPE, OCTUBRE 2011
2. BARRERAS PARA LA TOMA DE DECISIONES.
Los principales obstáculos o bloqueos psicológicos provocan perjuicios
en todas las áreas vitales y, en especial, en el proceso de toma de decisiones.
Son inconscientes, generalmente actúan juntos y se nutren unos a otros lo
cual, no obstante, trae la ventaja de que al superar uno o varios de ellos se
puede enfrentar a los demás. Rubin (1986) presenta 17 bloqueos u obstáculos;
a algunos de ellos les hemos cambiado un poco la denominación para facilitar
su comprensión.
1. Pérdida de contacto con los propios sentimientos:
Se refiere a la incapacidad para sentir y expresar sentimientos y emociones de
amor, alegría, rabia, tristeza, miedo. Es un proceso inconsciente que comienza
a edades muy tempranas y evoluciona progresivamente a medida que nos
hacemos mayores.
Por lo general, surge en ambientes abiertamente hostiles y rechazantes, que
sabotean el bienestar y la autoestima personal. Muchas veces se expresa a
través de mensajes directos o indirectos del tipo “Los hombres no lloran” o “No
te rías tan alto”, por ejemplo.
”No quiero, no quiero // échamelo en el sombrero” es un dicho margariteño que
revela la dificultad para expresar claramente que algo nos gusta o que lo
anhelamos, que decimos una cosa pero hacemos otra. Todo lo contrario de “El
que quiere besar busca la boca”, que indica que la motivación nos impele a
hacer algo. En síntesis, en la medida en que desconocemos o no tomamos en
serio nuestros sentimientos, saboteamos nuestro proceso de toma de
decisiones porque, aunque muchas veces el mismo es racional, no cabe duda
de que el afecto ejerce un rol importante.
2. Evitación de los problemas y de la ansiedad, con la finalidad de no
experimentar sufrimiento:
El refrán “Más vale malo conocido que bueno por conocer” ilustra este
obstáculo psicológico.
Las personas que lo sufren consideran que las opciones y elecciones, al
ofrecer una posibilidad de cambio, constituyen una amenaza a la comodidad de
lo que resulta familiar . Es probable que cualquier intento de elección conlleve
una carga enorme de ansiedad pero, en cuanto se comienza a adoptar
decisiones por pequeñas que sean, la persona se da cuenta de que las
terribles consecuencias que imaginaba no han ocurrido. Luego, cuando
empieza a participar más activamente en su vida -y no como mero espectador-
3. el compromiso ya no resulta tan amenazante y las escogencias se hacen más
provechosas y más fáciles de realizar.
3. Carencia de una escala de valores:
Alude al desconocimiento de las cosas que son importantes o no, lo cual incide
en lo que apreciamos, cómo utilizamos nuestro tiempo y energía , cuál es
nuestro estilo de vida y con qué clase de personas podemos vivir y trabajar. No
conocer nuestros valores es como si no los tuviéramos. Al evitar la elección se
fortalece la carencia de valores con lo cual las elecciones se hacen cada vez
más difíciles, creándose así un círculo vicioso. Por el contrario, cada vez que
tomamos una decisión ordenamos los asuntos de nuestra vida de acuerdo con
una determinada escala de valores o prioridades, se fortalece el conocimiento
de la propia personalidad y se facilitan las escogencias posteriores.
4. Escasa autoestima o falta de confianza en sí mismo:
La dificultad para escoger opciones -en especial cuando se salta
constantemente de una alternativa a otra- se debe por lo general a la
convicción inconsciente de que ninguna opción que se elige es suficientemente
buena.
5. Desesperanza, depresión y ansiedad:
Las tres se presentan por lo general juntas, por lo que Rubin las llama
“compañeras de viaje”. Cualquiera que sea su causa, identificarlas es prioritario
ya que afectan no sólo la capacidad de seleccionar alternativas sino la salud
mental en general. Tales problemas son síntomas de dificultades más
profundas y muchas veces requieren de la ayuda profesional.
