El documento narra una travesura de un grupo de niños en la escuela rural de principios del siglo XX. Los niños aprovecharon un receso para comer leche en polvo directamente del bidón, ensuciando toda la escuela. Al día siguiente, cuando el maestro descubrió que faltaba toda la leche, castigó a los culpables con azotes. Un niño fue el chivo expiatorio y recibió el doble de golpes. A pesar del castigo, los niños recuerdan con cariño su infancia y travesuras en la escuela.
1. ATRACO AL BIDON DE LA LECHE
aquel invierno venía comu eran entonces las estaciones,
sespresaba con la fuerza propia de la su condición, era puntual a
la cita, apareciendo en el su momento exacto, marcó en tol
rapacerío de la mi época una impronta que nusotros en ese
tiempo no podíanos ni sabíanos apreciar por nuestra propia
simpleza y ignorancia, al carecer de la instrucción yel
conocimiento necesario a la su presencia,
lo que sí nus hacía percibire de forma física e instintiva era su
poderosa arribada, con aquel silencio estruendoso nus lo
mostraba a través daquellos días más cortos,
2. el cielo mustio y sin alegría, nubes amenazantes, el sol
escondiéndose detrás dellas y hasta el río y los regueros que hasta
entonces habían mostrado las sus corrientes y movimientos
dagua alegre y cristalina sabía vuelto turbio y arisco, negándose a
mostrarnos los sus fondos,
las gentes a la brigada y solo mientras hubiera sol, había
demasiada umbría
había llegao el frío a esgalla, los turones queran capaces dacer
que las vertientes de los tejaos presentaran a los nuestros ojos
unos espléndidos chupiteles escolingando comu aquellos
maravillosos chupos que las chuperas nus traían en El Cristo y la
Fiesta, con aquellos colorines chillones y llamativos que parecían
el anuncio duna barbería, pues bien,
allí debajo de los tejaos y mirando hacia los canalones nus
poníanos con la boca abierta como los gurriatos en la época de
cría a la espera de que se deslieran y comienzaran a pingar su
composición aguosa hacía la nuestra boca
yentonces se desbocaba la nuestra imaginación hacia manjares
deseaos y inalcanzables empiezando a manifiestarse a través de
nuestras palabras con comentarios tales como
"este sabe a chambi, este sabe a turrón, pues este sabe a jamón,
!! el mío sabe a sopas dajo ",
¡¡ vamos, anda ya !!
y se rompía el encanto, nos has jeringao la imaginación,
3. ¡¡ marchamos !!,
bendita imaginación la de los niños y nusotros sí que teníanos y
mucha.
estos chupiteles en forma de estalactitas efímeras nus indicaban
amás de beber el su contenido y admirar las sus formas nus
estaban avociando que la noche había sido muy dura al sereno,
esta misma impresión nus era revelada en el reguero o las
cunetas, abundantes en la mi niñez y cabiendo tenido la noche
anterior agua en el su regato, amanecían con unos hermosos
carámbanos de fuerte espesor y nusotros los buscábanos con
avidez,
esas zonas umbrías y largas, ya quen ellas la duración del
carámbano era prácticamente igual al de la estación, y sobre
aquel lecho cristalino quen el nada más veíanos virtudes a través
de la su transparencia, humedad y resistencia, haríanos uno de
nuestros juguetes preferidos,
porque nusotros nos hacíanos nuestros juguetes y formas de
entretenernos, este era de los mejores,
la resbaleta,
era maravilloso, no teníanos poblemas, cada noche regeneraba el
su firme y nusotros lúnico que hacíanos era jugar, disfrutar y
divertirnos, una carrerilla dende fuera y entrada en el carámbano
pa deslizarnos a lo largo del reguero hasta onde el nuestro
4. impulso nos llevara,
yen medio de todo ello piruetas y riesgos pa demostrar la nuestra
¿hombría?, no,
era nuestra inconsciencia y insensatez,
pero nunca pasó nada grave,
había pancuazos de calidá y cantidad en cada sesión comu si fuera
una rebatina , cada uno llevábanos una talega, estornicones y
algún descalabro, también disfrutaba de las nuestras resbaletas
las chavalas,
aquellas rapazas maravillosas de ojos grandes y negros como cajas
de betún, pelo suelto, en trenza o en coleta, cuerpos esbeltos y
palabras encantadoras,
de la resbaleta nos marchávanos todos juntos, tras una soba a
resbalar, también teníanos resbaletas en la cagüergana y sobre las
cuevas en zona de yerba y musgo, en zonas con fuerte pendiente,
pero las más apreciadas eran las de carámbano.
aquella mañana las campanas tocaban a muerto, pero no por ello
el avisador infalible quera el reloj de la Iglesia d´Arriba estaba
eximido de la su actuación, y cuando llegó su hora, lo hizo, y yo
que estaba en la cama sabía que llegaba la mi hora despurrirme y
levantarme, empiezaba el sainete diario.
