Educação e Turismo: reflexões sobre ensino e pesquisa

Alexandre Shigunov Neto & Ivan Fortunato
(org.)
Educação &
Turismo:
reflexões sobre
ensino e pesquisa
W Edições Hipótese

EDIÇÕES HIPÓTESE é nome fictício da coleção de livros editados pelo Núcleo de
Estudos Transdisciplinares: Ensino, Ciência, Cultura e Ambiente, o Nutecca.
http://nutecca.webnode.com.br
CONSELHO EDITORIAL: Prof. Dr. Ivan Fortunato (Nutecca), Profa. Dra.
Marta Catunda (UNISO), Prof. Dr. Claudio Penteado (UFABC), Dr. Cosimo Laneve
(Società Italiana di Pedagogia), Prof. Dr. Luiz Afonso V. Figueiredo (CUFSA), Dr. Helen
Lees (Newman University), Prof. Dr. Tiago Vieira Cavalcanti (Nutecca), Prof. Ms.
Alexandre Shigunov Neto (Nutecca), Prof. Dr. Juan José Mena Marcos (Univ. de
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(UFSC), Prof. Dr. José Armando Valente (UNICAMP); Prof. Dr. Paulo Sérgio Calefi
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Autónoma de Madrid), Prof. Dr. Agustín de la Herrán Gascón (Univ. Autónoma de
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Prof. Dr. André Constantino da Silva (IFSP).
EBOOK DE DISTRIBUIÇÃO LIVRE E GRATUITA

Sumário
Apresentação. TURISMO PARA ENSINAR E ENSINAR O TURISMO
Alexandre Shigunov Neto & Ivan Fortunato .................................................................. 04
Capítulo 01. LA TRANS-DISCIPLINARIEDAD EN LOS ESTUDIOS TURISTICOS
Maximiliano E. Korstanje ................................................................................................. 05
Capítulo 02. A NOVA PERSPECTIVA DO TURISMO E O ENSINO
Reinaldo Dias & Fernanda Matos ................................................................................... 18
Capítulo 03. A NECESSÁRIA PROFISSIONALIZAÇÃO DO PROFESSOR DE TURISMO:
ALGUMAS REFLEXÕES INICIAIS
Alexandre Shigunov Neto & Felipe Shigunov ............................................................... 43
Capítulo 04. MODELOS DE FORMAÇÃO E EDUCAÇÃO TURÍSTICA: REFLEXÕES
DESDE UMA EXPERIÊNCIA NA UTAD
Xerardo Pereiro ................................................................................................................ 68
Capítulo 05. LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS REGIONAL EN EL CONTENIDO DE LA
ENSEÑANZA UNIVERSITARIA SOBRE GESTIÓN DEL TURISMO EN AMÉRICA LATINA
Raúl Valdez Muñoz .......................................................................................................... 83
Capítulo 06. DOCÊNCIA NOS CURSOS DE TURISMO DO RS: ALGUMAS
CONSIDERAÇÕES SOBRE SEUS SABERES E FAZERES
Maria da Graça Gomes Ramos & Tania Elisa Morales Garcia ................................... 100
Capítulo 07. EDUCAÇÃO CRIATIVA PELO TURISMO: PROPOSTA DE PROJETO
PEDAGÓGICO
Bruna de Castro Mendes & Valéria Luiza Pereira Fedrizzi ......................................... 117
Capítulo 08. O TURISMO HISTÓRICO COMO MÉTODO DE ENSINO PARA OS
LUGARES DE MEMÓRIA: O CASO DO MOVIMENTO JOVEM EM ITAPETININGA
Ivan Fortunato ................................................................................................................. 129
OS AUTORES E AS AUTORAS ...................................................................................... 140

Shigunov Neto, Alexandre; Fortunato, Ivan (org.). Educação & Turismo: reflexões sobre
ensino e pesquisa. São Paulo: Edições Hipótese, 2017.
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APRESENTAÇÃO. TURISMO PARA ENSINAR E ENSINAR O TURISMO
Alexandre Shigunov Neto & Ivan Fortunato
Pensamos que orgzanizar um livro específico sobre educação e turismo
poderia ser muito produtivo para quem ensina e estuda essa arte, que envolve ciência,
técnica, negócios, lazer, entretenimento e conhecimento.
O processo de ensinar permeia duas questões fundamentais, a docência e a
pesquisa, que são indissociáveis e fundamentais para o processo de ensino-
aprendizagem nos cursos de turismo.
A formação pedagógica dos docentes e suas pesquisas têm impacto direto
sobre sua prática docente e sobre seu ensinar turismo, motivo pelo qual é tão
importante a realização de estudos sobre a docência e a pesquisa nos cursos de
turismo.
Assim, reunimos textos que versam sobre transdicisplinaridade, inovação,
profissionalização, modelo de formação, prática docente, criatividade e um relato de
experiência. Tudo, obviamente, relacionado com e para o turismo.
Nesta mais recente obra das Edições Hipótese, esperamos que seus leitores
divisem novos horizontes no ensino e na pesquisa em turismo.
Boa leitura.

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CAPÍTULO 01 – LA TRANS-DISCIPLINARIEDAD EN LOS ESTUDIOS TURISTICOS
Maximiliano E. Korstanje
¿Qué factores coadyuvan para que una disciplina académica se consolide
como ciencia mientras otras pugnan por serlo y no son tenidas en cuenta como
opciones serias o científicas? Esta es una pregunta planeada por varios turismólogos
en las últimas décadas.
Para el positivismo, la ciencia se correspondía como un espacio de estudio
objetivo donde el mundo exterior podía ser clasificado en forma objectiva. En tal
sentido, ella debía de centrarse en tres pilares principales. El primero y más importante
es la posibilidad de experimentación por medio de la cual se producen estados
diseñados que permiten comprobar hipótesis. El segundo elemento es la accesibilidad
de la información que permite replicar los resultados obtenidos en otros estudios. Por
último, la posibilidad de inferir leyes para explicar la causalidad de los fenómenos
(Durkheim 2013). Luego del proceso de deconstrucción, el concepto positivista de la
ciencia comenzó a ceder el paso a nuevas perspectivas ancladas en la percepción
individual sobre las causas y los efectos. A este fenómeno, iniciado por el
impresionismo, se lo ha conocido con el nombre de “episteme hermenéutica” (Merleau
Ponty, 1964; Ryle 2009). Particularmente, la hermenéutica proponía dos axiomas
centrales. La causalidad de los hechos no se encuentra determinada por la
observación como propone el positivismo, sino por la interpretación. En esta
coyuntura, Clifford Geertz discute uno de los ejemplos propuestos por Ryle. Si vemos
a una persona que nos hace un guiño, podemos asumir dos cosas. La primera es que
se nos está insinuando, pero también podría tratarse de un tic nervioso. ¿Cuál es la
interpretación correcta para este hecho objetivo? (Geertz, 1973). La segunda cuestión
versa en considerar al todo como algo diferente a la suma de sus partes, como bien
advierte Ryle (2009). Una universidad no solo se forma de alumnos, programas,
docentes y muebles, sino que es ella misma todo eso en su conjunto. Siguiendo esta
discusión, uno entiende que cada fenómeno por su complejidad debe ser abordado
desde diferentes ángulos, de forma inter o transdisciplinar. No obstante, cabe
entonces preguntarse ¿cuál es la diferencia entre lo disciplinar y lo trans-disciplinar?,
¿es el turismo una ciencia?

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La disciplinariedad obedece a los saberes, métodos y unidades de estudio
creados por una disciplina con el fin de dar respuesta a determinada pregunta. Bajo
contextos de complejidad, estas preguntas pueden no tener respuestas simples.
Entonces, se requieren otros tipos de aproximación. El abordaje interdisciplinario
combina diversos abordajes, los cuales se crean en otras disciplinas con el objetivo
de dar solución a problemas puntuales. Por el contrario, la trans-disciplinariedad busca
un proceso de integración de métodos conjuntos que retroalimentan la misma
experiencia. Dependiendo del grado de complejidad de los fenómenos, se parte de
un estadio disciplinar a otro trans-disciplinar. En un contexto global y de rápida
movilidad donde se llevan a cabo las prácticas turísticas, el abordaje de campo
requiere un enfoque trans-disciplinar que permita poner en ejecución diversas
metodologías las cuales llevarán a la comprensión de ciertas actitudes respecto al
“homo turisticus”. No menos cierto es que lo transdisciplinar se ha transformado en
una necesidad de la investigación, la pedagogía y la curricula de los estudiantes de
turismo (Santana-Talavera, 1997; Barreto 2004; Mota, 2004; Castrogiovanni, 2007;
Nechar Castillo & Panosso Netto, 2011).
En el presente ensayo se discute dos aspectos centrales que hacen a la
epistemología de la disciplina. La primera y más importante, es la explicación de los
motivos tras la no integración de los saberes turísticos y con ellos de su alta
fragmentación. En segundo lugar, reflexionar hasta qué punto es la trans-
disciplinariedad la causante de dicha falta de coherencia, o si existen indicadores que
hablen de un proceso de mayor envergadura.
Epistemología del Turismo (marco conceptual)
En los últimos años, algunas voces han proclamado que el turismo ha
evolucionado en un estadio de total fragmentación. Luego de la cientifización del
turismo propuesta por Jafar Jafari (1994), le ha sucedido el crecimiento vertiginoso y
desordenado del turismo (Tribe, 1997, 2005; 2009; 2010; Panosso Netto, 2007;
Escalona 2010). A pesar de las tesis de doctorado, libros y revistas que tienen al
turismo como su principal objeto, no existe un corpus unificado que explique que es el
turismo. El turismo estudia todo, y a la vez no puede explicar nada. Ellos sostienen
que la trans-disciplinariedad ha sido la causa de la fragmentación (Escalona, 2010;
Ascanio, 2010). Por el contrario, para otros autores los estados de disciplinariedad,
inter-disciplinariedad y trans-disciplinariedad se suceden acorde al grado de

