Este documento presenta una lección sobre la Ley y el Evangelio. Explica que la Ley de Dios revela el carácter de Dios y nuestro pecado, y nos muestra nuestra necesidad de un Salvador. Aunque la Ley no provee salvación, nos guía a Cristo quien ofrece la gracia salvadora. También discute que los Diez Mandamientos, incluyendo el mandamiento del sábado, siguen siendo obligatorios para los cristianos ya que reflejan la voluntad moral de Dios.
1. Lección 10: Para el 8 de diciembre de 2012
LA LEY Y EL EVANGELIO
Sábado 1º de diciembre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Salmo 19:7, 8; Éxodo 23:1-9;
1 Juan 5:3; Romanos 3:19, 20; Éxodo 20:11, 12; Deuteronomio 5:15.
PARA MEMORIZAR:
“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus manda-
mientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es
mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:3, 4).
PENSAMIENTO CLAVE: Toda la Ley moral de Dios revela nuestro pe
cado y nuestra necesidad de un Salvador. La Ley y el evangelio son
inseparables.
LA LEY Y EL CARÁCTER de Dios están en el centro de la gran controversia y,
cuando esta concluya, serán vindicados ante el universo espectador. Hasta en
tonces, la controversia sigue rugiendo y, como seres humanos, terminamos de
un lado u otro según a qué amo sigamos. En las palabras de Bob Dylan: Has de
servir a alguien,/ puede ser al diablo o puede ser a Dios, /pero has de servir a
alguien. Quienes elijan servir a Dios lo hacen por amor, a causa de lo que Cristo
hizo. Habiendo sido sepultados a través del bautismo con Cristo en su muerte,
el cuerpo de pecado fue destruido y ya no necesitan servir a su amo anterior, el
pecado, sino que son libres para obedecer a Dios y su Ley.
Esta semana consideraremos la naturaleza de la Ley, su propósito y su rela
ción con la gracia salvadora de Dios. Bien comprendida, la Ley de Dios ayuda a
revelar lo que la gracia de Dios nos ofrece en Cristo.
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2. Domingo 2 de diciembre // Lección 10
LA LEYES Y LAS REGLAS DE DIOS
La palabra toráh es un término hebreo muy usado en el Antiguo Testamento
y, a menudo, se traduce como ley. El Nuevo Testamento usa la palabra griega
nómos (ley), para traducir toráh. Toráh significa “orientación”, o “guía”. Siendo
que la Biblia es un registro de la relación de Dios con los humanos, en la Biblia,
en general, “ley”, se refiere a todas las instrucciones de Dios a su pueblo. Como
Dios mismo es bueno y recto, y guía e instruye a su pueblo en bondad y rectitud,
entonces su Ley revela su bondad y su rectitud. O, como decimos, la Ley es un
reflejo del carácter de Dios.
¿Qué nos dicen los siguientes textos acerca de la Ley y, en última ins-
tancia, acerca de Dios? Sal. 19:7, 8; Rom. 7:12; Sal. 119:151, 152, 172.
Por medio de la Biblia, Dios se ha revelado a la humanidad. Al leer el texto
sagrado, uno encuentra mucho material referente a orientaciones e instruc
ciones que cubren muchos aspectos de la vida humana: moralidad, ética, salud,
sexualidad, dieta, trabajo, etc. Algunas de estas instrucciones son universales;
otras son más limitadas en el tiempo y en su amplitud. Pero, como todas ellas
son instrucciones de Dios (toráh), se necesita mucho cuidado para comprender
qué es universal y qué es limitado. Los adventistas y otros grupos cristianos
generalmente distinguen entre las leyes “ceremoniales” (reglas que enseñan
el plan de salvación por símbolos y prácticas rituales), leyes “civiles” (instruc
ciones con respecto a la vida comunitaria del antiguo Israel) y leyes “morales”
(instrucciones de conducta para la humanidad).