"¡¡ Mundico, anda hijo levántate que ya son las 9 y cuarto,
dormitón !!",
y yo vuelta pal otro lao, en aquellos colchones de lana mullida,
5. que mundía en el centro como si fuera una sima onde podía
esconderme pa que no me vieran, allí bien acochao, así no tendría
quir a la escuela,
pero ojo que también hei dormido en colchones de hoja de maíz
yestos si que son escandalosos, cada vez que te rebulles parece
que están contigo el calambrias de Maik Yaguer y los Rolins
Estones tocando el su Braun Suga de la bulla que se forma,
volviendo a la llamada,
"¡¡Mundico venga levántate que ya son las 9 y media y llegas
tarde a la escuela!!",
y en ese momento te quitan el cobertor,
¡¡ uuuuuuuuuuuffffffffffffffffffff!!, que frío y empiezaba a
espurrirme !!
me bajaba y cuando llegaba a la portalina y veía el caldero con el
carámbano, entonces ya me metía en la cocina de horno y con la
cazeta sacaba del pote un poco de agua caliente y la echaba en la
palancana.
yo en este tiempo me lavaba como los gatos, eso sí, la pastilla de
jabón lagarto la mojaba pa que la vieran, me peinaba y arramaba
el agua,
en la cocina con las tenazas cogía unas brasas y las echaba en los
chancros pa que se calentara la madera.
aquella mañana cogí el mi cabás de madera, dentro del cual
estaba la Enciclopedia Alvarez (de quinta ó sexta mano), mi
6. cuaderno, la pluma, porque escribíanos con tinta, y no veáis cómo
llevábanos los dedos de azul, la pizarra con el su pizarrín, las
pinturas Alpino, la goma de borrar Milán y una pinza (pacer una
pistola y dispararle al maestro cuando estuviera durmiendo, con
bolinas de papel),
yel vaso de plesiglás pa la leche americana, que lacían con un
infiernillo de petróleo y lúnico que bebíanos eran grumos con
sabor a humo, desta guita llegué a la Escuela d´Arriba porque ese
año yo iba a la Escuela d´Arriba, y mira por onde Don Emilio era
parte doliente del Entierro,
por lo tanto el que quisiera podía marcharse a su casa porque
aquel día no había escuela.
dicho dotra manera, su asistencia era voluntaria, mi padre pa eso
era intransigente, a la escuela no se podia faltare
la Escuela d´Arriba tenía tres hilas de pupitres, con nueve pupitres
cada hila.
según entrabas por la puerta a la izquierda lo primero que te
encontrabas era el bidón de la leche, el causante de la nuestra
historia, al su lao como fiel guardián el infiernillo y encima la pota
con la caceta, fincao en la paré un mapa
pacer la leche había quir a por agua o bien al caño o al bebedero
la Torre, a elegir entre los que hicieran la leche, total iba a salir
mal, con más grumos cún guisao de postas ó agabanzas
a la derecha las ventanas que daban a las cuevas y entre dellas los
mapas, de frente la mesa del Maestro y a la su derecha el
7. encerao, más a la su derecha una librería, continuando a nuestra
mano izquierda más ventanas y un patio con yerba onde la
pastaba un macho que no se de quién era, pero que nus hacía
compañía porque nus embelesaba muchas veces.
la mesa de los más listos era la del lao izquierdo yesa era la hila de
los más sabiondos,
en esa estaba yo, con Mani en la misma mesa,
la primera la ocupaban Anibal Peñín y Luís Sardino "El Panadero",
yen la hila de la derecha en primera plana allí estaba Luís El
Capador que tenía siempre la mano izquierda enratada con un
dogal pa que escribiera con la derecha, al final ha hecho lo que le
ha salido de los cataplines,
¡¡ viva lanarquia !!,
y empiezó la clase,
Doña Carmen nus apercibió de que fuéranos buenos, eso no hacía
falta dicirlo, si éranos todos unos cuitadines, éranos la reserva de
ocidente
la mañana transcurrió más o menos bien.
