La agua potable es agua que es segura para beber o usar en la cocina. Se somete a un proceso de tratamiento de tres etapas que incluye conversión, filtración y desinfección para eliminar contaminantes e impurezas y hacerla segura para el consumo humano. La disponibilidad de agua potable ha mejorado significativamente a lo largo de la historia, pero todavía queda trabajo por hacer para llevar este recurso vital a más personas en todo el mundo.