1. Esperando lo mejor
En Lucas 15 Jesús dijo una parábola acerca de un padre que tenía
dos hijos. El menor le pidió su parte de la herencia, luego se fue del
hogar y despilfarró todo en actividades pecaminosas. Cuando se dio
cuenta de su locura, decidió regresar a casa y pedirle perdón a su
padre. Así que se levantó y vino a su padre. Pero cuando todavía
estaba lejos, su padre le vio y sintió compasión por él y corrió a
abrazarlo y a besarlo. Y el hijo le dijo: padre he pecado contra el
cielo y contra ti, no soy digno de que me llames hijo. Pero el padre
le dijo a sus siervos, "pronto, traigan el mejor traje y vístanlo,
pónganle un anillo en su mano y sandalias en sus pies, traigan al
becerro engordado, mátenlo y comamos y disfrutemos" (v20-23)
Esa es una hermosa ilustración del amor que perdona, es una
característica del amor. Mientras el hijo todavía estaba lejos, el
padre lo vio venir. ¿Cómo pudo ser? Porque estaba pendiente de su
hijo, anticipando y anhelando su regreso. El amor perdona cuando se
cometen agravios en contra de éste, pero también espera lo mejor
de otros. Eso es lo que significa "todo lo cree" (1 Cor 13:7) Ese hijo
2. había herido a su padre profundamente, pero su padre nunca perdió
la esperanza de que su hijo regresara.
Conozco a una mujer cristiana que ha estado casada con un esposo
incrédulo por treinta años. Sin embargo todavía sigue diciendo
"algún día él vendrá a Cristo". Ella no está ciega a la situación, pero
su amor por su esposo ha transformado su deseo en una
expectativa. Ella cree que él se convertirá a Cristo porque el amor
todo lo espera.
Quizá tienes un cónyuge o hijo que no es creyente o se ha alejado
del Señor. ¡No te desanimes! Espera lo mejor y deja que esa
expectación te motive a orar más fervientemente y da un buen
ejemplo a tus seres queridos que puedan seguir.
Por John MacArthur