y llegó la tarde, tarde ordálica, vino la hora dir a mear, entre las 4
y las 4 y cuarto (los relojes dentonces nada más tenían hasta las
12, ahora tienen hasta las 24)
cerremos la puerta de la escuela y dejemos a Toño de guipador
por si venía Doña Carmen, y empiezó el
expolio al bidón de la leche,
8. era de cartón piedra y dentro había una bolsa de plástico con 50
kg. de leche en polvo,
primero empiezamos con cucuruchus, luego vasos, la caceta, las
manos abiertas, en los fardeles, teníamos todos unas foceras
amás destar todos enfoscaos, teníanos la cara como los geisos del
kabuki, y suenó la voz d´alarma,
¡¡ Doña Carmen, Doña Carmen !!,
cuando entró todos estábanos con la cabeza a modo del
pensador, pero Milio Coscarón que no sabía enterao cuando entró
Doña Carmen, lo pilló con unas tizas de colorines y le dijo
"¿qué haces Emilio?"
y le contestó,
"es quiba a asar estas castañas Doña Carmen ",
no dijo nada y se marchó, era una Santa.
estábanos todos implaos de polvos y por las cuevas y los
ventanos, gomitábanos daquel empaste que nus habíanos metido
en el bandullo y que no sé cómo no nus pasó nada más.
y llegó el día después, apareciendo comu siempre
Don Emilio,
todo normal, hasta que llegó la hora de la leche y dijo,
"¿quienes van a tomar leche?",
levantaron la mano 5 ó 6,
9. !! bueno ala, a preparar !! ,
y cuando llega el momento dacer la leche, el duo guisandero en
boca del su jefe de partida dijo,
"no hay polvos Don Emilio",
y contestó
"pero cómo si encetamos el bidón hace 3 días",
y fue a mirar y vió el bidón vacío, alli estaba el reguero de polvo a
las mesas, como si fuéranos Pulgarcitos,
y se chiscó la leche en polvo comu si fuera pólvora, empiezando
el tercer grado, llegando a tolos presentes
!! vaiga si llegó !! .
y comienzó el castigo de los marineros amotinaos en los nuestros
culos, questaban prestos a recibir tres tandas de tres negrillazos
cada una,
tres negrillazos tres
entonces no lo sabíanos, porque pensábanos que con la primera
era bastante, cuando nus dijo
" eh, volver, volver y volver "
(no sé si la ranchera de Vicente Fernández es por ésto, porque él
no estuvo allí),
así es que sizo la cuerda de condenaos entre las hilas 1 y 2 y allí en
peregrinaje cular llegábanos hasta el ara que sabía formao en el
atril de la su mesa y con aquella bara de negrillo, nos hizo polvo
10. las posaderas
pero como en tolos motines tiene caber un chivo expiatorio, en
este no podía faltare yen este nuestro caso le tocó a
Gabriel El Cos,
que lo hicimos responsable de los nuestros males y le dimos tres
güipas y dos sornabirones que licimos polvo la su mamola y los
sus morrus, hasta le movimos un canero de la celpa que le dimos,
yal día siguiente cuando Don Emilio le preguntó qué labía pasao,
le dijo que sabía dao un coscorrón de bruces con la entera de la
puerta de su casa, pero no se lo creyó y acabó sacándole lo de la
celpa, así es que volvimos otra vez a probar el negrillo los mismos
cuitadines.
LA JARCA DE LOS CUITAOS
Mundo Chorizo,
Aníbal el Chuperlín,
Luís el Panadero,
Milio Coscarón,
Mesín El Tórtolo,
Chago Padinete,
Cuqui el Guarnicionero,
11. Paco el Panadero,
Manolo Fideo,
Vicente Gualdión,
Torino el de Pidia
Manolo Mikis,
Luís Puta,
Luís El Capador,
Toño Molina (e.p.d),
Nardi el de Lumi,
Jaci Panuchi,
Vicente el Viñedo
Sergio el de Magín,
Magín Bomba,
Duardo Chorizo,
Toño Bolita,
Angel Tijerina,
Nemesio el Feo
Gabriel el Cos
Quinito Ponzoña
Julian Coneja ......
12. hay más pero no macuerdo dellos y
tolos Labradores sescaparon porqué no fueron a la escuela, ya
que sabia muerto el su abuelo, Don Simón (+)
queridos amigos y compañeros de galeras y castigos esparramaos
sin receta médica dinguna, us deseo a todus
"salut y forsa al canut",
cuando nos veamos volveremos a recordar este y otros episodios
de la nuestra maravillosa niñez, que no la puedo cambiar pero si
pudiera volvia a repetirla y con los mismos personajes
VIVA ALIJA Y LA GENTE CON CASTA
(d´onde sea)