3.
Se ha visto un incremento
alarmante en la obesidad
y sobrepeso entre los
niños y niñas mexicanos.
En la facultad de
medicina, preocupados
por este problema de
salud pública, le
presentamos la siguiente
información para mejorar
la calidad de vida de los
niños.
4. Desequilibrio energético entre calorías
consumidas y gastadas
Aumento en la ingesta de alimentos
hipercalóricos que son ricos en grasa, sal y
azúcares
Cambios en los hábitos de alimentación y
actividad física
Descenso en la actividad física como
resultado de la naturaleza cada vez más
sedentaria
5.
Un IMC elevado es un importante factor de riesgo
de enfermedades no transmisibles, como:
Las enfermedades cardiovasculares
Los trastornos del aparato locomotor
Las enfermedades cardiovasculares
(principalmente cardiopatía y accidente
cerebrovascular).
El riesgo de contraer estas enfermedades no
transmisibles crece con el aumento del IMC.
La obesidad infantil se asocia con una mayor
probabilidad de obesidad, muerte prematura y
discapacidad en la edad adulta.
6.
7.
El sobrepeso, la obesidad y las
enfermedades no transmisibles conexas
son en gran medida prevenibles. Se acepta
que la prevención es la opción más viable
para poner freno a la epidemia de obesidad
infantil, dado que las prácticas terapéuticas
actuales se destinan en gran medida a
controlar el problema, más que a la
curación. El objetivo de la lucha contra la
epidemia de obesidad infantil consiste en
lograr un equilibrio calórico que se
mantenga a lo largo de toda la vida.
8.
9.
Uno de cada 4 a 5 niños es obeso, mientras
que uno de cada 3 esta en riesgo de serlo.
Los niños que son obesos a la edad de 6 años
tienen un 27% de probabilidad de ser obesos
cuando sean adultos.
Los niños que son obesos a los 12 años, esta
probabilidad aumenta al 75%.
Un niño obeso tiene el 12.6 de riesgo de
padecer diabetes mellitus.
10.
60 minutos de juego a actividad física moderada a intensa
diariamente
Comer diariamente vegetales y frutas, limitar ingesta de jugos
Utilizar aceites vegetales y margarinas suaves bajas en grasas
saturadas y ácidos grasos trans en vez de mantequilla o la
mayoría de las grasas animales en la dieta
Comer pan de granos enteros y cereales en vez de productos de
granos refinados
Reducir la ingesta de comidas y bebidas endulzadas con azúcar
Utilizar leche y productos lácteos sin grasa (descremada) o baja
en grasas diariamente
Comer más pescado, especialmente asado u horneado
Reducir la ingesta de sal, incluyendo la sal de comidas
procesadas