1.
Glifosato: preguntas frecuentes
¿Qué es el glifosato?
Es un insumo agropecuario. Así como existen los insumos industriales y productos
químicos como el ácido sulfúrico, la soda caustica, el benceno y el tolueno, existen
los insumos agropecuarios, entre ellos los productos que se usan para controlar
malezas, enfermedades, plagas, etcétera.
¿Qué acción tiene el glifosato?
Es un producto único por su función, porque controla todo tipo de malezas por un
efecto inhibidor de una enzima necesaria para la síntesis de los aminoácidos
aromáticos en los vegetales (EPSPS). Esta enzima es vital para el metabolismo de
la planta, es decir, si no funciona la planta se seca. Las personas no cuentan con
esta enzima, razón por la cual no pueden sintetizar este tipo de aminoácidos y, por
lo tanto, tienen que incorporarlos de las plantas o de otros animales que han
ingerido proteínas vegetales.
¿Para qué necesitamos soja?
La producción agropecuaria es la base para el abastecimiento de alimentos como
la carne y los lácteos, que constituyen la fuente de proteínas y aceites, vitales para
la vida. Estos productos son producidos a partir de cereales (trigo, maíz y arroz,
principalmente) y de oleaginosos que proveen proteínas y aceites (soja y girasol).
Quienes tratan de desvirtuar la producción agropecuaria apoyándose en la excusa
de la defensa del ambiente y la salud de las personas, en realidad están en contra
de una forma de producir. Probablemente, por la falta de información, puede que
no entiendan y crean que puede hacerse de otra mejor manera. Todo parece
indicar que su método ideal sería la técnica usada en el pasado: sin insumos y sin
fertilizantes que impiden el desarrollo de los cultivos por falta de nutrientes; sin
herbicidas para controlar las malezas, que ahogan a los cultivos; sin plaguicidas
que controlen las plagas que destruyen los cultivos; sin fungicidas que permitan
controlar las enfermedades de las plantas; sin siembra directa que permite
conservar los suelos, el aire, el agua y capturar carbono para regular el clima.
Proponen volver a la agricultura que se realizaba 50 años atrás, cuya
productividad era de una tonelada por hectárea.
2.
¿El glifosato es un producto tóxico peligroso?
Todos los productos químicos, naturales y sintéticos, tienen una potencial
peligrosidad para el ser humano y para el ambiente. El mismo ha sido clasificado
por la Organización Mundial de la Salud, organismo que determinó la dosis letal
media (DL 50) para cada uno de estos productos y estableció un código de
identificación de la peligrosidad basada en clases y colores, que es aceptado
internacionalmente. Partimos del siguiente principio: todas las actividades, desde
las domésticas a las productivas, necesitan manejar una serie de productos con
cuidado: fuego, gas y electricidad en el hogar. Los insumos agropecuarios son
productos útiles y seguros siempre que se empleen de acuerdo a las normas
establecidas.
¿El glifosato es inocuo?
(RAE: que no hace daño)
El término correcto es hablar de un insumo agropecuario que es seguro para la
salud si se usa como corresponde. Sólo es fatal si se ingiere voluntariamente (en
algunos casos ha ocurrido con propósito de suicidio). La realidad es que no se
puede ingerir circunstancialmente 350 cc de glifosato por accidente. El glifosato y
otros productos químicos son necesarios para tener una producción sustentable y
altamente productiva. De este modo se asegura el abastecimiento de alimentos a
la población. Está claro que la evolución de los niveles de toxicidad de los insumos
agropecuarios, desde el comienzo de su uso, después de la Segunda Guerra
Mundial, ha evolucionado e incidido cada vez menos sobre la salud humana y
animal.
¿Qué producto podría reemplazar al glifosato?
El glifosato no tiene producto que lo reemplace. Solamente puede ser sustituido
por la labranza, que constituye la práctica agrícola responsable de la degradación
y erosión de los suelos, como referimos anteriormente. Está demostrado que la
labranza, con el tiempo, torna improductiva a la agricultura. Otra opción es suplir al
glifosato con productos anteriores de mayor peligrosidad para la salud y el
ambiente.
3.
¿Quiénes pueden discutir este tema con seriedad y conocimiento?
La toxicidad y peligrosidad del glifosato no constituye un tema de discusión
periodística sino de consideración científica. Tiene que ver con la demostración
experimental, la cual se relaciona con el diseño de experimentos por los cuales se
pueden o no determinar la causalidad producto/efecto. Un requisito tiene que ver
con el número de ensayos necesarios para que los resultados sean
estadísticamente significativos. Cuando esto ocurre, la comunidad científica y la
academia lo consideran probado. Si el glifosato ha sido aprobado para emplearse
en la agricultura como insumo es porque el mismo tiene un efecto que se
considera beneficioso, es decir, controlar malezas con una baja toxicidad, según
pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud.
