Este documento es una carta del Ministro General de la Orden Franciscana Seglar al mundo entero anunciando el comienzo del Año Jubilar de la Misericordia. El Ministro General habla sobre la importancia de vivir la misericordia de Dios y practicar las obras de misericordia durante este año. También invita a los franciscanos seglares a rezar por aquellos que necesitan la misericordia divina y a extender su solidaridad con los más pobres y marginados. Finalmente, informa sobre las nuevas comisiones c
Luisa de Marillac y cuidado de las personas ancianas
Es carta por el año de la misericordia
1. Circ. N. 10/14-20
Prot. N. 2817/14-20
Roma, 8 de diciembre de 2015
Fiesta de la Inmaculada Concepción
A todos los hermanos y hermanas de la
Orden Franciscana Seglar
del mundo entero.
Queridos hermanos y hermanas,
¡Que el Señor les de su paz!
El Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia comienza hoy, en la fiesta de la Inmaculada
Concepción. Muchos de nosotros hemos estado esperando este Jubileo extraordinario, aun cuando
haya quienes no estén en conocimiento del mismo. Pero estoy seguro que todos tenemos un
profundo deseo de vivir la misericordia de Dios. La misericordia es el amor de Dios que El ofrece
como un don. Es la expresión de cómo El mira a sus amados hijos, a quienes ha creado a su propia
imagen, sin mencionar nuestros pecados una y otra vez. En su misericordia podemos redescubrir
Su amor infinito y también podemos redescubrir, quienes somos, como seres humanos, como
cristianos y como franciscanos seglares.
“Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de
alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra
que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el
cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón
de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida.
Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser
amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado”. 1
Por lo tanto, debemos “redescubrir en este tiempo jubilar la riqueza contenida en las obras
de misericordia corporales y espirituales. La experiencia de la misericordia, en efecto, se hace
1 Misericordiae Vultus, 2.
2. visible en el testimonio de signos concretos como Jesús mismo nos enseñó. Cada vez que un fiel
viva personalmente una o más de estas obras obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar. De aquí
el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el
poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena,
fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad.” 2
Necesitamos la divina misericordia para abrir nuestros ojos, nuestros oídos, nuestros
corazones, para que podamos experimentar la bondad del Señor, quien también nos invita a ser
misericordiosos. Nuestra vocación es ser santos, como nuestro Padre es santo. Esto significa, que
tenemos también que ser misericordiosos, como nuestro Padre es misericordioso.
El Año Santo de la Misericordia es un momento privilegiado también para nosotros para
pedirle al Señor de los ejércitos, que nos muestre su misericordia, que nos ayude en nuestra
conversión diaria, como base para transformarnos en constructores del Reino de Dios, y cambiar el
corazón de los líderes de las naciones, para que puedan dirigir a las naciones hacia un mundo mejor,
respetando los derechos humanos y las libertades religiosas, cuidando la creación y buscando el
bien de todos. Nosotros, como franciscanos seglares debemos comprometernos en las diferentes
áreas de la vida pública3
, prestando atención al uso apropiado de los bienes y al cuidado de la
creación. Cada uno de nosotros debe buscar, dónde y cómo estamos llamados a dar nuestra
contribución al trabajo por la construcción de un mundo mejor, confiando en la presencia de la
semilla divina de cada quien y en el poder transformador de amor y de perdón.4
Les invito a orar por aquellos que tienen necesidad especial por la divina misericordia. Les
invito a orar por los pobres, por los marginados, quienes escasamente tienen bienes materiales, pero
a menudo tienen inmensa riqueza en bienes espirituales, y pueden enseñarnos qué tan cerca
podemos estar de Dios a través de la divina providencia.
Les invito a orar por todos quienes han sido víctimas de la violencia, alrededor del mundo,
sin importar cuánto ha sido publicitado o cuantos han estado involucrados. Les invito a orar por
aquellos que han pecado y no han comenzado su jornada de conversión. Les invito a orar por
aquellos que están sirviendo entre nosotros: en la Iglesia, en la sociedad, en nuestras fraternidades.
Que el Señor de la misericordia les ilumine y guíe, para que siempre busquen la voluntad de Dios.
Finalmente les invito a orar para que todos comprendamos lo que debemos hacer,
individualmente y también en nuestras fraternidades, “juntamente con todos los hombres de buena
voluntad, a construir un mundo más fraterno y evangélico para edificar el reino de Dios.”5
Al mismo tiempo, deseo llamar su atención sobre el siguiente punto.
Franciscan International, ONG internacional de la Familia Franciscana, ha editado un
folleto con el título “Haciendo que los derechos humanos funcionen par las personas que viven en
extrema pobreza” 6
. El folleto busca ayudar a quienes trabajan en esta área, creando un nuevo
enfoque ya que la extrema pobreza es de por sí violencia contra los derechos humanos. Nosotros
hacemos énfasis en recomendar la lectura y estudio de este folleto, particularmente para quienes
están directamente comprometidos en este área de trabajo social..
