La oposición local contra proyectos mineros, la deforestación masiva y la amenaza a los páramos fueron los grandes problemas ambientales del año. Pese a la movilización ciudadana, el gobierno siguió acelerando su locomotora minera.
PRESENTACION PLAN ESTRATEGICOS DE SEGURIDAD VIAL - PESV.pdf
Balance ambiental del 2013: modelo económico, daños ecológicos y protestas sociales
1. Balance ambiental del 2013: modelo económico, daños
ecológicos y protestas sociales
Creado en Lunes, 13 Enero 2014 03:16
La oposición local contra proyectos mineros, la deforestación masiva
y la amenaza a los páramos fueron los grandes problemas
ambientales del año. Pese a la movilización ciudadana, el gobierno
siguió acelerando su locomotora minera.
Rafael Colmenares *
Locomotora minera y resistencia social
El 2013 fue un año de protestas motivadas por los problemas
ambientales que ocasiona el extractivismo imperante en el país
La resistencia a la minería en gran escala contrapone visiones e
intereses de comunidades agrarias e incluso de grandes productores
agrícolas nacionales con las que provienen de las transnacionales
mineras e incluso de la mediana minería que no por ser menor frente
a aquella deja de causar enormes daños ecológicos y perturbar la
vida de los habitantes del campo y de los pueblos. Proliferaron las
manifestaciones contra las empresas y los proyectos mineros,
particularmente los de las transnacionales:
En Piedras, Tolima, se produjo la primera consulta popular sobre el
tratamiento del material extraído en La Colosa, que pretendía realizar
la Anglo Gold Ashanti aprovechando su abundancia en agua y otras
ventajas (la votación fue de 2971 votos en contra y 24 a favor).
Posteriormente el Concejo Municipal aprobó un Acuerdo acogiendo la
consulta, es decir, prohibiendo las actividades mineras en el
municipio.
· El ejemplo fue seguido por los habitantes de Tauramena,
Casanare, donde el 15 de Diciembre 4426 personas rechazaron
las actividades de exploración petrolera frente a 151 votos a
favor.
· Por doquier surgen nuevos movimientos de resistencia.
Algunos son aún poco conocidos, como el que se levanta en el
2. corredor Tinjacá-Villa de Leyva-Gachantivá contra la gran
minería del carbón y la eventual extracción de gas y de otros
minerales.
· La multa impuesta a la Drummond por el derrame de 500
toneladas de carbón al comienzo del año, ha desatado un gran
debate por la desproporción entre el daño causado y las
enormes ganancias de la transnacional, lo cual pone en
evidencia que si se tiene como pagar se puede contaminar.
Pero además el conflicto ambiental se reveló como transversal y
esencialmente político. Detrás de la entrega de baldíos a monopolios
nacionales, de la conurbación de extensas zonas, del decaimiento de
la producción agraria nacional, también asoma la dimensión
ambiental de los grandes problemas contemporáneos y emerge la
sociedad
civil
protestando.
Delimitación
de
los
páramos: un asunto
espinoso
La delimitación de los
páramos –propuesta por
el
Plan
Nacional
de
Desarrollo
vigente
y
estrechamente vinculada
con los límites a la
exploración y explotación
mineras- dio pie a una
gran polémica.
Los insumos técnicos para
tal delimitación fueron
Deforestación causada por la siembra
encargados al Instituto
Alexander Von Humbolt,
de
el cual viene trabajando
palma aceitera.
en el asunto y el primer
Foto: Inés Fernández
páramo que se decidió
delimitar
fue
el
de
Santurbán, cuya defensa ante la amenaza de la minería del oro a
cielo abierto ha generado un gran movimiento popular en
Bucaramanga, cuya provisión de agua se vería gravemente afectada.
