Horarios empresa electrica quito 25 de abril de 2024
SOBRE LAS ELECCIONES POLÍTICAS COLOMBIANAS…
1. SOBRE LAS ELECCIONES POLITICAS COLOMBIANAS…
Poquitos pero ruidosos. El movimiento social en el Congreso
de la República
12 Marzo 2014. Fernanda Espinosa
A pesar del triste panorama nacional en el que gana la ultra derecha,
el conservadurismo y la derecha tradicional (liberal -conservadora) en
las elecciones al congreso del pasado 9 de marzo de 2014, llegan
algunos pocos con diferentes alternativas como un campesino en el
Senado: Alberto Castilla, los defensores de Derechos Humanos: Iván
Cepeda y Alirio Uribe, y Robledo con una altísima votación. Y mujeres
muy interesantes que esperamos hagan contrapeso como Claudia
López, Ángela María Robledo y Angélica Lozano. También llega al
senado por circunscripción especial indígena Jesús Chávez.
Fernanda Espinosa
Fuente de la imagen: www.diarioadn.co
Siempre me pregunto si ver el vaso medio lleno o medio vacío. Sin
que sea sorprendente no dejan de ser decepcionantes los resultados
de las elecciones para Senado y Cámara del pasado 9 de marzo de
2014. El triste panorama nacional del congreso nos deja con 19
senadores del Puro Centro, 21 senadores de la U, 20 conservadores y
2. por lo menos más de 19 senadores investigados por parapolítica o
cercanos a alguien denunciado por ello. A la derecha y a la
ultraderecha les queda fácil ser mayoría. Un congreso perdido para
quienes creemos en posturas progresistas, de respeto de derechos y
de construcción de alternativa.
Uribe llega al senado aunque durante su gobierno se alcanzaron las
cifras más altas de desplazamiento forzado, se aprobaron los tratados
de libre comercio que están desangrando nuestro campo, se realizó
una persecución a los defensores de derechos Humanos, se pusieron
en marcha las llamadas “chuzadas” del DAS, hubo violaciones
masivas al DIH y se llevó a cabo una persecución política a la
oposición, siendo responsable de la muerte de más 3.000 jóvenes en
los falsos positivos, con comprobados vínculos con grupos
paramilitares.
Uribe logra más de 2 millones de votos y pone 19 senadores del Puro
Centro como José Obdulio Gaviria, Alfredo Ramos (vinculado con
paramilitares), Tania Vega (esposa del coronel Plazas Vega.
Deberíamos preguntarle a las víctimas del Palacio de Justicia qué
opinan) y Paloma Valencia (nieta del expresidente). A la Cámara pone
a María Fernanda Cabal (esposa de Lafaurie, presidente de FEDEGAN)
y varios más relacionados con parapolítica. El Centro Democrático con
la segunda votación es uno de los grandes ganadores de la jornada.
Si sumamos las curules del Partido de la U, de Cambio Radical y del
Partido Liberal tenemos un total de 47 curules que no alcanza a ser
mayoría absoluta en el Senado. Los resultados de la contienda
electoral dejan un mapa político en el que el autoritarismo, el
conservadurismo y la derecha tradicional (liberal - conservadora)
prevalecen en el país, lo que evidencia que se han fortalecido.
Otros de los ganadores son el abstencionismo y el voto en blanco. El
panorama electoral contó con una abstención muy alta (del orden del
67%). Queda pendiente preguntarnos si esta cantidad de votos en
blanco, nulos y de abstencionistas son opciones políticas consientes y
activas o posturas de total rechazo y desconocimiento al sistema
democrático que tenemos en el país.
Amargamente, la izquierda no logra crecer, pues obtuvo apenas el
4.5% del total de los votos válidos. Sin embargo, algunas opciones
alternativas muy interesantes llegan al Congreso como un campesino
en el Senado: Alberto Castilla, los defensores de Derechos Humanos:
3. Iván Cepeda y Alirio Uribe, y Robledo con una altísima votación. Y
mujeres muy interesantes que esperamos hagan contrapeso como
Claudia López, Ángela María Robledo y Angélica Lozano. También
llega al Senado por circunscripción especial indígena Jesús Chávez.
