Manual para uso escolar (alumnos 16-18 años) para comprender los conceptos básicos para abordar el tema de la industria, el sector de las materias primas y el de la producción energética
1. Liberalización y energía
El proceso de globalización está imponiendo una liberalización de los mercados,
comenzando por el de las mercancías. Una de las cuales es la energía.
No obstante, los problemas comentados antes sobre las presiones de los países
productores de energías primarias sobre los precios o sobre pretensiones
extraeconómicas en los objetivos de sus exportaciones, es un hecho el incremento
del volumen de las exportaciones que el aumento de la demanda y la liberalización
han traído consigo, aunque en la evolución de ese crecimiento se observan
claramente las consecuencias que esas presiones sobre los precios y el
abastecimiento.
La UE, como en el conjunto de los sectores económicos, ha favorecido una política
de liberalización para:
• Asumir los compromisos adquiridos en el GATT y la Organización Mundial del
Comercio.
• Buscar un nivel de precios más bajo y acorde a los costes reales de la
energía
• Fomentar el comercio y los intercambios, implementar una mayor
integración del mercado europeo y que dotar a la Unión de un mayor peso
en el escenario y los mercados mundiales de la energía
• Fomentar el desarrollo del sector en base a desarrollar la competencia, la
innovación y la competitividad.
2. El problema es que el sector energético, hasta hace pocos años, se consideraba
“estratégico” para cada país y se mantenía sometido a ciertos controles (en algunos
países, como España, en régimen de monopolio) orientados a:
• Asegurar el abastecimiento
• Regular los precios para proteger al consumidor o a ciertas ramas
productivas (precios especiales para el combustible agrario o precios
“políticos” para ciertos consumos eléctricos)
• Asegurar una fuente de ingresos a través de políticas fiscales sobre el
consumo final.
Reforzando estas tendencias hacia el monopolio y el control de los mercados, el
sector energético ha tenido una fuerte presencia de grandes compañías, en muchos
casos multinacionales, que han ejercido un cierto control sobre el mercado. Las
necesidades de tamaño provenientes de las fuertes inversiones que hacen falta
SITUACIÓN DEL SECTOR ENERGÉTICO ESPAÑOL ANTES DE LAS MEDIDAS LIBERALIZADORAS DE
1997
Desde principios de los años 80, en la perspectiva del ingreso en la entonces llamada CEE, el sector
energético español comenzó a liberalizarse, aunque muy lentamente.
El sector del petróleo estaba dominado, desde 1927, por CAMPSA (Compañía Arrendataria del
Monopolio de Petróleos Sociedad Anónima) en régimen de monopolio, que sólo compartía con CEPSA
(Compañía Española de Petróleos S.A.), aunque esta última tenía un carácter secundario: centraba
sus operaciones en Canarias y el extranjero, y ayudaba a CAMPSA con sus suministros.
CAMPSA era una empresa mixta (de la banca y el estado, que controlaba el 30% de su capital)
resultado de la expropiación de las empresas extranjeras, que hasta el momento controlaban el
raquítico mercado del petróleo en España. Se ocupaba de todos los segmentos productivos:
compraba crudo, lo refinaba, los transportaba, lo distribuía y lo comercializaba.
El ingreso en la CEE iba a hacer difícil la supervivencia de la empresa, por ello, a comienzos de los
80, se inició la liberalización del sector, que consistió en la fragmentación y privatización de las
diferentes unidades productivas que hasta la fecha había controlado CAMPSA. A la par, se levantaba
el régimen de monopolio y se permitía que comenzasen a operar otras empresas extranjeras. El
resultado fue el surgimiento de REPSOL (Refinería de Petróleos de Escombreras Oil), una empresa
privada, que hoy se ha convertido en una gran multinacional.
El sector eléctrico estaba controlado por unas pocas empresas (cuatro) privadas, pero destaca el
peso de dos de ellas (Iberdrola y Endesa), que tenían un 80% de la cuota de mercado. Además, los
enormes costes de las inversiones necesarias para modernizar el sector frente a la crisis energética
de los años setenta y ochenta, y de la llamada “moratoria” nuclear, las habían puesto en una muy
difícil situación económica, que se había resuelto con la creación de un “cártel” que controlaba
precios y se distribuía el mercado.
La liberalización de finales de los noventa trajo consigo cambios:
Por un lado, las empresas españolas pudieron competir en el mercado europeo y mundial, lo que las
indujo a redimensionarse, convertirse en multinacionales, y a incorporar capital extranjero.