¿Pero qué pasa si en la práctica surge una duda?
Si alguna evidencia sugiere lo contrario, es necesario demostrar que no es una
conjetura sino un hecho cierto. Este proceso requiere una demostración de
certeza. No se pueden negar las comprobaciones científicas con afirmaciones
periodísticas; no es suficiente hacer referencia a un profesional intachable. La
ciencia no se rige por el principio de autoridad, lo que cuentan son las evidencias.
Las mismas deben ser presentadas en los organismos correspondientes:
- Organización Mundial de la Salud
- Senasa (Argentina)
- Food and Drug Administration (Estados Unidos). El Departamento de Control
Sanitario de Drogas y Medicamentos es la institución más importante del mundo
en materia de seguridad de medicamentos y fitosanitarios.
¿Qué pasaría si se demostrara que el glifosato es realmente peligroso?
Sería un hecho científico relevante y de suma trascendencia, digno de publicarse
en revistas del prestigio de Science o Nature. Basta tener en cuenta que se
consumen anualmente 2.000 millones de litros de glifosato en 140 países y que el
producto tiene más de 30 años en el mercado.
4.
Respecto de las afirmaciones del Dr. Carrasco, ¿qué han dicho las
autoridades científicas?
Ante la comunicación mediática del Dr. Carrasco, sin comprobación científica, el
Ministerio de Ciencia y Técnica y el CONICET constituyeron una Comisión Ad-Hoc
para evaluar la seguridad del empleo del glifosato como insumo agropecuario.
Luego de revisar la bibliografía, se llegó a la conclusión de que no hay referencia
que hasta el momento acredite peligro para el uso del glifosato.
¿Qué demostró el Dr. Carrasco?
El Dr. Carrasco acaba de publicar su trabajo en la revista Chemical Research
Technology, en el que demuestra que los embriones de anfibios son afectados al
ser cultivados en soluciones con glifosato. De esto no se puede inferir, como se
pretende, que el glifosato es peligroso para las personas. Esta posibilidad ya ha
sido evaluada en animales experimentales y se han estudiado las dosis tóxicas en
el caso de ser ingeridas, inhaladas o absorbidas por piel. Hay que tener en cuenta
que en el ambiente agrícola no hay embriones de anfibios. Por otro lado, el
glifosato en el suelo es biodegradable. Con lo cual parece una experiencia más
direccionada a engañar a personas no preparadas en la materia, que a comprobar
una situación de riesgo
El sentido común
Los primeros afectados, ¿no deberíamos ser los productores, operarios,
aplicadores y auxiliares que hace más de 20 años tenemos contacto con el
producto? Sin embargo, y a pesar de ser un insumo que se usa con frecuencia y
cantidad, ocurren con seguridad algunos accidentes: derrames sobre la ropa,
derivas, etcétera, que no han sido reportados o denunciados como casos de
gravedad.
¿Por qué los supuestos casos peligrosos no se denuncian en congresos
médicos, ante las autoridades sanitarias, sino a los medios periodísticos, a
los jueces o en la legislatura?
Los científicos a los que hace referencia no deberían hacer comentarios ad-hoc,
sino publicarlos en revistas especializadas; llevar sus experiencias a los
Congresos Médicos y de Ciencias Biológicas. Deberían discutirlo y demostrarlo
ante sus pares. En general, los científicos a los que se hace referencia no tienen
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prestigio por su profesión sino, precisamente, por haber hecho estas denuncias.
Son más mediáticos que científicos.
¿Qué tipo de agricultura proponen? ¿Cuál es la propuesta productiva para
darle de comer a la población?
Aquéllos que bregan por la prohibición del glifosato, ¿qué tecnología proponen?
Sería importante conocer cómo piensan abastecer con alimentos a la sociedad sin
el uso de los insumos.
Puntos a tener en cuenta:
• 90 millones de personas se suman cada año.
• Se estima que las próximas dos generaciones consumirán más alimentos que los
consumidos por la humanidad a lo largo de su historia hasta ahora.
• Las tierras aptas para la producción son limitadas, aún con el concepto de siembra
directa que permite ampliar la frontera agropecuaria.