Con varios candidatos, el movimiento social no reduce su ejercicio
político a las urnas sino que busca articular y amarrar la movilización
de masas con el ejercicio de la construcción de la legislación en el
país.
Desafortunadamente, la dificultad de la unidad nos lleva a escenarios
en los cuales las maquinarias electorales se aprovechan de derechos
luchados y ganados por el movimiento popular como son las
circunscripciones especiales.
Los indígenas y los afrocolombianos presentaron a estas elecciones
grandes listas de candidatos por una amplia diversidad de partidos. Al
senado indígena se presentaron 14 partidos, cada uno con tres
candidatos en promedio, y a la cámara, por circunscripción especial
afro, se presentaron más de 80 candidatos, siendo elegidos dos que
no son afrodescendiente ni tienen verdadera relación con el
movimiento afro: Moisés Orozco Vicuña y María de Socorro
Bustamante, señalada por su cercanía con la ‘Gata’.
Pero el cuartico de vaso lleno lo vemos con la llegada de un
campesino del Catatumbo, Alberto Castilla, quien llevará los
mandatos populares al Senado. Será la voz del movimiento
campesino, representará a la movilización y a la organización social.
Es un dirigente agrario que en el Congreso representará, además, a
la comunidad afrodescendiente e indígena, a las mujeres, a la
diversidad sexual, en fin, representará a los grupos poblacionales
discriminados y excluidos de este país. Adelantó una campaña de
iniciativa popular sin maquinarias electorales y sin grandes recursos,
mostrando que es posible para el movimiento popular disputar la
institucionalidad. A portas de la Cumbre agraria campesina, étnica y
popular, vamos construyendo alternativas y propuestas para la
defensa del territorio y la paz, preparándonos para la movilización
popular y el paro del 2014.
También debemos resaltar la llegada al congreso de una mujer
defensora de la igualdad y los derechos LGBTI: Angélica Lozano,
activista de este movimiento. Por supuesto la llegada de la analista
política Claudia López, con una propuesta holística, una histórica
opositora de Uribe y denunciante de la parapolítica debería ser
4. contrapeso en este congreso. Igual que Ángela María Robledo que ya
ha demostrado en su periodo anterior a la cámara posturas en favor
de la paz, la defensa de los derechos de la mujer y algo de respaldo a
las demandas del movimiento popular.
La presencia de Iván Cepeda y Alirio Uribe, con una muy buena
votación lograda en gran parte desde el voto de opinión y por su
trayectoria en el movimiento de derechos humanos y en el de
defensa de las víctimas, también es significativa. Iván Cepeda ha
hecho un excelente trabajo como representante a la cámara,
esperamos que en este nuevo periodo en el Senado siga haciéndolo
de forma articulada con la movilización social y las regiones.
Impresionante también la votación arrasadora de Robledo, su papel
de control político y de oposición a los TLC y a la locomotora minero
energética son fundamentales para el país.
Debemos celebrar también la llegada al senado de Jesús Chávez,
exconsejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC)
con un fuerte respaldo del movimiento indígena del Cauca, será su
tarea responderle a la fuerza de la movilización indígena de este
departamento.
Esperamos que estos pocos sean muy ruidosos. No la tienen fácil,
deberán cerrar filas en temas claves y especialmente defender la paz
que tanto necesita este país. A pesar del panorama tan desolador, yo
prefiero ver hoy el cuartico de vaso medio lleno. Ya tenemos
suficiente con toda la trágica historia del país. Tenemos como tarea
combinar eficazmente el trabajo parlamentario, la organización
popular y la movilización para hacer retroceder la ofensiva oficial.
Desde ya sabemos que este año será un año de gran movilización
social.
5. Colombia: Casi un tercio del nuevo parlamento es paramilitar
(Análisis de Constanza Vieira)
Un tercio de los senadores y representantes que presumiblemente
deberán votar los acuerdos de paz en Colombia, son sospechosos de
conexión con el paramilitarismo. Crédito: Foto-diseño de
VerdadAbierta.com
Bogotá, 11 de marzo (IPS).- Fue en julio de 2004 cuando el jefe
paramilitar Salvatore Mancuso, en proceso de desmovilizarse,
reconoció ante el parlamento de Colombia que esa fuerza de extrema
derecha controlaba 35 por ciento de los escaños.