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maduración de la propia disciplina, sus contextos políticos y formas de maduración
económica (Korstanje 2013; 2014). El turismo estaría próximo a una maduración
sustancial, y producto de ello es la fragmentación de saberes y de disciplinas que se
interesan por el mismo ((Jafari & Aeser, 1988; Jafari, 1990; 2005; Coles, Hall & Duval
2006; Tribe, 2009). En este contexto, lo trans-disciplinar puede organizar una nueva
episteme que de nuevas respuestas a nuevos problemas y desafíos en los campos
del turismo. Dado el contexto, este trabajo tiene como objetivo examinar críticamente
cada uno de los vigentes como así también sus principales exponentes haciendo foco
en sus aciertos y limitaciones con el fin de comprender las bases epistemológicas del
turismo en tanto fenómeno social, industrial, y político.
Desde sus inicios, la investigación en turismo se ha nutrido de diversas
disciplinas tales como antropología (Graburn, 1983), sociología (Maccannell, 1976;
Cohen, 1984), la geografía (Mitchel & Murphy, 1991; Britton, 1991; Williams & Lew,
2014), la psicología (Pearce 1982), la perspectiva política (Richter, 1983; 1989), la
economía (Krippendorft, 1984) e historia entre otras (Towner, 1985). Más allá de los
avances en materia de investigación ha crecido sin haber consolidado una definición
acabada de su objeto de estudio, como así tampoco de un método compartido. Como
resultado de ello, se han creado diversas escuelas y corrientes que adoptan su propia
visión del turismo. En la presente disertación discutimos hasta ¿qué punto la trans-
diciplinariedad ayuda o desincentiva la maduración de una disciplina científica?.
Sin lugar a dudas, aquí entran en pugna dos perspectivas diferentes respecto
al origen y evolución del turismo. Para la escuela Europea, con Jost Krippendorf a la
cabeza, el turismo funciona como un mecanismo social de revitalización que permite
no solo restaurar las privaciones individuales del ciudadano, sino mantener a la
sociedad articulada. Sin importar la época o la cultura, todas las civilizaciones han
mantenido viajes revitalizadores en sus respectivas cosmologías. La historia de los
imperios es una herramienta metodológica importante para comprender la necesidad
de evasión sobre la cual se origina el turismo (Krippendorf 1984). No obstante, una
visión mucho más radical, iniciada por la sociología estadounidense considera al
turismo como un instrumento de alienación propio del capitalismo moderno. A
diferencia de Krippendorf que veía en el fenómeno un conducto para restituir “el lazo
social”, estos sociólogos consideran que la confianza se encuentra seriamente
comprometida por el alejamiento que produce y acelera el “hecho turístico”. Cuando
viajamos para ver y disfrutar de nuevos paisajes, no lo hacemos porque el “otro” nos

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interese, sino porque lo cosificamos como un producto de consumo (Maccannell 1976;
Debord 1988; Chambers, 2009). En este sentido, no es necesario comprender al
turismo como fenómeno histórico, sino simplemente como un producto de la
expansión capitalista luego de la Segunda Guerra Mundial (Maccannell 1976; Debord
1998; Meethan, 2005). Claro que, como bien ha explicado M Korstanje (2013), los
diagnósticos de la escuela americana son válidos sólo cuando el investigador aborda
un centro turístico moderno (como Disneyworld) pero demuestra serias limitaciones
para comprender al turismo en toda su complejidad (es decir en otras culturas no
europeas, y en otros tiempos). Metodológicamente, la historia es para esta escuela lo
que una piedra en el zapato y por ese motivo es descartada de raíz. La explicación es
muy sencilla, siendo el turismo un fenómeno puramente moderno y occidental
producto de la maduración económica, es imposible volver atrás y observar como
otras sociedades mantenían instituciones homologas al turismo. Tan irreversible en
su lógica como cosificador en su contenido, el turismo es contemplado como una
forma ideológica de dominación sobre la clase trabajadora. Empero, no solo
Maccannell (1976), sino Meethan (2005) ignoran que los imperios sumerios,
babilonios, romanos etc, desarrollaron prácticas muy similares al turismo moderno en
sus respectivas estructuras. Particularmente, cuando se considera que “lo turístico”
nace con la “modernidad” se cae en un viejo prejuicio medieval del cual han sido eco
algunos historiadores. Esta idea consideraba que la movilidad y los viajes no eran una
practica extensiva en la edad media, y como no lo eran en la edad media tampoco lo
hubiese sido en la antigüedad clásica (Korstanje, 2013). En este aspecto, la escuela
americana ha contribuido notablemente para que los estudios turísticos gocen de poca
credibilidad, la mayoría de ellos haciendo su foco en una naturaleza que lleva “al
hombre” a no ver la realidad como ella es (Nogues Pedregal 2009). Su carácter
alienador genera muchas dificultades para que la sociología clásica vea en el turismo
un fértil campo disciplinar fuera de sus propios paradigmas.
Por otro lado, el turismo fue considerado una unidad de negocios cuyas
investigaciones sólo apuntaron a una sola razón, dilucidar la mentalidad del cliente
para generar mayor volumen de venta. Los estudios aplicados desde ese entonces
prefirieron indagar en cuestiones vinculadas a la atractividad del destino, a la
psicología del consumidor e incluso, en los últimos tiempos en la confección de una
planificación central que permita detectar y eliminar aquellos aspectos disfuncionales
a la industria. A lo largo de los cuarenta años de existencia, la investigación turística

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ha creado teoría orientada a los efectos en lugar de ahondar en las causas. El sentido
último de la racionalización instrumental fue plasmado en la necesidad de escribir
manuales de “buenas prácticas”, de establecer programas de contención, siempre
anclados en “lo que hay que hacer”. Desde sus claustros educativos, el turismólogo
en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa fue entrenado para incorporar programas
de preservación del producto. Como afirma John Tribe, la necesidad de desarrollar el
valor como eje central de la epistemología turística no solo alejó a los investigadores
de poder tejer redes de conocimiento conjuntos sino que creo una atmósfera de
indisciplina cuyas consecuencias fueron en detrimento de una definición conjunta de
que es y cómo opera el turismo (Tribe, 2010). Empero, ¿porque se genera tal
disgregación en la producción de información?
Graham Dann (2009; 2011) sostiene que la gran responsable en la
disgregación ha sido la propia Academia Internacional para el Estudio del Turismo
que, en su torre de marfil, no ha sabido dialogar con los diferentes corpus disciplinarios
fuera del habla anglosajona. Concordamos con J. Tribe (1997) cuando reconoce que
la falta de consistencia argumentativa de la investigación se corresponde con la
complejidad del conocimiento que demanda la actividad. En parte, las disciplinas
venidas del management han monopolizado la producción de los estudios aplicados
y han dado una base dispersa a la interpretación de los datos obtenidos. Tribe divide
su argumentación en cuatro puntos esenciales,
 El turismo ha ganado reconocimiento para producir una gran cantidad de
teoría pero ello no es suficiente para consolidarse como una ciencia.
 En parte, ello se debe a que su naturaleza es polisémica y muy difícil de
definir.
 Los contornos entre la movilidad y el turismo aun continúan en disputa.
 Existe un prejuicio en considerar al turismo como un acto de alienación.
Aun cuando Tribe ha sido el autor que mayor acercamiento ha tenido respecto
a la descripción de esta indisciplina, poco ha aportado a la comprensión de las causas
centrales que coadyuvan para generar dicha fragmentación, y es en este punto que la
presente discusión intenta situarse como un abordaje superador.

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¿Es el turismo indisciplinado por naturaleza?, ¿es la indisciplina lo mismo que
la fragmentación?, ¿es el tiempo de maduración necesario para la consolidación de
una ciencia?
Tribe no explica, mucho menos define las razones por medio de las cuales el
turismo no pueda consensuar una misma epistemología con bases negociadas para
un mismo objeto de estudio. La indisciplina es propia de la falta de regulación, mientras
que la fragmentación es un resultado de la falta de diálogo.
La fragmentación en el turismo
El epistemólogo Manuel de Landa sugiere que la sociedad puede funcionar
gracias a dos mecanismos que trabajan complementarios, la estructuración de las
normas (territorialization) y a su vez, la desestructuración (deterritorialization).
Centrado en la teoría del ensamblaje, de Landa propone un modelo por demás
particular. El todo (que es siempre social) no es la suma de sus partes, sino una
estructura que toma entidad en sí mismo por medio del funcionamiento conjunto de
todas sus partes. Para que ello suceda, debe haber un juego entre la cooperación que
tiende hacia el arraigo de la norma, y el conflicto que permite nuevos ensamblajes con
nuevas interacciones. Por ejemplo, al mismo momento que el ethos capitalista sienta
las bases para imponer una frontera común como el borde necesario del estado, los
viajes y el turismo abren las fronteras a nuevas experiencias globales que desdibujan
la autoridad nacional (de Landa, 2006). Uno entiende, entonces, que por su grado de
desestructuración ¿el turismo lleva por su propia dinámica a la trans-disciplinariedad
y con ella a la fragmentación?
Una respuesta sencilla al problema apunta a la siguiente explicación. La trans-
disciplinariedad por sí misma no es un factor de peso para decretar la “fragmentación
en la producción de conocimientos” a no ser que se den ciertas condiciones
estructurales que rompen con la lógica causal propuesta por la ilustración. En otras
palabras, dicha ruptura se corresponde con el reciclaje de nuevas formas de
producción que parten de la economía de escala a la economía de segmentación. En
esta última, donde cada persona es un mundo, la causalidad toma un nuevo
significado donde lo interpretativo juega un rol de peso. La ciencia, desde sus orígenes
a la actualidad, ha tomado una evolución en tres fases.