El libro de Levítico contiene leyes ceremoniales, con respecto al servicio del
Santuario y su sistema ritual. Las leyes civiles y el principio de justicia que está
detrás de ellas puede verse, por ejemplo, en Éxodo 23:1 al 9. Y luego tenemos
la Ley moral, los Diez Mandamientos, que la mayoría de los cristianos (por lo
menos, en teoría) cree que todavía son la Ley de Dios para la humanidad.
Considera Éxodo 23:1 al 9. ¿Qué principios morales universales obtenemos de lo
que fue dado específicamente al antiguo Israel?
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3. Lección 10 // Lunes 3 de diciembre
LA LEY MORAL HOY
La mayoría de los cristianos afirma que los Diez Mandamientos son el código
moral universal de Dios. Se ve esto, por ejemplo, en diversas batallas legales en
los Estados Unidos, en las cuales los cristianos han procurado que los Diez Man
damientos estuvieran fijados en diversos lugares públicos, especialmente en las
escuelas. Hace años, el Estado de Alabama estuvo envuelto en una batalla legal
que involucraba a un juez estatal. Este rehusó quitar un monumento de los Diez
Mandamientos de una sala de los tribunales, a pesar de las órdenes dadas por
un tribunal más elevado. En la mente de muchos, los Diez Mandamientos, lejos
de estar invalidados, siguen siendo la norma legal divina para la moralidad.
Y con buenas razones. Para comenzar, aunque el Decálogo (los Diez Man
damientos) fue codificado en el Sinaí, el libro de Génesis sugiere que la mayoría
de los Mandamientos ya eran conocidos previamente.
¿Qué revelan los siguientes textos acerca de la existencia de la Ley
antes del monte Sinaí? Gén. 35:1-4; 2:3; 4:8-11; 39:7-9; 44:8; 12:18.
Sobre una base lógica, no tiene sentido que los Diez Mandamientos hayan
sido exclusivamente una institución judía, algo destinado solo para un pueblo
específico en un momento y lugar particulares. ¿Acaso no tiene sentido que
problemas morales como el robo, el asesinato, la fornicación, la idolatría, etc.,
estén universalmente equivocados, no importa en qué cultura sea? Además,
cuando la Biblia es tan clara con respecto a que el pecado está definido por la
Ley (Rom. 7:7), la idea de que la Ley fue abrogada o sustituida es una posición
incoherente para cualquier cristiano que cree en la Biblia.
¿Cómo nos ayudan los siguientes textos del Nuevo Testamento a enten-
der la perpetuidad de la Ley de Dios? Sant. 2:11; 1 Juan 2:3, 4.
Primera de Juan 5:3 dice que la obediencia a los mandamientos de Dios es una
expresión de nuestro amor hacia él. ¿Qué significa esto? ¿Por qué nuestra obe-
diencia a los mandamientos es una expresión de amor?
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4. Martes 4 de diciembre // Lección 10
LA LEY Y EL EVANGELIO
Aunque muchos entienden que los Diez Mandamientos siguen siendo obli
gatorios en la vida de los cristianos, el rol que desempeñan en el plan de sal
vación puede ser confuso. Si no somos salvados por guardar la Ley, entonces,
¿cuál es su propósito?
¿De qué manera los siguientes textos nos ayudan a comprender el rol
de la Ley en la vida de aquellos que son salvos por la gracia?
Rom. 3:19, 20
Sal. 119:5, 6
Rom. 7:7
La Ley nunca fue diseñada para ser un medio de salvación. Mediante la
operación del Espíritu Santo, la Ley crea en el pecador la necesidad de la gracia
(evangelio) de Cristo. Como señala qué es lo correcto, qué es lo bueno, qué es
lo verdadero, los que no alcanzan esa norma (que somos todos nosotros) se
damos cuenta de su necesidad de salvación. En este sentido, la Ley nos señala
la necesidad del evangelio, la necesidad de gracia. Y esta gracia nos viene por
medio de Jesús. La función de la Ley, aun en el Antiguo Testamento, es mos
trarnos nuestra necesidad de salvación; nunca fue un medio para proveer esa
salvación.
