Estos poemas de Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Federico García Lorca tratan temas como el paso del tiempo, el amor apasionado, la belleza de Andalucía y la nostalgia por la tierra natal. A través de imágenes poéticas, comparan el cuerpo amado con la naturaleza y reflejan tanto la ternura como el dolor que conlleva el amor.
1. Vicente Aleixandre
EL POETA SE ACUERDA DE SU VIDA
Perdonadme: he dormido.
Y dormir no es vivir. Paz a los hombres.
Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos vivan.
¿Vivir en ellas? Las palabras mueren.
Bellas son al sonar, mas nunca duran.
Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora
o cuando el día cumplido estira el rayo
final, ya en tu rostro acaso.
Con tu pincel de luz cierra tus ojos.
Duerme.
La noche es larga, pero ya ha pasado.
He elegido este poema ya que en él hace una reflexión hacia su vida y el paso del tiempo. A
parte de que con las palabras que maneja, dá la sensación de que su juventud ha sido perdida,
y me siento identificado en ello.
UNIDAD EN ELLA
Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
2. siente así los hermosos límites de la vida.
Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.
En este poema el autor nos dice, que el amor nos lleva directamente a la muerte. Y que nos
enamoramos aún sabiendo que nos va a doler. Por ello, lo que a mí, me transmite el poema es el amor
pasional e incondicional que todos hemos vivido alguna vez.
Canción a una muchacha muerta
Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos se bañan con espuma.
Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.
Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.
Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.
Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
3. ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde sólo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes...
¡Oh tú, cielo riente, que pasas como nube;
oh pájaro feliz, que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!
Vicente se pregunta, el por qué de la muerte de una muchacha tan joven. Y nos hace
referencia de las partes de su cuerpo para mostrar la belleza que ella mostraba.
Por ello aprovecha también para remarcar la crueldad muerte utilizando la belleza de
la juventud.
Luis Cernuda
Quisiera solo estar en el sur
Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos.
El sur es un desierto que llora mientras canta,
y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
hacia el mar encamina sus deseos amargos
abriendo un eco débil que vive lentamente.
En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.
4. Este poema habla sobre la tierra de donde viene Cernuda, Andalucia. Donde nos hace ver las
cosas buenas de nuestra tierra y las cosas no tan buenas las hace ver de una manera más bella.
Me gusta porque soy andaluz y muy ogulloso de ello.
Qué ruido tan triste
Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo.
Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche.
Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.
En este poema se trata el amor de una manera diferente, nos hace ver la parte dura y
triste del amor. Y nos lo transmite desde una vision de desesperación. Me gusta este
poema porque en el amor no todos son días azules.
5. PALABRA AMADA
– ¿Qué Palabra es la que más te gusta?
– ¿Una palabra? ¿Tan sólo una?
¿Y quién responde a esa pregunta?
– La prefieres por su sonido?
– Por lo callado de su ritmo,
Que deja un eco cuando se ha dicho.
– ¿O la prefieres por lo que expresa?
– Por lo que en ella tiembla,
Hiriendo el pecho como saeta.
– Esa palabra dímela tú.
– Esa palabra es: andaluz.
En este poema muestra su pasión por tierras andaluzas, la tierra que le vio nacer. Al
igual que a mi y a mí familia.
Federico García Lorca
La guitarra
Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas de la madrugada.
Empieza el llanto de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible callarla.
6. Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada.
Es imposible callarla.
Llora por cosas
lejanas.
Arena del Sur caliente
que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco,
la tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
!Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas.
Con este poema, Lorca nos muestra la pena y la tristeza de extrañar a su propia tierra,
Andalucía. Esto me ha pasado cuando he tenido que irme de viaje a fuera, siempre se te
queda un mal sabor de no estar en tu casa, en tu tierra.
Casida de la mujer tendida
Verte desnuda es recordar la Tierra.
La Tierra lisa, limpia de caballos.
La Tierra sin un junco, forma pura
cerrada al porvenir: confín de plata.
Verte desnuda es comprender el ansia
de la lluvia que busca débil talle
o la fiebre del mar de inmenso rostro
sin encontrar la luz de su mejilla.
La sangre sonará por las alcobas
y vendrá con espada fulgurante,
pero tú no sabrás dónde se ocultan
el corazón de sapo o la violeta.
7. Tu vientre es una lucha de raíces,
tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno.
Me atrae este poema por la forma en la que Lorca compara la belleza de una mujer
con la naturaleza, ya que al fin, todos somos naturaleza.