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Desde la antigüedad hasta el fin de la edad media, el hombre se interesó por
aquellas cuestiones que hacían a la relación del hombre y su ciudad con el entorno.
Su economía era puramente de subsistencia vinculada a la ganadería y la agricultura
primarias. Existía unapego importante del hombre a su territorio y a su linaje ya que
no existía el trabajo rentado como hoy lo conocemos, es decir la posibilidad de una
persona de elegir a donde, bajo cual paga y para quien trabajar. Las disciplinas que
regían la vida de los hombres eran la filosofía, la astrología, la medicina, y astronomía
entre otras. A esta fase se la denomina“producción primaria del conocimiento”.
Deviene, inmediatamente a la edad media tardía, una segunda fase, a la que
denominaremos “producción secundaria del conocimiento” en donde las revoluciones
industriales y Cromwelliana han dejado su huella.
El trabajo y la relación del hombre con su linaje comienzan a desdibujarse
debido a la necesidad construida y consensuada de vender la fuerza de trabajo según
las condiciones del contexto. El hombre poco a poco deja de estar sujeto a su Dios,
su ciudad, su maestro para comenzar la aventura capitalista basada en la
especulación, el control de resultados y el cálculo. En este proceso, nacen nuevas
disciplinas (que van desde el siglo XIX hasta mediados del XX) como la psicología, la
antropología, la geología, la sociología etc. Estas nuevas disciplinas están totalmente
orientadas al estudio del hombre, pero simplemente no buscando cuestiones
abstractas universales, sino particulares con énfasis en el trabajo industrial, la
pobreza, el desarrollo etc. Las “ciencias sociales” entran en conflicto con las
disciplinas ya establecidas, la sociología es repudiada por la filosofía y la psicología
hace lo propio con la psiquiatría (medicina) entre otros ejemplos que se pueden
mencionar. Sin lugar a dudas, lo que se comienza a observar (inevitablemente) es una
fragmentación sostenida en la forma de generar e interpretar el conocimiento. Estas
formas de producción científica no pueden ser estudiadas fuera de lo que representa
la estandarización del aparato productivo pos-moderno. La estandarización sistémica
(es decir la posibilidad de acumulamiento de datos comparados que todos los
positivistas defendían) era directamente proporcional a la fabricación de productos en
serie. La sociedad y el comportamiento humano comienzan a ser considerados como
un todo sistémico en donde existen inputs, procesos y outputs los cuales
indefinidamente se retroalimentan con otros sistemas. La interacción social es la base
conceptual de las cuestiones que pretenden estudiar estas nuevas ciencias. Sin
embargo, la situación cambia radicalmente hacia fines del siglo XX, para ser más

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exactos para 1970 cuando los países capitalistas se dan cuenta que no pueden
garantizar la producción en serie en forma sostenida. Ello se debe a las serias
condiciones energéticas generadas por la guerra árabe-israelí en donde las industrias
deben introducir un nuevo concepto de consumo para que el capital, nacido de la
revolución industrial pueda virtualizarse. Ya no parecía ser tan importante la
producción de capital para la compra de mercancía como explicaban los postulados
marxianos, sino que, al contrario, la mercancía servía como condición para producir y
acumular dinero en forma generalizada. La relación clásica entre productor y
producción es reemplazada por mediadores simbólicos como el dinero generando un
solipsismo total en las maneras de generar experiencias en cada sujeto (Harvey,
1989). Si la economía clásica daba las bases para que la comprensión del mundo
fuese estable, la desestabilización de una economía individual generó un efecto de
dicotomización e indisciplina epistemológica en todas las ciencias. A este estadio
tercero, lo llamaremos “etapa fragmentada de conocimiento” en donde las nuevas
disciplinas (la comunicación, el periodismo, el turismo, la gastronomía, el
Management, la publicad etc) comienzan a ganar terreno frente a otras disciplinas
pertenecientes a la segunda camada.
Debido a que dos de las mayores características de la posmodernidad han sido
la fragmentación social y la subjetividad, estas nuevas formas del saber tienen una
gran orientación al consumo y a lo estético. Estos nuevos valores de la sociedad, son
repelidos y rechazados por las ciencias ya establecidas que nacen en la etapa
segunda. La sociología y la antropología, sin ir más lejos, tildarán al turismo de una
ciencia poco fundada en razones serias de estudio, acusaciones que ellas mismas ya
habían recibido de sus antecesores. Dentro de este contexto, la investigación en
turismo experimenta una fase de turbulencia en donde lo producido sigue sin adquirir
el reconocimiento del resto de las disciplinas, no obstante, no por ello el alcance de
sus estudios dista de alcanzar la rigurosidad de los índices más distinguidos o las
revistas de alta calidad. Ello abre la puerta a una gran dicotomía pues a pesar de la
gran calidad de los trabajos en turismo, su estatus de disciplina autónoma se
encuentra en pugna con otros saberes de la ciencia tradicional. Al no poseer un objeto
claro de estudio, un método que la defina como así tampoco una sólida episteme, el
turismo atraviesa actualmente serios problemas de identidad. En esta disertación
explicaremos en forma detallada las limitaciones centrales y coyunturales que hoy
enfrenta la disciplina. En contextos de incertidumbre y alta movilidad, la turismología

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debe hacerse de lo transdisciplinar con el fin de lograr una definición acabada del
turismo, que le permita comprender las “diferentes formas de turismo” a lo largo de la
historia y en diferentes sociedades.
Por último pero no por eso menos importante, Korstanje aclara que el turismo
es una institución social que lleva miles de años de antigüedad. Muchas civilizaciones
practicaban algo muy similar al turismo, a lo cual se lo llamaba viaje de recreación. En
tanto desplazamiento recreativo, el viaje por descanso (elemento esencial del
turismo), fue para muchas civilizaciones y grupos humanos no occidentales, una gran
válvula de escape para mantener a la sociedad funcionando. Korstanje aclara, que la
aparición de mejores y más rápidos medios de locomoción, mayor tiempo de ocio, y
beneficios sindicales aplicables a los trabajadores industriales dieron como resultado
una forma masiva (pero no por ello más democrática), y moderna del turismo. Muchos
confunden este cambio con el nacimiento del turismo en sí mismo. El problema para
definir al turismo es que desde sus inicios los investigadores intentaron una definición
compulsiva, centrando la unidad turística al negocio. Korstanje explica que cada forma
de turismo persigue las pautas y las normas de su propia sociedad. Por ese motivo,
el error epistemológico fundamental fue comprender al viaje onírico como un
desplazamiento sólo comercializable, nacido de la revolución industrial. El turismo
debe ser definido como un rito bautismal de pasaje, cuyas funciones radican en aislar
temporalmente al sujeto de las normas para una nueva reconducción renovada. El
turismo recuerda cuan importante es el trabajo para cada sociedad. Para afianzar a la
turismología como una disciplina científica, se necesitan definir objetos y métodos de
estudio específicos de la disciplina, que permitan comprender como "las diferentes
formas de turismo" convergen en las diversas sociedades. De la misma manera que
los navajos han mantenido sus formas recreativas de turismo, otros grupos humanos
no occidentales, también mantuvieron formas de esparcimiento similares. Construir
una tabla periódica de todas estas expresiones, es la misión central del turismólogo
para que la disciplina adquiera madurez (Korstanje & Busby 2010; Korstanje 2010;
Korstanje 2013; Thirkettle & Korstanje 2013).
Conclusión
El discurso de la complejidad como razón necesaria para la trans-
disciplinariedad agravó una situación generada por otras causas. A la vez que los
epistemólogos confiaban en las predicciones de Jafari pero no notaban sus frutos,

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alentaban la investigación con el fin de lograr un estadio pleno de maduración. En
principio supusieron que el tiempo era el factor clave, ignorando que el psicoanálisis
se había consolidado como ciencia en apenas 15 años. Una segunda camada, en
vistas de la falta de cohesión, sugirió la creación de una Academia Internacional que
guiara a los jóvenes investigadores emergentes en Estados Unidos y Europa. Tras el
fracaso de esta Academia, la cual paradójicamente pocos investigadores conocen,
una nueva voz asociada a la complejidad del turismo, emergió. Según esta
perspectiva, el turismo es un fenómeno volátil de difícil abordaje y por ello requiere de
un abordaje trans-disciplinar. La “indisciplina” se corrige de alguna u otra forma que
los expertos no pueden precisar luego de que el “dialogo” entre disciplinas permita
una epistemología específica. Nuestra posición va por un carril alternativo, y propone
otra explicación al problema planteado.
Si el turismo no se ha consolidado como ciencia todavía, entre sus causas se
encuentra la alta fragmentación de los conocimientos producidos. No obstante, lejos
de ser la alta complejidad de la actividad, como así tampoco su connotación peyorativa
para el imaginario colectivo, consideramos que la causa central es la disgregación
entre causa y efecto acelerada por la crisis petrolera del 70, la cual ha dado lugar a
una nueva cosmología del mundo, la post-modernidad. En este contexto, no solo el
turismo, sino también otras disciplinas como la comunicación, el diseño y el
management tienen serios problemas para ser considerados seriamente. La alta
fragmentación y la falta de diálogos de las diferentes escuelas a la hora de poder
definir no solo el objeto de estudio, sino una episteme clara son dos de las causas
principales de su retraso madurativo. Ello sucede porque la postmodernidad ha
introducido una visión “solipsista” de la realidad la cual es adaptable al contexto y a la
percepción del sujeto. La economía moderna propugnaba por una producción a escala
a la vez que mantenía una visión coherente y sostenida de la realidad. Las ciencias
nacidas dentro del ethos moderno como la antropología, la psicología y la sociología
no tardaron en encontrar su madurez ya que no solo adoptaron un objeto definido sino
que sentaron las bases para una episteme consensuada (obviamente con sus clivajes
y diferencias). Empero, con el embargo petrolero del 70 que ha resultado en la falta
de los recursos necesarios para mantener una economía industrial de escala, la
modernidad dio paso a una nueva mutación en donde ya la comunidad no era
importante. En su lugar, la visión de una realidad inmutable se reemplazo por una
forma ajustable a lo que cada persona necesitaba. De la misma forma que el sistema

