2. Es apropiado realizar una distinción
entre las condiciones de empleo de las
formas y las de la lengua:
3. • El empleo de las formas son reglas que fijan
las condiciones sintácticas en las que las
formas deben aparecer normalmente, por
pertenecer a un paradigma que abarca las
elecciones posibles. Establecen cierta
correlación entre las variaciones morfológicas
y las latitudes combinatorias de los signos
(concordancia, lugar, orden). Limitadas las
elecciones, se obtiene un inventario que
puede ser exhaustivo de los empleos y las
formas, una imagen de la lengua en uso.
4. • El empleo de las formas fue objeto
de un gran número de modelos, muy
distintos entre sí, ya que la
diversidad de estructuras lingüísticas
no se puede reducir un pequeño
número de modelos que
comprendan solamente los
elementos fundamentales.
5. • El empleo de la lengua, por su parte,
cuenta con un mecanismo total y
constante que afecta a la lengua
entera, de modo que incluso parece
confundirse con la lengua misma.
6. • La enunciación significa poner a funcionar la
lengua por un acto individual de utilización. Es
el acto mismo de producir un enunciado y no
el texto del enunciado.
• El discurso es la manifestación de la
enunciación, es decir, el habla, la forma
sonora de la lengua. Es un acto mediante el
cual el locutor moviliza la lengua por su
cuenta, tomándola por instrumento.
7. Hay 3 enfoques bajo los cuales se
puede estudiar la enunciación
8. • 1. El más directo es la realización vocal de la lengua.
Los sonidos emitidos y percibidos proceden siempre de
actos individuales. Los rasgos individuales siempre
influyen en el acto de la enunciación fonética, pero
incluso en el mismo sujeto, los sonidos no son nunca
producidos exactamente. Estas diferencias se deben a
la diversidad de las situaciones en que es producida la
enunciación.
• El mecanismo de esta producción es otro aspecto
esencial del mismo problema. La enunciación supone
la conversión individual de la lengua en discurso. Aquí
la cuestión es ver cómo el sentido se convierte
en palabras. La semantización de la lengua es quien se
ocupa de esto, y nos conduce a la teoría del signo y el
análisis de la significancia.
9. • 2. El segundo enfoque consiste en definir la enunciación en
el marco formal de su realización. Se intenta delinear,
dentro de la lengua, los caracteres formales de la
enunciación, a partir de la manifestación individual que
actualiza.
• El acto individual por el cual se utiliza la lengua introduce
primero ellocutor como parámetro en las condiciones
necesarias para la enunciación. Antes de la enunciación, la
lengua no es más que una posibilidad. Después de la
enunciación, la lengua se hace discurso.
• Al ser una realización individual, la enunciación puede
definirse como un proceso de apropiación de la lengua. El
locutor se apropia del aparato formal de la lengua. Pero en
el momento en que se declara locutor y asume la lengua,
implanta al otro delante de él. Toda enunciación es una
alocución (un sermón, un discurso) ya que postula un
alocutario (quien recibe el mensaje).
10. • 3. En la enunciación la lengua se halla
empleada en la expresión de cierta relación
con el mundo. Para que la enunciación sea
posible tienen que darse dos condiciones: el
locutor debe tener la necesidad
de referir mediante el discurso; mientras que
en el otro debe existir la posibilidad
de correferir idénticamente, haciendo del
locutor un colocutor (o interlocutor).
11. • El acto individual de apropiación de la lengua
(es decir, la enunciación) introduce al que
habla en su propia habla. La presencia del
locutor en su enunciación hace que cada
instancia del discurso constituya en centro de
referencia interna para él mismo. Esto se hace
evidente en el siguiente fenómeno
12. • Indicios de persona: yo para referirse al individuo
que profiere la enunciación y tú para quien se
encuentra presente como alocutario.