A finales del año la ministra de Medio Ambiente y Desarrollo
Sostenible anunció que la demarcación estaba lista [1], pero era
necesario concertarla con comunidades e intereses mineros que,
como se sabe, involucran no solo a grandes empresas -dos de ellas
transnacionales- sino también a los pequeños mineros de la zona. El
3. problema consiste en que la delimitación traza una línea y prohíbe las
actividades económicas por encima de ella, sin diferenciar los
intereses de las comunidades tradicionales, de los de agricultores
más recientes como los cebolleros ni de las empresas
transnacionales, lo cual genera un galimatías difícil de resolver.
Incluso se ha llegado a mencionar que se respetarían los derechos
adquiridos por los títulos mineros ya otorgados, lo que implica
permitir la explotación minera dentro de los páramos por 15 años, al
cabo de los cuales la afectación sería de tal magnitud que para
entonces del ecosistema paramuno no existirá ni el recuerdo.
El asunto central consiste en que las zonas de páramo en Colombia que representan un poco más del 1 por ciento del territorio- proveen
el 85 por ciento del agua que utilizamos.
La Orinoquia en riesgo
Los problemas no se limitan a la minería. Extensas zonas están
dedicadas a la explotación agropecuaria intensiva que acabará
alterando el equilibrio ambiental y desplazando las prácticas
adaptativas que se habían aplicado durante muchas décadas.
El 2013 fue un año de protestas motivadas por los
problemas ambientales que ocasiona el extractivismo
imperante en el país
Tal es el caso de la Orinoquía, que incluye la zona de transición entre
los llanos y la Amazonía. Esta importante macro región de 347.165
kilómetros cuadrados abarca el 30,4 por ciento del territorio
continental del país y se caracteriza por su gran biodiversidad
representada por 32 tipos de sabana que se agrupan en dos
categorías: la sabana de altillanura “bien drenada” entre los ríos Meta
y Vichada y la sabana inundable que comprende gran parte de los
departamentos de Arauca y Casanare. Estos singulares ecosistemas
son el hábitat de 1435 especies de peces de agua dulce, lo cual los
hace únicos en el mundo y, como si fuera poco, en ella habitan 700
especies de aves, el 40 por ciento de las registradas en Colombia.
Pues bien, la Orinoquia viene siendo sometida a un proceso acelerado
de desecación, deforestación, sustitución de la cobertura vegetal y
pérdida o menoscabo de las culturas autóctonas. Un solo producto, la
palma de aceite, ha llegado a cubrir amplias extensiones y la
propia Fedepalma anuncia que gran parte del millón seiscientas mil
hectáreas que se proyectan para el 2032, lo serán en la Orinoquía
(que hoy aporta cerca del 30 por ciento de la producción nacional de
palma aceitera[2]).
4. Las circunstancias oscuras que acompañan este proceso aparecieron
con toda claridad en el 2013, cuando trascendió que una de los
monopolios que quieren convertir la Orinoquía en un campo
agroindustrial –Riopaila S.A.- había acudido a triquiñuelas jurídicas
para hacerse con 40.000 hectáreas de baldíos nacionales destinados
por la Ley 160 de 1994 a ser adjudicados a población campesina solo
a través de Unidades Agrícolas Familiares (UAF), que para la región
no sobrepasan las 1.100
hectáreas cada una.
Campeones mundiales
en deforestación
Asistimos
a
una
transformación profunda
de los ecosistemas en
aras de la quimera de la
“prosperidad”
que
la
economía
extractiva
promete.
Un indicador del avance
en dirección equivocada
Páramo de Santurbán, ubicado entre
son
las
cifras
de
los
deforestación. En agosto
departamentos de Santander y Norte
de 2013 el Instituto de
de Santander.
Hidrología, Meteorología y
Estudios Ambientales de
Foto: Alixon Navarro
Colombia
(IDEAM)
anunció que entre 2011 y
2012 el país había perdido 295.892 hectáreas de bosque natural, el
equivalente a 1,6 veces el área del Quindío. Esta noticia se matizaba
diciendo que el promedio anual había descendido a 147.946
hectáreas con respecto al período 2005 – 2010, cuando fueron
238.273 hectáreas anuales, lo cual no puede ocultar el desastre
ambiental que supone la pérdida de 6.206.000 hectáreas entre 1990
y 2010. Esto convierte a Colombia en uno de los países que más
contribuye a la pérdida de cobertura vegetal natural en el mundo.