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productivo en crisis vio la necesidad de segmentar las unidades de negocio para
adaptarse a los nuevos tiempos, la realidad ya no era una, sino varias todas acorde a
cada persona. En este contexto de desorden, las disciplinas académicas que vieron
la luz encontraron serios problemas para consolidarse con una epistemología definida.
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CAPÍTULO 02 – A NOVA PERSPECTIVA DO TURISMO E O ENSINO
Reinaldo Dias & Fernanda Matos
A Organização Mundial do Turismo (OMT) inclui na definição de turismo todas
as atividades que realizam as pessoas durante suas viagens e estadias em lugares
distintos de seu entorno habitual, por um período de tempo consecutivo inferior a um
ano, com a finalidade de lazer, por negócios e outros motivos, não relacionados com
o exercício de uma atividade remunerada no lugar visitado. Aqui são incluídas todas
as atividades dos visitantes, como os turistas (visitantes que pernoitam) e os
excursionistas (visitantes de um dia) (Dias, 2005).
Do ponto de vista sociocultural, a prática turística provoca mudanças sociais e
culturais que tem origem no surgimento e incremento de inúmeras interações sociais
entre os diversos agentes sociais que a integram (turistas-residentes, viajantes-
funcionários das empresas turísticas, turistas-turistas, agentes públicos-turistas etc.).
O turismo do ponto de vista econômico compreende uma série de empresas
públicas e privadas que oferecem uma variedade de produtos turísticos que visam
atender às necessidades e desejos dos turistas. Além dessas empresas vinculadas
diretamente à atividade, incluídas na chamada indústria turística, o turismo provoca
um efeito cascata em inúmeros outros setores econômicos que são dinamizados, e
que passam a integrar uma imensa cadeia produtiva que permeia toda a sociedade.
Ainda sob o ponto de vista econômico, o turismo impacta os diferentes níveis
de articulação da sociedade humana. Em termos globais é uma das atividades mais
importantes superando outras mais tradicionais, como a indústria petrolífera, a
eletroeletrônica entre outras, é responsável por mais de 10% do PIB mundial, e por
mais de 204 milhões de empregos gerados (que corresponde a 10% da força de
trabalho global) e 7% das exportações mundiais. Em 2017, até o mês de abril, os
destinos no mundo receberam 369 milhões de turistas internacionais (visitantes que
pernoitam) nos primeiros quatro meses do ano, 21 milhões a mais do que nos mesmos
meses de 2016 (+ 6%), de acordo com o último Barômetro Mundial de Turismo da
OMT1. Durante as últimas seis décadas, o turismo tem experimentado uma contínua
expansão e diversificação, e a estimativa da OMT é que em 2030, o turismo
1 http://media.unwto.org/press-release/2017-07-14/strong-tourism-results-first-part-2017

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internacional possa alcançar 1800 milhões de deslocamentos. Isto se considerando
somente o fluxo internacional de viajantes, não entrando nas estatísticas o movimento
doméstico que ocorre em cada país.
Particularmente durante as décadas de 70 e 80 do século passado, coincidindo
com a expansão do turismo de massas, se construíram grandes centros turísticos que
se beneficiaram de investimentos públicos em infraestrutura e incentivos para o
investimento privado, principalmente estrangeiro. A maioria teve êxito do ponto de
vista comercial; mas esse modelo no qual se destacavam as grandes empresas, e se
dava prioridade aos aspectos quantitativos do desenvolvimento – número de
visitantes, número de leitos – contribuiu para difundir a ideia de que o turismo devia
ser deixado nas mãos do setor privado e das forças do mercado (Atlés, 2006).
A OMT, no ano de 1980, na declaração de Manila já definia o turismo como
importante para os governos, “como uma atividade essencial da vida das nações, por
suas consequências diretas para os setores sociais, culturais, educativos e
econômicos das sociedades nacionais e para suas relações internacionais em todo o
mundo”2. Destacando nesse documento seu papel econômico e social
Pela amplitude dos serviços que exige para sua realização, o turismo
é um fator criador de um número considerável de novas atividades,
fonte de criação de empregos. Nesse sentido, constitui um
elemento positivo de progresso social em todos os países onde se
pratica, qualquer que seja, por outro lado, o grau de desenvolvimento
desses países (Declaração de Manila, 1980).
Constituindo-se assim o turismo como importante setor a ser considerado do
ponto de vista do desenvolvimento econômico social, para que fossem atingidos
objetivos sociais fundamentais, tornando-se desse modo cada vez mais assunto de
interesse público geral. A partir desse momento foi se destacando, gradativamente, o
valor social do turismo na promoção do desenvolvimento. Sendo que numa das
campanhas promovidas pela OMT “O turismo é riqueza” o documento de apoio de
mesma denominação aponta os benefícios que a atividade turística traz para as
comunidades, entre as quais podem ser citadas3: injeta renda diretamente nas
economias locais; apoia as empresas locais; melhora as instalações básicas e os
2 Declaração de Manila(1980) – o texto integral desse documento pode ser obtido no site da OMT
www.world-tourism.org (em espanhol) ou em Dias(2005) em português.
3 OMT “El turismo es riqueza” – www.unwto.org. Acesso: 14 dez 2006

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serviços; expande a infraestrutura; aumenta o nível de vida; ajuda a regeneração
urbana e rural; reforça a identidade cultural; fortalece a sustentabilidade; incentiva as
tradições; conserva o patrimônio.
A atividade turística se relaciona estreitamente com outras atividades
econômicas, sociais e culturais, onde o ser humano é o elemento central. Quando
ocorre são colocados em contato dois grupos sociais (visitantes e visitados) que
devem ser beneficiários desse encontro. Na atividade turística os atos de consumo
turístico se referem a um conjunto que compreende a oferta de serviços turísticos
(alojamento, transporte, agências de viagem, pacotes turísticos, etc.) como a
contemplação ou o desfrute dos atrativos (paisagens, eventos, folclore, patrimônio
cultural, etc.)
O turismo é essencialmente dinâmico, inclui todo o percurso da viagem e a
administração dos processos que ocorrem no local de destino, o exercício de
atividades associadas com o lazer, a possibilidade de conhecer e entrar em contato
com outras culturas e com a natureza e o desfrute de momentos de descanso.
Neste trabalho, portanto, parte-se da premissa de que o turismo estava
estreitamente vinculado ao modelo produtivo dominante. Este, caracterizado pela
rigidez, padronização excessiva e com foco centralizado nos negócios, sofreu um
processo de transformação assumindo um perfil diferente, oposto, marcado pela
flexibilidade, diversificação no atendimento da demanda, e com foco predominante da
atividade turística como política pública e com a consequente perspectiva de criação
de municípios turísticos sustentáveis. Essas mudanças refletiram e refletem na
organização e estrutura dos cursos de turismo que convivem, num período de
transição paradigmática, com dois modelos. Neste capítulo pretendemos analisar qual
deve ser essa nova perspectiva do turismo como política pública, especialmente para
o municípios, para o ensino em turismo, bem como contribuir para identificação da
maior relevância que assume a disciplina nos processos de desenvolvimento locais
na perspectiva de fortalecimento da sustentabilidade turística municipal.
Nova perspectiva para o turismo
As concepções anteriores de turismo, que o consideravam como um recurso
restrito ao âmbito dos negócios, gerador de emprego e renda como decorrência da
atividade, per si, de um segmento de organizações, se agrega a visão de que se
constitui num recurso de grande valor para a sociedade como um todo e hoje

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21
incorpora-se na agenda pública dos governos como forma de se alcançar o
desenvolvimento sustentável.
A mudança de perspectiva para um contexto em que o turismo é abordado
como política pública pode ser qualificada como revolucionária. Pois há uma mudança
da concepção do turismo exclusivamente como forma de negócio envolvendo
algumas organizações empresariais (entre as quais hotéis, agências de viagem,
locadoras, etc.) para uma atividade que pode envolver de forma geral todos os
segmentos sociais e organizações, tornando-se desse modo de interesse coletivo e
passível de abordagem pelo Estado, num patamar privilegiado, como principal agente
promotor do desenvolvimento turístico com o objetivo de melhorar as condições de
vida da população de um modo geral. A visão do turismo ampliou-se envolvendo
indivíduos e organizações que tanto são afetados como podem intervir promovendo
um turismo que seja melhor para todos.
Essas mudanças que ocorreram no Turismo no final do século XX, foram
inicialmente mal-entendidas e mal absorvidas pelas instituições de ensino. O ensino
do turismo com enfoque predominante nos negócios turísticos, com base no estudo
das organizações do setor (meios de hospedagem, agências etc.) predominou até a
década de 1990, sendo que nesses anos, a mudança paradigmática já estava
perceptível, o que pode ser identificado pela emergente produção teórica voltada para
o planejamento turístico e a abordagem do desenvolvimento vinculado ao turismo.
O turismo passa a ser não um objetivo a ser alcançado visando a manutenção
do funcionamento do negócio, mas como fonte geradora de mudanças positivas na
vida cotidiana de múltiplos atores sociais, que de algum modo se veem envolvidos no
complexo sistema que se articula em torno dos visitantes. Nesse contexto a atividade
turística passa a ser parte da vida das pessoas, um direito assegurado a todos, e que
pouco a pouco vai sendo viabilizado, incorporando novas camadas sociais que
passam a fazer turismo como um evento ritualístico em suas vidas, satisfazendo uma
necessidade superior (do ponto de vista de Maslow) em suas existências4. Fazer
turismo, com tudo que isso implica, vai se tornando um ritual que deve ser realizado
pelo menos uma vez na vida por todos, e se possível muitas vezes por muitos.
4 Na Pirâmide de Maslow de hierarquia das necessidades humanas, no nível superior estão as
necessidades de estima (auto-imagem, status, popularidade e necessidades de auto-realização) e no
nível imediatamente abaixo estão as de auto-realização (crescimento pessoal, auto-consciência,
conhecimento, criatividade). O turismo atende a essas duas necessidades. Ver Maslow (1970).