Diez años después la proporción se asemeja: el nuevo Congreso
legislativo sería paramilitar casi en una tercera parte. Así se
desprende del seguimiento de la no gubernamental Fundación Paz y
Reconciliación a los candidatos de las elecciones legislativas del
domingo 9.
Son 33 figuras relacionadas o presuntamente relacionadas con este
actor de la guerra colombiana, que resultaron elegidas para integrar
el Senado, un 32,4 por ciento de sus 102 escaños. En la Cámara de
Representantes, fueron elegidos 37 de ellos, 22,3 por ciento de sus
166 puestos, según la fundación.
Estos ya son los herederos de los políticos relacionados con el
paramilitarismo (parapolíticos, en el lenguaje local, de los que hay
decenas condenados); o bien tienen supuestos vínculos directos con
organizaciones criminales que sucedieron a su desmovilización,
promovida por el entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010).
El portal especializado VerdadAbierta.com indica a su vez que al
Senado llegaron 15 políticos investigados por hacer, supuestamente,
6. pactos con paramilitares, mientras que 11 lograron un escaño en la
Cámara de Representantes.
Fue así como, con una abstención de 56,42 por ciento, los
colombianos escogieron el Congreso legislativo potencialmente más
importante en medio siglo.
Este parlamento deberá definir el destino de los acuerdos de paz que
eventualmente se logren en la negociación que adelanta el gobierno
de Juan Manuel Santos con las guerrillas izquierdistas en La Habana.
«»La negociación de La Habana.
Con mediación internacional, el gobierno de Juan Manuel Santos
negocia en La Habana la paz con la guerrilla comunista de las FARC
(Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), de origen
campesino y surgida hace 50 años.
La negociación ya logró preacuerdos en dos de los seis puntos de la
agenda: desarrollo agrario integral y participación política. Se
anuncian avances en otro punto que busca soluciones a las drogas
ilícitas. Restan por abordar: fin del conflicto, víctimas y verdad y la
propia implementación de los acuerdos, como sexto y último punto de
la agenda.
Santos también mantiene en una prolongada fase exploratoria
acercamientos con el procubano Ejército de Liberación Nacional
(ELN). Aparentemente el diálogo con este grupo guerrillero, segundo
por su número de combatientes, aún estaría en la etapa de
consensuar la agenda de negociación.
Además de la abstención, del total de 14,3 millones de personas que
sí votaron, más de 2,3 millones emitieron votos inválidos, y 885.375
electores, más de seis por ciento, votaron en blanco tras una
campaña por las redes sociales promoviendo esa opción, según los
datos preliminares de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Esto significa que una minoría decidirá el destino de los acuerdos que
pondrían fin a una guerra fratricida de 50 años, y los nuevos
proyectos de ley vinculados a esta negociación.
Pero ningún partido obtuvo más de 20 por ciento de la votación, lo
que indica que se mantiene y se profundiza la división de las elites
frente a una salida negociada o militar de la guerra, la verdadera
razón para que los diálogos de paz hayan podido avanzar.
En la Presidencia desde 2010 y ahora candidato a la reelección para
el periodo 2014-2018, Santos logró en su mandato un significativo
consenso político de respaldo a sus esfuerzos de paz, con una
coalición de cinco partidos que denominó Mesa de Unidad Nacional:
El Partido de la U, Cambio Radical, el Partido Conservador (los tres de
derecha), el Partido Liberal (centro) y Alianza Verde
(centroizquierda). Esta alianza tenía 80 de los 102 escaños del
7. Senado, donde 100 los disputan los partidos y otros dos se definen
por circunscripción indígena.
Santos puntea en los sondeos por amplio margen la preferencia de
voto para las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta se
realizará 25 de mayo. Pero analistas indican que su triunfo demorará
hasta la segunda vuelta, el 15 de junio.
