1. Autor: Juan Carlos Cubeiro
Cargo: Presidente de Eurotalent y profesor de ESIC
Artículo: Se juega como se entrena
Es un dicho conocido y repetido en el mundo del deporte: “Se juega como se entrena”.
Significa, en la práctica, que se han de practicar una y otra vez los pases, los tiros, las
defensas para que en el partido, en la competición real, los automatismos surjan de
manera inconsciente, espontánea. No hay lugar –ni tiempo‐ para la improvisación.
De hecho, los neurocientíficos nos han enseñado que el talento, o se cultiva, o no
existe. El talento, entendido como “poner en valor lo que uno sabe, puede y quiere
hacer”, emerge cuando una persona repite la actividad una y otra vez (a través de la
práctica deliberada). La maestría es insistencia: un mínimo de 10.000 horas de duro
trabajo.
En términos de talento individual y colectivo, lo que funciona en el mundo del deporte
es plenamente aplicable al mundo de la empresa. Sin embargo, los deportistas
compiten un 90% de su tiempo para competir el 10% restante. Los profesionales de las
organizaciones empresariales “compiten” constantemente, más del 95% de su tiempo;
una minoría “entrena”, menos del 5% de su tiempo (en esos casos, suele recibir
conocimientos que casi nunca convierte en nuevos y mejores hábitos). Los deportistas
de élite “descansan” de cuatro a cinco meses al año, para competir en las mejores
condiciones. Los directivos y el resto de profesionales de la empresa apenas se toman
tres o cuatro semanas de vacaciones, y muchos ni eso, con lo que no consiguen iniciar
la temporada con la energía necesaria. Los deportistas de alto rendimiento tienen una
vida profesional de cinco a siete años en lo más alto. Los ejecutivos y el resto de
trabajadores del mundo de la empresa viven “trayectorias profesionales” de treinta y
cinco a cuarenta años. Si el deporte olímpico, la Liga, la NBA y otras altas
competiciones contaran con participantes tan improvisadores como los de las
organizaciones empresariales, las marcas serían mucho más bajas.
Por ello, iniciativas como las del Business Marketing Competition son tan valiosas. Una
competición prestigiosa y rigurosa, en la que participan miles de universitarios de todo
el mundo; una iniciativa académica orientada a estrechar lazos entre la comunidad
empresarial y las instituciones educativas, organizada por ESIC, escuela de negocios
líder en estrategia y marketing, y patrocinada por el Banco Santander, la entidad
financiera con mayor número de oficinas del mundo.
Utilizar un simulador como el Praxis MMT es lo más parecido a una experiencia real.
Los miembros de los equipos desarrollarán su talento tanto en las competencias
intelectuales (toma de decisiones, creatividad, pensamiento conceptual, capacidad de
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2. análisis) como en las competencias emocionales (autoconfianza, serenidad, iniciativa,
orientación a resultados, empatía, colaboración y cooperación, liderazgo de servicio…).
No hay otra manera de desarrollar el talento que la práctica. Ferrán Adriá, el mejor
cocinero del mundo, lo hace en su BulliTaller durante seis meses al año para ofrecer
después en el Bulli la mejor cocina del planeta. Rafael Nadal, nº 2 del mundo y
miembro destacado del equipo de Copa Davis que ha ganado las dos últimas
ensaladeras, practica en todo momento con su tío Toni como “coach”. Pau Gasol,
ganador del último campeonato con Los Ángeles Lakers y líder de la selección
campeona del mundo, de Europa y subcampeona olímpica, entrena con la mayor
frecuencia a las órdenes de Phil Jackson. Carles Puyol, capitán del Barça de las “seis
copas” y jugador destacado de “La Roja”, campeona de Europa, es entrenado por Pep
Guardiola y por Vicente del Bosque. Fernando Alonso, dos veces campeón del mundo,
prepara la temporada de Fórmula Uno con el equipo de Ferrari. Quien no entrena, no
mejora al ritmo que merece, no aprende de los errores (para no repetirlos) y no
reflexiona sobre los éxitos para lograrlos una y otra vez.
Para el cerebro humano no hay diferencia alguna entre pensar algo y que ocurra en
realidad. Por ello, entrenar es la mejor forma de generar hábitos saludables. Y es
mucho más eficaz y seguro hacerlo en entornos de menor riesgo (como un simulador
de vanguardia) que esperar a la ocasión, a que “la vida real” te ofrezca la oportunidad.
A eso lo llamamos experiencia. A la vivencia (que es real, en la medida en que has de
pensar, decidir, actuar) que nos enseña para el futuro. A la creación de sinapsis entre
las neuronas que, realizada una y otra vez, recubre a éstas de mielina. Dan Coyle, el
autor de “Las claves del talento”, nos enseñó que la mielina, una lipoproteína que
recubre en forma de vaina los nervios y permite la transmisión de impulsos entre ellos,
es el pilar del talento. La mielina ya era conocida por su relación con la esclerosis
múltiple o lateral, pero no como clave del talento. Según Coyle, la mielina es “como un
aislamiento de goma que envolviese un alambre de cobre” y es la responsable de que
la señal entre los nervios sea más rápida y fuerte, y no se escapen los impulsos
nerviosos. Así los pensamientos son más veloces y precisos y la acción (el saque de
Nadal, el lanzamiento a canasta de Gasol, la maniobra de adelantamiento de Fernando
Alonso, el pase de Puyol, la genialidad de Ferrán Adriá, las decisiones en el Business
Marketing Game) es de mayor valor.
Vivimos en un mundo globalizado, multipolar, en el que la tecnología nos permite
desarrollar nuestro talento como nunca antes. Pero sólo de nosotros, de nuestra
motivación, de nuestra voluntad, de nuestra vocación, depende el que aprovechemos
las oportunidades. Debemos saber qué queremos hacer con nuestra vida, mostrar
coraje e ir a por ello. La buena noticia es que podemos conseguir prácticamente lo que
queramos, si nos ponemos a ello (por ejemplo, participando en el Business Marketing
Game). La “mala noticia” es que no hay excusas. El talento no es innato, no está
predestinado, no es una gracia otorgada por los cielos. Hay que trabajárselo, hay que
practicar, hay que entrenar. Sólo así alcanzarás tu potencial.
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