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22
Proceder este que aciona uma gigantesca engrenagem econômica que envolve cada
vez mais pessoas e organizações e que ainda está incipientemente estudada.
Este novo conceito de turismo concilia a satisfação das necessidades humanas
de lazer e bem-estar dos indivíduos com a concepção de que constitui uma importante
atividade econômica e social e fonte de riqueza para diferentes sociedades humanas.
O turismo passa a ser o resultado de múltiplas ações realizadas por diversos atores,
transcendendo, portanto, a área de negócios para envolver toda a sociedade (Bacal,
1995, p. 100). Neste texto o turismo será abordado como um componente das políticas
públicas, fonte geradora de desenvolvimento e um dos novos temas emergentes da
agenda pública como o são, entre outros, o meio ambiente e o cuidado com os idosos.
Essa situação, de coexistência paradigmática de duas concepções de turismo
(de negócios e política pública) se refletiu na grade curricular dos cursos que foram
surgindo e nas alterações dos já existentes. Desse modo, se manteve uma situação
paradoxal dos cursos não atenderem plenamente as demandas tanto do setor privado,
quanto do setor público, e da sociedade de um modo geral. Outra consequência dessa
dualidade paradigmática nos cursos envolveu (e envolve) os estudantes que tem
dificuldade de se enquadrar num perfil, de um ou de outro, pois as perspectivas
diferentes são apresentadas pelos professores numa grade curricular que não optou
por nenhum modelo o que implica no aumento da dificuldade em se implementar
projetos que privilegiem a interdisciplinaridade.
A mudança significativa do papel a ser desempenhado pelo turismo no
desenvolvimento, particularmente o local, envolve mudanças no foco atual dos cursos
de turismo. São necessários profissionais vinculados a uma visão de mundo voltada
para o atendimento das necessidades da população, de superação das desigualdades
sociais, de melhoria das condições de existência e aceitação da diversidade humana.
Embora seja necessário, não basta a mudança no conteúdo das disciplinas, e
criação de outras não contempladas nos antigos ementários, se deve discutir cada
vez mais o significado e a necessidade do lazer na sociedade, não como atividade
extemporânea e eventual, mas como condição de melhoria da qualidade de vida do
ser humano. É nesse contexto que se deve colocar o turismo.
De forma sucinta as políticas públicas, dizem respeito a gestão dos problemas
e das demandas coletivas através da utilização de metodologias que identificam as
prioridades, racionalizando a aplicação de investimentos e utilizando o planejamento
como forma de se atingir os objetivos e metas pré-definidos. Uma política pública

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23
desse modo pode ser considerada como um programa de ação de um governo, que
pode ser executada pelos próprios órgãos governamentais ou por organizações do
terceiro setor (ONGs, OSCIPs, Fundações, etc.) investidas de poder público e
legitimidade governamental pelo estabelecimento de parcerias com o Estado. No
turismo, o papel das políticas públicas deve ser o de propiciar o desenvolvimento
harmônico dessa atividade, de modo a evitar impactos negativos por falta programas
e projetos, ausência ou deficiência de um plano diretor ou de fiscalização dos órgãos
do Estado e meios para fazer cumprir as leis. Desse modo, o planejamento do turismo
implica também a existência de políticas publicas, de planejamento de médio e longo
prazo, de saneamento, saúde, transporte, de proteção ao consumidor, dentre outros.
Os novos desafios que o turismo apresenta incluem a discussão da
infraestrutura básica necessária para a melhoria da qualidade de vida da população
(saneamento básico, água potável, vias de acesso em perfeitas condições,
comunicação, entre outros), pois a melhoria da condição de vida da população deve
ser parte integrante do produto turístico. Isto implica, para que o turismo se desenvolva
numa perspectiva sustentável, que há necessidade da criação de novas redes sociais
que facilitem a colaboração intersetorial e propiciem a troca de informação e
experiências.
Os principais elementos de uma política pública são: a definição clara do objeto,
o planejamento; e mecanismos de avaliação. Uma política pública implica no
estabelecimento de uma ou mais estratégias orientadas à solução de problemas
públicos e/ou à obtenção de maiores níveis de bem estar social. Resultam de processo
de decisão surgidos no seio do governo com participação da sociedade civil, onde são
estabelecidos os meios, agentes e fins das ações a serem realizadas para que se
atinjam os objetivos estabelecidos.
Para que uma política de governo se converta em política pública, é necessário
que esta se baseie em programas concretos, critérios, linhas de ação e normas;
planos; previsões orçamentárias, humanas e materiais; também podem ser incluídas
as disposições constitucionais, as leis e os regulamentos, os decretos e resoluções
administrativas, entre outras.
Toda política pública deve estar sustentada num corpo teórico (filosofia) que
oriente os cursos da ação a que se propõe, bem como a tomada de decisões, o
estabelecimento de prioridades e a destinação dos recursos financeiros públicos. A
Política Pública está a serviços dos assuntos públicos, e busca cumprir uma agenda

- - - - -
24
pública. Seu objetivo principal é alcançar objetivos de bem comum, e os objetivos
específicos de uma política pública devem estar relacionados com as seguintes
alternativas que não se excluem: transformações estruturais, solução de problemas
setoriais ou temáticos, destinação de recursos e otimização de situações.
Além disso, a política pública deve expressar uma visão de sociedade, bem
como o papel do Estado em relação à sociedade. Do ponto de vista metodológico a
política pública deve ter origem e ser formulada de forma sistemática e coerente, ter
uma localização espacial (internacional, nacional, regional, municipal), uma definição
temporal (curta, media ou longo prazo), e uma avaliação de sua viabilidade política e
financeira.
Uma vez estabelecido qual será o objetivo da política pública três etapas macro
são estritamente necessárias: o diagnóstico, o planejamento e a avaliação.
O diagnóstico visa a avaliação das condições e a dimensão atual do problema
a ser enfrentado.
O planejamento tem como primeiro passo estabelecer claramente os objetivos
que se pretende alcançar com a política pública, que se referem a um determinado
quadro esperado no final de um determinado ciclo. Estes objetivos mais gerais devem
estar de acordo com resultados concretos esperados em determinados períodos, que
são as metas. Por exemplo: uma política pública de turismo, pode ter como objetivo o
desenvolvimento sustentável do município, e para tanto estabelece-se metas a serem
atingidas em determinados períodos, como em 2 anos a rede hoteleira adotar
plenamente a coleta seletiva de lixo; os restaurantes adotarem padrões de controle
de qualidade; o município estar totalmente sinalizado etc.
A avaliação permanente da execução das políticas públicas é fundamental, não
só para medir seus avanços, mas também para facilitar a adoção de correções que
sejam necessárias ao longo do processo de implantação. Ou seja, a avaliação de uma
política pública deve ser realizada ao longo de todo o processo e não ao seu final.
É importante se destacar que a avaliação de uma política pública não pode se
limitar a aspectos quantitativos, devendo se realizar uma verificação qualitativa do que
foi alcançado ou não. Há inúmeras variáveis que podem ser deixadas de lado se a
avaliação for somente quantitativa, como falta de apoio da comunidade envolvida,
ausência de participação de algum grupo social ao longo do processo, falta de
recursos ou sua má aplicação, resistências políticas etc. e que podem condicionar de
modo significativo os resultados. Por outro lado, na medida do possível, a avaliação

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25
deve incluir a participação de todos os atores envolvidos, evitando desse modo o
otimismo ou a crítica excessiva, estabelecendo-se na realidade novos espaços de
negociação de prioridades.
No caso da implantação de uma política de turismo devem ser incluídos tanto
os segmentos do empresariado, como a representação dos setores ativos da
sociedade local que se expressam através de entidades de classe, profissionais e
ONGs. Levando-se em consideração a amplitude da atividade turística, que pode se
viabilizar através de um processo de segmentação (ecoturismo, turismo histórico, “sol
e praia”, rural etc.), deve-se atentar que para o segmento há necessidade de
ampliação do leque de atores (stakeholders), e consequentemente a necessidade de
sua participação no processo.
No caso da implantação de uma política turística que privilegie o ecoturismo,
por exemplo, devem se incluídos profissionais da área ambiental, biólogos, entidades
ambientalistas entre outros. A mesma preocupação deve nortear o trato com outros
tipos de turismo: histórico, paleontológico, ferroviário, rural, religioso, aventura etc.
A consulta e inclusão de profissionais de cada área na implantação de uma
política turística, dará a esta conteúdo e legitimidade, que facilitará sua aceitação pelo
conjunto da comunidade. A ampla participação de todos os setores envolvidos na
definição clara dos objetivos de uma política turística facilitará a utilização de esforços
e recursos. E os atores por sua vez identificarão com mais facilidade as prioridades e
suas obrigações compartilhadas com o Estado num processo de governança.
Considerando-se a amplitude da atividade turística, que pode ser viabilizada
através de inúmeros processos de segmentação (turismo histórico, arqueológico, de
natureza, rural, sol e praia, paleontológico, cultural, religioso etc.) deve-se atentar que
para cada tipo de turismo amplia-se o leque de atores e consequentemente a
necessidade de ampliação da participação no processo. Uma política pública de
turismo que tenha como opção o ecoturismo, deve incluir profissionais da área
ambiental, biólogos e organizações ambientalistas no processo de consulta. Já ao se
adotar uma política voltada para o desenvolvimento do turismo histórico, deverão se
ouvidos historiadores, restauradores, e as organizações representativas do segmento
na região, e dependendo do grau de importância do atrativo que será explorado,
entidades nacionais e internacionais.

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A consulta e inclusão de profissionais de cada área na implantação de uma
política de turismo dará, a esta, conteúdo e legitimidade, o que facilitará a sua
aceitação pelo conjunto da sociedade.
A participação de todos os setores envolvidos na definição clara dos objetivos
de uma política turística facilitará a utilização de esforços, recursos e os atores
envolvidos por sua vez identificarão com mais facilidade as prioridades e suas
obrigações em todo o processo, compartilhando com o Estado a execução da política
num processo de governança local.
Os Municípios e o desenvolvimento local
Neste trabalho apresentamos a perspectiva do turismo enquanto política
pública, voltada para o desenvolvimento local sustentável, com base em municípios
turísticos sustentáveis, e a partir dessa contribuição identificar o perfil do profissional
que deve atender às necessidades apresentadas para implantação do novo modelo.
A administração municipal tem um importante papel nesse contexto como
agente coordenador e articulador do processo, o que somente pode ser alcançado
com a adoção de novos métodos de governança, onde a gestão local deve ser
compartilhada com outros segmentos além do governo local institucionalizado. Apesar
da compreensão acadêmica com relação à importância do Estado no
desenvolvimento do turismo, poder público, em muitos municípios se coloca à margem
desse processo.
Além das competências estabelecidas pela Constituição, o município ainda
detém a função de promover eventos de todo tipo, promover campanhas institucionais
de fortalecimento da imagem da localidade entre outros que contribuem para o
desenvolvimento do turismo.
Ao definir-se como turístico um município assinala para todos os atores sociais
a importância econômica atribuída pela administração municipal ao turismo. E, para
que se estabeleça uma relação de harmonia e colaboração é necessário que o
conjunto da comunidade local e da comunidade expandida (interessados no
desenvolvimento do município, mas que não necessariamente moram ali:
investidores, ongs de ampla ação, residentes temporários etc.) compreendam a
importância do turismo para o desenvolvimento local.
Através do turismo, por exemplo, elementos diversos da cultura e da
diversidade natural local podem se transformar em produtos comercializáveis num