De confirmarse las encuestas, Santos contaría en el Congreso que se
instalará el 20 de julio con 46 senadores, excluyendo a los
conservadores, que se dividieron, y controlará la cámara baja, con
unos 92 representantes de 166.
Seguramente, el Partido Conservador, que bajó de 22 a 19 escaños,
jugará de nuevo el papel de bisagra, y sabrá cobrar caro su apoyo a
cambio de cargos burocráticos y contratos para sus militantes. Cuatro
de sus parlamentarios elegidos tienen abiertas investigaciones por
supuesto paramilitarismo.
La U cayó de 28 escaños a 21, aunque sigue siendo el partido más
votado. Ocho de estos parlamentarios son investigados por
parapolítica. Cambio Radical subió de ocho a nueve puestos, con
cuatro electos investigados. Los liberales conservan 17 senadores,
siete de ellos con supuestos nexos paramilitares.
Por su parte, Alianza Verde mantiene cinco escaños y uno de ellos
será ocupado por Claudia López, la principal investigadora de los
vínculos entre la política y el paramilitarismo.
Según Verdad Abierta, 16 por ciento de los congresistas electos de
Cambio Radical y 14 por ciento de La U están investigados por
paramilitarismo.
Otro partido que ha apoyado algunas iniciativas de Santos, Opción
Centro, está fuertemente cuestionado por vínculos con el
paramilitarismo de extrema derecha y 27 por ciento de sus
legisladores son sospechosos.
El Polo Democrático Alternativo, de centroizquierda, bajó de cinco a
tres senadores. Este pequeño bloque, que expulsó de su seno al
Partido Comunista, sería un aliado de la paz.
Para algunos, la mayor amenaza para la paz negociada se erige ahora
desde la extrema derecha con el nuevo partido Centro Democrático,
creado por Uribe y que obtiene, prácticamente, las 19 curules que
perdieron juntos La U y el Partido Conservador.
Uribe aboga por obligar a la guerrilla a deponer las armas mediante la
derrota militar, con penas de cárcel acordes con sus crímenes, sin
aplicación de medidas de la denominada justicia transicional y sin
derechos políticos, lo que equivale a bombardear la negociación de
paz.
8. El anuncio de esas conversaciones exasperó al expresidente, también
investigado por supuestos nexos con paramilitares.
La dimensión del enfrentamiento se mide en investigaciones
judiciales y periodísticas que indicarían que Santos y sus
negociadores de paz fueron espiados por elementos de la Inteligencia
militar que mantienen pactos de lealtad con Uribe, posiblemente
relacionados con violaciones a los derechos humanos.
Uribe no logró la tercera parte del Senado, que era su aspiración,
pero el Centro Democrático consigue más de 14 por ciento de sus
escaños y se erige como la segunda fuerza, con más de dos millones
de votos.
http://www.ipsnoticias.net/2014/03/un-tercio-del-nuevo-parlamento-
de-colombia-es-paramilitar/ •
El Congreso del posconflicto
La nueva Cámara colombiana deberá legislar sobre la paz con
las FARC, si finalmente se logra
MARCO SCHWARTZ 10 MAR 2014 - 16:32 CET4
Las elecciones legislativas celebradas el domingo en Colombia no solo
han determinado la configuración del próximo Congreso en un
momento crucial para el país, con el proceso de paz entre el Gobierno
y las FARCen el centro del debate público. También han
proporcionado un diagnóstico sobre el estado de la democracia
colombiana, que en ciertos aspectos es bastante frágil.
Sobre lo primero, lo más destacable es que el presidente Juan Manuel
Santos puede respirar con alivio, al menos en lo que respecta al
proyecto al que ha atado su futuro político —las negociaciones con la
guerrilla—, ya que el Parlamento bicameral que ha surgido de las
urnas es mayoritariamente proclive al proceso de paz, un asunto de
alta sensibilidad para los colombianos.