• Los animales, entre ellos el hombre, no sintetizan la totalidad de los aminoácidos
necesarios para formar las proteínas y, por lo tanto, necesitan adquirirlos de las
plantas. La principal fuente de proteínas vegetales es la soja. De ella depende la
producción de cerdos, de pollos, de huevos y de peces (actualmente la mayor
oferta de proteína animal).
• Para el 2020 se requieren 120 millones de tn/año de carne, 220 millones tn/año de
leche y 292 tn/año de cereales para alimentación animal, más que las producidas
en 1997.
¿Para qué necesitamos soja si nosotros no la consumimos?
La producción agropecuaria es la base para el abastecimiento de alimentos como
la carne y los lácteos, que constituyen la fuente de proteínas y aceites vitales para
la vida. Estos productos, que se encuentran en la góndola de los supermercados,
son producidos a partir de cereales (trigo, maíz y arroz, principalmente) y de
oleaginosos que proveen proteínas y aceites (soja y girasol).
Quienes tratan de desvirtuar la producción agropecuaria en defensa del ambiente
y la salud de las personas, luchan en realidad contra una forma de producir.
Puede que algunos no comprendan del todo cómo funciona la agricultura actual y
piensen que puede hacerse de otra manera, aunque eso no está explicitado. Todo
parece indicar que lo ideal sería el método usado en el pasado, sin insumos:
- Sin fertilizantes, que enriquecen el suelo y favorecen el crecimiento, impidiendo
que los nutrientes presentes se consuman hasta agotarse.
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- Sin herbicidas para controlar la malezas, que ahogan a los cultivos y los hacen
menos productivos.
- Sin plaguicidas, que controlan las plagas que destruyen los cultivos.
- Sin fungicidas, que permiten controlar las enfermedades de las plantas. ¿Acaso
los medicamentos en medicina no se usan para curar enfermedades? Lo mismo
ocurre con las plantas.
- Sin siembra directa para conservar los suelos, el aire y el agua, y para capturar
carbono para regular el clima.
En el pasado, la productividad era de una tonelada por hectárea. En el caso
argentino, o bien produciríamos un tercio de la cosecha actual o bien tendríamos
que arar 100 millones de hectáreas. Más allá del desastre ecológico que se
produciría en el intento, no lograríamos tener la producción necesaria para el
consumo interno. Además se perdería el recurso económico de la producción
agrícola tanto en el aporte de divisas como en la dinámica de la economía del
país, las fabricas de maquinarias, los servicios, el comercio, etcétera.
¿Cuál es la realidad de la agricultura actual?
La agricultura argentina actual, comprometida con la siembra directa y los criterios
científicos, el control integrado de plagas, la rotación de cultivos y la realización
profesional de las prácticas, se ha transformado en una agricultura preparada para
los desafíos de la Sociedad del Conocimiento.
¿Cuál es el desafío de la agricultura actual?
Lógicamente este desafío nos exige superar prejuicios e ideologías que tienen que
ver con paradigmas del pasado (izquierda-derecha, explotación-explotados). Hoy
no es suficiente con producir, sino que además hay que hacerlo de forma tal que
las nuevas generaciones puedan seguir realizándolo. Enfrentamos el desafío de
demostrar que hacemos una actividad sustentable, y lo estamos logrando, lo
estamos certificando y estamos abiertos a aprender y a cambiar.
¿Qué le podemos decir a la gente que está preocupada por lo que se dice de
la agricultura actual?
No somos conservadores, somos innovadores. Hemos dado un cambio
copernicano al pasar del arado a la siembra directa. Somos personas racionales,
comprometidas ética y moralmente con la producción de alimentos. Confiamos en
la ciencia y en sus instituciones. En ella nos apoyamos y estamos atentos para
mejorar. Somos ambientalistas prácticos y por interés; vivimos e invertimos a partir
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de la renta de nuestra producción. Luchamos por la sustentabilidad económica y
social. Cuidamos nuestra salud, la de nuestra gente y protegemos nuestro suelo.
Tenemos una trayectoria en la agricultura y estamos orgullosos de lo que
hacemos. Por razones ideológicas, el glifosato se ha transformado en un mito, en
un símbolo de la transformación del agro, del aumento de su productividad y del
cultivo de la soja más allá del valor nutricional para la alimentación humana. Se lo
ha demonizado por estar ligado a una generación de riqueza. Los ambientalistas
han atacado al glifosato por ser un producto originalmente elaborado por
Monsanto (actualmente ofrece un producto genérico producido, principalmente, en
China). Lo que se pretende difundir es una idea, un discurso ideológico, que nada
tiene que ver con la práctica, los conocimientos y las realidades. Es un discurso
para impresionar al residente urbano, pero que preocupa al productor, empresario
o prestador de servicios agropecuarios. Los más afectados por los efectos del
glifosato tendrían que ser los profesionales de las aplicaciones de agroquímicos,
los aero-aplicadores; sin embargo son los más preocupados por su trabajo.
