Este documento contrasta el sufrimiento que Otegi dice sentir por las madres de presos de ETA que visitan a sus familiares en prisión, con el dolor de las madres de las víctimas de ETA que ya no pueden visitar a sus hijos porque fueron asesinados. Señala que mientras las primeras pueden abrazar a sus familiares al salir de prisión, como hizo Otegi con su padre, las segundas solo pueden llevar flores a las tumbas de sus hijos.
1. Bolsas y flores
«Cualquiera puede comprender el sufrimiento de las madres que Otegi lleva
en el corazón, porque 'tienen que hacer la bolsa para visitar a sus familiares en
las cárceles de España'. Esos familiares presos son los que mataron a
ciudadanos que también tenían madres. Y sus madres no preparan bolsas para
visitarlos. Preparan flores para honrarlos y recordarlos»
JUAN CARLOS RODRÍGUEZ IBARRAMadrid - 08/03/2016 a las 08:42:51h. - Act. a
las 08:43:10h.Guardado en: Opinión
A los hijos de Isaías Carrasco
La pregunta es: ¿Qué hacían a la puerta de la cárcel de Logroño tantos medios
de comunicación el pasado día 29 de febrero? ¿Cuáles eran las urgencias
informativas de la población española como para que tanto periodista y tanta
cámara de televisión estuvieran desde tempranas horas de la mañana
esperando la salida de un preso que había ingresado en prisión por su
pertenencia a una banda armada? ¿Qué esperaban que dijera semejante
personaje? ¿Qué tiene de noticiable que alguien salga de prisión después de
haber cumplido condena por haber sido de ETA? Tanta gente de la prensa fue
la excusa que le sirvió a Otegi para afirmar que a los demás presos no se les
dispensa tal tratamiento informativo; que si estaba allí tanta cámara de TV,
por algo sería. Y ese algo para él –y para los que piensan y mataban y
secuestraban como él– es que él no era un preso que había sido encarcelado
por haber delinquido, sino por haber pensado políticamente de manera diferente
a como piensa el resto de ciudadanos. Que él era un preso político.Tanta
cámara animó también a Pablo Iglesias a proclamar, a los pocos minutos de la
puesta en libertad de Otegi, que su puesta en libertad era una buena noticia
para los demócratas y que nadie debería ir a la cárcel por sus ideas.
Ya se sabe que Pablo Iglesias es el secretario general de Podemos, partido
que, junto con sus confluencias, obtuvo 69 diputados en las elecciones
2. generales del pasado 20-D y que según el propio Pablo Iglesias representa la
nueva forma de hacer política y el espíritu del movimiento 15-M. Ese
movimiento fue el que apostó por el modelo de liderazgo abierto o de
socialización del protagonismo político, y por la apertura a liderazgos y
portavocías espontáneos y cambiantes que hacían innecesarios los liderazgos
propios de los antiguos partidos, cosa que, como se ve en el caso de Podemos,
no se corresponde para nada con la práctica leninista que practican esos malos
herederos de la dirigencia de Podemos. ¿Dónde quedan los círculos de
Podemos, encargados de opinar y decidir sobre la política y las decisiones que
tome la organización? ¿Dónde se esconden los diputados de Podemos que
no forman parte de los grupos independentistas? ¿Por qué no sabemos
nada de lo que piensan de las declaraciones de Otegi y de Iglesias los
diputados nacionales David Bravo Bueno, Noelia Vera Ruíz-Herrera, Juan
Antonio Delgado Ramos, Marta Domínguez Álvarez, Ana Belén Terrónl, Isabel
Franco Carmona, Alberto Montero Soler, María Isabel Medina Suárez, Sergio
Pascual, María Auxiliadora Honorato, de Andalucía; Jorge Luis Bail, Pedro
Arrojo Agudo, de Aragón; Sofía Fernández Castañón, Segundo González
García, de Asturias; Rosa Ana Alonso Clusa, de Cantabria; María Gloria Elizo
Serrano, de Castilla-La Mancha; Miguel Vila Gómez, Ana Marcello Santo, Juan
Manuel del Olmo Ibáñez, de Castilla y León; Amparo Botejara Sanz, de
Extremadura; Javier Sánchez Serna, de Murcia, o Sara Carreño, de La Rioja?
Visto su silencio, ¿se podría pensar que esos diputados, tan silenciosos ellos,
celebraban con champán la muerte, la extorsión, el asesinato, el secuestro o el
atentado de mano de los amigos de Otegi? ¿O no se alegraban y no están de
acuerdo con lo que acaba de decir su jefe de filas, pero no se atreven a
manifestar sus discrepancias con semejante barbaridad? Ya ha debido de ser
un atraco a mano armada el tener que tragarse eso de que España es un
Estado multinacional como para que ahora tengan que comulgar con la
afirmación de que en España existen presos políticos, siendo Otegi el máximo
exponente de esa "pobre gente" a la que se encarcela por sus ideas.
No me imagino a los de Podemos de Extremadura o de Andalucía tratando de
convencer a extremeños y a andaluces de que hay que pelear para que se
reconozca a Cataluña, o a Galicia, o a País Vasco como naciones, o que Otegi
y los presos de ETA son presos políticos. ¿Por qué no lo cuentan para ver si les
creemos?
Otegi fue recibido en su pueblo como héroe nacional. Y como tal se le instaló un
escenario para que, subido a su tribuna, pudiera transmitir a los allí reunidos los
pensamientos profundos que había ido atesorando a lo largo de los seis años y
medio de cautiverio, o de más tiempo, porque ese hombre no ha parado de
estar en el agujero, ya haya sido de carcelero o de preso. En su pueblo
le afloraron sus recuerdos más sentidos y queridos, y entre ellos el de la
congratulación por el hecho «de que mucha gente que vivía con escolta y
acosada, según decían ellos, hoy puedan vivir en paz y en libertad». «Y me
alegro sinceramente por ellos, pero hoy lo que llevo en el corazón es a esas
madres y a esos padres y a esos compañeros que llevan treinta años haciendo
la bolsa para la visita a las cárceles», ha afirmado, para señalar que ellos se
merecen «un homenaje».
Otegi es uno de los que puede contarnos cómo de acosados se sentían los que
tenían que llevar escolta por miedo a ser matados o secuestrados por él o por
su pandilla de pistoleros. Cualquiera puede comprender el sufrimiento de las
madres que él lleva en el corazón, porque «tienen que hacer la bolsa para
visitar a sus familiares en las cárceles de España». Esos familiares presosson
3. los que mataron a ciudadanos que también tenían madres, padres, hijos y
hermanos. Y sus madres hace tiempo que no preparan bolsas para visitarlos.
Preparan flores para honrarlos y recordarlos. Muchas no tienen que hacer
tantos kilómetros como recorren las madres de los asesinos de sus hijos.
Apenas unos metros separan sus casas de los cementerios donde están
enterrados, pero el camino se les hace mucho más largo y amargo que a las
madres de los etarras. Aquellas solo pueden rezar a una tumba, mientras que
estas pueden verlos, oírlos y besarlos. Otegi ha podido besar y abrazar a su
padre a la salida de la cárcel. Los hijos de Isaías Carrasco no pueden abrazarlo
a pesar de que los restos de su padre están tan cerca de su domicilio.