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mercado em franca expansão. Muitos atrativos que constituem os produtos turísticos,
não eram nem considerados como recursos econômicos no processo anterior de
industrialização. Na fase pós-industrial, desde mitos e lendas, festivais, festas,
passando por locais históricos, área de proteção ambiental, técnicas tradicionais de
conhecimento artesanal, entre muitos outros constituem recursos endógenos para
serem aproveitados pelos municípios em seus projetos de desenvolvimento.
Em muitas regiões do Brasil tem emergido, embora de modo difuso e irregular,
processos de reflexão e ação visando aumentar o desenvolvimento socioeconômico
municipal com o aproveitamento de seus recursos endógenos através do
fortalecimento da capacidade institucional de articulação e coordenação de arranjos
produtivos locais. Esse movimento inclui uma ampla participação social dos diversos
atores locais, e constitui uma forma de afirmação e contraposição diante do processo
de globalização.
Estas estratégias identificadas, de um modo geral, com a perspectiva de
desenvolvimento local incorporam a ideia da necessidade de desenvolver processos
onde as organizações da sociedade civil e o Estado compartilhem as decisões, o
estabelecimento de prioridades e o controle de processos que envolvem estratégias
de desenvolvimento endógeno municipal. Do mesmo modo, as instituições
educacionais cumprirão seu papel social, na medida em que poderão fornecer
elementos mais capazes para fazer planejamentos, pesquisas e análises sobre a
realidade dos componentes da atividade turística. Por outro lado, darão suporte aos
teóricos que nortearão as mudanças no conhecimento turístico, a fim de adequar
continuadamente os resultados obtidos à dinâmica da realidade (Bacal, 1995, p. 101).
Os programas de ação pública hoje reservam um papel decisivo para as ONGs
como agentes do desenvolvimento, compartilhando com as instituições do setor
público responsabilidades no encaminhamento de demandas específicas da
sociedade local. Os diversos programas desenvolvidos a nível municipal devem
buscar parcerias tanto no setor privado quanto no terceiro setor, constituindo essa
articulação muitas vezes determinante para o êxito e a sustentabilidade das ações
públicas.
A concepção de desenvolvimento focado em unidades territoriais vem
progressivamente adquirindo maior relevância devido às pressões exercidas pela
globalização junto aos Estados Nacionais e que em seu aspecto econômico perde
soberania no exterior e no interior. Entre os diversos processos relacionados com esse

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movimento, encontra-se a descentralização de políticas públicas e a maior autonomia
dos municípios sobre os processos que ocorrem em seu território, o que amplia a
perspectiva de uma maior democratização das decisões sobre o desenvolvimento
local, que pode priorizar um enfoque participativo.
Há duas opções estratégicas para se obter maior competitividade territorial: a
primeira, é uma lógica de especialização setorial que envolve economias de escala
geradas por uma cadeia produtiva de um segmento específico (cerâmica, bordado,
calçados infantis, turismo – rural, de aventura, histórico etc., tricô, frutas, entre outros).
E, a segunda uma lógica de desenvolvimento de vários setores da atividade
econômica que envolve economias de diversificação. Há vantagens e desvantagens
nas duas opções e a escolha deve se basear na vocação histórica do território e nas
mega tendências globais. Em qualquer das opções o turismo apresenta um papel
relevante, seja como atividade econômica principal, ou suplementar.
Os municípios podem se constituir em unidades básicas de um processo de
desenvolvimento local em função das seguintes características que apresenta:
a) Limites geográficos perfeitamente definidos, ocupando uma fração do território
nacional, no qual está contida uma comunidade com uma história comum
associada a esse espaço.
b) Um governo com determinada grau de autonomia em relação a outras
instâncias governamentais, que exerce sua competência e atribuições sobre
uma determinada extensão territorial.
c) Uma população identificada com o espaço delimitado e que manifesta essa
identificação em diferentes graus de envolvimento: simpatia, alta emotividade
etc. e que realiza diversas atividades sociais e culturais no âmbito espacial
ocupado pelo município.
d) Um sistema produtivo local que influencia e reflete influências do território e por
ele é condicionado, configurando um certo tipo de relações sociais
predominantes.
e) Um orçamento próprio e uma capacidade de arrecadação e gestão de seus
próprios tributos e outras formas de ingresso.
f) A capacidade de intervir em qualquer questão relacionada com o seu próprio
desenvolvimento socioeconômico.

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g) A possibilidade de criar e organizar estruturas administrativas de acordo com
sua realidade local.
A melhoria da qualidade de vida dos habitantes, fruto desse processo de
desenvolvimento da atividade turística, para que ocorra deve enfrentar inúmeros
desafios como: a superação da pobreza, da insegurança, da desigualdade social e
regional, da falta de infra-estrutura básica etc. Isto pressupõe uma nova abordagem
da promoção do desenvolvimento, através do turismo, nos municípios; torna-se
necessário priorizar o planejamento, que tem que ser democrático e integral, ou dito
de outro modo, o planejamento do desenvolvimento turístico deve elaborar propostas
alternativas para a solução de problemas tendo em mente a cidade como um todo,
deixando de lado uma visão segmentada que não corresponde a uma concepção atual
do turismo, compreendido como uma disciplina que só pode ser abordada de forma
holística, integrada e voltada para a melhoria das condições de vida daqueles que
recebem seus efeitos.
O município desse modo tende a tornar-se cada vez mais um espaço produtivo
em seu todo. Com o turismo transformando o município – na sua totalidade- em
produto para o mercado turístico, onde a administração pública tem papel relevante,
de propiciar a convergência de diversos interesses e setores para obter o melhor
resultado e que atenda tanto aos visitantes como os moradores da localidade.
Deve-se ressaltar que para este novo papel do município se exige um novo tipo
de liderança municipal. Entre suas características principais estão: ser aberto ao
dialogo, articulador, capacitado minimamente em gestão e consciente dessa nova
dimensão política, econômica e social do município.
Ao mesmo tempo o capital social da comunidade torna-se fundamental; a
coesão social, a intensidade das relações sociais, o fortalecimento das organizações
da sociedade civil são elementos que configuram um ambiente social profícuo para o
desenvolvimento local; pois muito embora o papel social do município tenha crescido,
nem sempre ele vem acompanhado de aumento da força política. Esta deve ser, cada
vez mais, uma conquista decorrente da intensidade das relações sociais locais, a
participação e as parcerias entre os diversos setores. A coesão social fortalece o papel
do poder público perante outras forças políticas no cenário nacional e permite um

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maior acesso aos recursos existentes. O capital social, portanto, é estratégico na
concepção de município turístico sustentável.
A adoção do turismo como atividade econômica principal possibilita ao governo
municipal induzir mudanças baseadas em inovação e criatividade, melhorar a
qualidade da prestação dos serviços públicos, intensificar as relações governo-
comunidade, proteger o meio ambiente em bases sustentáveis etc.
A implementação de uma política de turismo em âmbito local, implica no
envolvimento de todos os setores da administração municipal que devem estar
voltados para o crescimento da atividade turística em bases sustentáveis e para a
melhoria da qualidade de vida da população; entre estes se incluem: serviços
públicos, urbanismo, habitação, assistência social, segurança pública, jurídico,
finanças, saúde, cultura, educação etc. Esta dimensão holística do turismo como uma
atividade multidimensional e intersetorial não é de fácil entendimento para as
autoridades municipais e para a população de um modo geral; na realidade muitos
que atuam com o turismo ainda não compreenderam essa sua dimensão
desenvolvimentista.
A adoção de uma política municipal que privilegie o turismo como alternativa
para o desenvolvimento econômico local, com ampla participação da população,
constitui um modo criativo de somar diversas forças num determinado objetivo, o de
melhorar a qualidade de vida de todos indistintamente, numa perspectiva sustentável.
O turismo, associado com a inovação e a criatividade, possibilita a inclusão de
amplas parcelas da população num processo de desenvolvimento integrado que
fomenta a participação e o aproveitamento de recursos endógenos, muitos antes
inexplorados, como o são: as manifestações folclóricas, belezas naturais, paisagens,
componentes da biodiversidade entre outros, numa perspectiva de geração de renda
e trabalho.
A Política Turística Municipal
A intervenção em qualquer campo da realidade exige um conjunto de
informações de suas características, suas necessidades, seus aspectos positivos e
negativos, seus pontos fortes e fracos, para que se possa decidir com conhecimento
de causa onde se deve agir e de que modo.
No caso da política pública em turismo, e no caso particular do Brasil, esta
condição na maioria das vezes não está presente. Uma das causas prováveis é o

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entendimento, ainda recente, de que o turismo é um campo específico dentro da
gestão pública. O crescimento relativo tardio do turismo, quando comparado a outras
regiões do mundo, tanto o doméstico quanto o internacional, e ainda a pouca
relevância dos problemas que acarreta quando não planejado, se comparado com os
problemas em outras áreas de políticas públicas como a saúde, educação, ambiental,
por exemplo, podem justificar a ausência de mecanismos significativos de
monitoramento da atividade na maioria dos municípios brasileiros.
A atividade turística envolve necessariamente o setor público estatal, que
assume o papel de coordenação na viabilização da política turística, no entanto o
aumento da complexidade das modernas sociedades, aliada ao incremento da
responsabilidade dos municípios na execução das políticas públicas, dificultam a
tarefa da administração municipal. Nesse contexto é que surgem as Organizações
Não-governamentais (ONGs) como importante ator que complementa a atividade do
Estado, assumindo um espaço público não-estatal, executando funções antes
exclusiva do aparato estatal, reforçando e atuando em perfeita conexão com a política
institucional.
Todo município turístico deve buscar estreitar as relações entre os organismos
públicos e as organizações do terceiro setor, pois além destas gozarem de alta
credibilidade, se especializam em áreas bastante pontuais, permitindo um
monitoramento permanente de áreas sensíveis (naturais e culturais) à visitação
turística. Por outro lado, a visitação turística pode contribuir para o aumento da
arrecadação dessas organizações do terceiro setor, que podem expor seus projetos
a um público maior e obter maior reconhecimento de seu trabalho, o que em
contrapartida acaba aumentando a efetividade de suas ações, que de algum modo
beneficiam a comunidade local.
A associação de municípios turísticos em circuitos turísticos constitui uma das
formas mais importantes para se obter um desenvolvimento turístico num espaço
territorial compartilhado por vários municípios. É um modelo adotado em algumas
regiões (ex: Minas Gerais e São Paulo) e que demonstra enorme potencial para se
obter um crescimento da atividade turística de forma harmônica entre diversas
localidades.
Os esforços para a criação de instrumentos de acompanhamento do
desenvolvimento turístico de uma localidade se concentram naqueles locais onde o
turismo tornou-se significativo como gerador de renda local, e mesmo assim, com

