1. Festividad de la Inmaculada
Iglesia San Francisco de Asís
-Novenario, del 29 de Noviembre al
7 de Diciembre. A las 18.30h. Santo
Rosario. 19.00h. Eucaristía
-8 de Diciembre. Festividad de la
Inmaculada. A las 13.00h. Solemne
concelebración Eucarística, donde se
renovará el voto de la ciudad a
María Inmaculada.
¡Oh alto y glorioso Dios!
Iluminas las tinieblas de mi
corazón dame fe recta,
PRÓXIMA REUNIÓN
El próximo día 23 de noviembre (Domingo) nos reuniremos en los salones
del Convento de S. Francisco a las cinco y media de la tarde con el siguiente
orden del día:
Acogida y Oración: por la Hna. Ministra
Lectura del Acta anterior: por la Hna. Secretaria
Formación: Tema nº 7 del libro de formación
Informaciones varias: Correspondencia, Informe Hna. Tesorera.
Bendición de San Francisco.
PAZ Y BIEN
esperanza cierta,
caridad perfecta, sentido
y conocimiento Señor para
así cumplir tu santo y veraz
mandamiento.
S. Francisco de Asís.
La alegría en nuestro carisma no es un sentimiento en un momento
determinado, ni de vez en cuando dependiendo de cómo nos vayan las
cosas, es un estado de vida, algo perenne, que se mantienen
continuamente.
S. Pablo nos dice: “Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito
estad alegres y que vuestra alegría la conozca todo el mundo”, y esto lo
dice en medio de grandes luchas, sufrimientos y persecuciones, es la
alegría del Señor.
Francisco se reconoce juglar, cantor de las maravillas de Dios, es su
identidad, y por lo tanto aún en medio de los más grandes sufrimientos
debido a su enfermedad, es capaz de componer un canto lleno de vida,
un Canto a la Vida, El cántico de las criaturas, cuando quizá lo lógico
hubiera sido lamentarse en sus debilidades, y dolores físicos.
Francisco también reconoce a sus hermanos como juglares de Dios,
y por eso los hermanos no deben mostrarse tristes, y esto no es
hipocresía, no es mostrarnos como no estamos en realidad, sino que el
estado de ánimo para nada tiene que ver con lo que Dios es: Alegría, es
nuestra alegría y esperanza, por eso el estar alegres forma parte de
nuestra esencia y Francisco lo tiene muy claro.
La alegría de Francisco es una conquista, ante las pruebas, como
vemos en la perfecta alegría, y además es un evidente signo de
resurrección, ante la experiencia del dolor, la persecución, el
rechazo...Su alegría y generosidad eran cualidades típicas de él, y
aunque antes de su conversión su alegría estaba en las cosas de este
mundo después encontró la alegría en lugares ilógicos humanamente
hablando, y allí el también proyectará su alegría donde nada puede
recibir.
Pastoral Vocacional.
LA ALEGRÍA
2. Urgida por el amor de Cristo,
visitaba a los pobres,
enfermos y niños
abandonados. Isabel se hizo
madre de todos para
compartir con ellos la Buena
Noticia de Cristo. En el gran
castillo había una casa grande
en la que albergó a muchos
enfermos. Consolándoles y
hablando con ellos de la
paciencia y la salvación del
alma, satisfacía el deseo de
cada uno, tanto de bebida
como de comida, vendiendo
incluso sus adornos para
alimentarles. Como san
Francisco, su modelo, no
tenía miedo a los leprosos y
consideraba un privilegio
poder cuidarlos, Isabel veía,
con la mirada del alma, a
Cristo en cada persona
enferma.
S. Juan Pablo II
En la figura de
Santa Isabel vemos que la
fe y la amistad con Cristo
crean el sentido de la
justicia, de la igualdad de
todos, de los derechos de los
demás, y crean el amor, la
caridad. Y de esta caridad
nace también la esperanza,
la certeza de que Cristo nos
ama y de que el amor de
Cristo nos espera y así nos
hace capaces de imitar a
Cristo y de ver a Cristo en
los demás. Santa Isabel nos
invita a redescubrir a Cristo,
a amarlo, a tener fe y de este
modo a encontrar la
verdadera justicia y el amor,
así como la alegría de que
un día estaremos inmersos
en el amor divino, en el
gozo de la eternidad
con Dios.
Benedicto XVI
SANTA
ISABEL
DE
HUNGRÍA
PATRONA DE LA
ORDEN FRANCISCANA
SEGLAR
"¿Cómo podría yo llevar corona de oro
cuando el Señor la lleva de espinas?;
y ¡la lleva por mi!"
"Debemos dar todo lo que poseemos con
alegría y gusto"
"Cuanto más demos nosotros a los pobres,
más nos dará Dios a nosotros"
"Si yo amo tanto a una criatura mortal,
¿cómo no debería amar al Señor inmortal,
dueño de mi alma"?
Oh dulce Isabel, tú que superaste el
sufrimiento con el gozo de elevar himnos a
Dios, infunde en nosotros tu espíritu de
paciencia ante la adversidad.
Concédenos el don de perdonar.