Esta publicación nos invita a fortalecer nuestro compromiso a ser solidarios con los
2 Letter of Pope Francis to Archbishop Rino Fisichella, September 1st
2015.
3 Regla OFS 15.
4 Regla OFS 19.
5 Regla OFS 14.
6 http://franciscansinternational.org/handbook/
3. menores, con los más pobres, con los marginados, con los desterrados. Tenemos que ser mucho
más sensibles con el sufrimiento de aquellos en necesidad, afuera y dentro de nuestras fraternidades.
Tenemos que estar mucho más atentos a las necesidades de nuestras hermanas y hermanos, que
están viviendo el mismo carisma, la misma vocación, en la misma fraternidad de la OFS, sea en la
fraternidad local o en cualquiera de sus niveles. No podemos llamarnos los unos a los otros
hermanas y hermanos si pasamos de largo sin una oración y sin un acto concreto de amor fraterno!
Esto no solo significaría falta de espíritu fraterno pero también expresaría falta de compromiso
personal con nuestra vocación franciscana seglar, que es un regalo de Dios. Nuestra vocación es un
tesoro, y solamente podemos cuidar y proteger este tesoro si lo compartimos, si lo hacemos visible
y si damos un fuerte testimonio personal. Dios no nos lo ha dado para esconderlo sino para usarlo,
y hacer visible este bien.
Más aún, tenemos que extender nuestra solidaridad con nuestros vecinos, con quienes están
más cercanos a nosotros, como signo del divino amor del Señor, quien siempre nos invita a hacer el
bien a todos, pero particularmente a los más pobres, a los más débiles a los más pequeños.
Debemos abrir nuestros oídos y nuestros ojos, abrir nuestros corazones, y luego abrir nuestras
puertas, cocinas, hogares y también nuestras billeteras. Particularmente durante este Año de la
Misericordia, debemos enfocarnos en actos concretos de solidaridad. Como lo hizo Francisco,
debemos orar sin demora por aquellos que necesitan nuestras oraciones, ayudando al mismo tiempo
a aquellos que tienen muchas más necesidades que nosotros mismos.
Nuestra solidaridad también puede ser expresada de forma mucho más organizada. Por esta
razón, la Presidencia ha decidido elaborar una guía relacionada con el acompañamiento entre
fraternidades nacionales, tanto constituidas como emergentes. Ojalá y esta guía, que será distribuida
el próximo año, ayude a fortalecer los lazos fraternos entre las diferentes fraternidades nacionales, y
también colabore con el establecimiento de contactos fraternos personales.
Por medio de esta Circular, también quisiera informarles que la Presidencia, luego del
Capítulo General Electivo de Noviembre 2014 en Asís, ha creado las siguientes comisiones dentro
de la Presidencia, comenzado un trabajo intensivo para procurar hacer más efectivo y tener mayor
acercamiento con nuestras hermanas y hermanos:
Comisión Formación, coordinado por Ana Maria Raffo Laos
Comisión Familia, coordinado por Silvia Diana
Comisión JuFra, coordinada por Andrea Odak, y Ana Fruk como Animador Fraterno.
Comisión Comunicaciones, coordinada por Michel Janian
Comisión Justicia, Paz e Integridad de la Creación, coordinada por Attilio Galimberti
Comisión Economía, coordinada por Augustine Youghak Yoon
Comisión Jurídica y Patrimonial, coordinada por Tibor Kauser
Comisión para la Causa de los Santos, coordinada por Francesco Mattiocco
Adicionalmente, han continuado o se han lanzado algunos proyectos, bajo la coordinación
de algunos miembros de la Presidencia. Yo tengo una gran esperanza que a través de los contactos
personales que serán reforzados entre los Consejos Nacionales y la Presidencia, y a través de los
Consejeros Internacionales y los Consejeros de Presidencia, se viva una fructífera colaboración.
Todos los miembros de la Presidencia estamos convencidos que nosotros somos ministros que
hemos sido electos para servirles, de una forma que es determinada por nuestra Regla,
Constituciones Generales, y por los Estatutos particulares, y puede ser percibida en nuestra ración
individual y en nuestra vida fraterna, buscando siempre la voluntad de Dios que es misericordioso.
Oremos para que seamos instrumentos del Señor, para que a través de nuestro testimonio
personal de nuestra vocación franciscana seglar, y a través de nuestra activa presencia en el mundo,
El pueda propagar, particularmente durante este año, Su divina misericordia sobre cada uno. Que la
4. Bienaventurada Santa Virgen María, nuestro Seráfico Padre San Francisco, y nuestros santos
patronos Sta. Isabel de Hungría y San Luis IX sean nuestros intercesores.
Su hermano y ministro,
Tibor Kauser
Ministro General CIOFS