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freqüência são os aspectos mais visíveis da atividade que são contemplados, como o
perfil da demanda, a satisfação do turista ou pontos fortes e fracos da oferta, por
exemplo. Pesquisas que indiquem a relação do turismo com outros setores da
economia, os efeitos positivos e/ou negativos, e que reflitam no desenvolvimento local
são raras. Faltam estudos sobre, o impacto da atividade turística na economia local,
os segmentos econômicos que se beneficiam, um dimensionamento da cadeia
produtiva local do turismo, o índice de satisfação da comunidade, os benefícios
culturais, a relação com o meio ambiente, as mudanças sociais provocadas, a
reorganização do espaço urbano e rural entre outros.
É no campo do turismo que inúmeras atividade tem encontrado lastro para seu
próprio crescimento, como a história, a arqueologia, a paleontologia, as artes, a
proteção ambiental, a música popular e a erudita, a gastronomia entre tantas outras.
A atividade provoca, por outro lado, um incremento das interações entre diferentes
culturas, fortalecendo suas identidades e acentuando a difusão cultural, aumentando
a tolerância, o respeito e o reconhecimento da diversidade cultural.
Essa complexidade do turismo, sua intersecção com diversos setores e
atividades da sociedade permite conceber a existência de uma rede de relações
turísticas que constituem um sistema turístico. Isto leva à necessidade de distinguir
claramente o sistema turístico e as políticas públicas voltadas para ele. O sistema
turístico é um complexo de relações e organizações de uma sociedade que
constituem. Não se pode reduzir o sistema turístico ao campo das intervenções do
Estado e suas instituições, nem às ações do mercado, ele se constitui como um
sistema integrado e aberto.
As políticas de turismo, por outro lado, são intervenções conscientes,
intencionais, formais, racionais e estratégicas realizadas a partir do Estado, ou sob
sua coordenação, com o objetivo de intervir num determinado sistema turístico (local,
regional, nacional), visando a direcionar seu crescimento no sentido de beneficiar a
toda sociedade numa perspectiva sustentável. Nesse sentido o Estado intervém
procurando corrigir suas falhas e reforçando seus aspectos positivos. Devemos ter
sempre em mente que o sistema turístico de qualquer nível que possa ser considerado
(local, regional ou nacional) é um sistema aberto e que está permanentemente sujeito
a influências externas (econômicas, sociais, institucionais etc.)
A interação do setor privado com o público é essencial em qualquer nível de
análise da atividade turística, há uma profunda interdependência entre estes setores.

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Pelas características do produto turístico, que envolve não só o atrativo principal, mas
também um amplo leque de serviços, equipamentos e infra-estrutura que atendem às
necessidades do visitante e tornam sua visita agradável.
O sistema turístico está em permanente mutação, pois sofre diversas
influências – políticas, ambientais, econômicas, institucionais etc. – que o afetam
continuamente. E, neste sentido, há necessidade de monitoramento permanente da
atividade para obter informações, que se transformem em conhecimento e contribuam
para que os gestores aumentem sua capacidade de identificar essas transformações
sucessivas que ocorrem no sistema. Não se trata somente de acessar dados –
estatísticos, diagnóstico de infra-estrutura, inventário de atrativos, informações
econômicas etc. -, mas torna-se necessário uma compreensão conceitual, estratégica
e ética do turismo como instrumento de desenvolvimento para tornarem-se
compreensíveis os dados e relacioná-los com uma visão política de intervenção na
realidade, que favoreça uma maior integração social e promova uma melhoria efetiva
das condições de vida da população residente.
As políticas de turismo podem ter origem num lampejo político de um prefeito,
por ideologia de um partido político ou grupo, pelas boas intenções ou intuição de
uma liderança política, ou fruto de uma análise racional da economia municipal; no
entanto o melhor mecanismo para a elaboração da política turística,é através do
diálogo com a comunidade envolvida, acompanhado de uma pesquisa da realidade
econômico-social, buscando-se uma adequação da visão compartilhada pelos
diversos atores locais sobre o futuro da região, mantendo-se com adaptações as
experiências institucionalizadas pela tradição e situações culturais específicas.
Uma política turística deve ser articulada condicionada pelas seguintes
dimensões: a econômica, a social, a lúdica e de entretenimento, a cultural, a cívica e
a ambiental.
1. Dimensão econômica – a perspectiva deve ser sempre o desenvolvimento
econômico do município, no sentido de aumentar a renda e a geração de
postos de trabalho, e ao mesmo tempo consolidar a atratividade da
localidade junto ao mercado turístico de modo geral, e junto aos demais
setores econômicos em particular. Pois a consolidação da marca cidade
reflete não somente no turismo, mas torna-se um diferencial para todos os

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produtos gerados no território municipal, melhorando sua competitividade
no mercado nacional ou internacional.
2. A Dimensão Social – a política turística deve ter sempre como objetivo
principal diminuir a desigualdade social local, e facilitando o acesso
eqüitativo aos produtos e serviços gerados em decorrência do turismo. O
encarecimento dos produtos de primeira necessidade no mercado local, e
até mesmo o seu desaparecimento em períodos de alta temporada, é um
dos nefastos desdobramentos da atividade turística que deve ser combatido
pela administração pública local. A distribuição dos benefícios do turismo
em todo o território municipal e em todas as camadas sociais deve ser um
dos principais objetivos de uma política turística municipal.
3. A dimensão Lúdica e de entretenimento – devido ao aumento da atividade
turística são gerados novos serviços de lazer, espetáculos, e diversas
atividades de entretenimento que visam ao atendimento das carências dos
turistas,e que constituem também iniciativas empreendedoras tanto de
pessoas da localidade, como de origem externa. O acesso da população
local a essas atividades deve ser destacado, pois relaciona-se com a
qualidade de vida, e trazem um bem-estar social a amplas camadas da
população que desse modo passam a ter acesso a diferentes formas de
lazer, que em outras circunstâncias só usufruiriam em outras cidades.
4. A dimensão cultural – é uma das principais dimensões de articulação de
uma política turística visando o desenvolvimento local, pois a cultura é um
importante recurso endógeno e que se constitui um elemento único, e que
pode se tornar num importante diferencial competitivo. Entre os aspectos da
cultura que devem ser considerados estão: a história, o artesanato, as artes,
festas, festividades, patrimônio cultural material e imaterial etc.
5. A dimensão cívica – aqui está incluída a participação social, a inclusão
política da população local no âmbito das decisões relativas ao
desenvolvimento turístico, a integração da comunidade local como grupo de
cidadãos conscientes de seus direitos e ampliação do leque de
possibilidades de integração social via atuação organizada em entidades
democráticas e parceiras da administração pública local.
6. A dimensão ambiental – que se insere no contexto da sustentabilidade dos
recursos naturais locais, e que se constituem num patrimônio que pertence,

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primordialmente á comunidade local, mas que na realidade diz respeito a
toda a humanidade. A biodiversidade da flora e da fauna acentuada pela
adoção de espécies bandeiras que destacam a singularidade da localidade
no contexto ambiental, e que pode tornar-se em diferencial competitivo
agregando valor á marca-município.
As políticas públicas, como vimos, constituem as linhas de ação que
estabelecem os marcos pelos quais se guia a ação do Estado, nesse sentido as
políticas turísticas enquanto políticas públicas procuram promover o turismo em bases
sustentáveis e voltado para a melhoria da qualidade de vida das comunidades
receptoras. O turismo como um setor das políticas públicas deve estar orientado para
a busca da diminuição das desigualdades sociais e regionais.
A política turística está baseada no entendimento da importância do turismo
para o ser humano, como uma das mais significativas formas de lazer do século XXI,
e na necessidade desse agente social – o turista, em deslocar-se continua e
repetidamente para diferentes lugares que satisfaçam seus desejos e necessidades.
Esse movimento que ocorre cada vez mais de forma ritualística, gera múltiplas
atividades econômicas que dão suporte para o atendimento dessas necessidades e
desejos. E, nesse sentido, podemos compreender a política de turismo, como a ação
empreendida pelos governos para viabilizar o acolhimento desses visitantes de tal
modo que sejam criadas inúmeras oportunidades de renda e trabalho no local de
destino beneficiando indistintamente todos os segmentos sociais. É neste aspecto que
houve uma mudança paradigmática no turismo, que passou de uma disciplina voltada
para a viabilização de negócios turísticos focada num conjunto de organizações
(agencias de viagem, operadoras, hotéis, locadoras de veículos entre outras), para
outra que viabiliza o desenvolvimento econômico, social e cultural em função das
atividades geradas pelo movimento turístico e que produzem um efeito em cascata
em toda economia.
O turismo constitui-se hoje em dia num dinamizador de atividades econômicas,
devido a suas múltiplas conexões com os demais setores da economia.
Especificamente, a atividade turística compreende um grupo heterogêneo de
empresas, interdependentes, e que são estimuladas a crescer em função do aumento
da demanda de bens e serviços provocados pela presença dos visitantes.