• Indicios de la ostensión: las definiciones
ostensivas (como este,aquí, aquél, etc.) poseen la
particularidad de necesitar de un gestoque se
realice al mismo tiempo que se pronuncian los
términos.
• Pronombres personales y adjetivos
demostrativos: son forma que remiten
solamente a individuos, ya sean personas,
momentos o lugares (no como los términos
nominales que remiten siempre a conceptos).
13. • Estas tres formas tienen en común la
característica de que solamente son posibles
mediante la enunciación, son producidas
exclusivamente por este acontecimiento
individual.
• Otro conjunto de términos aferentes a la
enunciación son las formas temporales, es
decir, los tiempos verbales (pasado, presente y
futuro). Estos se determinan en relación con
el ego, es decir, para uno el pasado es lo
anterior a uno.
14. • Podría creerse que la temporalidad es un marco innato
del pensamiento, pero en realidad es producida a
partir de la enunciación. La concepción
de tiempo surge a partir de la categoría del presente; y
el presente a su vez, es posible solo a través de la
enunciación, ya que el hombre no dispone de ningún
otro media de vivir el ahora si no es por la inserción del
discurso en el mundo.
• Así, la enunciación es responsable de ciertas clases de
signos que promueven literalmente a la existencia,
pues no podrían nacer ni ser útiles en el uso
puramente cognitivo de la lengua. Hay que distinguir,
entonces, entre las entidades que tienen su estatuto
pleno dentro de la lengua y aquellas que solo existen a
partir de la enunciación.
15. • La enunciación da las condiciones necesarias
para que el enunciador logre influir de algún
modo sobre el comportamiento del
alocutario. Dispone, para ello, de 3 funciones:
• Interrogación: es una enunciación construida
para suscitar una respuesta.
• Intimación: órdenes o llamados.
• Aserción: apunta a comunicar una certeza. Las
palabras sí y no son formas asertivas.
•
16. • Lo que en general caracteriza a la enunciación
es la acentuación de la relación discursiva al
interlocutor. Esta característica plantea por
necesidad lo que puede llamarse el cuadro
figurativo de la enunciación. Como forma de
discurso, la enunciación plantea dos figuras
igualmente necesarias:
17. • Estructura de diálogo: dos figuras en posición
de interlocutores son alternativamente
protagonistas de la enunciación
• Estructura de monólogo: es un diálogo
interiorizado donde hay un yo locutor y un yo
que escucha. En ocasiones, el yo que
escucha puede intervenir.
18. • Estas situaciones pedirán una descripción
doble, de forma lingüística y de condición
figurativa. Uno se contenta con invocar la
utilidad de la comunicación entre individuos
para admitir la situación de diálogo como
resultante de una necesidad, y se prescinde de
analizar sus múltiples variedades.
19. • Una de ellas es la comunión fática, que es el
fenómeno no psicosocial del funcionamiento
lingüístico, es el lenguaje empleado en
situaciones sociales libres, sin ninguna meta.
Por ejemplo, cuando la gente acompaña un
trabajo simplemente manual con un charareo
que no tiene nada que ver con lo que hacen.
Aquí, la lengua no depende de lo que pasa en
el momento, el sentido de cada enunciado no
puede ser vinculado al comportamiento del
locutor o del oyente.
20. • En el caso de la comunión fática, entonces, las
palabras desempeñan una función puramente
social, no pretenden intercambiar una
información. Esta atmósfera de sociabilidad
solo es posible mediante el intercambio de
palabras: la situación entera consiste en
acontecimientos lingüísticos. Cada
enunciación es un acto que apunta
directamente a ligar el oyente al locutor. Una
vez más, el lenguaje no se manifiesta como un
instrumento de reflexión sino como un modo
de acción.
21. • Por último, cabe distinguir la enunciación
hablada de la enunciación escrita, la cual se
mueve en dos planos: el escritor enuncia
escribiendo y, dentro de su escritura, hace que
se enuncien individuos