La endosalpingiosis junto con la endometriosis y la endocervicosis constituyen las tres alteraciones no neoplásicas del sistema mulleriano. La endosalpingiosis fue descrita por primera vez por Sampson en 1930, posteriormente Zinssner y Weeler en material de autopsias y piezas quirúrgicas describían 16 casos de endosalpingiosis que guardaban relación con salpingitis crónicas. Se caracteriza por la presencia de glándulas limitadas por un epitelio tubular ciliado, similar al de la trompa, el término es descriptivo y no indica un origen en la mucosa tubárica. Es una condición benigna, generalmente asintomática, a veces presenta sintomatología pero no específica, que aparece exclusivamente en mujeres durante los años reproductivos, siendo muchas veces un hallazgo casual. Típicamente afecta la pelvis y el peritoneo abdominal y se caracteriza por la presencia de múltiples quistes limitados por un epitelio de apariencia tubárica, frecuentemente se asocia con cuerpos de psammoma. El diagnóstico diferencial puede plantearse con lesiones bordelain, con el carcinoma seroso bien diferenciado, hiperplasia mesotelial reactiva y las otras dos lesiones mullerianas no malignas: endometriosis y endocervicosis. La endosalpingiosis es una entidad infrecuente con caracteres citológicos especiales que debe ser considerada en los diagnósticos diferenciales en muestras de líquido ascítico o de lavados peritoneales cuando se aprecían elementos celulares con cilios. La presencia de cilios es de ayuda diagnóstica en la endosalpingiosis. En las muestras citológicas, la endosalpingiosis puede ser fuente de falsos diagnósticos positivos, especialmente en los pacientes en los que existen procesos malignos del tracto genital. Se presentan los hallazgos citológicos de un caso de ensalpingiosis en una muestra de lavado peritoneal tomada durante una cesárea.