1. Favio Zúñiga 1 B
JULIO JARAMILLO
Cantante ecuatoriano. Conocido con los apodos de El Ruiseñor de América y Míster Juramento,
Julio Jaramillo es considerado el mejor cantante ecuatoriano de todos los tiempos. Sus canciones,
que hablan de amores y desencuentros, calaron profundamente en el público que se reflejaba en
ellas. Muchos consideran a este cantante como uno de los símbolos de la identidad nacional. Las
melodías que popularizó, entre las que cabe mencionar De cigarro en cigarro, Alma
mía, Interrogación, Odio en la sangre, Te odio y te quiero, Carnaval de la vida o Cuando llora mi
guitarra, todavía se escuchan en las radios de Latinoamérica.
Habiendo perdido a su padre cuando apenas contaba con seis años de edad, su madre trabajó como
enfermera para mantenerlo. Julio fue muy enfermizo durante su infancia: padeció
bronconeumonía, difteria, disentería, y hasta tuvo un principio de parálisis infantil. Creció
escuchando al dúo Guayaquil, a Olimpo Cárdenas, a Carlos Rubira Infante y al dúo Villafuerte,
artistas que marcaron una época en la música nacional y que influyeron en su vocación por el
canto. Julio estudió en la escuela de artes y oficios de la sociedad filantrópica del Guayas
avanzando hasta el segundo grado. Luego, se trasladaría a un establecimiento fiscal donde el
director era el maestro Lauro Dávila, compositor del tema “Guayaquil de mis amores” y no podía
imaginar que aquel rapazuelo sería en el futuro, el más emocionado intérprete de esta canción
convirtiéndola en un himno popular a la ciudad. Continuando sus estudios de grado bachillerato,
fue al colegio mercantil donde llegaría al segundo año, y por aquella época, comenzaba a bullir en
su interior, su estirpe de cantante, Y quizás por eso, se independizó económicamente desde muy
temprana edad comenzando a trabajar como zapatero, luego como ebanista y lo alternó cantando
como aficionado manteniendo las dos primeras actividades hasta cuando el canto comenzó a
producir dinero. Sus primeras incursiones en la música las hizo en La Lagartera y en la cantina de
Rosario Castro conocida en el ambiente bohemio de la época como “La mamaíta”.
Junto con Pepe, su hermano mayor, y contra la voluntad de su madre, comenzó a cantar en casa
del músico Toapanta. Realizó sus estudios en la Filantrópica y en una escuela fiscal, bajo la
dirección del maestro Lauro Dávila, precisamente autor del pasillo Guayaquil de mis amores.
Terminada la primaria, se empleó en una zapatería de calzado para mujer, y luego como barnizador
de muebles.
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A los diecisiete años ya era conocido por su hermosa y cálida voz, y participaba en programas de
Radio Cóndor. En 1950 se unió con dos amigos y se dieron a recorrer los pueblos de Esmeraldas
y Manabí cantando en trío. En alguna oportunidad se vio obligado a volver a su oficio de zapatero
para sobrevivir. A pesar de los reproches, castigos, lágrimas y ruegos de su madre, no fue capaz
de dejar su vida bohemia y parrandera.
A los 18 años alquiló una habitación para vivir con una chica llamada Irene. Con ella tuvo a su
primer hijo, que murió a los ocho meses.14 En esa época trabajó como aprendiz en Zapatería
Arteaga, aunque insistió en seguir una carrera musical, sin resultado positivo hasta ese momento.
En sus inicios bohemios, solía frecuentar La Lagartera,15 16 una esquina donde los músicos
ofrecen serenatas por un valor acordado con el cliente. Con el tiempo, los músicos
aceptaron su presencia y dejaron que los acompañara con la guitarra y en ciertas ocasiones le
permitieron que cantara. Su primera presentación la realizó en Radio Cóndor,17 donde tuvo la
oportunidad de conocer a Rosalino Quintero, con quien forjaría una amistad y más tarde sería su
arreglista, guitarrista y requinto. Posteriormente intervino en Radio América y cuando salía de la
emisora solía frecuentar El Cajón, un bar frecuentado por gente del medio artístico. En radio El
Con la grabación de su primer disco, Pobre mi madre querida (1954), en dúo con doña Fresia
Saavedra, su nombre comenzó a ser conocido. A éste le siguieron el pasillo Esposa (1955), en dúo
con Carlos Rubira Infante. El salto a la fama se dio en 1955 con su vals Fatalidad, que fue
difundido por todas las radios del Ecuador y por las principales emisoras de otros países. La
grabación de esta canción marcó el inicio de su carrera formal y de su reconocimiento. Su
consagración internacional llegó con el bolero Nuestro juramento (1957), momento en que realizó
varias giras por América Latina: comenzó un peregrinaje por Ecuador, Colombia, Perú, Argentina,
Uruguay y Chile. Al regresar a su país, fue detenido y llevado a cumplir el servicio militar.
Vuelto a la vida civil en 1960, siguió con su carrera, alcanzando actuaciones de hasta cuatro meses
consecutivos en el cine Guayas de Guayaquil, con lleno completo. Participó en la
película Romance en Ecuador y en otra rodada en Argentina. En 1965 se radicó en Venezuela,
desde donde realizó giras triunfales por México, Puerto Rico y toda América Central. Grabó en
dúo con Daniel Santos, Alci Acosta y Olimpo Cárdenas.
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Su última gira internacional tuvo lugar por Estados Unidos y Canadá. Los escándalos de su
turbulenta vida también eran con frecuencia noticia. Varias veces fue apresado y casi siempre por
problemas de mujeres o por incumplimiento con el Tribunal de Menores. Además de haberse
casado cinco veces, tuvo hijos con otras mujeres, que llegaron a sumar un total de veintiocho.
Nunca negó sus orígenes humildes, se mostraba generoso, despilfarrador del dinero con sus
amigos, y prototipo del machismo porteño.
Julio Jaramillo ingresó a la clínica Domínguez de Guayaquil debido a unos cálculos en la vesícula,
sin embargo tras complicaciones de la operación tuvo que ser intervenido por una segunda
ocasión.23
Es así que el 9 de febrero de 1978 falleció, según la parte médica, de un paro cardiaco,
aunque se ha especulado que debido a su vida bohemia murió a causa de una cirrosis. Tan pronto
se difundió la noticia de su muerte, cerca de doscientas mil personas se congregaron junto a la
clínica, y aunque en varias ocasiones solicitó que no le rindieran homenajes póstumos, sus restos
fueron velados durante tres días en diferentes lugares como las instalaciones de Radio Cristal, el
Palacio Municipal y el Coliseo Voltaire Paladines Polo.