La presencia de soldados hondureños en la frontera entre El Salvador y Honduras ha despertado la alarma entre los pobladores locales, ya que se sospecha que podría estar relacionada con proyectos mineros transfronterizos amenazantes. Representantes de organizaciones ambientalistas visitaron la comunidad de Cuevitas en Chalatenango y confirmaron que 3 cerros y el río Sumpul se ven amenazados por la exploración y explotación minera en Honduras. Expertos advierten que se debe presionar al gobierno salvadoreño para que asuma
Minería metálica transfronteriza El Salvador con Honduras
1. Minería metálica transfronteriza El Salvador con Honduras
El sacerdote Gilberto Robles señala al río Sumpul que es amenazado
por la minería transfronteriza con Honduras. Foto: Alfredo Carías
Diario digital El Contrapunto, 16 junio 2014
Habitantes del norte de Chalatenango reportan la movilización de
soldados hondureños a proyectos mineros aledaños, a falta de
pronunciamientos oficiales de ambos países
En los límites fronterizos entre El Salvador y Honduras se han
observado una fuerte y constante presencia militar de soldados
hondureños que se desconocen sus verdaderos motivos de su
movilización hasta la zona.
Esto ha despertado la alarma entre los pobladores de comunidades
en el departamento de Chalatenango que es una de la zona
colindante con Honduras.
Esta inquietud surge durante una visita que realizan representantes
del Equipo de Servicio de Comunidades de Base (SERCOBA) que
fueron acompañados por la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica
y la Coalición de Aliados contra la Minería para reunirse con los
representantes de la comunidad Cuevitas, en Chalatenango.
“Unos mil militares hondureños se han visto y otros en Arcatao, están
cerrando los puntos de acceso clave entre ambos países”, comenta
Teófilo Córdova, trabajador social de la Asociación de Comunidades
para el Desarrollo de Chalatenango (CCR), organización miembra de
la Mesa frente a la Minería.
2. Ante la falta de una comunicación oficial por parte de los gobiernos
involucrados, sobre la presencia militar hondureña, las
especulaciones surgen como nos manifiesta el sacerdote Gilberto
Robles, de la Laguna, en Chalatenango.
“Esta militarizada la frontera y han construido un puente, dicen que
es en respuesta de Honduras por el asesinato de un pescador
hondureño en la isla Conejo, dice la gente”, exclama Robles.
Esta información se esparce por las comunidades de Chalatenango
rápidamente pero pocos se preguntan si esta presencia militar tendrá
algo que ver con la actividad minera que se pretende desarrollar en
Honduras.
Pero nadie descarta que cabe la posibilidad que tenga alguna
relación, pero la razón de la visita de Córdova y Robles a la
comunidad Cuevitas se debe a la alarma y correr la voz de la
amenaza de la minería que está latente en Honduras.
“Hemos venido acá para verificar, de 3 cerros amenazados en
Cuevitas, frontera con Honduras, el río Sumpul está amenazado
también por los lixiviados por la explotación minera en la Aldea del
Aguacate de Mercedes Ocotepeque, donde hay mineros explorando el
terreno y han comprado hasta un terreno, esto lo sabemos por
información de amigos de Honduras”, argumenta Robles.
Ante la amenaza de la minería transfronteriza solo queda una opción
aseguran expertos en la materia aseguran expertos. “Tenemos que
construir una fuerza social que presione al gobierno salvadoreño para
que asuma un rol activo, quiero decirles que hay un criterio desde
Cancillería salvadoreña que no deben tensionar las relaciones con los
gobiernos vecinos (Honduras y Guatemala), entonces sin que
estemos demandando una guerra pero creemos que no hay salida
que tensionar las relaciones, porque en el fondo hay una amenaza de
violación de derechos fundamentales a la vida, a la salud, al agua y el
derecho humano a la información ante la amenaza de la minería”,
advierte David Pereira representante del Centro de Investigación
sobre Inversión y Comercio (CEICOM), organización miembra de la
Mesa frente a la Minería.
Esta violación de falta de información es palpable en la comunidad, la
cual comprobamos con solo consultarles a algunos habitantes si
estaban enterados de esta amenaza y el resultado fue que ninguno
de los encuestados estaba informado, como nos demuestra en sus
declaraciones doña Mariana López de 68 años de edad, que vive en el
cantón Cuevitas, del municipio de Dulce Nombre de María, en
Chalatenango.
3. “No, no sabía, dicen que no está hecho para la gente, eso es fraude
porque esos venenos que riegan para sacar el oro es un gran veneno
para las personas”, nos manifiesto sorprendida Mariana.
En Honduras se pretende desarrollar 42 proyectos mineros que tocan
las líneas fronterizas con El Salvador, ubicados en los departamentos
de Valle y Choluteca, amenazando la vida de los ríos Sumpul,
Goascorán y hasta el Golfo de Fonseca.