3. PATrONATO DE LA FuNDACIóN
INSTITuTO CASTELLANO y LEONéS DE LA LENGuA
Junta de Castilla y León,
Federación Regional de Municipios y Provincias de Castilla y León,
Cámara de Comercio e Industria de Burgos,
Universidad de Burgos,
Universidad de León,
Universidad de Salamanca,
Universidad de Valladolid,
Diputación Provincial de Ávila,
Diputación Provincial de Burgos,
Diputación Provincial de León,
Diputación Provincial de Palencia,
Diputación Provincial de Salamanca,
Diputación Provincial de Segovia,
Diputación Provincial de Soria,
Diputación Provincial de Valladolid,
Diputación Provincial de Zamora,
Ayuntamiento de Ávila,
Ayuntamiento de Burgos,
Ayuntamiento de Aranda de Duero,
Ayuntamiento de Miranda de Ebro,
Ayuntamiento de Palencia,
Ayuntamiento de Salamanca,
Ayuntamiento de Segovia,
Ayuntamiento de Soria,
Ayuntamiento de Valladolid,
Ayuntamiento de Zamora.
DIRECtoR GEnERAL:
Gonzalo Santonja Gómez-Agero
GEREntE:
Mercedes Andrés López
ISBN: 978-84-92909-56-8
4.
5. FuNDACIóN INSTITuTO CASTELLANO y LEONéS DE LA LENGuA
El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua es una fundación privada
de ámbito autonómico que trabaja por la promoción y el estudio de la lengua
española. Desde abril de 2008, tiene su sede en el Palacio de la Isla de Burgos,
un edificio emblemático de finales del siglo XIX que representa también un
punto de encuentro del mundo de la cultura y del idioma.
Desde sus inicios opera en el campo del diseño, planificación y ges-
tión de muestras expositivas convirtiéndose en una institución en continua
expansión y con el interés principal de convertirse en un referente global de
calidad en la formación, divulgación y cultura expositiva.
En el complejo mundo del arte la propuesta del Instituto Castellano
y Leonés de la Lengua supone una opción diferente a la clásica exhibición de
materiales procedentes de museos o galerías ya que se centra en la búsqueda
de obras y documentos pertenecientes a colecciones privadas para ponerlas
a la luz de un público que difícilmente podría admirarlas de otra forma al per-
tenecer a particulares y encontrase al margen de los circuitos museísticos.
Servicio integral que incluye los más variados procesos:
- Imagen expositiva, identidad gráfica y planteamiento genérico de la
muestra.
- Aplicaciones internas de la exposición, murales gráficos, paneles de
textos, señalización, ploteados fotográficos, decoración y escenografía.
- Aplicaciones externas de la exposición: folleto de mano, postales,
hojas informativas, cartelería, banderolas publicitarias o informativas, grá-
ficas para los medios de comunicación.
- transporte y manipulación especializada de las obras.
- Comisariado.
- Catálogo.
- Seguros.
Algunos de nuestros últimos trabajos nos avalan: “Poesía e imagen de
la fiesta” o “El arte en la palabra” para la Fundación Diario Madrid, “Los orí-
genes del español” para la Junta de Castilla y León en la Feria Internacional del
Libro de Guadalajara (México) o nuevamente “El arte en la palabra” para las
Cortes de Castilla y León.
Contacto:
Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua
Paseo de la Isla, 1
09003 Burgos
tel. 947 25 60 90
gerente@ilcyl.com
Las exposiciones de este catálogo se encuentran disponibles con los siguien-
tes precios:
- Contratación de una exposición:....................................................19.500€
- Contratación de dos exposiciones:................................................34.500€
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7. 7
LOS LIBrOS DE RUEDO IBÉRICO
O LA LIBErTAD EN EL LABErINTO
Fundada en París el 17 de octubre de 1961 por cinco jóvenes exiliados
españoles bajo la dirección de José Martínez Guerricabeitia (1921-1986) Edi-
tions Ruedo Ibérico respondía a dos grandes objetivos: alumbrar la verdad
sobre la Guerra Civil y levantar un punto de encuentro libre para la reflexión
y el debate, enfrentada al Régimen e independiente frente a los partidismos
de la diáspora.
La trayectoria de Ruedo Ibérico, extendida hasta 1982, estuvo jalo-
nada por títulos fundamentales, y no solo desde una perspectiva histórica o
ensayística, porque también lanzó una colección poética decisiva y asimismo
sostuvo una revista, de manera que su catálogo, apreciado en conjunto, resulta
verdaderamente impresionante.