Por otro lado, se acabó con los comportamientos monopolistas sobre el mercado español: el estado
pasó a controlar la red de distribución de alta tensión y privatizó y liberalizó el resto de las
actividades de generación, distribución y venta de productos eléctricos.
La situación del sector del carbón era mucho más dramática. Desde los años 50, ante la evidencia de
la mala calidad y falta de competitividad del carbón español, el estado habría procedido a
nacionalizar las empresas que se encontraban en crisis y a proteger sus intereses, limitando las
importaciones de carbón extranjero, subvencionando el sector, y obligando a las centrales térmicas a
consumir carbón español. Ninguna de estas medidas era aprobada por la CEE, que acabó imponiendo
la liberalización, que trajo consigo la crisis del sector y el progresivo cierre de las empresas.
3. para la producción, el transporte y/o la distribución energéticos, y de la exigencia
de intervenir en un mercado mundial, están detrás de ello. Este hecho ha
condicionado la forma en la que se ha llevado a cabo la liberalización del sector y
los propios resultados de la misma.
DESCRIPCIÓN QUE IBERDROLA HACÍA DE SÍ MISMA EN SU PÁGINA WEB, EN SEPTIEMBRE
DE 2009:
IBERDROLA es en el principal grupo energético español, una de las cinco mayores eléctricas
del mundo y líder mundial en energía eólica. Una posición que hemos alcanzado gracias al
esfuerzo de aproximadamente 33.000 personas que en más de 40 países estamos
trabajando con el objetivo de ofrecer la energía más limpia del planeta…
Formamos parte de uno de los mayores grupos eléctricos del mundo, con presencia en más
de 40 países y más de 27millones de clientes… Un liderazgo al que contribuye el
crecimiento de nuestros negocios en Latinoamérica y el Reino Unido, el desarrollo del
negocio de energías renovables, y la expansión internacional de nuestras actividades de
ingeniería…”
4. Políticas energéticas
La Política Energética Común de la UE se plantea tres objetivos fundamentales:
• Asegurar el abastecimiento
• Proteger el medio ambiente
• Asegurar un mercado libre y eficiente, mejorando la competitividad de las
empresas europeas y cumplir los compromisos adquiridos a nivel
internacional con respecto a la globalización.
5. El primer objetivo, importante desde que algunos países productores de petróleo
utilizaron su suministro con fines políticos y desde que la inestabilidad de algunos
regímenes y los conflictos bélicos interiores o internacionales afectaron a
suministros y precios, se hizo prioritario, en 2009, a cuando la llamada “guerra del
gas” estalló entre Rusia y Ucrania, dejando sin suministro o en una situación muy
precaria a 16 países comunitarios. La utilización cada vez más intensa del gas
natural (contamina menos y es más eficiente y barato que otras fuentes) puso en
evidencia la dependencia europea, que tiene como fuentes alternativas la
producción propia (esencialmente de los países del Mar del Norte) y, sobre todo, la
del norte de África (Libia y Argelia). La empresa rusa explotadora del gas se llama
Gazprom y es un monopolio utilizado por el estado como un arma más en las
tensiones y conflictos internacionales. Para todos los países europeos resulta
evidente que Rusia está intentando recuperar la posición hegemónica que tuvo en
el pasado en el norte de Asia y el este de Europa, y que no dudará en jugar con los
suministros energéticos para hacerlo.
Por otro lado, los gasoductos y oleoductos por los que los recursos energéticos
rusos se exportan hacia Europa atraviesan zonas en las que los interese rusos son
cuestionados: el Cáucaso y Ucrania. Esta inestabilidad preocupa a la UE, que ve
inseguro el abastecimiento desde su principal abastecedor de gas (42% de todo el
gas importado por la UE en 2006) y petróleo (33,5% de las importaciones de
crudo)
Para asegurar el abastecimiento la UE se plantea varias estrategias:
• La diversificación de fuentes y proveedores, dando mayor peso al norte de
África, lo que se manifiesta en la construcción de nuevos gasoductos que
comuniquen la zona con todo el sur europeo y que multipliquen los enlacen
para evitar una excesiva dependencia de uno único. Igualmente se observa
6. un acercamiento a los regímenes norteafricanos, que es más que notable, en
el caso de Libia, considerada “país terrorista” y enemiga de los valores
occidentales hasta hace unos pocos años.
