Se dice que lo jóvenes son el futuro, no es así, también son ya el presente No cabe duda que nuestra Nación atraviesa por una de las peores crisis sociales que en gran medida se debe al olvido de los jóvenes. La respuesta a esta pregunta que vemos en la diapositiva es darles las herramientas para que ellos mismos lo construyan [1] Estimaciones de CONAPO Es urgente forjar un mejor futuro para nuestra juventud, máxime que nos encontramos en un proceso histórico de transición demográfica en el que la fuerza del país ya son sus 35 millones de jóvenes[1] y que alcanzará su máximo en el 2020, lo que significa la oportunidad de desarrollo más grande para nuestra sociedad. Hay 8 millones de jóvenes que como no se encuentran en los registros formales se les ha llamado de los ninis, porque se presume que ni estudian ni trabajan. ¿Dónde están estos jóvenes? Atendiendo a diversas fuentes podemos obtener los siguientes datos 2 millones son migrantes. Se van del país a buscar las oportunidades que aquí no encuentran 1 millón cuentan con trabajos informales y sin seguridad social Cerca de 119 mil están en los reclusorios. Desgraciadamente entre los delincuentes detenidos una gran parte son jóvenes. Y el resto, 4 millones están expuestos a ser atrapados en las redes del crimen organizado. Se ha visto que son jóvenes a quienes se emplea en la delincuencia para distribuir droga, para asesinar, incluso hace unas semanas se hablaba del caso de una adolescente, casi una niña, que se dedicaba al asesinato.
Hay diversas causas o factores que empujan a nuestros jóvenes a la militancia dentro del campo de la delincuencia, son talentos que se pierden para ellos mismos y para la sociedad. La desintegración familiar es una de las causas principales para que los jóvenes sean reclutados por el hampa. Tenemos en México 2 millones de familias monoparentales, en las que el padre o más frecuentemente la madre se hace cargo de sostener y encabezar el hogar y a la vez de educar a los hijos. 1 de cada cuatro hogares sufre de violencia intrafamiliar provocando el rompimiento de este núcleo a la larga. Ya sea por la separación de los padres, o por el abandono del hogar de los hijos.
Los jóvenes no están encontrando en la sociedad oportunidades para encausar adecuadamente su energía y sus talentos. Cada año necesitamos crear entre un millón y millón y medio de empleos nuevos. En la crisis económica global, en el 2009 México alcanzó 3.5 millones de desempleados, de los cuales 2 millones eran jóvenes. Y además existe el subempleo, jóvenes profesionistas que se encuentran laborando en algo distinto para lo cual se prepararon. En medio de este ambiente adverso es de esperarse que los vicios y adicciones avancen, el alcoholismo, la drogadicción y las nuevas adicciones como el uso y abuso de Internet y de los juegos electrónicos. Hay una falta de visión de lo que es la juventud, de su realidad. Hay quienes señalan que los jóvenes son el futuro del país, sin ver que son el presente, otros apuestan a que la juventud es una “enfermedad que se cura con el tiempo”. Para ellos, hacer política pública de juventud no es relevante a menos que sirva para obtener votos en las elecciones. Otros, con poca imaginación, aplican la política de “rola, balón y condón” pensando que con conciertos, balones y condones se eliminan los problemas juveniles, se cubren sus expectativas y se contribuye a su salud, cuando el tema es mucho más profundo.
Necesitamos un cambio educativo que atienda a los jóvenes en sus necesidades. Este cambio debe apuntar a la formación de competencias que desarrollen a la persona en su dimensión individual y social, las cuales entre si son interdependientes.
Especialmente en la educación media superior, pero desde secundaria, la educación debe impulsar el autoconocimiento de la persona, que el joven y la joven conozcan sus talentos, sus cualidades, sus debilidades, sus carencias, sus intereses, sus valores, de modo que pueda definir mucho más fácilmente cuál será su vocación, que quiere y qué puede alcanzar. Que aprendan a valorarse a sí mismos. De ese modo no serán presa fácil de las adicciones. Y el aprecio de si mismo como persona ayuda al aprecio de los demás aunque sean diferentes. La educación escolar debe ser un factor que ayude en su proceso de maduración para que el joven sepa y pueda tomar decisiones, que su voluntad siga a su inteligencia y que con inteligencia emocional, sus emociones le ayuden a alcanzar sus objetivos y no que sean un obstáculo.