Publicaciones aún vigentes y de obligada lectura como la Historia del
fascismo español de S. G. Payne, El laberinto español. Antecedentes soliales y polí-
ticos de la guerra civil de G. Brenan o La Guerra Civil española de H. thomas
convierten a Ruedo Ibérico en un testigo que abordó la historia de la guerra
sin concesiones a ninguna ortodoxia.
Levantando testimonio de lo pasado, la editorial, además, daba ejem-
plo y aviso de lo presente al prestar singular atención al momento español,
línea de trabajo que asimismo cuajó en un conjunto de referencias de primer
orden, con investigaciones que supusieron sendos terremotos en las entretelas
del Régimen. tómense en calidad de exponentes a Ian Gibson con La muerte
de García Lorca, a Ramón Serrano Vicens con La sexualidad femenina o a Jesús
Ynfante con La prodigiosa aventura del Opus Dei.
Y en esa preocupación por el presente sin dudas de ningún género
desvelaron el futuro, anticipando tendencias y descubriendo autores que en-
seguida ocuparían los primeros planos: literatos como Ángel González, Salva-
dor Espriu, Blas de otero, Carlos Álvarez o Gabriel Celaya. Pintores como
Carlos Saura, tapies o Manuel Miralles. Y otros tantos más que harían una
lista interminable: Max Aub o Alfonso Rodríguez Castelao, Juan Goytisolo y
Afonso Sastre, Andrés Vázquez de Sola....
Esta muestra, en la que está recogida la colección completa de la re-
vista Cuadernos de Ruedo Ibérico, así como la gran mayoría de las publicacio-
nes editadas, se acompaña de diverso material de apoyo como paneles y lonas
explicativas y una colección audivisual de apoyo para que el público que visite
la muestra pueda consular una edición facsimilar de la revista de forma digital
y profundizar así más allá del material expuesto por un determinado aspecto.
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9. TAurOMAQuIA DE TEMBLOrES
“Son cuadros de toros, aunque no puede afirmarse que sean taurinos.
En ellos los personajes aparecen incapaces de lidiar el destino incierto de sus
vidas. Se adivinan en sus miradas, sin chispa ni luces, que aún intentarán mule-
tear a ese raro destino”. Son palabras de Javier Villán para describir esta mues-
tra en la que los personajes son una misma cosa y distinta: muchas cosas a la
vez: capas, toreros viejos, campesinos disfrazados, fracaso, melancolía…
Esto es lo que transmiten los cuadros del palentino Félix de la Vega:
soledad, incluso en sus cuadros más poblados donde los personajes aparecen
juntos pero están solos.
Félix de la Vega no es un pintor taurino, pero tampoco antitaurino, y
eso se refleja en su obra, como pudieran serlo ciertos gestos de Goya o Solana.
En sus retratos de toreros descalzos, en solitario en grupo, por los caminos
con el hatillo al hombro, hay más piedad que desdén. Sus retratos de seres
anónimos o sus escenas taurinas son esperpentos de filiación valleinclanesca
teñidos más de irónica compasión que de acritud.
Rostros labrados por la inclemencia del sol, roturados por el arado
del viento y de la lluvia, rostros resecos por una tristeza infinita, cuerpos des-
calzos en amargo contacto con la tierra, que es, en el fondo, su alimento.
Con todo, la poética pictórica de Félix de la Vega no es estrictamente
una poética de la resignación; es una poética del silencio, la vuelta a las raíces
rurales de una Fiesta cargada de naturalidad cotidiana. Una representación tau-
rina sin toros.
Es una Fiesta de la pobreza, de gente que se identifica con el torero
sin gloria porque el torero es su vecino y es como él, con un porrón en la
mano o un cigarrillo. no hay grandeza, solo apesadumbrado soliloquio interno.
En esta humana fauna de Félix hay caballos que parecen más humanos que los
picadores, hay toreros cojos, toreros borrachos, otros solitarios y algunos
con aire de matones: la vieja iconografía de una fiesta abrupta.
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11. ArTESA. uNA AVENTurA DE VANGuArDIA
Entre octubre de 1969 y febrero de 1977, la revista Artesa, prota-
gonizó desde Burgos una singular aventura de vanguardia, puerta de moder-
nidad y renovación literaria en el mundo del español, concretada en siete años
y treinta y cuatro entregas.