• Intervención diplomática orientada a mantener “buenas relaciones” con los
países exportadores, y a suavizar las tensiones y a fomentar el
entendimiento en las “zonas calientes” por las que pasan las conducciones y
los barcos que abastecen a Europa. Se trata de utilizar el “peso” de la UE en
los conflictos para evitar que nuestros suministradores utilicen la energía
como un arma diplomática.
• Fomento de las energías autóctonas, fundamentalmente de las renovables.
De esta forma, las políticas medioambientales se dan la mano con las de
abastecimiento.
• Desarrollo de relaciones de solidaridad entre países miembros, buscando que
en situaciones de riesgo unos países ayuden a otros con sus stocks
almacenados o con los suministros que su posición geográfica le estén
permitiendo recibir.
• Ampliación de la red de oleoductos y gasoductos europea como
infraestructura para la diversificación del abastecimiento (recibir petróleo y
gas de los mismos abastecedores, pero por más variadas y distintas
conducciones y medios) y para la solidaridad energética (aumentar la
posibilidad de intercambios intracomunitarios).
7. La protección del medio ambiente. La UE pretende ser líder mundial en políticas
medioambientales; en el caso de la energía con más motivos. La estrategia europea
se centra en la lucha contra el problemas más urgentes: el cambio climático, pero
no abandona otros, como la contaminación de las aguas o los suelos, aunque, como
el sector el sector energético es el principal agente de la contaminación atmosférica
con GEI, no es de extrañar el mayor peso de ese problema. Ya hemos comentado
los tres objetivos comunitarios con respecto a los GEI:
• Cumplir los compromisos del Protocolo de Kioto en 2012, y reducir las
emisiones en más de un 20% (en la línea de la Cumbre de Bali) con
respecto a 1990, en 2020.
• Conseguir que las energías renovables supongan un 20% o más del conjunto
de las energías primarias (en leguaje técnico: “mix” energético).
• Llegar a que los biocombustibles supongan al menos un 10% del total de los
combustibles utilizados para el transporte.
Para conseguir estos objetivos se plantea:
• La asignación de cuotas de emisión de GEI y otros gases a los principales
agentes contaminantes (centrales térmicas, acerías, etc.). Estas cuotas
pueden comercializarse, de forma que aquellas empresas que hayan
conseguido una mayor eficiencia energética se puedan beneficiar al vender
parte de la cuota que no van a utilizar. Los países que no acepten este
sistema pueden plantear planes internos que conduzcan a similares
resultados, pero quedan obligados a ello, bajo pena de sanciones.
• Fijación de objetivos, por países, de reducción de emisiones para los agentes
“difusos”, como los edificios, el transporte o la agricultura. Para el conjunto
de la UE se plantea una reducción del 10% en el horizonte de 2020.
• Una política de ayudas para el desarrollo de las energías renovables.
• Apoyar la creación de formas menos contaminantes de fabricación de
energía eléctrica, como la utilización de gas natural, las centrales de ciclo
combinado o las de biomasa.
• Una política de ayudas y fomento de la innovación e investigación (I+D+i)
sobre nuevos motores y nuevas máquinas menos consumidoras, que utilicen
fuentes de energía renovables y no contaminantes, o que sean menos
contaminantes. También se apoya la investigación sobre energías
renovables y una mejora de su eficiencia. En esta línea están las fuertes
inversiones del proyecto ITER sobre utilización de la fusión nuclear para la
fabricación de energía con fines pacíficos.
• El fomento del ahorro (el objetivo para 2020 es reducir el consumo en un
20%) energético en los edificios, en la producción (máquinas…), en los
electrodomésticos y en las administraciones públicas.
• Investigar y desarrollar sistemas de captura y almacenamiento de CO2. Dado
que el horizonte a corto y medio plazo sigue teniendo a los combustibles
fósiles como la principal fuente de energía, y que las políticas de reducción
de las emisiones pueden ser insuficientes para abordar el problema del
“cambio climático”, se plantea (desde la propia ONU) fomentar la captura de
CO2 y el almacenamiento subterráneo o submarino, como una forma de
eliminar contaminación. La UE se plantea una triple dinámica:
o Apoyar las investigaciones sobre métodos de captura y seguridad en
el almacenamiento.
o Crear centros pilotos de captura y almacenamiento que puedan servir
como ejemplo a seguir por el conjunto de los países miembros.
o Tener en cuenta (premiar) el desarrollo que cada país haga de este
sistema a la hora de asignar cupos o cuotas de contaminación.
