2. Para muchos, este puede ser el efímero grito de libertad del que
sería uno de los grupos musicales más exitosos de toda la
década de los '70s, sino de la historia completa; dejando un
surco incomparable tanto en esencia como en estilo en cuánto
al referente pop se refiere. ABBA, como pocos grupos, no
terminó cuando debía terminarse, ni comenzó cuando debía
comenzar, pero sí hizo lo que tenía qué hacer. Tras 10 años de
unión, dos matrimonios, hijos, dos divorcios y millones de
copias de discos vendidos, cualquiera creería qué este grupo de
grupos, rey de majestades, ola de la vida, no acabaría nunca.
Para infortunio del colectivo, esta asociación se disolvería por lo
qué ya van 30 años, pero no antes sin dejar un tesoro escondido
qué jamás debió haberse convertido en un epitafio para estos
Dioses de la melodía. En 1982, este magnífico grupo, graba en
los estudios Polar de Estocolmo lo qué es una pieza maestra, mi disco personal favorito de este tándem: The
Visitors (Los Visitantes, en español). La fría carátula del álbum, fotografiada por Lars Larsson, refleja un
ambiente frío y sobrio que predeciría lo qué sería el contenido de este vinilo. La colección comienza con la
post modernista pieza ''The Visitors (Crackin' Up)'', melodía única con estribillos y puentes cantados por
Frida, mientras los angelicales Bjorn y Agnetha hacen las voces secundarias del mismo; un digno precursor
del disco, el abridor de caminos nuevos para el grupo. A continuación, viene lo qué es una de las canciones
más agraciadas de Agnetha, ''Head Over Heels'', una melodía pegajosa con retumbantes sintetizadores qué
cuenta la historia de las junglas de la ciudad y la moda, al estilo cliché de ABBA, con mucha influencia
Europop y poca de la música Disco. La tercera pista del lado A de este lanzamiento, va más allá que la
mayoría de canciones jamás grabadas en toda la historia; y esta, cuenta el relato del divorcio entre Benny
Andersson, el tecladista y pianista de la banda, con Frida Lyngstad, vocal principal del grupo, quienes
estuvieran bajo un tedioso proceso de separación en esas grabaciones. La canción, ''When All is Said and
Done'' refleja vocales celestiales y dolidas, con instrumentos balanceados qué se acoplan a la misma; muy
sentimental. Cierra el lado A la poderosa ''Soldiers'' qué refleja mediante tambores excesivos los crueles
efectos qué la guerra deja en muchos lugares del mundo. El lado B de este magnum opus se abre con la
operática ''I Let the Music Speak'', obra qué refleja la pomposidad qué ABBA alguna vez llegó a tener, con
aquellos arreglos complejos y llenos de vida y a la vez exageración. ''One of Us'', pieza con músicaa reggae,
suscita sentimientos encontrados y refleja las verdaderas pasiones de la banda qué cubriendo varios
géneros en un solo lanzamiento, no pierde su esencia ni su talante a la hora de crear música. El liderazgo
vocal y armónicos pasan a las manos de Bjorn, cuando le es turno de cantar el micrófono para brindarnos la
balada subida de ritmo y con elementos alegres, la tan afamada ''Two For The Price One'', qué cuenta la
historia de un hombre solitario con las guitarras en el fondo. El álbum va empezando a alentar su ritmo
cuando las campanas del fin se aproximan con la penúltima composición, ''Slipping Through My Fingers'', la
cual, es una típica balada de ABBA que sigue el pegadizo estilo de Super Trouper, su anterior álbum. Esta
joya de la corona, cierra su esplendor, esa bella magia que cautivó a tantos durante diez años continuos con
una canción casi de cuna, con lírica brillante e interpretación vocal majestuosa, cortesía de Frida, ''Like An
Angel Passing Through My Room''; la historia de aquéllos que con dos voces, dos instrumentalistas y un gran
corazón sueco, se desvanecieron como dice el título de la última canción, como un ángel pasando por mi
habitación...