“Preguntar si la Ley puede darnos la salvación es hacer la pregunta equi
vocada en lo que se refiere a las Escrituras ¡tanto del Antiguo como del Nuevo
Testamento! Nunca, ninguno de los dos Testamentos afirma, implica, o siquiera
sugiere que este pudo ser alguna vez el caso [...].
“Es un error adicional alegar que el autor de Hebreos (10:1-4) corrigió la Ley,
como si hubiera enseñado que ‘la sangre de los toros y de los machos cabríos
puede quitar los pecados’ [...]. Los sacrificios eran figuras, tipos y modelos del
único perfecto sacrificio que había de venir” (Walter C. Kaiser, Five Views on
Law and Gospel, pp. 394, 395).
Mira a tu alrededor lo que la violación de la Ley de Dios ha hecho a la humanidad.
¿Cómo es impactada tu vida por la violación de la Ley de Dios? ¿Qué te dice tu
respuesta acerca de cuán relevante sigue siendo la Ley?
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5. Lección 10 // Miércoles 5 de diciembre
EL SÁBADO Y LA LEY
Como vimos en la sección del lunes, muchos cristianos todavía creen en la
naturaleza obligatoria de la Ley de Dios. Si aceptamos la realidad del pecado,
es difícil ver cómo alguien puede creer otra cosa.
No obstante, todo el problema de la obligación cristiana hacia la Ley llega
a ser muy confuso, de repente, cuando aparece el tema de la obediencia al
cuarto Mandamiento, el específico con respecto al séptimo día. La ironía es que
aquel juez de Alabama que insistía en poner el monumento a los Diez Manda
mientos en la sala del tribunal violaba él mismo esa Ley, porque al observar el
domingo no guardaba el mandamiento bíblico del descanso en el séptimo día.
De acuerdo con Santiago, “cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere
en un punto, se hace culpable de todos” (Sant. 2:10). Ese juez era culpable de
violar cada precepto de la Ley que él insistía en poner en la sala del tribunal.
En Éxodo 20:9 y 10 hallamos el mandamiento del sábado. El texto señala
cuándo es el sábado (el séptimo día), y cómo ha de guardarse (cesación del
trabajo regular de todos) para mantener su santidad. “El sábado no se describe
como un día de recuperación de aquellos que son demasiado débiles para se
guir trabajando día tras día sin descanso. Se lo presenta como una detención
buena para todos, con el propósito de reenfocar la santidad (todas preocupa
ciones que surgen de pertenecer a Dios, que es la santidad) a fin de gozar de las
bendiciones de Dios de ese día y su potencial” (Douglass K. Stuart, The New
American Commentary, Exodus, 2:460).
El potencial espiritual del sábado está incorporado en lo que simboli-
za. ¿Cuál es el significado espiritual del sábado? ¿Cómo te ha ayudado tu
propia experiencia para apreciar el sábado? Éxo. 20:11; Deut. 5:15; Éxo.
31:13; Eze. 20:20; Heb. 4:3-9.
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6. Jueves 6 de diciembre // Lección 10
EL SÁBADO Y EL EVANGELIO
Ayer consideramos Éxodo 20:11 y 12, y Deuteronomio 5:15. Vemos aquí que
el sábado apunta a dos ideas: la Creación y la Redención, dos conceptos que
están estrechamente vinculados en la Biblia. Dios no solo es nuestro Creador,
sino también nuestro Redentor; y ambas verdades espirituales importantes
llegan a nosotros cada semana, cada séptimo día, al descansar en sábado “con
forme al mandamiento” (Luc. 23:56), como lo hicieron las mujeres “que habían
venido con él desde Galilea” (vers. 55).
Lee Colosenses 1:14 al 16, y Juan 11:1 al 14. ¿Cómo vinculan estos tex-
tos a Jesús como Creador y Redentor?