8. El resultado de estas políticas debe ser continuar con la mejora de la “eficiencia
energética” (consumo de energía final por unidad de PIB), que se inició a principios
de los años 2000.
9. La creación de un mercado interior europeo de la energía es un elemento básico
para:
1. La integración energética europea, que es un aspecto fundamental en las
políticas sobre seguridad en el abastecimiento, pero también para la propia
integración económica. Más en estos momentos en los que se está viviendo
la integración de doce nuevos países que tienen estructuras y grados de
desarrollo diferentes. En el terreno de la energía, estos nuevos países vienen
con estructuras productivas que tienen origen en su pasado comunista, con
una economía controlada por el estado y unas relaciones económicas
exteriores reguladas por el COMECOM. El resultado fue que el sector estuvo
en manos de monopolios estatales y que el abastecimiento o las ventas se
realizaron dentro del propio bloque comunista. Como herencia de este
pasado ha quedado:
• Una estructura productiva un tanto obsoleta y necesitada de una
modernización, cuando no de una reconversión.
• El peso excesivo de fuentes de energía no muy eficientes, como el
carbón.
• La escasez de infraestructuras de transporte energético
intracomunitarias.
• Un fuerte grado de dependencia de las importaciones rusas de
petróleo y gas.
2. El fomento de la competencia, que, en la línea de los objetivos de Lisboa,
debe generar un aumento en el nivel de competitividad de las empresas
europeas por dos vías:
• La innovación, que en el campo energético toma como línea de
trabajo la eficiencia y la protección del medio ambiente.
• El redimensionamiento para poder hacer frente a las grandes
empresas norteamericanas de la energía, para ganar cuotas de
mercado a nivel mundial, y para poder financiar la innovación.
Para aumentar este nivel de competencia se ponen en funcionamiento
medidas contra las prácticas monopolistas y el proteccionismo encubierto
que puede quedar. El proceso de liberalización comenzó hace años y se
centró en los aspectos de generación, transformación y transporte de la
energía, es a partir de finales de los noventa cuando hace mayor hincapié en
los aspectos más terciarios: la distribución y la comercialización, al amparo
de los compromisos que la UE fue adquiriendo sobre liberalización del
comercio de servicios, en el marco de la Ronda de Doha.
3. Generar una tendencia hacia el abaratamiento de los precios (parte de la
suposición de que el aumento de la competencia genera un abaratamiento
de los precios) de la energía final que se oponga a la de incremento de la
energía primaria, como resultado de una mayor eficiencia en la producción,
transporte y comercialización de los productos energéticos.
Estas políticas se encuentran con una estructura de explotación contradictoria:
• Las grandes empresas que dominan el mercado hacen que las políticas de
liberalización choquen contra una cierta inercia hacia prácticas
monopolísticas o de control del mercado. De hecho, aunque se haya
fragmentado toda la estructura productiva y se hayan privatizado y
expuesto a la libre concurrencia todos esos segmentos, unas pocas cuantas
10. empresas multinacionales, con conexiones entre sí, siguen controlándolas.
La consecuencia de esta situación es un funcionamiento algo incorrecto del
mercado, que no trae consigo los resultados esperados.
• Los estados europeos apuestan por la liberalización y la apertura del
mercado, pero, en paralelo, juzgando el valor estratégico del sector,
practican políticas de “defensa de los intereses nacionales”, que se
manifiestan en la protección de sus propias empresas, o en la limitación a la
participación de algunas empresas extranjeras en el capital de las propias, o
en intentos de apoyar a las empresas nacionales cuando pretenden penetrar
en el capital de las extranjeras.
• En el marco de la liberalización del comercio de mercancías (las fuentes de
energía lo son) y de servicios (el transporte, la distribución y la
comercialización lo son), es necesario que las empresas europeas adquieran
cada vez mayor tamaño para poder competir en el mercado mundial,
haciendo frente a las empresas de otras potencias económicas y teniendo el
peso suficiente para poder servir de contrapeso a las políticas de algunos
países exportadores de fuentes de energía.