Valorar lo que es la persona y su dignidad nos permite ser tolerantes, apreciar el valor de los demás, la riqueza insustituible que encierran. Tendremos un país democrático y un país de leyes en la medida que promovamos estas actitudes y valores en nuestros estudiantes de educación básica y educación media superior, que se encuentran en esa etapa formativa para adquirir estos aprendizajes. No somos una sociedad lo suficientemente participativa, tenemos mucho que avanzar en ello, pero esto no se aprenderá en las aulas con clases teóricas, sino con un ambiente educativo ene que se promueva el diálogo, la participación y la toma de decisiones a través de ello. La educación escolar debe ser un factor que ayude en su proceso de maduración para que el joven sepa y pueda tomar decisiones, que su voluntad siga a su inteligencia y que con inteligencia emocional, sus emociones le ayuden a alcanzar sus objetivos y no que sean un obstáculo.
Igualmente se esperaría desarrollar el sentido de pertenencia de los jóvenes a la sociedad inmediata en la que se ubican, con la comprensión y vivencia de lo que han recibido de ella para ser lo que son, y por otro lado la aportación que pueden hacer y deben hacer a su mejoramiento. Sintiéndose parte de su comunidad porque reconoce lo que es suyo en ella y lo que es capaz de aportar, puede descubrirse también parte de la nación y de la humanidad si descubre y vive los valores culturales de México y los valores humanos universales. Solamente edificaremos un país distinto si buscamos que nuestros jóvenes alcancen competencias como la de resolver conflictos mediante el diálogo, el conocimiento, la razón, el entendimiento y la comprensión de la postura del otro.
Las habilidades para entablar un diálogo, para tomar decisiones, trabajar en equipo, para ejercer el propio liderazgo y hacerlo para servir al bien común, para tomar iniciativa y actuar con creatividad son componentes de una conducta ciudadana que hoy nos hace falta en la sociedad y que deben aprenderse en la escuela, repito, que no en los libros, sino en la forma en que se desarrolla el aprendizaje en el aula y la convivencia en el aula y en la escuela. Las asociaciones estudiantiles orientadas hacia el emprendimiento social juvenil pueden ser herramientas formidables para encausar a los jóvenes a proponerse objetivos nobles y luchar por ellos con compromiso y con pasión por servir a los demás y cambiar al mundo atendiendo a problemas concretos: el medio ambiente, la violencia, la carencia de vivienda, la falta de oportunidades educativas para los niños, etc. Aprender a ser líderes, a tomar la iniciativa, a trabajar en equipo y a actuar con responsabilidad social solamente será posible cuando los jóvenes se identifiquen con maestros con m mayúscula que los ayuden a descubrir su potencial para cambiar el mundo en un sentido positivo, mediante su propio testimonio de lo que ya han hecho ellos. (Nota.- Avancemos México organización que busca: Desarrollar habilidades emprendedoras en los y las jóvenes a través de la experiencia transformadora de crear y liderar el cambio social. Crear una cultura donde los y las jóvenes son reconocidos como poderosos agentes de cambio. Impulsar un Movimiento donde los colectivos juveniles comparten ideas, colaboran y a través de sus sueños y proyectos construyen un mundo más justo y solidario. Para lograrlos, establecemos alianzas con organizaciones, instituciones educativas, medios de comunicación, fundaciones y empresas dispuestas a colaborar e invertir en jóvenes agentes de cambio. “Todos podemos cambiar al mundo” ¿Qué es un emprendimiento social de jóvenes? Es una iniciativa nueva creada y liderada por un equipo de jóvenes de entre 14 y 24 años que brinda un beneficio a la comunidad, tiene continuidad en el tiempo, y cuenta con el apoyo de aliados adultos. Los emprendimientos sociales de jóvenes poseen metas claras, un presupuesto razonable y trabajan en los distintos campos sociales tales como salud, educación, ambiente, arte y expresión, género, cultura, derechos humanos, etc. Requisitos para participar: Tener entre 14 y 24 años de edad. Formar un equipo con un mínimo de 3 integrantes. Contar con un adulto aliado mayor de 25 años que los acompañe en el proyecto. Soñar una idea y convertirla en un proyecto con fines sociales. Completar el plan de acción con la información del proyecto. Hacer un presupuesto de hasta 10, 000 MXN para poner en marcha el proyecto. Mostrar desde el principio que el proyecto se sostendrá en el tiempo. Ver página web Avancemos México www.genv.net/es-mx )