Para Eduardo Gudynas la negación de la consulta tiene enormes impactos sobre la calidad de la democracia, la vigencia o no de los derechos de participación y la luz verde para la explotación petrolera sin contradicciones.
Yasuní en la coyuntura: economía, control y contradicciones
1. Yasuníenlacoyuntura:economía,control ycontradicciones
La negación de la consulta tiene enormes impactos sobre la
calidad de la democracia, la vigencia o no de los derechos de
participación y la luz verde para la explotación petrolera sin
contradicciones.
07 de mayo del 2014
EDUARDO GUDYNAS
Eduardo Gudynas es uno de los activistas ambientales más
respetados de América del Sur.
La autoridad electoral ha anunciado que no se han reunido las
firmas necesarias para llamar a una consulta ciudadana sobre la
explotación petrolera en el parque Yasuní. Esta es una decisión que
tiene enormes impactos. Muchos la interpretarán como un paso atrás
en la vida democrática. Señalarán, con razón, que esto se debe no
solamente a que se impide la expresión ciudadana, sino también a los
modos por los cuales se ha operado, apelando a extraños mecanismos
burocráticos y administrativos.
También se apuntará que ha prevalecido el apetito por los dineros que
arrojaría la explotación petrolera en los campos ITT. No descarto esos
razonamientos. Pero la puesta en marcha de esas operaciones llevará
un buen tiempo y difícilmente serán aprovechados por la actual
2. administración. Otros dirán que eso no importa, ya que esto es en
realidad parte de un proyecto de reelección, y entonces usarán esos
recursos financieros para sostener la continuidad gubernamental en el
siguiente período. Pero este extremo todavía no está confirmado.
Estoy seguro que varios analistas ahondarán en estas cuestiones, y es
por ello que prefiero explorar otras aristas que están directamente
ligados a la coyuntura actual y expresen necesidades apremiantes.
Las razones del capital
"No faltaríanejecutivos que temieran,o dijeran temer, que si se vota una moratoria
parael Yasuní,otro tanto podríarepetirse en distintos sitios amazónicos".
En primer lugar se deben tener muy presentes las intenciones de
continuar con las rondas de concesiones de campos petroleros. En
esas negociaciones, los empresarios exigen condiciones de inversión
firmes, que aseguren que los lotes ganados puedan ser efectivamente
explotados. Pero esas certidumbres crujían ante la posibilidad de una
consulta ciudadana que pudiera impedir la explotación petrolera en
algún rincón del país. No faltarían ejecutivos que temieran, o dijeran
temer, que si se vota una moratoria para el Yasuní, otro tanto podría
repetirse en distintos sitios amazónicos. A su vez, no pasaron
desapercibidas las dificultades del gobierno en la reciente ronda de
negociaciones petroleras para el suroriente. Por lo tanto, para despejar
el camino para nuevas negociaciones petroleras, el gobierno debería
retomar el control absoluto sobre lo que ofertaba, y ello implica detener
mecanismos plebiscitarios que lo pudieran condicionar.
Las necesidades controlar y disciplinar
En segundo lugar, se debe reconocer que la movilización a favor del
Yasuní, fue enorme, y el papel de nuevos colectivos, notablemente
Yasunidos, fue impactante. Quedaron en evidencia nuevas formas de
expresión política, un retorno de la militancia juvenil, estructuras más
horizontales, y por lo tanto más difíciles de cooptar. Dicho de modo
muy esquemático: eran ensayos de movilización ciudadana
independiente, que no eran controladas desde el gobierno o desde
partidos políticos. Además, sus contenidos apuntaban a la esencia de la
estrategia de desarrollo de la administración Correa, poniendo en
discusión su extractivismo, y reclamando el cumplimiento de los
mandatos ecológicos de la Constitución de Montecristi.
Un movimiento autónomo, potente y con muchas más potencialidades,
siempre es enfrentado desde el poder. Entonces, bajo esta hipótesis,
era crucial impedir la consulta ciudadana para evitar que ese colectivo
siguiera operando, continuara ampliando sus bases de apoyo, ganara
3. en experiencia, y madurara hasta convertirse en un adversario político
inmanejable.