Tendrían que ser verdaderos suicidas si para ganar dinero no tuvieran en cuenta
el precio de su salud.
Qué podemos decirles a los periodistas
Hay que tener en cuenta que quienes hablan son profesionales de la
comunicación. En estos temas no se trata de olfato periodístico sino de
conocimiento científico y sentido de la responsabilidad.
Recomendaciones
Debemos tratar con todo respeto y responder con precisión a los comunicados
que pueden confundir a la población, que no entiende cómo funciona la ciencia,
cómo se demuestran los hechos y cómo se establecen los diagnósticos.
Pretenden prohibir algo que desconocen (se ataca el nombre comercial). Se
menosprecia la ciencia, la responsabilidad de los productores y el aprecio por la
salud de los demás. Se desestiman las consecuencias de sus propuestas.
Insistimos con la ciencia y la tecnología porque somos seres humanos
tecnológicos. Todos los beneficios que hoy nos rodean son productos de la
tecnología y abandonar este camino produciría un desastre en la humanidad.
Solamente la producción de alimentos se reduciría a un tercio de la producción
actual y sería un verdadero genocidio. Consideramos que el sistema de
producción que estamos llevando a cabo es el más sustentable dentro de los
conocimientos científicos que manejamos actualmente.
El propósito de esta nota
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El propósito de esta nota es contribuir a darse cuenta, explicando las razones por
las cuales usamos glifosato. No pretendemos justificar las imprudencias que se
pueden cometer en la práctica. Los responsables de su mal uso son las personas
incompetentes y deben ser sancionados como corresponde. No hay seguro para la
irresponsabilidad y la incompetencia. Por ejemplo, el automóvil y los medios de
transporte, en general, pueden atropellar a las personas. Las aplicaciones de
agroquímicos tienen que realizarse de la manera correcta, para que nadie se vea
afectado. De todas maneras, como ya lo vimos, las dosis tóxicas requieren más
que un descuido; casi tendrían que considerarse verdaderos atentados.
Propuestas
Hoy sabemos que la producción agropecuaria es una fuente vital de la economía
de las poblaciones y es bueno que se pueda producir al mayor nivel posible, sin
contaminar y sin producir daños a la salud de la sociedad. Podemos mencionar
ideas que aportan en ese sentido:
- Pulverizaciones en zonas de riesgo, únicamente con inspección municipal
presente que verifique el sentido e intensidad del viento y la técnica de
aplicación, con costos a cargo del aplicador.
- Planificar el desarrollo urbano de la población para los próximos 20 años.
- Establecer parques agroindustriales fuera del área urbana y trasladar
galpones de maquinarias e insumos, talleres y pequeñas y medianas
industrias. Esto dinamizaría sin duda la construcción y afines de un sector
con capacidad económica para hacerlo.
- Hacer obligatoria la implantación de cortinas forestales en los campos
linderos con el ejido urbano.
- Exigir la aplicación de las normas de Agro Limpio y Agricultura Certificada
en la zona próxima a las poblaciones.
- Realizar cursos de capacitación al respecto, promocionando el empleo de
equipos protectores para los aplicadores, guantes, mascaras, etcétera.
- Establecer protocolos de procedimiento y análisis de los casos en los
hospitales en caso de que se presenten sospechas sobre una posible
intoxicación.
- Realizar campañas de uso adecuado de los productos químicos para el
hogar, insecticidas, herbicidas, fungicidas y artículos de limpieza, ya que
son riesgosos si se emplean mal.
Ojalá esta campaña, que consideramos injustificada y mal informada, pueda
transformarse en una ocasión para reaccionar frente a riesgos mayores no tenidos
en cuenta. Debemos estar atentos a los avances científicos, porque el aumento de
la productividad necesaria para la creciente necesidad mundial en la producción
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de alimentos es tan importante como la calidad de los mismos: deben ser buenos
para la salud. Aceleremos el proceso de realización de buenas prácticas
agropecuaria, no sólo respetando el suelo sino también las personas y el medio
ambiente.
Dudas y sugerencias al respecto serán bien recibidas, analizadas y si es el caso
incorporadas.
info@darsecuenta.org.ar
www.darsecuenta.org.ar