6. Idealización o imagen irreal del propio yo:
Muchas personas con baja autoestima dibujan una imagen idealizada de sí
mismas, lo que constituye una forma de compensación destinada a disimular y
contrarrestar la desconfianza personal. Sin embargo, tal actitud sólo disminuye
la autoconfianza y obstaculiza el proceso de la toma de decisiones ya que
ignorar y olvidar las cualidades reales y, por el contrario, actuar sobre la base
de cualidades y talentos inexistentes,
CUALIDADES PERSONALES PARA LA TOMA DE DECISIONES
Sin lugar a dudas existen ciertas cualidades que hacen que los
tomadores de decisión sean buenos o malos.
Cuatro son las cualidades que tienen mayor importancia a la hora de analizar al
tomador de decisiones: experiencia, buen juicio, creatividad y habilidades
4. cuantitativas. Otras cualidades podrán ser relevantes, pero estas cuatro
conforman los requisitos fundamentales.
Experiencia: Es lógico suponer que la habilidad de un mando para tomar
decisiones crece con la experiencia. El concepto de veteranía en una
organización con aquellos individuos que tienen el mayor tiempo de servicio, se
funda en el valor de la experiencia y por lo tanto reciben un mayor salario.
Cuando se selecciona a un candidato para algún puesto de la organización, la
experiencia es un capítulo de gran importancia a la hora de la decisión. Los
éxitos o errores pasados conforman la base para la acción futura, se supone
que los errores previos son potencial de menores errores futuros. Los éxitos
logrados en épocas anteriores serán repetidos. Suponemos.
Una experiencia de 10 años, supone una mayor amplitud de respuesta que
puede tener una persona con una experiencia de 5 años. Pero cuidado que la
experiencia de 10 años no sea la de uno, repetida diez veces.
La experiencia tiene un importantísimo papel en la toma de decisiones. Cuando
un mando se enfrenta a un problema, recurre a su experiencia para poder
resolverlo de una forma que sabe los solucionó con anterioridad.
Para situaciones mal estructuradas o nuevas, la experiencia puede acarrear
ventajas y desventajas. La principal desventaja es que las lecciones de
experiencia puedan ser inadecuadas por completo para el nuevo problema,
resultando una decisión errónea. Pero también puede ser una gran ventaja,
pues da elementos para diferenciar entre situaciones bien o mal estructuradas.
Buen juicio: Se utiliza el término juicio para referirnos a la habilidad de
evaluar información de forma inteligente. Está constituido por el sentido común,
la madurez, la habilidad de razonamiento y la experiencia del tomador de
decisiones. Por lo tanto se supone que el juicio mejora con la edad y la
experiencia.
El buen juicio se demuestra a través de ciertas habilidades para percibir
información importante, sopesar su importancia y evaluarla. El juicio es más
valioso en el manejo de problemas mal estructurados o nuevos, porque
precisamente de ese juicio el tomador de decisiones sacará determinaciones y
aplicará criterios para entender el problema y simplificarlo, sin distorsionarlo
con la realidad.
Un juicio se desarrolla de la siguiente manera: basado en la información
disponible y en su propia experiencia anterior, el tomador de decisiones
establece parámetros conformados por: los hechos, las opiniones y el
conocimiento en general.
Creatividad: La creatividad designa la habilidad del tomador de
decisiones para combinar o asociar ideas de manera única, para lograr un
resultado nuevo y útil.
El tomador de decisiones creativo es capaz de captar y entender el problema
de manera más amplia, aún de ver las consecuencia que otros pasan por alto.
Sin embargo el mayor valor de la creatividad está en el desarrollo de
alternativas. Son creativos y pueden generar suficientes ideas para encontrar el
camino más corto y efectivo al problema.
5. Habilidades cuantitativas: Esta es la habilidad de emplear técnicas
presentadas como métodos cuantitativos o investigación de operaciones, como
pueden ser: la programación lineal, teoría de líneas de espera y modelos de
inventarios. Estas herramientas ayudan a los mandos a tomar decisiones
efectivas. Pero es muy importante no olvidar que las habilidades cuantitativas
no deben, ni pueden reemplazar al buen juicio en el proceso de toma de
decisiones.