- - - - -
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Assim conceber o turismo de forma integral, é visualizá-lo como um complexo
sistema que articula diversos e distintos interesses com um mesmo objetivo: satisfazer
a necessidade e desejos dos visitantes. Ocorre que esses diversos e distintos
interesses podem interpretar cada um a sua maneira o modo como devem atender os
turistas. Cabe ao órgão público, como representante dos interesses gerais da
sociedade, coordenar e contemplar as diversas visões de tal modo que todas, de
alguma maneira, tragam benefícios à comunidade.
A política pública de turismo deve introduzir uma nova prática na administração
pública, a integração dos diferentes setores (do cultural ao de obras, do ambiental ao
de educação, da saúde à assistência social etc.) nos quais se estrutura. O turismo
enquanto política pública busca integrar a atividade turística e seus desdobramentos
no processo de tomada de decisões de diversos setores tais como: habitação,
urbanismo, obras públicas, transporte, educação, saúde, ambiental etc.
A participação da sociedade na gestão pública deve ser assegurada através da
implantação do Conselho Municipal de Turismo, pois permite que atores com
interesses diversos interajam numa instância pública e obriga os governos municipais
a prestarem contas de suas ações num foro institucionalizado para tanto.
O Estado deve coordenar por meio da articulação de suas políticas o processo
de desenvolvimento da atividade turística, tendo o setor privado como parceiro. Há
várias razões para o Estado assumir a condução do desenvolvimento turístico em seu
território, entre as quais estão: garantiras condições de igualdade da competição no
mercado e administrar os bens públicos que são parte integrante do produto turístico
global (praças, vias públicas, parques, jardins etc.), e garantir que o maior número
possível dos habitantes do território receba os benefícios decorrentes dessa atividade.
Na realidade o principal desafio de uma política pública de turismo é conseguir
compatibilizar os princípios de livre mercado onde atuam as empresas com a
necessidade de garantir as condições de sustentabilidade (em suas três principais
dimensões: econômica, social e ambiental) da atividade, assegurando desse modo
um desenvolvimento turístico sustentável do turismo.
Nesse sentido é importante destacar o papel regulador do setor público – no
caso o governo municipal – no estabelecimento de políticas que regulem o mercado,
com incentivos e restrições à atividade privada, de modo tal que sejam mantidas as
condições adequadas para o fomento da competitividade das empresas sem prejuízo
de um desenvolvimento sustentável do destino turístico. O município deve ser

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considerado como um sistema turístico local, em que suas diferentes partes estão
interligadas de tal modo, que a alteração de uma delas pode afetar o todo, ou seja, o
produto turístico global – cidade.
Num município turístico atuam diversas e heterogêneas organizações
(públicas, privadas e do terceiro setor) relacionadas com cada elemento que forma a
estrutura de produção local que mantém o produto turístico global competitivo, através
da inovação permanente com a criação de novos produtos específicos e maior
agregação de valor aos existentes (com a melhoria de acesso, aumento da
qualificação do pessoal, melhoramento dos serviços de atendimento ao turista etc.)
Qualquer intervenção de cada um dos atores isolados num elemento que integra o
sistema afeta o município como um todo.
Os municípios tornam-se, assim, um espaço privilegiado para cumprir o papel
de promotores do desenvolvimento, porque constituem o âmbito administrativo do
Estado mais próximo da comunidade, o que facilita a interação com a população local,
permitindo o incremento da participação, que implica num aumento do capital social,
que por sua vez permite o fortalecimento de novas formas de governança onde as
políticas públicas são implementadas mais por consenso do que através da utilização
dos mecanismos que compõe a força coercitiva do Estado.
Nesse sentido, pode ser dizer que os cursos de turismo têm importante papel
a cumprir no auxílio das administrações locais, mantendo base de dados atualizada,
utilizando para tanto da atividade dos alunos; apresentando propostas de novos
produtos; incentivando a capacitação contínua dos profissionais envolvidos com a
atividade; oferecendo cursos de extensão para a sociedade local; gerando novos
cursos técnicos envolvendo áreas específicas envolvidas com o turismo; criando e
gerenciando novos eventos; entre tantas outras atividades que podem ser realizadas
ao longo do curso aumentando o vínculo com a sociedade. A característica essencial
do novo perfil é a iniciativa de propor alternativas para o desenvolvimento turístico,
identificar novos produtos, estar a frente do processo, ser proativo e responsável
socialmente.
O Estudo em Turismo
O turismo como disciplina científica deve ser abordado de forma integral
considerando-se a diversidade de elementos que compõe, dai deriva que “a
capacitação de recursos humanos para o turismo depende da integração dos

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aspectos teóricos e práticos da atividade e se caracteriza pela diversidade dos
elementos que interagem em diversos níveis: o setor público, as empresas privadas,
as instituições de ensino, os profissionais da área e o consumidor-turista”
(Ruschmann, Rejowski & Cacciamali, 1996, p. 8-9).
Para contextualizar o ensino do turismo nas Instituições de nível superior deve-
se levar em consideração que a estrutura do ensino superior no Brasil se divide em
dois tipos de estabelecimentos:
 Universidade: instituições que reúnem no mínimo os seguintes
elementos: uma ampla gama de conhecimentos das áreas técnica e de
saúde às humanidades; recursos humanos, materiais e técnicos
adequados para o ensino e a pesquisa em alto nível; autonomia didática
e pedagógica, financeira e administrativa:
 Estabelecimentos isolados: que englobam instituições de tipo
completamente distintas: estabelecimentos federais especializados,
estabelecimentos particulares agregados cm federações c associações
de diversos tipos ou vinculados a instituições mantenedoras comuns.
As possibilidades de modalidades de cursos em ambas instituições são:
graduação, pós-graduação (latu sensu e strictu sensu) e outros (aperfeiçoamento,
extensão etc.). A educação superior em turismo, também na graduação, deve
proporcionar ao discente a interpretação e a evolução de novos conhecimentos,
possibilitando ao mesmo desenvolver sua capacidade crítica, por meio do equilíbrio
entre a educação e a formação, que pode ser entendida aqui como o desenvolvimento
de habilidades para atuação profissional.
Assim, o hábito da pesquisa traz ao professor e ao aluno conhecimentos que
poderão ser de grande ajuda em sua vida acadêmica e profissional. O aluno que
pesquisa amplia seus conhecimentos sobre o meio (sua comunidade ou cidade) e
pode passar a interessar-se e desse modo, podem no exercício de profissão
transformá-lo. Nesse sentido, quanto mais elevado o nível das tarefas a serem
realizadas, e consequentemente, maiores as responsabilidades das decisões
tomadas, mais conhecimentos "universais" se fazem necessários. Os executivos,
sejam de hotelaria, de transporte de agência etc., necessitam uma formação teórico-
prática, que deve ser adquirida nas instituições de ensino e pesquisa.

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Em um levantamento dos cursos do tipo Stricto Sensu realizado por Ansarah e
Rejowski em 1996, as autoras identificaram a existência de apenas cinco cursos
cadastrados. De cinco cursos listado em 1996, passa-se a 16 cadastrados em 2017,
ou seja, um crescimento de 320% no número de cursos de pós-graduação strictu
sensu. Esta nova situação pode indicar maior preocupação com os estudos e
pesquisas acadêmicas com base no desenvolvimento da atividade turística e a
consequente valorização do pesquisador turístico. No quadro 01 são apresentados os
cursos de pós-graduação strictu sensu em turismo).
Quadro 01: Cursos recomendados e reconhecidos pela CAPES.
ME: Mestrado Acadêmico DO: Doutorado MP: Mestrado Profissional
ME/DO: Mestrado e Doutorado
Fonte: Portal Capes
Pode-se afirmar que o turismo é um campo de estudos em expansão, e como
é relativamente jovem ainda possui muitos desafios a serem superados. Mesmo
assim, vem mostrando sinais de maturidade precoce com uma comunidade
acadêmica crescente, números cada vez maiores de publicações nacionais, bem
como o aumento de livros especializados e com estudos de casos setoriais e locais.

- - - - -
40
Conclusão
O conhecimento dos mercados real e potencial, dos motivos das viagens,
requer o conhecimento das ciências que embasam a teoria da atividade turística,
entendida esta como um tipo de comportamento humano, como um fenômeno social
de massa e também como atividade econômica. É nestas instituições que podem
emergir modelos para organização de empresas, de planificação de políticas
turísticas, de consultorias para pequenas empresas, assim como orientação para o
desenvolvimento de empreendimentos em locais com vocação turística (atrativos
naturais, culturais e disponibilidade de recursos humanos) (Bacal, 1995, p. 99).
Esses apontamentos chamam à atenção para a necessidade de
conscientização dos atores envolvidos (Estado, Instituições de Ensino Superior e
Setor Privado) sobre o papel e a importância da formação e capacitação de recursos
humanos em todos níveis, ou seja, da necessidade de uma formação continuada
visando o aprimoramento, a eficiência, a competitividade, e a melhoria da qualidade
em Turismo. Percebe-se, portanto a necessidade de implantação de reformas
políticas e econômicas, que possibilitem a adaptação ao fenômeno da globalização.
De mesmo modo, a necessidade de aumento de pesquisas básicas e aplicadas, e de
estudos que façam prognósticos para apoiar o planejamento estratégico do turismo.
Com relação aos atores anteriormente mencionados, pode-se dizer que cabe
ao Estado (nas esferas federal, estadual e municipal) gerar e aplicar políticas públicas
voltadas não apenas para o turismo, mas para a ciência e tecnologia voltadas para o
turismo, bem como financiá-las, pois como define Paulo Freire (1996): “não há ensino
sem pesquisa e pesquisa sem ensino. [...] Pesquiso para conhecer o que ainda não
conheço e comunicar ou anunciar a novidade” (p. 14).
No que diz respeito às Instituições de Ensino Superior cabe à essas instituições
formar pessoal qualificado, incentivar a prática de pesquisa científica de modo a
investigar os avanços de conhecimentos de áreas, uma vez que sem a pesquisa corre-
se o risco de se manter práticas e soluções arcaicas, ignorando as mudanças de
comportamento e interesse da sociedade. Outro ponto relevante, é ampliar a
disseminação dos resultados parciais e finais das pesquisas desenvolvidas, de modo
a atingir o conjunto da sociedade brasileira, indo além dos círculos acadêmicos, tais
como divulgação em suplementos de turismo de grandes jornais, em revistas de

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