En busca, desde el principio, de la modernidad, Artesa sumó a su
causa al grupo impulsor de otra revista burgalesa, Espiral, y apostó con lúcida
decisión, por el experimentalismo sin romper por ello con la tradición, mar-
cando además el punto de inicio de la opción “concreto-visual”. En resumen,
Artesa consiguió un difícil y admirable equilibrio entre lo clásico y la ruptura.
Hito, pues, en la historia de las revistas literarias de la segunda mitad
del siglo XX, sus páginas sumaron, entre otras aportaciones, las de Camilo
José Cela, a quien se dedicó un excelente monográfico, Max Aub, figura des-
tacada del exilio, Gabriel Celaya, Victoriano Crémer, Juan Eduardo Cirlot, Car-
los Edmundo de ory, Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo e importantes
autores del 27, como Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y Jorge Guillen,
agregados a ellos un destacado de elenco de escritores hispanoamericanos y
europeos, bajo la dirección de Antonio L. Bouza y en colaboración con inte-
lectuales de Burgos como tino Barriuso. Su aventura, por otra parte, se pro-
longó hasta 1985 con libros y exposiciones de llamativa originalidad y acusado
sentido precursor.
Artesa se cita en todas las historias de la literatura contemporánea
española, y la rareza de su colección, con varios números perdidos, y su misma
extensión habían hecho inviable su recuperación completa. De ahí la impor-
tancia de esta iniciativa concluida con la edición facsimilar de la revista que
acompaña a la muestra, capítulo noble de la historia intelectual de Burgos con
proyección e influencia en todo el ámbito de la cultura hispana. Y es que Artesa
fijó, sin incurrir en ningún tipo de exageraciones, la capitalidad en hojas volan-
deras de la vanguardia en el ámbito universal de nuestra lengua, el español de
todos y sin fronteras.
Esta muestra, que cuenta con la colección completa de originales de
la revista, se completa con numero material inédito de extraordinaria impor-
tancia: fotografías, manuscritos, correspondencia, originales de poemas e ilus-
traciones de la colección, etc.
todo ello contextualizado con un audiovisual de quince minutos en el que An-
tonio L. Bouza, director del proyecto, narra la historia del grupo así como di-
versas anécdotas acontecidas durante los siete años de trayectoria.
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12.
13. HOrA DE ESPAÑA y ANTONIO MACHADO
Para mantener la continuidad creadora, a pesar de las dificultades im-
puestas por la Guerra Civil, un grupo de significados intelectuales creó la re-
vista Hora de España, empezada a publicar en enero de 1937 en Valencia y
trasladada después a Barcelona, ciudad donde siguió apareciendo hasta no-
viembre de 1938, formada su colección por veintitrés números de periodicidad
mensual, del último de los cuales solo se conserva un ejemplar, propiedad de
la Fundación Camilo José Cela (donación de Alonso Zamora Vicente).
Integraban su equipo directivo escritores como Antonio Machado,
que colaboró en todos las entregas de la revista, León Felipe, José Moreno
Villa, José Bergamín o Rafael Alberti, escultores y pintores como Alberto, mú-
sicos como Rodolfo Halfter o académicos de la talla de tomás navarro tomás,
mientras formaban la redacción escritores más jóvenes: Arturo Serrano Plaja,
Rafael Dieste, Juan Gil Albert o María Zambrano, encargándose del aspecto
formal Manuel Altolaguirre y Emilio Prados en tanto Ramón Gaya se ocupaba
de las ilustraciones.
Las páginas de la revista acogieron poemas de César Vallejo, Luis Cer-
nuda, Rafael Alberti, Rosa Chacel, octavio Paz, Miguel Hernández, ensayos de
Dámaso Alonso, piezas teatrales de Rafael Dieste, Manuel Altolaguirre y Max
Aub y prosas de Pablo neruda o Eduardo de ontañón. Mención especial me-
rece la atención dedicada a Miguel de Unamuno y Federíco García Lorca, de
quienes la revista ofreció valiosos textos entonces inéditos en rigurosa primi-
cia.sal.
Además, Hora de España, editó un puñado de libros, ciertamente
pocos aunque selectos, los cuales se exhiben en esta muestra, con la cual el
Instituto Castellano y Leonés de la Lengua homenajea su trayectoria, ejemplo
de independencia y libertad creativa, al cumplirse setenta años de su desapa-
rición forzada.