“Puesto que la Ley divina es tan sagrada como el mismo Dios, solo uno
igual a Dios podría expiar su transgresión. Ninguno sino Cristo podría salvar al
hombre de la maldición de la Ley, y colocarlo otra vez en armonía con el Cielo”
(MGD 42). Solo como Creador, solo como Uno igual a Dios, solo como aquel
que hizo “todas las cosas” (Juan 1:3), podía Jesús ser aquel que redimiera a la
humanidad caída.
Al señalarnos a Cristo como nuestro Creador y Redentor, el sábado es un
símbolo del evangelio de gracia. Nuestro descanso en sábado revela que no
sotros no somos salvados por las obras de la Ley, sino por lo que Cristo hizo
por nosotros. De este modo, el descanso del sábado llega a ser un símbolo del
descanso que tenemos en Jesús (ver Heb. 4:3-9).
La salvación también es restauración; es re-creación, un proceso que no solo
comienza ahora cuando hemos aceptado a Jesús (ver 2 Cor. 5:17; Gál. 6:15), sino
también culmina con la re-creación de los cielos y la Tierra (ver Isa. 65:17; Apoc.
21:5). Aquí se muestra claramente cómo están vinculadas la Creación y la Re
dención, y ambas verdades vitales están incorporadas en el mandamiento del
sábado, uno de los Diez Mandamientos.
Una cosa es decir que guardas el sábado o que descansas en sábado. Los es-
cribas y los fariseos hacían eso. Pero, otra cosa es experimentar la plenitud y la
riqueza del sábado. ¿Cómo es tu observancia del sábado? ¿Qué podrías hacer
para obtener mejores bendiciones espirituales y físicas que Dios provee para
nosotros en el sábado?
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7. Lección 10 // Viernes 7 de diciembre
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee A Solemn Appeal, pp. 140-146; “Los
Estados Unidos en la profecía”, El conflicto de los siglos, pp. 486-503.
“Dios quiere que comprendamos que él tiene derecho a nuestra mente,
nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu; a todo lo que poseemos. Le
pertenecemos por creación y redención. Como Creador nuestro, reclama la
totalidad de nuestro servicio. Como nuestro Redentor, tiene una demanda de
amor como asimismo de derecho, un amor sin paralelo [...]. Nuestros cuerpos,
nuestras almas, nuestras vidas son suyos no solo porque nos los ha concedido
como un don gratuito, sino también porque nos está supliendo constantemente
de sus beneficios y nos da fuerza para usar nuestras facultades” (MGD 245).
“Y el Señor dice: ‘Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi
día santo, y al sábado llamares delicia, santo, glorioso de Jehová [...] entonces
te deleitarás en Jehová’ (Isa. 58:13, 14). A todos los que reciban el sábado como
señal del poder creador y redentor de Cristo les resultará una delicia. Viendo
a Cristo en él, se deleitan en él. El sábado les indica las obras de la creación
como evidencia de su gran poder redentor. Al par que recuerda la perdida paz
del Edén, habla de la paz restaurada por el Salvador. Y todo lo que encierra la
naturaleza repite su invitación: ‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, que yo os haré descansar’ (Mat. 11:28)” (DTG 255, 256).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. En Jeremías 31:33, leemos: “Pero este es el pacto que haré con la casa de
Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escri
biré en su corazón”. Algunos tratan de usar este texto para mostrar que la Ley
(o, realmente, el sábado del séptimo día) ha sido abrogada bajo el nuevo pacto.
¿Qué tiene de malo este razonamiento? En realidad, ¿de qué maneras este texto
refuerza la posición de los adventistas del séptimo día con respecto a la Ley,
incluyendo el sábado?
2. Por cuanto creemos que la Ley, incluyendo el sábado, debe ser guardada,
¿por qué debemos ser cuidadosos de no caer en la trampa del legalismo? En la
clase, conversen sobre qué es el legalismo y cómo podemos evitarlo.
3. Piensa en el lugar que ocupa la Ley en la gran controversia. ¿Por qué, en
sus ataques a la Ley de Dios, Satanás ha elegido el mandamiento del sábado
para concentrar su atención en él? ¿Por qué fue esto algo “brillante” de su parte?
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