Ello no significa que Santos —que aspira a la reelección presidencial
en los comicios de mayo próximo— pueda alardear de su nuevo
escenario político. El amplio apoyo parlamentario del que ha
disfrutado en los últimos cuatro años se ha mermado
ostensiblemente. La Mesa de Unidad Nacional, alianza de cuatro
partidos (La U, Liberal, Conservador y Cambio Radical) que sumaba
75 de los 102 escaños del Senado y que le ha permitido gobernar sin
apenas sobresaltos, se ha debilitado. Por una parte, la nueva cúpula
del Partido Conservador -que no oculta su simpatía por el
9. expresidente Álvaro Uribe, hoy encarnizado enemigo de Santos- ha
roto amarras con la Mesa de Unidad; el interrogante ahora es saber
cuántos congresistas conservadores mantendrán su lealtad a Santos
(se da por sentado que serán varios, que cobrarán muy caro al
presidente el apoyo, por supuesto) y cuántos seguirán las directrices
de su hoy agrietado partido. El hecho es que las cuatro formaciones
de la coalición santista se han reducido a tres, que suman 47
escaños, menos de la mitad del Senado. El partido del presidente, La
U, si bien sigue siendo el más votado, sufrió el mayor castigo en las
urnas, al perder ocho de los 28 escaños que tenía.
El nuevo Congreso, al que los analistas han bautizado como el
"Congreso del posconflicto" por cuanto será el encargado de legislar
sobre el acuerdo de paz con las FARC si las negociaciones llegan a
buen puerto, no representará, salvo sorpresas, problemas para
Santos en este terreno. Máxime si se considera que las negociaciones
con la guerrilla tienen también el apoyo de los partidos progresistas
Alianza Verde y Polo Democrático. Cosa distinta es lo que suceda con
las grandes reformas pendientes -justicia, educación, salud-, en las
que ya no está claro que el presidente vaya a recabar el respaldo
necesario. Santos, más amigo de la táctica que de la estrategia,
seguramente confía en ir resolviendo los contratiempos a medida que
se presenten.
Sin embargo, lo que no deja de ser un análisis convencional de
aritmética parlamentaria adquiere en este caso una dimensión
especial, por la irrupción en el Senado del expresidente Uribe, que ha
hecho exhibición de una enorme fortaleza política y puede desde esa
Cámara crearle más de un dolor de cabeza a Santos. Uribe, que
acusa a su antecesor de haberlo traicionado y haberse apropiado del
partido de La U, montó su propio movimiento, Centro Democrático, y
en una campaña personalista en la que incluso ofreció recitales de
poesía para recaudar fondos, consiguió 19 escaños y se convirtió en
la segunda fuerza del Senado. El interrogante es si Uribe logrará
atraer a su bando a los 19 senadores conservadores para formar un
bloque más potente de oposición, lo que obligaría a Santos a buscar
respaldos puntuales en los habitualmente reacios partidos
progresistas para sumar mayoría en el Senado y sacar adelante sus
proyectos.
Si el escenario político es complicado, más lo es el estado de salud de
la democracia. Dejando de lado la corrupción (la compra de votos es
una constante en amplias zonas del país), en las elecciones del
domingo el abstencionismo se elevó a casi el 57%, seis puntos más
que en las elecciones anteriores, lo que evidencia una enorme
desafección de los ciudadanos hacia el actual orden político. A ello se
le añade que el 16,1% de los votos fueron invalidados (declarados
10. "nulos" o "no marcados"), cifra elevadísima que refleja serios
problemas de cultura electoral y que equivale en torno a 20 escaños
en el Senado. Otro elemento significativo es el voto en blanco, una
herramienta activa para demostrar rechazo a los partidos
tradicionales, que se multiplicó por 2,2 con respecto a los anteriores
comicios y sumó el 6,1% de los votos totales. Si a esta cifra se le
sumasen los votos "no marcados" (que en Colombia se invalidan,
pero en otros países se asumen como en blanco), ese porcentaje
superaría el 11%.
Las elecciones legislativas colombianas tuvieron la positiva novedad
de desarrolarse soin la amenaza de violencia de grupos armados
ilegales, como paramilitares o guerrilla. Sin embargo, la corrupcion y
la apatía política siguieron, lamentablemente, bien presentes.
Marco Schwartz es director del Heraldo de Barranquilla.