Este conjunto de políticas europeas tiene su correlato en España en:
• La Estrategia Española de Desarrollo Sostenible (aprobada en 2007), que es
consecuencia de la Estrategia de Desarrollo Sostenible de la UE, que es el
marco y la guía del conjunto de las políticas medioambientales, y que busca
aunar la Estrategia de Lisboa y las políticas medioambientales. Sus objetivos
son:
o Prosperidad económica
o Protección al medio ambiente
o Cohesión social
o Apoyo al desarrollo de los países menos favorecidos
Fundamenta la sostenibilidad en tres criterios:
o Una adecuación de la producción y el consumo.
o La lucha contra el cambio climático y a favor de la conservación de
los recursos naturales
o Una política adecuada de ocupación y uso del territorio
En el campo de la energía, plantea:
o Un mayor peso de las energías renovables en el conjunto de las
energías primarias
o Mejorar la eficiencia de los sistemas de transporte y de los edificios
o Reducir las emisiones de GEI
o Ahorrar recursos hídricos y mejorar la eficiencia en la producción de
energía con los mismos.
o Apoyar formas de desarrollo sostenibles para el mundo rural
o Frenar la pérdida de biodiversidad en España
• La Estrategia Española de Ahorro y Eficiencia Energética 2004-2012, que ha
dado lugar al Plan de Acción de la Estrategia Española de Eficiencia
Energética 2008-2012 en el que se fija como objetivo una reducción de las
emisiones de GEI de entre un 10 y un 11 por ciento, para lo que se busca:
o Ahorrar en el consumo energético de edificios, electrodomésticos,
equipos, procesos productivos, alumbrado público, sistemas de
riegos.
11. o Fomentar sistemas de transporte más eficientes
medioambientalmente:
Apoyando el uso del ferrocarril, el transporte público y la
intermodalidad, frente al excesivo uso del transporte por
carretera y del vehículo particular.
Lanzando un plan de apoyo a la renovación del parque de
vehículos, buscando la sustitución de los viejos por otros
menos consumidores y menos contaminadores.
o Modernizar los parques de tractores y máquinas agrarias.
o Mejorar los sistemas de potabilización y depuración de aguas,
evitando el consumo excesivo de energía.
o Fomentar la implantación de la cogeneración en las centrales
térmicas de producción de electricidad.
o Apoyar el desarrollo de la agricultura ecológica e integrada.
• La Estrategia Española contra el Cambio Climático y para el desarrollo de
Energía Limpia (2007-2020) que aplica las directrices y compromisos
europeos en materias como la reducción de la intensidad y el aumento de la
eficiencia energéticas, el desarrollo y expansión de las energías renovables,
la reducción de emisiones de GEI y la investigación sobre tecnologías de
captura de CO2, o la concienciación de la población sobre todos estos
problemas.
• El Plan de Energías Renovables 2005-2010, que pretende, para esa fecha,
que estas aporten el 12,5% al “mix” energético, y que el 6% de los
combustibles para el transporte sean biocarburantes.
• El Plan Nacional de Reducción de Emisiones de las Grandes Instalaciones de
Combustión existentes (2007) pretende cumplir las cuotas impuestas desde
la UE e implementar medidas como:
o Mejora, modernización y/o cierre de las instalaciones existentes,
buscando una mayor eficiencia en la producción.
o Reutilización o reciclaje de los residuos
o Potenciación de las centrales de ciclo combinado
• El Plan Nacional de la Energía que, dentro del Programa de Fomento de la
Investigación Técnica, pretende:
o Fomentar el desarrollo tecnológico en:
Sistemas ahorradores de energía
Sistemas reductores de impactos en el medio y de emisiones
de GEI
Seguridad nuclear (prevención de accidentes en las centrales y
residuos)
Calidad de los carburantes para el transporte
Uso limpio del carbón
Cogeneración en centrales térmicas
o Potenciar las fuentes de energía renovables:
Reduciendo los costes de producción
Reduciendo los costes de producción de los bienes de equipo
que se utilizan para generarlas
Investigando la forma de utilizar el hidrógeno como fuente de
energía
12. Participando en el Programa Europeo sobre Fusión a través del
CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas,
Medioambientales y Tecnológicas, que:
• Lleva cabo la investigación española en el marco de la
que se está llevando a cabo en la Unión sobre el tema
• Colabora con la instalación ITER (International
Thermonuclear Experimental Reactor), que pretende la
creación en Europa (en Francia), para 2026, del primer
reactor que genere energía de forma segura a partir de
la fusión nuclear.
Junto a estas políticas están las que afectan al sector energético en cuanto a
infraestructuras y liberalización.