Hay una gran polémica sobre las causas de este problema. Aunque
hay consenso en que la ganadería extensiva es una de las causas
centrales y que ha ocasionado la tala de vastas extensiones, la
atribución a la minería ilegal de parte importante es más discutible
pues se usa para ocultar la devastación causada por la minería legal
que el Gobierno promueve.
Lo cierto es que de afianzarse el modelo depredador adoptado por los
últimos gobiernos , la base natural del país se verá tan
5. profundamente afectada que tal vez no será posible construir un
nuevo tipo de sistema productivo acorde con las características de los
ecosistemas del trópico húmedo que predominan en Colombia.
Encrucijadas ambientales y paz
Colombia vice un gran dilema: destruir para prosperar, o utilizar
adecuadamente su territorio para garantizar el futuro.
El asunto central consiste en que las zonas de páramo en
Colombia -que representan un poco más del 1 por ciento del
territorio- proveen el 85 por ciento del agua que utilizamos.
El Gobierno se inclina por la primera alternativa. Varias decisiones e
intentos dan cuenta de ello:
Frente a la rebeldía de los municipios ante la minería, el gobierno
emitió el Decreto 934 de 2013, prohibiendo que los Planes de
Ordenamiento Territorial excluyeran la minería.
Intentó facilitar la “extranjerización” de la tierra para impulsar el
agro-negocio vinculando la inversión foránea [5]
Persiguió las semillas criollas y pretende imponer las semillas
patentadas.
Ha insistido en facilitar la adjudicación de baldíos a monopolios
nacionales
y
extranjeros,
pese
a
la
declaratoria
de
inconstitucionalidad de los artículos del Plan de Desarrollo que lo
permitían.
Ha nombrado al frente de las carteras de Agricultura y Medio
Ambiente
a
personajes
estrechamente
vinculados
con
el
extractivismo agropecuario y minero.
La resistencia de amplios sectores de la sociedad colombiana
aumentó en el 2013, además de los movimientos contra la minería en
gran escala, el propio Paro Agrario Nacional y la protesta indígena
son manifestaciones de la misma y encierran la posibilidad de un
cambio de rumbo en las formas de ocupación del territorio y los
sistemas productivos. La solución de esta confrontación de manera
que se garanticen derechos fundamentales cono el agua, la seguridad
y soberanía alimentaria y la autodeterminación del país esta en la
base de la paz duradera y estable que se busca en La Habana.
*Miembro de Unión Libre Ambiental.
Notas:
[1]
Al disminuir la escala a 1:100.000, de acuerdo con la delimitación
hecha por el Instituto Humbolt, el área del Páramo de Santurbán se
“incrementó” de 82.000 a 142.000 hectáreas pues se pudo observar
la zona de manera más precisa. Está en curso una nueva delimitación
6. a 1:25.000, que es la que ordena el Plan Nacional de Desarrollo. Con
relación al tema de la delimitación de los páramos véase el artículo de
Carlos Lozano Acosta, “La delimitación de Santurbán: un páramo es
un páramo” publicado en Razón Pública el 30/09/2013.
[2]
“La mejor Orinoquía que podemos construir”, Corporinoquia,
Universidad de Los Andes, Foro Nacional Ambiental, Fescol, 2009.
[3]
Idem, p.48.
[4]
Este Decreto fue demandado por la actual Alcaldía de Bogotá, que
prohibió la minería en la ciudad.
[5]
Según el Representante a la Cámara Wilson Arias, varias empresas
extranjeras poseen ya 134.000 hectáreas en la altillanura
orinoquense. De otra parte el Gobierno Nacional presentó el proyecto
de ley 164 de 2012, para facilitar el acceso del capital extranjero a la
tierra, el cual fue aprobado por la Comisión V del Senado, con fuerte
oposición del Polo Democrático Alternativo en cabeza del Senador
Jorge Robledo.