El material expositivo se complementa con paneles y lonas para una
mejor contextualización histórica de la revista y sus autores así como de un
audiovisual y réplicas de las revistas para consulta por parte de los visitantes.
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15. POESÍA E IMAGEN DE LA FIESTA
José María Fernández nieto, poeta, y Félix de la Vega, pintor, palen-
tinos ambos, juntan aquí la verdad de su creaciones a tumba abierta sobre la
tauromaquia, de alegría coral unas y con nubes otras, de cercanía y distancia,
de luz clamorosa y de bellezas heridas o cotidianedidad gastada.
Los toreros se funden en la arena y en esa reflexión hay un atisbo de
luz que se dilata, si el pincel del artista, crea para nosotros esa imagen que re-
corta el espejo de la muerte.
Como la llama y el fuego, esa es la relación que en esta exposición
aflora, incandescencia -de los toros- que antes alimentó los resplandores de
Goya o Álvaro Delgado y las llamas de Federico García Lorca, Miguel Hernán-
dez o Rafael Alberti. De la fugacidad en puntas del toreo brota su comunión
en el alborozo de la Fiesta y en el desasosiego de sus arrabales, versos acuña-
dos en la orilla de los triunfos y escenas captadas, a veces, en sus hondonadas
más oscuras o en sus arrabales menos gloriosos, palabras para el canto y pin-
celes con susurro de piedad.
José María Fernández nieto ha estado en el corazón de la historia de
la poesía española en los momentos más difíciles del siglo XX, protagonista
sencillo y de presencia constante, obra la suya que no está destinada a desva-
necerse, hombre sin claudicaciones y escritor con alma sumido en la enramada
de la provincia, deliberadamente ajeno a las espumas, la vanidad y los ecos. Su
participación en nubis y Rocamador, episodios de importancia en el panorama
poético de mediados del siglo XX así lo atestiguan.
Félix de la Vega pinta como mira, más atento a la intensidad de las
flores marchitas que al engaño de los oropeles. Algunas veces se le intuye
como en la orilla de la lluvia, registrando el apagamiento de la lumbre y el con-
sumirse de las cenizas con un gesto acariciante de ironía amparadorea. En otras
se le advierte tras las cortinas, aleteante de ojos mientras la luz cede, perso-
najes lo que nos brinda en combustión de derrumbamientos. Son lienzos que
nacen del abismo de los sueños, pero su trazo responde a la exactitud de la
llave al penetrar la cerradura del apagamiento, cuando se abre un espacio ha-
bitado por personas con los pies delcalzos, resignados a deslizarse por el mar
de la vida.
Secretos y revelaciones en los que se muestra el color de la poesía y
el verso de la pintura.
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17. LoS oRIGEnES DEL ESPAÑoL
Hace más de mil años en la tierras de los viejos reinos de León y
Castilla comenzaron a quedar reflejadas en los textos las primeras palabras
romances. Son documentos en los que se cantan las hazañas de reyes y hé-
roes, se glosan textos religiosos pero, sobre todo, humildes textos en los
que se registran actos de al vida cotidiana. En ellos, los amanueses de en
torno al año mil escriben en un latín que a duras penas puede ya contener la
irrupción del romance que corría de boca en boca, un romance que hoy ha-
blamos cientos de millones de personas.
Esta muestra se articula en cuatro grandes bloques que nos dan una
visión de esa evolución de los primeros balbuceos del español a partir de la
disgregación del latín. Un primer bloque nos invita a conocer esos documen-
tos primigenios como la nodicia de kesos redactada en León hacia el 975 o
documentos procedentes de oña y Covarrubias o el famoso tratado de Ca-
breros. El segundo bloque nos adentra en el mundo de los cartularios o do-
cumentos diplomáticos como los Beceros Góticos y Galicanos de Valpuesta,
el cartulario de Cardeña o el tumbo Legionense. Espectacular resulta en
tercer bloque con los facsímiles de los beatos medievales como el de las
Huelgas, Gerona, Emilianense o la monumental Biblia Visigótico Mozárabe
de León.
El último bloque se centra en la figura de Rodrígo Díaz de Vivar y se repro-
duce, además del Cantar de Mio Cid, los diversos documentos emanados de
su figura: Carta de Arras, documentos de donación a la Catedral de Valencia
y a Silos y un retrato del personaje realizado por Salvador Dalí.
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